Del curso: Fundamentos de la gestión del tiempo

Revisiones semanales

Del curso: Fundamentos de la gestión del tiempo

Revisiones semanales

Una muy buena manera de comprender cómo funciona algo y saber si lo hace de manera efectiva es pararse a observarlo poniendo atención en ello. En este bloque, hablaremos de las revisiones semanales. Aprenderemos a mejorar nuestro flujo de trabajo y nuestra organización a través de la observación y el análisis semanal de nuestras acciones poniendo especial atención al hacerlo. Dice un científico llamado Duncan Watts que una vez que conoces la respuesta, todo parece una obviedad. Y, de hecho, es el título de un libro suyo en el que habla de cómo el sentido común y la intuición muchas veces nos fallan, y de cómo podríamos aprovechar la gran cantidad de datos que hoy en día tenemos a nuestra disposición para tomar mejores decisiones. Ahora, nuestro calendario contiene datos; nuestros listados de tareas hechas y las no hechas son datos; y hacernos las preguntas adecuadas, genera datos. En las revisiones semanales, usamos todos esos datos que tenemos a nuestra disposición para aprender de lo que hemos hecho, encontrar oportunidades de mejora en nuestra organización y programar las tareas futuras, porque la revisión semanal te ayuda a responder preguntas del tipo: ¿Las acciones que he realizado esta semana de qué me han servido? ¿Hay algo en ellas que pueda mejorar? ¿Es efectivo el método que utilizo para organizarme? Por lo tanto, es una muy buena manera de comprender si lo que estás haciendo produce los resultados deseados y qué ajustes podrías hacer para que tus acciones fuesen más efectivas, así como para descartar actividades que te aportan poco valor y consumen tu tiempo. Mi consejo es que cada viernes dediques un par de horas a hacer un repaso de lo que has hecho y, tras ello, programes tus prioridades de la semana siguiente. ¿Por qué el viernes y no, por ejemplo, el lunes o el miércoles por la mañana? Bueno, básicamente, porque el viernes tienes fresco lo que has hecho esa semana, y porque, una vez finalizado el repaso, puedes irte de fin de semana relajado con la tranquilidad de saber que todo está en orden, una sensación magnífica. Así que, cada viernes, justo antes de que se acabe tu jornada laboral dedica al menos 45 minutos a hacer un repaso de cómo ha ido tu semana. No me refiero a un simple "Hmm, a ver, cómo ha ido. Pues, ¡hala!, todo bien. ¡Venga, ya está, repasado!". A lo que me refiero es a hacer un repaso consciente un análisis profundo de cómo se ha desarrollado tu semana, de modo que puedas identificar oportunidades de mejora, afiances posibles aprendizajes, disfrutes de los éxitos que te hayas apuntado, y programes la semana siguiente para que, al llegar el lunes por la mañana, a ponerte imediatamente con la tarea que hayas decidido el viernes, no tengas que gastar energía y fuerza de voluntad en ponerte a pensar: "¿Y qué es lo que voy a hacer ahora y por qué?" Haciendo un resumen, las dos útlimas tareas de la semana serían hacer tu revisión semanal y determinar tus prioridades de la semana siguiente, que hará que las metas parezcan más asequibles, las decisiones tengan más sentido, y que el estrés no haga su aparición. ¿Y cómo se pone esto en marcha? Pues coges tu lista de tareas hechas y la repasas. Lee todo lo que has hecho esta semana y, al lado de cada una de ellas, anota lo que te parezca más relevante, quizá un aprendizaje, una palabra, una emoción un recordatorio para futuras ocasiones. Coge tu lista de pendientes y échale un vistazo. Categoriza las tareas en base a su nivel de importancia y estructúralas en base a las necesidades de priorización que tú determines. Ahora mira tu calendario. ¿Tienes reuniones? Repásalas. Mira a ver si hay alguna en la semana que viene que puedas anular o alguna sobre la que necesites más información. Organiza tus prioridades, determina tus actuaciones de la semana que viene en base a las necesidades y lo que sea más útil para tus propósitos. De todo esto va el repaso semanal, pero, especialmente, la revisión semanal va de hacerse las preguntas apropiadas. Las primeras: ¿Cuál ha sido el aprendizaje más importante de esta semana? ¿De qué modo la estrategia que he estado siguiendo facilita la consecución de mis objetivos? También, hagámonos preguntas dedicadas al análisis de algunas de nuestras tareas, por ejemplo, ¿qué he hecho?, ¿cuál ha sido el resultado?, ¿qué es lo que he aprendido con esta acción? O preguntas aplicadas a observar la evolución de nuestra organización personal: ¿Qué fue bien? ¿Qué es lo que no fue tan bien? ¿Qué podría ir mejor para la próxima ocasión? Dado que cada vez más estudios demuestran la enorme relación entre productividad y felicidad, lo que recomiendo es acabar con dos preguntas que van a hacer que nos sintamos un poquito más felices: ¿Qué ha sido lo mejor que ha pasado esta semana? ¿Cuál ha sido mi pequeña victoria personal esta semana? Subámonos la moral respondiendo a estas dos preguntas también esenciales para sentirnos plenos y satisfechos. Gracias, hasta aquí hemos llegado. Feliz revisión semanal.

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