Chapter Text
Aún era temprano y ya sentían que el día había durado demasiado. Ari y Nimb caminaban por Pueblo Bismuto sin hablar mucho, con la mente todavía en su encuentro anterior con el Toxtricity. Estaban bien... por ahora. Eso es lo que cuenta, ¿no?
Su primer día había ido peor de lo esperado, pero al menos tenían compañeros majos (la mayoría) y tenían un lugar donde alojarse. Al llegar a casa de Maia, una voz familiar llamó su atención.
"¡Heeey!" Era Cora, que los vio y no tardó en acercarse. Se sorprendió al ver que estaban a punto de entrar en la cabaña. "No me digas que… ¿Ahí es donde os alojáis?"
Ari se volvió hacia ella, sonriendo a su nueva amiga. "¡Sí! En realidad es la casa de Maia, nos ha ofrecido quedarnos en su cabaña, muy amable por su parte," dijo el Riolu, y Nimb asintió también.
"¡Ohdiosmiooo, qué guay! ¡Eso significa que vamos a ser vecinos!"
Qué casualidad. Ari se apartó un poco y miró hacia la casa que estaba a unos 50 metros detrás de ella, junto al río. Cierto, el río. Definitivamente su casa.
"¡Vaya, la verdad es que estáis bastante cerca, sí!I Incluso podríamos ir juntos a la escuela," dijo Ari. Pudo oír a Nimb toser de forma extraña y rápidamente se arrepintió de hablar.
"¡Síiiii! Nos lo pasaremos muy bien," dijo Cora, justo antes de voltearse un poco. "Bueno, os dejo por ahora, seguro que queréis descansar un poco después de la clase de hoy."
"¡Cierto, nos vemos luego, entonces!" Ari dijo y se giró, pero justo entonces notó a Nimb dándole unos toquecitos tras haber intentado entrar ya en la casa.
"Oye, Ari… L-la puerta está cerrada."
"... Oh, cierto. Olvidé que no tenemos una llave. Nos toca esperar a que Maia vuelva."
Cora sonrió y se les acercó, aprovechando la oportunidad. "Hey, ¿qué tal si os venís conmigo? ¡Os puedo enseñar mi casa!" Se estaba acercando demasiado, y Nimb pudo sentirlo fuertemente. A pesar de ello, no se esondió detrás de Ari, que le miraba como si esperaba su visto bueno. Nimb se encogió de hombros; no es como si tuvieran mejores opciones.
"Perfecto entonces, ¡muchas gracias!" Ari respondió alegre.
Cora les guió a su casa; estaba principalmente hecha con rocas grises, así que parecía mas resistente que la cabaña de Maia. Además, sabiendo que ahí vivían pokémon de tipo agua, tenía sentido que no usaran madera, ya que podía mojarse fácilmente y quedar horrenda. Las paredes tenían viñas en zonas concretas, pero parecían bien cuidadas. Las ventanas eran enormes, así que estaba bien iluminada por dentro.
"Parece muy acogedora, ¡me mola!" Ari dijo, recibiendo una sonrisa de la Brionne.
"¿Verdad? ¡Es el palacio de las sirenas! O así me gusta llamarlo a mí," dijo ella.
Tras entrar, pudieron ver lo fuerte que era la iluminación. Los muebles también eran de roca, y casi parecían rocas de sal, lo cual tenía sentido. Había grandes cojines en la sala de estar, y junto a ésta había un comedor, con una mesa baja y cojines en lugar de sillas. De nuevo, tenía sentido.
"¡Mamáaaaa, ya estoy en casa! ¡Traigo a unos amigos!"
Un pokémon grande apareció desde otra habitación, caminando de la misma forma que Cora y su hermano. Era una Primarina que les saludaba con una sonrisa acogedora. "Oh, ¡muy buenas! Un Riolu con apariencia extraña y un Archen… Debéis de ser los que salvaron a Romi el otro día, ¿verdad?" Ari y Nimb asintieron. "Ah, ¡muchísimas gracias!"
Ari sonrió avergonzado. "Heh, no es nada…"
"¡Resulta que vamos a ser compañeros de clase!" Cora añadió, y su madre se alegró.
"¿De verdad? ¡Qué suerte! Espero que os llevéis bien," la madre dijo, ahora acercándose a la cocina, la cual se veía muy limpia. "Voy a preparar la comida, ¡estáis invitados a quedaros!"
"¿De veras? ¡Muchas gracias!" Ari dijo.
Cora sonrió, pero Nimb no estaba tan encantado con la idea. Dio un codazo a Ari para llamar su atención y negó con la cabeza, con cara de disgusto.
"O… Eh… Tal vez deberíamos irnos…" Ari concluyó.
Cora enseguida se puso entre los dos y envolvió a ambos con una aleta entre sus hombros. "Hey, ¡no pasa nada! Mi familia es muy maja, os trataremos bien!" Nimb quería quejarse, pero una vez más los ojos de la Brionne le estaban mirando directamente con esos brillitos y no encontró las fuerzas para negarse. ¿Cómo lo hacía? Ni siquiera estaba usando un movimiento…
"Ummmmm… ¿Nos quedamos entonces?" Ari preguntó, mirando a Nimb, que seguía sin parecer seguro. Aún así, sentía que era más vergonzoso negarse que quedarse con la familia.
"Eh… V-vale…" Nimb dijo. Asunto arreglado. Esperaron en la sala de estar, hablando un rato, con Romi el Popplio estando también con ellos, hasta que alguien más llegó, aumentando la ansiedad de Nimb. Era un Floatzel, el padre de Cora. También se alegraba de conocer a los amigos de su hija, y era majo por lo general, pero Nimb no podía relajarse. Aún no. Podían hacerle daño en cualquier momento, pensó. Eventualmente, la comida fue servida, y los seis pokémon se reunieron en el comedor.
"Entonces ¿cuál es ese poder tan raro que Cora mencionó?" El padre preguntó, justo antes de abrir la boca de par en par para meterse toda la ensalada que pudo.
"Oh, eh… Puedo potenciar a quien quiera, incluso a mí mismo. Y empiezo a brillar cuando lo hago," Ari explicó por segunda vez en el día.
"Mmmhm ñam…" El padre siguió masticando. "Ya veo… ¿Así que es como danza aleteo pero con epilepsia? Jajajajaja!" El Floatzel se rió con fuerza, y todos se encogieron. Todos excepto Ari, que lo encontró entretenido.
"Sí… ¡Sí, jaja, es como mirar al culo de un Ampharos!" Ari rápidamente se arrepintió de mostrar su lado bromista, y el comedor quedó en silencio por un momento. Por suerte para él, Floatzel empezó a reir a carcajadas y se relajó.
"¡JAJAJAJAJAJA, EL CULO DE UN AMPHAROS, DICE!" Casi se ahoga, y Primarina tuvo que darle unas palmadas en la espalda mientras tosía con fuerza.
"¡Tranquilízate, Malik, que los vas a asustar!" Primarina dijo, mientras trataba de suprimir una risa.
"¡Oh, noooo, un compi de chistes malos para mi padre, mi mayor pesadilla!" Cora añadió, riendo también. Incluso Nimb sonrió ante eso un poco, pero Malik el Floatzel se dio cuenta y le dirigió la palabra.
"Hey, ¿y qué hay de ti? ¡Aún no te he oído abrir la boca!"
Nimb se puso tenso. No esperaba que se le preguntara nada, porque eso significaba que tenía que usar palabras, y para eso, tenía que hablar. Con gente. "Eh… Yo… P-pues…"
"Perdón, es que es muy tímido, necesita tiempo para acostumbrarse a alguien antes de hablar," Ari explicó, apoyando una pata en el hombro de su amigo.
Nimb se sorprendió cuando Primarina de repente le acarició la cabeza, tratando de tranquilizarle. "Awww, no te preocupes, ¡tómate tu tiempo!" Solo recuerda que nadie aquí te va a juzgar, solo queremos que estés cómodo," dijo en un tono dulce que solo una madre podría tener, y eso le hizo sonrojarse. Todos habían sido muy agradables con él ese día, lo cual se le hacía difícil de creer. La sensación de que alguien le podría traicionar seguía ahí, pero ese momento ayudó un poco.
"G-gracias…" Nimb consiguió decir, y todos sonrieron.
"Siempre que estoy nervioso cuando hablo con mucha gente," Romi el Popplio dijo, "me los imagino a todos mojados y es es tan gracioso que me siento mejor."
Ari le miró tras terminarse su ensalada. "¿Mojados? ¿Por qué?"
"¡Porque es muy fácil de ver! Sólo tengo que hacer esto," e hizo una demostración. De verdad. Un pistola agua dio de lleno a Ari en la cara, y se caló hasta los huesos.
"ROMI!" Su madre gritó, y su voz cariñosa se tornó en una enfadada. Parecía que podría sacar una chancla y tirársela en cualquier momento, a pesar de que no tenía pies. "¿Qué te he dicho de usar movimientos en otros pokémon?"
"... Ups," Romi dijo.
"No pasa nada, de verdad, jaja…" Ari sonrió incómodamente, mientras tosía para echar el agua que le había entrado.
"¡No, sí que pasa!" Se giró entonces a su hijo. "La próxima vez estarás castigado, ¿te queda claro?"
"Sí, perdón…"
"Traaaanqui, Galia. Voy a por una toalla…" Malik dijo, saliendo del comedor.
Tras el incidente, acabaron de comer y charlaron por un rato en la sala de estar. Malik jugó con Romi mientras tanto, para que no se aburriera y disparara mas agua en la cara de alguien. Galia la Primarina se alegraba de escuchar cómo les había ido el primer día de clase a Cora y Romi, al igual que su padre, que soltó alguna que otra broma. Ari se rió con todas.
"¿Así que por fin te vas a convertir en una investigadora de verdad, Cora?" Preguntó la Primarina.
"¡Síiii, o al menos eso espero!" Cora dijo.
"Pues claro que lo harás, ¡eres muy lista!" Malik añadió. "Lo llevas en la sangre, ¡jaja!"
"Cree en ti misma, Cora, eres muy buena en esto," dijo Galia, y se acercó a darle un abrazo a su hija. "Y recuerda que estamos muy orgullosos de ti."
"Awww, ¡gracias, mamá!" Le abrazó de vuelta, sonriendo ampliamente.
"¡Hey, recordad que yo también voy a convertirme en un gran explorador cuando crezca!" Romi levantó el pecho, tratando de parecer guay, pero solo se veía adorable. Ari no pudo evitar sonreir.
Malik frotó la cabeza de Romi con fuerza. "Pues claro, ¡vas a ser el mejor explorador del mundo!" Romi sonrió, mientras se encogía por la fuerza de las caricias en la cabeza.
Nimb simplemente observaba, sin decir nada, pero esta vez no era por ansiedad. Ari, por el otro lado, no sabía cómo sentirse. Cora se dio cuenta de que su sonrisa se desvaneció al ver las muestras de cariño de su familia. Tan pronto como los padres se fueron para encargarse de sus asuntos personales, Cora se dirigió a Ari.
"Hey, Ari, tengo curiosidad por tus padres, ¿cómo son?"
Eso pilló por sorpresa a Ari, que se puso algo tenso. "Ellos… Eh… Bueno, ¡son grandes exploradores! De hecho son muy famosos, al menos en mi ciudad natal. Son muy fuertes…"
"¡Ooooohhh, eso mola! ¡Ojalá conocerlos algún día!" Cora dijo con una sonrisa.
"Sí…" Ari apartó la mirada, tratando de ocultar su disgusto, pero Cora tenía mucho ojo y lo notó. Lo que no pudo notar, sin embargo, fue la expresión de Nimb. Pero eso no era importante ahora.
"Hey, ¿qué tal si vamos a dar un paseo? ¡Podríamos pasarlo bien en el pueblo!"
Ari y Nimb intercambiaron miradas; ninguno parecía estar en contra. "Vale, ¿por qué no?" Ari dijo.
Los tres se despidieron de la familia de Cora, con Ari agradeciendo su hospitalidad, y finalmente salieron. Una vez que Ari estaba lo suficientemente adelantado, Cora pilló a Nimb por banda y le habló en privado.
"¡Nimb! ¿Has visto su cara antes? Está claramente triste por algo," Cora dijo, recibiendo una mirada poco impresionada.
"Me he… dado cuenta, sí."
"Estaba tristísimo cuando le pregunté por sus padres, y la cosa empeoró cuando habló de ellos. Seguro que les echa de menos, o, o… ¡Tal vez sus padres siempre estaban ausentes por ser tan famosos, por lo que se sentiría solo!" Apretó los puños, o mas bien aletas, poniendo cara de determinación. "¡Debemos hacer que se sienta bienvenido aquí! ¡Debe saber que tiene una nueva familia aquí en Pueblo Bismuto y que siempre le apoyaremos!"
"E-eso… mola, supongo…" El Archen no sabía si emocionarse con la idea o sentirse decepcionado.
"¡Vamos, tenemos que hacerle feliz!" Y así, cogió carrerilla y alcanzó a Ari, dejando a un molesto Nimb detrás. Decidieron ir a la zona comercial, solo para echar un vistazo, y llevó un rato llegar hasta el lugar. Pueblo Bismuto no era tan grande, por lo que llevó una media hora recorrer todo el pueblo de este a oeste, pero se desviaban mucho porque Cora necesitaba enseñarle a Ari absolutamente todo lo que pudiera ser interesante en el pueblo. Ari insistió en que ya había visto la mayoría, pero ella estaba demasiado metida en el papel de guía turística.
La zona comercial estaba llena de pokémon, y Nimb se sentía ansioso otra vez, así que se pegó a Ari, agarrándole el brazo la mayor parte del tiempo. Preguntó si podían ir a algún otro sitio, pero Cora insistió en comprar algo a modo de souvenir. Miraron en varias tiendas, y Cora preguntaba sin parar a Ari si había algo que le llamara la atención, a lo que siempre decía que no.
"¿Por qué estamos… buscando un souvenir? ¿Y por qué para mí en concreto?" Ari preguntó, deteniéndose antes de que Cora pudiera entrar en otra tienda.
"Porque eres parte del pueblo ahora, ¡y necesitas algo que te lo recuerde!" Cora se detuvo justo cuando vio una tienda que le llamó la atención, y empezó a correr hacia ella. "Hey, mirad esta!"
Ari y Nimb corrieron para alcanzarla, aunque más despacio, porque estaban cansados a este punto. Delante de la Brionne había un puesto elegante con varias decoraciones de tela. Estaban vendiendo lazos, cintas, bandanas, pañuelos y bandas, de todos los tipos y colores. Había algunos normales que solo servían de adorno, pero también los había que aplicaban diferentes efectos en el portador, como los pañuelos meloc, o los lazos energía. Cora se acercó y sus ojos se detuvieron en una bandana roja con estrellas de seis puntas estampadas.
"¡Mira, es una bandana ferocidad! Potencia tus movimientos, ¡así que serías imparable si lo combinas con el poder de tus perlitas!"
"Eso mola y tal, pero no necesito ninguna bandana, en serio."
Cora frunció el ceño. "¿Por qué? Piensa en ello como un regalo… ¡de mi parte! Pensaba que te gustaría…"
"Y lo aprecio mucho, pero ya tengo dos pañuelos en mi mochila, los llevo conmigo todo el tiempo, así que si los necesitara me los podría poner en cualquier momento," Ari manoseó su bolsa, sin abrirla para no tener que ver los pañuelos.
"Entonces… ¿Por qué no los llevas puestos ahora?" Cora preguntó.
"Bueno, eso es porque…" Ari dudó. No quería hablar del tema, pero tampoco quería disgustarla. "Porque son pañuelos de exploradores, de los gremios en los que estuve. Y no siento que los merezca, soy débil y… un cobarde. Y el pañuelo amarillo es… No, da igual."
Cora suspiró; su plan no estaba funcionando. ¡Se supone que no debe estar triste! Tenía que arreglar eso como fuera. "Hey, eso no es verdad! Salvaste a mi hermano y luchaste contra ese Arbok, y ni siquiera dudaste, ¡así que por supuesto que mereces todos los pañuelos, eres tan buen explorador como investigador! ¡Eres un héroe!"
Ari se sonrojó. "Eh… Gracias, pero no es como si hubiera hecho eso yo solo…" Miró a Nimb, que estaba frunciendo el ceño. Ari se dio cuenta y se preocupó, pero antes de que pudiera preguntar, Cora actuó.
"Pero hiciste la mayor parte del trabajo, ¡deberías estar orgulloso!" Cora dijo, agarrando las patas del Riolu. Ari se alegró por un momento, pero de repente se sintió culpable. Algo de eso no se sentía justo…
Sin querer darle mas tiempo para pensar en cosas tristes, Cora continuó con el tour por el pueblo. Decidió visitar a una amiga suya, que tal vez podría ayudar. A esa hora del día, probablemente estaba trabajando en su lugar habitual, así que esa era la próxima parada. Llegaron a un edificio algo grande que parecía viejo, con muchas persianas además de la puerta principal. Conforme rodeaban el edificio, que resultó ser un almacén, vieron un par de Machoke llevando grandes paquetes, y una Seviper les estaba coordinando. Cora se acercó a ella.
"Heyyyyy Lyla!" Cora gritó, tan alegre como siempre.
Lyla la Seviper se giró y sonrió a su vieja amiga, y seguidamente mostró una sonrisa pícara. "¡Vaya vaya, pero si es mi pescado favorito! Jeje, es broma," dijo, y justo entonces miró a los otros dos. "¿Y quiénes son estos dos?" Nimb ya se estaba escondiendo detrás del Riolu.
"Estos son Ari y Nimb, son mis nuevos amigos y compañeros de clase!" Cora respondió por ellos.
"Hola, soy… Ari, como ya ha dicho ella. ¡Encantado!" Ari dijo, sonriendo algo tímidamente. Extendió la pata para un apretón de manos pero enseguida se dio cuenta de la tontería que acababa de hacer. Por suerte, antes de que bajara el brazo, Lyla envolvió su cola alrededor de la pata del Riolu y la movió con cuidado.
"Jaja, ¡encantada de conocerte también! Espero que tratéis a Cora como una reina, como se merece," se burló. Cora se rió y negó con la cabeza.
"Sí, jeje…" Ari dijo, mientras sus ojos se detenían en los pokémon que estaban llevando las cajas cerca de la serpiente. "Por cierto, ¿qué hacéis?"
La Seviper miró a los trabajadores. "Ah, ¿esto? Soy la proveedora principal de muchos de los objetos que se venden a instituciones como la Academia Gholdengo o algunos gremios de aquí y allá. ¿Los orbes que vais a usar en vuestras investigaciones? Los traigo yo. Pero como véis no tengo brazos y no puedo transportar las cajas por mí misma, así que coordino todo mientras esos tíos cargan con las cajas," dijo mientras señalaba a los Machoke. "La parte más dura es tener que viajar hasta la fábrica de orbes y el almacén principal de vez en cuando; están muy lejos, pero al menos tenemos un medio de transporte propio."
Lyla señaló al carro que había más allá, con un Bouffalant descansando delante de él. Probablemente era quien tiraba del carro.
"¡Wow, eso mola!" Ari dijo, con entusiasmo. "Así que viajas mucho, ¿no?"
"Sí, pero por suerte puedo pasar algo de tiempo libre aquí en Pueblo Bismuto," dijo Lyla, pero entonces su atención se dirigió a otra cosa. "Oye, te ves algo raro para ser un Riolu. ¿Qué te ha pasado?"
"Bueno-"
"TIENE PODERES FLIPANTES!" Cora interrumpió, y entonces pasó a explicarlo todo de nuevo, incluyendo la épica misión de rescate de hacía unos días. Lyla lo encontró bastante entretenido.
"Wow, eres de lo que no hay, ¡estoy impresionada! Sí que eres valiente, ¿no?"
"No, solo fue casualidad y tuve ayuda, no soy-"
"¡No puedes decir eso!" Cora interrumpió de nuevo. "Eres genial y no te permito que te sumas en la autocompasión, ¿vale?"
Ari quería quejarse, pero la presión de las palabras de Cora hizo que se mordiera la lengua.
"Está bien, déjale que se desahogue," Lyla la Seviper dijo, y Ari la miró. "Sé lo que se siente cuando quieres soltar toda la mierda pero no quieres preocupar a tus amigos. Yo también tengo mis inseguridades…"
Ari se vio reflejado en eso. Le hizo sentir un poco mejor, al saber que estaba bien ser negativo a veces, y que alguien más lo entendía.
"Pero oye," Lyla continuó, "si quieres hablar de cualquier cosa que te moleste, simplemente búscame y yo escucho. Puede que no sea la mejor con las palabras, pero estaré encantada de ayudar. Me podrás encontrar aquí la mayor parte del día, si no estoy tomando un descanso y dando una vuelta," dijo y sonrió a Ari.
Ari devolvió la sonrisa. "¡Gracias, lo aprecio mucho!" Nimb también parecía estar menos tenso que antes, y no se estaba escondiendo detrás de Ari, aunque aún no decía nada. Eso hizo que Lyla se fijara en él, sin embargo.
"Oye, ¿y qué hay de ti?"
Nimb se congeló, pero antes de que pudiera decir nada, Cora habló. "Es muy tímido y no le gusta hablar con gente nueva, pero no te preocupes, dale tiempo," entonces empezó a darse la vuelta. "Bueno, será mejor que vayamos tirando, es tarde. ¡Ha estado guay hablar contigo otra vez, Lyla!"
"Ah, claro, ¡cuidaos mucho! ¡Nos vemos pronto!"
El trio se despidió de Lyla y comenzaron la vuelta a casa. El Sol se estaba empezando a poner, y la mayoría de los pokémon del pueblo ya estaban en sus casas. A este punto, Maia ya debía haber vuelto a casa, o al menos eso esperaba Ari.
Mientras llegaban al barrio, Ari se fijó en que Nimb estaba algo apagado. El Riolu inclinó la cabeza de la preocupación. "Hey, Nimb, ¿te pasa algo? Estás más callado de lo habitual…"
Nimb dudó y miró a Cora, que también le miraba confusa. "Es que… Eh…"
"Si quieres, podemos hablarlo en privado," Ari sugirió.
"... No. Estoy harto de esto," Nimb dijo, algo que Ari y Cora no esperaban.
"¿Harto de qué?" Ari preguntó.
"De ser ignorado," Nimb empezó, mirando a la Brionne. "Sé que no hablo mucho, pero… Has estado obsesionada con hacer que Ari se sintiera bienvenido, pero ni siquiera pensaste en mí. Yo también tenía una familia, ¿sabes? No fue muy bien la cosa, pero aún así, no me encontraba bien, ¿pero para qué ibas a darte cuenta?"
Cora frunció el ceño. "Yo… ¿Cómo iba a saberlo? Apenas hablas… ¡Y cuando te preguntan algo siempre murmuras un par de palabras y dejas que Ari hable por ti!"
Ari se disgustó ante eso, sintiéndose culpable. Solo que Nimb enseguida rechazó ese punto de vista. "Al menos Ari siempre trata de animarme a hablar, y luego habla por mí cuando ve que no soy capaz. ¡Tú ni siquiera me has dado una oportunidad con Lyla! Te has rendido antes de que pudiera intentarlo…"
Cora se estremeció. El Archen era siempre muy callado e inseguro, ¿y cuando por fin se expresa con frases completas es para echarle la bronca? No se esperaba eso. ¿De verdad se pasó con su plan? ¿Se había centrado demasiado en Ari?
"Yo… Yo solo…" Cora tartamudeó. Se quedó callada por un momento hasta que suspiró. "Lo siento, supongo que ver a Ari triste me hizo centrarme mucho en eso y me olvidé de todo lo demás…"
Nimb apartó la mirada, frotándose el ala izquierda. "Sí… Eso has hecho."
"Agradezco que quisieras ayudarme," dijo Ari, apoyando la pata en el hombro de Cora. "Pero estoy bien, ya sé que no estoy solo y ya me siento mejor. La próxima vez podemos… Ponernos de acuerdo en algo que podamos disfrutar los tres, no solo yo."
"Tienes razón… Vale, lo tendré en cuenta. Espero que no estés enfadado conmigo, Nimb," Cora se rascó la cabeza algo avergonzada.
"Solo un poco, pero… se me pasará. Gracias por entenderlo," dijo Nimb, y miró al suelo, volviendo a su actitud tímida, pero menos ansiosa.
En ese momento, un búho preocupado se les acercó corriendo. "¡Ahí estáis!" Maia dijo. "Lo siento mucho, me olvidé de daros una llave!"
Ari se giró a ella con una expresión de sorpresa. "Ah, no pasa nada, estábamos dando una vuelta con Cora," dijo el Riolu. Cora saludó con la aleta enérgicamente, y Maia le saludó de vuelta, sonriendo.
"Bueno, me alegro de que tuvierais compañía al menos… Por cierto, ¿habéis comido hoy?"
"¡Les he invitado a comer con mi familia!" Cora respondió alegre.
"Sí, no te rayes, podemos cuidarnos solitos," Ari le aseguró. Se le hacía raro que fuera tan atenta con ellos, sabiendo que apenas se acababan de conocer hace un par de días.
Maia suspiró de alivio. "Menos mal… ¡Muchas gracias, Cora! Estás invitada a venir con nosotros cualquier otro día también," se ofreció, y Cora se alegró de oír eso. Ya pensaría más tarde en lo raro que era ir a casa de su profesora.
La noche se les echó encima, así que todos se fueron a sus respectivas casas. Ari, Nimb y Maia tuvieron una copiosa cena mientras hablaban de cómo les había ido el día. Ari se saltó la parte de Mylo el Toxtricity amenazando a otro pokémon en la academia, para no sonar muy prejuicioso. ¿Tal vez tenía una buena razón?
Tras acabar, Ari y Nimb se fueron a sus habitaciones y se tumbaron en sus respectivas camas. Era un pooco pronto para ellos, porque habían estado durmiéndose algo tarde antes de llegar a Pueblo Bismuto, así que hablaron por un rato.
"Mylo me da un poco de miedo, no voy a mentir," dijo Ari. "No quiero meterme en problemas, pero ese tío… ¿Y si es fácil ponerle de mala leche?"
Nimb lo pensó por un largo momento. No estaba seguro de cómo sentirse, después de todo era un potencial peligro para él, pero tenía otras cosas en mente. Se levantó y se acercó a Ari, sentándose junto a él en su cama.
"Yo también tengo miedo, pero… No quiero seguir siendo así," dijo Nimb.
"¿Así cómo?"
"Ya sabes… Asustadizo con todo, incapaz de hablar con la gente. Ser ignorado hoy ha resultado ser incluso peor que tener que hablar con la gente…"
Ari le sonrió. "Eso es porque estás hablando con pokémon majetes ahora… Y oye," Ari entonces le echó el brazo sobre los hombros. "Le has dado un buen discurso a Cora hoy, y sin tartamudear. Estás progresando un montón con tu ansiedad social, estoy muy orgulloso de ti."
Nimb se sonrojó. "Supongo… Gracias. Quiero seguir haciendo eso mañana en clase, o al menos intentarlo. Y gracias por… animarme a hacerlo. Es la única razón por la que he logrado llegar hasta aquí."
"Oh… No he hecho gran cosa, ha sido más cosa tuya," Ari dijo. Aún así no pudo evitar sonreir. "Pero, de todos modos, me alegra saber que te estoy ayudando."
Nimb no tardó mucho en quedarse dormido junto a Ari, y él decidió que no le importaba que su espacio personal fuera invadido una vez más.
Ari y Nimb caminaban junto a Cora y Romi por las calles de Pueblo Bismuto. El segundo día de clase iba a ser genial, o eso aseguraba Ari; ¡solo tenían que ser majos con todos y respetar su espacio! Todo iba a salir bien, sip.
Nimb estaba hablando mas de lo habitual, ahora que tenía mas confianza con Cora, incluso si Romi era demasiado a veces. El Popplio era agradable por lo menos, a pesar de que era muy energético y un poco molesto a ratos.
"N-no, no quiero jugar al pilla-pilla ahora," Nimb dijo por cuarta vez esa mañana, pero Romi ya había salido corriendo. Nadie salió tras él.
"¿Es así cada mañana?" Preguntó Ari.
"Depende del desayuno," contestó Cora. "Hoy hemos tomado mucho azúcar."
"Genial," Nimb dijo impasible. ¿Cómo es que Romi corría tan rápido si andaba dando saltitos? Nada tenía sentido ya.
Conforme se acercaban al patio frontal de la academia, encontraron muchos pokémon yendo y viniendo. Un Marowak fantasmagórico golpeando con su hueso a un Shinx algo molesto, una Floragato con una capa morada jugando con su yo-yó, un Joltik verdoso algo asustado escondiéndose de un Tandemaus algo siniestro, un Ambipom con pinta sospechosa paseando a solas, un Chespin con gafas hablando solo… Era interesante ver la variedad que se podía encontrar ahí.
"Oye, ¿te ha dado Maia una llave esta vez?" Nimb preguntó. "No quiero depender de Cora para poder comer a mediodía otra vez."
"¡Tranqui, tengo llave! Además…" Ari revisó su bolsa y sacó su monedero, soltando una gran cantidad de monedas sobre su pata. "No tenemos que preocuparnos por la comida, podría comprarnos algo si hace falta."
"No deberías enseñar toda esa pasta delante de tanta gente," Cora recomendó. "No es muy seguro."
"Ah, cierto." Ari guardó el dinero de vuelta. En un lugar como ese no le preocupaba mucho, de todos modos.
Cora se adelantó para llevar a Romi a su clase, y antes de que Ari y Nimb pudieran entrar al edificio, una presencia siniestra llamó su atención. Era Mylo, que solo les miraba fijamente, esta vez sin su habitual sonrisa siniestra. Parecía algo molesto, y eso daba más mal rollo que la sonrisa de por sí. Ari sintió un escalofrío, y rápidamente tomó el ala de Nimb y avanzó para evitar una confrontación. El Toxtricity no les haría nada si estaban en clase… ¿verdad?
Una vez todos estaban sentados, Maia llegó a la clase y se acercó a su mesa, empezando así la clase.
"Muy bien, antes de empezar me gustaría informaros de que mañana haremos un pequeño examen a modo de evaluación inicial."
"¿Cómo? ¿Un examen tan pronto? Pues nada…" Kyle se quejó.
"¡Será fácil para nosotros, jaja!" Asher dijo.
"Relajaos, es solo para ver cómo vais de conocimientos, para tener una idea general de vuestro nivel individual y adaptar las enseñanzas a cada uno para que todos tengáis las mismas oportunidades. O, bueno… oportunidades de oro, que ya sabéis que me hacen decirlo así…" Maia explicó, y los alumnos se tranquilizaron un poco.
"Entonces… Esto no va a afectar a la nota media, ¿no?" Ari preguntó.
Maia negó con la cabeza. "Claro que no, no os preocupéis." Tras acabar, se acercó a uno de sus cajones y sacó un par de bolsas de tela. Las levantó y enseñó a todos, que miraban con expresión confusa. "Vale, esto es lo que vamos a hacer hoy. En estas bolsas tengo unas cuantas semillas y esferas. ¿Qué sabéis sobre las esferas?"
Velia levantó la pata y fue la primera en hablar. "Esos objetos tienen diferentes efectos especiales en un radio específico alrededor del usuario. Solo pueden ser utilizados por profesionales como la policía, exploradores de gremios e investigadores."
Maia abrió una de las bolsas y asintió. "¡Correcto! Y eso significa que vosotros las podréis usar también. Por eso debéis conocerlas bien para evitar cualquier error. Como podéis ver," dijo mientras tomaba un par de esferas, "son algo difíciles de distinguir unas de otras, así que tendréis que memorizar su apariencia. Esta esfera brillante negra de aquí, por ejemplo, es una fugasfera. Probablemente la más útil de todas, ya que os puede sacar de situaciones peligrosas."
"¿Y si lo usara sin estar en peligro?" Cora preguntó.
"No funciona solamente cuando estás en peligro," Ari contribuyó a la lección. "Cuando activas una de esas, te lleva a un sitio específico que haya sido asignado antes. Por ejemplo, los que usaremos nosotros probablemente nos lleven a la academia o a algún lugar del pueblo. Puede reprogramarse, pero necesitas un ingeniero para eso. Ah, y son careras."
Todos miraron al Riolu con sorpresa. "Oh, tú eras explorador, ¿verdad, Ari?" Preguntó Maia.
"Sip, aún tengo mi placa de explorador, así que puedo usar esferas," Ari sonrió algo nervioso, frotándose la cabeza. Pudo escuchar un resoplido por parte de Sanah y su sonrisa se desvaneció, pero no tuvo el valor de girarse y preguntar qué pasaba.
"¡Woooow, eso mola, Ari!" Asher dijo. Velia, por el otro lado, observaba a Ari con ojos entrecerrados como si le estuviera analizando, lo cual era algo inquietante.
"¿Por qué quisiste convertirte en investigador si ya eres explorador? ¿No se supone que eso es más guay?" Preguntó Kyle el Scrafty, recibiendo una mirada nerviosa de Ari. "¿Por qué dejar atrás todo eso?"
"Pues… Eh…" Ari dudó. "Solo quería ver mundo tras haber estado atado al mismo gremio por mucho tiempo."
"Y sin embargo estás atado a este sitio ahora," continuó Kyle. ¡Era injusto, no tenía por qué exponer esos puntos perfectamente válidos! Por suerte para Ari, Maia intervino.
"Será mejor no interrogar mucho al pobre Ari, que tendrá sus razones. Estamos en clase ahora, así que vamos a seguir."
Hablaron de las esferas por otro rato, examinando muchas de ellas y hablando de sus características y usos. La clase se sumió en un caos cuando a Maia se le cayó una esfera y se activó por accidente, pero tuvieron suerte de que solo era una rapidosfera y nadie salió herido, aunque todos en la clase actuaran como si hubieran tomado demasiado azúcar, como Romi. Tras ello, era hora de hablar de semillas.
"Como ya sabéis," Maia explicó, "las semillas se encuentran fácilmente en la naturaleza, y pueden ser usadas por cualquiera, pero por eso también son peligrosas. Nunca sabes quién podría usarlas contra vosotros, así que tened cuidado." Había algo de disgusto en su tono, como si hubiera tenido una mala experiencia con eso. "Vale, ahora vamos a hacer una actividad de grupo, así que juntad las mesas con vuestros compañeros de equipo y lo explicaré todo."
Ahí estaba, lo inevitable. Nimb sintió escalofríos al pensar en la interacción social que tendría que soportar. Ari no se sentía mucho mejor, sobre todo por la mirada desagradable que recibió de la Zangoose y la sonrisa inquietante del Toxtricity. Juntaron las mesas en forma cuadrada y se sentaron incómodamente, excepto para Mylo, que no le importaba, y su presencia ominosa era la misma. Maia repartió unas cuantas semillas a cada equipo y volvió a su mesa.
"Vais a hablar con vuestros compañeros sobre las semillas que os he dado," dijo Maia. "Compartir lo que sabéis cada uno, las clasificaréis por los usos que creéis que tienen en función de la apariencia, y lo vais a escribir después. Cuando acabéis, lo comentaremos entre todos. Ah, y… No os las comáis, por favor."
Mylo tomó la primera semilla y la examinó. Era una semilla verde, con un círculo verde en la parte de abajo. "Hm."
Ari respiró hondo y decidió que era hora de hablar de verdad con esos dos. "E-esa es una semilla cura. Se sabe por su color verde, porque… Bueno, el verde siempre me hace pensar en la salud. Ehhh n-no sé si tiene mucho sentido pero lo veo así."
"Ugh, ¿cómo se supone que vamos a trabajar en grupo si nos dices la respuesta directamente?" Sanah se quejó. "Claro que lo vas a saber, eras un maldito explorador."
"Ehhhh ¡p-perdón! Tienes razón…"
Sanah tomó otra semilla y la miró por un momento. Esa era naranja con rayas y con forma de espiral. "Vale, esta debe ser una semilla susto."
"De hecho," Mylo intervino, "esa es una semilla torpeza. La usé una vez. Causa confusión."
A Ari le sorprendió la primera contribución del Toxtricity. "Sí, tiene razón."
Sanah gruñó y tomó otra semilla, una que parecía un cruasán con cuerdas moradas atadas. "¡Entonces esta es una semilla rapidez!"
"Ehhhh esa es… la semilla susto, petrifica a los enemigos," corrigió Ari. Entonces recibió una mirada asesina de la Zangoose que le hizo estremecerse. "Ehhh… Oye Nimb, ¿quieres probar?"
Nimb se tensó; no estaba listo para eso. Ari le dio una mirada tranquilizadora, y Nimb respiró hondo. Se había prometido que empezaría a hablar más. "V-vale…" Tomó una semilla rosa con algunas capas de pétalos y abrió el pico para hablar. Un sonido ahogado salió de su garganta, pero sintió la pata del Riolu en su espalda y recibió un pequeño impulso de valor. "E-esta es… Eh…" Respiró con fuerza. "Se ve como d-de ensueño… ¿Es una s-semilla sueño?"
Ari sonrió. "¡Sí, Nimb, a la primera! ¡Bien hecho!" Le miró con una sonrisa cálida y Nimb se sonrojó. ¡Por fin estaba hablando en clase! Ah, y adivinó lo de la semilla, eso también.
"Seguro que lo sabe porque se lo enseñaste antes. Qué bien sienta saber más que todo el mundo, ¿eh?" Sanah soltó, haciendo que Nimb perdiera ese impulso de valor.
"No le he enseñado nada… Pero, um, ¡podría enseñarte a ti! Si… si quieres, claro." Ari dijo, visiblemente nervioso.
"¿Te estás burlando de mí?" Dijo con otra mirada asesina.
"¡N-no! Va en serio, s-solo quiero ayudar…"
Mylo ignoró el follón y tomó otra semilla, una azul con forma de cono que tenía un anillo verde alrededor. "Esta parece… Como que tiene que ver con la posición del usuario. ¿Es una semilla pura?"
Ari le miró y poco a poco reunió la determinación para hablar. "Uhm, c-casi, es una semilla teletransporte, la semilla pura se ve parecida pero en amarillo, y con un brote saliendo de ella." Entonces recibió una mirada algo seria de Mylo, como si le estuviera estudiando, y Ari se estremeció.
"Y e-esa de ahí…" Nimb añadió. "Eh… ¿t-te teletransporta al azar?"
"¡Sí! En un radio de 500 metros, al menos. La semilla pura, sin embargo, te teletransporta más cerca del lugar al que quieres ir."
Sanah se veía mas molesta que antes cuando tomó una semilla cualquiera, una que parecía una nuez. "Vale, ¡esta tiene que ser una semilla bomba!"
"Esa es… una semilla común," Ari corrigió con voz temblorosa.
La Zangoose perdió la paciencia y tiró la semilla con rabia, a lo que recibió una mirada de preocupación de Ari. El Riolu se levantó y recogió la semilla común, y entonces tomó otra semilla naranja con un patrón parecido a una diana.
"Hey, no pasa nada, podemos pensarlo juntos con esta, mira, tiene-"
"¡Cállate!" Sanah dio un zarpazo al aire enfrente de Ari para que no se le acercara, lo que hizo que se asustara y tirara la semilla por accidente. Un resplandor bañó la clase, haciendo que todo el mundo se girara hacia el origen de la luz, sorprendidos. La semilla había impactado en la cara de Mylo, y se estaba cubriendo los ojos, dolorido. Eso era una semilla ceguera.
"¡AAAAAHHH, PERDÓN, PERDÓN, LO SIENTO MUCHO! ¡No quería tirarla así, ha sido un reflejo y…!"
Maia se acercó. "¿Estás bien, Mylo? Por suerte los efectos solo duran un par de minutos." Entonces se giró a Ari. "Tienes que tener mas cuidado, podría haber sido una semilla bomba y eso habría acabado mucho peor."
Ari agachó la cabeza. "Sí, lo siento…"
Esperaron un poco a que se pasaran los efectos de la semilla y empezaron a discutir los resultados con el resto de la clase, guiados por Maia. El aire se sentía mas tenso que antes, tras todo lo ocurrido, y cuando la clase acabó el primero en salir fue Mylo, pero no sin pasar junto a Ari antes.
"Te espero en la entrada de la academia," Mylo dijo, con una expresión más sombría que antes. Ari y Nimb se congelaron, sabiendo el significado de eso. Sip, estaban más que muertos. No parecía muy contento con el incidente de la semilla ceguera. Mylo se fue y los dos amigos se miraron el uno al otro con expresión de terror.
"¿Q-qué vamos a hacer ahora?" Dijo Nimb.
"No… no lo sé…" Ari dijo. "Está enfadado conmigo, no tienes que acompañarme."
"P-pero quiero ir contigo, me dan miedo todos los demás…"
Ari suspiró. Iba a meter a Nimb en problemas y eso no le iba a hacer sentir mejor. A no ser… "Vale, debe haber otra salida aparte de la entrada principal, como una puerta de atrás. Solo tenemos que ir por ahí y mirar con cuidado, tal vez así no nos encuentre," dijo Ari.
Nimb pensó en ello. ¿Era seguro hacer eso? De cualquier manera, si iba con Ari estaría bien, pensó. Nimb asintió y se levantó. Caminaron hasta el pasillo, buscando una salida alternativa, y eventualmente encontraron lo que buscaban. Era una puerta algo mas pequeña que la entrada principal, y estaba bien escondida, en la parte mas profunda del edificio. La abrieron y encontraron su libertad.
El patio trasero no estaba muy bien mantenido, con una hierba muy alta y flores marchitas aquí y allá. Ignoraron eso por ahora, y procedieron a rodear el edificio. Nimb agarró el brazo a Ari y caminó a su lado, mirando alrededor con cuidado. Mylo no estaba cerca, por suerte. Cuando estaban a punto de doblar la esquina antes de llegar a la parte delantera del edificio, un pokémon apareció delante de ellos, cortando el paso.
"¡Aquí estabas, te estaba buscando!" Era un Ambipom. Nimb usó a Ari de escudo, sin pensárselo dos veces.
"¿Qué… quieres de mí?" Preguntó Ari.
El Ambipom se acercó lentamente, con una sonrisa inocente. "Nada, solo estaba deseando conocer a un Riolu tan especial, con ese aspecto curioso que tienes."
Ari se relajó. Parecía amable, al menos. "Oh… ¿Gracias, supongo? No soy tan especial…"
Antes de que pudiera reaccionar, las colas de Ambipom agarraron a Ari y a Nimb y les empujaron contra la pared del edificio. El aire se les escapó de los pulmones y Ari rápidamente trató de generar una esfera aural con su brazo libre, pero desafortunadamente, Ambipom aún tenía las manos libres, y agarró el brazo de Ari antes de que pudiera hacer nada.
"¿Q-qué…? ¡Déjanos en paz!" Ari gritó. Nimb solo pudo temblar de miedo, tratando de zafarse.
"Vale, os dejaré en paz, pero primero… Tienes algo bastante útil ahí."
"¿Mis perlas?"
"... ¡No, idiota! ¡Tu dinero!"
Ari se estremeció. "Oh… Así que viste eso."
Ambipom se rió y empezó a rebuscar en la bolsa de Ari. "Sí, eres muy tonto, ¿sabes? Enseñando todo ese dineral en público, si es que a quién se le ocurre…"
Antes de que pudiera encontrar el dinero, Ari empezó a brillar en su tono rojizo especial, y de repente atacó, empujando a Ambipom y liberándose a él y a Nimb. Ari agarró el ala de Nimb y trató de huir, pero Ambipom era más rápido y bloqueó el camino.
"¡Te vas a arrepentir de eso!" Ambipom dijo, y atacó con un doble bofetón. Nimb se quedó de piedra del miedo, pero Ari le envolvió con un brazo y extendió el otro, formando una barrera protectora. El ataque no les hizo daño, pero el segundo golpe casi rompe la barrera.
Entonces, de la nada, un cuarto pokémon entró en escena. Ari se quedó boquiabierto al ver que era Mylo el Toxtricity, quien les miraba con ojos endiablados. Ambipom le miró también. Ya está, seguramente eran socios criminales, y estaban a punto de recibir una paliza.
Entonces, Mylo se movió.
Ari abrazó a Nimb y cerró los ojos, preparándose para lo peor. Escuchó un golpe, pero… no sintió nada. Ambos abrieron los ojos lentamente, y lo que vieron… fue a Mylo presionando al Ambipom contra la pared.
"Como me vuelva a enterar de que les has puesto la manaza encima… Estás muerto." Iba en serio. Su tono era tan siniestro como siempre, pero había algo más que lo hacía diferente: pura ira.
Ambipom se veía aterrorizado. Tan pronto como Mylo le soltó, el atracador salió corriendo, dejando a los tres atrás. Ari y Nimb no se esperaban eso.
"Pero… Eh… ¿Qué…?" Ari tartamudeó.
"Os dije que os esperaba en la entrada por algo. Vi a ese tío mirándoos raro, y conozco bien su historial de ladrón. Deberíais haberme escuchado."
Ari estaba sin palabras. "Lo… lo siento…"
Mylo esbozó una sonrisa inquietante, pero al menos esta era la habitual. "Heh, está bien, al menos no estáis heridos. Tened cuidado la próxima vez." El Toxtricity amarillo se giró y empezó a alejarse. Nimb había dejado de temblar, y se dio cuenta de que ya no miraba a Mylo con los mismos ojos.
"¡Espera!" Ari dijo, antes de que Mylo pudiera cruzar la esquina, y éste se giró. "Es solo que… Bueno… Gracias, Mylo," dijo el Riolu, y esa fue la primera vez que le sonrió de forma genuina.
"... Heh, no hay de qué," Mylo sonrió de vuelta. Esta vez se veía menos siniestro de lo habitual. ¿O tal vez le veían de forma distinta?
Ari y Nimb se tomaron un momento para recuperarse del susto y retomaron la marcha hacia la casa de Maia, ahora más calmados. Saber que su compañero de equipo les cubría las espaldas era bastante tranquilizador, y ahora su principal miedo se había convertido en un alivio.
Ahora que tenían la llave Ari y Nimb entraron en la cabaña de Maia y descansaron. Habían pasado muchas cosas ese día y había sido muy estresante. Tras una hora, Maia llegó a casa, y comieron juntos mientras contaban el evento reciente.
"¡Y entonces Mylo apareció de la nada y le hizo cagarse de miedo!" Ari contó.
"Esa boca, Ari," Maia dijo.
"Uhm, perdón. Pero eso, que tenías razón sobre él, en realidad es majo, solo que da mal rollo a veces."
"Ya veo. ¡Me alegro mucho de que por fin os llevéis bien con vuestro compañero!"
"¡Sí, y yo!" Ari dijo, pero su sonrisa entonces se desvaneció. "Bueno…"
"Sanah aún nos odia…" Nimb continuó por él. Ari asintió, pero en el fondo sabía que la mayor parte del odio de esa Zangoose iba dirigido a él, no a Nimb.
"No os preocupéis, id paso a paso. Intentad hablar con ella, tal vez hay algo que no sabéis sobre ella que os ayudará a entenderla mejor."
"Eso espero…" Ari dijo, aunque no estaba tan seguro. Sanah era desagradable, y sin motivo. Ellos siempre la trataban bien, ¡no era justo! Al menos al día siguiente podrían ir a clase sin temer por sus vidas, que ya es algo. Su equipo era algo disfuncional, pero ya se apañarían.
No había por qué preocuparse.
Al día siguiente, todos se sentaron en sus pupitres y el examen empezó. Era una prueba simple, no se estaban jugando la nota, así que no importaba. ¿Verdad?
Ari empezó a escribir enseguida, Nimb se tomó un momento para pensar sus respuestas, Mylo manoseó su lápiz un poco antes de empezar a escribir, y Sana ojeó su folio y leyó con cuidado. Apartó la mirada. Luego miró otra vez, leyendolo todo desde el principio. Y luego otra vez. Agarró el lápiz y lo apretó contra el papel.
Tenía que hacer esto.