Chapter Text
Un café humeante.
Dulce con toques de vainilla.
La situación de hace unos momentos me alteró.
Tan pronto me había adentrado al salón de clases, recibí miradas curiosas de mis alumnos y por parte de la pelirroja también.
Quizás los niños no le tomaron demasiada importancia a la razón de mi ausencia, pero a la Alfa si le hacía ruido en la cabeza y con su mirada me lo decía todo. Sonido de forma ligera, seguro a la hora de la comida no se contendría para hacer ninguna pregunta respecto al tema.
Por el momento solo dejo un café en la mesa, era para mí.
Se marchó a dar su siguiente clase, luego de una despedida corta.
Debía mantenerme enfocado, aún faltaban varias horas para que sea momento de irme.
Demencia ante lo sucedido.
Con una sonrisa en la cara siguió impartiendo las clases a continuación, la voz no estaba nada contenta respecto con lo que sufrió Ellie, quería encontrar a quienes le habían hecho eso.
En mi mente analizaba a los posibles sospechosos, algunos niños que han tenido problemas en el pasado, no sé si pensar también en algunos profesores.
Tal vez pueda preguntarle a Ellie cuándo se siente mejor, es importante prevenir que esto vuelva a ocurrir, no quiero imaginarla de nuevo en una situación así.
A penas esa imagen llega a mi mente de nueva cuenta, siento una presión en el pecho.
¿Quién podría decirle eso?
He estado observando a la pequeña de ojos azules durante el último tiempo, para monitorear su progreso, es bastante amable, respetuosa y amigable con los demás.
Cada quien puede venir a hablar conmigo para contarme cualquier cosa; cómo estuvo su día, si la escuela le está gustando o si me puedo quedar junto a ella en la salida por qué le da miedo quedarse sola mientras espera a su padre.
Lo último debió haber pasado dos veces al sumo —sin contar su primer día de clases—, el señor Wilson, antes de que la niña ingrese al instituto, le informó que llegaría un poco tarde a buscarla, además de volver a aclarar que no se debe ir con nadie más. No debe demorarse mucho, quizás unos 10 o 20 minutos, pero igualmente prefiero acompañar a la cachorra, nunca se sabe quién puede estar rondando.
Eso me recordó algo, quiero tener una charla con el señor Wilson.
Se que me podría meter en problemas por ello, pero es algo necesario; Debo averiguar si Eleanor tiene madre o no, quizás es un tema complicado y por eso no lo han mencionado, sin embargo, cómo su maestro me preocupa la salud de la pequeña y su entorno.
Cada segundo que pienso en ello mi cabeza duele más, voy a tener tiempo para planear qué decir e intentar sonar cómo un profesional y no cómo un metiche.
La pequeña seguramente no asistirá al menos dos días, así que debo asegurarme de apartarle su tarea correspondiente.
Hacen un sorbo ligero al café, no es amargo, es dulce y reconfortante.
Algo en mi interior dice que he olfateado este olor antes.
Seguramente es la falta de sueño y el estrés haciendo de las suyas en mi sistema.
Me vuelvo a levantar de mí lugar, hace un rato dejé la pequeña actividad de hoy, más tarde la corregiré. En estos instantes los niños practicarán su lectura, son bastantes buenos y estoy seguro que no se les dificultara.
Los hice elegir lo que leerán hoy, han dicho que será ‘El Gato con Botas’.
El libro me trae recuerdos lindos, de niño lo adoraba y me encantaba escuchar a mí tía leerlo antes de irme a dormir.
Siempre creí que le podría leer el cuento con el mismo entusiasmo a mis hijos.
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Masticaba la fría ensalada.
No era agradable al paladar, pero quería evitar a toda costa una conversación.
Mary Jane tenía sus ojos puestos en mí, con un ceño fruncido, le debía explicaciones.
“Deberias empezar a hablar” Pinchó con su tenedor alguna verdura de mí comida
“No sabría por dónde empeza” Le respondí suavemente. Su entrecejo se relajo.
“En todos los años que has trabajo aquí, me pediste ayuda una sola vez…” Suspiró “Hasta ahora.”
“Prefiero no involucrarte mucho, hay cosas que ni siquiera yo sé” Levanté la mirada del plato ”Solo debes saber que uno de los niños no va a venir durante unos días.”
“Creo saber cuál de todos” Siguió comiendo ”Fue Eleanor, la recién ingresada. Sólo te pones así cuando uno de tus niños sufre, además, ella no estaba en el salón.”
Asentí ante su suposición, no me iba a esforzar en ocultar algo que ya descubrió. En vez de eso, podría pedirle ayuda respecto a la charla que debo tener con el señor Wilson mañana.
Usualmente los Alfas suelen ser reservados en estos temas, ya que se sienten invadidos; por eso debo ser cuidadoso, no quiero tener que aguantar la estupidez innecesaria.
“Tambien debo hablar con el señor Wilson respecto a ciertos temas”
“Tal vez no sea prudente pedirle una cita al padre de una de tus alumnos” Al oir eso me atragante. “Aunque harían linda pareja”
“No digas estupideces Mary Jane” Me respondió con una estruendosa risa, de seguro estoy con los cachetes rojos.
“¡Oh, vamos! Ahora me vas a decir que no se te hace atractivo”
No respondí más nada, quería terminar mí comida. Mañana voy a tener que improvisar.
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Movía mi pie de arriba a abajo.
Esperando paciente.
Tarareaba la letra de alguna canción pegajosa que había oído por ahí.
He estado algo ansioso por esto, ayer por la tarde le solicite por mensaje al Sr. Wilson que viniera a la escuela cuando tuviera un rato libre, debía hablar con él respecto a temas importantes.
Usualmente no soy de escribir a los padres por privado ya que puede ser mal interpretado por ellos o sus parejas.
El rubio fue algo tajante con su respuesta, me ha dicho que hoy a la hora de la salida vendrá. Intento de no impacientarme, pero los nervios poco a poco me consumen
Cuando el rugir de un motor llega a mis oídos, dirigí la mirada hacia donde provenía. Wade está caminando en mí dirección con su cabello desordenado por el viento fresco que corría.
Imponente se posicionó frente mío, sonriendo de lado, dejando a la vista sus afiliados colmillos. Ante esto solo alze una ceja confundido demostrando una expresión sin gracia.
“Le agradezco que haya venido” Extendí mí mano para saludarlo
“No tiene por qué, es mí deber” Correspondió el gesto “Ahora cuénteme de qué trata”
Iba a empezar cuando el viento se volvió más fuerte y frío, haciéndome tiritar, al salir de casa me traje abrigo ligero. Él lo notó.
“¿No prefieres ir a un lugar más cálido? Supongo que será una charla extensa y por cómo está el clima seguro mueres de hipotermia”
Menos mal lo propuso él, yo me habría quedado aquí todo congelado antes de solicitar irnos a otro lado por cuenta propia. Le asentí con agradecimiento, hasta que se aproximó a su motocicleta.
“Sera más rápido así” Con duda subí al asiento, sujetandome bien de él cuando arrancó. Jamás me había subido a una moto antes, ni siquiera en mí etapa de rebeldía.
No fuimos muy lejos, tal vez a un par de manzanas lejos del instituto, llegamos a una cafetería bastante pintoresca situada en la esquina de la cuadra, veías gente salir y entrar constantemente, era concurrida a pesar de no estar en hora pico. Ingresamos siendo recibidos por el calor del local, sentí cómo mis músculos se relajaban y podía respirar con mayor calma; al vernos, una mesera nos indico dónde sentarnos, además nos otorgó el menú de las bebidas y postres, pedimos algo liviano, no veníamos a esto en primer lugar.
“Antes que nada, quiero aclarar que esto es estrictamente profesional, no busco causarle problemas” Mientras bebía de su capuccino alzaba la mirada con intriga “Sonara abrupto, pero le quería preguntar si usted era padre soltero”
No pensé bien lo que dije, improvisar está saliendo realmente mal. Wilson casi se atraganta con su bebida por la sorpresa que le causó lo último que dije.
“¿Disculpe?” Limpiaba los restos de café en sus labios con una servilleta que le dí.
“No piense mal de mí, es una duda que surgió hace unos días. Verá, cuando debi quedarme con Eleanor la otra vez solo sentí un olor fuerte y dominante que la rodeaba, ayer fue lo mismo; asumí que debe ser suyo”
“Esta en lo correcto”
“Al no sentir ningún otro olor creí que usted debía estar criando solo a su hija” La mirada celeste se había oscurecido “Y me hizo sacar las conclusiones del por qué le pasó eso a Eleanor”
“Lo que sucedió es por qué los niños que la atacaron son unos malcriados” Su voz estaba ronca, demostrando su enojó
“Los niños pueden ser complicados y bastante crueles” Le metí un sorbo a mi café con leche, el contacto visual no era algo que disfrutara
“Ellie lo ha estado experimentando en carne propia” Suspiró con cansancio.
Me mordí la lengua, no puedo ser que sea tan imbécil. Lo arruinó en grande, voy a dejar que Mary Jane me regañe hasta que me entre en la cabeza está lección.
“ Aprecio realmente que te preocupes por ella, pero no creo que puedas hacer mucho”
“Voy a inténtalo, la niña no tiene por qué estar sufriendo esto, si puedo hacer algo lo haré.”
“Cómo no, he escuchado eso antes, mejor ahórrate el esfuerzo Peter” Entendía su situación, intentaba empatizar con él, pero me era difícil cuando actuaba de esa manera.
"No me importa Wade."
Ninguno dijo nada durante el resto del tiempo, al terminar nuestros pedidos pagamos a medias. Estaba listo para ir a la estación del metro, pero él me frenó.
“Es tarde, déjame llevarte”
“No traigo abrigo”
“Ten” se había quitado la chaqueta que tenía, dándomela a mí.
Subí rápido y volví a aferrarme, era más rápido llegar así o al menos no tan agotador cómo lo es ir en tren.
Tenía ganas de indicarle cómo llegar hasta mi apartamento, según me dijo, no estaba tan alejado de su casa, fue la poca información que soltó en todo el transcurso.
Estando frente al edificio le agradecí y despedí rápidamente, recién cuando ingresé a mi departamento caí en cuenta de algo.
Aún tenía su chaqueta.
Era negra con muy poco rojo en las mangas, algo gastada por el uso continúo, pero mantenía el calor de manera muy eficiente aún.
Sólo puedo pensar que Wade morirá de frío en el camino a casa, espero que no se enferme.
Me asomo por la ventana buscando, quizás volvería por ella en algún momento. Aunque después de estar media hora mirando a un punto fijo en la calle, llegué a la conclusión que debería devolversela cuando vaya a la escuela, seguramente sería la próxima semana.
Cuateloso la volví a tomar entre mis manos y la acerqué a mi nariz; Un olor a café intenso me llenó las fosas nasales, al menos ya sabía de dónde recordaba esté aroma.
Mi Omega estaba encantando, lo dejo bastante en claro al hacerme liberar feromonas por toda la habitación, hace mucho tiempo que no sentía algo tan relajante, normalmente el aroma de los Alfas me desagra.
Hoy fue bastante particular.
La actitud del Señor Wilson me desconciertan en gran medida, pasa de estar a la defensiva, a mostrarse atento en pocos segundos.
Los Alfas son confusos.