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Luna estaba sentada en el escritorio de su habitación.
Había estado haciendo los regalos de Navidad para sus amigos. Ella siempre hacía los regalos a mano, nunca los compraba. Igual que sus padres. Siempre eran manualidades. De hecho, Luna tenía muy pocos regalos comprados.
De pequeña, hacía los regalos del Yule con sus padres y cuando murió su madre, ella siguió conservando esa tradición con su padre.
Ya había hecho el regalo para su padre. Había tallado un joyero para que pudiera poner sus collares. Su padre tenía muchos collares, entre ellos, el de las Reliquias de la Muerte.
También había hecho los regalos para sus amigos. A Ron le había tejido un monedero con el escudo de los Chudley Cannons, a Hermione le había hecho un collar con cuentas en forma de libro, a Ginny le había tejido una pulsera con los colores de las Arpías de Hollyhead y a Harry le había hecho una figura de una lechuza, en honor a Hedwig.
Solo le faltaba el regalo para Neville.
Luna se sonrojó pensando en él.
Nunca pensó que se enamoraría, pero así había sido.
Aunque no podía comparar lo que había sentido por Neville con nadie. Era la primera persona de la que se había enamorado.
Neville amaba su sapo Trevor, Gryffindor, sus padres y la herbología.
Después de pensarlo mucho, Luna cogió un poco de arcilla y empezó a modelar la figura de una mandrágora. Hizo la maceta, las hojas y sus raíces. Una vez estuvo lista la figura, la metió en el horno y esperó unas horas en las que coció.
Durante esas horas, ayudó a su padre a preparar el pavo y el pudding del Yule.
Cuando sacó la mandrágora del horno, esperó a la mañana siguiente para pintarla. La puso al lado de la ventana de su habitación para que se secara más rápido.
Mientras tanto, empezó a mandar los otros regalos para sus amigos.
Cuando estuvo lista la figura, Luna le pidió a su lechuza.
— Mándaselo a Neville. Ten cuidado, es frágil.
….
Neville estaba en su habitación, a punto de bajar a cenar con su abuela y su tío abuelo.
La relación entre abuela y nieto había mejorado mucho cuando Neville mató a Nagini. Neville prefería no haber tenido que demostrarle que era un digno hijo de sus padres, que él era perfectamente válido incluso cuando era un niño tímido. Pero su abuela no pensaba lo mismo.
Sin embargo, la relación con ella se enfrío cuando él aceptó ser el nuevo profesor de herbología y jefe de la casa de Gryffindor, en vez de ser auror como sus padres.
Aun así, volvía todas las vacaciones, no tenía otra casa, a intentar reconciliarse con ella.
En ese momento, escuchó un ruido por la ventana.
La lechuza de Luna con un paquete.
Neville abrió la ventana y le dio agua y galletas al animal.
Desenvolvió el paquete.
Una mandrágora de arcilla y una nota.
Feliz Yule, Neville
Sonrió.