Work Text:
La ciudad estaba nublada, tal vez sea un preludio a la lluvia o a la nieve. Los pájaros cantaban aquí y allá, mientras las personas iban de un lado a otro para hacer sus compras.
Ese día no era su día. No había tomado sus dos tazas de café por la mañana antes de ir a clases, había olvidado sus libros de apuntes para la clase y el Sr. Garrison solo lo echó del salón diciendo: «No me hagas perder el tiempo. No puedo entender a estos chicos de ahora. Ser gay no te da privilegios en mi salón, Tweek».
Eso le provocó una pequeña crisis al salir de clases, pero pudo manejarlo.
Él y Craig no tenían clases juntas desde que comenzaron la secundaria, lo cual era una mierda, pero lo había manejado bien.
Seguían yendo juntos a clases y se tomaban de la mano con regularidad. Estaban bien.
Tweek volvió a su casa porque era lo más sensato después de que lo echarán de su penúltima clase del día. Le envío un mensaje a Craig para decirle que no lo esperará, aunque era un texto breve, seguía teniendo errores ortográficos y mayúsculas innecesarias.
Sus manos temblaban un poco por la ansiedad de no tener la tarea del día a la mano. ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! Realmente iba a dañar su promedio y luego nunca entraría a la universidad ni podría ganar su propio dinero y tendría que trabajar en la horrible cafetería familiar.
Tweek estaba a punto de tirar de su cabello como cada vez que su ansiedad era mucha para manejar, pero pensó en Craig. Su novio siempre lo consolaba suavemente y apartaba sus manos con dulzura para que Tweek no se hiciera daño, recordaba la expresión triste que ponía cuando Tweek tiraba de su cabello con frenesí, así que en lugar de jalar su cabello está vez, puso sus manos temblorosas a los costados y las apretó mientras terminaba el trayecto hacia su casa.
No se sorprendió de que no hubiera nadie en casa, sus padres trabajaban mucho en la cafetería, pero al menos tenían la decencia de dejar algo de comida preparada para Tweek. Antes comían juntos como una familia, algo extraña, pero familia. Eso cambió cuando Tweek cumplió doce y sus padres notaron que podía quedarse solo sin destruir o quemar algo accidentalmente.
Tomó una taza del café, ya preparado en la cafetera, y se sentó solo en una gran mesa de comedor a comer lo que sus padres le habían dejado.
Tweek no podía quejarse, estaba solo, pero al menos sus padres no lo habían vendido cuando tuvieron la oportunidad y tampoco se estaban divorciando como los Marsh. No eran buenos padres, aunque tampoco eran los peores.
Era un pequeño omega de catorce años al que le gustaba cantar y hornear, eso era todo. No es que ser omega sea algo bueno, no, Tweek habría preferido presentarse como un beta, pues los omegas son pocos y la mayoría son vendidos en el mercado negro como incubadoras, aquellos con suerte tenían que vivir en una sociedad que los juzgaba constantemente y los despreciaba, es por ello que la mayoría vivía escondiendo su género secundario.
Tweek lo intentó cuando se presentó a los nueve años, usó bloqueadores de olor y parches para ocultar su condición, pero estaba tan ansioso de que alguien lo secuestrará para venderlo que terminaba olvidando ponerse alguna de esas cosas cuando salía a la escuela primaria. Así que no tardaron en darse cuenta de que Tweek era un omega y todo porque era terrible para recordar algo en medio de un ataque de pánico.
Pensó que sería vendido tan rápido como cumpliera los diez, así que no salió de su habitación por un par de meses para evitar que lo encontrarán, al final tuvo que volver a la escuela, pero miraba sobre su hombro cada dos pasos para asegurarse de que nadie saltaría sobre él.
Las cosas cambiaron cuando Craig y Tweek comenzaron a salir. Su novio empezó a perfumarlo para que él se sintiera más seguro al salir y así nadie se le acercara para venderlo. Ahora era una rutina amena entre ambos, pues cada vez que Craig iba a buscarlo a su casa para ir a clases, lo perfumaba y Tweek también dejaba su olor en él porque sé sentía agradable.
Terminó de comer y lavó los platos. Tal vez iría a buscar alguna otra opción para estudiar en el futuro, ya que su vida académica se arruinó ese día y sabía que no entraría a ninguna universidad, ¡pero era mucha presión!
En ese momento, tocaron el timbre.
—¡Gaaah! —gritó con algo de sorpresa y su ojo empezó a temblar.
Volvieron a tocar al timbre y Tweek trató de respirar tranquilamente antes de acercarse a la puerta, por suerte ya había terminado con los platos o los habría dejado a medio lavar como la última vez. Esperaba al cartero con algún paquete extraño como los que siempre les llegan a sus padres, pero al abrir la puerta solo se encontró con Kenny.
—Hola, Tweek —él le saludó con la mano y lo vio quitarse la capucha de su parka para que Tweek pudiera ver mejor su sonrisa.
El ojo de Tweek volvió a temblar. ¡No le gustaban las sorpresas!
—¡Ack! H-Hola, Kenny —sus manos temblaban donde se aferraban al último botón de su camisa bien abotonada y el espasmo en su cuello no se detenía.
—Vi que te fuiste después de que el Sr. Garrison te sacará, así que pensé en traerte la tarea de hoy —la tensión en los hombros de Tweek se esfumó y la presión disminuyó.
—Gracias, Kenny ¡Ack! —entonces invitó a Kenny a pasar—. Iré a buscar mi libro de apuntes, p-puedes sentarte en el sofá —él asintió y Tweek subió las escaleras a su habitación.
Estaba jodidamente feliz. ¡Su rendimiento académico no bajaría!
Cuando volvió, ambos se sentaron en la mesa y Kenny le entregó sus apuntes para que Tweek lo copiará.
—¿¡D-Debemos qué!? ¡Ack! —Kenny lo miró y le sonrió tranquilizadoramente.
—Es una obra de títeres explicando algún acontecimiento histórico —él se encogió de hombros como si no fuera tan relevante, pero para Tweek era diferente.
—¡Es mucha presión! ¡Ack! —Tweek quería tirar agresivamente de su cabello, pero Kenny apartó sus manos y se rio un poco, lo cual lo hizo enojar un poco.
—Es una obra, pero puede hacerse en grupo o pareja. Butters y yo estamos juntos, pero puedes unirte a nosotros si te parece bien, hombre —los espasmos temblorosos de Tweek se volvieron menos agresivos y sus hombros se relajaron.
—Sí, ¡ack! no quiero hacerlo solo —Kenny asintió en compresión.
Cuando Tweek terminó de escribir, Kenny guardó sus libros y ambos se dirigieron a la entrada.
—Te enviaré un mensaje para que nos encontremos en la casa de Butters y hagamos esa obra del demonio de una vez por todas —Tweek asintió mientras se retorcía las manos.
Abrió la puerta y Kenny salió.
—Gracias de nuevo, amigo —él se encogió de hombros con una sonrisa y se alejó de su casa mientras se despedía con un gesto de su mano.
Odiaba pensar en una estúpida obra de teatro con títeres, a Tweek le temblaban las manos, ¿cómo iba a sostener ese estúpidos calcetín sin que temblará?
Estaba a punto de cerrar la puerta cuando vio a Craig, con el ceño fruncido, aproximarse a su casa. La emoción se coló en el estómago de Tweek y su ansiedad restante se disolvió mientras una sonrisa pequeña iluminaba su rostro.
—Hey, nena —Craig se detuvo frente a Tweek, su ceño fruncido seguía ahí y parecía algo molesto.
—Hola, Craig ¡ack! —Tweek dejó entrar a su novio y apenas cerró la puerta un risco de ansiedad volvió a su cuerpo porque no sabía la razón del enojo de Tweek y tal vez era porque tuvo que irse solo o por cualquier otra cosa que Tweek haya hecho. ¡Oh Dios! ¿Qué pasaría si Craig quería terminar con él?
Sus manos volvieron a subir para tirar de su cabello, mientras su respiración se volvía rápida y superficial. ¿Tal vez era su castigo por no llevar su libro de apuntes a clases?
Sus espasmos eran bruscos y no podía dejar de tirar de su cabello. ¿Craig lo odiaba por irse antes? ¿También lo despreciaría por ser omega? ¡Es mucha presión!
A Craig se le encogió el corazón al ver el ataque de pánico que estaba teniendo su novio. Se sentía culpable.
Actuó rápidamente y tomó suavemente las manos temblorosas de Tweek entre las suyas y lo miró suavemente—Tranquilo, Tweek. Respira conmigo, cariño —su novio lo miró con lágrimas en los ojos y Craig sintió que su corazón se hundía, se sentía como una maldita basura.
Inhaló, retuvo y exhaló, repitió el mismo patrón hasta que Tweek pudo imitar su respiración de manera temblorosa. Su aroma estaba en todas partes porque Tweek no sabía controlarlo, pero en lugar del dulce aroma a café con crema al que estaba acostumbrado, su aroma era un poco más amargo por la angustia en la que estaba Tweek.
Craig dejó salir un poco de su propio aroma a naranja para tranquilizar al omega frente a él.
Cuando Tweek se calmó lo suficiente, Craig lo ayudó a sentarse en el sofá y se sentó a su lado mientras seguía sosteniendo una de sus manos.
Los espasmos de Tweek se volvieron menos bruscos y ahora solo respiraba tranquilamente, al menos no se había arrancado mechones de cabello o eso habría desencadenado otra ola de pánico.
—Está bien, nena —masajeó la espalda de Tweek con suaves movimientos de su mano.
—G-Gracias, Craig —el susodicho sonrió antes de volver a fruncir el ceño.
—Tenemos que hablar, Tweek —los ojos de color azul de su novio se agrandaron por el pánico, pero rápidamente lo tranquilizó con suaves caricias en su espalda.
Por alguna razón, los hombros de Tweek se desplomaron y sus hermosos ojos se colmaron de lágrimas. Craig sabía que ambos eran muy gays, pero no podía evitar pensar en lo jodidamente bonito que se veía Tweek con las mejillas rojas y la nariz rosada a punto de llorar, no era el mejor momento, pero Craig no podía dejar de mirarlo.
—Sabía que este momento llegaría, Craig. ¡Ack! ¡Pero debemos hablar antes de que rompas conmigo, hombre! —Craig lo miró durante un largo instante con su característico estoicismo y Tweek no dejaba de removerse incómodo y ansioso. El silencio solo aumentaba sus nervios.
—¿Qué? Oye, Tweek, ¿por qué crees que voy a romper contigo? —Craig vio cómo Tweek movía con insistencia sus manos como si no supiera qué decir. Sus mejillas estaban sonrojadas por la timidez y evitaba mirarlo a los ojos.
—Sé que a veces mi ansiedad puede ser mucho para lidiar y hoy volví a casa sin ti ¡ack!.. ¿¡Por qué carajos no creería que me dejarías!? ¡Agh! —Craig ladeó la cabeza con confusión antes de resoplar con diversión.
—Tweek, te amo, no voy a romper contigo —su novio lo miró y sus ojos azules, el color favorito de Craig, brillaron por las lágrimas que volvieron a acumularse, tal vez eran de alivio, pero aún así extendió su mano para secar, con su pulgar, aquellas que humedecían sus pálidas mejillas—. Estaba algo preocupado cuando me enviaste ese mensaje, pero no me sentí molesto por ello. En realidad, a la salida dejé inconsciente al marica bastardo de Cartman cuando dijo que eras solo una «zorra omega sensible» por irte antes —Craig frunció el ceño al recordar al culo gordo hablar sobre Tweek. Le habría tirado los dientes de no ser porque el director PC intervino—. Lamento que pensarás que estaba enojado contigo, cariño —Tweek le sonrió suavemente antes de tomar su mano con la suya.
—Está bien, Craig —su novio ladeó la cabeza como su pensará en algo antes de fruncir su ceño—. ¡Ack! Le patearé las bolas a Cartman en la próxima clase de gimnasia —Craig se rio un poco y luego se acercó para dejar un pequeño beso en la mejilla de Tweek. Su novio se sonrojó y Craig también sintió que sus orejas se enrojecían debajo de su chullo.
—Le patearemos las bolas juntos, nena —Tweek lo miró con una sonrisa que provocó que el corazón de Craig tartamudeara en su pecho.
Se levantó del sofá y le tendió la mano a Tweek, quién lo miró con algo de confusión.
—Hoy habrá un maratón de red racer, ¿quieres verlo conmigo en mi casa? —Tweek tuvo un pequeño espasmo en el ojo antes de reírse un poco y aceptar la mano que le ofrecía su novio.
—¡Ack! Por supuesto —Tweek tomó las llaves de su casa antes de salir y cerrar.
Las manos de Craig y la suya se entrelazaron y empezaron a caminar por la ciudad finamente cubierta de nieve.
Algunas personas todavía volteaban a verlos como si todavía fueran una novedad, pero a Tweek solo le importaba seguir tomando la mano cálida de Craig.
—Hey, cariño, ¿para qué fue Kenny a verte? —Tweek miró a Craig, quién parecía tan inexpresivo como siempre como si el tema no le importará mucho, y le sonrió cuando los ojos verdes se posaron en él. El color de ojos de Craig le recordaba al color de su crayola favorita en el jardín de niños.
—Me dejó los apuntes de la clase del Sr. Garrison. ¡Ack! Haremos una obra de títeres con B-Butters —seguía siendo mucha presión, pero ya no estaba al borde de un ataque de pánico cuando tenía a Craig cerca.
—Escuché a Wendy quejarse de ello. Garrison solo quiere demostrar que es un buen profesor, aunque sea una mierda y la junta directiva lo sepa —Craig se encogió de hombros y Tweek se rio un poco antes de seguir en camino en silencio hacia la casa de los Tucker, después les escribiría a sus padres para decirles que estaba con Craig.
En realidad, Craig nunca admitiría que se sintió un poco celoso de ver a Kenny saliendo de la casa de los Tweak. Estaba enojado por ver a otro alfa en la casa de su novio, pero se sentía más aliviado después de la explicación de Tweek.
Era muy vergonzoso admitir que se sintió celoso por algo insignificante. Sin embargo, Kenny seguía siendo un idiota, así que seguiría manteniéndose al día sobre este proyecto de marionetas.
Si algo salía mal, entonces le tiraría sus dientes como debió hacerlo con el marica de Cartman.
Miró de soslayo a Tweek, la sonrisa en su rostro era hermosa y su cabello dorado era encantador bajo los suaves rayos de sol que se asomaban tímidamente a través de las nubes oscuras. Craig se sentía como un idiota tan enamorado.
Cuidará bien de Tweek, él lo promete.