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Collar

Summary:

Hinata últimamente no puede parar de pensar en las grandes manos de su novio, menos cuando la idea de Kageyama ahorcándolo se le cruza por la mente y no abandona su imaginación.

"¿Puedo usar tus manos de collar?”

”¿Qué?”

Notes:

Aunque no lo crean este es el primer smut que escribo y termino por completo, disculpen cualquier error ortográfico y espero lo disfruten <3

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

Kageyama sostiene el balón entre sus manos, lo hace girar entre sus dedos como un experto, se nota que lleva mucho tiempo haciéndolo. Su mirada fija al otro lado de la red, visualizando hacia donde mandará el balón con su poderoso saque. Es solamente una demostración de saque para los chicos de primer año pero él siempre se toma todo demasiado en serio y Hinata lo sabe, puede notarlo en la concentración inquebrantable de Kageyama.

Hinata solo puede observarlo desde el otro lado del gimnasio, pero aunque esté a kilómetros de distancia está seguro de que la presencia de Kageyama llamaría su mirada hacia él.

Se enfoca un poco (tal vez demasiado) en los movimientos de las manos de Kageyama. Sabe perfectamente lo mucho que Kageyama cuida de sus manos, y con justa razón, si al final del día será capaz de colocar el balón de una manera extraordinaria. No puede evitar notar lo pequeño que se ve el balón entre sus manos.

Kageyama ha crecido estos últimos tres años y Hinata es el más indicado para confirmar esto. Se ha vuelto más robusto, más musculoso y obviamente más grande. Sus hombros son más grandes, su espalda más ancha, sus piernas son del doble de tamaño que las de Hinata, sus brazos se ven llenos de músculo y por supuesto sus manos son más grandes, tan grandes.

Hinata ha estado pensando en las manos de Kageyama más de lo habitual.

Le encantan sus manos, por supuesto, así como le encanta todo de su novio. Esas manos son las que le sostienen el rostro cuando Kageyama lo besa en los pasillos después de asegurarse de que nadie los vea. Esas manos son las que le despeinan el cabello que ha estado dejando crecer el último año. Esas manos son las que lo sostienen firmemente de la cintura, esas manos son las que lo abren tan deliciosamente bien.

Queda bastante claro lo mucho que le gustan las manos de Kageyama.

Detiene sus pensamientos antes de que empiece a ponerse caliente en medio del gimnasio, aunque una idea fugaz cruza por su mente un poco borracha de excitación.

¿Cómo se sentirá que las manos de Kageyama lo ahorquen?

Suelta un suspiro involuntario ante el solo pensamiento. No es como si él estuviera interesado en ese tipo de cosas (¿o sí?) no lo sabe, pero desde que Kenma le había contado que Kuroo lo había ahorcado mientras tenían sexo el pensamiento de Kageyama ahorcandolo no había abandonado su mente ¿realmente se sentiría tan bien como Kenma le había contado?

Toma un gran trago de agua, tratando de calmar el calor que sentía formándose en el fondo de su estómago. Vuelve su vista a Kageyama pero tal vez eso solo empeora la situación, pues Kageyama no tiene derecho a verse tan bien mientras le explica cosas que no puede escuchar a uno de los chicos de primer año.

No tiene tiempo de seguir lamentándose al escuchar que el entrenador lo llama y le pide que junto a Kageyama traigan unas cosas del cuarto de suministros.

Kageyama de inmediato voltea a verlo y camina hacia él, aprovechando cualquier oportunidad de estar junto a Hinata. Juntos se dirigen al cuarto de suministros y Hinata puede ver cómo Kageyama sostiene varias cosas a la vez con sus grandes manos, los pensamientos vuelven a él.

“¿Puedo usar tus manos de collar?”

“¿Qué?”

Kageyama detiene sus movimientos y observa a Hinata directamente a los ojos. Hinata siente la cara un poco roja pues sus pensamientos se escaparon de su boca sin permiso.

“Nada, era una broma” Dice simplemente y suelta una risa nerviosa, evitando que Kageyama lo bombardeara con más preguntas justo en ese momento y sale del cuarto de suministros, dejando a Kageyama confundido pues según sus conocimientos las bromas debían causar gracia, pero él no entendió nada de lo que su novio había dicho.

El entrenamiento siguió normalmente aunque Kageyama no podía sacarse de la cabeza la pregunta de Hinata. Para él no tenía sentido, tal vez era algún tipo de mensaje secreto o algo así, Hinata siempre hablaba de cosas raras de todos modos.

Quería preguntarle a Hinata pero se encontraba ocupado practicando recepciones con los chicos de primer año, aún así no quería quedarse con la duda por más tiempo y se dirige con Yachi que está de pie junto a la puerta del gimnasio.

“Hola Tobio, ¿Cómo va todo?” Le sonríe Yachi, tan amable como siempre sin embargo Kageyama no está para rodeos y simplemente le suelta la duda que invade su mente.

“¿Qué significa que alguien quiera usar tus manos de collar?”

“¿Quién te dijo eso?” Yachi lo mira con los ojos bien abiertos, no esperaba para nada que Kageyama le preguntara algo como eso. Sabía que Kageyama le tenía bastante confianza pero no sabía que tanta.

“Hinata, pero no entiendo qué significa, ¿No sería incómodo?” Kageyama la mira directo a los ojos y su expresión es tan monótona y calmada como siempre, Yachi no entiende cómo puede decir cosas como esas y tener esa cara tan seria.

“Bueno, ¿Cómo te explico…?” Voltea hacia otro lado, incómoda de tener que explicarle algo como eso a Kageyama.

“Quiere que lo ahorques” Le dice Tsukishima, quien mágicamente ha aparecido detrás de Kageyama, demasiado interesado en la aparente conversación incómoda de ambos. Yachi sabe que Tsukishima está ahí simplemente por ser un entrometido y por molestar a Kageyama, pero agradece que él sea quien esté dando las respuestas.

“¿Por qué? ¿Quiere que lo mate?” Pregunta con esa maldita expresión seria, piensa Yachi, pues ella siente la cara roja como un tomate.

“No realmente” Responde finalmente, dispuesta a no contestar nada más referente al tema y voltea hacia otro lado, ahora demasiado interesada en el reloj sobre la pared del gimnasio.

“¿Por qué no le preguntas a Hinata?” Le pregunta Tsukishima, demasiado divertido con la situación de que Kageyama sea tan estúpido al no entender una simplemente indirecta y le parece aún más gracioso porque sabe perfectamente que Kageyama le preguntará a Hinata, quedando más en ridículo.

Kageyama se hunde en sus pensamientos mientras Tsukishima da media vuelta y se va hacia otro lado del gimnasio. Preguntarle a Hinata era su plan después de todo, así que lo haría cuando el entrenamiento terminara, de todos modos faltaba poco.

Finalmente el entrenamiento llegó a su fin, todo el mundo limpió el gimnasio lo más pronto posible, ya era bastante tarde y querían irse. Afortunadamente para Kageyama a él le toca cerrar el gimnasio esta noche, así que aprovechando que ya todos se han ido, detiene a Hinata antes de que salga por la puerta.

“¿Quieres que te ahorque?”

“¿Qué?” Hinata voltea a verlo con los ojos bien abiertos, pensó que Kageyama no había entendido su broma o que ya la había olvidado.

“¿A eso te referías hace un rato, no? Aunque no entiendo por qué quieres que lo haga” Realmente no lo entendía, usar unas manos de collar sonaba bastante incómodo.

Hinata no dice nada y se acerca a él, tomando una de las grandes manos de Kageyama entre las suyas, jugueteando con sus dedos.

“¿No piensas que es raro?” Pregunta más no levanta la mirada de sus dedos, se siente hipnotizado.

“Sí, un poco” Tal vez bastante, piensa para sus adentros, más no lo dice en voz alta, queriendo que Hinata continúe con lo que sea que tenga para decir.

Siente como Hinata guía su mano hacia su cuello y comienza a sentirse nervioso por alguna razón.

“¿Pero lo harías si te lo pidiera?” Finalmente lo mira a los ojos, Kageyama le devuelve la mirada y puede ver como sus ojos marrones brillan contra la luz de la luna que se filtra por la puerta del gimnasio.

Le sostiene la mirada unos segundos antes de ver su mano en el cuello de Hinata, simplemente está ahí sin ejercer presión. Puede sentir la suave piel contra su palma y el movimiento de la nuez de adán de Hinata cuando traga saliva. Puede rodear su cuello casi por completo, su cuello es pequeño a comparación del suyo y de pronto siente los dedos picarle ante la pregunta de qué pasaría si apretara su agarre. Vuelve la vista a Hinata quien no se ha movido un centímetro.

“¿Por qué quieres que lo haga?” Siente su voz salir en un susurro, más Hinata lo escucha perfectamente y puede sentir la curiosidad en cada palabra.

“Creo que… se sentiría bien” Dice simplemente, sin apartar la vista del azul profundo de los ojos de Kageyama.

Kageyama parpadea un par de veces, procesando las palabras de Hinata en su cerebro. No se esperaba esa respuesta y no puede entender qué relación tiene ahorcar a alguien y que eso se sienta bien, pero si Hinata se lo estaba pidiendo con esos ojos brillantes y esa voz llena de una lujuria que Kageyama se ha tardado en darse cuenta que está ahí, él no podía negarse. Kageyama era un hombre débil, débil ante los encantos de su novio y no podía negarse a nada de lo que él le pidiera. La voz de Hinata lo saca de sus pensamientos.

“¿Lo harías por mí?”

“Haría lo que sea por ti”

Responde de inmediato y Hinata sonríe, apartando la mano de Kageyama sobre su cuello, rompiendo la distancia entre los dos y besándolo. Es lento, dulce y tan íntimo. Kageyama se siente sediento de repente, una sed que solo puede calmar con los labios de Hinata. Lo besa con firmeza, atrayéndolo hacia sí mismo por la cintura y puede escuchar un pequeño gemido de Hinata. Siente fuego en las manos, con la necesidad de tocarlo aún más pero Hinata se separa y susurra contra sus labios.

“Entonces no te sorprendas si te pido que lo hagas después” Dice para después salir caminando fuera del Gimnasio.

Kageyama se queda ahí de pie, confundido y ridículamente duro. No sabe por qué se siente tan excitado pero no tarda en seguir a Hinata fuera del gimnasio después de cerrar la puerta, intentando ocultar el bulto que se asoma orgulloso entre sus pantalones deportivos. Lo cubre con la sudadera lo más que puede y sigue a Hinata unos pasos por detrás, quien sostiene su bicicleta por un lado y camina tranquilamente.

“¿Quieres dormir en mi casa?” Dice finalmente Kageyama después de unos minutos de una caminata silenciosa. Su voz suena necesitada aunque hizo su mayor intento por ocultarlo y Hinata sonríe, pues sabía que Kageyama le diría algo como eso.

Hinata al principio no dice nada, queriendo quebrantar un poco de la paciencia de su novio
y sabe que lo consigue cuando Kageyama acelera el paso y llega a su lado, mirándolo expectante.

Voltea a verlo, tiene las manos en los bolsillos y sabe perfectamente que está ocultando una erección bajo la tela. Se muerde el labio, él no está mucho mejor, ocultando su propia excitación contra su bolso.

“Suena bien”

Finalmente llegan a la casa de Kageyama y tan pronto cruzan la puerta Hinata se abalanza sobre él. Sabe que no hay nadie en casa y Hinata piensa aprovechar esto al máximo. Kageyama lo pone contra la pared y lo besa profundamente, sosteniendo la cara de su novio entre sus manos y luego bajando a su cintura.

Hinata siente las manos de Kageyama como fuego líquido y no sabe si es producto de sus últimas fantasías pero la sensación es deliciosa, gimiendo contra sus labios y derritiéndose contra él. Las manos de Kageyama tienen el tamaño perfecto para envolver su cintura y puede sentir dedos curiosos levantar el dobladillo de su camisa. Sus propias manos luchan para quitarle la sudadera a Kageyama y se separan un momento hasta quedar sin ropa en la parte de arriba. Kageyama le acaricia el pecho, rozando ligeramente sus pezones duros por el frío de la habitación y Hinata suelta un gemido necesitado.

“Estás sensible, más que otras veces” Le dice Kageyama, aunque parece más un descubrimiento para sí mismo.

Antes de que pueda responder Kageyama le ataca el cuello con los labios. Hinata gime al sentir la lengua caliente y de pronto recuerda la sensación de la gran mano de Kageyama sobre su cuello, es como si aún pudiera sentir el fantasma de su palma y cierra los ojos ante el pensamiento.

Se frota contra él mientras la boca de Kageyama baja a sus sensibles pezones, pasando la lengua lentamente por el derecho y Hinata ahoga un gemido. Kageyama chupa y luego frota círculos con la lengua mientras acaricia el izquierdo con los dedos. Hinata se estremece mientras la boca de Kageyama cambia hacia su otro pezón.

“Tobio ¿podemos ir a la cama?” Siente las piernas temblar y sabe que no aguantará mucho más de pie. Kageyama de inmediato lo sabe, tomando a Hinata por los muslos y cargándolo hasta la habitación. Hinata se sostiene por sus hombros y disfruta del corto viaje entre los fuertes brazos de su novio. Cuando llegan Kageyama lo deja sobre la cama, rápidamente cerniéndose sobre él y atacando de nuevo sus labios.

Hinata puede sentir la erección de Kageyama rozar contra la suya y levanta las caderas, intentando conseguir más del adictivo roce, mas Kageyama se aparta al recordar las palabras de Hinata hace un rato.

“Creo que… se sentiría bien”

¿Ahorcar a Hinata? Era algo que nunca se le había cruzado por la cabeza, pero era esa misma razón por la que ahora se sentía tan caliente, tan necesitado y duro, lleno de curiosidad. Kageyama lo mira en silencio y Hinata está a punto de protestar cuando siente la mano de Kageyama subir a su cuello.

“Realmente tengo curiosidad por apretar justo aquí” Dice en voz baja, aunque realmente no aprieta y Hinata siente que le tiemblan las piernas de solo ver el deseo sin adulterar en los ojos oscurecidos de Kageyama.

“Hazlo” Suelta en un susurro, no queriendo moverse bajo el agarre poderoso de Kageyama. Ni siquiera está ejerciendo presión pero el agarre es firme, igual de firme como cuando sostiene a Hinata entre sus brazos. Hinata murmura en excitación, quiere, no, necesita que Kageyama lo haga aunque sea un poco.

Kageyama duda un poco pero lo hace, Hinata puede ver como los músculos de su brazo se contraen por la fuerza y puede sentir el fuerte agarre de los dedos, un agarre tan familiar y siente que le falta el aire. Se siente increíble. Gime ahogado, apenas sale un sonido pero es suficiente para evidenciar lo bien que se han sentido esos segundos de asfixia. Kageyama lo suelta.

“¿Te lastimé?” Pregunta de inmediato, temiendo no haber calculado bien la fuerza.

Hinata rápidamente niega con la cabeza, atrayéndolo hacia un beso desesperado y lleno de deseo. Se apresura a bajar los pantalones deportivos de Kageyama y puede sentir como bajan los suyos. Siente la ropa interior mojada con líquido preseminal y el frío de la habitación le hace estremecerse.

Kageyama se encarga de quitarle por completo los pantalones. Acaricia sus piernas, subiendo lentamente hacia el interior de sus muslos, besando y dejando pequeñas marcas, estratégicamente hasta donde sabe que los shorts del uniforme de Hinata le cubrirán.

“Tobio, deja de jugar conmigo”

“Estoy disfrutando del momento, no estoy jugando” Muerde ligeramente entre sus muslos y Hinata suelta un gemido sorprendido.

Disfruta un poco más entre los muslos de Hinata antes de levantarse a buscar el lubricante y los condones. Hinata lo observa desde la cama, la luz de la luna ilumina su espalda y Hinata se muerde el labio. Kageyama regresa y lo besa, bajando su ropa interior, liberando su erección roja y empapada de excitación, Hinata finalmente expuesto por completo.

Kageyama abre la botella de lubricante y pone un poco entre sus dedos. Hinata simplemente lo observa, como frota el lubricante pegajoso entre sus dedos para que no esté tan frío. Kageyama baja su mano a la entrada de Hinata y acaricia pequeños círculos, Hinata suspira.

Kageyama vuelve a besarlo, en un intento de que Hinata se relaje y puede insertar el primer dedo, Hinata se derrite ante la sensación. Los dedos de Kageyama son largos, más grandes que los suyos.

“Me encantan tus dedos” Gimotea y Kageyama lo mira a los ojos.

“Creo que después de todo este tiempo puedo darme cuenta” Empuja otro dedo y busca su próstata, haciendo a Hinata gemir necesitado.

”Son tan largos, mucho más que los míos. Puedes llegar tan profundo dentro de mí”

Kageyama gime ante la confesión, aumentando el ritmo de su mano y finalmente rozando su próstata, Hinata aprieta los ojos mientras gime fuertemente. La sensación es húmeda, pegajosa y puede sentir perfectamente los dedos de Kageyama en su interior, es como si ahora estuviera mucho más consciente de ellos. Kageyama lo besa con la boca abierta antes de bajar a su olvidada erección chorreante de líquido preseminal. Da una pequeña lamida curiosa en la punta y Hinata gime, bajando la mirada.

Da unas cuantas lamidas más y Hinata no puede evitar pensar que parece un gatito curioso, sonríe ante el pensamiento pero le interrumpe un fuerte gemido que sale desde lo profundo de su garganta, Kageyama pasa la lengua por toda su longitud y finalmente lo mete en su boca hasta la empuñadura. La boca de Kageyama se siente tan caliente, es como si literalmente se derritiera contra su lengua, la sensación es abrumadora y no puede evitar levantar las caderas en busca de más, pero Kageyama lo sostiene firme contra la cama.

Siente que las piernas le tiemblan, Kageyama no detiene las embestidas con sus dedos mientras sube y baja la cabeza por su longitud, succionándolo tan deliciosamente que Hinata rueda los ojos y se siente cada vez más cerca. Rápidamente busca la mano libre de Kageyama en sus caderas y la jala con fuerza hacia su cuello, Kageyama sin despegarse de su labor entre las piernas de Hinata lo mira a los ojos.

“Por favor” Lloriquea, Kageyama suelta un gemido que vibra directamente contra Hinata.

Hace lo que se le pide, apretando su agarre nuevamente sobre su cuello y puede sentir como Hinata se tensa debajo suya. Siente su garganta vibrar con gemidos que no pueden escapar por completo y eso solo lo incita a succionar con más fuerza, Hinata aprieta los ojos, sintiéndolos rodar hacia atrás y abriendo la boca como si fuera a gemir más ningún sonido sale. Le falta el aire y siente la mente nublada en deseo, es como si no pudiera pensar o recordar nada que no sea la maravillosa boca y dedos de Kageyama.

Hinata siente las lágrimas picarle los ojos e intenta en vano cerrar las piernas mientras se corre con fuerza directamente en la garganta de Kageyama, quien casi se atraganta mientras gime contra él, mas lo traga sin protestar, finalmente apartando la boca de su miembro flácido. Sigue bombeando los restos de su orgasmo con los dedos y aparta su mano del cuello de Hinata, puede ver las marcas rojas de sus dedos mientras Hinata aspira aire fuertemente hacia sus pulmones. Se siente agitado, el sudor le corre por la cara y hace que su cabello anaranjado se le pegue a la frente.

Abre los ojos, la vista nublada con las lágrimas y siente la cara arder, acaba de tener el mejor orgasmo de su vida y Kageyama simplemente está ahí viéndolo, esperando su siguiente movimiento.

Se frota los ojos y puede ver que Kageyama está casi tan agitado como él y voltea hacia abajo solo para ver la ropa interior de Kageyama empapada con sus propios fluidos.

“¿Te corriste también?” Le pregunta sorprendido, Kageyama siente la cara roja y se acerca a besarlo.

“No pude evitarlo” Hinata sonríe tontamente, se siente tan liviano después de ese orgasmo tan fuerte y besa a Kageyama, sintiendo los restos de su propio sabor en la boca contraria. Gime bajito mientras Kageyama le acaricia los costados, aprieta el cabello negro entre sus puños y de pronto Kageyama los cambia de posición, ahora Hinata encima de él.

Puede sentir a Kageyama volver a crecer bajo su trasero, su erección aún cubierta con la tela húmeda de su propio orgasmo y se frota contra él, Kageyama suelta un gemido.

“No sabía que podías correrte solo con eso” Le dice mientras se muerde el labio, el pensamiento de Kageyama corriéndose por el simple hecho de darle placer lo vuelve loco y puede sentir que vuelve a ponerse duro también.

Kageyama no dice nada mientras vuelve a besarlo, empujando sus caderas hacia Hinata mientras le aprieta el trasero entre las manos. Hinata gime ante la sensación y se separa del beso, bajando un poco en su regazo para bajar la ropa interior de Kageyama, solo lo suficiente para liberar su pene que robota ya completamente duro contra su estómago, que ruega por ser tocado, húmedo y de un rojo furioso en la punta.

Se lame los labios ante la vista y tantea la cama en busca de los condones que Kageyama trajo hace un rato, está apunto de abrir uno cuando Kageyama se lo arrebata de las manos y aún sin decir palabra se lo pone bajo la atenta mirada de Hinata. Él solo puede observarlo, el cómo sus dedos desenrollan el condón sobre su propia erección y lo baja lentamente, cubriéndola por completo, como si estuviera jugando con la paciencia de Hinata.

Hinata gime un poco y busca el lubricante, vertiendo una cantidad generosa en sus manos y frotándolo un poco, acariciando a Kageyama quien gime bajo. Hinata puede sentir la dureza entre sus manos, palpitante, caliente y de pronto se siente muy vacío, extrañando los dedos en su interior pero ahora tendría algo mucho mejor y más grande que eso. Sin perder más tiempo levanta las caderas y se alinea, sintiendo la punta forzar su entrada y gimotea, Kageyama inmediatamente lo sostiene de las caderas y le ayuda a bajar lentamente.

Puede sentir cada centímetro de Kageyama estirar sus paredes, no importaba cuántas veces lo hayan hecho, aún no podía acostumbrarse por completo al tamaño de Kageyama. Finalmente toca fondo y gimen al mismo tiempo, Kageyama tiembla debajo suya, el interior de Hinata era caliente, húmedo, apretado y podía sentirlo aún a través del condón. Aguanta las ganas de empujar aún más profundo dentro de Hinata y deja que termine de adaptarse a él, cerrando los ojos y apretando el agarre en sus caderas.

“Shoyo” Gime profundamente, Hinata voltea a verlo, poniendo las manos en el pecho de Kageyama y usando el soporte como palanca, finalmente moviendo las caderas.

El movimiento es lento pero delicioso y Kageyama tiene que usar toda su voluntad para no correrse con los primeros saltos de Hinata sobre su pene palpitante en necesidad. Se adapta un poco más al apretado interior de su novio y abre los ojos, gimiendo al ver a Hinata con los ojos entrecerrados, mejillas rojas y boca medio abierta.

Duran unos minutos así hasta que Hinata quiere aumentar el ritmo pero siente las piernas temblorosas y no puede, gimiendo frustrado al no poder golpear su punto dulce con la precisión y rapidez que quisiera.

“Tobio… más rápido…” Suena necesitado, ardiente de deseo y Kageyama gime al escucharlo, rápidamente cumpliendo la petición de Hinata como si fuera su sirviente.

Sin salir de su interior sostiene las caderas de Hinata en el aire y dobla sus propias piernas, apoyando los pies sobre la cama y empujando rápido y profundo hacia arriba gracias a la nueva posición. Hinata suelta un grito de sorpresa y se tambalea un poco, el nuevo ángulo es perfecto y gime fuertemente con los ojos cerrados, es como si Kageyama supiera perfectamente hacia dónde dirigir sus embestidas.

Kageyama sin dejar de embestir suelta sus caderas, ahora usando un solo brazo para envolver su espalda baja mientras su otra mano se desliza por su abdomen, acariciando su pecho y subiendo hacia su cuello. Hinata jadea sabiendo lo que Kageyama está apunto de hacer y gimotea con la boca abierta. El nuevo agarre de Kageyama sobre su espalda baja hace que sus caderas empujen hacia él, su pene se frota deliciosamente contra su abdomen y la gran mano en su cuello lo está volviendo loco, ni siquiera está apretando, solo está ahí, jugando con los sentidos desorientados en necesidad de Hinata.

Las embestidas no se detienen y golpean justo en su próstata, Hinata siente el orgasmo formarse al fondo de su estómago y lloriquea, viendo a Kageyama directo a los ojos, quien lo ve con los ojos entrecerrados y los labios rojos por los besos.

Hinata aprieta sus paredes con fuerza y Kageyama sabe que está cerca de correrse, finalmente apretando su mano alrededor de su cuello y Hinata se tensa de nuevo. Está inmovilizado entre el brazo en su espalda baja y el agarre en su cuello, solamente moviéndose por el impacto de las embestidas de Kageyama contra su trasero. La vista se le desenfoca mientras abre la boca, tratando de gemir pero solo sale como un suspiro, los muslos le tiemblan y rápidamente aprieta las manos sobre el brazo de Kageyama, buscando soporte para su cuerpo tembloroso.

Se siente flotar y aún estando arriba de Kageyama se siente tan pequeño, diminuto y a su completa disposición. No puede moverse aunque quisiera y apenas puede respirar pero le encanta, Kageyama le dará lo que él quiera darle y Hinata lo tomará, lo tomará todo sin protestar porque es tan perfecto, tan fuerte y preciso, es todo lo que el codicioso cuerpo de Hinata exige y necesita. Las lágrimas caen por sus mejillas mientras se aprieta aún más alrededor de Kageyama, sintiendo el calor explotar por todo su cuerpo y corriéndose entre sus abdómenes. Kageyama se corre con un fuerte gemido unos segundos después, liberándose en el condón.

Kageyama suelta su cuello y Hinata tose, recuperando el aliento y dejándose caer sobre el pecho de su novio, sin importarle su propio semen caliente y pegajoso entre ellos.

“¿Estás bien?” Le pregunta de inmediato Kageyama, tomando la mandíbula de Hinata entre sus manos y apartando el cabello de su rostro.

“Estoy increíble” Responde como si estuviera borracho y sonríe tontamente.

Hinata es un desastre, el cabello alborotado y mojado por el sudor, ojos rojos e hinchados por las lágrimas, mejillas y labios rojos y aún así se ve tan hermoso. Kageyama se sonroja ante el pensamiento, él es responsable de que Hinata esté así después de todo y lo atrae hacia un beso lento y dulce. Se besan un momento y se separan, Kageyama le besa las mejillas y la frente, sacando su pene del interior de Hinata, ambos suspiran aún sensibles después de dos orgasmos.

Kageyama lo deja sobre la cama y se quita el condón, haciéndole un nudo y tirándolo en el cesto del baño, regresando a la cama no sin antes traer un paño húmedo para limpiar a Hinata con cuidado. Hinata suspira ante la sensación, cerrando los ojos y se permite relajarse ante los cuidados de Kageyama.

“Vamos a bañarnos” Le dice Kageyama mientras se levanta, Hinata abre un poco los ojos y lo mira.

“No puedo moverme” Murmura bajito aún así Kageyama lo escucha y sonríe, cargándolo al estilo nupcial y llevando al baño. Hinata sonríe y se acurruca en su pecho, se siente tan feliz y satisfecho, ahora solo quiere disfrutar entre esos brazos fuertes y esas manos que lo sostienen como si no pesara nada, esas grandes manos que de ahora en adelante va a adorar con devoción por el resto de su vida.

Notes:

Cualquier comentario, crítica y sugerencia es bienvenida siempre y cuando sea con respeto. Agradecería muchísimo si me comparten su opinión, muchas gracias por leer!!

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