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Final.
Lentamente abrio los ojos, una intensa luz estaba justo encima de él.
De sus ojos corrían grandes gotas de lágrimas, aspiro su nariz y giro lentamente su cabeza a su alrededor, estaba en otra habitación que no conocía, no habia nadie a su alrededor.
¿Estaba muerto? Se pregunto.
Se removió un poco en la cama sintiendo la rigidez de las sábanas, a su nariz llegaba ese intenso olor a desinfectante.
Podia escuchar la maquina que marcaba su ritmo cardiaco la cual era un poco abrumadora.
Un horrible sentimiento le invadió todo el cuerpo, no podia dejar de llorar, de forma inevitable su ritmo cardiaco se elevó y pronto apareció un doctor para revisarlo.
—Tranquilo, tu operación fue un éxito, ahora mismo te encuentras en terapia intensiva, pero pronto volverás a tu cuarto—informo.
Aunque lo intentaba su llanto no cesaba, sentía un horrible nudo en la garganta y sentía que todo su cuerpo temblaba, no entendía por que le estaba sucediendo eso.
A su mente vino el recuerdo de Pavel y sintio un fuerte dolor en su corazón.
Todos sus recuerdos estaban tan vividos.
Aun podia sentir el dolor en el cuerpo, el ardor de las heridas que tenia abiertas, los recuerdos abrumantes de una vida que parecía suya.
Las personas que dejo en ese mundo que parecía un sueño y algunas veces una pesadilla.
Tenia un incesante dolor en el pecho, no podia dejar de llorar, sentía que habia perdido algo demasiado importante para él.
Ni siquiera le interesaba que su trasplante habia sido exitoso, se sentía solo, vacío, triste.
Cuando la tarde llego, Pooh fue finalmente llevado a su habitación, ahí lo esperaba su madre y padre quienes estaban realmente felices de que todo saliera bien.
Pooh estaba cabizbajo, casi no quería hablar y aunque se forzaba por sonreír volvía a pensar en Pavel y todo se derrumbaba dentro de él.
Cuando la noche llego, Pooh estaba demasiado inquieto, casi al filo de la madrugada, el sueño lo venció y se quedó profundamente dormido.
(…)
Pooh abrio los ojos encontrándose con la luz del sol entrando por las ventanas, recorrió su vista por esa habitación, estaba en el hospital.
Se sentía terrible.
No volvió a ese lugar.
¿Entonces todo se habia terminado?
Intento de todas las maneras posible mantener la calma, pero los recuerdos de todo lo vivido seguían tan presentes, aun podia jurar que sentía el aroma de Pavel, la textura de su cálida piel, su mirada intensa, todos esos recuerdos seguían ahí en su mente, pero era el único lugar en donde existían.
Los dias transcurrieron y la salud de Pooh mejoraba poco a poco, durante esas noches, no volvió a soñar, solo cerraba los ojos y al abrirlos se encontraba nuevamente en esa maldita habitación de hospital.
Conforme el tiempo pasaba Pooh se preguntaba si todo eso habia sido un sueño. ¿Y si su cerebro de verdad habia creado ese mundo? ¿Si solo era invento de su imaginación en su desesperación de vivir?
Pero todo eso se derrumbaba, tenia recuerdos que no eran suyos, ese Pooh seguía tan vivido en su mente, las cosas que hizo, la gente que mato, las interminables fiestas a las cuales acudió, también como conoció a cada uno de los chicos y muchas cosas más.
Si eso su mente lo habia inventado. ¿Por qué su mente tenía esos recuerdos?
¿Y si tal vez estaba perdiendo la razón por completo?
Todos esos largos dias pasaba mirando el Instagram de Pavel, ese el cual no lo conocía. Aunque se veían exactamente igual, era consciente de que no eran la misma persona.
Estaba tan confundido, abrumado y desesperado que empezó a intentar buscar respuestas en internet, habia gente que comentaba que algunas veces sus sueños eran tan vividos, tan reales, y otros pocos que afirmaban que en un lapso de segundos inconscientes habían tenido una larga vida que habían conocido a alguien, se casaron y tuvieron una familia y un día se dieron cuenta de que algo habia algo raro en el ambiente y despertaron, y nada de lo que “soñaron” fue real.
¿Y si le habia pasado algo por el estilo?
Al cabo de casi dos semanas en el hospital, Pooh se sentía demasiado triste, inclusive recibió la visita de una psicóloga, ya que los doctores estaban preocupados por su estado, ya que no quería ni siquiera comer, solo dormía.
Por supuesto no le conto nada de lo sucedió a la psicóloga, ella intento ayudarlo, pero fue imposible.
Esa mañana despues de que la psicóloga partió, Pooh giro la cabeza mirando hacia la ventana, estaba atardeciendo, ya ni siquiera se interesaba en mirar su móvil, solo lo hacia sentirse aun más solo.
Su madre lo cubrió con una manta aun mas suave y trato de abrigarlo bien.
—¿Cómo te sientes bebé?
Pooh la ignoro. Ya no hablaba con ella ni con su padre, su personalidad se habia vuelto sombría. Ni siquiera se esforzaba en fingir que estaba bien.
Pooh escucho como la puerta era tocada, soltó un suspiro y cerró los ojos, fingiría estar dormido, no tenia ganas de hablar con los doctores.
—¿Quién es usted? —pregunto su madre.
—Hola señora un gusto, soy amigo de su hijo.
Pooh abrio de golpe los ojos al escuchar esa voz, giro rápido la cabeza y en cuanto miro ese lindo rostro sonrió ampliamente.
—¿Nut? —pregunto.
—Hola niño.
—¡Es el forense!
—Asi es…
—Pooh… ¿Cómo conoces a este hombre? —pregunto su madre confundida.
—Es un amigo mamá…
—¿Amigo de dónde?
—Lo conocí por internet—mintió—¿Puedo hablar con él?
Su madre miro la emoción en su rostro y despues de dudarlo por algunos segundos asintió con la cabeza.
—Yo… los dejare solos. Volveré pronto—anuncio la mujer.
—Si mamá, gracias.
Ella miro a su hijo y despues a Nut para despues irse de aquel lugar.
—¿Cómo es que estas aquí?
—Bueno, me dijiste que te encontrabas en este hospital y también quería confirmar que lo que estoy viviendo no es un sueño, si no una realidad. Sonaba una locura, un cuento de niños, pero veo que es real.
Pooh sonrió, estaba feliz de saber que nada de lo que habia vivido era inventado por su cerebro.
—Despues de que me conociste ¿Volviste?
—Si… todo era extraño, estaba en un lugar solo. No habia nadie, cuando salí a intentar averiguar que habia sucedido, alguien quien dice ser tu abogado me confirmo que todos habían muerto.
—¿Todos?
—En realidad ese chico que se parece a Pavel los habia matado. Al parecer yo… bueno no… bueno si, yo habia logrado escapar y llegue hasta él. Todo tu dinero ahora es ¿mío?
Pooh se quedó en silencio.
Entonces, al final Pavel termino con la vida de TopTen y Garfield que no tenían culpa de nada, tal vez habia escapado con Pon.
—Me da gusto verte… aunque no seas el Nut que yo conocí… eres la prueba de que no estaba loco.
—Eso mismo digo yo… ¿Tienes alguna idea de por qué pasa esto?
—No. No tiene lógica alguna ¿Y tú?
Nut ladeo la cabeza.
—Yo lo asocio con el golpe que me dieron en la cabeza… ¿Te golpearon?
—No… pero justo me dio un infarto y despues de eso, empecé a ir a ese lugar, pero a ese Pooh si lo golpearon en la cabeza, tal vez tenga algo que ver.
Nut asintió tranquilamente.
—Por cierto… ¿Resolviste tus dudas con respecto al chico que asesinaron? Lamento que no fui de mucha ayuda.
—Si. Supe algo de lo que paso.
—Bien. ¿Y tú? ¿Cómo estás?
—Estoy bien… cansado. Pero bien. Siento que algo me falta.
—Pooh, deja de pensar en eso. No puedes vivir de recuerdos que no son tuyos, esta es tu realidad, aquí esta tu familia, tu casa, todo lo que conoces, no ese lugar que se siente extraño ¿No es asi? ¿No sentías que no encajabas en ese mundo?
Pooh lo pensó por algunos segundos.
—Si. Al principio si, pero creo que con el tiempo empecé a convencerme de que esa también era mi vida, ahí podia hacer todo lo que aquí no puedo. Y tenia a mi mas grande amor junto a mi…
—¿Te refieres a Pavel?
—Si.
—Pero Pooh, ese chico no es Pavel, se ve igual que él, pero no son la misma persona, asi como tu y tu otro tu no son lo mismo. ¿No puedes verlo? Yo me volvería loco si no pudiera volver aquí. Tengo una hija que cuidar.
Pooh sonrió.
—¿Tienes una hija? ¿Qué edad tiene?
—Un año y medio. Su madre falleció cuando ella nació y soy lo único que tiene. No me importa que en aquella vida todos mis problemas financieros hayan sido resueltos, eso no es mío, no soy yo. Yo soy padre. ¿Entiendes lo que te quiero decir?
—Si lo entiendo.
—No te malgastes pensando en eso, vive intensamente aquí, disfruta de lo que eres. ¿De acuerdo?
—Si…—sonrió Pooh—Por cierto ¿Qué edad tienes?
—35 ¿Y tú?
—20 phi—rio nervioso.
—¡Eres demasiado joven! Vive Pooh. Agradece por tu trasplante.
—P'Nut ¿Volveré a verte?
—Si tu quieres, si, aunque es un poco raro, que un hombre casi en sus 40s sea amigo de un chico de 20 años… tu madre me miro mal…
—Yo si quiero ser tu amigo. ¿Por favor? —Pooh hizo un puchero.
—Esta bien, volveremos a vernos.
Nut saco de su chamarra una tarjeta con su número.
—Llámame cuando quieras ¿De acuerdo?
—Si, lo hare. Gracias por venir.
—No hay nada que agradecer. Es momento de irme, tengo que trabajar.
—De acuerdo, cuídate.
Nut le dedico una sonrisa, se despidió de él agitando la mano y salió de ese lugar.
Pooh sonrió mientras miraba la tarjeta de Nut. Se sentía feliz y mucho más tranquilo.
Nut tenia razón, no podia dejar de vivir por lo que le habia sucedido, aunque le doliera profundamente necesitaba dejarlo ir.
Seria difícil, tal vez le tomaría una vida superar todo lo que vivió, pero continuaría, con el corazón roto pero lo haría.
Despues de la visita de Nut, toda la perspectiva de Pooh cambio, y eso se notó de inmediato, volvió a tener ese humor que lo caracterizaba, esa sonrisa brillante que alegraba a su padres y su recuperación fue aun mas satisfactoria.
Si, no podia negarlo, algunas veces deseaba con todo su corazón dormir y despertar en los brazos de ese rubio, pero eso nunca sucedió.
No podia regresar a ese lugar, por que ese cuerpo habia muerto.
Tres semanas despues de su operación, el día de salir del hospital habia llegado.
Tenia que regresar al hospital para chequeos pero esperaban que su corazón y riñón nuevo funcionaran por muchos años más.
Pooh permanecía en la puerta de su habitación esperando a su madre quien terminaba de acomodar sus cosas, una vez se encontró lista, él la sujeto del brazo y ambos caminaron hacia el elevador.
Las puertas se abrieron y ambos ingresaron a ese lugar, presionaron el foto de planta baja y esperaron, Pooh estaba algo emocionado por volver a su casa.
El asesor se detuvo en el siguiente piso, una vez mas las puertas fueron abiertas y esa figura conocida apareció frente a él.
Pooh se quedo helado, solo mirando ese lindo rostro.
Era Pavel.
El corazón de Pooh comenzó a latir con gran fuerza, él entro al elevador. Ahora estaba en el mismo espacio que ese chico que por tanto tiempo admiro y que, en otro lugar fue su amante.
Su mamá le dio un codazo y le hizo una señal, ella parecia más emocionada que él.
—Vamos, pídele una foto—susurro su madre.
Pooh negó con la cabeza con una sonrisa nerviosa.
—Dile…
—No… No lo hare.
Su madre rodo los ojos.
—¿Disculpe? —susurro su mamá con una voz dulce.
—¿Sí? —aquel rubio se giro a mirarlos.
—Mi hijo es su mayor fan. Vera acaba de salir de una operación y se que su música lo ayudo mucho a salir a delante. ¿Podría tomarse una foto con usted? ¿Por favor?
—Claro que si señora.
Ella sonrío emocionada, tomo a su hijo del brazo y lo coloco justo aun lado de ese cantante.
Pooh trago saliva, estaba demasiado cerca de Pavel, su cuerpo estaba temblando, se estremeció aun mas cuando el rubio poso su mano sobre su hombro.
Mientras su madre luchaba por encender la cámara de su teléfono, Pooh se quedó inmóvil cuando sintio la mano de aquel rubio deslizarse por su brazo y sujetarlo de la cintura.
—¡Ya lo tengo! —sonrió su madre.
—Sonríe—susurro Pavel.
Este sonrío hermosamente y su madre tomo la foto.
—¡Muchas gracias!
—Espero que te recuperes—comento Pavel.
—Gracias—Pooh le miro de forma tímida.
Finalmente el elevador llego a su destino, Pooh y su madre salieron de aquel lugar, antes de que las puertas se cerrasen, Pooh le dio un ultimo vistazo a ese chico, quien le dedico una bella sonrisa.
Pooh sintio algo cálido dentro de su cuerpo, estaba emocionado por haberse encontrado al Pavel que siempre admiro.
Pero, antes de que las puertas se volvieran a cerrar, en ese microsegundo, la mirada de aquel rubio cambio, lo miro de arriba a bajo y sonrío de lado.
Un escalofrió le recorrió toda la espalda a Pooh. Era un sentimiento que no podia describir.
¿Eso no era posible? ¿O sí?
¿Y si ese Pavel era el que él conoció?
Su madre lo jalo sutilmente del brazo y lo llevo hasta un taxi, entraron y se pusieron en marcha.
Pooh miraba por la ventanilla y seguía pensando en la posibilidad de que Pavel no fuera él mismo.
Saco su móvil y miro su Instagram, Pavel no habia publicado nada en varios dias.
¿Tal vez…?
Pooh negó con la cabeza, no eso no podia estar pasando.
Una vez llegaron a casa, Pooh se olvido por un momento del escalofriante momento que habia vivido, estar en casa era como un abrazo cálido.
Se sentía tan bien.
Subió las escaleras y llego a su cuarto, miro a su alrededor, todo estaba justo como lo recordaba.
Se acerco a la ventana y la abrio dejando entrar el aire cálido. Se sentó en su cama y miro sus cosas, eso si se sentía familiar, ese era el lugar al que pertenecía, se acostó en la cama y respiro con profundidad.
Adoraba estar en su casa.
Mas tarde se dio un baño y ceno junto a sus padres, estuvieron platicando por varias horas hasta que llego la hora de dormir.
Pooh subió a su cuarto y cepillo sus dientes mientras disfrutaba la sensación de estar en casa, despues acomodo su cama con toda la intención de dormir hasta que escucho a su madre tocar la puerta, seguido de eso entro y le llevo un vaso de agua junto con los medicamentos que debía tomar, ella le dio un beso de buenas noches y despues se fue de ese lugar.
Asi, Pooh se tomo su medicamento y mientras aprovecho para entrar a Instagram. Reviso su feed y justo cuando actualizo de nuevo, se percato de que Pavel habia publicado una historia, asi que decidió entrar a verla.
Pooh se quedó inmóvil por unos segundos. Era una foto. Una foto de la fachada de su casa.
Este giro la cabeza hacia la ventana, trago saliva y con el celular en la mano se levanto de la cama y camino lentamente hacia ese lugar.
Se asomo y pudo notar una figura justo enfrente de su casa, recargado en la barda de la otra propiedad.
—¿Pavel? —susurro para él mismo.
Escucho un clic y reviso su móvil de nuevo, ahí estaba él asomándose por la ventana.
Era él. ¡Era Pavel! ¡El sicario que él conoció!
Pooh dio un par de pasos hacia atrás y dejo caer el móvil.
Eso no podia ser verdad.
¡No podia estar en su realidad!