Actions

Work Header

Siempre todo sale a la luz

Chapter 23: Hermanos/amnistía

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Lucifer parpadeó con la boca abierta un par de veces inseguro de lo que había oído, miró a su padre en busca de alguna señal que demuestre que está bromeando, no la encontró. En cámara lenta observó como la expresión de sus hermanos cambiaba: Azrael y Miguel se levantaron furiosos; Joel y Leo apretaron los labios frunciendo el ceño, claramente enfadados; Gabriel y Rafael miraron con cara asesina y una sonrisa maníaca a Kaztemir; Leroy, bueno él sólo parpadeo un par de veces con cara de resignación. 

Suspiró, de cierta forma los comprende y empatiza con ellos, la primera vez que lo vio tan cerca de su hermanita quiso destrozarlo, sin embargo, se dio cuenta que la hace feliz, la cuida y protege. Además, hubiese sido irónico de su parte, considerando que se enamoró y casó con Lilith. Con el tiempo conoció al chico y le agradó, encontró en él un hermano.

Miró a su hermana, se veía preocupada, cuando sus miradas se cruzaron él le sonrió -Así que al fin aceptaron lo obvio y le pusieron nombre a su relación… me alegro mucho… ¡Felicitaciones!-

Ella sonrió agradecida -Gracias- 

-¡¿Tú lo sabías?!- Azrael lo encaró molesto golpeando con ambas manos la mesa.

-En realidad lo sospechaba, al verlos me fue obvio… Estando algunos días aquí otras cosas me han parecido obvias también- sonrió con arrogancia, miró fijamente al pelinegro, luego a su hermana -¿Se lo dirás a Jophiel?- volvió a mirar al pelinegro quién abrió los ojos sorprendido, miró a los ojos a su hermano mayor -¿o Ariel- el mayor tragó saliva, finalmente miró a Miguel -¿o Camael?- el rubio guerrero se ruborizo. Logró su cometido, los tres se veían culpables y avergonzados.

Su hermana captó la idea y sonrió con complicidad -Seeh, es muy probable- miró a Leo- aunque no puedo dejar de lado a Uriel- luego a Gabriel -tampoco a Remiel- faltaba Rafael -tampoco a Zadquiel- Los expusieron a todos, menos a Leroy porque cuando recorrieron aprovechó de contarle, si bien es protector como el resto de sus hermanos, es mucho más comprensivo y empático.

La tensión disminuyo drásticamente con la mención de las ‘crush’ de sus hermanos, los casi gemelos sonrieron satisfechos, dejando claro que ellos lo saben.

 

El padre celestial parpadeó sin comprender realmente el trasfondo de esos nombres ya que cada una de las Arcángeles mencionadas son de alto rango y cercanas a su pequeña, con inocencia comentó -Es bueno que interactúes con ellas mi pequeña, si quieres hacer una junta de ‘chicas’ puedes invitarlas al castillo- sus hijos lo miraron con cierto horror.

Ella sonrió con algo de maldad y falsa inocencia -¡¿De verdad?!... Gracias Padre, por su puesto que lo haré-

Con esta pequeña jugarreta, sus hermanos se comieron cualquier opinión o réplica, sólo Azrael y Miguel gruñeron con suavidad antes de seguir comiendo.

Kaztemir sonrió divertido, suavemente tomó la mano se la princesa y la beso, los príncipes celestiales se tensaron y volvieron a mirarlo de forma asesina -Temo que debo irme mi princesa-

-¿Qué?... Pero Kaz-

-Inicialmente solo vine a regresarlos a la normalidad… Recuerda que el sello y barrera se estaban debilitando… debo regresar y corroborar que todo esté bien-

-Es cierto… regresa entonces- 

El peliverde se levantó, miró a su suegro y se reverencio -Gracias por la invitación… todo estuvo exquisito… Pero tengo deberes que cumplir-

-Claro Kaztemir, cuidate muchacho-

El aludido se irguió -Por supuesto mi señor… Nos vemos mis príncipes- les sonrió engreidamente, no hubo respuesta.

-Nos vemos Kaz- se despidió Lucifer.

-Nos vemos Lu- la princesa celestial creó el portal -Te avisaré como va todo-

-Claro… Cuidate- él guiñó un ojo y se fue.

 

xxxxxxxx

 

Durante la última noche en su antiguo hogar Lucifer no tenía sueño así que salió al balcón, se sentó en el sofá balancín de su hermana para observar el cielo nocturno en total oscuridad. En el pasado sólo deseaba volver al cielo y ahora que puede, solo desea regresar al infierno con su hija. Si lo pensaba fríamente, su hija es la única que lo retiene ahí, no puede dejarla sola por el momento.

 

-¿No puedes dormir?-

Se sobresaltó al escuchar esa voz masculina, buscó con la mirada en la oscuridad, usó su magia para que los cristales del balcón iluminen el lugar y ahí lo vio, Miguel -No puedo- respondió en voz baja.

Su hermano bajó de la baranda desapareciendo sus alas y caminó hasta él -Yo tampoco puedo-

Ambos se miraron incómodos.

Si bien aún lo pone nervioso Lucifer decidió sonreirle -¿Quieres sentarte? Acabo de salir y estaba pensando en preparar una infusión de hierbas relajantes… puedo prepararte una taza si lo deseas-

El rubio mayor sonrió algo más relajado y se sentó junto a él -De acuerdo… aceptaré una taza de esa infusión- Lucifer lo dejó sólo, miro con detenimiento el balcón de su hermana, hace miles de años que no lo pisa. Cuando ella regresó hace algunos cientos de años estuvo en su habitación por bastante tiempo sin tener contacto con ellos y cuando salió fue bastante hostil con todos, con el paso de los años poco a poco volvió en parte a ser la misma o una versión parecida de quien era antes de lo ocurrido con su hermano menor, sin embargo, con él no ha dejado de ser del todo hostil y le prohibió entrar a su habitación. Él también suele ser algo hostil con ella, sin lugar a dudas la ama pero le molesta que lo culpe sólo a él por lo sucedido con su hermano. Sólo hizo lo que le ordenó su padre, “ Esa es tu excusa… patético ” escuchó en su mente la voz enfadada de ella. 

En su mente se arremolinaron los recuerdos del juicio de Samael, el sonido y la sensación de cortarle las alas a su amado hermano menor volvió a sentirlos, al igual que sus gritos. Se sintió mareado, con ganas de vomitar.

-¿Estás bien?-

El rubio mayor, el gran guerrero del cielo se sintió pequeño y temeroso -No lo estoy- prefirió ser sincero -A veces tengo pesadillas- comentó en voz baja, aceptando la taza con la infusión. Lucifer se sentó a su lado -Más que pesadillas… son recuerdos… recuerdos dolorosos-

El rey del infierno no estaba del todo seguro de haber visto a su hermano tan afectado, cuando eran niños siempre se veía fuerte y seguro, puede qué a veces pelearan pero siempre se sintió seguro con él -Si lo deseas… puedes contarme… no le diré a nadie y tampoco te juzgaré-

 

Esas palabras lo quebraron, las lágrimas brotaron de sus ojos azul oscuro como flores en primavera, cerró los ojos con fuerza antes de comenzar a tiritar.

 

-Tranquilo- su hermano menor le acarició la espalda formando círculos -Todo está bien… Trata de respirar con tranquilidad- dejó su taza y la de su hermano mayor en la mesa cercana e hizo algo que nunca pensó volver a hacer, lo abrazo.

 

Al sentir el cálido contacto de su hermano pequeño Miguel también lo abrazó -Perdóname… por favor perdóname- comenzó a susurrar entrecortado -Debí oponerme… eres mi hermano menor… No debí lastimarte… jure protegerte y falle-

Ahora Lucifer comprendía un poco la situación -Tranquilo Mike… está bien… no es tú culpa, solo hiciste lo que te ordenaron- él mismo tardó en comprenderlo y aceptarlo.

-Por años me justifique con eso… pero tuve opción de negarme y no lo hice… soy patético… en las  noches suelo retroceder en tiempo a ese día… escucho tus gritos mezclado con ese asqueroso sonido de tus alas siendo cortadas- Lloro sonoramente en el hombro del menor.

 

Salael había escuchado todo desde el ventanal abierto, sintió la ausencia de su hermano y se aventuró a buscarlo, cuando vio que salía al balcón quiso acompañarlo pero noto que no estaba sólo, al ver que se trataba de Miguel frunció el ceño y pensó en echarlo, luego lo escuchó llorar y se quedó ahí, sentada apoyada en vidrio escuchando la conversación privada entre sus hermanos de generación. Apretó los labios, sintió culpa, cada vez que podía le restregaba a su hermano lo que había hecho, sin pensar en sus sentimientos. Sabía que en realidad no podía negarse, ninguno de ellos, sólo su hermano casi gemelo y ella fueron creados con verdadera libertad, sin la atadura de tener que obedecer a ciegas a su Padre. 

Suspiro y salió al balcón, sus hermanos estaban abrazados llorando, se acercó por el respaldo y los abrazo a ambos.

 

Miguel y Lucifer sintieron unos fríos brazos que los rodeaban, no necesitaban abrir los ojos para saber de quién se trataba, simultáneamente estiraron uno de sus brazos para abrazarla también. 

Era difícil saber cuánto tiempo habían estado abrazados y llorando en silencio hasta que su hermana hablo -Lo siento mucho Mike- Los soltó y se soltó de sus hermanos para sentarse junto al rubio mayor acurrucandose en su pecho como cuando eran niños -Perdóname por ser tan cruel contigo y haberte culpado siempre por lo que sucedió- lo miro a los ojos -De todos nuestros hermanos eres el único que siempre he visto como nuestro protector- él parpadeó sorprendido -Tú eres nuestro igual, sin ninguna obligación real o impuesta como los otros… Sin embargo, siempre estabas pendientes de nosotros… Nos protegiste de todo-

-Nos llevabas comida y algo para beber cuando salíamos juntos- comentó Lucifer con una cálida sonrisa.

Ella sonrió también -Si nos cansabamos nos cargabas-

-Si nos dormíamos también nos cargabas o nos tapabas y acomodabas-

-Nos hacías volver a la orilla si nadabamos dónde no pisabamos-

-O bajar de los árboles muy altos-

Los menores se miraron y terminaron el pinponeo con la misma frase -tratabas de que cumplieramos las reglas para que no nos castigaran-

-Por favor no sigan- Miguel se tapó la dorada cara avergonzado por las palabras de sus hermanos, ambos sonrieron traviesamente mostrando los dientes.

-Ohhh… ¿te avergüenza haber tenido un pasado tan sobreprotector y ser tan buen hermano?- su hermana le toco la cara repetidamente con su dedo índice -que dulce te ves avergonzado..  jiji- 

-jiji… es verdad- apoyó su hermano imitandola.

El mayor infló los cachetes y con cada mano cubrió sus cabezas -Ohhh… guarden silencio… ustedes dos eran terribles… siempre con sus ocurrencias… Por eso siempre he sido tan estresado, ustedes son los culpables-

-Supongo- murmuraron ambos.

-Hmp… Samy.. es decir Lucifer… Dame la infusión por favor-

-Claro Mike- Se la entregó y él tomó la suya, sin darse cuenta poco a poco se acomodó al lado de su hermano.

Mike sintió peso a su derecha, Lucifer se había dormido, iba a hablar a su hermana que aún seguía acurrucada en su pecho, pero ella también se había dormido -Siguen siendo terribles- murmuró con el ceño fruncido, trato de pararse para dejarlos en la cama pero no podía, al menos no sin despertarlos. Bufo y se acomodó resignado entre ellos.

 

xxxxxxx

 

En la mañana siguiente Miguel se sentía algo adolorido e incómodo, lentamente su conciencia volvió, escucho risitas suaves y murmullos inentendibles. Algo desconcertado abrió los ojos con lentitud, tardó en enfocar -¿Gabe?...¿Qué haces aquí?- murmuró.

El rubio platinado sonrió divertido con el celular en su mano -Buenos días Mike… ¿Dormiste bien?-

-¿Qué?- No lo entendió, luego lo recordó -¡Oh mierda!-

-Cuida tu vocabulario- lo regaño Rafael en voz baja.

-Se ven demasiado tiernos- comentó con una sonrisa Leroy.

Gabriel le mostró una de las tantas fotografías que tomó a su hermano -Creo que subire está a mis redes sociales-

-¡Estás loco o qué!- Miguel jamás admitiría que le gusta esa foto, pero su hermano es popular si la sube a sus redes sociales su reputación caería demasiado bajo.

Lucifer despertó sobresaltado con el grito de su hermano -¿Qué?... ¿Qué sucede?- vio a sus hermanos y dio un grito nada masculino -¿Que hacen aquí?-

-Casi es hora de desayunar y no bajaban, así que vinimos a ver que sucedía- respondió con simpleza Rafael.

Gabriel le mostró la fotografía con una sonrisa traviesa -Y nos encontramos con esta tierna escena-

-¿Nos fotografíaste dormidos?... Que psicopata y raro  Gabe- comento el rubio menor.

-No digas esas cosas… Se más respetuoso con tus mayores Lucifer- El rubio mayor le dio un golpe en la cabeza.

-Ouch… qué bruto eres- se quejó.

 

La menor comenzó a moverse perezosamente -¿Porque hacen tanto ruido?- Preguntó con voz suave tallandose los ojos, bostezo y analizo a los presentes.

Leroy se sentó junto a ella -Es hora de levantarse hermanita- Le habló con dulzura acariciando su mejilla, ella sonrió aún adormilada, lo abrazó cerrando nuevamente los ojos.

-Cinco minutos más- murmuró.

-De acuerdo, pero sólo cinco- la abrazo.

 

Lucifer vio la escena y luego a Gabriel -Lo ves… Leroy es tierno con Sally, ¿Por qué no puedes ser adorable también con tu hermano menor?-

Miguel miró a Rafael, luego a Lucifer y comentó -Estas pidiendo demasiado… simplemente no tuvimos esa suerte- 

-Guarda silencio- el castaño le dio un golpe en la cabeza.

-Ouch… Eso no es justo Raf- se quejó Miguel.

Gabriel suspiró -Dejen de quejarse… Vayan a cambiarse y bajen a desayunar-

-Bieeen- Respondieron al mismo tiempo sus rubios hermanos menores con un tono infantil.

 

xxxxxxxxxxxxxxxx

 

Su último desayuno en el cielo había acabado, Lucifer no pudo evitar sentir un nudo en el estómago y nostalgia, no deseaba del todo irse pero tiene responsabilidades. Si bien en un inicio temía y no quería subir, temía volver a ver a su familia, en estos pocos días había cambiado de opinión. Estar con ellos llenó su corazón, a pesar de todo estaba feliz de haber resuelto las cosas con sus hermanos y Padre, sacar ese peso de su mente lo alivio de sobre manera pero hace que volver sea más duro. Por naturaleza los ángeles son seres sociales e íntimos con los cercanos, había extrañado esa intimidad y familiaridad, entre ellos, en casa, siempre habían sido ‘normales’: cariñosos, cercanos, juguetones y por sobre todo felices a pesar de las reglas.

 

-Bien.. es hora- El Padre celestial se levantó y caminó hasta el salón familiar, todos lo siguieron -Joel- mencionó al mayor.

El aludido extendió un pergamino fino en la mesa impregnado de magia celestial -Ven Luci… leelo con detenimiento antes de que comencemos a firmarlo-

-Claro- estaba nervioso, se acercó algo rígido, jugando con sus manos. Leía con detenimiento cada palabra -Todo está correcto- difícilmente encontraría un error siendo su hermano mayor quien lo escribió. 

 

-Bien… debes firmar al final, y el último- Le explico el mayor, hizo aparecer una pluma blanca y un tintero de tinta dorada. Uno a uno de mayor a menor comenzaron a firmar y con cada forma el pergamino fue adquiriendo un brillo dorado, Salael fue la última en firmar de sus hermanos, luego fue el turno de su Padre.

-Es tu turno hijo mío- le extendió la pluma.

-De acuerdo- hundió la punta de la pluma en la tinta y se detuvo un momento -¿Debo firmar como Lucifer o como Samael?- pregunto realmente dudoso -Ahora me llamo Lucifer- evitó mirar a su Padre -Pero cuando fui desterrado aún era Samael-

Sus hermanos se miraron entre ellos unos segundos y luego todas las miradas estaban sobre Joel -Bueno- en la amnistía era mencionado de ambas formas, lo pensó un momento -Lo mejor es que coloques: Samael/Lucifer Morningstar-

-Como digas- cuando terminó de escribir su nombre, sintió algo extraño en su cuerpo. Unas cadenas alrededor de sus manos, cuello y cintura se hicieron visibles por unos segundos antes de desvanecerse. Cuando lo hicieron se sintió más liviano, brilló con suavidad y una tela desapareció de sus ojos. Se sentía  con la mente más clara y más fuerte. Toda restricción que fue impuesta desapareció, sintió en sus venas como recorría con potencia su magia angelical por sobre la demoniaca. Temió por un momento transformarse en un ángel completo nuevamente, por suerte y para su tranquilidad, no ocurrió.

 

-Con esto mi pequeño- Comenzó a decirle su Padre posando su mano en su hombro -Oficialmente has sido perdonado y las puertas del cielo se abren nuevamente para tí- Lo abrazo con dulzura -Cuando desees puedes volver y no me refiero sólo a visitarnos… Puedes volver a tomar tu lugar como príncipe celestial… Estoy seguro que sientes en tu interior- tocó su pecho -la manifestación de tu magia angelical y como lucha con la demoníaca -él asintió -Está en tí ahora permitir que esa magia sea libre o no, y cuando lo hagas volverás o le que eras-

Eso no lo esperaba en realidad, era realmente tentador -Por ahora mi deber es con mi hija Padre.. ya veremos más adelante-

-Lo sé hijo-

-Bien- Esto era incómodo -Gracias por todo pero debo regresar- Sonrió nervioso, no le gustan las despedidas.

-Nos vemos pronto mi pequeña estrella brillante- Su Padre lo abrazó nuevamente -La siguiente vez trae de ser posible a mi nieta-

-Claro… claro- sonrió.

Joel se acercó y lo abrazó con ternura -Si necesitas algo sólo escribeme o llamame-

-Aja… aja-

Uno a uno sus hermanos lo abrazaron para despedirse, finalmente su hermana lo abrazó -Te llevaré de regreso cuando estés listo hermano- le susurro al oído.

-Claro… claro- reguló su respiración y seco las pocas lágrimas que habían aparecido, hizo aparecer su equipaje -Estoy listo- sonrió.

 

-Bien- Ella tomó su mano y sin aviso alguno los transportó a ambos a su habitación del hotel -Misión cumplida- Lo abrazo.

Él le correspondió el abrazo -Gracias hermanita-

-No fue nada, nos vemos pronto-

La miro de lado -¿No bajaras a saludar?-

-No hermano… tienes muchas cosas que hablar con Charlie y procesar… Pero nos vemos pronto- beso su mejilla y desapareció.

 

Lucifer se sentó en su cama y miró a su alrededor un momento antes de repasar en su mente lo que había vivido esos días, suspiró y sonrió con verdadera felicidad antes de bajar con su amada hija.

Notes:

Este es el último capítulo de esta historia, gracias por leer, por apoyar con sus kudos y comentarios.
Posiblemente escriba algo nuevo más adelante, continuando esta historia pero relacionado con el infierno.

Los invito a leer “Aventuras y desventuras de la estrella de mañana y la estrella de la noche” que habla sobre la infancia de Lucifer/ Samael y su hermana Salael.

Gracias por todo.