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Salvaje

Chapter 25: Epílogo

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Las consecuencias de su inesperado y escandaloso compromiso no habían sido tan malas como Juli había temido. El chisme seguía siendo terrible, por supuesto, y aunque algunos medios de comunicación cuestionaban el carácter voluble de Enzo, porque nadie realmente creía que nunca había estado interesado en Paulo, el jugoso escándalo había eclipsado con creces cualquier disgusto por Enzo convirtiéndose en el heredero del trono. Juli se sintió más que aliviado. Podía vivir con los chismes pero no habría podido soportar ponerle las cosas todavía más difíciles a Enzo.

Después estaba Paulo, claro. Su primera conversación después del baile había sido… incómoda. Afortunadamente, Paulo no estaba realmente enojado o tan molesto, todavía tenía una legión de pretendientes, pero todavía así había sido un poco incómodo.

—No voy a negar que no lastimó mi ego —había dicho Paulo con una sonrisa torcida—. Lo hizo. Pero eso no importa si vos lo amás. Tendrías que haberme dicho que no era un crush, Juli. Tu felicidad siempre va a ser más importante para mí que mi orgullo.

Juli pudo o no haber llorado por eso.

De todos modos, había habido muchos abrazos y, sorprendentemente, las cosas no habían sido incómodas después de esa conversación. Paulo había sido de gran ayuda durante los últimos meses, de hecho. Sabía mucho sobre la etiqueta real y los preparativos de la boda; Juli habría estado completamente perdido sin él.

Si hubiera dependido de él, se habría saltado todas esas costumbres sin sentido y se habría casado con Enzo al día siguiente, pero, por supuesto, no era posible por quién era Enzo. Fue más que frustrante, especialmente porque ahora estaban bajo la atenta mirada del público y apenas podían tener un tiempo a solas. No ayudó que el nuevo puesto de Enzo lo obligara a viajar por todo el reino para participar en eventos públicos y dar innumerables discursos.

Juli lo extrañaba desesperadamente.

Las llamadas y el sexo telefónico, no dejaron satisfecho su anhelo en lo más mínimo. Lo extrañaba, la forma en que olía, la forma en que los brazos de Enzo se sentían a su alrededor, su voz profunda y sus ojos intensos que lo miraban como si Juli fuera su mundo. Lo extrañaba.

Así fue como Juli se encontró entrando a hurtadillas en el palacio esa noche. Bueno, "entrando a hurtadillas" probablemente no era la expresión correcta, considerando que la seguridad lo dejó entrar, pero se había escapado de su propia casa y no le había dicho a Enzo que iba a venir. Sabía que Enzo había llegado esa tarde después de su viaje de una semana a alguna provincia remota. Normalmente, Enzo vendría a la casa de los Álvarez de inmediato, pero no esta noche.

Esta noche era luna llena.

Juli miró el tono rojizo del cielo y se secó las palmas sudorosas contra el pantalón. Xeus estaba a punto de levantarse. Él estaba emocionado. Y nervioso. Pero sobre todo emocionado.

Levantando la mano, llamó a la puerta de Enzo.

La puerta se abrió de golpe. Enzo lo fulminó con la mirada.

—¿Qué estás haciendo acá? —Dijo, con la voz entrecortada y el cabello oscuro inusualmente descuidado.

Juli lo observó con sumo detalle. Dios, se veía lo suficientemente bueno como para querer comérselo. Juli quería besarlo.

Lo hizo, o por lo menos lo intentó.

La mano de Enzo en su pecho lo detuvo.

—No me toques —gruñó, su expresión tensa, casi dolorida—. Andate ahora, antes de que sea demasiado tarde.

Juli negó con la cabeza y entró en la habitación.

—Te extraño.

La expresión de Enzo se suavizó un poco, pero todavía estaba dolorida, una gota de sudor le corría por la frente.

—Yo también te extraño, pero ahora no es un buen momento, Julián. Andate. Esta noche hay luna llena.

—Ya sé —dijo Juli, cerrando la puerta—. Quiero pasarla con vos.

Enzo lo miró fijamente.

—No sabés de lo que estás hablando.

—Lo hago. Mejor de lo que vos pensás.

—Voy a ser algo un poco mejor que un animal, Juli.

Uy, "Juli" era malo. Mostraba lo nervioso que ya se sentía Enzo, al igual que el brillo algo salvaje en sus ojos.

—Ya sé —dijo Juli, acercándose. Enzo se puso rígido y lo miró con recelo. Juli dio otro paso y Enzo dio un paso atrás. Juli dijo: —Confío en vos. No te tengo miedo.

—Tenelo —dijo Enzo, agarrando el escritorio detrás de él con tanta fuerza que sus bíceps se hincharon bajo su delgada camisa blanca.

Juli se lamió los labios, sintiendo que su ropa interior se volvía incómodamente pegajosa. Siempre se sintió increíblemente atraído por este hombre, pero verlo a punto de perder el control lo excitó más que cualquier otra cosa.

—No te tengo miedo —repitió, poniendo una mano en la mejilla sin afeitar de Enzo.

Enzo se puso rígido, sus feromonas crecieron.

—Andate, Julián. Ahora . Estoy a punto de cambiar.

—Yo sé lo que estoy haciendo —dijo Juli, desabotonando la camisa de Enzo con dedos temblorosos. No estaba nervioso. Solo impaciente, emocionado y muy excitado—. Odié que pasaras tu último celo solo, encerrado como un animal.

—Durante la luna llena, soy un animal —Enzo entre dientes—. No tenés ni idea de lo que estás sugiriendo. Me voy a ver asqueroso. Monstruoso.

—No te amo por tu apariencia —dijo Juli en voz baja, mirando su hermoso rostro. Amaba esa cara, pero no fue eso lo que lo hizo enamorarse de Enzo. Fue el cariño de Enzo. Su atención. Su protección. Su corazón. Enzo lo hizo sentir seguro y querido. La luna llena no iba a cambiar eso—. Puedo hacerlo. Quiero hacerlo.

Enzo le lanzó una mirada frustrada.

—No es solo la apariencia física. Voy a parecer un animal. No quiero que me veas así. Si te quedás conmigo, puedo lastimarte. Voy a querer cogerte y anudarte, quieras o no. El instinto de criar va a dominar todo. Voy a ser demasiado rudo.

Juli se humedeció los labios, le dolía la pija, su lubricante natural goteaba por su pierna.

—Yo sé perfectamente de lo que estoy hablando —dijo—. Me emparejé con un Xeus antes.

Las fosas nasales de Enzo se ensancharon y apretó la mandíbula.

—No quiero escucharlo —dijo lacónicamente, todavía agarrando con fuerza el escritorio detrás de él—. Me chupa un huevo tu primer compañero.

Sonriendo, Juli lo besó en la mejilla y aspiró su esencia. Dios, lo extrañaba mucho.

—Mentiroso —dijo con cariño. Pero sí apreciaba que su falta de inocencia no desanimara a Enzo por completo: la mayoría de los alfas eran demasiado territoriales para soportar no ser el primer alfa de su omega—. Mirá, ya sé que te molesta, así que no estaría hablando de esto si no fuera importante. Estuve con mi primer compañero mientras…

Enzo metió la cara en el cuello de Juli y chupó con fuerza su glándula olfativa, los dientes casi se hundieron en la carne. El grito de sorpresa de Juli se convirtió en un gemido, el placer recorrió su cuerpo.

Mío —gruñó Enzo, empujando a Juli contra el escritorio y metiendo una cadera entre sus piernas.

—La puta madre —Juli jadeó, sus muslos se abrieron—. Esperá. Frená Enzo, esto es importante.

Enzo se apartó de su garganta, sus ojos brillaban de forma antinatural, sus garras ya estaban afuera.

Juli lo miró fascinado.

—Tuve relaciones sexuales con un Xeus alfa mientras estaba en su forma cambiada —dijo Juli.

—¿Estás loco? ¿Sabés lo peligroso que...?

—No tuve exactamente otra opción

—¿Él te obligó? —Enzo gruñó.

—No. Me refería a que nunca le hablé realmente cuando él estaba en su sano juicio.

Enzo frunció el ceño.

—¿Qué?

Juli vaciló, pero luego pensó que los futuros compañeros no deberían guardarse secretos entre ellos.

—Él ya estaba transformado cuando lo conocí —Hizo una mueca—. Y por 'lo conocí' me refiero a que estaba encerrado en nuestro sótano en un estado salvaje mientras mi tío hacía experimentos con él.

Enzo se quedó muy quieto, con el rostro en blanco.

—Qué —dijo sin tono.

Juli suspiró.

—Ya sé cómo se escucha, increíble, si, pero es posta. Mi tío estaba experimentando con él, porque... bueno, ahora eso no es importante. Mi punto es que estuve con un Xeus cambiado antes, y no fue traumatizante ni nada por el estilo. Estoy seguro de que va a ser todavía mejor con vos, porque confío en vos y te amo —Se sonrojó, todavía sintiéndose un poco cohibido por sus sentimientos. Se sintió todavía más cohibido cuando Enzo siguió mirándolo con extrañeza—. Me refiero a que, me caía bien, éramos muy compatibles, pero no era más que química y feromonas. Podría haber sido más si realmente hubiéramos tenido la oportunidad, pero terminó tan rápido como comenzó. Él fue... fue asesinado poco después de que lo ayudé a escapar.

—¿Él fue asesinado? —Enzo dijo con un tono de voz extraño.

—Sí, en realidad nuestro vínculo de apareamiento se rompió, así que tuvo que haber sido asesinado... —Juli tragó, sintiendo una punzada de dolor. Aunque su marca de apareamiento ya se había desvanecido por completo y el vínculo ya no dolía, todavía dolía pensar en ello—. Le pedí a Leo que le enviara un mensaje al príncipe Lisandro. Esperaba que Lisandro encontrara al Xeus antes de que alguien pudiera lastimarlo, pero parece que el príncipe llegó demasiado tarde... ¿Por qué me mirás así? —Juli frunció el ceño, completamente confundido por la extraña reacción de Enzo—. ¿Por qué te reís tarado?

—No no, por nada —dijo Enzo, con la misma sonrisita extraña. Acunó el rostro de Juli, mirándolo intensamente—. Así que te atrajo. A pesar de que estaba en un estado cambiado.

Juli se sonrojó y frunció el ceño.

—Podés juzgarme todo lo que quieras, pero los omegas también tienen un impulso sexual, y no podemos evitar lo que nos excita.

Los labios de Enzo se curvaron.

—No te estoy juzgando. Soy curioso. ¿Su verga era más grande que la mía?

Juli lo fulminó con la mirada, más que un poco desconcertado.

—¿Por qué no estás celoso? —Él dijo. En realidad, fue un poco insultante.

—Lo estaba —dijo Enzo, sus ojos se oscurecieron. Una de sus manos se movió por el cuello de Juli, acariciándolo con los nudillos y haciéndolo temblar incontrolablemente. Sus garras estaban tan cerca—. Me volvía loco cada vez que pensaba en otro alfa tocándote, oliéndote, anudándote. Pero me dije a mí mismo que no importaba: que puede que no haya sido el primero, pero voy a ser el último. Yo voy a ser ese que te haga la marca que vas a tener toda tu vida y voy a ser el papá de tus hijos.

Juli volvió a humedecerse los labios secos y el corazón le latía con fuerza.

—¿Pero sabés qué? —Enzo dijo, inclinándose hacia su oreja y mordiendo el sensible lóbulo de la oreja. Juli jadeó cuando Enzo lo lamió—. Todavía me volvía loco. ¿Tenés alguna idea de lo mucho que quería hundirte los dientes en la garganta, llenarte de mi pija y dejarte embarazado? Creo que lo quería incluso cuando estaba en negación, mientras cortejaba a Paulo —Se rió entre dientes oscuramente, acariciando la mejilla de Juli—. No estoy orgulloso de eso, pero lo hubiera querido incluso si me casaba con Paulo. Por eso no pude evitar elegirte, no podía hacerte eso. No confío en mí mismo, no cuando se trata de vos. No hubiera podido mantenerme alejado. Todavía iba a ir a tu habitación por la noche, te frotaría mi aroma y luego te haría tomar mi pene, todas las noches.

Un gemido salió de la boca de Juli, sus párpados se volvieron más pesados y su agujero más húmedo. Enzo lo tomó entre sus piernas.

—Mira lo duro que te pone esa idea —dijo con voz ronca—.  Vos no me hubieras rechazado. Me hubieras abierto las piernas como la putita que sos, no importa lo mal que esté. Porque te ibas a mojar por mí, todo el tiempo —La mano de Enzo se deslizó más abajo, acariciando su agujero empapado a través de sus pantalones—. La puta madre, Julián, mirate. Estás empapado.

—Enzo, dale —Juli rechinó, frotando su doloroso agujero contra su mano. Quería más.

—Trola —dijo Enzo gentilmente, con amor, mordiéndolo en la mandíbula—. Cualquiera con una pija te da igual, ¿no? Incluso un Xeus feo y bestial. ¿Te calentó ser cogido por un alfa salvaje y extraño?

Juli gimió de nuevo, la cabeza le daba vueltas y los ojos se cerraban.

—Lo hizo, ¿no? Tuviste que haber sido receptivo, o la marca no se habría quedado. Te apuesto lo que quieras a que su pelaje se sentía bien contra tus pezones.

Juli gimió, frotando la mano de Enzo sin vergüenza. Él sólo necesitaba un poco más... un poco más…

—No, hermoso —dijo Enzo, apartando la mano. Sus garras rasgaron sus pantalones en pedazos—. La luna llena está casi en su punto. Me voy a transformar en cualquier momento. Desnudate, acostate en mi cama y cerrá los ojos.

Temblando, Juli hizo lo que le dijo.

Las sábanas estaban frescas y suaves contra su piel sobrecalentada, y casi gimió de lo bien que se sentía. Estaba tan resbaladizo y duro que tenía muchas ganas de tocarse a sí mismo. Pero cerró los ojos con fuerza y esperó.

—Abrí las piernas —ordenó Enzo con voz ronca.

Juli obedeció, sonrojándose.

Después de unos momentos, escuchó un gruñido bajo, y el aroma de un alfa repentinamente se disparó en la habitación, delicioso y abrumador. Todavía olía a Enzo, solo que mucho más fuerte. Debe haber cambiado completamente.

Juli se estremeció, acariciando su dolorida pija.

Hubo otro gruñido bajo y luego sintió mejillas peludas entre sus muslos. Y luego hubo una lengua lamiendo su agujero, una y otra vez, antes de empujar dentro de él.

Juli gritó, su cuerpo arqueándose cuando se corrió, así como así, su pene chorreando por todas partes. Pero la lengua no se detuvo: fue absolutamente implacable, ahondando profundamente en él, más y más profundo, tan malditamente buena y áspera, Dios, más, más…

Juli se vino de nuevo, gimiendo en voz alta. Sin embargo, de alguna manera no fue suficiente. Quería la pija de Enzo. Quería su nudo.

—Cogeme —exigió sin aliento.

La lengua finalmente dejó de torturarlo, y Juli casi sollozó, su agujero se cerró sobre nada. Tan increíblemente vacío.

Cuando una gruesa pija presionó contra su abertura, Juli empujó con entusiasmo.

Pero Enzo lo mantuvo quieto, el agarre de sus manos con garras casi demasiado doloroso en sus caderas. No debería haberlo excitado tanto, el peligro de ser hecho pedazos.

Temblando, Juli abrió los ojos.

Y miró.

Con la mano temblorosa, tocó el rostro del Xeus, trazando sus mejillas ligeramente peludas y su mandíbula afilada y angular.

—Sos vos —susurró, sintiéndose aturdido, encantado y más que un poco confundido. Su Xeus estaba vivo. Su Xeus era su Enzo. Todavía olía a Enzo, no a su primer compañero, pero era innegable que era él. Enzo era su Xeus. Ahora la extraña reacción de Enzo tenía sentido, pero iba a matar a Enzo por no decírselo.

Antes de que pudiera expresar su molestia, Enzo se movió, empujando con fuerza dentro de él.

Juli gimió, su cuerpo se sacudió cuando finalmente se llenó. Tan lleno. Tan increíblemente bueno.

—Mío —gruñó Enzo, sus ojos brillando de forma antinatural—. Siempre.

Juli solo podía tararear en acuerdo, envolviendo sus piernas y brazos alrededor de su alfa mientras le daba la cogida de su vida. Enzo era un poco más pesado y ancho en esa forma, y la sensación de su pecho peludo contra sus sensibles pezones era asombrosa. Su pija lo taladró como una máquina, implacable, más y más fuerte, y de pronto Juli volvió a correrse, su agujero se cerró alrededor de la verga adentro suyo cuando Enzo comenzó a derramarse dentro de él, anudándolo tan bien que Juli vio estrellas.

Dios.

Se sintió asombroso. Nunca se había sentido mejor en su vida.

Pero sus ojos se abrieron de golpe cuando unos dientes afilados tocaron su glándula olfativa.

—Pará —dijo rápidamente.

Estaba un poco aturdido cuando realmente funcionó. Había pensado que Enzo estaría demasiado perdido en su celo para controlar sus acciones.

Pero Enzo se detuvo y levantó la cabeza, con las fosas nasales dilatadas y el ceño fruncido en algo parecido a la confusión.

Juli puso su mano sobre su mejilla peluda y la acarició.

—No así —dijo en voz baja—. Quiero que tengas el control total de tus acciones cuando nos unamos esta vez. Quiero que te acuerdes, amor.

No sabía cuánto de lo que decía entendía Enzo cuando estaba así, pero debió haber entendido lo suficiente, porque no intentó morderlo de nuevo.

El resto de la noche fue borroso. Un borrón de sexo duro y placer abrumador.

Cuando terminó, Juli se sintió agradablemente adolorido y muy bien utilizado.

Cuando los primeros rayos de sol se filtraron en la habitación, el cuerpo de Enzo finalmente cambió de nuevo. Todavía estaba adentro de Juli cuando pasó, así que se sintió algo…curioso. Aparentemente, el nudo de Enzo tenía una forma ligeramente diferente en su forma cambiada. Sin embargo, ambos se sintieron igualmente asombrosos.

—Buen día —dijo Juli adormilado, tocando el pecho musculoso y suave de Enzo. Mmm, le gustaba bastante el pelaje, pero esto era todavía mejor. Mucha más piel.

Enzo abrió los ojos y lo miró fijamente.

—Te voy a matar por no avisarme pelotudo —dijo Juli con una sonrisa—. Casi tuve un infarto.

Pero Enzo no le devolvió la sonrisa. La mirada que le dirigió fue ansiosa y escrutadora.

—¿No te lastimé ni te asusté?

Juli puso los ojos en blanco.

—¿Me veo lastimado? ¿O asustado? Fue muy bueno, un montón de buen sexo, aunque lo prefiero cuando en realidad podés comunicarte con algo más que gruñidos y 'mío' —Él sonrió—. Pero fue demasiado bueno. Estoy deseando que llegue tu próximo celo.

La sonrisa apareció en los ojos de Enzo primero, esos hermosos ojos oscuros se iluminaron con diversión y afecto infinito.

—Solo vos, eh —dijo, acariciando la mejilla de Juli con el pulgar—. Sos impresionante.

El pecho de Juli se calentó. Todavía tenía problemas para creer que esa mirada era para él, que este alfa magnífico, increíblemente atractivo y poderoso lo deseaba, lo amaba. Él solo era Juli. Julián Álvarez: ordinario y sencillo. Pero cuando Enzo lo miró de esa manera, se sintió hermoso e interesante, como si fuera la persona más deseable del mundo.

—Estabas celoso de vos mismo, eh —dijo Juli con una sonrisa descarada—. Es un poco chistoso si nos ponemos a pensar en eso.

Enzo soltó un bufido y acarició la espalda de Juli con la mano.

—Fui yo físicamente, pero no era el mismo alfa —dijo, su expresión se volvió pensativa—. Olía diferente, ¿no?

Juli frunció el ceño y asintió.

—Algo parecido, sí, pero lo suficientemente diferente. ¿Por qué? Eso es lo que no entiendo.

—El Xeus que conociste fue el resultado de cualquier experimento que tu tío me hubiera hecho —dijo Enzo, una arruga formándose entre sus cejas—. Aparentemente esos experimentos me hicieron capaz de pensar racionalmente, pero también afectaron la química de mi cuerpo lo suficiente como para alterar mi olor. Claramente, todavía éramos lo suficientemente compatibles como para unirnos, pero…

—Eras un alfa algo distinto a lo que eras normalmente —terminó Juli por él.

—Sí —La expresión de Enzo se oscureció cuando miró a Juli, su mano tirando de él con más fuerza—. Pero sería mentira si dijera que no me alegro de saber que soy tu primer y único alfa. Lo hago. Estoy emocionado.

Juli siempre se había considerado una persona moderna y progresista que se burlaba del fetichismo arcaico de la pureza omega. Pero en este momento, al ver la expresión de satisfacción en los ojos de Enzo, todo lo que podía sentir era exasperación y placer. Le gustaba complacer a su alfa. Le encantaba hacerlo feliz. Fue el mejor tipo de subidón.

—Me alegro de que fueras vos también —dijo en voz baja. Se alegraba. El conocimiento de que Enzo siempre había sido suyo, que nunca había sido realmente de Paulo... fue un gran alivio. Finalmente borró la culpa que había sentido por robar al pretendiente de su hermano. Enzo había sido su pareja mucho antes de conocer a Paulo. Él era suyo, de Juli. Siempre lo sería.

Incapaz de soportarlo más, lo quería más cerca, Juli se incorporó sobre los codos y besó a Enzo con fuerza, inhalando con avidez su adictivo aroma. Dios, lo amaba. Tan increíblemente mucho. Nunca se cansaría de este hombre.

Enzo les dio la vuelta y se hizo cargo del beso, sus labios igualmente exigentes y hambrientos. Mi amor... Mi amor... quiero vivir adentro de tu piel.

Los ojos de Juli se abrieron de golpe. Él había escuchado eso. O sería más correcto decir que él sintió eso. Había sentido las emociones de Enzo. Lo que significaba... lo que significaba que ya estaban conectados, sintonizados entre sí, a pesar de que Enzo ni siquiera lo había mordido todavía. Fue increíblemente raro.

Pero aun así no fue suficiente. Quería tenerlo más profundo, sentirlo siempre.

—Mordeme —susurró contra los labios de Enzo.

Enzo inhaló bruscamente y, retrocediendo, lo miró a los ojos.

Juli sonrió y pasó los dedos por el cabello oscuro de Enzo.

—Sí, estoy seguro —Nunca había estado más seguro de nada.

Cuando Enzo hundió los dientes en su glándula olfativa, el cuerpo de Juli se arqueó, un placer como ningún otro hizo que el mundo a su alrededor, alrededor de ellos, girara. Se aferró a Enzo mientras cabalgaban juntos en lo alto, sus feromonas mezclándose a medida que tomaba la marca, creando un vínculo profundo en el alma. Un alfa y un omega, eran uno y siempre lo serían, para nunca volver a separarse.

—Te amo —dijo.

—Yo también te amo —respondió.

Se rieron, porque por un momento no estuvieron seguros de cuál de ellos dijo cuál. Pero no importaba, ¿verdad?

Juli tiró a su alfa hacia abajo, presionando sus frentes juntas, sintiéndose ebrio de felicidad y amor.

Sonriendo, murmuró contra los labios de Enzo:

—Entonces, sobre esos nietos...

 

 

Notes:

Terminamos Salvaje :(

peeero ya empecé a adaptar al tercera parte que va a ser dybaredes asi que les espero en *redoble de tambores*...

"Ilícito" <3

Notes:

Bienvenidos a Salvaje juju

No es necesario haber leido si o si antinatural para entender esta historia pero estaría bueno que lo hagan ah

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