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Diversidad sexual en Senegal

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Derechos LGBT en Senegal


Bandera

Escudo


Senegal en África
Homosexualidad
Es legal No
Condena De 1 año a 5 años de prisión
Protección legal contra la discriminación
Laboral No
Bienes y servicios No
En todos los aspectos No
Protección legal de pareja
Acceso igualitario a la unión civil No
Matrimonio entre personas del mismo sexo No
Derechos reproductivos y de adopción
Acceso igualitario a la adopción monoparental No
Derecho de adopción conjunta No
Acceso igualitario a técnicas de reproducción asistida No
Derechos de género
Cambio de sexo legal No
Cambio de sexo en documentos de identidad No
Derecho al género autopercibido No
Reconocimiento género no binario o tercer sexo No
Otros derechos
Servicio militar No
Donación de sangre No

Las personas del colectivo LGBT en Senegal se enfrentan a ciertos desafíos legales y sociales no experimentados por otros residentes. La criminalización de las relaciones sexuales consensuales entre personas del mismo sexo se mantuvo en las reformas del código penal en 1965, por otra parte, la diversidad sexual aun es un tema tabú en la sociedad senegalense, la cual es mayormente conservadora, por lo tanto, aun persiste la violencia, la discriminación y la persecución de las personas LGBT en el país.[1]

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Situación legal de las uniones entre personas del mismo sexo en África

Actividad LGBT legal
     Matrimonio      Otro tipo de unión      Sin reconocimiento
Actividad LGBT ilegal
     Pena de prisión de iure, no aplicada de facto      Pena de prisión      Pena de muerte de iure, no aplicada de facto      Pena de muerte

La homosexualidad en Senegal es ilegal desde 1965. A diferencia de otros países de África (como Sierra Leona, Tanzania o Ghana), las normas contra la sodomía en Senegal no fueron heredadas del colonialismo, sino adoptadas una vez que el país se independizó de Francia. El artículo 319 del Código Penal senegalés estipula penas de entre uno y cinco años de cárcel para quienes cometan “un acto impropio o antinatural con una persona del mismo sexo”. Adicionalmente, la conducta se sanciona con una fianza estimada entre 100.000 y 1.500.000 de francos.[2]​ A pesar de que la legislación posee varias décadas de antigüedad, hay evidencia de que su aplicación comenzó a intensificarse entre fines de la década de 1990 y comienzos de la década de 2000.

Historia

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Durante el período pre-colonial y colonial, la sociedad senegalesa no se caracterizó por una sistemática opresión social hacia la homosexualidad. Bien al contrario, hay investigaciones que señalan que los pueblos de tradición wolof eran tolerantes con algunas formas de homosexualidad y transexualidad. Entre los wolof, incluso existió el término “gor-digen” para referirse a aquellos hombres “con vestidos y comportamientos femeninos que se ganaban la vida ejerciendo la prostitución”.[3]​ Ante esta realidad, socialmente visible, las autoridades coloniales francesas no reaccionaron adoptando medidas punitivas. Por el contrario, la creciente influencia del clero musulmán (en un país el que actualmente que más del 80% de la población se confiesa seguidora del Islam) condenó siempre este tipo de prácticas. En 1960, al independizarse el país, la dirigencia religiosa musulmán aumentó considerablemente su influencia y comenzó a promover posturas conservadoras en casi todos los aspectos de la vida social, incluyendo la homosexualidad.

Homofobia y violaciones a los derechos humanos

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A comienzos del siglo XXI, la persecución de la homosexualidad en el país ha aumentado considerablemente, reavivada internamente por el fortalecimiento del clero musulmán y también por la incidencia de situaciones similares en otros países del continente, especialmente en Malawi, Nigeria y Kenia. Las principales violaciones a los derechos humanos constatadas por organizaciones internacionales[4]​ incluyen el desenterramiento de cadáveres de personas homosexuales de cementerios, la persecución originada a raíz de reuniones sociales en las que participaban gays y lesbianas (a menudo, confundidas con “casamientos”) y la emigración forzada hacia otros países del mundo a consecuencia de esas situaciones.

Fiesta y persecución

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En febrero de 2008, el semanario senegalés Icône publicó una veintena de fotografías sobre una supuesta boda homosexual que había tenido lugar en 2006.[5]​ La mayoría de los hombres que salieron en las imágenes eran perfectamente reconocibles. Luego, tras la republicación de las mismas fotos en otros medios, se desató una ola de persecución que fue avivada por varias organizaciones civiles y religiosas. Las consecuencias fueron dramáticas para muchos de los hombres retratados. Uno de ellos, Pape Mbaye, fue atacado por la policía y por muchedumbres armadas y debió escapar del país. Finalmente, recaló en Estados Unidos, cuyo gobierno le concedió el estatus de refugiado.[6]​ Otros implicados, dos jóvenes identificados como Baba y Baidy escaparon hacia Marruecos intentando tramitar una solicitud de asilo frente a la embajada de España en Rabat.[7]​ Entre quienes permanecieron en el país, nueve fueron arrestados en enero. Finalmente, ante la presión internacional de organizaciones como Amnistía Internacional[8]​ y Onusida, fueron liberados en abril de 2009. Sus condenas a prisión fueron anuladas.[9]

Muerte y desentierro de Madièye Diallo

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El activista homosexual Madièye Diallo, quién también apareció en las fotografías de la revista Icône, huyó a Malí tras el escándalo desatado y volvió a Senegal un año después. El 1 de mayo de 2009 falleció por causas relacionadas con su condición de seropositivo y su familia decidió enterrar sus restos en un cementerio de la localidad de Thies. Meses después, una multitud de vecinos de la ciudad exigió que el cuerpo de Diallo fuera retirado del cementerio debido a su condición homosexual.[10]

Reacción internacional

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Organizaciones como IGLHRC (Comisión Internacional por los Derechos Humanos de Gays y Lesbianas), Human Rights Watch y Onusida condenaron abiertamente las detenciones y exigieron a las autoridades que garantizaran seguridad para todas las personas homosexuales del país. El presidente francés, Nicolas Sarkozy también manifestó su preocupación por la situación.[11]

Véase también

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Referencias

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