Chapter Text
"Marcos", dijo Agustín, cerrando la puerta.
Marcos no levantó la vista de su computadora. "Ahora no. Estoy ocupado y vos sos... sos demasiada distracción".
Agustín sonrió. "Distracción, ¿eh?"
Marcos le lanzó una mirada, pero fue poco entusiasta como mucho.
"¡Vamos, decime ya!"
"Sin tratamientos especiales", dijo Marcos. "Vas a conocer tu nota cuando todos los demás lo hagan. Mañana."
Apoyándose contra la puerta, Agustín se mordió el labio. "¿Desaprobé?"
No estaba seguro. Marcos lo había ayudado mucho últimamente, explicándole muchas de las cosas que Agustín se había perdido al inicio del semestre. Agustín había pensado que su comprensión de la materia había mejorado y que lo había hecho bastante bien en el examen, pero ahora, mirando a la cara sombría de Marcos, ya no estaba seguro.
"No," dijo Marcos. "No fallaste." Agustín exhaló.
"Entonces, ¿qué me saqué? Una C, ¿verdad?"
Marcos frunció los labios. "Obtuviste una B."
La boca de Agustín se abrió. "¿De Verdad? Espera, ¿vos no-"
"No, yo no te doy ningún tratamiento especial", dijo Marcos, su tono un tanto a la defensiva. "Hiciste un buen trabajo. No sos poco inteligente. Si realmente te molestaras en asistir a clases, no habrías tenido ningún problema en absoluto"
Agustín sonrió, sintiéndose estúpidamente cálido y mareado. Dio un paso hacia el escritorio, pero Marcos espetó: "No lo hagas."
"¿Por qué?"
Marcos fijó sus ojos en la pantalla delante de él, con la mandíbula apretada. "Te lo dije. Sos una distracción. Tengo que trabajar."
Agustín no quería irse. Quería abrazarlo. Quería darle un beso. Quería celebrar con él. "Pero-"
Marcos suspiró entre dientes. "Bien. Vení aca y besame. Un beso. Después te vas".
Agustín fue allí y lo besó.
Y lo besó de nuevo.
Y otra vez.
Y una vez más.
Cuando Agustín abrió los ojos a la mañana siguiente, encontró a Marcos observándolo.
"Buenos días," Agustín murmuró, sus rostros a sólo pulgadas de distancia en la almohada. Se sentía insoportablemente íntimo. "¿Dormiste bien?"
"No, no lo hice", dijo Marcos, su pesada mano sobre la espalda de Agustín. "Tú cama es terrible. Casi me caigo dos veces".
Agustín sonrió perezosamente. "Nadie te está obligando a dormir aca."
Marcos dibujó sus labios en una fina línea y desvió la mirada por un momento antes de mirarlo de nuevo.
"Sería mucho más conveniente si utilizáramos la cama en mi casa"
Agustín parpadeó. "Vos sabes que no puedo dejar a las nenas solas."
"Tengo una habitación libre para ellas."
Agustín se le quedó mirando. "¿Me estás pidiendo que me mude con vos?"
La cara de Marcos no mostraba nada. "Sería conveniente."
"¿Conveniente?"
"Sí, conveniente."
Presionando los labios juntos para evitar reír, Agustín asintió solemnemente. "Muy conveniente."
"Cállate, Guardis," dijo Marcos. Agustín sonrió lentamente y enroscó los brazos alrededor de su cuello. Se miraron el uno al otro a los ojos durante un largo rato, y Agustín sintió algo apretando en su pecho.
"También te amo, Marcos." dijo suavemente
Marcos se lo quedó mirando durante lo que pareció una eternidad antes de que dijera, un poco sin aliento, "Sí."
Agustín rió. "Está bien, vamos a tener que trabajar en eso-"
Marcos le cerró la boca con un beso.