Actions

Work Header

La triple diosa

Chapter 2: Capítulo tres

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Con la mochila preparada para irse de fiesta con animales mágicos, toma las llaves para salir de casa e irse en busca de su novio. 

Nico está en una de las oficinas de su padre, que por suerte, está cerca de Gramercy Park. Su novio está ayudando a su padre en unos asuntos del Castillo, así que debe estar con su equipo de redacción y asuntos intermitológicos. Luego de un Iris, donde su novio parecía sorprendido por la misión, le dijo que podía ir o si prefería que viajara por sombra.

Percy eligió la primera por ciertas razones. Quiere ver a Nico, abrazarlo y besarlo para que los sirvientes se lo digan a Hades. Así el dios tiene algo para estresarse mientras Percy está encerrado hasta el viernes con su novio en una mansión embrujada.

Annabeth parece extasiada de ir a la casa de la diosa y Grover casi pierde los cuernos de la emoción al cuidar de las mascotas. Percy todavía no encuentra lo divertido en hacer de niñero con criaturas que podría arrancarle el brazo de un mordisco.

El edificio de Hades es un complejo que exuda lujo desde las escaleras hasta la puerta de entrada. Sólo personas con ropa ejecutiva y el teléfono mordiendo sus orejas entran ahí. Sería extraño ver a un chico de mirada traviesa y ropa desgarbada entrar con todos los honores posibles. Sólo sabe el camino directo hacia la oficina donde puede estar su novio, así que, confiando en su mapa instintivo, se deja ir hacia la puerta de cristal. 

Ese lugar es exclusivo para trabajadores, pero la señora de seguridad ya lo conoce, así que sólo le sonríe al verlo llegar. Se han vuelto amigos desde que Percy le ayudó a liberar la máquina de los bocadillos con un truco que le enseñó Connor Stoll.

Percy se siente un delfín victorioso cuando pasa con aires ligeros por el edificio, donde muchos lo ignoran y otros están muy enfocados en su tarea como para apartar la vista.

Ya fuera de la oficina, pero hablando con el equipo de Hades como todo un líder, su novio está organizando las últimas partes de la tarea que les encomendó Hades. Nico está vestido de negro, pero esta vez su apariencia despreocupada y rebelde quedó atrás. Lleva un suéter negro con cuello de tortuga, pantalones de mezclilla y botas limpias. Nada de calaveras más allá de su anillo y collar, y tampoco ropa agujereada sobre algunos colores para destacar como un príncipe agresivo.

Habla de forma profesional y su mirada denota poder, nada del niño arisco que prefería quedarse lejos de las personas. Aún así, parece tener todo en control, el cabecilla relajado que organiza su siguiente golpe de grandeza.

Sabe que tiene una sonrisa floja, tan enamorada que quizá las botellas de agua vibren un poco en reflejo. Su cerebro deja de correr y se concentra en el semidiós que tiene a una distancia. La hermosa sensación de pertenecer, de saber que esa persona es a quien dedica sus besos y todo el amor que puede crear. Su cabeza sólo piensa en una cosa.

«Nico es asombroso.»

Y saber que es su novio lo hace todo aún mejor. Esa felicidad que lo hace sentir más fuerte, que puede enfrentarse al mundo si Nico está a su lado. Su relación le ha brindado tantas experiencias y emociones que las atesora en su corazón con todo el cariño que existe.

Saber los años que hay detrás de su relación y todo el esfuerzo de ambos por quedarse juntos lo hace aún mejor. 

El hecho que irán juntos a la universidad lo hace sentirse más motivado, a esforzarse más en la escuela y a dar todo de sí para aumentar su promedio. No busca honores, pero algo que sea respetable para que lo admitan es suficiente.

Al verlo, Nico despide al equipo de organización y ellos se marchan puliendo los últimos temas antes de presentar la idea a Hades. La sonrisa en su rostro deslumbra tan bonito que Percy abre los brazos.

Nico se ha acostumbrado a las muestras de afecto y ahora puede recibir un fuerte abrazo sin problemas. También los besos, que se han hecho sus favoritos cuando se da cuenta que Nico está a su lado y sólo quiere expresarle cuanto lo ama.

—Hola, guapo —sonríe.

—Hola, amore —Percy se derrite al escuchar su mote.

Es el único al que Nico lo llama en italiano, ni siquiera Hazel tiene esos honores y ella siempre pelea que Percy es el favorito de Nico. El silencio de su novio en esos momentos de tensión sólo aumentan la furia de Hazel.

Un pequeño, pero maravilloso beso se abre paso entre ellos y luego la sonrisa feliz y enamorada de Nico. Sus bonitos ojos parecen absorberlo para grabarse su rostro.

Percy puede ver al equipo de Nico cuchichear. Es una chica demonio con mucho conocimiento en contabilidad y ciencias económicas, mientras que el otro es un chico (demonio también) experto en relaciones internacionales y abogacía.

Los saluda y ellos regresan el gesto con una educación impoluta, pero porque saben que Nico es su novio.

—¿Fue difícil llegar? —le pregunta Nico, acariciando sus manos.

—Supe que hubo un atasco a unas calles. Atropellaron a una anciana —dice el demonio, charlando en general.

—Ya debe estar en la fila, entonces —ríe un poco la chica.

Percy se sabe sus nombres. Jasper y Adriana.

—Vine caminando —dice y los demonios parecen aterrados.

En el mundo de los ricos, decir que se llegó a un lugar caminando es el equivalente a decir que eres pobre en categoría nueve. Hades los tiene organizados en categorías, donde Percy sabe que un sticker con su cara está entre la nueve y diez.

Pero a Nico no parece importarle la mirada horrorizada de los demonios.

—Perfecto, así podremos pasar a la cafetería por unos dulces —planea y Percy no intenta detenerlo. 

Unos hombres hablando por teléfono saludan a Nico con gestos de cabeza y su novio regresa el saludo con más elegancia.

—Majestad, ¿piensa asistir a la fiesta de cumpleaños del gerente? —le pregunta Adriana a Nico. 

El hijo de Hades niega al instante.

—Tengo un asunto con Percy. Si no les importa, debo retirarme —explica.

Los demonios aprueban su elección, pero miran con reproche a Percy cuando su novio dice que irá en busca de sus cosas. A nadie del Inframundo, que trabaje con Hades, le gusta que Nico esté con Percy. Creen que lo distrae de cosas más importantes que su relación.

Mientras se alejan, Percy puede ver que ellos hablan, quizá mencionando lo deficiente que es Percy para ser una pareja digna para Nico. Ni siquiera sabe algo de relaciones intermitológicas y eso parece ser ofensivo para ellos. 

Nico entrelaza su mano con la de Percy y caminan hacia su casa. Mientras regresan, Percy le cuenta sobre su encuentro con Hécate y que casi orinó sus calzones nuevos.

—¿De qué color son? —Nico suelta su mano para meterla dentro del pantalón y estirar la tela del calzoncillo.

Azules.

—Lindos —aprecia su novio.

—Los elegí pensando en ti —ronronea y Nico ríe tan precioso. 

Percy lo abraza por la cintura y deja un beso en su mejilla, entregando más de su amor. No les importa detenerse a media acera o interrumpir el camino de una anciana con su carrito de compras. Que se baje de la acera, da igual, ellos sólo quieren darse un beso como es merecido. 

Los labios dulces de Percy acarician los de su novio, a quien siente suspirar entre sus brazos mientras lo abraza por los hombros. Un momento idílico entre la caótica ciudad de Nueva York. El mundo deja de escucharse y la sensación melosa se derrite entre ellos.

Regresan al tema de Hécate luego de unos besos más y Nico parece pensar que la misión no es tan mala.

—¿No te da miedo terminar calcinado por el fuego de criaturas demoniacas? —pregunta, curioso.

—No tanto —admite Nico—. Hécuba es una perra lista, ella ha ido al castillo de mi padre algunas veces y es muy educada. 

—¿Y el turón? —pregunta.

—Demasiado arisco para salir de casa.

—Aww, como tú —suspira, juntando sus manos por lo adorable de su novio.

Nico alza una ceja y sonríe.

—No le des razones a Hades para que termine contigo —dice, pero su advertencia no es real.

Percy sonríe y abraza a su novio, caminando juntitos.

—Annabeth quiere que celebremos Halloween en la casa de Hécate —le dice.

—No suena mal —dice Nico, animado.

—¿Eso crees? —le pregunta.

—Podríamos hacer un disfraz de parejas —propone Nico y Percy comienza a tener un torrencial de ideas.

—Apoyo muchos disfraces, pero no quiero el de Zeus y Hera —dice y Nico sonríe, aterrado.

—¿Las personas se disfrazan de eso?

—Te sorprenderías.

Sin creerlo, su novio sigue buscando la mejor idea para disfrazarse en la casa de Hécate. Llegan a casa de Percy, donde Nico usará sus sombras para preparar su mochila y quitarse su ropa de semidiós profesional.

—No sabía que Halloween era la celebración mágica de Hécate.

Nico está doblando la ropa para luego guardarla en su mochila. Su novio fue criado por una familia de lujos, una que le enseñó muchos modales dignos de un príncipe. Si bien no los usa cuando está con amigos o en confianza, mientras está frente a Sally o personas mayores, su novio es la definición de un chico educado. Usa sus enseñanzas en pequeñas cosas, como nunca usar la ropa más de dos veces, no tener las manos sucias aunque pueda mancharse de sangre y en ese momento, usando bien el espacio de su mochila al doblar la ropa.

Percy hizo un moño de ropa y lo empujó todo dentro de su mochila, metiendo también su cepillo de dientes y desodorante. Cosas básicas para no ser un pordiosero en su máxima expresión.

—No está dedicado a ella, pero algunos dioses sobreviven de las migajas —murmura. 

Se sienta a un lado de Percy y alcanza su mano, acariciándola. Sabe que su novio hace eso para sentir su cuerpo con vida, saber que sigue en la Tierra y no es un fantasma o parte de sus sueños.

—Pero los dioses son más poderosos que los mortales.

—Porque los mortales les dan ese poder —dice Nico.

Su novio es muy listo, una biblioteca de conocimiento inmortal y la muerte misma.

—Imagina a Zeus —susurra, para que su voz no sea arrastrada por la ventisca de la tarde—. Nadie implora por su nombre cuando hay una tormenta. 

Hace ver y Percy lo cree un poco. Nunca ha visto a un mortal con un collar de Zeus implorando porque no desate su ira contra la Tierra.

—Ahora pon a tu padre. Una fuerza natural devastadora, una que muchos prefieren tener contenta —hace ver.

Si lo considera así, su padre y el de Nico son dioses de cosas elementales para los humanos. El agua y la muerte en sí. Los rayos son un fenómeno de la tierra que no es apreciado por nadie a causa de la destrucción que trae consigo.

—¿Dices que Zeus vive por sus historias de fornicación? —susurra igual, viendo a su novio.

—Si fueras un mortal común, ¿qué pensarías de Zeus al escuchar su nombre?

—Un perro —admite.

Los humanos prefieren ponerle ese nombre a sus mascotas. Quizá esa sea la ofrenda para el rey de los dioses.

—Es sólo una opinión —dice y Percy sonríe para él.

—Demasiado listo para la generación —besa a su novio.

Percy lo ayuda a terminar con su mochila y ambos se despiden de Sally antes de encontrarse con Annabeth y Grover para llegar a la Mansión de Hécate.

 

Notes:

¿Se imaginan cómo habría sido si Nico hubiera liderado a los mestizos durante la guerra en lugar de Luke? El Percico sería interesante.

Hades me castigó por ladrona y por emparejar a su pequeño Nico con el hijo de su hermano. Me dio una alergia tan perra que mi nariz dejó de funcionar.

Todo sea por el Percico.
Se necesita más de una alergia para detener a esta rata.