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Hebraización de topónimos palestinos

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Índice de los mapas del Survey of Palestine (1948), con varios topónimos contemporáneos sobrescritos.

La hebraización de topónimos palestinos comenzó a lo largo de diversos periodos del Mandato británico de Palestina, prosiguió tras el establecimiento del Estado de Israel y otros dos eventos paralelos: la Nakba, que supuso la expulsión o huida forzada de gran parte de la población palestina, y la guerra árabe-israelí de 1948, y se extendió a los territorios palestinos ocupados por Israel tras su victoria en la guerra de los Seis Días en 1967.[1][2]​ Un estudio realizado en 1992 contabilizó cerca de 2.780 lugares cuyos nombres históricos fueron hebraizados, incluidos 340 pueblos y ciudades, unas 1.000 khirbat (pueblos abandonados y en ruinas), 560 wadis y ríos, 380 manantiales, 198 montañas y colinas, 50 cuevas, 28 castillos y palacios y 14 estanques y lagos.[3]​ Los palestinos consideran la hebraización de los topónimos en Palestina como una parte más de la Nakba.[4]

Se desconoce la etimología de muchos de los topónimos históricos en Palestina. Algunos son descriptivos del entorno, otros muestran la pervivencia de antiguos nombres nabateos, cananeos, hebreos y de otros orígenes, e incluso hay algún nombre que no muestra modificación alguna con respecto a la forma con la que son citados en la Biblia hebrea o en el Talmud.[5][6]​ Durante la Antigüedad clásica y tardía, los antiguos topónimos se metamorfosearon en arameo y griego,[7][8]​ los dos idiomas más hablados en la región antes de la llegada del Islam.[7][8]​ Tras la conquista musulmana del Levante mediterráneo, se adoptaron formas arabizadas de los nombres antiguos.

El gobierno israelí fomentó la hebraización de los topónimos con el objetivo de fortalecer la conexión de los judíos, la mayoría de los cuales habían emigrado a Palestina en las décadas previas, con la tierra del naciente Estado de Israel.[9]​ Como parte de este proceso, se utilizaron muchos antiguos topónimos bíblicos o talmúdicos.[10]​ En otros casos, a sitios con nombres únicamente árabes y sin conexiones preexistentes con el hebreo, se les han dado nuevos nombres hebreos.[10][11]​ En algunos casos, el topónimo árabe palestino se conservó en hebreo moderno a pesar de haber una versión distinta en el hebreo antiguo, como en el caso de Banias, que en los escritos hebreos clásicos se llamaba Paneas.[12]​ Las señales de tráfico municipales y los mapas producidos por agencias estatales en ocasiones indican el nombre hebreo tradicional y el nombre árabe tradicional uno al lado del otro, como con Nablus/Siquem o con Silwan/Shiloah.[13]​ En ciertas zonas de Israel, y especialmente en las ciudades mixtas (con población tanto judía como palestina), existe una creciente tendencia creciente a restaurar los nombres originales de las calles árabes que fueron hebraizadas después de 1948.[14][15]

Primeros años

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En el siglo XIX, lo habitual era que los topónimos árabes palestinos contemporáneos fuesen los utilizados para identificar antigua ubicaciones. Estos dos ejemplos muestra las listas más notables creadas durante este periodo.

Claude Reigner Conder (1848-1910), del Fondo para la Exploración de Palestina, fue uno de los primeros en reconocer la importancia de analizar los topónimos árabes contemporáneos para determinar el anterior nombre hebreo de un lugar. La contribución de Conder fue única en el sentido de que no erradicó los topónimos árabes en sus mapas del Estudio de Palestina Occidental, sino que preservó sus nombres intactos y no atribuyó a los lugares una identificación dudosa.[16]​ En sus memorias, mencionó que las tradiciones hebrea y árabe de los topónimos a menudo están en consonancia entre sí:

Los nombres de las ciudades y pueblos antiguos citados en la Biblia permanecen en su mayor parte casi inalterados (...). El hecho de que cada nombre fuera cuidadosamente registrado en letras árabes hizo posible compararlo con su forma hebrea de una manera científica y erudita (...). Cuando se demuestra que el hebreo y el árabe contienen los mismos radicales, las mismas guturales y, a menudo, los mismos significados, tenemos una comparación realmente fiable (...). Ahora hemos recuperado más de las tres cuartas partes de los nombres bíblicos y, por lo tanto, podemos decir con seguridad que la topografía bíblica es una topografía genuina y real, obra de hebreos familiarizados con la región.[17]

Primeros esfuerzos modernos de hebraización

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Los esfuerzos de hebraización modernos comenzaron ya desde la primera aliá en 1880.[18]​ A comienzos de la década de 1920, el movimiento juvenil HeHalutz inició un programa de hebraización para los asentamientos recién establecidos en el Mandato británico de Palestina.[19]​ Estos nombres, sin embargo, se aplicaron sólo a los lugares comprados por el Fondo Nacional Judío (FNJ), ya que no tenían influencia alguna sobre el resto de topónimos de Palestina.

Al ver que las señales de tráfico estaban escritas con frecuencia sólo en árabe con transliteraciones en inglés (excluyendo sus nombres hebreos equivalentes), la comunidad judía en Palestina, liderada por prominentes sionistas como David Yellin, trató de influir en el proceso de denominación iniciado por la Royal Geographical Society. [20][18]​ Las ciudades y lugares geográficos más conocidos, como Jerusalén, Jericó, Nablus, Hebrón o el río Jordán, llevaban nombres tanto en árabe como en hebreo (por ejemplo, Jerusalén era Al Quds y Yerushalayim , mientras que Hebrón era Al Khalil y Ḥevron),[21]​ pero otros lugares menos conocidos de la tradición judía (como Jish / Gush Halav, Beisan / Beit She'an, Shefa-'Amr / Shefarʻam, Kafr 'Inan / Kefar Hananiah o Bayt Jibrin / Beit Gubrin) seguían apareciendo solamente con sus nombres árabes, sin cambios ni adiciones.[22][23][24]​ El principal problema de agregar grafías hebreas a los topónimos árabes era el temor de que causara confusión en el servicio postal al adjuntar nuevos nombres a los ya acostumbrados, además de que discrepasen completamente con los ya existentes en los mapas. Por lo tanto, los funcionarios británicos buscaron garantizar formas unificadas de topónimos.[25]

Uno de los factores que empujaron a los miembros del Yishuv a aplicar nombres hebreos a los antiguos topónimos árabes, a pesar de los intentos en sentido contrario de la Royal Geographical Society,[22]​ fue la creencia de los geógrafos históricos, tanto judíos como no judíos, de que muchos los topónimos árabes eran meras "corrupciones" de sus nombres hebreos originales [26]​ (por ejemplo, suponían que Khirbet Shifat derivaría de Yodfat, Khirbet Tibneh de Timnah,[27][28]Lifta de Nephtoah[29]​ o Jabal al-Fureidis de Herodis). En otros casos, el proceso de asignación del supuesto nombre hebreo restaurado estuvo plagado de errores y confusión, como en el caso de Irâq el-Menshiyeh, una localidad despoblada durante la Nakba en la que ahora se encuentra Kiryat Gat. Inicialmente, se le dio el nombre de Tel Gath, basándose en la identificación que Albright hizo de este poblado con la bíblica Gath. Cuando se descubrió que se trataba de un error, se cambió su nombre a Tel Erani, que también resultó ser una designación incorrecta con el que se pensaba que era el antiguo nombre del sitio.[30]

Según la profesora Virginia Tilley, «se inventaron un equipo de autoridades científicas, lingüísticas, literarias, históricas y bíblicas para incrementar la apariencia de una pertenencia judía y de unos derechos naturales de una patria judía a partir de un especial derecho judío sobre esta tierra, que claramente ha sido ocupada, a lo largo de milenios, por muchos pueblos».[31]

Ya en 1920, el Mandato británico de Palestina estableció un subcomité hebreo para que asesorase al gobierno sobre la transcripción al inglés de los topónimos y sobre la manera de determinar los nombres hebreos para un posterior uso oficial por parte del gobierno.[20]

Comité de nombres del Fondo Nacional Judío

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En 1925, la dirección del Fondo Nacional Judío (FNJ) estableció el Comité de Nombres para los Asentamientos para determinar los nombres de los nuevos asentamientos judíos establecidos en las tierras compradas por el FNJ.[32]​ El comité estaba dirigido directamente por el jefe del FNJ, Menachem Ussishkin.[33]​ El Consejo Nacional Judío (CNJ), por su parte, se reunió a finales de 1931 para dar a conocer sus recomendaciones al gobierno del Mandato británico de Palestina. También sugirió una serie de modificaciones que aplicar en un libro publicado por la oficina colonial británica en Palestina que describía los patrones usados para las transliteraciones de topónimos, tanto del árabe y el hebreo al inglés, como del árabe al hebreo y del hebreo al árabe, basándose en la antigua toponimia de la región.[34]​ Muchas de las propuestas hechas por el CNJ se implementaron posteriormente, primero en 1949 (por el Comité de Nombres Geográficos) y luego en 1951, cuando Yeshayahu Press, miembro del CNJ, estableció el Comité de nombres del Gobierno de Israel.[35]

Meron Benvenisti explica que los topónimos árabes molestaban a la nueva comunidad judía; por ejemplo, el 22 de abril de 1941, el Comité de Asentamientos del Consejo Regional Zabulón escribió a la oficina central del FNJ: [36]

Nombres como los siguientes se muestran en todo su esplendor: Karbassa, al-Sheikh Shamali, Abu Sursuq, Bustan al-Shamali... todos ellos nombres que el FNJ no tiene interés en inmortalizar en el valle de Zabulón (...). Le recomendamos que envíe una circular a todos los asentamientos ubicados en terrenos del FNJ en el valle de Zabulón y sus inmediaciones y les convenza de que terminen con la práctica anteriormente mencionada, [es decir, el uso de] mapas antiguos cuyo uso, desde diversos puntos de vista, es peligroso.

Entre 1925 y 1948, el Comité de Nombres del FNJ denominó a 215 comunidades judías en Palestina.[18]​ Aunque se produjeron cambios radicales en los topónimos antiguos, todavía se conserva un registro de estos en los mapas antiguos.[37]

Preeminencia de la lengua árabe

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En 1931, las lista de reparto de las oficinas de correos, los carteles en las estaciones de tren y los topónimos incluidos en la guía telefónica habían eliminado cualquier referencia al hebreo en Nablus ("Siquem"), Nazaret y el Wadi es -Sarar (Sorek), lo que despertó la sospecha del Consejo Nacional Judío de que el gobierno británico de Palestina estaba perjudicando a los ciudadanos judíos.[38]

Comité para la Designación de Topónimos en el Néguev

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A finales de 1949, ya terminada la guerra árabe-israelí de 1948, el nuevo gobierno israelí creó un Comité para la Designación de Topónimos en el Néguev, formado por nueve miembros cuyo trabajo era designar nombres hebreos para las ciudades, montañas, valles, manantiales y carreteras de la región del Néguev.[39]​ El primer ministro israelí, David Ben-Gurión, había comentado a principios de año la importancia de cambiar los topónimos de la zona y escribió en su diario en julio: «Debemos dar nombres hebreos a estos lugares: nombres antiguos, si los hay, y si no, ¡nuevos!».[40]​ Poco después estableció los objetivos del comité con una carta a su presidente en la que decía:[39]

Estamos obligados a eliminar los nombres árabes por razones de Estado. Así como no reconocemos la propiedad política de la tierra de los árabes, tampoco reconocemos su propiedad espiritual y sus nombres.

En el Néguev, 333 de los 533 nuevos nombres que decidió el comité fueron transliteraciones de los nombres árabes o sonidos parecidos a estos.[41]​ Según Benvenisti, algunos miembros del comité se opusieron a la eliminación de los topónimos árabes, pero sus opiniones fueron en muchos casos desautorizadoas por consideraciones políticas y nacionalistas.[41]

1951: Comité Gubernamental de Nombramientos

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Señales de tráfico de las localidades de Mevo Dotan y Afula. Afula fue una aldea palestina vendida por la familia Sursock a la American Zion Commonwealth en la década de 1920. El nombre hebreo aparece después del árabe, que significa «habas».[42]

En marzo de 1951, el comité del Fondo Nacional Judío y el Comité para la Designación de Topónimos en el Néguev se fusionaron para abarcar todo Israel. El nuevo comité manifestó su convicción de que «la judaización de los nombres geográficos en nuestro país [es] una cuestión vital».[43]​ Hacia 1960, su trabajo ya había comenzado. En febrero de ese año, el director del Survey of Israel, Yosef Elster, escribió: «Hemos comprobado que la sustitución de los nombres árabes por los hebreos aún no está completa. El comité debe terminar rápidamente lo que falta, especialmente los nombres de las ruinas».[44]​ En abril de 1951, Itzjak Ben-Zvi y Benjamin Maisler fueron nombrados miembros del Comité de Nombramientos del Gobierno.[45]

Entre 1920 y 1990, los diferentes comités establecieron nombres hebreos para unos 7.000 elementos naturales del país, de los cuales más de 5.000 eran topónimos geográficos, varios centenares eran nombres de lugares históricos y más de mil eran nombres creados para nuevos asentamientos.[46]​ Vilnay ha observado que, desde el siglo XIX, muchos asentamientos tanto urbanos como rurales del Israel actual han tomado sus nombres de palabras, expresiones y frases bíblicas.[47]

Los nombres de muchos asentamientos judíos más modernos reemplazaron así los de pueblos y ruinas árabes más antiguos. Por ejemplo, Khirbet Jurfah se convirtió en Roglit,[48][49]Allar se convirtió en Mata; al-Tira se convirtió en Kfar Halutzim, que ahora es Bareket, etc. El proceso no dejó rastro de los topónimos árabes previos. Benvenisti demostró que el recuerdo de estos lugares antiguos no se perdió por completo debido a una serie de prácticas hegemónicas:

Aproximadamente una cuarta parte de las 584 aldeas árabes que existían en la década de 1980 tenían nombres con orígenes antiguos, ya fuesen bíblicos, helenísticos o incluso arameos.[50]

Hoy en día, el Comité de Designación del Gobierno israelí desaconseja nombrar a un nuevo asentamiento si no se puede demostrar que dicho nombre esté conectado de alguna manera con el área o región más cercana. Aun así, esta es la única organización autorizada para nombrar lugares, tenga o no el asentamiento una conexión histórica con el lugar en que se emplaza.[51][52]

Tendencias actuales

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En la década de 2010, surgió en ciertas zonas de Israel una tendencia a restaurar los nombres árabes originales de las calles que fueron hebraizadas después de 1948, y en especial en ciudades mixtas.[14][15]

Véase también

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Referencias

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  1. Noga Kadman (7 de septiembre de 2015). «Naming and Mapping the Depopulated Village Sites». Erased from Space and Consciousness: Israel and the Depopulated Palestinian Villages of 1948. Indiana University Press. pp. 91-. ISBN 978-0-253-01682-9. 
  2. Benvenisti, 2000, p. 11.
  3. Shukri Arraf (1992), "The Palestinian locations between two eras/maps" (en árabe). Kufur Qari’: Matba’at, Al-Shuruq Al-Arabiya; citado en Amara, 2017, p. 106
  4. Sa’di, Ahmad H. (2002). «Catastrophe, Memory and Identity: Al-Nakbah as a Component of Palestinian Identity». Israel Studies 7 (2): 175-198. doi:10.2979/ISR.2002.7.2.175. «La Nakba se asocia con una rápida desarabización del país. Este proceso incluyó la destrucción de aldeas palestinas. Unas 418 aldeas fueron arrasadas, y de un total de doce ciudades palestinas o mixtas, solo siete siguieron manteniendo población palestina. Esta rápida transformación del entorno físico y cultural se vio acompañado, a nivel simbólico, del cambio de nombres de calles, barrios, ciudades y regiones. Los nombres árabes fueron reemplazados por nombres europeos, judíos o sionistas. Este proceso de renombramiento sigue transmitiendo a los palestinos el mensaje de que el país ha tenido solamente dos periodos históricos "auténticos": el antiguo pasado judío, y el periodo que comenzó con la creación de Israel.» 
  5. Conder, C. R. (1881). «Survey of Western Palestine: Arabic and English Name Lists». En Palmer, E. H., ed. Committee of the Palestine Exploration Fund: iv-v. «Determinar el significado exacto de los topónimos árabes no es para nada sencillo. Algunos son descriptivos de accidentes geográficos, pero incluso esos son a menudo palabras obsoletas o deformadas. Otros derivan de eventos históricos largo tiempo olvidados o de propietarios cuyo recuerdo ha desaparecido. Otros son supervivientes de antiguos nombres nabateos, hebreos o cananeos, y otros nombres, o bien prácticamente carecen de sentido en árabe o bien tienen una forma árabe en la que el sonido original se ha mantenido más o menos, pero el significado se ha perdido por completo. A veces, los nombres hebreos, y en especial los bíblicos o talmúdicos, permanecen sin apenas variaciones.» 
  6. Rainey, 1978, p.230: “Lo que más sorprendió a los académicos y exploradores occidentales fue el increíble nivel de preservación de los nombres bíblicos en la toponimia árabe de Palestina"
  7. a b Mila Neishtadt. 'The Lexical Substrate of Aramaic in Palestinian Arabic,' in Aaron Butts (ed.) Semitic Languages in Contact, BRILL 2015 pp.281-282: "Como en otros casos de cambio de idioma, el idioma suplantador (árabe) no fue ajeno al idioma suplantado (arameo) y la existencia de un sustrato arameo en el árabe coloquial sirio-palestino está ampliamente reconocida. La influencia de este sustrato arameo es especialmente evidente en muchos topónimos palestinos y en los vocabularios de la vida y la industria tradicional: agricultura, flora, fauna, comida, herramientas, utensilios, etc."
  8. a b Rainey, 1978, p.231: “En la mayoría de los casos, un nombre griego o latino asignado por las autoridades helenísticas o romanas desarrolló su existencia tan solo en los círculos oficiales y literarios mientras que la población semíticoparlante siguió usando sus nombres hebreos o arameos originales. Este último volvió a ser de uso público con la conquista árabe. Los nombres árabes Ludd, Beisan y Saffurieh representan los originales de Lod, Bet Se'an y Sippori, y no dejan rastro de los nombres grecorromanos impuestos: Diospolis, Scythopolis y Diocaesarea, respectivamente".
  9. Cohen, Saul B.; Kliot, Nurit (1 de diciembre de 1992). «Place-Names in Israel's Ideological Struggle over the Administered Territories». Annals of the Association of American Geographers 82 (4): 653-680. ISSN 0004-5608. doi:10.1111/j.1467-8306.1992.tb01722.x. 
  10. a b Miller and Hayes, 1986, p. 29.
  11. Swedenburg, 2003, p. 50.
  12. Vilnay, Zev (1954), p. 135 (sección 9). Cf. Targum Shir HaShirim 5:4; etc. La explicación de la "b" dura en la pronunciación árabe de Banias está relacionada con el hecho de que, en el idioma árabe, no hay una "p" dura, por lo que la "p" fue sustituida por una "b".
  13. Sign welcoming visitors to Siloam (Shiloach), printed both in Hebrew and Arabic with traditional names, B'Tselem, 16 de septiembre de 2014.
  14. a b Rekhess (2014). «The Arab Minority in Israel: Reconsidering the "1948 Paradigm"». Israel Studies 19 (2): 187-217. doi:10.2979/israelstudies.19.2.187. «Una nueva tendencia se ha hecho especialmente popular en los últimos años en las ciudades mixtas judío-palestinas: los intentos de restaurar los nombres árabes originales de las calles, que habían sido "hebraizados" después de 1948.» 
  15. a b Ofer Aderet (29 de julio de 2011). «A stir over sign language: A recently discovered trove of documents from the 1950s reveals a nasty battle in Jerusalem over the hebraization of street and neighborhood names. This campaign is still raging today.». Haaretz. Consultado el 18 de diciembre de 2011. 
  16. Hopkins, I.W.J. (1968), p. 34. "Conder recopiló los actuales nombres árabes de los lugares en sus mapas, que a primera vista parece hacerlos menos útiles comparados con los de Jacotin. De hecho, esto hace que el mapa del Fondo para la Exploración de Palestina sea incluso más útil como prueba de los actuales nombres árabes, y las láminas no están abarrotadas de identificaciones dudosas. El nombre árabe es a menudo una corrupción de un nombre antiguo, y este hecho ha ayudado enormemente en la localización de lugares bíblicos, clásicos y bizantinos".
  17. Conder, Major C. R. (n.d.), pp. 218–219
  18. a b c Fields, Gary (5 de septiembre de 2017). Enclosure: Palestinian Landscapes in a Historical Mirror. Univ of California Press. p. 222. ISBN 978-0-520-29104-1. 
  19. Boaz Neumann (2011). Land and Desire in Early Zionism. UPNE. p. 167. ISBN 978-1-58465-968-6. 
  20. a b Bitan, 1992, p. 366.
  21. Adler, Elkan Nathan (2014), pp. 225, et al.
  22. a b Maisler et al., 1932, pp. 3-5 (Preface).
  23. Gleichen, Edward, ed. (1925). "La siguiente Lista de Nombres en Palestina, que ha sido enviada a través del Secretario de Estado para las Colonias al Alto Comisionado, y en la que este se ha apoyado para la corrección de los subcomités especiales árabes y hebreos, ha sido ahora publicada por el Comité Permanente sobre Nombres Geográficos para uso oficial británico".
  24. Oficina Colonial Británica en Palestina (1931), pp. 1, 13, 37, 52, 54–56, 59, 65. Quote: (p. 2) "La lista de topónimos ha presentado muchas dificultades. Muchos topónimos de Palestina son de origen árabe, mientras que otros son de ascendencia hebrea, fenicia, griega, latina o franca (por mencionar sólo las fuentes más importantes), pero, como la mayoría de los lugares están habitados por personas de habla árabe, el uso local les ha dado nombres en formas arabizadas o en árabe coloquial. Adoptar las formas coloquiales al transliterar nombres no se consideró coherente para el fin perseguido y, como norma general, se ha hecho un esfuerzo para otorgar a los nombres una denominación lo más literal posible. En la mayoría de los nombres de origen árabe esto fue relativamente fácil pero, en algunos, los expertos árabes recomendaron conservar formas que normalmente no se admiten en la construcción de palabras gramaticalmente árabes".
  25. Gleichen, Edward (1920), p. 309
  26. Benvenisti, M. (2000), pp. 47–48. "Los conquistadores árabes que colonizaron la tierra después de la conquista del año 638 se establecieron entre los nativos judíos, samaritanos y cristianos. Asimilaron fácilmente los nombres geográficos y topográficos hebreo-arameos y, como su lengua estaba estrechamente relacionada con las lenguas semíticas que se hablaban allí, sólo hicieron ligeros cambios en la ortografía y la pronunciación. No encontraron dificultades en encontrar formas árabes para nombres como Ashkelon (que transformaron en Asqalan), Beit Horon (Beit Ghur), Beersheba (Bir Saba'a) o Eilat (Aila)".
  27. Clermont-Ganneau (1896), pp. 67–68, 214 "Cualquiera juraría que Tibneh (paja picada) es árabe, pero está fuera de toda duda que se trata del nombre de la ciudad Timnah, que adquirió su forma como una de las etimologías populares que gustan tanto a los campesinos de Palestina como a los de nuestros países europeos". En las páginas 67–68, escribe: "Hay que tener cuidado, sin embargo, con estas denominaciones que parecen de origen puramente árabe: a menudo se trata de antiguos nombres hebreos convertidos, mediante un proceso de etimología popular, en palabras familiares para los árabes. En muchos casos, ligeros cambios fonéticos ayudan en el proceso. Éstas, por cierto, no son arbitrarias, sino que están sujetas a leyes reales. Así, por ejemplo, el nombre de la aldea bíblica Thimnah se ha convertido en el habla de los felah en Tibneh (paja picada)."
  28. Robinson, E. (1860), p. 17. Véase también John William McGarvey (1829–1911), quien cita a Conder sobre las evidencias lingüísticas del nombre y afirma que, en árabe,, "la sustitución de la B por la M es tan común (como en Tibneh por Timnah)..." McGarvey, 2002, pp. 246-247; cf. Palmer, E.H. (1881), p. 330, s.v. Tibna
  29. Kampffmeyer, Georg (1892), p. 38 (sección 15)
  30. Press, 2014, pp. 181–182.
  31. Tilley (2005), p. 190
  32. Ettinger, Y. (25 de agosto de 1925). «Determining the Names of the Settlements acquired by the Jewish National Fund» (en hebreo). Davar. 
  33. Benvenisti, 2000, p. 26.
  34. Maisler et al., 1932, pp. 3–5. "Igual como se escribe Shechem en hebreo en lugar de Nablus, Hevron en lugar de al-Khalil, o Yerushalayim en lugar de al-Quds, así también es necesario escribir en hebreo Dor en lugar de Tantura, Adoraim en lugar de Dura, Ain Ganim en lugar de Yenín, Naḥal Sorek en lugar de Wadi eṣ-Ṣarār, etc."
  35. «State of Israel Records», Collection of Publications, no. 277 (en hebreo), Jerusalem: Government of Israel, 1953, p. 630, «"Los nombres de los asentamientos fueron determinados en su mayoría en diferentes momentos por el Comité de Nombres para los Asentamientos, bajo los auspicios del Fondo Nacional Judío (fundado en 1925), mientras que otros nombres fueron agregados por el Comité Gubernamental de Nombramientos".» .
  36. Benvenisti, 2000, p. 30.
  37. Un mapa del mandato británico de Palestina que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Israel (Eran Laor Cartographic Collection, Jaffa: Survey of Palestine 1928 – 1947, "Palestine" (Pal 1157)); un mapa del periodo otomano; el mapa del Fondo para la Exploración de Palestina publicado por la página web de la Autoridad de Antigüedades de Israel, y que es estudiado principalmente por arqueólogos y geógrafos históricos que intentan determinar los nombres árabes representativos de la antigua toponimia hebrea. Otros mapas online son George A. Smathers Libraries: Survey of Palestine map; The Palestine Exploration Fund Maps, publicado por The Digital Archaeological Atlas of the Holy Land; McMaster University - Digitalised maps of Palestine / Israel; y 1944 Map of Palestine, publicado por la Biblioteca Nacional de Israel.
  38. Maisler et al., 1932, p. 6.
  39. a b Benvenisti, 2000, p. 12.
  40. Nur Masalha (9 de agosto de 2012). The Palestine Nakba: Decolonising History, Narrating the Subaltern, Reclaiming Memory. Zed Books Ltd. pp. 72-. ISBN 978-1-84813-973-2. 
  41. a b Benvenisti, 2000, p. 17.
  42. Masalha, Nur (15 de agosto de 2018). Palestine: A Four Thousand Year History. Zed Books. ISBN 978-1-78699-275-8. «APROPIACIÓN, HIBRIDACIÓN E INDIGENIZACIÓN: LA APROPIACIÓN DE LOS TOPÓNIMOS DE PALESTINA POR LOS COLONOS SIONISTAS EUROPEOS. De la Fuleh palestina a la Afula judía. La etimología del topónimo de los colonos sionistas Afula se deriva del nombre de la aldea árabe palestina al-Fuleh, que en 1226 el geógrafo árabe Yaqut al-Hamawi mencionó como una ciudad en la provincia del Yund Filastin. El topónimo árabe al-Fuleh se deriva de la palabra ful, que significa "habas", que se encuentran entre las plantas alimenticias más antiguas de Oriente Medio y que fueron ampliamente cultivadas por los palestinos del Marj Ibn ‘Amer.» 
  43. Benvenisti, 2000, p. 24.
  44. Benvenisti, 2000, p. 40.
  45. «State of Israel Records», Collection of Publications, no. 152 (en hebreo), Jerusalem: Government of Israel, 1951, p. 845 .
  46. Bitan, 1992, p. 367.
  47. Vilnay, 1983, p. Abstract.
  48. En el Estudio de Palestina Occidental (Listas de Nombres en Inglés y Árabe), Londres 1881, p. 307, E.H. Palmer describe Khŭrbet Jurfa como "el hundimiento de la orilla perpendicular (cortada por el torrente en los restos del valle)."
  49. Avner, Rina (2006). «Rogelit». Hadashot Arkheologiyot: Excavations and Surveys in Israel (en inglés) (Israel Antiquities Authority) 118. 
  50. Benvenisti, 2000, p. 49.
  51. Bitan, 1992, p. 369.
  52. En el caso de Kiryat Sefer (ahora Modi'in), este fue un nombre rechazado por el Comité en 1994 porque la bíblica Kiryat Sefer se encontraba en otro lugar, y en el caso de Neveh Tzuf, este nombre fue rechazado por el Comité a favor de Halamish, sobre la base de que un "nombre histórico no se tiene que copiar en todas partes". Estos nombres fueron decididos estrictamente por el Comité, basándose en el Estatuto del Gobierno No. 258 del 8 de marzo de 1951, en el que se otorgaba al Comité Gubernamental de Nombramientos la responsabilidad exclusiva de nombrar los asentamientos. Esta decisión establece que dicho Comité actuará con la Oficina del Primer Ministro y que sus decisiones serán vinculantes para las instituciones estatales: "El comité es el único organismo competente para determinar los nombres de diversas localidades y sitios, incluidas intersecciones, cambios de sentido, lugares turísticos, naturales y paisajísticos, sitios industriales y laborales y otros similares en el Estado de Israel". Las decisiones del Comité se toman en su pleno y se publican en actas.