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DRAGON MARINO DE TRES CABEZAS

Chapter 2

Summary:

La familia Targaryen/Velaryon se encuentran confundidos con los acontecimientos más recientes, confundidos pero no menos agradecidos y felices de que la familia se hiciera más grande.
Los verdes por otro lado no están contentos.

Notes:

La segunda parte no dejaba de darme vueltas en la cabeza.
Advertencia: En este capítulo se habla de abuso sexual pasado, incluso si no es de forma gráfica puede ser un detonador para alguién, por lo que les pido que procedan con precaución.

Valyrio: Negritas.

Nota: Ví la queja en el capítulo anterior. Agradezco mucho a las personas que me apoyaron, gracias a su apoyo es que me dan ganas de seguir escribiendo, incluso si no es perfecto.
Si por el contrario eres alguien que le cause "conflicto" las etiquetas, eres bienvenida(o) a dejar de leer en el momento de que te percates de que la pareja principal es Lucerys/Aemond, solo no dejes comentarios pasivo agresivos y permite que los demás disfruten.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Rhaenyra se sentía realmente confundida y conflictuada, había tenido que salir de la habitación de su hijo y sus nietos casí a la fuerza, solo cuando Daemon acordó con Corlys vigilar la habitación fue que se la llevo, ella ún no sabía que estaba pasando su mente parecía incapaz de procesar todo lo que había sucedido, no podía creer que Lucerys fuera en realidad hijo de Laenor, desde la primera vez que el Maestre le confirmo que ella estaba embarazada supo inequívocamente que el bebé que crecía dentro de ella no era de su esposo, él también lo sabía, lo habían sabido cada vez. Ambos habían rezado en más de una ocasión para que sus hijos nacieran con los rasgos Targaryen, pero los dioses eran crueles y sus hijos nacieron con los rasgos de su padre biológico, Laenor siempre bromeaba con que Harwin sobre como sus rasgos si que eran "fuertes".  Ella nunca se había arrepentido de las decisiones que la llevaron a tener a sus hijos, pero había veces en las cuales la culpa se sentía aplastante, sus hijos, sus perfectos y valientes muchachos eran los que habían tenido que vivir con los susurros venenosos de los nobles y de las personas pequeñas.

-- Deberías intentar dormir -- La voz de Daemon la sacó de sus turbulentos pensamientos. -- Lucerys nos necesitará fuertes para ayudarlo a recuperarse. 

-- ¿Cómo es posible ésto?, ¿cómo es que mi hijo dió a luz a tres niños?, ¿como es que mi bebé tuvo que luchar en la cama de parto y casi lo pierdo?, esto no tuvo que haber pasado, simplemente no es posible. 

-- Pero lo fue, Lucerys es un Velaryon, un verdadero Targaryen, su sangre corre espesa y caliente como el fuego de un dragón, nuestro hijo ha demostrado ser capaz de entrar a los campos de batalla más peligrosos y salir victorioso. 

-- Aún no sé cómo es que es hijo de Leanor, ¿por qué?, ¿por que si es su hijo su apariencia no coincide con la de él?, ¿por que ha tenido que vivir con susurros de bastardía si realmente es un Velaryon? 

-- Los dioses pueden ser crueles en sus bromas incluso cuando nos favorecen -- Su tío le sonrió para reconfortarla, pero Rhaenyra lo conocía mejor que nadie y podía ver la preocupación brillando en sus ojos -- El sanador quiere examinar a Jacaerys, Joffrey y a las gemelas. 

-- ¿Para qué?

-- Quiere ver que todo este bien, al parecer tiene una teoría sobre porque el parto de Lucerys fue tan difícil. 

-- Fue difícil porque fueron tres y nadie sabía que venían en camino. -- Apretó los labios con rabia, su cobardía había puesto en peligro a su hijo, si ella y Laenor hubieran hecho examinar a su hijo entonces ellos habrían sabido que podía quedar embarazado, ella podría haberse defendido sin tener que vender a su hijo a un hombre que lo odiaba, al hijo de la mujer que detestaba todo lo que ella y su familia representaban.  -- Fuí tan irresponsable, mi estupidez pudo costarle la vida a mi hijo.

-- No debes pensar así, conozco a Lucerys y sé que él no te culpa ni a tí ni a Laenor. 

-- No hay forma de que Jacaerys y Joffrey sean hijos de Leanor. 

-- ¿Éstas segura?

-- Si, yo... -- Tomó una respiración profunda para agarrar valor, nunca había hablado de su "lecho matrimonial" con nadie más que con Harwin y con Laenor, y eso solo porque ambos habían estado presententes -- Laenor era un buen hombre, era más que mi primo, era mi amigo y era un buen esposo, fue un padre realmente comprometido y amoroso, realmente nos amamos, no como marido y mujer, pero nos amábamos. -- Daemon asintió, tomó sus manos entre las suyas y le dió un apretón para consolarla -- Él no podía acostarse conmigo, el primer medio año él estaba demasiado angustiado por la muerte de Ser Joffrey, lloraba hasta quedarse dormido y hubo días en lo que temí que se moriría de tristeza, luego cuando quiso intentarlo no importó cuantos métodos probamos, cuantos tónicos y vino bebió, era humillante y angustiante para ambos, intentamos hacerlo completamente a oscuras o vendándole los ojos, algunas veces intento tomarme por detrás mientras pensaba en algún amante, lo intentamos con sabanas gruesas entre nosotros para tocarnos lo menos posible, otras veces me puse ropa de alguno de los hombres de la guardia para que él no pudiera oler mi piel, era desagradable usar ropa sudada de un hombre que no conocia pero ambos estábamos desesperados. -- Un sollozo abandonó sus labios recordando esos momentos -- Laenor se derrumbaba cada vez que no podía mantener una erección o correrse ni siquiera conmigo en la misma habitación, él me propuso suicidarse incluso antes de que cumplieramos un año de matrimonio, él no quería mantenerme atrapada en una farsa, sabía que la humillación me estaba afectando y él se sentía cada vez más y más miserable. 

-- ¿Entonces por qué no lo hicieron?

-- Le suplique que no lo hiciera, si, era humillante y deshumanizante intentar consumar nuestro matrimonio pero él no era cruel conmigo, no me golpeaba o algo peor, estaba aterrorizada ante la idea de estar soltera de nuevo, mi padre ya me había obligado a casarme con un hombre del que todos sabían que favorecía a su mismo sexo, Otto lo tenía en sus manos y mi padre siempre parecía desesperado por complacer a los verdes, temía el tipo de hombre que conseguiría para mí, temía terminar casada con un Lannister o peor aún con un Hightower, temía terminar con un marido que me violaría día y noche para usarme como yegua de cría, alguién que no se lo pensaría en destriparme como a un cerdo si eso le permitía tener un hijo, el miedo ante esa posibilidad era paralizante, sin Laenor yo estaría completamente sola, Rhaenys nunca fue cercana a mí y cada luna que pasaba sin un nieto su trato hacia mi se hacía más hostil y distante, tú estabas al otro lado del mar y eras nuevamente un hombre casado, Laenor me calmó y prometió que se quedaría conmigo y buscaríamos una solución.  

-- Y recurrieron a Harwin. 

-- No de inmediato, Harwin era un amigo, sabía que podía confiar en él porque tú confiabas en él -- Se limpio las lágrimas e intentó sonreír -- Al principio Laenor busco de forma discreta un hombre que se pareciera a él y que estuviera dispuesto a ayudarnos, encontró a un hombre unos cuantos años mayor pero que parecía confiable -- Una mueca amarga se dibujo en sus labios, sabía que Daemon odiaría lo que iba a decirle -- Estábamos desesperados y nos apresuramos a lo que creímos que era la solución perfecta. 

-- ¿Que paso?, ¿Rhaenyra que fue lo que pasó?

-- Todo se fue al carajo, el hombre estaba más que emocionado en probar "carne real", nos encontramos en un lugar escondido donde Laenor solía ver a sus amantes, algo en él me causo un escalofrío pero me convencí que solo estaba nerviosa, pero no eran solo los nervios -- Respiro profundo -- No me gusto la forma en la que me  estrujó los senos, fue doloroso y me asusté más cuando me mordió con fuerza, le dije que parara pero el hombre se molesto, Laenor intentó detenerlo pero el hombre lo tomó desprevenido y logro aturdirlo, me asuste creyendo que iba a morir. 

-- ¿Que paso despues? -- Daemon parecía asesino. 

-- Intenté golpearlo entre las piernas y correr pero era obvio que no era la primera vez para él forzando a alguién, me arrojó al suelo con fuerza y me abofeteo dos veces -- Cerró los ojos intentando calmarse --  Fue realmente horrible, una parte de mí quería negarse a llorar, quería aguantar en silencio y no darle la satisfacción de oírme quejarme, pero no pude, grite para que se detuviera, sentí como si me estuviera desgarrando y el idiota solo se reía y decía que le dijera cuanto le gustaba que me tomara como a una perra, bufaba como un animal con cada embestida y seguía mordiendo toda la piel que estaba a su alcance, grite para que Laenor me ayudara, para que alguien, quien fuera me salvara.  -- Daemon la atrajo a su pecho y la apretó con fuerza como si pudiera protegerla de los horribles recuerdos -- Harwin apareció de la nada, me lo quito de encima y le rebano el miembro y las bolas con su espada, el maldito grito de dolor, Harwin lo abrió en canal y lo dejó para que se desangrara, corrió a ayudarme pero yo estaba histérica, ni siquiera cuando Laenor recobró la conciencia fuí capaz de calmarme.

-- Me tomó meses recuperarme, viajamos a Rocadragon para que nadie en la Fortaleza se diera cuenta, Harwin consiguió un sanador de confianza para que me atendiera cuando me negué a que Gerardys me atendiera, estaba realmente avergonzada, la recuperación fue lenta ya realmente hubo un poco de desgarre y la experiencia fue traumática, Laenor se sentía tan culpable que se negó a apartarse de mi lado, no se que hablaron Harwin y él, pero ambos se convirtieron en mi sombra y Harwin golpeo a Laenor, sus heridas parecían realmente dolorosas. -- Respiro prufundo y se apartó un poco para ver a su marido a los ojos -- Un día, un par de semanas después de que mi cuerpo se sanara me enfurecí conmigo misma por autocompadecerme, yo era una princesa Targaryen, una jinete de Dragones, era la princesa heredera y allí estaba yo, llorando y negándome a seguir adelante como una niña indefensa, me moleste con Laenor y con Harwin por permitirlo. 

-- Tenías derecho a tomarte un tiempo.   

--  Lo sé ahora, pero en ese momento no se sentía así, sentía que estaba dejando que todos los que querían pisotearme ganaran, le exigí a Laenor que volviéramos a intentarlo, si yo podía superar que un sucio pescador idiota me violara mi marido podía superar su complejo de mártir y ayudarme a buscar una solución para tener un heredero, Harwin me preguntó si estaba segura y cuando noto que estaba decidida, él ofreció su ayuda. -- Rhaenyra se sonrojo y Daemons sonrió curioso -- Fue realmente interesante y también un poco excitante ver a Harwin y Laenor hacer el amor, funciono un poco, Laenor al menos pudo mantenerse lo suficientemente duro para meterme la punta antes de correrse, claro que lo arruine cuando llore como una bebé, ambos se asustaron y preguntaron que hicieron mal, pero yo simplemente estaba frustrada, la única experiencia sexual mínimamente agradable que había experimentado fue con Ser Criston y yo estaba demasiado borracha para recordarlo correctamente. -- Sonrió para calmar un poco el tenso ambiente -- Harwin intentó consolarme, no hubo segundas intenciones de su parte incluso si ambos estábamos desnudos, yo no sé que me dió valor en ese momento pero lo bese, Harwin estaba realmente sorprendido e intentó alejarse no queriendo aprovecharse de mi, pero yo quería tener al menos un buen recuerdo sobre el sexo.    

-- ¿Y es un buen recuerdo? -- Daemon no parecía celoso, realmente lucía curioso e incluso un poco divertido.   

-- Si, él realmente se esforzó para compensar todas las malas experiencias, ni siquiera sabía que mi cuerpo podía sentirse así de bien, fue amable y me lleno de elogios, siempre me gusta pensar que Harwin fue mi primera vez. 

-- Lo fue -- Daemon la miro con intensidad -- Harwin Strong fue tu primera vez, él fue el único que contó, los demás no importan, Harwin fue tu primer hombre Rhaenyra, no lo dudes -- Un sollozo abandono sus labios, siempre se había sentido ridícula al aferrarse a la idea de que esa maravillosa primera vez con Harwin había sido como había dejado de ser doncella,  -- Dime, ¿él realmente era grande en todas partes? -- Eso logro arrancarle una risa acuosa y Daemon parecía realmente satisfecho por hacerla reír. 

-- Si, él realmente era grande en todas partes, siempre me sorprendió que alguien tan grande y fuerte fuera capaz de tratarme con tanto cuidado y ternura, incluso en nuestros encuentros apresurados él siempre era gentil incluso cuando era intenso -- Sonrió sintiéndose más ligera después de compartir su más obscuro secreto con su tío --  Laenor se unía a nosotros algunas veces pero eran pocas, estar con Harwin fue realmente liberador y más de una vez olvidamos el verdadero motivo de que él se uniera a nuestro lecho matrimonial, cuando me enteré que estaba esperando a Jacaerys fue como un balde de agua fría, Gerardys me dijo que tenía seis semanas más o menos y Laenor y yo no lo habíamos "intentado" en más de tres lunas, fue aterrador y por un momento pensé en tomar té de luna ya que sabía que el bebé era de Harwin, pero descarté la idea, incluso con mis miedos a la cama de parto la idea de tener al bebé del hombre que amaba se sentía correcto. Nunca antes había visto a un hombre emocionarse tanto por ser padre como a Harwin, Laenor también parecía emocionado y durante el embarazo decidimos sumergirnos en una burbuja de felicidad y esperanza, los tres estábamos seguros que el bebé tendría coloración Valyria, despues de todo mi padre había tenido hijos Targaryen con su esposa andala. Cuando tuve a mi bebé en mis brazos no me importó como lucía, por un maravilloso momento solo eramos Harwin, Laenor, nuestro hijo y yo y  todo era perfecto, pero entonces entró Alicent he hizo un comentario desdeñoso sobre el cabello de mi hijo, mi padre le restó importancia y maldijo los genes Baratheon. 

-- Qué pasa con Lucerys, como es que es hijo de Laenor -- Sintió que se sonrojaba furiosamente, sentía caliente no solo el rostro sino el cuello también -- ¿Porque esa reacción?. 

-- Te vas a reir. 

-- No lo haré. 

-- Si, si lo harás, Harwin seguía riéndose incluso cuando nació Joffrey. -- Se mordió el labio y apartó la mirada un poco avergonzada -- Lucerys llegó gracias a un embudo de mármol -- Nadie dijo nada por un minuto antes de que una tos rompiera el silencio, fulminó a su marido con la mirada, Daemon solo levantó las manos en señal de paz e intentó que no se le escapara otra risa. 

-- ¿Como es que tuvieron esa idea?

-- Todo fue culpa de una broma a un marino en uno de sus viajes, Laenor llegó emocionado de Volantis con una taza de cerámica y un embudo de mármol, al parecer uno de los hombres de su barco tenía problemas para tener un hijo ya que era.. muy rápido en su pasión con su esposa, uno de los hombres más viejos le dijo que era posible tener un hijo si el hombre se corría en una taza y luego se lo ponía a su esposa con ayuda de un embudo, Laenor parecía realmente esperanzado y ya habíamos intentado otras cosas, así que lo hicimos -- Ella se rió recordando la expresión alarmada de Harwin -- Fue durante nuestro quinto intento que Harwin entró a la habitación y encontró a Laenor sobre la cama mientras yo estaba de espaldas en el suelo con las piernas arriba, la carcajada que soltó hizo que el embudo y la taza se rompieran cuando cayeron al suelo. Fue vergonzoso y Harwin parecía culpable de haberse reído cuando supo que fue idea de Laenor, cuando Lucerys nació creímos que Harwin era el padre de nuevo y no volvimos a intentarlo. 

-- Tal vez Lucerys es tan pálido a causa del mármol -- Ella le arrojó un cojín que su tío-marido facilmente esquivo entre risas, quería fingir estar molestar pero terminó uniéndose a las risas. -- Daría toda mi herencia por ver el rostro de esos dos al saber que la taza y el embudo realmente funcionó

-- Oh por favor, cállate. 

-- Dime que la llegada de Joffrey fue tan memorable. 

-- Joffrey fue más un feliz accidente, habíamos acordado que teníamos los hijos suficientes, más cuando era obvió que siempre terminarían pareciéndose tanto a Harwin, fue durante uno de los torneos de mi padre, Harwin logró matar un oso durante la cacería y Laenor gano las justas derribando al idiota de Crispin, el tonto estuvo recuperándose por casi medio año, así que estábamos con ánimos de celebrar, terminamos el alcohol de forma vertiginosa, los recuerdos están realmente borrosos, solo sé que desperté en mi habitación, Harwin estaba tirado en el suelo al lado de una botella vacía y Laenor estaba acostado en mi cama abrazándome como si fuera un pulpo, los tres estábamos desnudos y la cama estaba hecha un desastre húmedo, Joffrey no me dió malestares hasta que tenía casi cinco lunas por lo que fue una sorpresa, casi esperábamos que esta vez se pareciera un poco a mí, pero sabíamos que era casi imposible. 

-- Realmente amabas a Harwin -- La voz de Daemon estaba bañada con comprensiva sorpresa, como si hubiera tenido una epifanía -- Se que me dijiste que lo amabas, pero creí que era solo un enamoramiento, ahora sé porque lo amabas y realmente me alegro que lo hayas tenido a tu lado mientras estuve lejos. 

-- Si, realmente lo amaba -- Sonrió sintiendo una punzada de dolor al recordar la injusta pérdida de su amor -- Tú fuiste mi primer amor, cuando era una niña y soñaba con un caballero apuesto y valiente con el que me casaría te imaginaba a ti, luego cuando regresaste sentí lujuria y sabía que haría lo que me pidieras para apagar el fuego en mi sangre, creó que en ese entonces amaba más la idea de tí que quien realmente eras, ahora sé que somos llamas gemelas que nacieron para arder juntas, pero en esos años Harwin, Laenor y mis hijos eran lo único bueno en mi vida, los señores de la corte no me respetaban, mi padre no me respaldaba incluso si insistía en que yo era su heredera, seguía distante y no le importaba prepararme para ser Reina, Alicent y sus aliados me pisoteaban, inventaban susurros y me dedicaban miradas llenas de resentimiento y burla, susurraban de bastardía al alcance de mis hijos y era agotador, durante un tiempo pensamos en huir. 

-- ¿Que?

-- Si, los tres lo hablamos, habíamos formado una familia solo los 6, fantaseábamos con escapar a Essos o a Volantis, incluso a  Lys, entre los tres teníamos el suficiente oro para comprar una finca y vivir cómodamente, Laenor sabía como generar dinero con el comercio gracias a su padre, Harwin era bastante diestro en muchos oficios y decía que podríamos comprar una taberna o una posada para ganar dinero, yo me quedaría administrando la casa y cuidando a nuestros hijos, sabíamos que probablemente nuestras familias nos repudiarían, tu tal vez nunca nos perdonarías y tal vez nos buscarías para arrastrarnos de regreso. Lo planeamos, fue difícil pensar en dejar mi herencia, mi nombre, pero en ese momento ser la princesa heredera no me traía felicidad, solo miseria y cadenas, se suponía que Harwin ayudaría a su padre en Harrenhal durante medio año antes de regresar para irnos, Laenor y yo también dejaríamos las cosas en orden, teníamos que reunir la mayor cantidad de oro y joyas -- Sonrió con amargura -- Pero los dioses no lo quisieron así, saber que Harwin murió se sintió como un castigo, como si fuera imposible para mi vivir feliz junto al hombre que amaba, una parte de mi murió con Harwin ese día. 

El silencio reinó durante varios minutos, era un silencio de comprensión mutua, de compañerismo y de amor, un silencio realmente cómodo y acogedor, Daemon la abrazo sin romper el silencio y le beso la frente.  

-- Gracias por compartir tus secretos conmigo. 

-- Gracias por estar aquí conmigo. 

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La mañana llegó más rápido de lo que les hubiera gustado, Lucerys continuaba durmiendo, Aemond aún se negaba a partarse de la cama o de dejar fuera de su vista a sus hijos, vigilaba como un halcón al sanador y a las parteras, todos estaban esperando en silencio, Joffrey y Jacaerys observaron incrédulos a los bebés y luego en dirección a su hermano, las gemelas no parecían mejor, tenían una mirada intensa y una postura alerta como la de su padre, Aegon (el joven) y Viserys II estaban felizmente jugando en silencio en el sofá cerca de la pared izquierda. 

Corlys Velaryon parecía que no había podido dormir ni un poco, Rhaenys parecía mejor pero era obvio que había llorado durante algún momento antes de regresar. Daemon estaba poniendo nerviosas a las tres nodrizas que Corlys había contratado, a pesar de que los bebés habían sido una sorpresa era obvio que la serpiente marina había movido toda su influencia para conseguir lo mejor para sus bisnietos, ya que las nodrizas eran tres de las mujeres más saludables que había visto jamás. 

-- Es realmente sorprendente, los bebés están completamente sanos, no solo eso, son bebés bastante robustos -- El sanador tenía un deje de incredulidad. 

-- Pero eso es bueno, ¿verdad? 

-- Claro que es bueno, simplemente es increíble, me sido sanador por cuarenta años y he ayudado un sin fin de hombres y mujeres a dar a luz, entre más bebés, más pequeños y frágiles suelen ser -- el Sanador les sonrió a todos -- el príncipe realmente tiene la sangre Valyria más espesa que he visto, los bebés pueden ser pequeños en comparación a un único bebé, pero aún así el peso es el correcto, sus corazones y pulmones se oyen bien y  las nodrizas dicen que han comido cada tres horas y no hay diarrea, también tienen los reflejos musculares de un bebé a término, si las estimaciones son correctas los niños tenían unos ocho meses de gestación antes de nacer, lo cual no es raro en bebés múltiples.   

-- ¿Qué pasa con Lucerys?¿cuando va a despertar? -- La voz de Aemond sonaba como un siseo amenazante incluso sin levantar la voz. 

-- Probablemente tarde una semana más o menos, tener más de un bebé es agotador para el cuerpo, eso cuando se toman los cuidados necesarios, el príncipe por el contrario no sabía de su estado por lo que no cambio su dieta ni tomo los cuidados extras, por lo que podría tardar más, aunque puede que nos sorprenda, como dije, es el joven con más sangre Valyria que me visto. 

-- Tiene alguna idea de porque no mostró signos de embarazo --  Jacaerys parecía que se iba ahogar con la palabra "embarazo"

-- No puedo asegurarlo, pero por lo que me dicen el Príncipe Lucerys no se sentía a salvo en donde estaba durante su embarazo, puede que su cuerpo ocultara su estado para mantenerse a salvo, la magia Valyria en nuestra sangre suele saber más que nosotros y actúa en consecuencia, hablando se sangre, me gustaría revisar a los los Príncipes y Princesas Velaryon/Targaryen. 

-- ¿Para qué? -- Baela parecía desconfiada. 

-- Bueno, normalmente la magia sanguínea de los Velaryon suele ser la más fuerte en una mezcla de padres de diferentes familias, pero tengo la teoría de que la sangre Targaryen al ser igual de espesa hace que ambos regalos luchen lo que lleva a que tengan problemas a la hora del parto, por eso quiero revisar que todo esté bien, principalmente en los príncipes, supongo que no quieren ser tomados por sorpresa como su hermano.  

-- No creo que sea necesario que me revisen -- Jacaerys parecía incomodó -- No me interesa mi mismo sexo por lo que no importa si sería difícil para mi gestar o no un hijo.

-- Puede pensar eso Príncipe, pero el útero podría darle problemas si no está bien desarrollado, lo mejor es cerciorarnos incluso si no planea usarlo. --Todos se quedaron en silencio, el sanador obviamente malinterpretó la renuencia y continúo explicando -- Es una revisión rápida e indolora, ya revise a los bebés y los tres crecerán con úteros sanos como la mayoría de los hombre Velaryon,, de todas formas recomiendo que los revisen nuevamente cuando tengas unos diez o doce años. 

-- ¿Hay Velaryon que no se desarrollan bien?

-- Si, siempre es un riesgo al igual que algunas mujeres, pero aún así tenemos un té que ayuda a corregir la mayoría de los problemas para asegurarnos que todo esté lo mejor posible, aún así es recomendable que si tienen sexo con otro hombre se hagan una revisión para evitar sorpresas, también tenemos una infusión que evita el embarazo que al contrario al té de luna no es venenoso o dañino, eso me recuerda -- El sanador se aseguró de ver fijamente a Aemond -- Es importante que usted y su esposo eviten un segundo embarazo al menos en los próximos ocho años, el cuerpo debe recuperarse correctamente, algunas parejas insisten en embarazarse de nuevo a los seis o ocho meses, lo cual es una idea estupida incluso para las mujeres, si el cuerpo no se deja descansar al menos dos años entre cada embarazo o aborto suelen aumentar el riesgo de muerte durante el parto o pocos días después tanto de la madre como del bebé, también aumenta la dificultad para llevar un embarazo a término, por eso recomiendo respetar dos años por bebé, en su caso el príncipe debería esperar dos años extras ya que su cuerpo sufrió más estrés del normal. 

-- Lo entiendo, me aseguraré de hablar con Lucerys en cuanto despierte, aunque estoy seguro de que ambos estamos más que dispuestos a esperar antes de aumentar la familia -- El sanador asintió complacido al ver que hablaba enserio. -- ¿Entonces les gustaría que los examine aquí mismo o quieren ir a otra habitación?

-- Otra habitación estaría bien -- Daemon le dió un apretón reconfortante a Jacaerys al ver su postura rígida, Rhaenyra, sus hijos, hijas y él salieron de la habitación dejando a Corlys, Rhaenys y a Aemond vigilando a Lucerys y a los bebés. 

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La revisión de Baela y Rhaena fue rápida, el sanador les informó que ambas estaban sanas, aunque Rhaena necesitaba aumentar un poco de peso, al menos unos tres kilos, pero les dijo que todo parecía indicar que estaban bien y que cuando llegara el momento ninguna tendría problemas para quedar embarazada, las dos chicas habían estado un poco avergonzadas de responder tantas preguntas sobre sus ciclos lunares, desde la duración hasta la coloración de la sangre y la intensidad de dolor de los calambres o cambios de humor o de apetito. Pronto fue el turno de los príncipes, Rhaenyra se sentía tensa, Daemon tenía la mano sobre la empuñadura de su espada listo para matar al sanador si decía algo desagradable para su esposa o sus hijos. 

Jacaerys y Joffrey se sintieron bastante abochornados cuando el sanador les pidió que se bajaran los pantalones y que se inclinaran para poder revisarles tras los testículos, apretaron los dientes y cerraron los ojos, ambos ya eran hombres jóvenes, Jacaerys estaba por cumplir 19 días de su nombre mientras que Joffrey acabada de cumplir 14 días. Afortunadamente Baela y Rhaena habían salido antes de empezar.  

-- Pueden ponerse de pie y vestirse mis príncipes -- El rostro del sanador no dejaba ver nada -- Tengo buenas noticias, ambos príncipes se encuentran realmente sanos, el príncipe Jacaerys sin duda podría llevar un buen embarazo a término si así lo decide, el príncipe Joffrey podría experimentar embarazos más extenuantes pero ambos sin duda tienen úteros bien formados, aún así les recomiendo tomar un poco de "sangre de mar" dos veces solo para cerciorarnos, puede que tengan un poco de fiebre y dolor muscular leve despues de tomarlo pero solo dura unas pocas horas. 

La habitación se llenó de un tenso silencio, el sanador siguió hablando sobre recomendaciones en caso de que los príncipes quisieran gestar a sus propios hijos o por si lo contrario querían evitar un embarazo sorpresa les recomendó tomar "red de pesca", el sanador puso los ojos en blanco al decir los nombres de los té como si le parecieran ridículos.

-- ¿Alguna pregunta?

-- ¿Esta realmente seguro de que podemos tener hijos? -- la voz de Jacaerys sonaba como si estuviera aguantando el llanto. 

-- Si, ambos tienen la marca en el perineo, para el ojo inexperto parece simplemente una marca de nacimiento sin importancia ya que solo es un fina línea, entre más marcada más suave será el embarazo, usted príncipe Jacaerys tiene la línea oscura por lo que sus embarazos serían faciles y sus partos rápidos, el príncipe Joffrey tiene la línea un poco más difuminada que la suya pero aún así es lo suficientemente oscura para saber que todo está en orden, tal vez sus partos serían más tardados -- El sanador les dió una sonrisa tranquilizadora -- De todas formas es posible que cuanto más años pasen la marca de acentúe más. 

-- Pero entonce eso quiere decir que... -- Nadie dijo nada pero era obvio que todos sabían como terminaba la frase, eso quería decir que los tres realmente eran hijos de Laenor, realmente eran legítimos, Jacaerys no sabía como sentirse, debería sentirse reivindicado y más ligero, pero solo se sentía culpable y como el peor hijo de la historia por haber desconfiado de su madre, recordó como le grito despues de la boda de Lucerys como la culpo por haberlos condenado a la bastardía, como le reprocho por haberlos traído al mundo cuando sabía que no eran verdaderos Velaryon. Daemon permitió que sus abuelos entraran, la cara de Corlys y de Rhaenys delataba su sorpresa e incredulidad.

-- ¿Qué pasa con la marca de nacimiento?  

-- ¡¡Rhaenys!! -- El abuelo la reprendió por poner en duda la palabra del sanador, Rhaenyra, Daemon y sus hijos se pusieron tensos y le dedicaron malas miradas. 

-- ¿Qué pasa con eso?

-- Nunca las he visto en mis tres nietos, Laenor la tenía en su cadera izquierda, Laena la tenía en su hombro derecho y mi marido la tiene en el hombro izquierdo, mis nietas la tienen sobre las costillas. 

-- Tal vez no la buscaron bien. 

-- Lo hice. 

-- Basta, te estás extralimitando esposa -- Corlys la reprendió con más dureza, pero en su confusión Rhaenys se negaba a callarse, no quería aceptar que se había equivocado por tantos años, no era posible que ella hubiera sido mezquina y distante con sus verdaderos nietos, ella sabía quien había sido su hijo y lo incapaz que era de acostarse con una mujer. Ella siempre había admirado la forma tan intensa y desinteresada en la que Laenor había amado a los tres chicos, como si hubieran sido realmente sus hijos, siempre hablaba de ellos lleno de orgullo, siempre les demostraba cuanto los amaba y siempre los llamaba "mis hijos" para que cualquiera lo escuchara reclamarlos, su esposo tampoco era tímido a la hora de amar a sus "nietos", él siempre decía que no importaba el lado de la cama de donde venían los niños, la historia recordaba nombres, además tenía un amor casi religioso por Lucerys, ella siempre se maravillaba pero la enfermaba al mismo tiempo, ella odiaba que su hijo fuera objeto de burlas y de lástima, sabía bien lo que la nobleza y los plebeyos decían de su amado hijo, ella siempre culpaba a Rhaenyra, le guardaba rencor por exhibir a sus "bastardos" y decir que eran hijos de Laenor, la odiaba por robar lo que legítimamente era de sus verdaderas nietas, ella despreciaba a Rhaenyra y la culpaba, porque así era más fácil.

Le era más fácil culpar a Rhaenyra que aceptar su propia culpa, una parte dentro de ella siempre quería recordarle que la única culpable era ella, ella había sido quien ignoró las súplicas de su hijo para que lo dejara huir y casarse con Ser Joffrey, fue ella la que desestimo la angustia y el dolor de su hijo ante la muerte de su amante, ella fue la que apartó a sus hijos de su lado al no escucharlos, fue ella, Rhaenys Targaryen quien les había fallado a sus hijos y a sus nietos y eso era un trago demasiado amargo para pasar, por eso siguió negando que ella era la única en la habitación que se equivocaba, el sanador la observó atentamente antes de negar con la cabeza y con un suspiro dio un paso al frente. 

-- Si me permiten los príncipes con gusto puedo buscar su marca Velaryon -- los dos jóvenes asintieron de forma rígida con la mirada puesta en el suelo como si estuvieran demasiado avergonzados para enfrentar la mirada de los presentes, el sanador se rió unos cinco minutos después de iniciar su búsqueda -- ¡¡aqui esta!! -- exclamó con triunfo -- Si no les importa perder un poco de cabello puedo dejar a la vista su marca para que todo Driftmark la vea. 

-- Claro -- Joffrey fue el primero en dar su permiso, incluso ofreció su propia daga para que el sanador cortara el cabello, Rhaenys hizo una mueca dolorosa cuando su nieto más joven le dedicó una mirada petulante y llena de arrogancia tan parecida a las de Daemon, era obvió que los niños se habían criado con el príncipe renegado, el sanador se movió con rapidez, pronto un mechón del grosor de dos dedos había sido rapado del lado izquierdo de la cabeza de sus nietos y allí, casi en medio, entre el final de la ceja y la oreja estaba la marca distintiva de un color obscuro, tan oscuro como los mechones del cabello de sus nietos, un caballito de mar inconfundible, Corlys soltó una carcajada y atrajo a los dos jóvenes a un apretado abrazo.   

-- Miren eso, si que les gusta esconderse -- se apartó un paso y les sonrió lleno de orgullo --  si quieren seguir manteniendola a la vista podrían trenzar un poco los mechones superiores, si lo desean les conseguiré las perlas y gemas más hermosas para enmarcarlos. 

-- Por eso nunca se dieron cuenta, el color es igual al de su cabello -- Daemon también dió un paso al frente y abrazo a los chicos -- Apuesto que la marca de Lucerys está en el mismo lugar, cuando su hermano se despierte y se recupere haremos una fiesta e invitaremos a todos los idiotas que alguna vez murmuraron veneno como las ovejas cobardes que son y si ustedes lo desean les regalaré sus lenguas en una bandeja. 

Joffrey soltó una carcajada antes de agradecerle al sanador por resolver el misterio de donde se habían escondido sus marcas todo ese tiempo, Jacaerys no dijo nada, simplemente avanzó y abrazó a su madre con fuerza mientras sus hombros se sacudían un poco como si estuviera llorando en silencio, Rhaenys y Rhaenyra intercambiaron miradas, los ojos lilas de la princesa heredera estaban ligeramente más abiertos como si estuviera sorprendida pero aún así Rhaenys pudo reconocer el brillo de triunfo. 

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 Lucerys se sentía confundido, su mente se sentía nublada, su lengua pastosa y el cuerpo adolorido y pesado, podía sentir que alguien murmuraba algo a la distancia, o tal vez estaba cerca, él no era capaz de decirlo, soltó un gemido por el esfuerzo de su cuerpo de despejar el sueño y el cansancio, le tomo tres intentos abrir los ojos y aún así su mirada tardo unos segundos en enfocarse. 

Le tomó un momento reconocer su habitación, era su habitación en Driftmark, girar la cabeza fue un trabajo monumental, parpadeo un poco sorprendido de ver a Aemond dormido con solo medio cuerpo recargado en la cama, lo que pensó que eran murmullos en realidad eran los suaves ronquidos de su tío, al parecer se había quedado dormido sentado a su lado, la habitación estaba en silencio, su mente tardó un poco en ponerse al día, pero los recuerdos pronto lo alcanzaron, él había tenido hijos, por los catorce, realmente había dado a luz a sus hijos, tres para ser exactos, con razón su cuerpo dolía tanto, decidió ignorar el ardor molesto en su zona baja, intentó sentarse pero sus brazos se sentían temblorosos. 

-- Lucerys -- Aemond soltó sorprendido al verlo, su esposo lo tomo por sorpresa al besarlo, su mente se sintió borrosa una vez más -- Gracias a los dioses despertaste, no te muevas, llamaré al sanador. 

-- Quiero... -- Aemond ni siquiera lo dejó hablar antes de ponerse de pie de golpe, completamente alerta, abrió la puerta y dio algunas órdenes antes de regresar a su lado, ninguno pudo decir nada antes de que la puerta se abriera de par en par y casi toda su familia se apresuró al interior, el mismo hombre que le había dado instrucciones para dar a luz se abrió paso entre todos y comenzó a revisarlo, hizo una mueca cuando el sanador tocó con suavidad la zona abierta entre sus testículos y su ano.

-- ¿Cómo se siente?

-- Como si Arrax me hubiera usado como muñeco de masticar -- su madre se río a su lado, era obvio que estaba aguantando las lágrimas, Lucerys logró darle un suave apretón reconfortante -- quiero ver a mis bebés... ellos... ¿ellos están bien?.

-- Estan bien, las nodrizas los están bañando, Corlys y Jacaerys están con ellos -- Daemon lo observo con orgullo -- Lo hiciste muy bien, son bebés realmente hermosos. 

-- ¿Pero están sanos?, yo no tuve cuidado y trabaje demasiado incluso fuí a la guerra y ... -- Las emociones lo sobrecogieron al pensar en haber puesto a sus hijos en peligro, una voz en el fondo de su mente le recordó que sus hijos no habían estado en su cuerpo antes del ritual, eso lo hizo buscar a Thoros pero no lo vio -- ¿Dónde está Thoros?

-- ¿Quien?

-- El sacerdote rojo que me ayudó, quiero agradecerle por lo que hizo. 

-- El se despidió hace dos días - Su madre y Daemon le dedicaron miradas llenas de significado pero no las pudo entender -- Nos dijo que era momento de irse pero que todo estaba bien. 

-- Nos dijo que los dioses te encontraron digno y que todo estaba bien encaminado ahora, pero que era nuestra responsabilidad no arruinarlo todo. 

-- Me habría gustado recompensarlo, no creó que hubiera podido regresar a salvo y tener a mis hijos sin su ayuda. 

-- Lo recompensamos -- Aemond le aseguro, su tio/esposo lo observaba con intensidad pero al mismo tiempo con admiración como si él fuera algún tipo de maravilla o algo parecido, sintió un poco de rubor en sus mejillas no acostumbrado a ese tipo de miradas -- Ahora es importante que te recuperes del todo. 

-- ¿Cuanto tiempo me tomara sanar?, quiero poder cuidar a mis hijos -- Lucerys observó al sanador esperando una respuesta, una ansiedad instalándose en la boca de su estómago al no estar completamente en condiciones para defender a sus hijos de cualquier amenaza. 

-- Bueno, la apertura normalmente desaparece en un mes pero el canal de parto tarda unas tres lunas en sanar por completo, en un mes puede regresar poco a poco a sus actividades pero nada demasiado rudo o difícil, pasara medio año antes de que pueda volver al campo de batalla o al campo de entrenamiento, también deberá esperar al menos mes y medio antes de volver a montar a su dragón y solo vuelos cortos de máximo una hora. -- Lucerys hizo una mueca ante la idea de esperar tanto -- De todas formas hasta que cierre la apertura es necesario poner un ungüento una vez al día despues del baño, puedo hacerlo yo o pudo enseñarle alguién para que le ayude. 

-- Yo lo haré -- Aemond parecía desafiante, como retando a alguien contradecirlo --  Solo tendré que ir a Desembarco del Rey para informar al Rey del nacimiento de nuestros hijos y para asignar a alguien que cubra mis obligaciones en los siguientes meses. Serán dos días a lo mucho.

-- Quiero quedarme aquí al menos hasta que los niños tengan un año, aquí o en rocadragón pero no quiero regresar a la fortaleza antes de poder luchar correctamente.   -- Ambos compartieron una mirada significativa practicamente ignorando a los demás. 

-- Haremos lo que quieras, te prometí que te mantendría a salvo a ti y a nuestros hijos y hablaba enserio, nadie que no quieras va acercarse a ustedes, lo juro. 

-- Yo también pondré a mis hombres a tu disposición -- Daemon prometió solemnemente. 

-- Tu abuelo ya está reforzando la seguridad casi al triple -- Su abuela Rhaenys parecía agotada, como si no hubiera podido dormir bien. -- Toda la semana desde el nacimiento de los niños la seguridad se ha reforzado así como la contratación de niñeras, nodrizas y sanadores, estarán a salvo aquí.

-- Gracias abuela -- Una sonrisa incomoda adornó los labios de la princesa Rhaenys y Lucerys apartó la mirada para evitar que viera cuanto le dolía su indiferencia, ella nunca era así de distante con Baela o Rhaena, bueno ellas eran hijas de la tía Laena. Ese pensamiento lo hizo enojar, puede que haya hecho un poco de trampa con ayuda de los dioses para demostrar que era un "Velaryon" pero aún así la mujer lo había visto retorcerse lleno de agonía para dar a luz como solo un verdadero hijo de Leanor podría hacerlo, incluso si él y sus hermanos no habían sido Velaryon antes del ritual, seguían siendo familia por parte de su sangre Targaryen, antes de que su humor se agriará del todo la puerta se abrió. 

-- Me alegro que estés despierto hermano, mis sobrinos están ansiosos por conocerte -- Jacaerys le sonrió, su sonrisa era maravillosa como si su hermano mayor nunca hubiera conocido ninguna preocupación en su vida, observo con sorpresa el nuevo corte de su hermano que dejaba ver la inconfundible marca de nacimiento Velaryon, claro que su atención se desvió a los tres pequeños bultos que colocaron con cuidado frente a él, se le formó un nudo en la garganta y su vista se nublo a causa de las lágrimas, su pecho dolía, era como si alguna mano extraña le hubiera arrancado el corazón antes de empujar un corazón cien veces más grande que luchaba por caber en su pecho, todo ese espacio nuevo lleno de amor ferros y asesino por los tres bebés perfectos frente a él. 

-- Hemos esperado toda la semana para saber sus nombres -- Su madre le dijo con voz cálida. 

-- ¿No los nombraste? -- su mirada se enfocó en su esposo el cual lo observaba a él y asus hijos con una posesividad que le causó un escalofrío placentero.

-- No, no me parecía justo nombrarlos sin tí, no cuando tu fuiste quien hizo todo el trabajo duro. 

-- Tu también ayudaste, lo ves, los tres tienen tus cejas y creo que el más pequeño tiene tu barbilla y tu nariz -- Lucerys bromeo y toda la habitación se rió en voz baja como si no quisieran perturbar a los tres bebés que lo observaban con atención. -- Son realmente hermosos, bien, veamos, necesitan un nombre digno de ambas casas -- sonrió cuando la idea perfecta se le vino a la cabeza, Aemond lo observo con curiosidad obviamente reconociendo su mirada traviesa pero espero pacientemente a su veredicto. 

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Aemond se movió de prisa en cuanto estuvo dentro de los terrenos de la fortaleza roja, había sido físicamente doloroso alejarse de sus hijos y de Lucerys, pero necesitaba enfrentar sus temores rápido, mientras antes despejara su sospecha sobre la participación de su madre en los planes de Otto maldito Hightower, antes podría concentrarse al cien por ciento en su familia y su protección. 

Por los dioses, él era un padre ahora, nunca había pensado mucho en tener hijos, una parte de él sabía que un día tendría que cumplir con su deber, casarse con una mujer insípida de una familia políticamente beneficiosa y tener un hijo y un repuesto, pero nunca había detenido a analizarlo mucho, no cuando su propio padre era un patético ejemplo de paternidad, su abuelo Otto no era mucho mejor, Aegon había reducido un mínimo su comportamiento prostituto y alcohólico con el nacimiento de sus hijos, si se sentía amable diría que su hermano lo "intentaba" si era sincero podría admitir que Aegon era un padre tan patético como Viserys. Lo más cercano a una figura "paterna" en su vida había sido Ser Criston y aún así era obvio para él que el hombre solo se esforzaba con él por lealtad a su madre más que por cariño o preocupación a Aemond. 

Él no sería así, desde la primera noche que sus hijos respiraron al mundo Aemond se hizo una promesa, sus hijos crecerían sabiendo que su padre los amaba, que era devoto a ellos y que eran lo más importante para él, Aemond no quería ser como los padres que habían estado en su vida, afortunadamente sabía que Lucerys nunca permitiría que él les hiciera falta o daño a sus hijos, Lucerys había tenido la fortuna de tener padres, porque había sido más de uno, que le demostraron amor, que se preocupaban por el y que habían estado orgullosos del niño y hombre que era Lucerys, Leanor Velaryon había tenido muchos rumores a su alrededor pero nunca fue tímido a la hora de presumir y reclamar a sus hijos, el hombre se pavoneaba con cada uno de sus hijos sin detenerse a prestar atención de las lenguas venenosas, no era tacaño en tiempo, atención o riqueza para mimar a ninguno de los tres. Harwin Strong era visiblemente devoto a los niños, era ferozmente protector y era obvió que estaba dispuesto a morir y matar por los tres príncipes, algo que alimento los rumores de bastardía pero era obvio que para el " Quebrantahuesos" era más importante hacer felices a los tres príncipes que darle atención a las lenguas venenosas de la corte. 

Corlys Velaryon era otro que nunca había vacilado en demostrar su amor por sus nietos, obviamente el hombre sentía el llamado de su sangre y nunca había dudado de la legitimidad de sus nietos, ahora podía entender porque no vaciló en su decisión de apoyar a Rhaenyra y reclamar a sus nietos sin importar su apariencia, la figura paterna más impresionante en su opinión era el príncipe renegado, Daemon Targaryen, su abuelo siempre decía que el príncipe había escapado de lo más profundo de los siete infiernos, Daemon podía ser jodidamente aterrador, el hombre más peligroso de los siete reinos y quizás del otro lado del mar angosto, pero nadie dudaba de su amor y devoción por su familia y Lucerys siempre recordaba con cariño su tiempo compartido. 

Sacudió la cabeza para concentrarse, le preguntó a uno de los guardias donde se encontraban todos y  agradeció cuando le dijeron que estaban listos para el almuerzo, cuando entró al comedor todas las miradas se fijaron en él. 

-- Aemond me alegra verte de regreso, toma asiento y come con nosotros -- Su padre parecía genuinamente feliz de verlo. 

-- Gracias padre pero no es necesario, comí antes de venir, de hecho no planeo quedarme mucho. 

-- ¿Paso algo? -- Su madre lo observó con preocupación ansiosa. 

-- Pasó algo maravilloso -- Dejo que el orgullo lo inundara -- Me alegra informarles que hace una semana la familia creció. 

-- ¿A qué te refieres? 

-- Lucerys dió a luz a mis tres hijos. 

-- ¡¡¡¿QUE?!!! -- Aemond disfrutó de las reacciones, su padre parecía sorprendido pero obviamente estaba feliz, Aegon tenía la boca completamente abierta de forma comida, Helaena le dió una sonrisa tierna y sorpresivamente se puso de pie para abrazarlo, su madre y su abuelo se habían puesto completamente pálidos.

-- Hijo esa es una gran noticia -- Su padre se puso de pie y lo atrajo a un abrazo, intentó relajarse pero no pudo y suspiro aliviado cuando el Rey lo soltó -- Debemos organizar un banquete, mejor aún debemos ir de inmediato a Driftmark para conocer a mis bisnietos, tres hijos, es maravilloso. 

-- Gracias padre, aunque sería mejor si esperas unos meses antes de ir a verlos o de hacer una fiesta, el parto fue realmente agotador para Lucerys.

-- ¿Se encuentra bien?

-- Si, él y los niños están bien, el sanador nos dijo que Lucerys se recuperara por completo, pero será un trabajo lento, los hombre Velaryon tardan en recuperarse de un solo bebé, Lucerys tuvo trillizos y además ni siquiera sabíamos que estaba embarazado hasta que empezó su trabajo de parto, por eso es mejor que descanse antes de poder atender visitas. 

-- Lo entiendo, ¿pero que haces aqui?, deberías haberte quedado con tu esposo y tus hijos.

-- No voy a quedarme, solo vine a darles las buenas noticias y a dejar a Ser Paul a cargo de mis responsabilidades en la guardia. 

-- Me alegra de que vinieras, pero no era necesario, un cuervo habría bastando -- su padre le sonrió y le dió un par de golpes amigables en la espalda -- Pero ya estás aquí, descansa un poco antes de regresar a casa, no olvides buscar huevos para la cuna de tus hijos, si no te gusta ninguno de los que están aquí no dudes ir a rocadragón, eso sí, debes apresurarte antes de que Daemon se te adelante -- La mirada de su padre era traviesa -- Los dioses saben que mi hermano se cree el experto eligiendo huevos, pero es tradición que sea el padre quien elija el huevo de sus hijos.   

-- Gracias padre, lo haré. 

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-- ¿Cómo es posible que no nos hayas dicho que ese chico estaba embarazado? -- Otto lo miraba con rencor -- Es imposible que algo así pasara, el chico es un bastardo. 

-- No lo es. 

-- Si, si lo es -- Su madre parecía completamente fuera de sí -- Él y sus hermanos son igual de impíos que Rhaenyra, seguramente es un tipo de trampa retorcida para evitar aceptar que es una puta y que sus hijos son bastardos, como si no fuera obvio para cualquiera que los mire.

-- No es un truco -- su madre retrocedió ante su tono de voz y su postura amenazante, pero por primera vez no le importó, no iba a dejar que hablaran mal de su esposo o de sus hijos -- Yo estuve en la misma habitación cuando mis hijos vinieron al mundo, vi a Lucerys pujar y sacar de su cuerpo a cada uno de mis hijos, estuve allí cuando cada uno de mis hijos tomo su primera respiración, puede que no te guste, pero será mejor que aprendas a morderte la lengua antes de hablar mal de mis hijos y de mi esposo de nuevo. 

-- No puedes hablarle así a la Reina. 

-- Tu no puedes hablarme en ese tono, no lo olvides abuelo, puede que seas la mano del Rey y el padre de la Reina CONSORTE, pero sigues siendo solo un segundo hijo, yo, mi esposo y mis hijos somos somos príncipes de sangre Targaryen y siempre estaremos encima de ti.

-- Como te atreves -- Su madre gritó cuando desenvaino su espada y la presionó en el cuello de su abuelo, Otto lo observó con sorprendido horror obviamente creyendo que él le permitiría golpearlo como lo permitía Aegon -- No te atreverías, soy tu sangre...

-- Si vuelves a levantarme la mano o incluso si te atreves a respirar de la manera incorrecta en mi dirección o en dirección de mi familia te cortaré las manos y la lengua antes de darte de comer a los perros de la calle de seda, también quiero que saques de tu pútrida mente cualquier conspiración que nos incluya a mi esposo, a mis hijos y a mi, nuevamente te repito, no olvides tu posición Ser Otto.   

Sin más empujo a su abuelo, el hombre se tambaleo casi cayendo al suelo, le dedicó una última mirada a su madre antes de salir. 

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-- ¿Como es posible que ese estúpido chico no entienda que está arruinando todo? -- Otto estaba furioso -- No entiende que estuvimos tan cerca, solo faltaban pocos meses para que Rhaenyra y su familia perdiera todo el poder, perderían el apoyo de los Velaryon, el reino sabría que no es más que una puta y que sus hijos son sucios bastardos, para cuando muriera Viserys no habría un solo noble que se negara a que Aegon fuera coronado y ahora todo se fue al carajo. 

-- ¿Notaste como me miró? -- Alicent sollozo histéricamente -- Mi hijo nunca me había tratado así, era obvió que no debí dejar que esa sucia ramera impía clavara sus garras en mi bebé, ese maldito chico con sus perversiones contamino a mi hijo y lo esta apartando de mi lado. 

-- Ya basta, eso no es importante ahora -- Ser Criston abrió la puerta y empujo con fuerza al Maestre Mellos al interior, Otto lo tomo con fuerza de las solapas de su túnica -- ¿Como es posible que ese chico tuviera hijos?, me dijiste que no era posible. 

--- No lo era, me asegure de ello. 

-- ¿No te deje claro que era necesario que el chico enfermara y muriera? 

-- Le dí el té, era venenoso, cuatro tomas eran suficientes para que el príncipe enfermara, nadie podría haberlo salvado. 

-- Pues fallaste, ese sucio chico no solo no murió sino que destruyo todos nuestros planes y arruinó nuestra ventaja -- Otto soltó al Maestre -- Mas vale que encuentres la manera de solucionar esto Mellos antes de que el que tenga un accidente seas tú. 

-- Lo arreglaré, los bebés mueren en su cuna todo el tiempo y el príncipe Lucerys ya se parece a la Reina Aemma, nadie se sorprendería si tiene las mismas complicaciones que ella.

Los tres continuaron planeando como recuperarían su ventaja, la piadosa Reina solo hizo una nada creíble de protesta ante la idea de matar a sus nuevos nietos, pero para ella no eran bebés como lo hijos de Helaena, eran sucios monstruos que estaban contaminando a su hijo y era su deber como madre purificar al mal que quería trastornar a su piadoso hijo. 

Más tarde se darían cuenta que habían firmado su sentencia ese mismo día. 

 

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Marca de nacimiento Velaryon:

 

 

 

 

 

Notes:

Espero que les haya gustado, perdón por los errores.

Nos vemos a la próxima.
La marca Velaryon es un tipo de lunar, me pareció que en un mundo donde la magia, dragones y zombies de hielo existen lo es tan descabellado que una familia Valyria tuviera una marca distintiva.

Los invito a darle una oportunidad a mis otras historias, las que serán actualizadas pronto.

Notes:

Perdón por los errores, espero que les guste.
Nos vemos en la próxima.

Esta historia esta inspirada en: "Salt Scented Air" de Lucicelo
https://archiveofourown.org/works/49769659/chapters/125627914