Socioliberalismo

ideología política
(Redirigido desde «Liberalismo Progresista»)

El socioliberalismo o liberalismo social (también conocido en Estados Unidos y Canadá como liberalismo moderno, en España como liberalismo progresista y en Reino Unido como nuevo liberalismo),[1]​ es una corriente del liberalismo que, siguiendo en sus inicios a Juan Álvarez Mendizábal y más posteriormente a John Stuart Mill, coloca en el centro de su pensamiento el desarrollo interno y material de los seres humanos pensando en su interacción social.[2][3]

John Stuart Mill.

Las ideas y los partidos liberales sociales tienden a ser considerados de centro a centroizquierda, aunque existen desviaciones de estas posiciones tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Abordar cuestiones económicas y sociales, como la pobreza, el bienestar, la infraestructura, la atención médica y la educación mediante la intervención del gobierno, al tiempo que se enfatizan los derechos individuales y la autonomía, son perspectivas de un gobierno socioliberal. En el discurso político moderno, el liberalismo social se asocia con el progresismo, un liberalismo de izquierda en contraste con el neoliberalismo de tendencia derechista, y combina el apoyo a una economía mixta con el liberalismo cultural.[4]

En lo político, su ética se opone al autoritarismo y busca involucrar a los seres humanos en el proceso de toma de decisiones, de ahí el énfasis en la democracia. En lo económico propone una intervención moderada del Estado en la economía que castigue la formación de monopolios y la consolidación de intereses monopolísticos para conseguir una verdadera libertad de mercado. Los socioliberales son críticos con el socialismo real, debido a su pretensión de socializar la economía, que, según ellos, cae en el paternalismo, coarta la libertad de comercio y genera ineficiencia económica e injusticia social, no así con otras corrientes moderadas del socialismo, como por ejemplo la socialdemocracia. Según los socioliberales la función del Estado es la de garantizar la igualdad de oportunidades, fomentando el desarrollo personal y la libertad de todos los ciudadanos, pero en ningún caso la de sustituirlos en la toma de decisiones.

El socioliberalismo nace como corriente progresista del liberalismo clásico, e introduce el concepto de justicia social y la democracia liberal en su programa de reformas. Es una teoría de origen europeo basada en corrientes racionalistas ilustradas relacionadas, sobre todo, con Kant. Más allá, se pueden encontrar raíces en los orígenes del iusnaturalismo en Tomás de Aquino y Francisco Suárez, en la Escuela de Salamanca, y en el humanismo renacentista.

Principios teóricos del socioliberalismo

editar

Los primeros socioliberales aparecieron durante el siglo XIX y formularon sus puntos de vista en respuesta al liberalismo clásico de los siglos XVII y XVIII. Los socioliberales pusieron gran énfasis en las libertades individuales y en la interacción de tales libertades con otras funciones esenciales de la vida comunitaria, como son la solidaridad y la empatía, que pueden servir para acrecentar las oportunidades de los menos privilegiados en la sociedad.

Tiene sus fuentes tanto en las tesis más racionalistas de la Ilustración, como en el desarrollo del capitalismo liberal e industrial del s. XIX, con el que comulga sin rubor. Sus fundamentos teóricos se encuentran en las filosofías liberales de Jeremy Bentham, Thomas Jefferson, John Stuart Mill, y, más recientemente, Isaiah Berlin, John Rawls o Norberto Bobbio.

El socioliberalismo se empieza a formar en del siglo XIX. A nivel político y social, está estrechamente vinculado a la Universidad de Oxford y emerge bajo el nombre de Nuevo Liberalismo. Económicamente, está influenciado por investigadores de la Universidad de Cambridge. A nivel internacional, con figuras como Woodrow Wilson, Norman Angell y David Mitrany, ha contribuido en gran medida al establecimiento de instituciones internacionales de regulación, tanto a nivel político (Sociedad de las Naciones y Naciones Unidas) como a nivel económico en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

El liberalismo social como una ideología ha tenido una notable influencia en la vida política de Francia a través del solidarismo y en los Estados Unidos, a través del programa de la Nueva libertad (New liberty) de Woodrow Wilson. Sin embargo, esta ideología es dominante solo después de la Segunda Guerra Mundial.[5]​ Será muy discutida al final de los Treinta Años Gloriosos, perdiendo gran parte de su influencia en beneficio de otras corrientes liberales. En particular, se le acusa de ceder a la tentación de la pericia, particularmente fuerte en economía. En Latinoamérica, el socioliberalismo está emparentado con el radicalismo, que provienen del ala izquierda de los partidos liberales.

El socioliberalismo, bajo la influencia de John Rawls, Amartya Sen y Martha Nussbaum, opera en torno a un mayor respeto por los ciudadanos, al mismo tiempo que esboza una crítica del «economismo liberal». Desarrolla una reflexión relacionada con las formas de responder a los nuevos retos del siglo XXI: la justicia social, los derechos civiles, multiculturalismo, la ética política, etc.[6]

En lo político, el pensamiento socioliberal se entiende como una evolución natural del progresismo liberal, como adaptación a los tiempos actuales, desarrollando sus propias teorías acerca de las soluciones necesarias para resolver los problemas de la sociedad.

Ideas del socioliberalismo contemporáneo

editar

En el ámbito político

editar
  • Su ética se opone al autoritarismo.
    • Según los socioliberales, el Estado regula y protege libertades civiles, pero no puede usurpar la autonomía de los individuos.
    • La soberanía reside en exclusiva en la ciudadanía, y se transmite a través de los mecanismos propios de la democracia liberal o de la democracia participativa.
    • Creencia y defensa de la democracia, y a sus defensores a menudo se les conoce también como liberal-demócratas.[7]
    • Elecciones libres y justas en una democracia pluripartidista.
  • Solidaridad internacional, puesto que sus tesis suelen ser universalistas y cosmopolitistas. Una política exterior que promueva la democracia, los derechos humanos, la libertad y la igualdad y, siempre que sea posible, el multilateralismo. Está a favor de la integración regional por ejemplo la integración europea (Unión Europea). Es el propio caso del político belga Guy Verhofstadt, conocido por escribir un libro titulado Los Estados Unidos de Europa, donde abogaba por una Europa unificada como un estado nación (un país) única federal y soberana de estados similar a los Estados Unidos de América, lo que implicaría que cada uno de los estados europeos adquiriría un estatus similar al de un estado estadounidense convirtiéndose en partes constitutivas de una federación europea que actúa como un solo país soberano.
    • Internacionalismo, en oposición al nacionalismo, la xenofobia y el racismo.
  • Un sistema realmente republicano y democrático (sin políticos con privilegios o poderes coptados por partidos o ideas populistas, rechazando la adoración y adulación de dimensión casi religiosa o sagrada de figuras de líderes políticos carismáticos e ideas personalistas), leyes fuertes de protección de la vida, propiedad y libertad.
  • Entidades reguladoras que defienden a los trabajadores, los consumidores y la competencia.
  • Defensa de un gobierno republicano, federal y descentralizado frente a una monarquía unitaria y centralizada.

En el ámbito económico

editar
  • Regulación social y una intervención moderada del Estado en la economía, con el objeto de garantizar una economía social de mercado o también llamado capitalismo social.
    • Diseñada como tercera vía entre el liberalismo económico de laissez faire y la economía socialista.
    • Es una economía de mercado libre, basada en un sistema de precios libres y que la propiedad privada sobre los medios de producción debe ser garantizada, pero se debe obligar al uso responsable (incluyendo asuntos laborales y de utilización de recursos comunes) de tal derecho (principales ideas del ordoliberalismo).
    • La intervención del Estado en la economía es mínima, pero apoya la actividad del gobierno para promover mercados competitivos, programas de bienestar social y un estado de bienestar para abordar las desigualdades sociales que resultan del mercado. Este modelo es prominente en los países de Europa occidental y del norte, aunque variando sus configuraciones.[8]
  • El objetivo de la economía social de mercado es lograr la mayor prosperidad, generada por la propiedad privada y el mercado, especialmente el desempeño económico y la alta oferta de bienes, evitando desventajas como la falla del mercado, la competencia destructiva, la concentración del poder económico y los efectos socialmente dañinos de los procesos del mercado, combinada con la mejor seguridad social posible.
    • A diferencia de la economía de libre mercado, el Estado no es pasivo, sino que toma medidas regulatorias activas.
    • Los objetivos de la política social incluyen políticas de empleo, vivienda y educación, así como un equilibrio de la distribución del crecimiento del ingreso motivado sociopolíticamente.
    • Las características de las economías sociales de mercado son una fuerte política de competencia y una política monetaria contractiva, regulada y genuinamente libre que castigue la formación de monopolios y la consolidación de intereses monopolísticos u oligarquías arraigadas o en el capitalismo de amigos, ya sea originadas por el sector privado o el propio Estado.
  • Libre comercio, un país abierto e integrado al mundo en tema económico.
  • Las empresas públicas en áreas que consideran vitales, pero sin llegar a ser "muchas".
    • Desde una administración como si fueran empresas privadas (se financian solas, compiten con empresas privadas, no se usan como agencias de empleo, etc.) razón por la cual dan ganancias y no tienen la necesidad de subvenciones del gobierno, para que las ganancias de la empresa vayan a las arcas del estado.
    • Con empresas públicas productivas y competitivas pretende financiar las actividades del estado sin necesidad de subir impuestos.
  • Ortodoxia fiscal y monetaria, tener pocos impuestos, recaudar porcentajes de impuestos lo más bajos posibles para no castigar el ahorro-inversión-crecimiento económico del sector productivo y privado del país, leyes laborales simples y baratas, un sistema de infraestructura principalmente privado, servicios básicos (agua, gas electricidad, etc.) no monopólicos.
  • Combina el desarrollo económico producido por la economía de libre mercado, el libre comercio para favorecer la actividad privada para así crear una economía creciente, que permite disponer de la prosperidad y recaudar el dinero en impuestos para incentivar el ahorro e inversión, para generar riqueza y financiar políticas sociales en sectores de necesidad social: sanidad, educación, jubilaciones, fuerzas de seguridad, ayuda al desempleo y los programas sociales esenciales para el sustento de las clases sociales más bajas y eliminar o reducir la pobreza.
    • Además, al mantener un Estado más limitado y pequeño, se excluye gasto público, burócratas y funcionarios para dedicarlo a políticas sociales y bajadas de impuestos.
    • Contrario de la teoría económica keynesiana y socialista, donde el Estado tiene que ser grande y fuerte, intervenir e incentivar el consumo, controlar y regular la economía (impuestos altos, controles de precios, planificación económica, incentivos al gasto público, etc.), para el socioliberalismo se tiene que generar crecimiento económico donde no son los beneficios e intervenciones del gobierno los que crean la riqueza y prosperidad del país sino la riqueza generada por la economía de libre mercado, propiedad privada, libre comercio, libertad económica y un mercado laboral flexible, para darle oportunidades y poder desarrollar un sector privado fuerte, pujante y próspero, que les permite el lujo de tener un estado de bienestar con programas de bienestar social, pero siempre sin castigar el sector productivo y privado del país, como el caso del modelo nórdico de bienestar.

En el ámbito social

editar
  • Defensa de los derechos humanos, las libertades fundamentales de los individuos y la defensa de los derechos sociales y civiles.
  • Tolerancia social y pluralismo político, porque considera la división de la sociedad como algo heterogéneo, compuesta en diversos grupos sociales con ideas, pensamientos ideológicos e intereses diferentes como una fortaleza y no como una debilidad, porque todas las personas no piensan de la misma manera o porque todas las personas no tienen el mismo proyecto de vida, por eso declara que hay que respetar la posición de cada uno por igual, en oposición al populismo que defiende una visión dualista y colectivista de la sociedad como si fuese uno solo, sin tomar en cuenta las necesidades y proyectos de cada uno.
  • Apertura integral a la emigración, la inmigración y el multiculturalismo.
  • El Estado no debe moralizar a los ciudadanos, sino que, al contrario, tiene la obligación de garantizar su autonomía moral, pues la moral pertenece a la esfera privada. Por ello, defienden una concepción laica del Estado, abogando por una completa separación entre Iglesia y Estado, y en concreto, defendiendo el derecho de mujeres y hombres a elegir cuándo y cómo tener hijos.
  • Una incredulidad en la existencia de crímenes sin víctimas (por ejemplo, drogas y prostitución) y la necesaria despenalización o legalización de estas prácticas.
  • Sistemas descentralizados de toma de decisiones.
  • Derecho a la legítima defensa, incluido el derecho a poseer armas para tal fin.
  • Penalizar la discriminación, pero no el tener ideas discriminatorias mientras sólo se queden en eso. También busca evitar la imposición de cualquier idea en medios de gran alcance, especialmente aquellas que hagan apología a romper la libertad de cualquier individuo, sea atentando contra el derecho de tener un estado de bienestar social o cualquier daño discriminatorio.
  • Defiende la igualdad jurídica y social, de manera que todos deben ser iguales ante la ley sin importar sus creencias o ideas; siempre que se mantengan dentro del marco legal y sin que interfieran con las de otros.
  • El Estado debe mantenerse al margen y no tomar parte en decisiones que creen que dependen de la opinión de cada individuo. Debe de dejar que la gente haga lo que desea (dentro del marco de la ley), pero sin que el Estado lo promueva o critique.
  • A las personas en situación de calle se les tiene que rescatar, educar y que busquen un trabajo para su independencia y que después paguen, aunque variando el método y modo. A los más necesitados, ayudas no en dinero, sino en bienes (subsidios a los servicios, comida, medicamentos) y que los mismos tengan fecha de vencimiento (para que busquen un empleo) y capacitarlos. Esto además generaría una mayor seguridad, menos inestabilidad social, y por lo tanto la gente no estaría propensa a caer en ideologías muy radicales (ya que estas tienen un mayor alcance en situaciones de inestabilidad económica, política o social).
  • El Estado debe encargarse únicamente de gestionar las políticas sociales y los fondos públicos obtenidos de la mejor forma posible. Mantener una burocracia muy limitada, que todo aquel sector del que no dependan las políticas sociales debe ser privado.
    • Se diferencia de la socialdemocracia porque no es tan intervencionista como esta, sino que permite hacer a los ciudadanos lo que mejor les parezca de forma autónoma.
  • A favor de los servicios sociales, pero que estos los proporcionen empresas privadas que el ciudadano elija, exceptuando sanidad, educación, seguridad y disminución o eliminación de la pobreza (a diferencia de la socialdemocracia, que propone lo mismo pero a través de empresas monopólicas públicas). Menos paternalismo estatal, pero sin llegar a ser liberales completamente, pero sí algo más inclinados hacia el capitalismo.

El liberalismo social cree que la libertad se basa en el libre desarrollo de la persona sin coacción del Estado, siempre que se mantengan dentro de lo que es legal y sin que interfieran con el otros, creyendo en la mejor forma de garantizar servicios sociales de calidad, y se favorezca la actividad económica privada, el crecimiento económico, el ahorro e inversión para conseguir elevados salarios y un mayor volumen de beneficios en las empresas que les permitan recaudar más volumen en impuestos. Puede traducirse en un liberalismo con un estado de bienestar (aplicado solo a funciones realmente importantes como salud o educación, para que haya igualdad de oportunidades y justicia social, para que haya una cosa, la voluntad propia).

Partidos políticos social liberales

editar

En Europa

editar
 
Emma Bonino.

En Europa el socioliberalismo no pertenece a ningún partido u organización, sino que permea toda la construcción política europea; es una de las ideologías que ha configurado los partidos europeos en todo el espectro político. Así, la mayor parte de los partidos políticos europeos democráticos y moderados tiene raíces ideológicas en el socioliberalismo, como es el caso de la izquierda socialdemócrata y de la derecha liberal. Sin embargo, hay partidos más directamente inspirados por el socioliberalismo, y, en Europa, se encuentran en su mayoría en el entorno del Partido de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, que con el nombre de Renovar Europa conforma el tercer grupo más numeroso en el Parlamento Europeo. Su actual líder es el ex primer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt, cuyo hermano, el pensador Dirk Verhofstadt, ha sido uno de los grandes contribuidores contemporáneos al socioliberalismo tanto en Bélgica como en Países Bajos.

Por lo general, los social liberales europeos están a favor del federalismo europeo. Esto le ha acarreado críticas desde sectores euro-escépticos, que tumbaron su candidatura en el año 2004 a la presidencia de la Comisión Europea. También fue conocida su postura contraria a la invasión de Irak planeada por George W. Bush.

El actual presidente de ELDR, el británico liberal demócrata Graham Watson, fue elegido el 25 de noviembre de 2011 en el Congreso celebrado en Palermo. Nada más se supo su nombramiento, dijo: «Mis tres principales metas serán expandir el partido, poner al día las técnicas de campaña y construir un partido verdaderamente pan europeo en su pensamiento».

 
Guy Verhofstadt en 2005.

A esto, añadió: «Las múltiples crisis en las que actualmente nos encontramos —económica, política y medioambiental— son una oportunidad para los liberales para mostrar de qué estamos hechos. Es nuestro trabajo como liberales explicar cómo ofrecemos una verdadera alternativa responsable al conservadurismo y al socialismo».

De los partidos estatales europeos, destacan por su tamaño los siguientes partidos de inspiración directamente socioliberal:

  • En Rusia, esta corriente de pensamiento correspondería a Yábloko, un pequeño partido cuyos votantes son la clase media joven. Están a favor de un acercamiento de Rusia a la Unión Europea y a Occidente en general. Critican el autoritarismo del presidente Putin y quieren convertir a Rusia en un verdadero Estado de derecho basado en los principios de la democracia liberal.

Fuera de Europa

editar

América

editar

En Estados Unidos, el socioliberalismo se identifica muy decididamente con el Partido Demócrata, cuyo fundador, Thomas Jefferson, fue uno de los primeros teóricos socioliberales (la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada en su mayoría por Jefferson, recoge explícitamente algunos importantes principios del socioliberalismo, como los concernientes a los derechos humanos, y a la separación de Iglesia y Estado).

En Canadá está el Partido Liberal, basado en las teorías de diversos autores liberales que incluyen la libertad individual para las generaciones presentes y futuras, la responsabilidad, la dignidad humana, el concepto de sociedad justa, libertad política y religiosa, unidad nacional en el marco de un Canadá federal, igualdad de oportunidades, diversidad cultural, bilingüismo y multilateralismo. Este partido impulsó medidas sociales tales como la legalización del matrimonio gay y el uso del cannabis terapéutico, además de una propuesta para legalizar su posesión en pequeñas cantidades.

En Chile, el socioliberalismo está representado por el Partido Liberal de Chile. Uno de los autores que han aportado a la literatura socioliberal desde ese país ha sido el abogado y filósofo Agustín Squella.

En Costa Rica las posturas del Socioliberalismo están representadas por el Partido Liberal Progresista. Esta agrupación política defiende la libertad económica, la defensa de los derechos LGTBI , la legalización del consumo de marihuana, la fecundación in vitro, la separación Estado e Iglesia, políticas ambientales y políticas de asistencia social que busquen el empoderamiento de los beneficiados y que no dependan del Estado. [19][20]

En India, el socioliberalismo está representado por el Congreso Nacional Indio y en Sudáfrica por la Alianza Democrática. En Japón por el Partido Democrático de Japón.

Desarrollo del liberalismo social

editar

Fueron varios los hechos que durante los siglos XVIII y XIX iban a alentar el surgimiento del liberalismo social.

Al principio del siglo XIX, el liberalismo era la fuerza política e intelectual dominante en Europa.[21]​ En Inglaterra, el Partido Liberal nació en 1839 a partir de la reunión del expartido Whigs y los radicales, los seguidores de Jeremy Bentham y el utilitarismo. Fue uno de los dos grandes partidos ingleses, con los Tories, hasta 1922. Sociológicamente, estuvo muy influenciado por la pequeña burguesía radical. Bajo su influencia, Richard Cobden y la Escuela de Mánchester terminan con la derogación de las Leyes de Maíz el 16 de mayo de 1846, y la conversión de Inglaterra al libre comercio. Mientras en los Estados Unidos, se estableció un consenso liberal después de la Guerra Civil,[22]​ en el continente europeo el liberalismo regresó a Francia y Alemania después de las revoluciones de 1848. El filósofo y economista John Stuart Mill, de la escuela clásica, se apartó de los estrictos dogmas del liberalismo económico clásico, y presentó su interés en el saint-simonismo,[23]​ incluyendo la idea de la igualdad de género y las críticas al liberalismo clásico, llevándolo a teorizar un nuevo estado social que uniría la mayor libertad individual de acción con «una propiedad común de las materias primas del globo» y «una participación igualitaria de todos en beneficios de la asociación laboral». El trabajo de Mill, favorablemente influenciada por la Revolución Francesa del mes de febrero de 1848, demuestran la consistencia de su interés en el socialismo.[24]

En las revoluciones liberales —que destruyen las bases jurídico-políticas establecidas hasta entonces por el absolutismo— y la revolución industrial —que arroja a los campesinos de la tierra y los incorpora a la industria—, enarbolando la postura del individualismo, no hay una consideración social de la pobreza, sino que se considera tener en esos casos mala suerte o malos hábitos. De esta situación surge el socialismo, que introduce una consideración social de los problemas empezando a propugnar medidas colectivas y postulando intervenciones del Estado en la economía. Los obreros empiezan a estar organizados y a exigir una democratización y una laicización de la educación.

En los años posteriores, desde el liberalismo se empieza a tomar conciencia de la cuestión obrera. Se produce una laicización de la educación y una generalización de la enseñanza obligatoria, suponiendo una mejora de la clase obrera al intentarse una incorporación de ésta en la sociedad liberal. Se produce aquí la primera gran diferenciación entre el liberalismo clásico y el liberalismo social, donde el primero utiliza la libertad individual como medio universal para la realización del ideal del individuo sin distinguir clases sociales y el segundo, en cambio, trata de integrarlo a la sociedad, visualizando al colectivo como una unidad corpórea que exige el sacrificio de parte del interés particular volcándolo en el concepto abstracto de "voluntad colectiva".

En el mundo anglosajón, estas ideas son conocidas como "liberalismo moderno", en contraposición al liberalismo clásico o a los neoconservadores o liberal-conservadores. En Estados Unidos, estas posturas están defendidas por el Partido Demócrata de Estados Unidos. Allí, los demócratas son conocidos, simplemente, como "liberales".

La Iglesia católica sufrió una embestida muy fuerte durante el siglo XIX. A partir de la amenaza social que consideraban que se producía con la organización de los obreros, los conservadores vieron en los principios católicos la manera de mantener al hombre. Sin embargo, el papa León XIII, en la encíclica Rerum novarum de 15 de mayo de 1891, da nota de la cuestión social y de las condiciones en la que viven los obreros, pero ve también que está siendo captada por lo que considera la subversión del socialismo. La Rerum novarum supone reconocer unas premisas sociales y nace de esta manera la doctrina social de la Iglesia.

La Internacional Liberal es la principal organización internacional de partidos liberales, incluyendo los social liberales.

Expresiones del liberalismo social

editar

Las dos principales corrientes del liberalismo social se vieron en Inglaterra con el new liberalism, propugnado por Leonard Trelawny Hobhouse, y en Francia con el solidarismo, abanderado por Alfred Fouillée, Célestin Bouglé y, sobre todos, Léon Bourgeois. En España también tuvo importancia el krausoinstitucionalismo, corriente krausista del liberalismo social que encabezaron Francisco Giner de los Ríos y Gumersindo de Azcárate.

Principales pensadores social liberales

editar
 
Thomas Hill Green
 
John Dewey
 
Amartya Sen
 
Martha Nussbaum
 
Ronald Dworkin

Esta lista presenta algunos de los más notables pensadores y políticos que generalmente son considerados como los más significativos contribuidores al desarrollo y evolución del socioliberalismo como ideología política.

Véase también

editar

Referencias

editar
  1. Pease, Donald E.; Wiegman, Robyn (2002). «The Futures of American Studies» (en inglés). Duke University Press. p. 518. 
  2. Morales, Francisco Coll. «Liberalismo social (socioliberalismo)». Economipedia. Consultado el 31 de marzo de 2023. 
  3. Noé Pineda Portillo (16 de octubre de 2017). «Liberalismo social o socioliberalismo». Diario La Tribuna. Archivado desde el original el 16 de octubre de 2017. Consultado el 31 de marzo de 2023. 
  4. Bodo Hombach (2000). «The Politics of the New Centre» (en inglés). ISBN 978-0-745-62460-0. 
  5. a b c d e f g h i Adams, 2001.
  6. Citado por Rawls enAudard, 2009, p. 355.
  7. «'¿Ser demócrata es ser liberal?', por Javier Paniagua». Crónica Global. Consultado el 22 de noviembre de 2020. 
  8. Fernández, Anna-Clara Martínez (10 de mayo de 2017). «El avance del liberalismo-progresista en la Unión Europea». Debate21. Consultado el 22 de noviembre de 2020. 
  9. Mateos, Araceli; Penadés, Alberto (2013). «España: crisis y recortes» (pdf). Revista de ciencia política. (Santiago) 33 (1): 175. ISSN 0718-090X. Consultado el 18 de enero de 2016. «Unión Progreso y Democracia (5 escaños) es un partido de centro, con una combinación de ideología social liberal y de centralismo territorial, enemigo del nacionalismo periférico en España».Mateos, Araceli&rft.au=Penadés, Alberto&rft.aufirst=Araceli&rft.aulast=Mateos&rft.date=2013&rft.genre=article&rft.issn=0718-090X&rft.issue=1&rft.jtitle=Revista de ciencia política. (Santiago)&rft.pages=175&rft.volume=33&rft_id=http://www.scielo.cl/pdf/revcipol/v33n1/art08.pdf&rft_val_fmt=info:ofi/fmt:kev:mtx:journal" class="Z3988"> 
  10. Painter, 2013, p. 208. «The leftist ‘United Left’ and the moderate social liberal party Union, Progress and Democracy, saw their support increase by 3 per cent and 3.5 per cent, respectively»
  11. «Political parties». European Social Survey (en inglés). 2012. p. 49. Archivado desde el original el 21 de octubre de 2018. 
  12. Wolfram Nordsieck. «SPAIN». Parties and Elections in Europe (en inglés). Consultado el 13 de agosto de 2015. «Unión, Progreso y Democracia (UPD): Social liberalism». 
  13. «El día menos pensado - Rosa Díez: "Si fuera Rajoy hace tiempo que estaría negociando condiciones del rescate"». RTVE. 18 de septiembre de 2012. Consultado el 20 de agosto de 2015. «Dentro de Unión, Progreso y Democracia coexisten y conviven bien esas dos grandes familias del pensamiento político europeo: el liberalismo político y la socialdemocracia. Si hubiera que buscarle un adjetivo, pero es que no me gustan los adjetivos, pues diría que somos un partido, por las políticas que defendemos y no porque nos definamos así, pues que podríamos decir social liberal». 
  14. País, Ediciones El (4 de febrero de 2017). «Ciudadanos elimina la socialdemocracia de su ideario y abraza el liberalismo progresista». EL PAÍS. Consultado el 4 de marzo de 2017. 
  15. «Solchaga: "La socialdemocracia liberal se impondrá en el PSOE"». 
  16. «Así queda la reforma laboral: despido más barato y mayor control a los parados». 
  17. «El Congreso aprueba la Ley de Dependencia. Suprimida una enmienda que eximía a los dependientes de contribuir con su patrimonio.». 
  18. 20Minutos (27 de octubre de 2018). «José Enrique Aguar, exportavoz de Cs en la Diputación, candidato a la Alcaldía de Contigo Somos Democracia». 20minutos.es - Últimas Noticias. Consultado el 19 de febrero de 2019. 
  19. https://liberal.cr/el-liberalismo-progresista/
  20. https://plan.liberal.cr/themes
  21. Audard, 2009, p. 20.
  22. Audard, 2009, p. 25.
  23. Audier, 2006, pp. 7-13.
  24. Audier, 2006, p. 8-9.
  25. a b c d e Richardson, James L. (2001). Contending liberalisms in world politics. Londres: Lynne Rienner Publishers, Inc. ISBN 1-55587-915-2. 
  26. a b c d e Cardoso Rosas, João (2008). «Socialismo ou liberalismo social?». DiarioEconomico.com. Archivado desde el original el 15 de enero de 2009. Consultado el 21 de mayo de 2008. 
  27. a b c d e f Carlos Bresser-Pereira, Luiz (2003). Building the Republican State. Oxford: Oxford University Press. ISBN 9780199261185. 
  28. a b c d Meadowcroft, John (Autumn de 2000). «The Origins of Community Politics» (PDF). Journal of Liberal Democrat History. Archivado desde el original el 16 de agosto de 2009. 
  29. a b c d Avital Simhony, David Weinstein (2001). The new liberalism: reconciling liberty and community. Cambridge: Cambridge University Press. ISBN 9780521794046. 
  30. a b c «James Hobson». Archivado desde el original el 31 de marzo de 2008. Consultado el 19 de mayo de 2008. 
  31. a b c d e f Ortiz, Cansino; Gellner, Ernest; Geliner, E.; Merquior, José Guilherme; Emil, César Cansino (1996). Liberalism in Modern Times: Essays in Honour of Jose G. Merquior. Budapest: Central European University Press. 185866053X. 
  32. Merquior, J.G. (1991). Liberalism Old and New. Boston: Twayne Publishers. ISBN 0805786279. 
  33. Seidman, Steven (2004). Contested knowledge: social theory today. Malden, MA: Wiley-Blackwell. ISBN 9780631226710. 
  34. W. Russell, James (2006). Double standard: social policy in Europe and the United States. Rowman & Littlefield. ISBN 9780742546936. 
  35. Thompson, Alastair (2000). Left Liberals, the State, and Popular Politics in Wilhelmine Germany. Oxford: Oxford University Press. ISBN 9780198205432. 
  36. F. Biagini, Eugenio (2002). Citizenship and Community: Liberals, Radicals and Collective Identities in the British Isles, 1865-1931. Cambridge: Published by Cambridge University Press. p. 228. ISBN 9780521893602. 
  37. Till van Rahden, Marcus Brainard (2008). Jews and Other Germans: Civil Society, Religious Diversity, and Urban Politics in Breslau, 1860-1925. Wisconsin: University of Wisconsin Press. ISBN 9780299226947. 
  38. Ronald Findlay, Lars Jonung, Mats Lundahl (2002). Bertil Ohlin: a centennial celebration, 1899-1999. Cambridge: MIT Press. ISBN 9780262062282. Archivado desde el original el 10 de septiembre de 2006. Consultado el 8 de diciembre de 2011. 
  39. Klausen, Jytte (2001). War and Welfare: Europe and the United States, 1945 to the Present. Palgrave Macmillan. ISBN 9780312238834. 
  40. «Espaço Cultural Miguel Reale». Jornal da Universidade de São Paulo (en portugués). Universidade de São Paulo. 2000. Archivado desde el original el 6 de abril de 2009. Consultado el 5 de abril de 2009. 
  41. Reale, Miguel (2000). Crise do capitalismo e crise do Estado (en portugués). São Paulo: Senac. ISBN 9788573591415. 
  42. Watson, Graham (Spring de 1998). «The Two Davids» (PDF). Journal of Liberal Democrat History. Archivado desde el original el 16 de agosto de 2009. 
  43. a b c Vincent, Andrew (2007). The Nature of Political Theory. Oxford: Oxford University Press. ISBN 9780199297955. 
  44. Paul Aron, Luke Miller (2007). «The Third Team: A brief history of the Australian Democrats after 30 years» (PDF). Australian Democrats. Archivado desde el original el 19 de marzo de 2012. Consultado el 5 de abril de 2009. 
  45. Flach, Karl-Hermann (1984). Noch eine Chance für die Liberalen. Frankfurt am Main: Fischer S. Verlag GmbH. ISBN 978-3100210012. 
  46. Gotovac, Vlado (1996). In Defence of Freedom: Zagreb 1971-1996. Zagreb: Matica hrvatska; Croatian PEN Centre. p. 11. ISBN 953-150-066-5. 
  47. Rodríguez, Ángel Rivero (1993). «Liberalismo, democracia y pragmatismo» (PDF). Isegoría (8). Archivado desde el original el 16 de agosto de 2009. Consultado el 8 de diciembre de 2011. 
  48. a b c Verhofstadt, Dirk. «Liberalism is the best Cure for Poverty». Archivado desde el original el 12 de octubre de 2006. Consultado el 17 de agosto de 2008. 
  49. Fotopoulos, Takis (octubre de 2004). «Why an Inclusive Democracy? The multidimensional crisis, globalisation and inclusive democracy». The International Journal of Inclusive Democracy 1 (1). Consultado el 21 de mayo de 2008. 
  50. Tosto, Milton (2005). The meaning of liberalism in Brazil. Lanham: Lexington Books. ISBN 9780739109861. Archivado desde el original el 24 de mayo de 2006. Consultado el 13 de diciembre de 2017. 
  51. Krugman, Paul (2007). Conscience Of A Liberal. Nueva York: Ww Norton & Co. ISBN 9780141035772. 
  52. Vásquez, Ignacio (2004). «Reseña a "¿Es usted liberal? Yo sí, pero…"». Revista de Ciencias Sociales, Universidad de Valparaíso (64): 213-224. 

Bibliografía

editar

Enlaces externos

editar