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Luo Binghe se considera así mismo una persona romántica, un verdadero fanático del romance.
Desde niño ha anhelado amar y ser amado como en las películas, pero lo que más ha querido aparte de eso, es que le regalen rosas. Siempre ha soñado con que su ser amado se le declare mediante rosas, le parecen lindas y preciosas.
— Papá, ¿crees que algún día me regalaran flores?
Luo Binghe miró a su padre con esperanza, justo en ese momento el protagonista de la película se le había declarado a la protagonista con un gran ramo de rosas.
El hombre sentado en el sillón, su padre, primero vio a su hijo de siete años y luego la televisión.
— Obvio, te pareces a mí.
La atención del niño regresó a la televisión, al beso de la pareja principal de la película. Luo Binghe ansiaba algo así. Lo que le había dicho su padre le había dado esperanza, anhelaba vivir algo así, su tierno corazón anhelaba la idea de sentir lo que sucedía en las películas.
Que triste que la realidad era otra.
En su vida, nunca sintió amor hacia alguien, ni siquiera le había gustado a alguien. Pero así eran las cosas, todo era a su tiempo, así que supuso que debía esperar.
Y esperar.
¡Demonios ya estaba en la preparatoria! ¿Cuánto tiempo más tenía que seguir esperando?
No lo iba negar, la gente se sentía atraída hacia él, pero no era él mismo sentimiento para él. Nadie le interesaba de esa forma, incluso en su desesperación se había forzado a creer varias veces que estaba enamorado de alguien, pero en el fondo, él sabía que no era así.
Debido a esto, su padre se empezó a preocupar por él, su hijo no paraba de ver películas románticas todo el día, lloraba cuando las veía y reía pero al final, en su rostro quedaba un sentimiento de vacío, pasaba todo el tiempo en redes sociales viendo publicaciones de sus amigos que tenían pareja. Se sentía patético en su corazón, envidiar relaciones de las que no sabía ni un poco era algo que lo hacía sentir despreciable y estúpido.
Tianlang Jun no entendía porque su hijo sufría por amor, es decir, salió de él, ¿cómo puede ser que no conquiste gente con esa cara? Además, Luo Binghe era un buen niño, siempre se portaba bien y era respetuoso, bueno, no siempre fue así, pero todos tenemos nuestra época de maldad en la secundaria, pero fuera de eso, su hijo podía robar suspiros.
— ¿Y cómo le va al pequeño Binghe? — preguntó la vecina que vive al lado, en ese momento Tianlang Jun estaba regando las plantas y su vecina igual.
— Le va bien en la escuela. — dijo el padre.
— ¿Y la novia?
— Binghe se quiere enfocar en sus estudios. — dijo Tianlang Jun viendo firmemente sus flores blancas.
— Mmm eso no pareció cuando el otro día lo escuché gritar que nunca tendrá su romance adolescente.
Tianlang Jun suspiro y pensó que debería decirle a su hijo que no debía andar gritando esas cosas cuando sus vecinos son adultos mayores.
— Si le soy sincero, pero no le diga a nadie. — Tianlang Jun se acercó más al cerco con la vecina. — Está asustado porque nunca se ha enamorado.
— No te lo puedo creer, Binghe es un niño muy lindo. — comentó la señora frunciendo las cejas.
— Es la verdad, el pobre siempre llora en las noches porque no tiene pareja.
— Pobre niño.
. . .
— Bueno, creo que nunca recibirás flores.
Luo Binghe paro de caminar y miró fijamente a Ning Ying Ying, quien se detuvo para mirar hacia atrás al sentir que su amigo no estaba caminando a la par con ella.
— ¿Por qué? — preguntó Luo Binghe.
— A-Luo no me refiero a que alguien no te quiera dar flores. — su amiga se acercó y le sonrió. — Es solo que, es normal que el hombre le de las flores a la chica, no al revés. Dime, ¿en cuantas películas al chico le dan flores?
Luo Binghe nunca se había dado cuenta de ese detalle, a pesar de que durante toda su vida ha visto películas de amor, había visto que regalaban chocolates, sí. Pero su amiga tenía razón, el chico nunca recibía flores.
— No te sientas mal, siempre puedes comprar flores para ti mismo. — trató de animarle Ning YingYing.
— No entiendes, cuando te regalan flores sientes emoción, porque sabes que hay alguien ahí que quiere expresar su amor. No es lo mismo si tu te lo regalas a ti mismo.
— A-Luo no te desanimes, con el tiempo, cuando conozcas a la persona correcta, estoy segura que te regalará rosas.
— Eso espero.
— ¡Luo Binghe! ¡Alguien dejó algo para ti en tu escritorio! — gritó una chica desde el salón de clases de ellos.
Luo Binghe camino lo más rápido que pudo hacia el salón, Ning YingYing lo seguía por detrás con curiosidad, Luo Binghe no dejaba de preguntarse quién era ese que le había dejado algo para él.
Grande fue la sorpresa de los dos al ver una rosa encima del escritorio, y justo sentado en el, estaba Wei Ying quien no dejaba de sonreir como tonto mientras leia una carta.
Espera, ¿una carta?
— Me pregunto quién será este admirador secreto. — dijo Wei Ying en voz alta mientras miraba hacia un punto fijo, sin embargo en ese lugar solo habían dos personas y no parecían estar enterados de lo que sucedía en el salón.
— ¡Deja eso! — dijo Luo Binghe quitándole la carta.
— ¡No tienes porque ser grosero! — se quejó el chico levantándose del lugar.
El chico esperó a que su amigo dijera algo más, pero ni una sola palabra salió de Luo Binghe desde que empezó a leer la carta, incluso, parecía a punto de llorar.
— Le gusto. — susurró Luo Binghe.
— ¿Qué diferencia hay? Ya le has gustado a mucha gente antes.
— Es diferente.
— ¿Mmm?
— Me regaló una rosa.
Era cierto, encima de su escritorio había una rosa con un moño rojo atado a ella, se miraba lindo, Luo Binghe quiso casi llorar.
— Si querías rosas me lo pudiste haber dicho hace tiempo, Bing-bing. — se quejó Wei Ying caminando hacia su propio escritorio que estaba a lado del de Luo Binghe.
— Pero A-Luo siempre ha dicho que quiere rosas. — dijo Ning YingYing tratando de leer lo que había en la carta.
— Este es el mejor día de mi vida. — dijo Luo Binghe apretando la carta contra su pecho.
— Mmmhm? Acaso acabas de decir que esa carta y la rosa han hecho que este sea el mejor día de tu vida? — preguntó Wei Ying levantando la voz para que todos escucharan, su vista seguía en las dos personas sentadas hasta el fondo del salón, una de ellas se escondía debajo de un libro.
— Si, eso es lo que dijo A-Luo. — respondió Ning YingYing con una sonrisa.
Wei Ying le sonrió y le guiñó el ojo, la vista de los dos se enfocó en Luo Binghe, el joven seguía parado en el mismo lugar, con la carta apretada contra su pecho y su vista en la rosa.
. . .
Al día siguiente, encima de su escritorio había dos rosas y una caja de chocolates, Wei Ying había sido víctima de su emoción al haber sido agitado por Luo Binghe por casi una hora mientras chillaba de emoción. Ning YingYing sonrió al ver la felicidad de Luo Binghe, sin embargo se dió cuenta de algo más, alguien estaba viendo todo en silencio.
Ella lo conocía, aquel joven la había ayudado muchas veces en el pasado y siempre era buena persona cuando ella tenía dudas, era Shen Yuan. El chico se puso nervioso cuando ella lo encontró viendo las reacciones de Luo Binghe, entonces cuando la chica volteo a ver a sus dos amigos, se encontró con una sonrisa de parte de Wei Ying.
— ¡¿Entonces todo este tiempo lo has estado ayudando para acercarse a A-Luo y no me lo habías dicho!?
— Lamento no haberlo dicho antes pero Shen Yuan no quería que muchas personas se enteraran.
Shen Yuan estaba de brazos cruzados tratando de mostrar una imagen segura, pero en el interior se estaba muriendo de miedo, ¿y si Ning YingYing le decía a Luo Binghe que era él? Era cierto que algún día tendría que decirle, pero él quería decírselo, aparte todavía no se sentía seguro.
— ¿Entonces qué harán?
— ¿A qué te refieres? — preguntó Shen Yuan.
— No puedes pasar toda la vida enviándole rosas, A-Luo quiere amar, no un admirador.
— ¡Exacto! — Wei Ying se alegró y pasó su brazo alrededor del cuello de Shen Yuan atrayéndolo hacia él. — Sin embargo, todavía no está listo.
— ¿Y cuando lo estará? — preguntó Ning YingYing.
— No lo sé.
— No estoy seguro de hacerlo, y si no soy lo que Luo Binghe quiere? ¿Podemos por favor hablar del hecho de que soy un hombre?
— No creo que a A-Luo le importe. — respondió Ning YingYing.
— Ahora que lo pienso, nunca ha dicho que le gusten solo las mujeres en sí, solo se que quiere amar, pero nunca ha hablado de su tipo o el género que le atrae.
— Es cierto, ¡A-Luo no tiene tipo!
— Esto es peor de lo que me imagine. . . — dijo Shen Yuan desplomándose en el suelo.
. . .
— No entiendo. . . — dijo Luo Binghe suspirando.
— ¿Qué no entiendes Bing-Bing? — preguntó Wei Ying tratando de leer cuál problema Luo Binghe no entendía.
— No entiendo el interés compuesto y el simple. — susurró apenado.
— Pero A-Luo el problemario se entrega en dos horas . . . ¡Ya sé! Que tal si te lo pa- ouch!
Wei Ying le pellizco el brazo y le hizo una seña de silencio con su mano.
— Mi Bing-Bing me gustaría ayudarte con el problemario pero lamentablemente debo verme con mi novio y Ying-Ying debe ver a Liu Mingyan en este momento. — dijo Wei Ying con tono triste lo que hizo que Luo Binghe se sintierá triste. — ¡Pero! Conozco a alguien que te puede ayudar a entender, ¡Shen Yuan ven aquí! — gritó Wei Ying haciendo una seña con su mano.
Luo Binghe levantó su vista del paquete de hojas y vio un chico acercarse, sus lentes estaban atados por cinta adhesiva para que no se cayeran y llevaba un sueter verde claro. Y sus ojos eran cafes claro, como un charco.
Su rostro era serio y sereno. Era lindo.
— ¿Qué sucede Wei Ying?
Luo Binghe arrugo su frente, no sabía que Wei Ying conocía a este chico, de hecho, no podía creer que no lo había conocido antes.
— Luo Binghe necesita ayuda con el problemario, ¿podrías ayudarlo porfis? — dijo Wei Ying.
— Por supuesto. — dijo el chico viendo fijamente a Wei Ying.
— Muchas gracias. — agradeció Luo Binghe.
Shen Yuan quien había estado tratando de evadir la mirada de Luo Binghe se cruzó con ella por primera vez, y al instante su rostro cambió por un leve segundo y se mostró un sonrojo, pero luego fijó su mirada en Wei Ying otra vez y murmuró “de nada” y después camino calmadamente hacia su mesabanco por sus anotaciones.
Luo Binghe se quedó congelado por un leve segundo y luego una pequeña sonrisa se formó en su rostro, eso sí había sido un poco encantador.
Sus amigos se dieron cuenta de eso y se vieron cómplices entre ellos, no necesitaron decir algo en voz alta como para saber que compartían los mismos pensamientos. Wei Ying dio un gran suspiro que sacó a Luo Binghe de su trance y se levantó de su asiento.
— Ahora tengo un peso menos al saber que Bing-Bing está en buenas manos. ¡Bye bye! — se despidió Wei Ying.
— ¡Buena suerte! — dijo Ning YingYing.
Justo cuando los dos se fueron Shen Yuan regresó con sus anotaciones, seguía evitando la mirada de Luo Binghe, colocó las anotaciones en el asiento de Wei Ying que estaba a lado de Luo Binghe y trato moverlo para estar más cerca de él.
— Dejame ayudarte. — dijo Luo Binghe levantándose y tomando un extremo del mesabanco, los dos lo levantaron y lo colocaron más cerca del otro.
— Gracias. — dijo Shen Yuan viendo hacia los apuntes, había un sonrojo en sus mejillas. Luo Binghe se sentó en su asiento y sonrio.
— Entonces, ¿en qué tienes duda? — preguntó Shen Yuan acercándose más a Luo Binghe para ver su problemario.
— El interés simple y compuesto, es que, lo entiendo pero las fórmulas no cobran sentido en mi cabeza. — explicó Luo Binghe suspirando.
— Mmm tal vez tendremos que repasar los conceptos basicos de los dos, suenan muy iguales tal vez eso te confunda. — dijo Shen Yuan con una casi notable sonrisa. — Verás, el interés compuesto es cuando se añade todo el. . . .
Y así Shen Yuan empezó a explicarle desde conceptos básicos a problemas que eran incluso fáciles de resolver con sus dedos para luego usar cifras más grandes. Luo Binghe no podía dejar de verlo, su voz era suave y fácil de poner atención. Cuando el mostraba dudas Shen Yuan buscaba encontrar una forma más simple para enseñarle, nunca lo trató como un inútil por no entender. Todo bien hasta que llegaron a un problema. . .
Shen Yuan repitió el problema en voz alta cuatro veces y luego se quedó callado, viendo a la nada. No sabía cómo resolverlo. Incluso sacó su problemario y se tapó la boca cuando vio ese problema en su trabajo.
— ¿Qué sucede? — preguntó Luo Binghe.
— Anoche no supe cómo recordarlo y lo guarde para hoy porqué quería dormir. — dijo Shen Yuan devastado.
Luo Binghe se rió ante esa confesión, Shen Yuan quien se había mostrado tan sereno hasta entonces se miraba como lo total opuesto, era como si su máscara se hubiera roto. Luo Binghe se interesó por ello.
— No queda de otra. — dijo Luo Binghe sonriendo.
Saco el problemario de Wei Ying y le mostró la respuesta a Shen Yuan, el joven de lentes miro la respuesta por unos segundos y luego hizo una expresión de emoción.
— ¡Ya entendí! Okay, mira esto es así . . .
Y entonce Shen Yuan empezó a explicarle el problema y como había sido que Wei Ying había usado esa fórmula. Los dos terminaron el problemario y se quedaron en silencio.
— Espera, si ahi estaba el problemario de Wei Ying, ¿por qué pediste mi ayuda en vez de simplemente copiarlo? — preguntó Shen Yuan.
— Porque escuché que mañana hay un examen sorpresa. — Luo Binghe sonrió y continuó. — Necesitaba tu ayuda para entender.
Shen Yuan se quedó callado y luego miró hacia adelante, tratando de evadir la sonrisa de Luo Binghe, a este punto, en vez de pensar que tal vez no le agradaba al chico, Luo Binghe se dió cuenta que era timido, que lindo .
Shen Yuan trataba de buscar algo que ver y su mirada se fijó en una rosa en el mesabanco de Luo Binghe, no era roja, era rosa.
— ¿Te gustan las rosas? — preguntó Shen Yuan, como si no supiera la respuesta.
— Me encantan. — dijo Luo Binghe acercando la rosa a su rostro. — Me emociono al verlas.
Luo Binghe recargó su cabeza en la mesa sosteniendo la rosa mientras miraba a Shen Yuan. Shen Yuan a pesar de que toda la hora había estado ignorando su mirada en ese momento, no podía no dejar de verlo.
Luo Binghe pensó en cómo sería lindo que Shen Yuan fuera su admirador secreto, timido pero a la vez atento, era lindo pensar como Shen Yuan podría estar regalandole cosas y aun así siendo lo suficientemente timido como para no poder verlo a los ojos, el pensamiento era demasiado tierno.
. . .
Al día siguiente Wei Ying se asustó cuando llegó al salón, pues en cuanto entró escuchó como Luo Binghe gritaba. Si antes estaba dormido, ahora estaba más que despierto.
— ¿Quién te mato? — preguntó Wei Ying asustado.
— ¡Mira!
Wei Ying volteo a ver el mesabanco y vio, un ramo miniatura de flores, eran flores pequeñas enrolladas en un papel cafe, era un ramo miniatura con flores miniatura. Era tierno y lindo, tal vez no eran rosas, pero ese pequeño ramo tenía carisma.
— A-Luo creo que hay algo escrito en el papel. — dijo Ning YingYing.
Era cierto, Luo Binghe sacó un poco las flores y vio que sí, el papel tenía algo escrito, colocó las flores encima de su cuaderno y leyo lo que decía el papel.
“ No sé que me gusta más, tus ojos o tu sonrisa, pero sin duda tu risa es lo que más me alegra el día”
— Si esto es poesía, es una basura. — dijo Wei Ying.
Luo Binghe le pegó el brazo y enrolló las flores otra vez en el papel cafe.
— Me encanta.
Luo Binghe levantó la mirada y busco a Shen Yuan, el chico hablaba con otro con un libro en la mano, no parecia poner atención en Luo Binghe. El chico se pregunto que, si en caso de que Shen Yuan fuera su admirador, ¿en qué momento miraba sus ojos o su sonrisa? siempre evitaba la mirada.
O tal vez, lo miraba en secreto cuando no se daba cuenta.
Luo Binghe dejó el ramo en la mesa y se sento, la idea de Shen Yuan viéndolo de lejos le emocionaba, pero la emoción no duró más porque luego un pensamiento decepcionante cruzó por su mente. No había nada que le aseguraba que era Shen Yuan, podría ser cualquier otra persona.
. . .
— La propuesta.
— Mmm no, diario de una pasión.
— Nunca la he visto.
Luo Binghe se quedó en silencio, como si estuviera sorprendido de aquella respuesta. Él consideraba que Diario de una pasión era una película que todo el mundo debería ver.
— No puedo creer que nunca la hayas visto. — dijo Luo Binghe con un tono de lástima.
— Recuerdo que hubo un tiempo donde quise verla, sin embargo, no soy muy bueno con peliculas tristes. — respondió Shen Yuan.
Ellos dos habían empezado a hablar cada vez más desde que Shen Yuan ayudó a Luo Binghe con su tarea. No era siempre, y tampoco eran los mejores amigos, pero por lo menos ahora cuando se cruzaban sus miradas se sonreían.
Y Luo Binghe no pudo estar más fascinado por ello.
Lo podía sentir en su estómago, cada vez que miraba a Shen Yuan o le hacía reír, como si fuera un bombardeo de presión que se transforma en emoción, era un sentimiento muy difícil de explicar. Cada noche se iba a su cama e imaginaba lo lindo que sería que Shen Yuan fuera su admirador secreto.
Sin duda alguna, sería algo muy dulce.