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Español
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Published:
2024-02-06
Updated:
2024-02-06
Words:
6,890
Chapters:
2/5
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81

Hermano Mayor

Chapter 2: Hiken no Ace

Chapter Text

Ace es el hermano que más necesitaba de cariño, pues el mundo le había hecho creer que él no merecía vivir por ser hijo de Gol D. Roger, pobres imbeciles, mi hermanito merece vivir mucho mas que ustedes, panda de idiotas, pues el Rey de los Piratas había sido mas humano que cualquiera de ellos y le agradezco a Portgas D. Rouge por haberle dado la vida a mi hermano pequeño. 

Atte. Ryusei

-- Vivan…

Los ojos de Ace se abrieron lo más que pudieron a la vez que sentía que las lágrimas comenzaban a acumularse.

-- ¡Jajaja! ¡¿Qué haría si Gold Roger tuviera un hijo?! ¡Obviamente matarlo!

-- ¡Su misma existencia es un crimen!

-- ¡Me gustaría tenerlo en frente para matarlo yo mismo!

-- ¡Tanto ese engendro como la mujer que lo pario deben morir!

-- ¡Matarlo! ¡Matarlo! ¡Y matarlo!

Nadie había deseado que viviera… salvo sus hermanos, quienes fueron sus luces en su vida de mierda, sin ellos estaba seguro que se hubiera matado hace mucho tiempo, ellos eran su todo.

Pero ahora, por su culpa, por culpa de nunca escuchar lo que le dicen, por ser siempre un cabeza dura, un imbécil, idiota y muchas otras cosas más, su único hermano mayor, la persona que le enseño que no estaba mal el querer ser amado, muriendo frente a sus ojos sin poder hacer nada.

-- ¡Ryusei~! -- grito con todo lo que voz pudo mientras intentaba de alguna manera llegar hacia su hermano. Se negaba a creer que ese era el final.

Lo intento, él jura que lo intento, intento usar su fruta para impulsarse y regresar a ayudar a su hermano, pero el golpe que recibió en la nuca, terminó por mandarlo al mundo de la inconsciencia.

Y al momento de despertar, se entera con gran horror, que su hermano ha muerto en Marineford, en los brazos de Dragón el Revolucionario.

-- ¿Habría algo de malo en que el Rey Pirata, Gold Roger, tuviera un hijo?

El bar quedo en silencio por las palabras del niño que hasta hace un momento había pasado desapercibido.

Ace se quedó perdido en la apariencia del ¿Chico? ¿Chica? Tenía una cara demasiado bonita como para pasar por niño, pero su voz tampoco decía ser una fémina.

Aun así, el largo cabello blanco y los ojos azules que miraban con aburrimiento la situación lograron llamar su atención más allá de su género que seguía sin descifrar completamente.

-- ¡¿Acaso te escuchas mocoso?! -- inquirió uno de los borrachos con mofa antes de tomar otro trago -- ¡¿Qué hay de malo con que Gold Roger tenga un hijo?! ¡Pues que obviamente ese niño debe ser una abominación!

Los borrachos a su alrededor dieron aprobación a sus palabras, incluso algunos lo secundaban, Ace estaba por darle un golpe al hombre borracho, pero nuevamente escucho esa voz hablar.

-- ¿Y acaso nacer es un delito? -- volvió a preguntar -- Porque si fuera así tú hace tiempo debiste ser ejecutado -- el niño frunció el ceño -- tu presencia me irrita demasiado, al igual que la de todos aquí.

El chico comenzó a retirarse del bar de mala muerte hasta detenerse a la puerta y voltear a ver al pequeño de pecas.

-- Niño -- lo llamo -- no sé porque preguntas eso y la verdad no me importa, pero créeme, las únicas respuestas que encontraras aquí son de imbéciles que al ver que no pueden hacer nada productivo se dedican a tomar, decir incoherencias y acosar a cuanta mujer cruce por aquí… No tiene sentido hacer preguntas a personas incultas.

Lo último que recuerda es que ese mismo chico de cabello blanco y ojos azules termino derribando a tres hombres que intentaron golpearlo por sus palabras.

-- ¿Lo ves? Gente improductiva que ni siquiera pueden defenderse de un ‘‘mocoso’’.

Cuando salió del bar, quiso perseguirlo y en realidad lo hizo, salió lo más rápido que le permitió sus pequeñas piernas, de ninguna manera quería perder de vista a ese extraño de cabello blanco.

Lo siguió por los callejones y caminos por donde lograba divisar su cabello danzar con el viento, todo mientras en su cabeza se hacía un millón de preguntas, donde la predominante siempre era.

¿Quién es esta persona y porque me defendió?

Obviamente el peliblanco no tenía idea de que indirectamente había defendido al niño de pecas, pero aun así la pregunta de Ace estaba formulada de aquella manera.

-- Ya llevamos mucho caminando, ¿Tienes hambre? -- no confesaría que la repentina pregunta del chico lo asusto -- Estoy bastante seguro de que ni siquiera te diste cuenta que nos estamos dirigiendo a un restaurante, ¿Verdad?

Sus mejillas se tiñeron al ver a su alrededor, el lugar no le sonaba de nada, pero era cierto que el muchacho que había estado siguiendo estaba frente a un restaurante.

-- Vamos -- lo llamo -- tengo bastante dinero así que podrás comer lo que quieras.

Ace desconfió, a pesar de haberlo seguido no sería convencido tan fácilmente solo porque él o ella de rostro bonito le ofrecía comida, o bueno, ese era su pensamiento antes de que su estómago sonara con gran fuerza.

El muchacho de cabello blanco se permitió reírse cuando ambos ya estaban adentro y el pequeño de pecas engullía toda la comida que se le ponía adelante. Por un momento tuvo que comerse el suyo de un bocado antes que esas pequeñas manos se robaran su comida.

-- Oe Ryusei, la comida para llevar ya está lista también.

-- ¿Tan rápido? Gracias Tyler - san.

El pequeño Ace mira al chico.

-- ¿Ryusei? -- repite llamando la atención del peliblanco.

-- Uhm? -- articulo antes de recordar -- Cierto que no nos hemos presentado… mi nombre es Ryusei, Monkey D. Ryusei -- arqueo los labios en una sonrisa tranquila -- ¿Cuál es tu nombre? Acosador - kun.

-- A-Acosador, ¡Yo no soy ningún acosador! -- chilla con el rostro rojo entre la furia y la vergüenza -- ¡Solo te seguí porque eres muy extraño!

-- Jajaja, el mero hecho de que me sigas te hace un acosador, acosador - kun.

-- ¡No me digas así! ¡Mi nombre es Ace, recuérdalo bien!

En toda la comida, Ace no dejaba de sentirse extraño ante la atenta mirada del chico, finalmente se decidió por catalogarlo como masculino, no era como las muecas de Dadan y los bandidos de la montaña al verlo comer tales cantidades de comida, sino que lo miraba incluso bastante divertido con su apetito, como si le recordara a alguien.

-- ¡¿Por qué me miras así?! ¡Deja de hacerlo, es molesto!

A diferencia del menor, Ryusei solo siguió sonriendo, solo que esta vez soltó una pequeña risa.

Ace se cuestionaba si ese chico no se cansaba de sonreír.

-- Lo siento, es que comiendo así me recuerdas a alguien -- le confirmo lo que había sospechado.

-- Hmp, solo deja de hacerlo.

Estuvo tentado a preguntar, pero negó ya que nunca volvería a ver a ese chico, solo se aprovecharía de que le estaba invitando la comida y escaparía lo más rápido posible, ¿Verdad?

No tenía por qué relacionarse con esa persona, ya que en algún momento terminaría siendo traicionado por ser hijo de quien era.

Claro que sus pensamientos nunca llegaron a efectuarse en la realidad, pues sin querer termino siguiendo al chico hasta que lo vio irse a una villa y luego cada vez que iba a seguir preguntando a los bares, sus ojos buscaban inconscientemente ese largo cabello blanco.

Shirohige escuchaba junto a muchos de sus hijos los desgarradores gritos de Porgast D. Ace, que era una mezcla de lamentos y suplicas de buscar al joven que era su hermano mayor.

Pero ya no había nada que pudieran hacer, el mismo capitán fue testigo como su compañero Yonko caía en los brazos de su padre ya sin ninguna oportunidad de ser salvado, junto al llanto colectivo de la tripulación.

Marco se mantuvo junto a su padre, mirando con bastante tristeza e impotencia la puerta de la enfermería, le gustaría entrar, pero Deuce fue bastante condescendiente con eso.

-- Lo mejor es no abrumarlo -- le había dicho antes de entrar con las enfermeras.

Aun así… le daba rabia no poder hacer nada, mejor dicho, ¿Lograron hacer mucho al final de cuentas?

Fueron con el propósito de salvar a su hermano menor, pero al final se aparecieron los hermanos jurados de este e hicieron que la balanza se inclinara de una manera bastante impresionante.

El menor Mugiwara no Luffy, un simple novato vino con un grupo de fugitivos que lo apoyaron en el rescate, incluso Crocodile que, aunque en un momento intento atacar a su Oyaji, después protegió al chico de la espada negra del mejor espadachín del mundo y luego volvió a ayudar a la hora del escape junto a Jimbe.

Luego estaba el mayor, Valac Ryusei, el Yonko más joven entre los cinco, pero eso no tuvo ninguna importancia cuando se apareció con una imponente aura en su barco insignia junto a sus aliados listos para sacar los colmillos a favor de salvar a Ace. Él mismo sintió el inmenso poder que desbordo cuando con un simple movimiento de su abanico causo un desequilibrio en el campo de batalla.

-- Aquella vez dijiste que nosotros tendríamos que hacernos cargo de nuestros problemas.

Le dijo cuándo se acerca en su forma fénix, pero recibió una mirada para nada agradable de su parte.

Los tripulantes del barco insignia del Yonko ya se habían ido a la batalla no sin antes gritar por sangre de los marinos, estos tuvieron un escalofrió al saber que aquellos monstruos se acercaban.

-- Créeme que si fuera otro en esa plataforma me importaría una reverenda mierda esta batalla, pero quien está ahí es mi hermano menor así que no me iba a quedar de brazos cruzados.

-- Tú hermano se unió a nosotros, es uno de los hijos de Oyaji.

El peliblanco se tardó un momento en mirar al rubio, una mirada bastante sarcástica.

-- ¿Quieres en serio que te lo diga? -- lo miro con un profundo ceño fruncido y su voz denotaba incredulidad -- Pues bien, mi confianza la perdieron desde que dejaron que Ace se fuera del barco en busca del otro bastardo. Así que si, no tengo ningún voto de confianza en ustedes.

Okey… eso si le había dolido y mucho, más aún cuando recuerda que ambos Yonkos tenían su historia donde el menor viajo por un corto tiempo en el Moby Dick.

-- Si ya terminaste, apártate, tengo más marines que mandar a volar.

Ryusei abrió ese gran abanico que tenía, y de un solo movimiento, un fuerte huracán arraso en el lado de los marines, incluso uno que otro pirata salió volando al no sujetarse a tiempo.

Le dolía recordarlo, más allá de que fue un Yonko, por un tiempo compartieron barco, sake e incluso tuvieron algunos acercamientos más íntimos de los que nunca mencionó ni mencionara a sus hermanos, es un secreto que se llevara a la tumba, así como lo hizo Ryusei.

-- Aun cuando ya ha pasado más de un día… -- comenzó a divagar en voz alta -- lo siento tan reciente que aún creo tener su sangre en mis manos.

Shirohige le dio una mirada de simpatía a su hijo, como no, ni siquiera él con sus años de experiencia en el basto mar se terminaba de creer lo que paso hace ya más de 24 horas.

-- Hasta ahora soy de la idea de que yo ya soy una reliquia de la antigua era -- comenzó a hablar mirando al cielo -- que ya mi hora termino y que le tocaba a la siguiente generación continuar con su propia historia por este amplio mar.

Marco escuchaba atentamente al igual que muchos de sus otros hermanos, aunque estos intentaban fingir no escuchar.

-- Pero parece que ese mocoso tenía otros planes, mira que dejar que alguien como yo siguiera vivo en lugar de él mismo… aunque entiendo un poco el por qué lo hizo y sigo estando inconforme.

-- Oyaji…

-- No me malentiendas, estoy feliz de seguir al lado de todos mis hijos, pero a la vez esta mi pensamiento de que Ryusei era indispensable para esta nueva era, un joven realmente prometedor que se fue demasiado temprano.

Marco sabía que su padre no diría en voz alta la razón del porque Ryusei prefirió salvar al viejo antes que el mismo, y esa razón era Ace, haciendo más doloroso su partida.

-- Padre…

La voz del Comandante procedente de Wano se hizo notar entre el sonido de las olas del mar luego de la conversación entre Shirohige y su mano derecha.

-- Hemos recibido una llamada de los Revolucionarios -- comento con la cabeza gacha y como si se estuviera conteniendo de soltar un quejido -- Ry… -- soltó un suspiro intentando calmarse -- Ryusei será enterrado en Elegia en un par de días.

Apenas termino de hablar, la puerta de la enfermería fue abierta de manera algo pausada.

El lugar volvió a quedarse en silencio, incluso el mar prefirió dejar de arremeter suavemente con el Moby Dick. El viento no formo un fuerte sonido como para ser captado por alguno de los piratas. Saliendo de aquella habitación estaba Deuce sosteniendo a un decaído y herido Ace.

-- He intentado que se quede en cama, pero…

Shirohige se permitió mirar a su hijo menor, no estaba mejor que ninguno de sus otros hijos, no solo por las vendas que cubrían la mayor parte de su cuerpo, sino también por esos ojos grises opacos, como pozos sin fondo.

Era lógico, Ace acababa de perder una gran parte de sí mismo cuando perdió a Ryusei.

No hubo palabras y tampoco era necesario que las hubiera, Ryusei y su tripulación se sacrificaron para recuperar a un miembro de su familia, lo mínimo que podían hacer era asistir al funeral del Yonko caído que, a final de cuentas, también había sido de la familia.

Terminaron encontrándose una gran cantidad de veces, aunque lejos de molestarlo, Ace se sentía bastante a gusto cuando estaba junto a ese chico de cabello blanco, él porque no lo entendía con certeza, solo sabía que un extraño calor se formaba en su pecho al estar cerca del contrario.

Claramente Ace no se daría cuenta por sí mismo que ese calor en su pecho es por el hecho de que su corazón se estaba abriendo a recibir el cariño de otra persona.

Ryusei por otro lado, siempre parecía divertirse cuando se encontraba de ‘‘casualidad’’ con ese chiquillo de mirada profunda. El pobre no sabía lo obvio que era, incluso llegaba a verse la punta de su tubería cuando se escondía.

-- Te veo~ -- canturreo un día bastante divertido, incluso rio cuando el niño finalmente escondió la punta que resaltaba de su tubería -- ¿Sabes? Si querías pasar tiempo conmigo solo debes pedirlo, no me molestaría tener una agradable compañía en mis paseos de recolección. 

Era claro que no cedería en los primeros intentos, pero Ryusei sabía que con mucha… mucha… pero mucha paciencia y una bolsa de comida lograría que ese chico dejara de acosarlo desde la distancia.

Y al final si se logró, pero su cabeza se llevó uno que otro chichón cuando intentaba abrazarlo… aunque era inevitable no intentarlo cuando era tan lindo con esas curiosas pecas y la carita de gatito enojado.

-- ¡Bastardo, estas volviendo a compararme con un gato, ¿Cierto?! -- le grito enfurruñado el mencionado cuando se percató de la mirada del mayor.

-- ¿Y qué quieres que haga cuando haces caras tan adorables? -- soltó mientras esquivaba un hueso que había sido lanzado a su dirección.

-- ¡Yo no hago eso!

-- Tal vez no conscientemente, pero eres lindo, así que aguántate.

Y así otro hueso fue lanzado junto a un pedazo de pescado y algo de ensalada.

-- ¡Oye! ¡Sin desperdiciar la comida, que esta cara!

-- ¿Eres tacaño?

-- Se dice ahorrativo, pequeño pozo sin fondo.

Elegia… oh dulce Elegia.

Ace recuerda cuando vio este lugar por primera vez, que había sido hace casi unos dos años, cuando su hermano invito a Pops con toda la tripulación, incluyéndolo, a hacer una fiesta con el delicioso sake que había conseguido, regalo de una de sus aventuras de un reino.

Podía ver con bastante claridad y dolor como todas esas personas que miraban a la misma dirección que ellos, lloraban con genuino dolor de luto ante la pérdida de su hermano mayor, podía ver hombres, mujeres, niños y ancianos, con anemonas azules en sus manos.

-- Anemonas azules… -- piensa viendo aquella flor -- Claro, esas eran tus favoritas.

Los revolucionarios habían hecho un gran trabajo junto a los constructores de la isla, la tumba de Ryusei era inmensa, dando alusión a la enorme importancia que tuvo en vida para sus seres queridos.

Aunque no paso mucho tiempo admirando en silencio la tumba pues un puñetazo le llego a un lado de la cara.

Normalmente cuando alguien lo golpeaba, él lo regresaba multiplicado por 4… incluso eso era muy poco, pero a diferencia de otras veces que lo desafiaban, bajo la mirada desconcertante de sus hermanos de barco, su padre e incluso de las personas que estaban ahí, pero lo conocían casi nada.

Si, ese día, Ace se estaba dejando golpear en el rostro una y otra vez por uno de los nakamas de Ryusei, no cualquiera, sino del médico de la tripulación, del que se sabía públicamente había estado con su hermano casi desde los comienzos de su aventura.

-- ¡Detente Nao! ¡Ryusei no querría que golpearas a su hermano!

Una mujer y un hombre intentaron alejar al médico del usuario del Mera Mera no Mi, pero este se mantenía firme en su lugar.

-- ¡Ryusei está enterrado por culpa de este imbécil así que no me detendré!

Le parecía sentir que lo golpearon con mayor fuerza.

-- ¡Él no tiene la culpa!

-- ¡LA TIENE! -- al gritar eso soltó finalmente al muchacho -- No finjan que no lo han pensado detenidamente -- gruño acomodando sus lentes -- ¡Nosotros no teníamos nada que hacer en Marineford! ¡Pero como el mocoso que fue obsequiado a la Marina se trataba de este niño a nuestro capitán no le quedo de otra que participar!

-- ¡Nosotros no pedimos su ayuda! -- se atrevió a gritar uno de la tripulación contraria.

-- ¡Ay por favor! ¡Era obvio que Ryusei participaría pues se trataba de su hermano menor! -- señalo al imbécil -- ¡Además que deberían agradecer de rodillas en la tumba de nuestro capitán, sino ahora mismo estarían velando no solo a este idiota… TAMBIEN ESTARIAN VELANDO A SU MUY QUERIDO PADRE!

Eso ultimo había terminado por derrumbarlo. Ya recordaba a este tipo, en lo poco que recordaba de Marineford, estuvo pegado a su Oyaji casi todo el tiempo.

¿De verdad Ryusei había llegado tan lejos como para poner la vida de su padre por sobre la suya? ¿Y lo hizo solo por él?

-- Por favor, detente, Nao - san.

Aquella voz femenina detiene la ‘‘pelea’’ que estaban teniendo, aunque en realidad era una golpiza, al momento en que dirigieron las miradas, Ace solo pudo sentirse más miserable.

Reconocía esa voz… reconocía ese cabello de dos colores… reconocía esos ojos morados…

Se trataba de la pareja de su hermano.

Le comentaron que un antiguo miembro de la tripulación regresaría a estas aguas para saludar al viejo y de paso darles una noticia importante. No sabía mucho del tema, pero por las expresiones de los comandantes, en especial la de Marco, no pudo evitar sentirse un poco emocionado por saber quién era este misterioso pirata.

-- Estoy seguro que te caerá bien -- le dijo Thatch un día que su curiosidad no pudo más -- estuvo viajando con nosotros un tiempo, incluso puedo jugarme mis preciadas manos que el pillo estuvo con Marco un tiempo -- se rio un poco pareciendo recordar buenos tiempos -- Oyaji estuvo bastante animado con nuestro nuevo hermano, pero un día le dijo que debía continuar con su propio camino pero que vendría a visitarnos de vez en cuando.

Por un momento, lo miro bastante escéptico, bien pudieron tenerlo aprisionado como él en un principio, pero lo dejaron ir… algo ahí no le terminaba de convencer, pero se encogió de hombros, volviéndole a prestar atención.

-- ¿Y cómo lo conocieron?

-- Pues -- tosió un poco como para darle más dramatismo -- fue un día como cualquier otro…

-- Sigue con esa línea y estoy seguro que Marco vendrá y te mandará a dormir con los peces -- la voz de Izo interrumpió lo que fuera a decir Thatch quien formo un puchero al ver que cortaron lo que pudo haber sido un gran monologo -- Tienes la mala costumbre de romantizar esa historia, ya déjalo.

-- ¿Acaso lo que oigo son celos, dulce Izo? -- tarareo -- Confieso que eso pone triste mi pobre corazón.

Un golpe bien merecido con el abanico.

-- Déjate ya de tus bromas -- bramo abanicándose la cara -- Encima que intento salvarte el culo.

El sonido de un golpe a sus espaldas, hace saber que Ace tuvo otro de sus ataques de Narcolepsia.

-- Tch, justo que iba a contarle de nuestro hermano Ryusei -- se quejó el de copete mirando al pecoso en sus dulces sueños.

-- De igual manera escuchara la historia cuando llegue -- Izo se encogió de hombros -- aunque me preocupa que quiera hacer una locura como enfrentarse a él.

-- …Hmm~ -- Thatch se llevó una mano al mentón -- Na~, ya paso esa etapa, estará bien.

De esa conversación pasaron los días, hasta que Haruta, que estaba en el nido de cuervo, se dio cuenta de un particular barco con la proa de un dragón blanco.

-- ¡Oyaji! ¡Oyaji! -- comenzó a balancearse hasta llegar con su padre y sus hermanos -- ¡Ya están aquí! ¡Se puede ver su barco desde el nido de cuervos!

La risa de su padre no tardó en hacer retumbar el barco.

-- ¡Prepárense para recibir a su hermano, hijos míos!

Gritos de festejos se oyeron por todo el barco, Marco incluso vio por el rabillo del ojo como algunos de sus hermanos iban en busca de los barriles de sake para empezar apenas su hermano pise el Moby Dick.

-- ¿Finalmente conoceré a ese hermano misterioso suyo? -- la voz de Ace apareció a su espalda.

-- ¿Thatch no te dijo su nombre? -- realmente creía que le había ido con todo el chisme a su hermano menor.

Pero vaya sorpresa, este solo se llevó la mano el cuello, luciendo algo perdido, aunque al final ve que le resta importancia.

-- Igual voy a verla ahora, así que, qué más da.

Marco negó con la cabeza.

-- ¿Si quiera sabes qué tipo de pirata es?

Negación con la cabeza.

-- Bueno, solo te advertiré que te comportes cuando llegue, no es alguien impulsivo, pero si lo provocas te mandara a volar como Oyaji cada vez que intentabas matarlo.

Ace se dignó de siquiera mostrarse avergonzado.

-- Oye, ya aprendí mi lección -- se quejó con las mejillas coloradas.

-- Si… ¿Después de cuantos intentos?

-- ¡Está bien! ¡Ya entendí! Aunque no te creo eso de que me mandara a volar como Oyaji.

-- Pues créelo, no es tan fuerte como Oyaji pero se hizo un gran nombre por estas aguas.

-- Hmm~.

Francamente no le importaba mucho quien fuera el pirata misterioso, solo le importaba el festín que habría más tarde en su honor, después podría pasarlo de largo hasta que este se fuera.

Grande fue su error, pues al momento en que ese pirata piso el Moby Dick, sintió como todo se detuvo como cuando era un niño.

Sus nuevos hermanos no logran encontrar la razón de que él con su invitado se estuvieran mirando tan fijamente y sin siquiera respirar. Pero igual no tardo mucho la guerra de miradas.

-- Ace…

El nombrado sintió su garganta secarse de repente, paso 6 años sin escuchar su nombre salir de esos labios, realmente lo había extrañado.

-- Ryusei…

-- ¡Ace!

Sentir el cuerpo de su hermano abrazarlo como cuando era un niño lo lleno de gozo, mientras el mismo regreso el abrazo con la misma intensidad.

-- ¡Ryusei!

Le llegaría un interrogatorio, estaba seguro, pero por ahora disfrutaría de esos reconfortantes brazos que no sintió en mucho tiempo.

-- Ace…

-- Uta… por favor déjame solo.

Podía sentir que en cualquier momento comenzaría a golpearse la cabeza con cualquier cosa para olvidar la escena que tuvo con el médico de la tripulación de su hermano, peor cuando se había aparecido Uta.

-- ¡Y lo peor es que ahora por tu culpa, Ryusei no tuvo la oportunidad de ser padre!

¿Cómo era posible que Ryusei haya muerto dejando a una mujer con su hijo en el vientre?

Esta por golpearse la cabeza con la madera del piso, en busca de despertar de esa pesadilla que pensaba en el que estaba.

-- Por favor…

No tuvo el valor de levantar la cabeza, no cuando la mujer de su hermano estaba seguramente mirándolo con lastima, el odiaba eso, no quería ser mirado como algo frágil.

-- Ace -- volvió a repetir el nombre del chico -- no es tu culpa.

-- Que extraño… es exactamente lo opuesto a lo que me dijo el cuatro ojos.

Recibió una ligera risita como respuesta, sabe que su comentario la puso algo incomoda, pero no se retractaría de sus palabras. A pesar del intento de una conversación, no había manera de aligar la tensión que había por parte del pirata.

-- Ryusei nunca dejaba de hablar de ti… bueno, de ustedes -- comenzó a hablar a la par que se sentaba a su lado -- siempre tan orgulloso de sus hermanos menores, alegando una y otra vez que serían grandes piratas que dejarían huellas aún más grandes que los piratas de antaño.

Ace bufo mientras una tenue sonrió apareció por un momento, si podía imaginárselo.

-- Pero a la vez, me contaba de lo preocupado que estaba a diario por el temor de que se cruzaran con la gente incorrecta, ya que tú eres muy temperamental y Luffy muy ingenuo.

Otra vez le daba la razón.

-- Nunca me conto el porqué de tu inseguridad -- eso lo tenso un poco -- y tampoco quiero preguntar, no es mi asunto, pero si me dijo que se alegró mucho cuando hallaste una tripulación como los Barbablanca.

Por primera vez volteo a verla, ella no lo miraba, miraba al frente con ojos cargadas de nostalgia.

-- Ryusei sabía que este lugar era el indicado para ti, después de todo él también estuvo en este mismo barco por bastante tiempo, luego tuvo que tomar su bandera una vez más, pero siempre con la promesa de visitarlos.

-- Pues por mi culpa esas visitas ya no serán posibles… ni siquiera debería seguir vivo, puse en peligro a toda mi familia por culpa de quien soy y de la sangre de quien llevo…

-- ¿Qué tiene que ver la sangre en esto? -- pregunto con un ceño fruncido -- Aun si fueras el hijo de un simple campesino ellos te hubieran usado de igual manera solo para atraer a Barbablanca. Además, que, si siguieras esa lógica de la sangre que tienes en la cabeza, ni Ryusei, ni Luffy ni nadie de la tripulación tuvo que haber venido por ti… Ellos fueron a salvarte no por la sangre que tengas ni por tu padre o algo, fueron por ti, por los lazos que formaron conforme el tiempo y la convivencia.

-- Squard traiciono a Oyaji apenas se enteró.

-- Estuve ahí -- le recordó -- y también vi cuando intento reivindicarse.

Ace recuerda, ella también estuvo ahí, ella grito y lloro mientras veía a su amado morir por otras personas.

-- ¿Por qué no me odias? -- cuestiona a la vez que levante un poco la mirada -- Por mi culpa, perdiste al hombre que amabas y ahora tu hijo crecerá sin un padre a su lado y puede que escuche cosas horribles de él…

¿Hablaba por experiencia? Tal vez un poco.

-- Eso no pasara -- Uta acaricio su aun plano vientre -- me asegurare de contarle a mi pequeño todas las aventuras que pase con Ryusei y sé que los demás también le contaran anécdotas de su padre… y espero que tú y Luffy igual lo hagan.

Abrió los ojos como platos ante su última confesión.

-- Ace… sería muy fácil para mi odiarte, culparte por la muerte de Ryusei y renegar de ti por el resto de mi vida mientras lleno a mi hijo de rencor hacia ti.

Por un momento el lugar se quedó en silencio, Ace no negaba nada, en realidad estaba de acuerdo.

-- Enton…

-- Pero si lo hiciera, negaría todo lo que aprendí con Ryusei a lo largo de mi viaje -- le dijo con una sonrisa y los ojos cerrados -- no culpar a nadie por las decisiones propias, Ryusei no murió por tu culpa, murió por su propia decisión, por la decisión de querer salvar a las personas que ama y yo lo respeto -- acaricia su vientre -- los demás lo entienden también, Ryusei siempre fue así, poniendo la vida de los demás por encima suya, demostrando lo mucho que le importamos.

La pequeña risita de Uta lo hace girar para verla, presencia como lagrimas silenciosas comenzaban a caer de sus ojos morados.

-- Él pudo ser alguien cruel y despiadado, pudo haber tomado rencor con todos lo que lo dañaron, pero él supo seguir adelante, sin dejar que su corazón se consumiera -- sin quererlo suelta un sollozo -- prefirió enfocar toda su energía en crear un lugar donde todos puedan ser felices… Elegia es la personificación de las creencias de Ryusei.

Ace no responde, más aun, se queda en sus pensamientos, Elegia… este bonito lugar donde las personas pueden ser felices sin importar su pasado, este lugar que parece una Utopia.

Sí… este lugar era la personificación de Ryusei… o, mejor dicho, este lugar es la personificación del sueño que tuvo Ryusei por tantos años.

Luffy como siempre, era el primero en caer por el sueño luego de una buena comida, mientras él y Ryusei seguían viendo la fogata en un silencio algo incómodo.

Sabo había muerto hace ya algunos meses, pero no por eso era menos doloroso su recuerdo, incluso se sorprende el extrañar las conversaciones de los dos cerebritos en las noches.

-- Iré a caminar un momento por los alrededores, puedes dormir si gustas, en esta parte del bosque es poco probable que se aparezca un animal salvaje.

Ace lo dejo hacer, viendo de reojo como su hermano mayor se perdía entre la flora del bosque nocturno, quería seguirlo, pero escuchaba los quejidos de su hermano menor deteniéndolo al instante. No fue hasta que paso lo que el creyó fue una hora, que tomo a su hermano menor en su espalda llevándolo a la casa de Dadan, donde lo dejo en la habitación de los tres y se colocó una manta encima.

Siguió el camino por donde había desaparecido Ryusei, manteniéndose en línea recta, esperando encontrarlo sin tener que peinar todo el bosque.

Lo hallo, estaba dándole la espalda, podía vislumbrar un hermoso lago de agua cristalina que brillaba con la tenue luz de la luna.

-- Te demoraste un poco para ser tú -- hablo Ryusei cuando llego luego de su búsqueda -- ¿Y Luffy?

-- Lo deje durmiendo en la casa de los bandidos…

-- Ya…

Se paró a su lado, queriendo de alguna manera ver lo que él veía, pero no podía vislumbrar más allá del agua cristalina y el sonido de los grillos.

-- Ace…

-- ¿Sí?

-- ¿Aun sigues pensando lo mismo de tu padre?

-- … -- se quejó callado, no porque no pudiera responder, sino por la repentina cólera que le recorrió ante esa pregunta.

Apretó sus puños hasta que sus nudillos se blanquearon, apretó la mandíbula, su opinión de su padre nunca cambiaria, no importa cuántas veces Ryusei le diera la conocida charla de no creer en lo que dicen las demás personas.

-- ¿Para qué pregunto? Es obvio que nada ha cambiado -- suelta algo cansado, pero sin quitar la mirada del agua.

No hubo respuesta de su parte, en realidad su humor había bajado luego de esa pregunta, eso era lo que causaba hablar del donador de esperma que lo creo.

-- Ace… ya no me queda mucho tiempo con ustedes antes de que zarpe al Mar.

Abrió los ojos lo más que pudo al oírlo, lo había olvidado, Ryusei era mayor que ellos, cumpliría los 17 años antes de que se dieran cuenta.

-- Aquella vez en el risco… no mentía cuando les dije que no tenía una meta como tal, mientras ustedes siguieran vivos era suficiente para mí.

Lo recuerda, mientras ellos gritaban sus sueños, Ryusei se había quedado atrás, observándolos con una dulce sonrisa.

-- Pero luego de la partida de Sabo… me he replanteado muchas cosas.

-- Sabo tuvo que ir en ese barco porque su propia familia lo estaba atosigando al punto de tomar esa decisión tan suicida… tú tuviste que ser criado por los bandidos de la montaña por que llevas la sangre del Rey Pirata… y Luffy y yo fuimos dejados en esta isla porque… nuestro antiguo hogar fue borrado del mapa por los marines.

La confesión de su hermano mayor lo llevo a un nivel de exaltación alarmante, ¿El antiguo hogar de Ryusei y Luffy había sido destruido? ¿Por qué?

-- ¡¿Destruyeron su hogar?! ¡¿Por qué?!

--… Por miedo Ace… por miedo a lo que no conocen, a lo que podría ser… solo eso…

Se quedó callado, el viejo nunca le había contado eso de Ryusei, y ellos nunca contaron más allá del tiempo que pasaron en la Villa.

-- Luffy era apenas un bebe, ni siquiera había cumplido el año, así que tampoco busques respuestas en él, además que él no tiene que saber lo que paso aquel día…

-- No planeaba hacerlo tampoco.

-- … -- Ryusei lo miro con una sonrisa -- tantas personas sufriendo, sin tener un lugar donde llamar hogar… yo quiero cambiar eso.

Una mirada determinada brillaba en esos ojos azules.

-- Quiero crear un lugar, una Utopia donde aquellas personas que han sufrido o sufren por culpa del Gobierno Mundial, aquellos que son perseguidos por algo que desconocen, aquellos que anhelan un lugar que llamar hogar… voy a crear un lugar para todas esas personas.

Fue la primera y única vez donde Ryusei fue totalmente sincero con su hermano menor con su única meta.

Y luego pasado el tiempo, este hermano mayor se marchó dejando a sus hermanitos menores despidiéndose a su espalda.

-- Hola Ryusei… vengo a despedirme.

Nunca creyó tener que hablar a una tumba, pero había una primera vez para todo.

-- Ya ha pasado varios días donde Oyaji y los demás te guardaron luto, pero los piratas no podemos quedarnos tanto tiempo en un solo sitio… tu tripulación se ha disuelto, según me conto Uta, unos se unieron al ejército revolucionario y otros decidieron quedarse aquí como defensa de Elegia ya que están reacios a tomar la bandera de los Barbablanca, porque este lugar es la personificación de tu sueño.

El viento arrullo los cabellos sueltos del chico, como alguna especia de afirmación silenciosa de su hermano mayor.

-- Pero tengo pensado regresar en unos meses para cuidar de la mujer que amabas… no quiero que la historia se repita con ese niño, el no merece crecer sin una madre como lo hice yo y es lo mínimo que puedo hacer después de todo lo que hiciste por mí.

Miro a detalle la enorme lapida donde estaba grabado el nombre de su hermano mayor, Monkey D. Ryusei, asintió de acuerdo, él no tenía por qué tener un apellido con el cual nunca se identificó y el que solo le causo más dolor. Arriba había una estatua de su hermano, en una pose impotente y con su cabello largo y suelto tal y como lo tuvo en casi toda su vida.

-- También debo contarte que el maldito de Sabo está vivo… le di unos buenos puñetazos por habernos olvidado… y luego le pedí perdón por haberte dejado morir, curiosamente el me pidió lo mismo casi a la par, tal vez lo que nos decías de niños de que compartíamos una neurona nosotros dos con Luffy era cierto.

Quiso reír y en realidad logro hacerlo, pero el sentimiento de anhelo de escuchar la risa ajena podía más que él.

-- Protegeré a Luffy y Sabo tal como lo hubieras hecho tú, nii - san.

Se levantó, dio una reverencia y se fue de la tumba de su muy amado hermano mayor, todo mientras recordaba la última noche de paz que tuvo con él.

 -- ¡Y así de la nada me propuso ser su hijo! ¡¿Cómo quería que lo aceptara de esa manera?!

La carcajada que suelta su hermano luego de esa declaración solo causa vergüenza en su persona, tanto que incluso sus pecosas mejillas son sonrojan un poco y no por el alcohol en su sistema.

-- ¡Ay por Oda! -- Ryusei intentaba calmar su respiración -- Eso es tan típico de Oyaji.

Ambas tripulaciones estaban celebrando la llegada de su hermano y por la presentación de su prometida, Uta.

-- ¿Y qué me dices de ti? Tienes muchas más historias que yo, empezando el cómo conociste a esa prometida tuya.

El mayor no pudo evitar sonreír con diversión al sentir los celos de su hermanito, incluso comenzó a jalar de sus pecosas mejillas como si fuera un infante.

-- ¡Oye, suelta que eso duele!

-- ¡Es que eres tan adorable cuando te pones celoso!

Ya sea por culpa del alcohol o no, Ryusei estaba siendo más afectuoso de cómo lo recordaba, aunque eso no le molestaba.

-- La verdad es que hay muchas historias que quiero contarte, pero antes quiero saber sobre cómo la has estado pasando en este tiempo que no hemos podido vernos.

-- ¿No preguntaras por Luffy?

-- Lo veré en su debido momento, no te preocupes por eso.

Asintió de acuerdo, además que eso lo salvaba de contarle todas las veces que tuvo que sacarlo de la boca de un cocodrilo.

Comenzó a relatar toda su convivencia con la tripulación de los Barbablanca, incluso los vergonzosos momentos donde intento matar al capitán, sabía que al final de todo, Ryusei no lo cuestionaría.

-- Él sabe que soy hijo de ese hombre y aun así me acepto como su hijo… no lo entiendo.

-- Es lo mismo que solía decirte todo el tiempo… la sangre no es lo importante al querer a alguien Ace, es la convivencia el que hace que los lazos se creen y se fortalezcan, míranos a nosotros, no compartimos sangre, pero estoy seguro que tenemos una conexión más profunda que la de cualquier familia noble, eso te lo puedo asegurar.

El chico solo observaba a su hermano en silencio, hasta soltar un suspiro y finalmente decir.

-- Tal vez tengas razón.

Ryusei solo rio, su hermanito no era nada honesto.

The End