Work Text:
Prompt: Spooky scary skeletons (sarcastic)
Escrito en: Octubre 2022
Es Halloween otra vez, tu época menos favorita del año pero, por alguna razón, la favorita de tu novia.
La mañana del 30 de octubre te despertaste en un hotel con dolor de cabeza, no muy fuerte pero sí molesto, el recordatorio de que aún no tenías disfraz y Phoebe acariciándote la cara y jugueteando con tus mechones de pelo.
—Buenos días— saludó, con la sonrisa más linda que habías visto en tu vida.
—Hola, linda— la saludaste también— Me duele un poco la cabeza.
—Uhhh. ¿Quieres una aspirina? ¿Un té? ¿Estás por menstruar?— Phoebe se dispuso a levantarse.
—No, linda— le sonreíste— Muchas gracias, pero estoy bien. Solo necesito mimos y un abrazo.
Dicho y hecho, apoyaste la cabeza en el pecho de Phoebe y ella te envolvió con sus brazos, acariciándote la cabeza y la espalda.
Cuando te sentiste mejor, aunque la cabeza no te hubiese dejado de doler por completo, te levantaste y te decidiste a comprar un disfraz.
Te habías encaprichado con que querías uno de esqueleto, pero no había ninguno que te convenciera, a pesar de que habías ido a cinco lugares diferentes. Finalmente, cuando el dolor de cabeza te sobrepasó, decidiste dejarlo, por tu propio bien.
Llegaste al hotel y te encontraste con Phoebe.
—¿Dónde estabas, linda?— te preguntó.
—Comprando disfraces— respondiste, y te tomaste una necesaria aspirina— Pero no encontré nada.
—¿Qué estabas buscando?— te preguntó.
—De esqueleto— respondiste— De esos que son de cuerpo entero… sabes de cuáles hablo.
—Linda, no se te ocu…
—Amor, me duele muchísimo la cabeza— le explicaste— ¿Te molesta si no voy a tu show de hoy?
Se acercó a ti y comenzó a acariciarte la cabeza. Le devolviste el abrazo y te dio un beso en la frente.
—Por supuesto que no me molesta. Descansa, come algo rico y llámame si necesitas algo —¿Sabías que te amo?
—¿Sabías que te amo más?
Después de disculparte un par de veces más (y de que Phoebe te dijera que no importaba) te fuiste a dormir.
A la mañana siguiente te despertaste tarde, y sintiéndote decididamente mejor. Sin embargo, cuando abriste los ojos, te encontraste con lo que parecía el set de grabación de una película de clase Z o una casa embrujada para niños.
Las luces estaban apagadas y las persianas bajas, y la habitación del hotel solo estaba iluminada por unas barras de luz amarillo neón. Las paredes estaban cubiertas de tela violeta y telarañas falsas con sus respectivas arañas de plástico.
Y, unidos al techo a través de una insólita cantidad de tanza, al menos diez trajes de esqueleto colgaban suspendidos, dando más risa que miedo.
Phoebe era decididamente macabra. Sonreíste.
Saliste de tu habitación y te encontraste con Phoebe, que te besó y te dijo que había hecho café con una sonrisa imperturbable en la cara.
—¿Cómo amaneciste?— te preguntó mientras compartían el desayuno.
—Mucho mejor. Gracias, amor— respondiste con sinceridad.
—Me refiero a ¿Cómo fue tu despertar?
—¡Booo, aterradores y escalofriantes esqueletos!— ironizaste con una risa.
—¿Sabías que eres un poquito, solo un poquito, idiota?— se burló de ti amistosamente.
—En mi defensa, —levantaste los brazos en señal de inocencia— me dolía la cabeza, y no podía pensar con claridad.
—Pero, cariño, es Halloween. Podemos ser lo que queramos.
—¿Podemos ser las novias esqueleto más goals de la farándula, y haber tenido la muerte más trágica de la historia?
—Podemos— te sonrió.