En lingüística, ¿cómo puedes demostrar que eres un oyente activo?

1 Utilizar la retroalimentación verbal y no verbal

Una forma de demostrar que eres un oyente activo es usar retroalimentación verbal y no verbal para señalar tu interés, comprensión y empatía. La retroalimentación verbal incluye palabras y frases que reconocen, aclaran o resumen lo que el hablante ha dicho, como "Ya veo", "¿Podrías repetir eso?" o "Entonces, quieres decir que...". La retroalimentación no verbal incluye gestos, expresiones faciales y contacto visual que transmiten su atención, emoción y actitud, como asentir, sonreír o inclinarse hacia adelante.

2 Haz preguntas relevantes y abiertas

Otra forma de demostrar que eres un oyente activo es hacer preguntas relevantes y abiertas que inviten al orador a elaborar, explicar o justificar sus puntos. Las preguntas relevantes muestran que has seguido las ideas principales y los detalles del mensaje del orador, y que estás interesado en aprender más. Las preguntas abiertas animan al orador a proporcionar más información, ejemplos u opiniones, en lugar de solo respuestas de sí o no. Por ejemplo, podrías preguntar "¿Cómo se te ocurrió esa hipótesis?" o "¿Cuáles son las implicaciones de tus hallazgos?".

4 Evita interrupciones y distracciones

Una cuarta forma de demostrar que eres un oyente activo es evitar interrupciones y distracciones que puedan interrumpir el flujo de la comunicación o crear malentendidos. Las interrupciones incluyen comentarios, preguntas u objeciones que interrumpen al orador antes de que termine su pensamiento, como "¿Pero qué pasa con...?". Las distracciones incluyen ruidos, dispositivos o actividades que desvían su atención del altavoz, como revisar su teléfono, escribir en su computadora portátil o mirar a su alrededor. Para evitar interrupciones y distracciones, debes esperar a que el orador haga una pausa o indique que está listo para recibir comentarios, y concéntrate en la voz, el lenguaje corporal y el contenido del orador.

5 Adáptate al estilo y contexto del orador

Una quinta forma de demostrar que eres un oyente activo es adaptarte al estilo y al contexto del hablante, que están influenciados por su origen lingüístico, su cultura y su propósito. El estilo se refiere a las elecciones que hace el hablante en términos de vocabulario, gramática, tono y registro, que pueden variar según la audiencia, la situación y el tema. El contexto se refiere a los factores físicos, sociales y culturales que afectan el significado y la interpretación del mensaje del orador, como la ubicación, el tiempo, la relación y las normas. Para adaptarte al estilo y contexto del orador, debes prestar atención a las señales y pistas que indican la intención, las expectativas y la actitud del orador, y ajustar tus comentarios y preguntas en consecuencia.