Chapter Text
William da un salto hacia atrás esquivando a tiempo la punta de la katana de Yami, con su mano envía nuevas raices hacia el frente del corpulento capitán, quien con su katana las corta como si nada. Da otro salto, está vez aterrizando en una de sus raíces, mueve la raíz con su maná mientras Yami lo persigue corriendo, de vez en cuando hace crecer nuevas raices en el suelo que buscan atrapar las piernas del capitan como enredaderas, pero el experimentado extranjero las evita sabiendo que si se deja atrapar perderá todo su maná.
Yami da un gran salto en el cielo, con su katana recién comprada envía cortes de oscuridad a Vangeance, quien se cubre del ataque con más ramas y de pie sobre sus raíces cambia rápidamente de posición, aún en el cielo da un nuevo salto, aterrizando frente a William, prepara un ataque hasta que ve la sonrisa astuta de Vangeance mientras que con su mano arroja algo rápidamente a su dirección, no duda en retroceder, justo a tiempo para evitar que un repentino árbol que se abre en el cielo lo atrapé.
Una vez que está en una distancia segura vuelve a fijar su vista en Vangeance, quien mantiene su sonrisa magnanima de siempre pero sus ojos morados brillan con picardía, no duda en devolverle una sonrisa salvaje, sintiendo su sangre hirviendo por la emoción de un entrenamiento.
- bien, esto es suficiente - habla Owen en voz alta, llamando la atención de ambos capitanes.
- justo cuando se estaba volviendo interesante - se queja Yami guardando su katana, mientras que William deshace los árboles que creó y arregla un poco de la tierra del jardín.
- esto era un entrenamiento para ver el estado de sus cuerpos y maná, Yami, no era para presumir tu fuerza - explica Owen mientras termina de anotar algunas cosas en su portapapeles - como último les haré una revisión justo ahora, si me convence, entonces les daré de alta y podrán volver a sus labores de capitanes.
- muchas gracias por habernos cuidado todo este tiempo, doctor Owen - agradece William mientras guarda su grimorio.
- este es mi deber y me siento feliz de ayudar - Owen asiente con la cabeza mientras deja el portapapeles debajo de su brazo - fue un mes largo, pero su recuperación está casi completa, por favor, siéntense para que pueda revisarlos.
Vangeance toma una de las sillas de la mesa de té del jardín y se sienta erguido en ella, mientras que Yami se deja caer en el suelo al lado de William, sentándose en la tierra y sin darle importancia si ensuciar la ropa de hospital que estuvo obligado a usar en todo el mes.
Owen extiende su magia entre los dos capitanes, mientras que Owen analiza los datos que le da su magia, Yami inclina la cabeza hacia atrás viendo el cielo azul sin ninguna nube, para él fue un mes largo, con interminables tardes sintiéndose como un árbol plantado en el jardín y haciendo ejercicios para recuperar la movilidad y fortaleza que tenía antes, y si a eso le agregan que también tuvo algunos síntomas de abstinencia al cigarro, pues definitivamente no fue el mejor mes que ha tenido antes.
Sin poder evitarlo su vista se desvía hacia el rostro de Vangeance, quien al notar su mirada, le da una cálida sonrisa para volver a centrar su atención en Owen.
Debía admitir que el mes había sido más fácil con Vangeance allí, no muchas personas tenían la capacidad de estar mucho tiempo en su presencia, mucho menos cuando tenía días malos, pero Vangeance estuvo allí, le hizo compañía y charlaron en los dias buenos, mientras que en los días malos lo apoyo en todo lo que podía, y si no había que pudiera hacer, entonces se quedaba a su lado, dejando que su sola presencia lo consolara.
Fue agradable, lo admitía.
- muy bien - la voz de Owen saca a Yami de sus pensamientos - déjenme felicitarlos chicos, sus cuerpos están recuperados - aplaude Owen mientras deja que su grimorio se cierre y vuele a su bolsa - no hay ningún rastro de las raíces ni de la maldición, y sus cuerpos ya se han recuperado por completo de las heridas, oficialmente les doy de alta.
- al fin - Yami suelta un suspiro aliviado desde lo profundo de su pecho, satisfecho de haber acabado con eso.
- eso es muy bueno ¿Hay alguna indicación que debamos seguir antes de irnos?
- solo que se tomen las cosas con calma, ya que todavía podrían experimentar algo de cansancio, pero en lo demás, no hay indicaciones - Owen sonríe, feliz de haber terminado con la recuperación de los capitanes, gracias a la magia normalmente nunca necesitaban hospitalizar a alguien por tanto tiempo a menos que fuera una enfermedad o un coma, así que él último mes había estado ajetreado para él - voy a mandar a qué traigan sus uniformes, mientras tanto pueden ir a su habitación para que esperen allí.
- entendemos, iremos hacia allá - Vangeance se levanta de la silla y le hace una seña a Yami para que se levante del suelo - de nuevo, se que era tu deber, pero muchas gracias por habernos cuidado este mes, no debió ser fácil.
- lo mismo digo - agrega Yami mientras se sacude la tierra de los pantalones.
- realmente no fue nada, al contrario, yo estoy feliz de que se hayan recuperado por completo de sus heridas - dice Owen dando una sonrisa amable, como sanador se sentía orgulloso de haber logrado la recuperación de los capitanes - vamos, no pierdan el tiempo y vayan, y no olviden lo que dijo Marx, si yo les daba el alta hoy, ustedes tendrían que ir a la reunión de capitanes que se hará en la tarde.
- lo sabemos viejo Owen, ese champiñón no paro de repetirlo - desestima Yami mientras se rasca la nuca - vámonos Vangeance.
- nos vemos otro día, doctor Owen - se despide William con un movimiento de mano antes de seguir a Yami al interior del castillo.
Ambos caminan lado a lado hacia la habitación que estuvieron compartiendo en el último mes, a pesar de que al principio compartieron habitación por falta de espacio ya que el ala médica en los primeros días de su regreso estaba llena, al final Owen pensó que era mejor dejarlos compartir la habitación para que se hicieran mutua compañía y ellos aceptaron, ya que sinceramente, con las visitas estrictamente reguladas como estaban, necesitaban la compañía mutua para evitar ponerse ansiosos.
Justo cuando llegaron a la puerta de la habitación, un portal de magia espacial se abrió, y se asomo la cabeza del joven Finral.
- capitán Yami - sonríe Finral mientras termina de sacar su cuerpo por el portal - hola otra vez capitán Vangeance.
- hola Finral - le devuelve la sonrisa William. Las visitas, en teoría, habían estado reguladas solo para los vice capitanes, pero igualmente dejaban pasar a Finral y a Langris, ya que a pesar de no tener el titulo de vice capitan, todavía se encargaban de esas labores, y de por si, Nacht se negaba a visitar a Yami.
- hasta que llegas, ya te dije que no me gusta que me hagas esperar.
- vine tan pronto como recibí la llamada del doctor Owen - recrimina Finral ofendido, como mago espacial, que le digan que es impuntual era insultante - además, también tuve que esperar a Vanessa ¿No nota algo diferente? - Finral toma con una mano la caja donde llevaba la ropa de su capitán y extiende los brazos.
- ¿Que? ¿Quieres un abrazo? Para eso busca a tu prometida.
- ¡Capitán! - grita Finral con una sonrisa mientras su rostro se sonroja, a pesar de la vergüenza, se nota que la idea le agrada.
- la ropa nueva te queda muy bien, Finral, igual que el manto un poco más largo - halaga William mientras da un pequeño codazo disimulado a Yami, cualquier otra persona diría que fue un accidente, pero Yami sabe que esa es su manera de regañarlo por no ser atento.
- Te ves igual que siempre - habla con aburrimiento, ya había notado el cambio de ropa de su taxi, tiene buen ojo para esas cosas, pero todavía le parecía ridículo presumir así, o tal vez solo estaba más malhumorado de lo normal.
- que cruel, capitán, y capitán Vangeance, muchas gracias por notarlo - Finral extiende la caja que tenía en sus manos - aquí está su ropa y su nuevo manto, Vanessa también le hizo unos cambios a su manto, en realidad, le hizo cambios personalizados a los mantos de todos.
- eso es algo que ella haría - perezosamente toma la caja y la abre, frunciendo el ceño cuando nota la falta de algo - ¿Y mis cigarrillos?
- ¿Eh? - Finral da una sonrisa temblorosa mientras se pone en modo de huida - usted no me dijo que tenía que traerle algunos...
- eso era algo que ya debías saber - gruñe Yami mientras que Finral se hace más pequeño en su lugar.
- eres patético hermano.
- ¡Langris! - exclama Finral mientras deja de encorvarse, viendo cómo su hermano y el hermano de Asta se acercan por el pasillo - hermano, tu también viniste, y hola, Yuno - saluda tardíamente, mientras que el mencionado solo asiente con la cabeza en señal de reconocimiento.
- obviamente que lo hice.
- capitán - saluda Yuno acercándose a Vangeance e ignorando la conversación de los hermanos.
- hola Yuno, Langris - rie William mientras toma la caja de ropa que silenciosamente Yuno le extiende.
- ¿Es que no saludas o que? - habla malhumorado Yami viendo a Yuno, quien solo parpadea impasible.
- hola - saluda escueto y sin parpadear, haciendo que Langris suelte un bufido.
- Yuno, Langris ¿Cómo están? ¿Descansaron lo suficiente? Espero que no se estén exigiendo demasiado - pregunta William interrumpiendo cualquier inicio de alguna pelea.
- estamos bien capitán, logramos encontrar la manera de equilibrar las tareas y todo está listo para su regreso - explica Langris mientras se cruza de brazos. Aunque la orden estuvo fuera de servicio durante todo el mes, Yuno y Langris solo tuvieron una semana de descanso, todavía había papeleo que se debía llenar y que Yuno no sabía hacer solo, así que a pesar de que Langris ya no era más el vice capitan, igualmente dejo su descanso y ayudo a Yuno con todo lo referente a la orden.
De todas formas, no se sentía bien dejando a Yuno llenando él solo los documentos de defunción de sus camaradas caídos y los papeleos para la reconstrucción del cuartel de Amanecer Dorado.
- ya veo, me alegro que hayan trabajado en equipo - reconoce William haciendo que ambos subordinados desvíen la mirada fingiendo desinterés, pero por dentro estaban algo avergonzados.
- ¿Y tú, Finral?
- ¿Que yo que?
- la orden ¿Cómo va? - pregunta Yami, con su vena competitiva palpitando.
- ah, bueno, normal, todos animados como siempre, Nacht se peleo tres veces con Gauche, dos veces con Zora y golpeó en la cabeza a Luck y Magna, lo que ocasionó la segunda pelea con Zora ¡Ah! Y los daños se mantuvieron en lo mínimo, en un mes solo rompieron las paredes cinco veces, es un nuevo récord.
- ¿Sus miembros no se fueron a sus casas? - pregunta con curiosidad Yuno.
- la mayoría no tiene casa - aclara nervioso Finral mientras se rasca la mejilla - Asta fue una semana a Hage, aunque eso ya debes saberlo porque probablemente fuiste con él, Noelle fue una semana a su casa pero eso es todo, Gordon va cada que quiere a su hogar, y yo solo estuve unos días en Tota con Langris antes de volver. Todos los demás prefirieron quedarse en la base antes de irse a vagar por allí.
- ya veo - es la corta respuesta de Yuno, haciendo que Finral se sienta incómodo. Yuno es alguien de pocas palabras, y Finral ya se acostumbro a estar rodeado siempre de ruido, así que Finral no tiene ni idea de como continuar la conversación.
- capitan, su reunión comenzará pronto - habla Langris mientras mira con aburrimiento a su compañero y hermano, simplemente ya estaba acostumbrado a tratar con ambos y ver sus intentos de conversación era lamentable.
- tienes razón. Yami, tenemos que irnos - el capitán más grande asiente mientras pone la caja con sus cosas debajo del brazo.
- espérame afuera y no te atrevas a irte a coquetear con ninguna chica, recuerda que eres mi taxi.
- ¡Jamás capitán! Soy completamente fiel a mi querida Finesse - dice con determinación Finral mientras pone una mano en su corazón, haciendo que Langris lo mire con sospecha.
- Langris, Yuno ¿Pueden esperarme afuera para volver juntos a la base? - pregunta respetuosamente Vangeance.
- claro, capitán - ambos asienten mientras dan una señal de respeto.
Finral no puede evitar ver de reojo a su capitán, quien se da cuenta de la mirada y gruñe.
- ¿Que?
- nada.
- vamos, tenemos una reunión - apura William mientras pone una mano casualmente en el brazo de Yami, haciéndolo caminar - oh, cierto, Langris ¿Trajiste lo que te pedí?
- ah, verdad, tome capitán - Langris saca de su bolso de grimorio una caja pequeña y la pone en las manos de su capitán.
- ¿Que es eso? - pregunta Yuno frunciendo el ceño, a él no se le había notificado que había que traer algo más.
- nada para ti.
- ¿Cigarrillos? - murmura Yami, viendo el pequeño objeto en las suaves manos de Vangeance, quien sonríe y extiende en su dirección la cajetilla.
- toma, Yami, es para ti.
- bueno, gracias - algo impaciente e ilusionado toma la pequeña caja - pero ¿Por qué me das esto?
- es un regalo para ti, por tu recuperación, y además, note que no le pediste al joven Finral que te trajera una, así que le pedí a Langris el favor de traer una para ti.
- ¿Por qué no me lo pidió a mi? Pude haberla comprado yo - murmura Yuno mientras se cruza de brazos.
- no, eres menor de edad, incluso si te la vendieran, el capitán nunca te hubiera mandado - aclara Langris viendo a Yuno de reojo, sabía que había tocado su vena competitiva.
- cierto, eres mayor que yo, a veces lo olvido por tu altura.
- ¡Serás... !
- es suficiente - la voz firme de su capitán detiene la pelea.
- lo lamentamos - hablan al unisono mientras se enderezan, ambos podrán tener personalidades fuertes y déspotas, pero el respeto y cariño que le tienen a su capitán es mayor.
- está bien. Ahora sí tenemos que irnos o llegaremos tarde, Yami.
- vamos... - dice Yami perezosamente mientras saca un cigarrillo de la cajetilla y toma un encendedor que siempre llevaba consigo.
Abren la puerta de su habitación compartida y se despiden de sus subordinados, se adentran a la habitación y Vangeance toma sus cosas para entrar al baño y arreglarse allí, ya que a pesar de que se bañaron juntos en el Reino de la Pica, todavía quería conservar algo de su modestia.
Yami se sienta en la cama dejando caer la caja en el suelo, toma el cigarro en su mano y le da una calada, para después soltar en un profundo suspiro el humo de sus pulmones. Se toma el tiempo de ver la cajetilla, no era la marca barata que normalmente se permite comprar por estar siempre ajustado de dinero, es una marca de buena calidad y más cara de lo que considera necesario.
Se pasa una mano por el rostro antes de comenzar a vestirse, sabía que Vangeance era considerado y que nunca hacia nada para ser recompensado después, pero ahora sentía que también debía darle algo ¿Era un regalo de recuperación, no? Y Vangeance se había estado recuperando de sus propias heridas a su lado, así que era justo querer darle algo...
Además, el detalle fue lindo, Vangeance a veces solía darle unas charlas sobre las consecuencias de fumar, pero aún así compro esto para él solo porque sabía que era importante.
- Yami ¿No has terminado? - la voz de William lo saca de sus pensamientos, se toma un momento para verlo, el uniforme es nuevo, más blanco que los anteriores que ha usado y con solo unos detalles dorados, rojos y azules. El manto tiene menos tela que el anterior, en los hombros sigue teniendo un pelaje blanco, pequeño pero esponjoso.
Sonrió mientras pensaba que Vangeance parecía un diente de león.
- ah, ya casi, solo me falta el manto - habla cuando se da cuenta que duro mucho tiempo en silencio.
Toma el manto de la caja y lo alza, nota de inmediato que ahora su manto es mucho más largo que antes, podría decir que le llegaría un poco más abajo de las rodillas, pero sigue cubriendo solo su hombro y puede notar que los bordes fueron hechos para que sean irregulares.
- me gusta como se ve, me recuerda a tu magia - halaga Vangeance, asomándose un poco en el gran cuerpo de Yami - ¿Necesitas ayuda para ponerla?
- si quieres... - deja que William tome su manto entre sus manos y se encargue de ajustarla a su cuerpo. Gracias a la cercanía de sus cuerpos, puede verlo con más detenimiento y no puede evitar notar sus ojos, sus pestañas son oscuras, abundantes y muy largas, está seguro que sus pestañas inferiores también tienen una gran longitud, logrando darle una mirada muy misteriosa.
Y esas pestañas enmarcan unos ojos morados brillantes y profundos.
- ya está, Yami - parpadea lentamente para no ser descubierto infraganti, sintiendo que el momento terminó muy rápido - ¿Nos vamos?
- está bien, nos están esperando - ambos separan sus cuerpos y salen de la habitación, mientras caminan, Yami se da cuenta que ha estado viendo a Vangeance mucho más de lo normal, y se pregunta por qué.
Pasan por los pasillos de la sede hasta llegar a la habitación donde normalmente se llevan a cabo las reuniones, aunque Julius no ha llegado, aún se escucha el sonido de las conversaciones en la habitación.
Yami hace una sonrisa salvaje en su rostro mientras guarda sus manos en los bolsillos de sus pantalones, y con una fuerza moderada, da una patada a la puerta, haciendo que se abra bruscamente.
- ¡Ya llegó por quien lloraban! - habla con voz fuerte mientras entra en la habitación, siendo seguido de cerca con Vangeance, quien no parece nada sorprendido por la extravagante entrada que decidio hacer Yami.
- ¡Yami! - Rill no duda en correr hacia Yami, casi parecía que estaba huyendo del lado de Charlotte y Fuegoleon, aunque probablemente si estaba huyendo de ellos - ¿Ya estás recuperado de tus heridas? ¡Hace mucho tiempo que no te veo! - Rill estaba verdaderamente feliz de ver a Yami, para él, Yami era de los capitanes más fáciles de tratar a pesar de que solía ponerse algo agresivo, pero al menos seguía sus bromas, siempre y cuando no fueran de él - ¡William! - saluda mientras se pone en medio de ambos capitanes, a veces, cuando quería, William solía actuar como un mediador entre los capitanes y evitaba que las peleas se salieran de control, otras veces solo sonreía y veía como se producía el desastre.
- hola Rill ¿Cómo te encuentras?
- ahora mucho mejor - dice con una sonrisa forzosa en su rostro, pero no está mintiendo, al fin escapó del lado de Charlotte y Fuegoleon, quienes seguían discutiendo entre si en voz baja, con Jack de espectador aburrido.
- Yami, Vangeance - Kaiser se acerca mientras se acaricia el bigote - es bueno verlos, ha pasado un tiempo.
Después de una pequeña charla con los capitanes que se acercaron, solo quedaron bromas casuales entre los presentes, y ya que el ánimo se habia calmado, William decide acercarse lentamente a donde se encuentran Fuegoleon, Charlotte y Jack, quienes aún no se habían acercado a saludar y parecían entretenidos en su propia burbuja.
- hola - saluda con una sonrisa casual, interrumpiendo también la pequeña discusión que mantenían los capitanes de las Rosas Azules y los Leones Carmesí.
- Vangeance, que bueno que te acercas, ya iba a ir para allá - dice aliviado Fuegoleon con su voz profunda, mientras que Jack chasquea la lengua e intenta ignorar a los nuevos capitanes en la sala.
- ¿Ha sucedido algo? - pregunta manteniendo un rostro serio, aunque podía entender que Charlotte y Jack no quisieran acercarse, era raro que Fuegoleon se entretuviera discutiendo y no se acercara para saludar, incluso Nozel, que llevaba a una durmiente Dorothy arrastrando del manto, se había acercado para intercambiar unas breves palabras con Yami y él.
- hay un asunto donde necesitamos tu opinión y tu permiso. Adelante, Charlotte - Fuegoleon le hace una seña a Charlotte, quien mantenía una mueca enojada que perdía valor junto con su rostro rojo.
- William, quisiera saber si te molesta que Yami se siente a tu lado en la reunión de capitanes a partir de hoy - su voz era temblorosa y eso la hacía ver tenebrosa, cosa que en realidad no afectaba a Vangeance, ya estaba acostumbrado a cosas como estás y sabia manejarlas a la perfección.
- no me molesta estar junto a Yami, pero eso no es algo que tengas que discutir conmigo - responde ya entendiendo la situación. Para las reuniones, todos tenían un asiento ya designado. William solía sentarse en la esquina de la mesa cerca del Rey Mago, con Fuegoleon, Jack, Nozel y Dorothy a su lado en ese orden. Mientras que al otro lado de la mesa, en la esquina más cercana a Julius se sentaba Kaiser, y a su lado Charlotte, Yami y Rill.
Charlotte se sentaba al lado de Yami.
Y ella seguía demasiado avergonzada como para estar cerca de Yami, mucho menos para sentarse lado a lado.
- ya es algo que he discutido con ella - señala Fuegoleon suspirando frustrado - quiere cambiar los asientos pero se niega a preguntárselo a Yami, pensé que tú podías dar una nueva opinión o hacerla entrar en razón.
- yo no... - Charlotte titubea, para después tomar unas respiraciones profundas y calmadas - no me siento bien como para hablar con Yami - vuelve a su tono serio.
- ya veo - William murmura mientras que con una mano se toma del mentón - Fuegoleon ¿No tienes objeción sobre el cambio de los asientos?
- no me molesta, pero no me parece justo hacerlo sin haberlo hablado con Yami.
- entiendo - asintió y fijo su vista en Charlotte - ¿Realmente no te sientes capaz de hablar con él?
- ¡Claro que soy capaz de hablar con un hombre! ¡Simplemente no me siento bien justo ahora como para hacerlo! - su rostro se vuelve oscuro y sisea las palabras, pero William simplemente asiente sin inmutarse.
- ¿Que te parece si Fuegoleon y yo hablamos con Yami? ¿Que opinas de esto, Fuegoleon?
- bueno - el capitán de los Leones Carmesí duda por un momento, él quisiera que fuera Charlotte quien hablara, pero ella parece inflexible en eso - está bien, podemos hacerlo nosotros.
- bien, entonces hay que hacerlo.
- ya veo, te lo agradezco, William - dice Charlotte volviendo a respirar tranquila, y también agradeciendo que William quisiera actuar como mediador.
- no hay de que - sonríe y con una seña hace andar al león.
- me hubiera gustado que fuera ella quien resolviera este asunto - expone sus pensamientos Fuegoleon una vez que se encuentran lejos de Charlotte.
- así es, esa era la forma correcta de hacer las cosas - asiente William con la cabeza - pero si hubiéramos hecho eso, ella probablemente comenzaría una pelea, o hubiera escapado.
- ¿Así que decidiste que esto era lo mejor?
- si, solo por hoy.
Se acercaron a Yami, que estaba jugando con Rill mientras molestaban a Nozel, así que William tocó con su mano el brazo de Yami, llamando su atención.
- hola Yami, perdón por tardar en venir a saludar - dice Fuegoleon con una sonrisa mientras extiende su mano.
- bueno, pero si es el Rey de la seriedad - habla Yami mientras corresponde el apretón de manos - ¿De qué estaban hablando por allá? Parecían muy molestos - dice con una sonrisa en su rostro, claramente divirtiéndose.
- justo queríamos hablar de eso - agrega William con su sonrisa patentada - Fuegoleon quería saber si podía cambiar de asiento contigo.
- ¿Oh? ¿Es así?
- si, pero si no quieres está bien - aclara rápidamente el león.
- mmm - Yami duda mientras pone sus manos en su cadera - ya veo de que se trata esto. La reina espinosa les pidió hablar conmigo ¿No? - William y Fuegoleon se sorprenden pero no lo demuestran en su expresión ¿Acaso Yami recordó la confesión de Charlotte y sabe que está muy avergonzada? - ella ha estado actuando muy extraño desde que fuimos al Reino Pica, y desde entonces me ha estado evitando, ella... Me odia a muerte y ya no me soporta ¿No?
- no es así, simplemente estábamos pensando en hacer algunos cambios - niega Fuegoleon, sintiendo que tuvo demasiadas esperanzas.
- ¿Te molesta el cambio de asiento, Yami? - pregunta William volviendo al tema.
- bueno, no, en realidad no - responde con sinceridad, ya que en realidad no le molestaba.
- está bien, eso era todo lo que se necesitábamos - William junta sus manos y da una sonrisa firme, siendo claro en que el asunto ya se acabó, no quería prolongarlo más antes de tener que contestar una pregunta a la que no puedan dar respuesta.
- entiendo, iré a notificarlo a Charlotte y a Rill - Fuegoleon se aleja, en el fondo algo triste por haber dejado su puesto al lado de Nozel, sabía que era algo insignificante, pero todavía lo ponía triste.
- ¿Realmente esto era necesario? - pregunta Yami mientras tira el cigarrillo consumido al suelo y lo aplasta bajo su bota.
- no mucho - acepta William con un movimiento de hombros, y decide volver a cambiar el tema - por cierto, tal vez quieras hablar con Jack.
- ¿Que pasa con él? - aunque pregunta, él mismo ya lo sabe, Jack se ha mantenido inusualmente callado y tranquilo pero al mismo tiempo malhumorado, además, su ki se siente tormentoso.
- necesita hablar con alguien, pero yo no soy la persona indicada para eso - antes de que pueda decir algo más, la puerta de la habitación se abre, dejando entrar a Marx y Julius.
- vaya, es bueno verlos a todos reunidos otra vez - comento feliz y satisfecho Julius con una gran sonrisa en su pequeño rostro.
- lamentamos llegar tarde, comenzaremos la reunión ahora.
Todos los capitanes se sentaron y comenzó la reunión. Fue relativamente corta, solo de una hora, dónde el Rey Mago dejo en claro los siguientes planes de restauración del Reino y que se están comenzando a firmar los tratos para recibir y dar ayuda al Reino Corazón y Pica. Además, aclararon que las amenazas no habían acabado, todavía habían demonios que vencer que seguían libres por allí, y además, aún habia una pequeña parte de seguidores de la triada oscura que aún no se rendían, y que estaban expandidos tanto en la Pica como en el Diamante.
Al momento de terminar la reunión y que el Rey Mago más su asistente salieran de la habitación, todos se levantaron de su silla y se prepararon para irse.
- Yami, Vangeance ¿Que les parece ir a tomar algo más tarde? Para celebrar su recuperación - ofreció Fuegoleon con una sonrisa en la cara, también como una forma de disculparse por el cambio de asientos.
Vangeance y Yami se miraron de reojo, y ya sabiendo lo que quería el otro, Yami dió un paso al frente.
- ¿Podría ser mañana? La verdad creo que mis chicos van a hacer una fiesta hoy, además, de por sí hay que volver mañana para la siguiente reunión ¿No? - ofreció Yami. La verdad, ninguno de sus chicos le había comentado algo de una fiesta, pero los conocía y sabían que si lo harían.
- concuerdo con Yami, la verdad, hoy quisiera pasarla con mis chicos - William sonríe apenado, pero no se disculpa, ya que no lo lamenta.
Fuegoleon los mira sorprendido, sabía que los miembros de los Toros Negros y Amanecer Dorado amaban a sus capitanes, el asalto de los Toros Negros al Reino Pica y la postura de Yuno durante la reunión donde planearon la invasión fue prueba suficiente de eso, pero apenas se daba cuenta que el sentimiento era correspondido, ambos capitanes amaban a sus escuadrones.
- muy bien, será mañana.
Los capitanes salen de la habitación, siendo los últimos Yami y William, quienes caminan lentamente por el pasillo, a diferencia de los otros capitanes, que apenas salen del edificio, usan su magia para ir en dirección a sus bases.
- estás nervioso - dice Yami, no es una pregunta.
- el ki es verdaderamente excepcional - halaga William, sin negarlo.
- no creo que debas preocuparte tanto, no te diré que todo estará bien, pero se que cualquier cosa que pase puedes manejarlo - la verdad, Yami no está seguro de por qué saco el tema, no es el mejor consolando a la gente, pero no le gustaba el ki nervioso que transmitía Vangeance.
William no respondió, pero aprecio bastante las palabras de Yami, haciendo que su corazón se sienta más ligero.
Cuando llegaron a la salida, ya todos los capitanes se habían ido por su lado, y al frente de ellos solo estaban Finral, Yuno y Langris.
- ¡Capitán Yami! - Finral es el primero en correr hacia su capitán, siendo seguido de cerca por los miembros de Amanecer Dorado.
- capitán Vangeance - dice calmadamente Yuno con Langris a su lado.
- ¿Ya está listo para irnos, capitán? - pregunta Finral sonriente, desde que decidió ser fiel a Finesse, ya no tenía mucho que hacer en la Capital Real mientras esperaba a su capitán - y capitán Vangeance, si desea, puedo dejarlos cerca de su base.
- oh, eso sería...
- ¿¡Realmente vinimos hasta aquí para ver al capitán solo para que el hermano de Langris lo arruinara!?
- ¡Cállate!
Los inesperados gritos interrumpen la escena, William salta en su lugar aturdido, no sentia maná en ningun lado, así que voltea su vista a Yami, quien con aburrimiento se quita el cigarro de la boca.
- hay veinte de los tuyos que nos rodean justo ahora, sin mencionar a mis idiotas que también nos están espiando - habla en voz alta, haciendo que todos escuchen, y si se escuchan algunos gemidos doloridos, nadie dice nada.
- ¿¡Eh!? ¿Los chicos están aquí? Pensé que había dejado claro que yo llevaría al capitán a la base - murmura Finral sin entender.
- lo mismo digo ¿Yuno y yo no dejamos claro que escoltariamos al capitán a la base? ¿Que hacen aquí? - habla enojado Langris cruzándose de brazos.
A pesar de saberse descubiertos, ninguno de los dos escuadrones salían de sus escondites aún.
- ¡Oigan! ¡Idiotas! ¡Salgan de una vez! - grita Yami, conteniendose para no golpear la pared, una costumbre ya grabada está en su cuerpo.
- ¿Pueden salir, por favor? Prometemos no enojarnos - dice calmadamente William, y después de unos segundos de silencio, los chicos salen.
Oh, hasta se escondieron juntos.
- capitán, antes que nada, esto fue idea de Alecdora - excusa rápidamente David, haciendo que Alecdora lo mire ofendido.
- ¡Cómo si tú no hubieras querido venir también! ¡Te recuerdo que nadie te obligó a venir a ver al capitán Vangeance! ¡Así que no me eches la culpa solo a mi!
- yo solo vine porque está prohibido que David salga solo - Letoide se alza de manos, declarándose inocente.
- yo solo vine porque todos vinieron - ahora es Mimosa quien habla.
- yo no podía dejar a Mimosa sola, como su superior tengo que vigilarla - aclara Klaus, haciendo que William necesite contener una risa, no era normal ver a sus chicos así.
- ¿Y bien? ¿Cuál es su excusa? - Yami se cruza de brazos, viéndose amenazador, pero en realidad no está enojado.
- obviamente no hay excusas, solo queríamos verlo capitán - Vanessa da un paso al frente - además, quien nos dejó salir fue Nacht, después encontramos a estos muchachos escondiendose aquí también, asi que decidimos hacerle compañía - Vanessa pasa casualmente su brazo alrededor de un chico de Amanecer Dorado con cabellos largos y rubios.
- oh, el superior Gris parece que se va a desmayar - intenta susurra Mimosa, pero no funciona porque todos la escuchan, y lo que dice es verdad, la voluminosa bruja está haciendo sufrir al noble, quien mantiene su vista al cielo, negándose a mirar a la bruja a pesar de estar rígido bajo el semi abrazo.
- estábamos algo impacientes por verlo capitán Yami - Asta da un paso al frente, con Nero en su cabeza y Liebe en su hombro - ¡Estamos muy felices de verlo!
- ¡Así es! ¡Fue un mes muy duro sin estar con usted, capitán Yami! - grita Magna mientras se acerca a su capitán, con Luck siguiéndolo de cerca - ¡Todos queríamos verlo de inmediato! Pero Finral nos prohibió venir, ya que según haríamos mucho alboroto y dejo al vice capitan Nacht a cargo de vigilarnos.
- capitán, aprecie un poco todo lo que nos esforzamos por venir aquí, primero intentamos escaparnos sin que el vice capitan Nacht lo notará y eso no termino bien - agrega Noelle, acercándose mientras lanza una de sus coletas detrás de su hombro.
- ese imbécil solo escucha a Asta - gruñe Gauche mientras Grey se esconde en su espalda, habían muchas personas que no conocía y eso la hacía sentir mucha vergüenza.
- solo nos dejó salir porque Asta lo convenció, el vice capitán Nacht aprecia mucho a Asta, su amistad es hermosa, yo también quiero ser amigo del vice capitan Nacht - dice Gordon pero nadie lo escucha.
- Asta tuvo que convencerlo para que nos dejara salir - habla algo malhumorado Zora, varias de sus trampas no fueron efectivas contra los demonios de Nacht y eso lastimo su orgullo.
- ¿Sigues con esa cosa en el brazo? - pregunta Yami mientras da una calada a su cigarro, ya no estaba molesto, todo lo contrario.
- me lo quitan en dos semanas.
- no voy a escuchar ninguna excusa de ustedes, desobedecieron mis órdenes - regaña Langris inflexible, haciendo que los miembros de Amanecer Dorado agachen la cabeza, tal vez oficialmente ya no era el vice capitan, pero todavía les imponía el mismo respeto.
- está bien, Langris, no me molesta - intenta calmarlo Vangeance.
- pero capitán, dejaron la base sola - ese dato hace que la sonrisa de Vangeance se tense, mira a los miembros de su escuadrón, contándolos.
Solo veinte.
Traga saliva, sin saber cómo digerir la noticia, había usado de excusa su recuperación para no recibir los datos actualizados de su escuadrón, sabía que estaba mal, pero una parte de él simplemente no quería saber a quienes había podido salvar y a quienes había perdido para siempre.
Su escuadrón no era el más grande, los escuadrones con más gente eran los Cuervos Celestes y las Orcas Moradas, pero tampoco era pequeño.
Y ahora solo quedaban veinte.
Una gran mano lo empujó al frente, tropezó un poco pero logro disimularlo, se sorprendió, incluso sin ver, reconocía esa mano ¿Por qué Yami lo empujó?
- ¿¡Pero que le haces al capitán!? - grita Alecdora, como siempre siendo el primero en defender su capitán.
- estoy bien, no hace falta alarmarse - aclara William, en especial cuando ve que Yuno se interpone entre Yami y él, en una protección silenciosa.
- ¡Eso es una falta de respeto al capitán Vangeance! ¡Y cualquier ofensa al capitán, es una ofensa para nosotros! - regaña Scarlett, una chica joven de cabellos rojos y ojos verdes.
- ¿Vamos a pelear? - pregunta emocionado Luck, con una sonrisa loca en su rostro - oigan, si yo también empujó a su capitán ¿Pelearán conmigo?
- nadie va a pelear con nadie - la voz de Vangeance se pone firme, haciendo que los chicos de Amanecer Dorado bajen su defensa.
- ah... - murmura decepcionado Luck a pesar de mantener aún su sonrisa. Vangeance lo mira fijamente por unos segundos.
- si Yami está de acuerdo, tal vez se puedan organizar algunos entrenamientos de práctica - cede William, una parte de su corazón incapaz de decirle que no a unos ojos tan decepcionados como esos.
Yami se ríe, divertido con la situación que creo, cuando sintió que el ki de Vangeance se volvía especialmente doloroso, simplemente hizo lo primero que penso, y ahora esta rodeado de gente que lo defiende y ama, así que considera que lo hizo bien.
- yo sin problema - acepta disfrutando del espectáculo.
- ¡Viva! - celebra Luck lanzándose encima de Magna y Asta, quienes también se alegraron ante la noticia del entrenamiento.
- ahora, volviendo a ustedes - dice Vangeance, atrayendo la atención de sus subordinados - estoy muy feliz de verlos a todos, pero admito que me da curiosidad saber por qué vinieron aquí, a pesar de que nos veríamos dentro de un rato en la base.
- capitán - Alecdora da un paso al frente, manteniendo la mirada baja, mientras que sus otros compañeros desvían la mirada, todos avergonzados o tristes - yo fui quien los convenció de venir, quería devolverle esto lo antes posible - de su bolsa de grimorio, saca una máscara dorada, con detalles en azul, rojo y dos plumas blancas.
Su máscara.
- Alecdora... - murmura mientras tomaba entre sus manos la máscara que Alecdora le ofrecía.
Ahora lo recuerda, la perdió durante la batalla contra Zenon, una parte de él creyó que simplemente la había perdido para siempre.
- y también, queríamos disculparnos - habla Klaus, con una expresión culpable en su rostro.
- durante la batalla hicimos nuestro mejor esfuerzo, pero... - sigue Letoide, con su voz algo rota, se negaba a llorar delante de tanta gente, pero todavía se sentía mal.
- no fue suficiente - hablan al unisono los miembros de Amanecer Dorado, haciendo que todos queden en silencio.
- no fuimos más que un estorbo - murmura Alecdora, el recuerdo de su intento fallido de defender a su capitán repitiéndose en su memoria.
- tal vez usted no debió salva... - murmuró David, sintiéndose a punto de llorar.
Pero antes de que terminara su oración, sintió unos brazos abrazándolo.
Se quedó afónico, no había recibido un abrazo tan cálido desde que tenía doce años y su padre lo abrazo por haber realizado un hechizo de ataque con su magia de dados.
Por tener una magia tan inusual y su personalidad descuidada, durante casi toda su infancia le habían dicho que su magia no servía para nada, que solo serviría como trucos de fiesta, e incluso cuando logro que su magia fuera ofensiva, el orgullo de su padre no duró mucho tiempo.
Siempre se sintió mal por eso, así que había entrenado hasta vomitar, solo para lograr entrar a una buena orden de caballería y ser un orgullo para su familia.
Pero su familia nunca lo reconoció a pesar de que siempre lo presumían en las fiestas que asistían por pertenecer a Amanecer Dorado.
Pero ahora...
- yo jamás los abandonaría, todos ustedes son mi mayor orgullo, mi más grande sueño, así que no termines esa oración - habla con seguridad en su voz, sus palabras no son consuelo, no son palabras bonitas para evitar las lágrimas, son hechos, verdaderos e inquebrantables.
David sin poder evitarlo, una lágrima sale de su ojo mientras corresponde el abrazo de su capitán.
- si, tiene razón, lo lamento, no lo volveré a decir - solloza David mientras se separa con pesar de su capitán, siendo recibido ahora por un abrazo de Letoide.
- bien - Vangeance se aleja unos pasos, quedando en medio de Yuno y Langris, mientras abraza la máscara contra su pecho - ¿Que les parece si volvemos a casa? - pregunta con una sonrisa cálida, sus ojos son dulces y eso conmueve a sus subordinados.
- ¡Si, capitán Vangeance!
- bueno, bueno, dejen de estar de chismosos y vámonos. Finral, portal - apura Yami cuando ve que las cosas ya se han calmado.
Todos los Toros Negros se quedaron a un lado y en silencio mientras veían la interacción del Amanecer Dorado con su capitán, nunca creyeron ver a un escuadrón lleno de nobles y gente orgullosa tener un momento de vulnerabilidad.
- eh, si, vamos - habla Finral saliendo de la impresión, sacando su grimorio y abriendo un portal.
Mientras que los Toros Negros pasan por el portal que los regresa a su hogar, el Amanecer Dorado crean sus vehículos con magia para volver a su propio hogar.
- Yami - dice Vangeance cuando nota que solo hacen falta por irse Yami y Finral.
- ¿Que pasa?
- nos vemos mañana - se despide William con una sonrisa que dice "gracias" mientras se sienta en el carruaje hecho por magia de acero en compañía de Langris, Yuno, Mimosa y Klaus.
Yami le devuelve la sonrisa, haciendo que varios miembros de Amanecer Dorado jadeen sorprendidos, su sonrisa es mucho más suave y amable que las sonrisas salvajes que generalmente pone el público.
- nos vemos mañana, doradito.