Entrenar el autocontrol con el agua fría

Polonia, 24 de enero de 2019. Son las 8:00 de la tarde. Caen algunos copos de nieve, de esos que las ráfagas de viento transportan en cualquier dirección y que bajo el foco de las farolas parecen mucho más arremolinados. Ya es de noche. Un grupo de ocho personas, entre las que me encuentro, espera en el rellano de una cabaña de madera. Nos calzamos. Tomamos nuestras mochilas y en ellas metemos nuestras cazadoras, bufandas, gorros y las camisetas. Salimos a pecho descubierto, vistiendo únicamente unos pantalones cortos y las botas que nos permiten andar sobre la superficie que acumula nieve. Hace siete grados bajo cero. Media hora después estamos sumergidos en un lago de superficie helada. Al salir, nuestros cuerpos lucen rojos, resultado de la quemazón del frío. No notamos la temperatura exterior bajo cero y regresamos a la cabaña exuberantes. Acabamos de permanecer diez minutos en agua helada mientras caía la nieve y habíamos ido prácticamente desnudos. Para decirlo todo, el hecho de…