Soy un historiador por vocación, oficio y vicio que posee ciertas tendencias subversivas que le han llevado a luchar activamente para borrar las fronteras que separan a la historia de la literatura, no sin granjearse, por ello, la animadversión de varios colegas que no han dudado en tildarlo como un auténtico renegado gremial.
Así, mientras que las buenas consciencias se rasgan las vestiduras por mi apostasía, nio me canso de sostener que así como la ciencia ficción es un ejercicio histórico prospectivo, la historia también se alimenta de la imaginación para llenar las lagunas del pasado. En otras palabras, y como diría el filósofo: Son lo mismo pero diferente.
Soy enemigo declarado del snobismo y de las modas, no tengo reparo en leer historia y literatura buena, regular, mala o infumable siempre que mehaga pasar un buen rato. Sin embargo, cuando me encuentro en petit comité no tengo reparo en revelar que entre mis vicios confesables, los únicos que estoy dispuesto a compartir, se encuentran las películas de escasa calidad, mismas que me producen, sin razón aparente, un placer sublime. Basta señalar que una de las frases que suelo repetir con más frecuencia al hablar del tema es "mientras más malo, mejor".
Soy autor de varias obras de difusión y de enseñanza de la historia de México, aunque no dudo que bien podrían formar parte del Index de los libros de historia si este existiera. De un tiempo para acá he tenido el gusanillo de ampliar mis horizontes, libros y regalías, así que estoy intentado escribir una obra de historia universal que me está cuasndo más dolores que parir chayotes.