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Language:
Español
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Published:
2024-12-14
Words:
2,481
Chapters:
1/1
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1
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35
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324

111th Street

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Work Text:

Era la tercera vez que iba esa semana, llevaba ya tres meses con la misma rutina, salía de su oficina en el centro de la ciudad, casi siempre exhausto, y se encontraba manejando en dirección a esas peligrosas calles, había cambiado su lujosa sedan por un auto más modesto, sabía que no era la mejor idea ostentar riqueza en esas pobres calles.

La emoción se arremolinaba cada vez más intensa, deseoso por ver aquel bonito. Cuando creía que el pecoso no podía sorprenderle siempre se encontraba maravillado de alguna u otra forma.

Varias veces lo había visto con collares de cuero, playeras de red, apretados jeans de cuero y látex, incluso alguna vez lo había visto con una de esas minifaldas y unas botas largas.

Aquello había sido escandaloso, su subconsciente pensaba que aquello habría menguado su deseo, pero había ocurrido todo lo contrario. Se había encontrado con una dolorosa erección.

Ver aquellas jugosas piernas enfundadas por el brilloso material y la forma en la que sus grandes nalgas levantaban la minifalda de cuero era erótica.

Había aprendido de mala manera que ese jovencito era una joya muy preciada en aquel lugar, varias veces lo había visto subirse a un auto diferente después de bajar de uno. Casi siempre era corto el tiempo que se encontraba recostado sobre aquel sucio poste.

Aquella noche se sentía especialmente vacía, pocos autos circulaban y no se veía el tumulto habitual de jóvenes arremolinados en sus respectivos espacios, mentalizado en que tal vez aquella noche no lo vería comenzó a avanzar molesto.

Divisando no tan lejos la esquina de la calle ciento once, lo encontró, estirándose como un gato sobre el largo poste y se quedo sin aliento cuando sus miradas se conectaron.

Nunca lo había visto con maquillaje, sus hermosos ojos chocolate estaban enmarcados por un delineado negro, sus pestañas se batian más largas y gruesas, sus labios brillaban pecadores con las luces rojas de la calle. Un rizo caía gracioso por su frente.

El alto se colocó como si el destino le concediera preciosos minutos para contemplarlo, froto su erección sobre la tela, en busca de un poco de alivio, no concebía la idea de tener que recurrir a la idea de subirlo a su auto para satisfacerse, pagar por sexo le parecía humillante, aún más cuando tenía una larga lista de personas deseando saltar sobre su pene.

Pero quizá era el destino, pero aquel, semáforo se volvió eterno, aquel moreno se acerco, meneando sus caderas sensualmente, sus ojos no se despegaron y cuando toco el vidrio de su ventana, la curiosidad se instalo en él.
Apretó el botón para que bajara el cristal, dejando que el se inclinara sobre él. "Deja de mirarme cariño...¿Necesitas compañía?"
Su voz era suave y al tenerlo tan cerca se dio cuenta de lo joven que era, las pecas que adornaban el puente de su nariz eran aun más hermosas.

"Mierda...si no quieres nada, no me hagas perder mi tiempo"

Presiono el botón de los seguros, no sabía lo que hacía, pero el deseo reinaba por sobre la razón y la enorme sonrisa que le dedico fue todo lo que necesito.

~ န ~
"Vaya, nunca me han cogido en un lugar tan lujoso..."

Lo observo moverse en su habitación de hotel, no iba a negarlo, llevaba dos meses pagando aquella habitación, solamente fantaseando con el día en que pudiera llevar al chico que miraba todo curioso.

"Puedo tomar lo que sea ¿Cierto?"

Asintió lentamente, mientras lo veía abrir una botella de tequila para servir dos shots, se veía tan joven que no debía rondar mas de los veintiséis.

"Bueno cariño, es momento de pagar, no te dejare cogerme si no me pagas" "Cuanto"
"Doscientos por una hora y más vale que te des prisa, necesito trabajar toda esta noche"

Dando un largo suspiro metió la mano en el bolsillo interior de su saco y tomo en mediano fajo de billetes, ni siquiera sabía cuanto dinero había en él y no podría interesarle menos.

Se lo lanzo mientras se sentaba en el sofá, su cabeza no formulaba ideas con claridad, no sabía que hacer.

"¿Qué es esto?" "Para ti"
"Cariño, haré que te vegas tan bien “Dijo mientras tomaba el contenido del caballito.

Lo observo sonreír mientras se acerca a él, su andar era sensual, se aflojo el nudo de la corbata y sin más el moreno se sentó a horcajadas sobre él.

"Tú nombre"

"Sergio “Susurró cerniéndose sobre él sensualmente y susurrándole aquello al oído.

Se volvió a separar y se llevo el otro shot a los labios vaciando el contenido y acercándose a sus labios, el primer contacto fue suave, para después abrir sus labios y sintiendo como compartía el tequila en aquel beso.

El alcohol quemando su garganta se sentía casi tan caliente como al lengua que se enredaba con la suya, aquellos rosados labios eran suaves y expertos, el sabor era fantástico y la forma en como lo devoraba era tan caliente.

Llevo las manos a sus muslos enfundados por un pantalón de vinipiel, eran gruesos y fibrosos, subió las manos por sus caderas, sintiendo como sobresalen a los laterales de una tanga.

Se separó de aquel beso y observo los labios rojos e hinchados, su cuerpo se sentía más caliente y no sabía si era por el tequila o por las caderas del pecoso que se movían en círculos sobre su erección.

Los labios calientes dejando besos sobre su cuello, las delicadas manos se encargaron de deshacer nudo de su corbata y viajaban ansiosas por los botones de su camisa, lo observa deslizarse por su torso, dejando un brillo por donde sus labios viajan.

NO sabe que esta pasando, sus pensamientos son dispersos, sólo es consiente cuando lo ve sacar su duro miembro.
La mirada que le da mientras deja un suave bezo sobre la punta, manchando de líquido pre seminal sus labios, es angelical, tratando de parecer algo que no es.

Aquella rosada y caliente lengua lo recorre su pene de la base a la punta, tensa su mandíbula y escucha el chirrido de sus dientes, la lengua deja húmedos lametones sobre toda su longitud.

Sus respiración se corta cuando intenta llevárselo todo a la boca con las mejillas ahuecadas y su deliciosa lengua enroscada al rededor. Lo chupa con habilidad.

Sus dedos se enroscan en los rizos negros, la decencia poco a poco abandona su cuerpo, la urgencia de follarle la boca es cada vez mayor. El placer se arremolina cuando empuja su pene hasta sus garganta.

La lujuria reflejada en los ojos marrones es devastadora, la forma en que lo mira entre sus espesas pestañas negras, Se separa de su pene con un característico sonido húmedo, su pene brilla por el exceso de baba.

"Mmm... eres delicioso papi"

Una mano envuelve su miembro para comenzar a masturbarlo usando la saliva como lubricante, y el de rizos negros se inclina para dejar una gruesa gota de saliva y aumentar el movimiento de sus manos.

"Eres muy grande, papi, no se como vas a entrar en mi"

Su autocontrol se estaba agotando y sentía que se podría correr en cualquier momento. "Sabes tan bien"
Hunde su cara entre sus piernas y se lleva uno de sus testículos a la boca, su mano masturba su miembro y la forma en como succiona sus bolas llenas, lo lleva al límite.

De un tirón lo separa de su miembro y envuelve su pequeña mano para comenzar a masturbarse más rápido. La sola imagen de Sergio con la boca abierta deseoso por recibir su corrida es suficiente para manchar su rostro.

El semen espeso ensucia sus pecas, el que cae en su lengua es devorado con un gemido de apreciación.

"Eso fue delicioso...ahora déjame montar tu verga..."

Sergio se pone de pie y se da la vuelta, con sensualidad se despoja de su ropa, su espalda esta salpicada de pecas, desliza el pantalón por sus piernas lentamente, dejándole ver su culo redondo.

El delicado trozo de tela de la tanga, se ve lascivo, el menor inclina su cuerpo, lleva sus manos a sus nalgas y las separa, no sabe como aquel insignificante trozo de tela lo envuelve en deseo.

Lleva dos dedos a su boca y los empapada de saliva, para apartar el trozo de tela y poder enterrarlos en su interior, sin cuidado, sin consideración. Su pene palpita ante el espectáculo.

"¿Te gusta lo que vez, papi?"

Un gruñido escapa de sus labios, la vista es increíble, envuelve su pene para empezar a masturbarse de nuevo, adora la forma en la que Sergio lo mira mientras prepara su agujero para recibirlo.

"¿La estas poniendo dura para mi, papi?"

NO sabe si es al conversación sucia, o los sonidos húmedos que hace el ano de Sergio mientras entierra sus dedos en su agujero. NO sabe si es la mirada que le lanza o el trozo de tal que reposa sobre una de sus nalgas. NO sabe si es la adrenalina de saber que esta cumpliendo con su fantasía o el hecho de que esta mandando a la mierda su matrimonio.

El pecoso introduce un tercer dedo y siente su interior ceder, hace tiempo que no se excita con ningún cliente, pero el rubio que se masturba tras él, ha encendidó algo que amenaza su tranquilidad.

Su interior estirado no puede esperar más, retrocede hasta quedar frente a él, muerde su labio. Max sostiene su pene y él poco a poco se sienta sobre el.

Sus paredes arden al recibir el largo y grueso pene, la sensación es tal que siente que es suficiente para correrse.

Poco a poco comienza rebotar sobre la verga del rubio, sus gemidos aumentan al sentir las

embestidas. El sonido de las pieles chocar es obsceno.

Max observa el ano que devora su pene, la piel es roja y los fluidos resbalan hasta forma un charco en sus piernas.

Sus manos viajan ansiosas sobre las nalgas que se mueven y rebotan muy bien sobre él, Sergio es una puta en toda la extensión de la palabra, sus dedos juegan con la tela de la tanga, sus dedos estira la tela y sin delicadeza la rompen.

El sonido de la tela rasgándose, enciende algo en él, entierra sus dedos en la blanda piel de su cadera y aumenta la fuerza de las embestidas, el ritmo es desesperado y la tensión en su vientre se vuelve insoportable.

"Llename...ahhh...lléname...papi"
La voz del hombre que rebota sobre él suena estrangulada por el esfuerzo. Se entierra con fuerza mientras su pene palpita vaciándose en su interior.

La forma en que su semen escurre de ese agujero lleno le resulta hipnótico y siente como su pene despierta ante la imagen.
Sale de aquel acogedor interior y ve como el semen escurre entre los muslos jugosos.

Lo jala hasta la cama y lo lanza en ella, sin darle tiempo a nada con una mano entierra su rostro entre las sábanas y con la otra levanta su culo.

Se entierra hasta al fondo, sintiendo como llega aún más profundo, el semen sirve como lubricante y cuando saca su pene y lo vuelve a enterrar con fuerza se deleita viendo como su semilla escurre y chapotea.

Su pene toca aquel punto que hace que Sergio se vuelva una masilla en sus manos, toma sus caderas con ambas manos y aumenta el ritmo.

Siente su cabeza derretirse cada que Max toca su próstata, gemidos sin congruencia salen de sus labios, esta a nada de correrse.

"Sí...cógeme así..."

Las lágrimas escurren, dejando un rastro negro en sus mejillas, su maquillaje esta estropeado, su cabello revuelto y no puede pensar en nada coherente.

"Papi...s siente se siente tan rico"

Lleva una mano a su pene, que rebota con cada embestida, para comenzar a masturbarse, los testículos chocan con los de Max las embestidas son cada vez más erráticas y siente como vuelve a llenarlo mientras el se corre sobre las sábanas.

La euforia, se apodera de Max, gira a Sergio y abre sus piernas, necesita verlo a los ojos, esos ojos llenos de lujuria.

Toma su pene y se entierra sin piedad, la espalda de Sergio se arquea y sus ojos se clavan en sus apetecibles pezones.

Se inclina y se lleva uno a la boca, lo muerde y succiona mientras sigue con las embestidas. "Ohh...sí...cómeme las tetas !
Max sabe que no durara más tiempo, siente sus pulmones arder, y su corazón late con una fuerza y rapidez que siente como golpea su pecho.

Las manos de Sergio lo empujan a sus tetas y succiona y muerde sus pezones. "Pa...papi...me corro "
Max se separa, no puede perderse aquel espectáculo, aumenta la fuerza de sus embestidas, moliendo la próstata de Sergio con cada una de ellas.

Sergio encorva aún más su espalda y lleva sus manos a sus hinchados pezones y los pellizca, mientras explota.

Un líquido cristalino, baña el cuerpo de ambos, Max se fascina al ver como el liquido empapa su torso el pene de Sergio palpita mientras se corre.

Max memoriza la escena, los ojos en blanco de Sergio, con el maquillaje corrido, su boca abierta soltando gemidos, sus labios hinchados, sus pezones entre sus dedos, como las pecas de su pecho brillan gracias a los fluidos.

Su pene palpitante, y la forma en que sus cuerpos se unen, como el semen escurre rebosante.

Aprieta sus caderas, no pude soportarlo más, la estimulación es demasiada. Envuelve el pequeño cuerpo y toma sus labios en un beso salvaje.

Sus vista se vuelve borrosa y se siente estrellar de nuevo en ese cálido interior.

Deja caer su cuerpo sobre el del moreno, los dos son un desastre, su respiración se regula poco a poco, sus sentidos vuelven y la adrenalina poco a poco se diluye.

"Dios...eres tan bueno papi"

El sonido de su teléfono lo devuelve rápidamente a la realidad, lo busca en el piso y observa que tiene quince llamadas perdidas de su esposa.

"Mierda" Murmura Max molesto, mientras responde la llamada. Hace oídos sordos ante los reclamos de la mujer.
"Estoy en una hora..."

Los ojos de Sergio se oscurecen, no iba a permitirlo...no lo dejaría ir. "Me tengo que ir, vete cuando quieras"
Sergio se muerde la lengua, los celos se instalan en su cuerpo, no podía perderlo. "Papi..."Pronuncia seductor, saboreando cada sílaba.
Max se voltea lentamente y aquello lo deja sin aliento.
Sergio esta de cuclillas sobre la cama, con dos dedos en su interior y la otra mano debajo, recolectando el semen de su interior.

"Aún tengo hambre "Su maldita mirada inocente es perfecta, a pesar de estar jodido sigue
luciendo inocente.

"¿Me vas a alimentar de nuevo, papi?"

Max lanzó el teléfono lejos, su esposa se podría ir al demonio todo lo que quisiera, esa noche solo se dedicaría a alimentar a su pequeño.

Notes:

Ojala y no me hubieran robado parcialmente esta historia, quiza si no la hubiera quemado no me hubieran tirado mi cuenta, pinches morras desqueaceradas