Rinitis alérgica

enfermedad nasal

La rinitis alérgica o fiebre del heno es una reacción de las membranas de la mucosa de la nariz (nasal) después de una exposición a partículas de polvo, de polen, cambio de estación u otras sustancias que perjudican al que sea alérgico. Se ven afectados los ojos y la nariz principalmente.[3]

Rinitis alérgica

Especialidad inmunología
Síntomas Rinorrea, estornudos, ojos rojos con lagrimas, prurito facial y ótico
Factores de riesgo Asma, conjuntivitis alérgica, dermatitis atópica [1]
Diagnóstico Según los síntomas, prueba de punción cutánea, análisis de sangre para anticuerpos específicos
Diagnóstico diferencial Resfriado común.
Tratamiento Esteroides nasales, antihistamínicos como loratadina, cromoglicato sódico, antagonistas de los receptores de leucotrienos como montelukast, inmunoterapia con alérgenos.[2]

Fisiopatología

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Esta inflamación determina la producción de hiperreactividad nasal, ante estímulos por la inhalación de alérgenos. Los que padecen este tipo de alergia, deben evitar prados en período de floración. No obstante, la fiebre del heno puede manifestarse a lo largo de todo el año y de forma regular, sin relación con la estación climática. Es la denominada fiebre del heno "perenne", cuyas manifestaciones son generalmente impredecibles en cuanto al momento y a la intensidad. Algunas personas con este tipo de fiebre del heno suelen presentar pólipos nasales, sinusitis y abundantes eosinófilos en el moco nasal, mientras que otras no tiene pólipos, ni sinusitis, ni eosinófilos, pero sí los síntomas; en este caso la afección puede ser una rinitis vasomotora, de causa desconocida. Como causa se está estudiando la relación con la sensibilidad al gluten no celíaca, ya que la eliminación completa y mantenida del gluten en cierto grupo de personas conlleva a la remisión completa de los síntomas de la rinitis alérgica.

Cuadro clínico

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La rinitis alérgica es uno de los padecimientos crónicos más comunes y afecta a millones de personas. La afección puede hacer que tenga secreción nasal y sufra de comezón (picor) durante todos los meses de florecimiento de las plantas, o al exponerse a otros factores alérgicos desencadenantes. Otros síntomas de la rinitis alérgica son constipación nasal, cefalea y más raramente mareo tipo vértigo.

En los casos más graves puede generar tos en exceso, crepito e inflamación de los alveolos pulmonares.[4][5]

Diagnóstico diferencial

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Se deben descartar otras causas que imitan a las rinitis alérgica.[6]

Tratamiento

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Hay varias formas de tratar esta enfermedad. Los más utilizados son los antihistamínicos H1 (como la loratadina o cetirizina), los corticoides, los bloqueadores de receptores de leucotrienos, los descongestionantes nasales, y las vacunas hipoalergizantes.[7]

La inmunoterapia alergeno-específica es el único tratamiento capaz de modificar el curso natural de la enfermedad. Se puede aplicar por vía sublingual, desde edades muy tempranas de la vida demostrando su eficacia y seguridad para este grupo poblacional.[8]

También se ha descrito como tratamiento, la retirada del gluten, obteniendo en algunos individuos una remisión completa de los síntomas de rinitis alérgica, debido a la presencia de una sensibilidad al gluten no celíaca no diagnosticada, por lo que se recomienda a todas las personas con rinitis alérgica la retirada estricta del gluten durante dos semanas y observar si disminuyeron los síntomas de la rinitis alérgica, para así descartar que la causa de esta sea una sensibilidad al gluten no celíaca. [cita requerida]

La adherencia al tratamiento es algo difícil de conseguir en esta enfermedad, dada su característica de crónica, los pacientes suelen abandonar el tratamiento antes de notar un alivio o tras sentirse mejor, ya que es un tratamiento que implica incomodidades (larga duración del esquema y costo económico), sobre todo en países en vías de desarrollo. En un estudio realizado en Ecuador, se evidenció que la adherencia al tratamiento es, principalmente, moderada (la falta de adherencia al tratamiento se reporta hasta en el 50% de pacientes que padecen una enfermedad crónica).[9]

Véase también

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Referencias

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  1. Wheatley, Lisa M.; Togias, Alkis (29 de enero de 2015). «Allergic Rhinitis». En Solomon, Caren G., ed. New England Journal of Medicine (en inglés) 372 (5): 456-463. ISSN 0028-4793. doi:10.1056/NEJMcp1412282. Consultado el 21 de noviembre de 2024. 
  2. «Environmental Allergies Treatments». web.archive.org. 17 de junio de 2015. Consultado el 21 de noviembre de 2024. 
  3. Allergic rhinitis. Rush University Medical Center. 10/1/2011.
  4. Rondón C, Fernández J, Canto G, Blanca M. Local allergic rhinitis: Concept, clinical manifestations, and diagnostic approach. Journal of investigational allergology & clinical immunology. 2010; 20(5):364–71. PMID 20945601
  5. Bousquet J, Reid J, van Weel C, et al. Allergic rhinitis management pocket reference 2008. Allergy. 2008; 63(8):990-6.
  6. Akhouri, Shweta; House, Steven A. (2024). Allergic Rhinitis. StatPearls Publishing. Consultado el 21 de noviembre de 2024. 
  7. Sur DK, Scandale S. Treatment of allergic rhinitis. American Family Physician. 2010; 81(12):1440–6. PMID 20540482
  8. «Valet RS, Fahrenholz JM. Allergic rhinitis: update on diagnosis. Consultant. 2009; 49:610-3.». Archivado desde el original el 14 de enero de 2010. Consultado el 29 de abril de 2012. 
  9. Abad-Cuenca, Sebastián Eduardo; Cabrera-Cantos, Alex Cornelio; Banegas Ruiz, María Isabel; Carmona Vera, Freddy Leonardo; Abad Gonzalez, Xavier Eduardo (26 de junio de 2023). «Adherencia terapéutica en estudiantes con rinitis alérgica de la Universidad del Azuay». ATENEO 25 (1): 17-44. ISSN 1390-4396. Consultado el 31 de enero de 2024. 

Enlaces externos

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