Las emociones básicas

Vamos a reconocer las cuatro emociones básicas que tenemos los seres humanos, aunque por supuesto sabemos que no son las únicas, porque todos tenemos un repertorio muy amplio de emociones. Vamos a pensar estas cuatro emociones a través de una brújula, una brújula como una herramienta metafórica para pensar que muchas veces lo que nos sucede con las emociones es que no tenemos en claro qué está pasando. Entonces, sentimos que las emociones nos llevan de un lado a otro, que nos tiran hacia la superficie como si fuera un mar, apenas podemos respirar y ya estamos nuevamente hundidos. Entonces, vamos a tomar esta herramienta como una brújula que nos permita conducirnos a través de las emociones y conocernos en mayor profundidad. Las cuatro emociones básicas son: alegría, tristeza, miedo, enojo. Estas emociones básicas son fácilmente identificables por los seres humanos. Varios estudios dan cuenta que en las culturas más diversas se repiten las mismas expresiones faciales para dar cuenta de cada una de estas emociones y que entonces se puede hablar de una universalidad de la expresión facial de las emociones básicas. A partir de estas emociones básicas que funcionan como un núcleo central surgen otras emociones derivadas de ellas: los estado de ánimo, que perduran más tiempo que las emociones básicas. Por ejemplo, se puede estar malhumorado durante todo el día pero tener picos de enojo o ira en momentos determinados. Los temperamentos, que son una tendencia a evocar distintos estados de ánimo. Por ejemplo, una persona que está generalmente malhumorada y que eso no solo sucede una vez, sino que ocurre con cierta frecuencia. En último lugar se encuentran los desórdenes emocionales como depresión o ansiedad. Una vez que sabemos cuáles son las emociones básicas, es fundamental empezar a trabajar en reconocer estas emociones en nosotros mismos y en los demás, identificar qué las provocan y por qué. Veamos cómo podemos lograrlo.