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Bittersweet Disaster

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No había sensación más incomoda para Sigma que sentirse acorralado, Fukuchi le hizo varias preguntas que él respondió con normalidad. La policía no encontró nada en la búsqueda, por supuesto que no iban a encontrar nada, todo lo sospechoso e ilícito había sido movido a otro lugar.

—Escucha, Sigma —el nombrado se enderezó en su asiento—. Sabemos que estas moviendo dinero, detectamos transacciones con sumas bastante considerables.

—Lo repito, señor, esto es un casino, es obvio que hay cantidades grandes de dinero. Muchas personas vienen aquí noche tras noche para perder parte de sus fortunas.

—Por supuesto, pero eso no explica como es que esas cantidades desaparecen en el aire.

—No se de que habla —Sigma agitó la mano, como si de esa manera pudiera restarle importancia a todo ese asunto—. Solo administro mis cuentas como cualquier otra persona y usted ha venido aquí a difamar mi nombre y mi trabajo.

—Entonces supongo que puedes responder las demás preguntas que tengo para ti.

—Sólo me hace perder el tiempo —sabía que si se ponía a la defensiva se vería aun más sospechoso, pero ese hombre frente a él le estaba haciendo perder la paciencia.

—Jouno, te dejo este trabajo a ti.

Un agente llegó hasta ahí y se sentó en la silla en la que antes había estado Fukuchi, tenía expresión confiada pero Sigma no pensaba delatarse. Podía traer a todos los oficiales que quisieran, no pensaba caer ante ellos y decir nada, podía con eso.

—Supongo que te estas preparando para ser completamente honesto —habló Jouno, Sigma endureció su expresión—. Es curioso que digas que solo haces tu trabajo, muchos de tus clientes no parecen existir, ¿es posible que ellos gasten exuberantes cantidades de dinero en un lugar que había caído en banca rota?

—Me parece que la comparación es absurda. Tuve un golpe de suerte y logré sacarlo a flote una vez más —Sigma comenzaba a ser consciente de que ahora lo acusaban sin fundamentos, era para hacerle presión y que confesara la verdad. Ellos aun no tenían ni una sola prueba y esperaban que su propia confesión fuera la prueba. No iba a caer.

—¿De donde salió el dinero?

—Un préstamo.

—Por supuesto —la sonrisa de Jouno se hizo aún más grande—, ¿a quien se lo pediste? No hay registros en el banco que indiquen que pediste un préstamo. Además, si tu negocio estaba en la quiebra, ningún banco estaría dispuesto a prestarte la cantidad que necesitabas: no podías pagar —Sigma se dio cuenta de que estaba cayendo lentamente en la trampa. Jouno continuó hablando—. Esto nos lleva a que recurriste a alguien con mucho dinero. Seguro te ofreció darte la cantidad que necesitabas a cambio de que movieras dinero para él, ¿me equivoco?

—Sí, se equivoca. Esta persona sólo quería una parte de mis ganancias, fue un trato justo.

—¿Seguro que no moviste dinero? ¿Quien fue la persona que te dio las órdenes de mentir?

—Nadie. Ya lo revisaron todo de arriba hasta abajo y estoy limpio, ¿no? Me parece una perdida de tiempo seguir con esta platica absurda.

—Ya veo. Tengo algo más que decir antes de retirarnos, ¿que relación tienes con Dazai Osamu? Se que te ha ayudado y que él suele invertir en este lugar, ¿donde moviste los verdaderos resultados? ¿De donde sale el dinero que ustedes están registrando como si saliera de este lugar?  porque no tienes tantos clientes como declaras.

Sigma retrocedió en su sitio, luego volvió a adoptar una postura firme, estaría acabado si retrocedía ante la intimidación.

—Usted mismo puede ver los documentos...

—Yo no puedo ver —la voz de Jouno permanecía tranquila—. Soy ciego así que no puedo ver los documentos, aun así no necesito verlos para saber que estas mintiendo.

—No tienes pruebas para probar que estoy mintiendo.

...

La reunión se extendió más de lo que esperaba, pero al final había salido bien  librado de eso. No habían encontrado pruebas y no podían detenerlo porque no había nada sospechoso más allá de lo que suponían de Dazai.

Estaba tan estresado que decidió dejar el lugar y continuar en otro momento, por algunos días no iba a hacer ningún movimiento sospechoso y tampoco visitaría a Dazai, esperaría hasta después de las vacaciones del otro para poder ponerse al día con lo que había pasado.

...

Esa noche Ranpo se reunió con Dazai en el restaurante de siempre, habían pedido un área con pocas personas para poder hablar con completa libertad, también debían asegurarse de que nadie los viera en la misma mesa.

—¿La policía descubrió algo?

Ranpo negó una vez, luego echó su espalda hacia atrás en la silla. Como Dazai no podía comunicarse con Sigma por el momento, lo mejor sería que uno de ellos lo mantuviera al tanto de todo lo que estaba pasando con los movimientos de la policía.

—Por lo poco que sé, ese gerente no dijo nada aún si lo presionaron para hablar.

Dazai soltó un suspiro y asintió.

—¿Ya puedo salir del país? Necesito ir a Estados Unidos pronto y solucionar asuntos allá, además pienso mover mercancía aprovechando la salida, probablemente se enfoquen más en mi salida que en los movimientos de los que trabajan para mi.

Ranpo pareció pensarlo un poco, luego asintió.

—Mientras la policía no te señale a ti directamente creo que estarás seguro. Si hablan contigo no te resistas y no huyas.

Aquello era algo que Dazai ya sabia, pero siempre permitía que Ranpo le dijera todo lo que quería, decirle un "ya se eso" seria alejarlo y, por el momento, le convenía tener entre sus filas a gente de la policía para no ser tomado por sorpresa.

Se despidieron con Ranpo prometiendo mantenerlo informado y Dazai asegurando que pronto iba a pagarles por sus "amables servicios". No es que ese par fueran especialmente avaros, es solo que, como policía y detective, el resto de sus colegas realmente los subestimaban y sus salarios podrían ser mejores para las labores que desempeñaban (aunque quizás si eran avaros intentando justificar su doble trabajo).

Dazai llegó a casa, Chuuya estaba sentado en el comedor cenando solo, llegó hasta él y le besó una de las mejillas, Chuuya hizo a un lado la comida para besarlo.

—¿Cómo van los asuntos?

—Es realmente aburrido si no asistes conmigo —fue lo primero que respondió, se sentó a un lado de su amante, luego añadió—: por todo lo demás, creo que todo está resultando de maravilla. La próxima semana iremos a Estados Unidos, luego te dejaré pasar unos días en tu casa de playa.

—¿Es así? —Dazai asintió y la sonrisa de Chuuya le hizo saber que estaba a punto de pedir algo más, conocía bastante bien esa expresión.

—¿Es que acaso deseas algo más? Sabes que solo tienes que pedirlo y lo tendrás.

—Te estaba probando —Chuuya se burló—, no hay nada que desee en este momento, solo tomar unas largas vacaciones y tomar el mejor vino.

Al escuchar la palabra "vino" el rostro de Dazai cambió, nunca iba a entender porqué razón Chuuya prefería beber vino cuando podía disfrutar de tomar ron o whisky.

—¿Quieres ir al club? Tomamos unos tragos, lo pasamos bien un rato y luego volvemos.

Chuuya puso los ojos en blanco, luego habló.

—No te expreses así, suenas como esos hombres pobres que dicen "conmigo pasaras un buen rato, bebé" y no tienen un céntimo en la cartera y piensan que una maldita cena es motivo para llevarte a la cama.

Dazai soltó una corta risa, no se imaginaba cuantas veces Chuuya tuvo que soportar ese tipo de comportamientos. Se acercó más a él y le presionó la mejilla sin fuerza.

—No puedes decirme que no te gusta "hacerlo", teniendo el trabajo que tienes.

Chuuya bufó y Dazai volvió a burlarse, se levantó de la mesa y se estiró despacio, estaba algo cansado.

—Me voy a dormir ya, ¿vienes?

Subieron a la habitación para dormir, aunque Dazai tenía que esperar un rato más para que Chuuya hiciera su rutina de siempre con todas las cremas que se ponía en el rostro antes de irse a dormir.

Por el momento las cosas se sentían tranquilas y Dazai realmente esperaba que siguieran así; pero, por su trabajo, sabía que solo era cuestión de tiempo antes de que un nuevo problema surgiera.