Qué podemos hacer con los manipuladores

En el triángulo de la manipulación tenemos tres papeles, el perseguidor, la víctima y el salvador. A medida que se van desplazando por el triángulo, te empujan hacia otros vértices, hasta el punto de que, al final, el que empieza el juego se siente bien y tú eres la víctima. Incluso el rencor y los berrinches son versiones limitadas de la manipulación, así como las frases del tipo «Te lo dije», «Es por tu propio bien», «Era broma», «Mira lo que me has hecho hacer», «¿Así me lo agradeces?» y «Todo lo que hago por ti». También, algunas emociones como los celos y la venganza se pueden catalogar como juegos psicológicos. ¿Y cómo debemos actuar ante ellos? Existen tres técnicas para convivir con estos juegos y dos para cambiarlos. Primero, la retirada. Evita a la persona en cuestión, o vete en cuanto veas que empieza el juego. Si alguien se queja de su jefe o critica a sus compañeros por detrás, no participes. La segunda opción es convivir con esta conducta sin sobresaltos. Es decir, no…