Actions

Work Header

War Of Hearts

Chapter 2: Storm at home ; a sister's envy

Chapter Text

Cuando los preparativos para su partida habían comenzado el ambiente en Bastión de tormentas se volvió tenso, sobre todo entre ella y su hermana mayor. Cassandra no estaba para nada contenta con la noticia de su compromiso con el príncipe Aemond, tomó una actitud extremadamente pesada contra ella, intentaba ignorarla la mayor parte del tiempo pero era difícil.

La última discusión que tuvieron no acabó para nada bien, por primera vez llegaron a la agresión física, un límite que nunca antes habían cruzado. Durante una lección de tejido Cassandra y Maris comenzaron a molestarla de nuevo, Floris les advirtió que no era el lugar ni el momento adecuado y las dos mayores simplemente se burlaron de ella diciéndole que sí seguía así algún día sería una "zorra de calidad" al igual que Cerys.

Ese comentario fue suficiente para hacer que Cerys se pusiera de pie y caminara hasta quedar frente a su hermana y voltearle el rostro de una bofetada, los ligeros sollozos de Cassandra comenzaron a escucharse entre el reinante silencio que llenó la habitación después de aquel golpe. Maris salió corriendo de la habitación, probablemente a contarle a su madre lo que había pasado, no podría mentir en esa ocasión, había tres testigos que no podían mentir con respecto a lo que había pasado.

— Eres mi hermana, Cassandra. — Su tono de voz demostraba enfado. — Pero te juro por los dioses que si vuelves a decir otra estupidez así te arrancaré la lengua ¿Lo entiendes?

Con una mano cubriendo su mejilla roja e hinchada debido al golpe, Cassandra se giró a verla, ni siquiera las visibles lágrimas que bajaban por su rostro lograron generar lástima en Cerys. Ya no iba a soportar sus abusos o los de Maris y tampoco iba a dejar que sus hermanas menores se convirtieran en sus próximas víctimas.

Las puertas volvieron a abrirse, sus padres y Maris acababan de entrar, ella parecía tener una expresión de victoria impregnada en el rostro y por otro lado sus padres parecían realmente sorprendidos. Intentando manipular la situación a su favor Maris corrió hacia Cassandra y la abrazó fuertemente tratando de consolarla.

— ¡Te lo dije padre, Cerys se volvió completamente loca! — Gritó en un tono de desesperación la segunda de las hijas, siguiéndole el juego a su hermana Cassandra se recostó contra su hombro y comenzó a llorar de nuevo. — ¡Pobre Cass, tan sólo mira cómo le dejó la mejilla!

Lord Borros intercambió una mirada con su esposa antes de mirar hacia sus otras dos hijas menores sentadas junto a una de sus damas de compañía, caminó hasta quedar junto a Cerys y sin mirarla a ella se dirigió a sus dos hijas mayores.

— Las quiero a las dos en sus aposentos y no saldrán de ahí hasta que yo lo ordene. — Ambas lo miraban con sorpresa, Maris abrió la boca para decir algo pero se detuvo, lastimosamente Cassandra no fue tan sensata como ella. — ¡Padre! ¿Dejarás que Cerys quede impune? ¡Debes reprenderla a ella también!

— ¡Cassandra! — La voz de su madre silenció las rabietas de su hermana, se veía notablemente molesta con la actitud que ambas mostraban. — Obedece a tu padre y deja ya de mentir ¿Realmente pensaron que confiaríamos ciegamente en su versión de la historia? Floris, Ellyn y Lady Alira seguramente nos dirán que fue lo que realmente desencadenó todo esto.

Derrotada ante la amenaza de que los testigos delatarían su mentira, Cassandra evitó decir alguna otra cosa y permaneció en silencio. Cerys que había evitado decir palabra alguna cuando sus padres se vieron involucrados miraba a sus hermanas con cierto pesar ¿Cuándo habían dejado de quererla? ¿Cuándo y porqué habían comenzado a odiarla? No se percató de la solitaria lágrima que bajó por su mejilla hasta que su madre la limpió delicadamente, tampoco se dio cuenta de en qué momento ella había caminado hasta quedar junto a ella.

Ella le sonrió suavemente y Cerys intentó devolverle el gesto, pero se sentía abrumada por la situación, esa pequeña parte dentro de ella que aún tenía esperanzas de que su relación con sus hermanas volviera a ser como antes finalmente murió ese día. Pudo ver de reojo como Maris le decía algo a Cassandra en voz baja y la mayor sonrió con burla después.

— No es una sorpresa para nadie, siempre ha sido la favorita de nuestro padre. — Respondió en un tono que fue perfectamente audible para el resto de personas que aún permanecían dentro de la habitación.

Su padre la miró con irritación mientras que su madre la reprendió con la mirada, Maris apretó el brazo de Cassandra, instándola a que dejara de hablar o su padre se enfadaría aún más.

— Vayan a sus habitaciones y hagan lo que les dije, de lo contrario tendré que encerrarlas. — Ambas obedecieron a regañadientes las órdenes de su padre y salieron de aquella habitación.

Recibió una última mirada de su padre antes de que éste también abandonara dicho lugar. Ellyn corrió hasta su madre y se aferró a ella, Elenda acarició suavemente la cabeza de su hija menor intentando tranquilizarla, Cerys volvió a sentarse junto a Floris y ésta colocó una de sus manos sobre la suya, era su manera de mostrarle apoyo.

— Continúen con lo que estaba haciendo, niñas.— Pidió en un tono tranquilo, la más pequeña volvió a su lugar y continuó su actividad en donde la había dejado, lo mismo hizo Floris quien rápidamente asesoró a su hermana y le mostró cómo hacerlo correctamente.

Después de aquel incidente el día permaneció generalmente tranquilo, cuando su tiempo de tejido se dio por terminado Cerys pasó un rato agradable con sus hermanas menores charlando sobre cosas triviales. Fue una sorpresa que poco tiempo después Royce, su único hermano varón y heredero de su padre, apareciera para pasar un rato con ellas.

Ellyn no perdió el tiempo y rápidamente le contó con lujo de detalles todo lo sucedido a su hermano, la diferencia de edad entre ambos era de apenas un año, así que siempre fueron muy unidos. El muchacho parecía sumamente ofendido por lo que Cassandra y Maris habían hecho.

— Cassandra finalmente se volvió loca. — Ellyn no pudo evitar reírse al escucharlo. — No te preocupes hermana, ella sólo está celosa.

— Ella siempre lo ha estado. — Agregó Floris, integrándose a la conversación por primera vez. — Si pusiera esfuerzo en sus lecciones probablemente habría tenido oportunidad de conseguir una alianza tan buena como la de Cerys.

— Que los dioses se apiaden de esos pobres Lords que algún día serán sus esposos. — Respondió Ellyn en un tono burlón, aquellas palabras lograron sacar una risa genuina de sus hermanos.

Aquella noche durante la cena tanto Cassandra como Maris permanecieron recluidas en sus aposentos, cenaron en la soledad de sus respectivas habitaciones mientras el resto de la familia convivía y cenaba tranquilamente. Una vez que la cena se dio por terminada todos estaban listos para irse a dormir, Elenda despidió a sus hijos y se dispuso a ir a los aposentos que compartía con su esposo.

Cuando ella entró a la habitación él ya se encontraba ahí, pero parecía estar muy concentrado leyendo lo que parecía ser una carta. Cambió sus ropas a un camisón más cómodo y se deshizo del peinado que llevó durante el día, sus oscuros mechones cayeron libres sobre su espalda.

Se metió a la cama y esperó pacientemente a que su esposo hiciera lo mismo, al notar como la mirada de su esposa estaba puesta sobre él y entendiendo el mensaje dejó todo lo que estaba haciendo y caminó hasta la cama para sentarse en la orilla y comenzar a deshacerse de su calzado.

El silencio en la habitación era demasiado palpable, para Elenda las acciones de su esposo tenían justificación, hasta cierto punto. Odiaba que hubiera resentimiento entre sus hijas debido a la decisión que habían tomado, sin embargo, las palabras de su hija primogénita permanecían grabadas en su mente.

"No es una sorpresa para nadie, siempre ha sido la favorita de nuestro padre"

— Sobre lo que Cassandra dijo. — Borros fijó sus azules ojos en la figura de su esposa, sentada en la cama junto a él. — Ella mencionó que Cerys es tu hija favorita ¿Es eso cierto?

Se mantuvo en silencio durante algunos instantes mientras pensaba cómo responder a aquella pregunta. Cerys siempre había sido diferente al resto de sus hijos, desde la infancia sus intereses fueron los libros, repletos de historias y poesías, actividades que el resto de sus hijos buscaba evitar al encontrarlas completamente aburridas.

— ¿Sería eso algo malo? — Su tono era tranquilo, terminó de meterse a la cama y suspiró con cansancio. — Sabes tan bien como yo que Cerys es la única que puede hacer funcionar ese compromiso, si yo fuese el rey y enviaran a Cassandra como una opción matrimonial para mi hijo, un príncipe del reino, la devolvería a sus padres.

— Por los dioses, Borros. — No esperaba que su esposo se expresara así de su hija. — Cassandra nunca ha sido fácil de manejar, pero sigue siendo nuestra hija.

— Es precisamente por eso que lo digo. — Su tono de voz seguía siendo uno lleno de cansancio y resignación. — Hemos pasado por alto muchas de sus actitudes y hoy vimos las consecuencias, habla tonterías de su hermana menor que podrían perjudicarla a futuro ¿Y todo debido a qué? A la gran envidia que le tiene.

Tenía razón, sabía que su esposo tenía razón. Las palabras que Cassandra soltó contra Cerys pudieron haber escalado a algo más serio, con su tercera hija prometida a un príncipe la reputación era indispensable, cualquier rumor vil podría darle fin a dicha alianza.

— Dejemos ésta conversación para mañana ¿De acuerdo? — Se acostó dandole la espalda a su esposa y se dispuso a dormir, pasados unos segundos su esposa lo imitó y finalmente ambos quedaron profundamente dormidos.

 

𓈈

— ¿Y porqué no? Dame una buena razón. — Aemond la observó con incredulidad. — Vaella la sola idea es completamente ridícula, no iré contigo y con Aegon a la calle de la seda.

La princesa más joven hizo una mueca y se dejó caer derrotada sobre la cama de su hermano. Había ingresado a los aposentos de Aemond usando los pasadizos secretos que se encontraban dentro de la Fortaleza, él nunca aceptaba acompañarlos en sus aventuras por las calles de Desembarco del Rey.

El príncipe tuerto vio con frustración como su hermana permanecía dentro de sus aposentos pese a que acababa de rechazar su propuesta de escabullirse a las calles de mala muerte que ella y Aegon frecuentaban. Vaella era tranquila, pero había ocasiones en las que secundaba las locuras de Aegon y eso preocupaba a su madre.

— Vete a dormir Vaella. — La platinada se incorporó sentándose en su cama y lo miró con una expresión aburrida. — Hablo en serio.

Con notable fastidio la princesa finalmente se puso de pie y caminó hasta el pasadizo por el que había entrado, empujó en el lugar correcto y éste se volvió a abrir.

— Me debes una carrera. — Le dijo cuando se giró a verlo por última vez, Aemond sonrió al ver que se había ido. — Tramposa. — Vhagar era más grande que Silverwing, pero definitivamente no más rápida.

Para su desgracia, notó como Aegon y Vaella se habían vuelto más entrometidos en su vida, más específicamente en su compromiso y próximo matrimonio. Él volvió a los entrenamientos simplemente para intentar sacarle más información sobre su prometida y ella lo seguía a todos lados dentro de la Fortaleza, desde la biblioteca hasta cuando salía a montar a Vhagar.

La verdad es que tanto sus hermanos como él sabían lo mismo respecto a su prometida, que era una Baratheon. Absolutamente todo lo demás eran un misterio, uno que se esclarecería una vez que ella llegara a Desembarco del Rey, cosa que no tardaría mucho en suceder.

A palabras de su madre, ella estaría llegando en los próximos días. La boda sucedería casi inmediatamente después ya que estaba prevista a celebrarse a mediados de la primavera y no faltaba mucho.

Notes:

¡holi! también empezaré a subir todas mis historias a esta plataforma, espero que la disfruten.