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En las tardes cuando está apunto de anochecer se vuelven más frías, peor aún en Octubre. En las calles de las residencias donde vive la gente que tiene estatus y poder parecen como un lugar donde te pueden dar un susto de aquellos que te robarían el alma si ese fuera el objetivo. Afortunadamente, en cierta casa no existía la gente miedosa y con la compañía adecuada se sentía que un fantasma o lo que sea era lo de manos.
Mikage Reo, una señorita de la alta sociedad conocida por todo mundo los casos sobrenaturales quedaban en segundo plano, pues era la primera vez que celebraba Halloween con su ‘tesoro’. Sus expectativas para la velada estaban en las nubes, y nada mejor que escoger el disfraz juntos; claro está que ella era la que estaba haciendo todo, cierta personita era un tanto especial.
Tenía dos días para pensar en que disfraz podría usar ella, aunque también requería pensar un traje para su querido y espléndido acompañante, el cual no dejaba de jugar quien sabe que juego en el teléfono desde hace dos horas y no sabía si le estaba prestando un poco, un poquito de atención siquiera a lo que le decía.
Como Halloween caía entre semana solo tenían permiso de llegar máximo a las 10 pm, pero como Nagi Seishiro se presentó a sus padres y les dijó que tuvieran un voto de fe hacía él, lo cual resultó –sorpresivamente estuvieron de acuerdo– , les dijeron que podían regresar a las 11 pm, Y ni un minuto más jovencita, fue lo último que le escucharon decir del señor Mikage.
Había tenido desacuerdos con sus padres sobre algunos temas que a ella le gustaba hacer, estaba muy feliz de que su querido amigo haya podido conseguir el permiso de sus padres; los temas triviales de su vida podía quedarse en una caja para otro día, se iba a concentrar en lo que estaba frente de ella. No esperaba que con un poco de diálogo y unas palabras del peliblanco todo pudiera resolverse o por lo menos mantener las aguas calmadas por un tiempo.
-¡Nagi! Por favor intenta cooperar conmigo, ¿si?…
-Reoo~... No quiero ir como Frankenstein. Ni como príncipe del desierto, usar máscara, orejas de hombre lobo o mayordomo.
-¿Entonces dime cómo quieres ir, Nagi? Dime y puedo conseguirlo.
-Mmh. Quiero algo genial y fácil, algo cómodo y simple de ponerme.
-¡¡Perfecto!! ¿Por qué no me lo dijiste antes de conseguir todos los otros disfraces?
Ella señaló toda la habitación, dado que estaba repleta de trajes con temáticas de diferentes cosas y disfraces de todo tipo.
-Es que te vi entretenida~, te estabas divirtiendo, y también era por si uno llamaba la atención tal vez me lo pondría.
-Bueno~ Ya que me dijiste eso, puedo pensar y acortar las opciones.
La chica de pelo morado le había pedido a su niñera Ba-ya que le consiguiera de todo, ya sea ropa de películas, eventos, o trajes de diferentes cosas y múltiples ocasiones para distintas fiestas. Su amigo solo quería algo “cómodo y fácil”, nada del otro mundo, pero solo tenía a la mano muchas cosas que llevaban variedad de capas sobre capas y algunos disfraces ostentosos que de seguro el chico le diría que era una completa “molestia”..
Estaba totalmente decidida, y le iba a decir a su niñera que se llevará todos los trajes posibles, en eso llego la señora con cuatro últimos trajes, uno era un vestuario de un cantante con estrellas en las prendas, otro era un traje negro con cadenas y el último…
-Wow…
-¿Qué pasa Nagi? –dijo Reo volteando a ver al chico.
-Ese.
Algo en la mirada del chico peliblanco había cambiado, y Reo trató de observar bien a lo que se refería su amigo, y no era nada más que un traje gris. Eran dos piezas de ropa, bueno ella lograba ver otras más, así que le pidió a Ba-ya que se acercara con dicho vestuario.
-¿Te gusta?
-Si, Reo. Se ve interesante. Voy a probármelo.
-¿¿¡EH!?? –ella se quedó un poco sorprendida de lo dicho por su calmado amigo que no notó cuando él ya se había ido al vestidor a cambiarse.
No tardó mucho, ya que dicho conjunto era un traje Hanfu moderno, junto a un pantalón holgado con una cinta en la cintura de color azul, una camisa interior negra y el abrigo Hanfu manga larga. La parte de arriba era gris claro y la de abajo solo unos tonos más oscuros, pero la joven señorita Mikage no tenía idea que la cinta azul iba hacer que resaltará la figura del chico.
Antes de que el chico alto saliera a mostrarle cómo lucía, ella revisaba en una tablet disfraces que podría usar. El chico fue de los más sigiloso al salir para enseñarle a Reo la ropa que se había puesto, él pensó que le quedaba bien. Demasiado bien, cumplían con lo que él deseaba para poder estar cómodo y que no tardará en ponerselo.
-Reo. ¿Qué tal me queda?
-¡Nagi! Me sorprende que no tarda-
La cara de la pelimorada era un verdadero poema. Se quedó clavada en la cintura del chico que tenía enfrente, y no solo eso, sino en su abdomen, muy bien trabajado. Dios, no puede ser… El entrenamiento si que es muy bueno, es lo que no paraba de pensar y tenía las mejillas sonrojadas y eso alarmó a Nagi un poco, para bien. Este se le acercó para presumirle lo suave que era la tela, y lo hacía muy adrede viendo las reacciones y palabras no dichas por Reo.
Ya habían pasado tanto tiempo juntos que en algunas ocasiones no eran necesarias las palabras, cómo en está situación; él en definitiva sabía que ella era orgullosa y no diría sus sentimientos, para el chico peliblanco estaba bien mientras no mirara a nadie más, todo podría seguir como está. No obstante, si la miraban a ella era otro caso muy distinto.
-¿No te gusta Reo?
-Ccc-Cla-ro –trago un poco de saliva, su garganta se secó–, ¡Claro que te ves bien Nagi! Te queda perfecto.
-Si eso crees, me pondré este.
- Mmh… Está bien… Yo…
-¿Aún no escoges el tuyo? Deja que me cambie de vuelta y te ayudo.
-Si, por favor…
Por favor. Si estás vestido así no se que te podría llegar a hacerte, es lo que pensó la chica y con esa idea su cara explotó en un tono muy rojo-rosado, se sentía avergonzada de que por un momento veía a su amigo como algo suyo aparte de ser de más grande ‘tesoro’. Respiró hondo repetidas veces para calmar a su ahora, alborotada cabeza y corazón.
Volviendo a lo que ella se pondría había miles de opciones, desde usar un conjunto igual al de Nagi, así como un traje de sirvienta, una linda princesa, hasta algunas temáticas futuristas y rústicas; también había de piloto de avión, Harry Potter, y muchas opciones más.
Con tantas opciones de seguro le daban ganas de no salir, pero se negaba a esa solución pues era la primera –que espera no sea la última– vez que celebraba Halloween con alguien especial. Para el chico alto era aún más especial, mientras se estaba cambiando para quitarse el traje que había elegido usar para la fiesta de disfraces, una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.
El siempre fue solitario, solo se concentraba en hacer los exámenes y trabajos especiales de la escuela, en su vida personal le gustaba jugar en su computadora o en el celular para distraerse. Comer era una función fisiológica que le generaba molestia, pero disfrutaba mucho el melon pan que vendían en la cafetería y el té de limón.
Sus días eran aburridos hasta que conoció a Reo, todo por un pequeño tropiezo el cuál su teléfono casi sale estrellado contra el piso y evitando que el dispositivo tocará el suelo. La chica quedó totalmente impresionada, y desde ese día en adelante nunca lo dejó solo.
Hubo momentos donde fue algo raro de asimilar; era la primera persona que se tomaba el tiempo de estar a su lado y sin importar si él la ignoraba, Reo siempre lo buscaba para ir juntos a la escuela. Ella le comentó que quería ser porrista y con él su sueño era la mejor decisión que tenía. Esa historia era para otro momento, habiendo sido amigos durante mese era la primera vez que salían a una fiesta con personas de su edad, solían ir al Arcade, al cine, a la casa de alguno de ellos; sin embargo, era la primera vez que Nagi iría a disfrazarse para una fiesta de Halloween, y más acompañado de una amiga, la cuál es demasiado llamativa y guapa.
No era justo culpar como es Reo por como es, era algo natural, aún así no es imposible quitarle los ojos de encima cuando era amable, intente, pequeña, abrazable, comprensible y era muy buena persona, más con la energía y espíritu que daba cuando lo animaba en los entrenamientos. Ahora no era el momento para pensar en eso, se estaba terminando de cambiar para regresar y escoger lo que la chica de ojos morados y grandes como uvas podría usar, pero algo que no atrapara la mirada de otra gente, no quería que ella llamara la atención aunque sabía que era casi nulo que eso pasara.
Quizás la chica haya pensado que la estaba ignorando, mentiría si dijera que le estaba poniendo atención pero estaba en su quinta partida en su juego favorito, los trajes que le había mostrado su amiga no eran de su agrado, aunque el último definitivamente era la mejor elección. Cómodo y fácil de usar, no era su estilo pero al ver la reacción de la pelimorada, tenía que usarlo sí o sí.
Salió del vestidor, y notó que la habitación ya estaba más desocupada, los disfraces y ropa que le había mostrado no estaban, en cambio sólo se encontraba la chica sentada viendo el dispositivo. Reo con lentes es muy bonita, es lo primero que pensó, aunque ya la había visto usar unos, no se cansaba de ver a detalle las cosas que usaba Reo.
Al sentarse en el gran sofá que se encontraba en el cuarto de la pelimorada, se acercó más a ella para recostar su cabeza en su hombro y ver lo que estaba en la pantalla de la tablet.
-Nagi, no se que ponerme… Quedan dos días, ¿¡Qué voy hacer!?
-Mmh… deja que te ayude así como tu me ayudaste.
-No creo haber hecho algo relativamente necesario para ayudarte.
-Eso no es cierto. Le pediste a tu niñera y los demás empleados que buscaran en la ciudad disfraces para mí.
-Oh. JA JA JA, pero lo hice porque quería.
-Aún así me ayudaste. Gracias, Reo.
-No hay de que Nagi~
Así pues, le entregó la tablet para ver las imágenes de los disfraces, muchos de ellos eran lindos, hasta había algunos dónde Reo aparecía en fotos usándolos; muy en el fondo de su cabeza gritaba una pequeña voz diciendo que él necesitaba esas fotos en sus teléfono, no obstante, jamás le pediría eso a Reo. No es por que no se atreviera, sino porque aún no quería cambiar la relación que tenía.
Al estar revisando y ver cuáles tener como opción o descartar, había de pirata pero la falda era muy corta, estaba una foto donde ella lucía linda con un traje de blanco y un chaleco morado acentuando su pequeña cintura, ropa de maid pero decía que ninguno le hacía justicia, uno con orejas de gato que de seguro le favorece por su personalidad, habían dos a disfraces que eran parecidos al conjunto que escogió.
Lo malo de ellos era que uno revelaba mucho la parte superior y el otro que era el que era más parecido a su ropa, el short y el Hanfu eran cortos. Por nada del mundo permitiría que su amiga pasara frío o algo parecido, pero sobre todo no quería que otras personas vieran a su amiga, no es que fuera celoso, pero quería tener ese privilegio.
En un momento su mirada se detuvo en un disfraz, era como un traje elegante de color azul de manga larga, con un pantalón blanco y botas negras altas; según la descripción de accesorios traía un baston, una mascara y guantes blancos. Lo pensó un poco, y se dió cuenta que la opinión de la chica a su lado era más importante, si ella quería ir a juego con él iba a ser feliz, también si ella escogía otro respetaría su deseo.
-Oye Reo. Creo que hay muchos disfraces, pero me gustó est-
[La luz se fue]
-¿Qué rayos? Estamos en una zona donde no debería haber un apagón.
-¿No tienes miedo?
-Claro que no. Aunque amo las fechas de Halloween, es muy tedioso andar caminando a oscuras –se pasó de pie–. Ven Nagi, vamos a checar al balcón para ver si solo fue en la casa o también en los vecinos de enfrente.
-Okay~.
El peliblanco se puso de pie con un poco de pereza, dejó la tablet en la mesa y con la luz de la pantalla vió como la chica de pelo largo tomó su mano y lo empezó a guiar con confianza hacia donde él creía que era la ventana que daba hacía el balcón del cuarto.
-Reo~ –llamó el peliblanco a la chica–. Si tienes miedo.
-¿Por qué lo dices?
-Me diste la mano…
-JA JA JA JA JA… Eso es para que mi tesoro no se tropiece con algo, yo se que cosas tengo y se como se abre la puerta para salir a la terraza.
-¿No te da miedo estar a oscuras o que salga un fantasma?
-¿¡Tú crees en fantasmas!?
-No, pero me sorprende que no te asusten…
-Ba-ya me dijo desde muy pequeña que los fantasmas y otras cosas no existían, pero que sí existían cosas malas. Las fiestas de Octubre son muy divertidas, y he ido a muchos países a modelar, con mis amistades he ido a casas embrujadas y otros lugares, con el tiempo perdí el miedo.
-Reo es muy genial.
-Gracias Nagi. ¿Y tú no tienes miedo?
-La verdad no, solo que si es fastidioso que se vaya la luz. Porque a veces se pierden los datos de las partidas de mis juegos.
-JA JA JA JA. Te creo.
-También estoy acostumbrado a las cosas de terror porque he jugado algunos en mi computadora.
Según el chico de cabello blanco ya estaban en la puerta que daba al balcón, y cuando su amiga la abrió ambos notaron que todas las luces de la calle y de las casas estaban apagadas, como si todo estuviera abandonado y no hubiera otra alma más que las de ellos.
-Nagi deberíamos ir con Ba-ya al primer piso, no me vayas a soltar. Si te tropiezas con alguna de las decoraciones que escogió mi madre va a regañar a los empleados.
-Esta bien. Ten cuidado por donde vamos a caminar Reo.
-¿Confías en mí?
-Claro que sí. Somos los mejores, ¿no?
-SIII.
Dicho eso, tomaron sus teléfonos para alumbrar los pasillos, Reo prefirió tomar la mano de su amigo para que no fuera solo ya que su casa era un tanto grande y a oscuras el chico se podría perder con mayor facilidad; muy dentro de su corazón también sostenía su mano porque se sentía protegida. Lo que le había contado al peliblanco era cierto, sobre no tener miedo a la oscuridad y fantasmas, o lo que sea. Estaba contenta de que al otro no le molestara estar tomados de las manos.
Ojalá todos los días pudiera tomar su mano, es lo pensaba mientras llegaban a las escaleras para bajar, con cuidado alumbraron los escalones para no tropezar con ninguno. Sin embargo, la pelimorada estaba un tanto extrañada, su niñera no se encontraba cerca ni le avisó del apagón.
Si recordaba bien, le dijo a Ba-ya que retirara todos los disfraces, trajes y conjuntos de Nagi, ya que este había escogido el que usaría y los demás solo estorbaban. Su niñera llamó a otros empleados y se llevaron todo de su habitación. Lo que más recuerda es que le preguntó a ella si ya tenía su disfraz, como le contestó que aún estaba un poco indecisa la esperara. Luego, sin más se retiró, según ella para supervisar que los disfraces se enviarán a los respectivos lugares de donde los solicitaron.
No era la primera vez sola en su casa, pero no era para nada normal que no hubiera visto a ningún empleado o a la mujer mayor que siempre la cuidaba para comentarle que era el problema que estaba ocurriendo en la casa.
-Qué raro… –dijo Reo con voz apagada cuando trato de alumbrar con su celular su espacio alrededor– ¿Dónde están todos?
-¿Jugando a las escondidas?
-No creo, eso es el 30.
-¿De verdad juegan a las escondidas?
Ñ-Si. Mi mamá hizo esto para incentivar a los empleados. Quién encontrará la tarjeta roja con fuego negro, recibia doble bono a fin de año.
-Wow. ¿Pero y tú?
-¡Ah! Ja Ja, con mis amigas y amigos, tenemos que encontrar un boleto naranja con pintura verde, la persona que lo encuentre se le compra lo que quiera.
-¿Yo puedo participar?
-Claro que si Nagi. Vendrán Yukki y Maru.
-Entonces si vendré, ellos son muy divertidos. Ganaré y pediré Detective Pikachu Returns.
-¡NO PUEDE SER! Ja Ja Ja Ja Ja…
-Reo~ no te burles –como la chica se estaba riendo a carcajadas y estaban a oscuras no vió a Nagi hacer un puchero formando una pequeña ‘x’ con su boca–, tu sabes que me gustan mucho los juegos de ese tipo.
Las carcajadas iban disminuyendo y se escuchó como soltó aire para respirar hondo y hablar– Lo sé, Ja Ja. Pero me sigue sorprendiendo que quieras otro.
-Uno nunca es suficiente, ya me termine el último de Zelda…
-Mientes… Pero si fue hace dos semanas que fuimos a comprarlo.
-Upps.
[TOC, TAP, TOC, TAP] (Pasos de Zapatos)
[PLOM] (Cerraron la puerta)
Los dos se habían soltado las manos, pero estaban uno frente al otro, alumbraron la cara del otro con la lámpara del celular y cruzaron miradas. Como si fuera una señal de telepatía, se pusieron espalda contra espalda y apagaron la luz de sus dispositivos al mismo tiempo, sin dudar. Si alguien iba asustarlos, la persona que terminaría gritando era el intruso.
Pasos, pasos y pasos, eran el único sonido que reinaba alrededor de ellos pero como no había luz en la casa y apagaron la lámpara del celular el ruido y la persona que se acercaba llegaría de cualquier lado. Aunque la oscuridad era tan abrumadora, por las puertas de cristal que daban hacía el patio entraba un poco de la clara luz de luna.
Fue por eso que el chico alto logró notar que una figura se acercaba. Al estar muy juntos, Reo sintió como Nagi se agachó para que las palabras solo la escuchara ella y no la persona sospechosa.
-Reo –susurró con voz grave y tono calmado–, enfrente de mi. Alguien. Grande.
-Okay. Cerca. Alumbró y golpeas –dijo en voz suave y apenas audible.
-Okay.
[TOC, TAP, TOC, TAP]
Al parecer la persona estaba a menos de 5 metros del peliblanco, este solo esperaba a que la chica encendiera la luz del dispositivo y él poder golpear al intruso. La pelimorada era muy buena con los sonidos, así que calculo que tan cerca estaba para cuando estuviera frente a Nagi, prender la lámpara. Ambos eran temerarios, los desafíos era algo que le divertía, pero eso no era en esta ocasión.
Wattpad pt 1
Quién quiera que sea la persona que entró a la casa no iba a salir sin ningún rasguño y mucho menos libre por invadir una casa ajena. Claro, eso hubiera pasado si el intruso hubiera sido un ladrón, puesto a que el chico era fuerte y la chica siendo de una familia de renombre, sus padres para estar seguros por cualquier cosa, desde pequeña había entrenado y aprendido defensa personal.
[TOC, TAP]
Algo muy gracioso es que a los chicos se les olvidaba dónde vivía Reo, sin embargo no se les cruzó esa idea por la cabeza.
-Ahora –dijo el peliblanco.
[PACH] (Encendió la luz del teléfono]
Por alguna razón Reo no apuntó bien la luz y esta alumbraba la cara de Nagi.
-¡AAAAAAAHHHHHH! ¡DIOS MÍO! ¡UN FANTASMA!
-...
-...
-¡Esta casa está bendecida! ¡Alejate, espíritu maligno!
-...
-Ba-ya.
-¡AAAAAAAHHHHH!
-...
-¡BA-YA! –gritó la chica para que la señora abriera los ojos–. Somos Nagi y yo.
-¡Mi señorita! –abrió los ojos viendo que efectivamente eran los dos jóvenes y que el “fantasma” era el amigo de la chica–. Dios, le pidó que me disculpe por mi comportamiento grosero. Con el apagón y la poca luz, el joven Nagi se veía más pálido. Le ruego que me perdone.
-No hay problema. Te asustamos –dijo el chico.
-¿Ambos estaban jugando?
-No. De hecho nos preguntamos dónde estabas y por qué los demás no están. No asomamos por el balcón y tampoco hay luz en las otras casas –la chica cuestionó los evidentes problemas.
-Si –dijo su niñera–, es en toda la zona. No solo en la privada, sino en muchas zonas de la ciudad.
-¿¡QUÉ!?
-Sí, mi señorita.
-¿Y qué pasó?
-Según lo que nos informó uno de los guardias de seguridad de la entrada, hubo una evento de Halloween en una zona cerca del fraccionamiento. Algo salió mal e hizo corto circuito y el transformador de luz se descompuso,
-Qué mala suerte.
-Ba-ya entonces, ¿cuándo volverá la energía?
-En 10 minutos, Reo-sama. Como la privada es una zona independiente y tiene generadores de luz y paneles solares solo hay que cambiar de centro de control. Volverá pronto.
-Eso es bueno. Me aburro en la oscuridad. Aún no terminamos de escoger el disfraz de Reo~.
-Si les parece bien, les traeré algunas lámparas y bajaré la tablet para que sigan viendo.
-Si. Es muy importante que se ponga Reo.
-¿No es más importante que regrese la luz?
-Ja~... (Cof) si me disculpan iré por las cosas. Con perimisio.
-Gracias.
-Si Ba-ya. Ve con cuidado.
Se quedaron solos otra vez, por fortuna la luz no tardaría en regresar y por mientras esperarían en la sala de estar. La chica alumbró para que el lugar se viera y así poder sentarse; no pasó mucho tiempo y la señora trajo unas lámparas que las colocó en distintos puntos de la sala y así fuera más fácil ver.
Cuando Nagi tuvo el dispositivo en el que veía los disfraces, solo pensaba que sería ideal decirle a su amiga que se probara los otros que solo tenían una imagen de un maniquí usandolo; por otro lado, pensó que era mejor mencionarle los que le parecían lindo y también los que él creía que ocultaban más lo hermosa que era ella, perro sabía que era imposible ocultar lo bella que Reo es.
Desde que se volvió amigo de ella, notó que tanto chicas cómo chicos se acercaban a Reo, así que era inevitable que en la fiesta pasara lo mismo; si en sus manos estaba el poder ayudarla, haría lo que fuese, por lo cual prefirió dejar que ella decidiera.
-Mmh…
-¿Qué pasa Reo?
-Es que… ahora que lo pienso, ¿qué te pondrás mañana?
-Oh. No lo pensé todavía.
-Mmh.
Gracias a las lámparas que la niñera de la chica colocó en el living, vió como Reo volvía a buscar en la tablet disfraces para hombre. No tenía que adivinar qué era lo que buscaba.
-¿De verdad me tengo que probar más trajes? –dijo Nagi en tono cansado– Ya no más, por favor~.
-Pero la fiesta de mañana es de disfraces también. Sí no usas un disfraz no puedes buscar el boleto.
[oxo]
-JA JA JA~ –la risa de Reo resonaba en todo el lugar–, aún a oscuras me imagino claramente tu expresión.
-Que mala eres. ¿Qué te pondrás tú?
-Quería usar un traje blanco de marine, como si fuera una capitana… pero…
-¿Pero…?
La chica bajó el dispositivo y lo colocó en la mesa decorativa que estaba en la sala, Nagi esperó pacientemente a que ella continuara hablando, pero sintió que no diría nada.
-¿No te convence usar ese disfraz?
-Si me gusta… pero… es que es la primera vez que pasaras una fiesta en mi casa, y la verdad es una de mis favoritas.
Con ojos expectantes, el chico alto decidió arrojar la pregunta– ¿Quieres que vayamos con ropas en conjunto?
Esa mirada, los ojos morados de la chica brillaron en medio de todo cómo sí fuera el faro o una estrella que te decía que era la cosa que más anhelaba. No se le cruzó por la cabeza que Reo también quisiera lo mismo e ir vestidos iguales o de la misma temática.
-Si… pero si no quieres yo-
-¿Cuál es el que tienes pensado?
-¿No te molesta?
-No. Creo que sería muy divertido.
-MMH~ –la chica asintió y su rostro se iluminó.
Pasaron un momento agradable mientras que vieron algunos disfraces hasta que se toparon con unos trajes de Alicia en el país de las Maravillas y estuvieron de acuerdo que eran perfectos; Nagi usaría el disfraz el ratón porque las orejas eran blancas y combinaban con su cabello y Reo usaría el de gato de Cheshire porque las orejas eran moradas y la ropa le gusto a la chica –en especial al chico peliblanco, porque resaltaría lo enigmática y juguetona que a veces suele ser su amiga– era muy divertido elegir ese disfraz.
[PACH] (Encender las luces)
-Por fin se hizo la luz –escucharon decir–, Reo-sama. ¿Desean algo de cenar?
Ambos se miraron cómo si pensaron lo mismo, le dijeron a la señora que sí ya que habían estado la mayor parte del día pensando en qué usar en la fiesta. Ambos ese día no habían almorzado de todo porque el problema había iniciado muy temprano en la escuela cuando la amiga de la pelimorada, Yukimiya, le envió una invitación para la fiesta, así que sin dudarlo iría y sin dudarlo llevaría al peliblanco con ella e ir juntos.
Negarse no era opción por el lado del chico alto, porque no dejaría a su amiga sola –irían conocidos pero no era lo mismo– y estar preocupado toda la noche. Mortificarse no estaba para nada bien, más bien era una completa molestia, quería decirle a Reo que mejor se la pasaban en su casa e invitar a los demás a ver películas, pedir dulces a los vecinos por donde vive, pero no ir a una fiesta.
Todo eso no pudo decirle o sugerirle cuando ella le mencionó que como era la primera vez que festejaban juntos, quería tener muchos recuerdos con él y sus otros amigos. Este tipo de oportunidades no pasan todos los días, nos divertiremos mucho, fue lo que lo terminó de convencer para aceptar. Así es como había llegado a ese momento.
Mientras esperaban a que la cena estuviera lista, un mensaje llegó, y era de su madre. Al parecer, ellos habían regresado del viaje de Inglaterra.
-Ya están aquí –dijo en voz alta tecleando algo en el dispositivo–. Les dije que en una hora estaré ahí.
-¿¡TUS PADRES REGRESARON!?
-Si. Les dije que estoy en tu casa –se detuvo mientras tecleaba, y vió a la chica–. Mamá dice que gracias por invitarme a cenar. Después, el primero de Noviembre estás invitada a comer.
-¿¡EH!? –Reo estaba totalmente anonadada. Su rostro se había vuelto del color de un tomate.
Disfrutaba de ver ese tipo de reacciones en Reo, la cual se levantó y le pidió a unos empleados que ordenarán muy bien algunos atuendos formales con pero casuales. En su cabeza solo pensaba que ella actuaba como si fuera a conocer a sus suegros, y no le molestó esa idea.
-Reo~. Viste algo cómodo, a mis papás no les molestan esas formalidades.
-Pero quiero lucir linda –frunció el ceño–, no quiero que piensen que soy una mala influencia. Eres mi amigo y gracias a ti me he divertido mucho.
[That’s You–Noel] (Tono de teléfono)
-Es mamá. Iré afuera –dijo el chico respondiendo la llamada telefónica y saliendo al patio.
Woah, y esa canción, es lo primero que pasó por la cabeza de la chica de ojos morados, no solo era la primera vez que escuchaba el ringtone cuando la madre de Nagi lo llama, sino que era la primera vez que escuchaba esa canción. Era calmada pero también fuerte.
Estaba tan absorta que no se dió cuenta cuando Ba-ya la estaba llamando para que se sentaran en la mesa porque la cena ya estaba por servirse. No se percató pero al perecer su niñera la guió a su lugar y ya estaba sentada, así que solo faltaba que su amigo regresara y la comida estuvieran en la mesa.
Uno de los empleados se acercó y le dijo que todos los disfraces habían sido regresados a los locales donde los habían solicitado, pero…
[PUM… PUM…PUM] (Golpes en la ventana)
-Di-dios mm-mío..
-¡AAAAAHHHHH!
-¡UN FANTASMA!
El lugar se volvió un completo caos y unos empleados le dijeron a Reo que corriera por su vida, algunas personas estaban rezando, y la chica solo veía la escena un tanto divertida, tanto que se empezó a reír. Lo que faltaba ella se había vuelto loca por la aparición pensó el chef mirando aterrado desde la puerta de la cocina, aunque nadie había notado algo.
-Pod-... Podrían parar… JA JA JA JA~.
-Señorita huya de aquí que tal si le cae una maldición –dijo Ba-ya tratando de esconderla–. Por favor, no salga detrás de mí.
-No se porque se asustan si es Nagi. JA JA JA JA JA~
[Silencio]
-¿¿¡¡QUÉ!!?? –gritaron todos los empleados.
Reo se acercó a la ventana para abrir y ayudar a su amigo, notó que era una manta blanca y esta estaba manchada de pintura. Solo que no pudo quitársela de encima, esta se había atorado en el uniforme del chico, quizás es por eso que no podía ver ni abrir la puerta. La gente se calmó y Ba-yan les pidió a todos que volvieran a sus puestos.
-Nagi… Ja Ja~ –trató de decir–, ¿estas bien?
-Reo~, está cosa salió volando y me cayó encima –dijo en tono irritado.
-Dios... JA JA JA… tu suerte es algo divertida –dijo Reo con tono burlesco–. La cena está –le quitó la manta–, vamos.
-Qué molestia~.
-Hay té de limón.
[oxo]
Después de comer su cena, estuvieron de regreso a la sala para seguir viendo el disfraz que podría usar la chica para la fiesta. El peliblanco estaba algo aburrido y no le quedaba mucho tiempo porque se tenía que ir a casa, por lo que decidió decirle a la chica de cabello largo cuál le había gustado y pensaba que era la mejor opción de todas.Reo estuvo feliz de que él fuera el que sugirió el que le llamara la atención así que ella sin dudarlo escogió ese, pero ya era tarde para que fueran a buscarlo, o eso es que no contaba con un detalle.
A veces Nagi olvidaba que Reo hacía las cosas por adelantado, así que cuando la escuchó decir que trajeran los disfraces, él se quedó congelado y celebró en su cabeza porque su amiga siempre era la más inteligente y la persona más increíble.
-Espérame aquí, iré a cambiarme –le anunció al chico alto y levantándose del sofá–. Ba-ya, por favor prepara el coche un un rato Nagi se tiene que ir
-Sí, mi señorita.
-No necesitas ir conmigo, ya es tarde. Por favor quédate.
-Esta bien. Solo porque quiero conocer a tus padres de día. Regreso en un momento, no tardaré.
-Mmh.
Los empleados estaban retirando las cosas de la mesa después de la cena y Nagi se fue a la sala a esperar a Reo, gracias a su niñera él la vería usando el disfraz primero. Es un tanto elegante, un abrigo tipo militar de color azul de la época victoriana con toques en dorado, un pantalón blanco y unas botas negras; cubria lo que tenía que cubrir y de seguro a Reo se le veía muy bien.
No tardó mucho tiempo cuando la chica de ojos morados bajó las escaleras y para sorpresa de todos se veía radiante, se amarró el cabello con una coleta lo cual resaltaba su rostro y la hacía ver como alguien respetable. El chico alto no se dió cuenta que su amiga ya estaba cerca de él, porque se distrajo jugando en su teléfono para matar el tiempo mientras ella se cambiaba.
Ella caminó lento hacía donde él se encontraba y se asomó por encima del hombro del otro chico para ver que estaba jugando.
-¡Oye, príncipe perezoso! –dijo Reo– Jamás vas a soltar tu celular, ¿verdad? Ja ja.
[oxo]
Él se quedó quieto por lo que dijo la chica, pero escucho los pasos de ella que se acercaban a él y que viera el disfraz, más sin embargo este quedó totalmente en shock. La ropa que usaba la chica pelimorada era totalmente diferente a lo que imaginaba, la parte superior era larga de las mangas, pero esta tenía aberturas en las piernas que iniciaban desde la cadera hasta abajo de la rodillo; ahora nos sabía si agradecer si las botas eran largas o que…
-Reo… ¿No iba con un pantalón blanco…?
-Si, pero me queda grande. Creo que usaré unas medias blancas en su lugar –aclaró la chica cuando dio una vuelta. Miró a Nagi–. ¿Qué tal me queda?
Con mirada seria como siempre y algo nervioso por dentro pronunció– Es perfecto –la sonrisa que le regaló la chica era más que podía pedir–, te ves muy linda Reo~.
-Gracias tesoro. Tu también te vas a ver genial en la fiesta.
-Creo que será divertido.
-Por supuesto que será divertido. Ya lo verás –vió a su niñera acercarse–. ¿Ba-ya qué tal me veo?
-Se ve completamente hermosa, Reo-sama –contestó la señora haciendo una pequeña reverencia–. El auto está listo cuando lo necesite.
Tanto Nagi como Reo se vieron, estaban tan distraídos que se les olvidó el tiempo y Nagi ya tenía que irse a su casa. Con una mirada de fastidio el chico se paró y fue escaleras arriba a buscar sus cosas, la chica sabía que iba hacer así que lo esperó abajo para despedirlo.
Normalmente no es rápido, pero no tardó mucho tiempo en bajar e ir a la puerta; su amiga estaba detrás de él siguiéndolo, lo cual supuso que era para despedirlo. Salieron de la casa y el coche que iba llevarlo estaba aparcado y un empleado le abrió la puerta para que subiera, el chico alto volteo y chocó con Reo que estaba más cerca de lo que pensaba.
-Ya me voy. No tenías que salir.
-Quería despedirme de ti –dijo con una mirada suplicante, pero luego la cambió por una seria–. Te recuerdo que pasaré a recogerte a las 6 pm mañana.
-Oh. Es cierto, la búsqueda del boleto.
-Si Nagi. ¿O ya no quieres participar? –lo retó.
-Lo encontraré primero antes que todos.
-¡Esa es la actitud! –lo dijo con mucha alegría y vió hacía el coche– Entonces nos vemos mañana.
-Mmh –se inclinó y le dió un beso en la mejilla– Hasta mañana Reo.
A decir verdad siempre se despedían con un saludo y pocas veces con un beso, solo que el chico no pudo soportar más no hacer nada cuando su querida amiga lucía tan linda con la ropa que llevaba. Él solo hizo eso, se subió al coche y se fue, como si nada. Reo por su parte estaba muy nerviosa, por ese gesto tan simple, su amado tesoro a veces se salía de los márgenes que daba a conocer.
-Hasta mañana Sei…
El otro no iba a escuchar que le decía su nombre de vez en cuando, porque solo era algo que ella hacía cuando este no prestaba atención o cuando estaba sola. Esa noche ella se quedaría pensando en las cosas que la llevaron a ese momento.
Más tarde esa noche, le llegó un mensaje del chico avisando que había llegado bien, y ambos desean dulces sueños como si estuvieran frente al otro. La chica ya no podía esperar a que fuera mañana para divertirse con sus amigos, pero deseaba aún más que la fiesta del 31 llegara rápido, estar rodeada de un ambiente misterioso, poder bailar con sus amistades y más celebrar el primer Halloween con Nagi. Muchas cosas van a pasar ese día, se van a llevar muchas sorpresas esa noche. ¿Qué tan divertida será la fiesta para este par?