Diana (mitología)

diosa
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En la mitología romana, Diana (en latín, Diana; en italiano, Diana; en griego, Ντιάνα) era la diosa virgen de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna. Su diosa griega equivalente en la literatura es Artemisa, si bien en cuanto a culto era de origen itálico.

Diana de Versalles, copia romana del original griego atribuido a Leocares (Museo del Louvre, París).
Diana cazadora, obra de Peter Paul Rubens, colección privada, Madrid
Fuente de la Diana Cazadora, en el paseo de la Reforma, en la Ciudad de México

Es también considerada diosa protectora de las brujas. Esta creencia del neopaganismo, proviene del libro Aradia o el evangelio de las brujas, de Charles Leland, publicado en 1899.

Las tres diosas Diana

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Según Cicerón, en su De Natura Deorum, existían hasta tres diosas Diana:[1]

  • La primera Diana desciende de Júpiter y de Prosérpina, y es la que, según se dice, engendró al alado Cupido.
  • La segunda Diana, más conocida, es la que, según tenemos entendido, nació del tercer Júpiter y de Latona.
  • La tercera Diana, cuyo padre es Upis, según la tradición, y su madre Glauca; los griegos la llaman a menudo Upis, con el nombre de su padre.

Funciones

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Diana fue originalmente una diosa de la caza, relacionada con los animales y las tierras salvajes. Más tarde pasó a ser una diosa de la luna, suplantando a Luna y siendo también un emblema de la castidad. Los robledos le estaban especialmente consagrados. Era alabada en la poesía por su fuerza, gracia atlética, belleza y habilidades en la caza.

En la práctica formaba una trinidad con otras dos deidades romanas: Egeria, la ninfa acuática, su sirvienta y ayudante comadrona, y Virbio, el dios de los bosques. Etimológicamente, el nombre Diana significa "del día" (Lat. dies= día)[2]​ o "divina" (Lat. diva= divina),[3]​ siendo pues su paralelo griego en este sentido (aunque no en el culto) Dione en Dódona.

Diana era adorada en un festival celebrado el 11 de agosto,[4]​ cuando el rey Servio Tulio, esclavo de nacimiento, le dedicó un altar en el monte Aventino a mediados del siglo VI a. C., El estar en este lugar, y por tanto fuera del pomerium, significa que el culto de Diana siguió siendo esencialmente «extranjero», como el de Baco y nunca fue oficialmente «transferida» a Roma como lo fuera Juno tras el saqueo de Veyes. Este templo del monte Aventino era común a las tribus latinas.[5]

Parece que su culto procedía de Aricia,[6]​ donde permaneció su sacerdote, el Rex Nemorensis.

Diana de los bosques fue pronto completamente helenizada,[7]​ «un proceso que culminó con la aparición de Diana junto a Apolo en el primer lectisternium de Roma».[8]​ Diana fue considerada con gran reverencia por los ciudadanos de clase inferior y los esclavos, pudiendo estos recibir asilo en sus templos.

Culto actual

Las religiones neopaganas que veneran actualmente a la diosa Diana son el dianismo, la stregheria, y el dianismo mcfarlandiano.[cita requerida] Aunque existen más religiones y tradiciones que veneran a Diana.

Aunque algunos patrones romanos ordenaban réplicas en mármol de la específicamente anatolia «Diana» de Éfeso, donde se erigía el Templo de Artemisa, la diosa solía ser representada a los romanos en su atuendo griego. Si iba acompañada por un ciervo, como en la Diana de Versalles, se debía a que era la patrona de la caza. El ciervo también puede suponer una referencia solapada al mito de Acteón.

Véase también

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  1. Cicerón: De Natura Deorum, 58
  2. Albaigès, Josep M.; Albaigès i Olivart, Josep M. (1993). «Diana». Diccionario de nombres de personas (3 edición). Edicions Universitat Barcelona. p. 88. ISBN 9788447502646. Consultado el 2011. 
  3. Salas, Emílio (1995). Los Nombres: (su significado y su influencia secreta sobre el carácter y el destino). Grasindo. p. 147. ISBN 9788479271213. Consultado el 2011. 
  4. Esta fecha coincide con las de la fundación celebrada en Aricia; véase Gordon (1932, p. 178)
  5. Commune Latinorum Dianae templum en Varrón, Lingua latina v. 43
  6. Su culto en Aricia fue el primero registrado en la literatura latina por Catón el Viejo, en una cita recogida por el gramático posterior Prisciano. Los supuestos orígenes griegos del culto de Aricia son estrictamente un topos literario.
  7. El aspecto de Potnia Theron de la Artemisa helénica aparece representado en Capua y Signia, ciudades de la Magna Graecia, en el siglo V a. C.
  8. Gordon, 1932, p. 179.

Bibliografía

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  • Gordon, Arthur E. (1932). «On the Origin of Diana». Transactions and Proceedings of the American Philological Association (63). 

Enlaces externos

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