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Voluntad tan liviana como escasa.

Summary:

En la graduación, Stephanie tiene la oportunidad de hablar con Kim.

Notes:

Este es el regalo que le hice a Nid para el intercambio navideño, ella dio el visto bueno para que lo publique acá.

El título viene de la canción «Parecemos tontos» de Bunbury.

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

Y así terminaron las cosas.

— ¿Ey, Kim?

Stephanie se acercó a quien fuera su mejor amiga, la cual se encontraba de espaldas, intentando tocar con suavidad su hombro. Mas ella se dio vuelta antes de que pudiera hacer contacto y ahí estaba, la chica que parecía inmune al paso del tiempo. El único cambio notable era la ausencia de aparatos en su dentadura, como se podía ver en la sonrisa que apareció en su rostro al momento de verla.

— ¡Stephanie! Ey, ¿También pudiste terminar el secundario a tiempo?
— Eh, así es —Stephanie asintió con la cabeza, sintiendo su corazón latir un poco más rápido debido a la voz chillona y dulce de la otra chica—. Parece que vos también.

En realidad, Stephanie no había pensado que Kim iba a seguir viniendo al colegio, mucho menos terminarlo. No le gustaba admitirlo en voz alta, pero no podía negarlo en sus propios pensamientos: La inesperada —no, en realidad no— noticia sobre el embarazo adolescente de Kim había hecho que la primera reacción de Stephanie fuera la formación de un manojo de nervios dentro de sí misma. Entre temblores y repentinas ganas de vomitar, uno hubiera pensado que la que tendría un hijo iba a ser ella y no la chica de la que estaba enamorada desde siempre.

— ¡Y claro! —Kim soltó una risita—. No iba a dejar que ya-sabés-qué me saque tiempo de mi adolescencia, ¿Sabés? El colegio me mata de aburrimiento, es taaaan vergonzoso, pero es mejor que estar allá encerrada en mi casa, de verdad.
— ¿Ah sí? ¿Dejaste a tu hijo con Karl?
— Nop, está con mi padre. No sabés, pero adora a esa cosita y no tengo ni idea de por qué.

En algún punto, Stephanie pensó que Kim no vendría, casándose con Karl para convertirse en la típica ama de casa que la sociedad imponía; aunque, pensándolo bien, conociendo a Kim, probablemente estaba usando sus estudios como excusa para escaparse de sus responsabilidades de vuelta —Stephanie prefería no pensar en la soledad del bebé—. El maquillaje había ocultado las ojeras que el llanto de un recién nacido le causaron y realmente no se veía distinta a cómo era antes. Ni siquiera un cambio físico notorio como un pecho de mayor tamaño o algo por el estilo, ella todavía era una adolescente en cuerpo y alma. Tan hermosa.

— Ah, ya veo.

En Moralton, cuna del cristianismo más extremista, la maternidad solía ser tratada como el deber sagrado de toda mujer y, a la vez, como un sacrificio tan bello como pesado. Incluso su propia madre, Gladys, se había sentido feliz cuando supo que su pequeño experimento había resultado y que tendría a Stephanie —o eso le había dicho cuando la llevó a su primera misa, cuando era muy chiquita—.

— ¿En serio no te sentís diferente?

Para Stephanie, en cambio, la maternidad era uno de sus mayores temores. No de esos miedos que hacen que uno se fuera a morir si llegaban a experimentar ni a ponerse a llorar, tan solo la mera idea de ser madre hacía que la boca de Stephanie repentinamente se sintiera seca y una incomodidad tremenda la cual le hacían que quisiera reemplazar esa sensación con algo un poco más tangible.

— Para nada, ¿Por qué lo haría? —La cara de Kim se volvió repentinamente tiesa, aún manteniendo la sonrisa. El tema igualmente parecía incomodarle—. Ah sí, ¿Qué tenés ahí?
— ¿Dónde?
— En tu oreja.
— Ah, me decidí hacer un piercing —Stephanie se tocó la oreja izquierda, donde estaba el adorno—. ¿Te gusta?

Reemplazar esa incomodidad por una sensación como la que causaba un piercing nuevo.

— Me encanta.

Hacerse ese piercing había sido una buena idea al final. Se lo fue a hacer después de que Kim la humillara durante su cita para el baile del colegio, escapándose de su casa para irse a Sinville en secreto, y decidió hacérselo en su oreja izquierda, porque jamás había tenido uno y le parecía que esa parte del cuerpo era buena para empezar. El dolor físico le dio una especie de respiro que fue capaz de calmar el propio dolor emocional de su corazón y, desde entonces, Stephanie se había sentido un poquito mejor consigo misma. En un pueblo donde la gente ya lidiaba con el dolor con diferentes sensaciones físicas, a Stephanie no le parecía problema seguir usando eso.

— Gracias. Me alegra que te guste también, Kim, ¿Tus dientes están sanos por completo?
— ¡Te diste cuenta! Síp, ¿Me veo re linda, o no?
— Sí —Stephanie le dedicó una sonrisa genuinamente cálida. Kim desvió la mirada—.

¿Pensaría Kim lo mismo sobre el dolor? Probablemente no. Ella era de simplemente no pensar las cosas e ignorar el mundo con tal de seguir sus propios sueños. En algún momento, eso le había parecido adorable. Y ahora, bueno, seguía siendo así.

Tan solo bastaba con ver cómo estaban tratando el tema del hijo de Kim.

Y hoy fue el día de la graduación. Todos vestidos de túnicas azules con los típicos sombreros de graduados, la ropa holgada hacía que incluso una rara como Stephanie encajase con el resto. Vestidas de forma igual, Kim y ella eran dos chicas valoradas de la misma manera por la sociedad, y el pensamiento de ser lo mismo que ella hicieron que la cara de Stephanie se sintiera un tanto cálida. Como si aún compartieran algo en común.

— Bueno, fue agradable encontrarme con vos acá, Steph, pero ya tengo que irme. Nos vemos después.

Al menos, de manera momentánea.

— Chau.

Kim se fue caminando, mezclándose con la multitud. Stephanie sintió el deseo de correr tras ella, tomar su mano y decirle sobre estar juntas. «Huí conmigo, seremos felices.»

En el pasado, Stephanie lo hubiera dicho. Pero, a este punto, ya era un poco más consciente de ciertas cositas. Jamás sería capaz de olvidarse de lo ocurrido aquella noche.

Aunque Kim había dicho «nos vemos después», parte de Stephanie sabía que eso era una mentira. La sonrisa en su cara se borró y soltó un suspiro, mirando hacia abajo.

Debería ir a Sinville a sacar otra fecha para hacerse otro piercing.

Notes:

Es corto, pero ojalá les guste tanto como a ella. Es la primera vez que escribo KimSteph puesto que las empecé a shipear por Nid, pero estuvo divertido.

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