En inmunología se denomina CD1 a un tipo de molécula presentadora de antígenos no clásica (refiriéndonos a MHC I y MHC II como moléculas presentadoras de antígenos clásicas), debido a que la información que codifica a esta proteína no se encuentra dentro de la región codificante para los complejos clásicos (MHC I y MHC II) (véase Complejo_mayor_de_histocompatibilidad).
Se caracteriza por poseer un peso molecular de 43-49 kDa. Su función biológica en la célula es presentar antígenos lipídicos (por ejemplo glucolípidos de patógenos) a los linfocitos NKT (no confundir con Células NK). Los linfocitos NKT expresan marcadores característicos de linfocitos citolíticos naturales (células NK) así como receptor de células T.[1] La proteína CD1 posee similitud con el MHC clase I (véase Complejo_mayor_de_histocompatibilidad), en cuanto a su organización de subunidades y a su asociación a microglobulina β2, sin embargo se comporta como una molécula de MHC clase II, lo anterior respecto a la forma en la que "carga" o adquiere sus ligandos. Se expresa específicamente en: timocitos corticales, células de Langerhans, células dendríticas, linfocitos B, epitelio intestinal, músculo liso y endotelio de vasos sanguíneos.[2] Hay varias proteínas CD1 que se expresan en los seres humanos, en general esta proteína se encuentra presente en aves y en una infraclase de mamíferos denominada placentalia.[3] Aunque las vías de tráfico celular difieren de formas sutiles, todas las moléculas CD1 se unen a los lípidos y los muestran por una sola vía. Las moléculas CD1 recién sintetizadas captan lípidos celulares y los llevan a la superficie celular. Desde aquí, los complejos CD1-lípido son captados por endocitosis en los endosomas o los lisosomas, donde se capturan los lípidos que han sido ingeridos del ambiente externo, y los nuevos complejos CD1-lípido vuelven a la superficie celular. De este modo, las moléculas CD1 adquieren los antígenos lipídicos interiorizados por endocitosis durante el reciclado y los presentan sin un procesamiento aparente. Los linfocitos NKT que reconocen a los antígenos lipídicos pueden intervenir en la defensa contra los microbios, en especial contra las Micobacterias (ricas en componentes lipídicos).[1]
Las moléculas CD1 se clasifican en el grupo 1 y grupo 2.[2]
Grupo 1
Comprende a los tipos CD1a, CD1b y CD1c. Estas proteínas se unen a glucolípidos, fosfolípidos y antígeno lipopeptídicos derivados de microbios.[2]
Grupo 2
Constituido por los tipos CD1d y CD1e. Se cree que estas proteínas se unen principalmente a antígenos lipídicos propios como esfingolípidos y diacilgliceroles.[2]