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Wally suspiró con satisfacción mientras llevaba una rebanada de pastel a sus labios y dejaba el betún con asencia de limón sacudiera su paladar.
El pastel era ideal justo como cada uno de los otros platillos de la noche.
La carne estuvo en su punto, la sopa estaba bien condimentada y cada uno de los acompañantes fue excelente por decirlo menos, y por la cara de satisfacción de todos los invitados y sobre todo de su tía podía ver con claridad que no sólo el tenía la misma opinión.
Sin embargo aquello no le sorprende, al final del día.
Tomando en cuenta quiénes se estaban casando, la comida era un punto fundamental que lógicamente no podían pasar tan a la ligera.
—Y al final tenías razón—la voz de Roy resonó a su lado, apoyando una mano en su hombro cómo gesto amistoso.
Wally alzó su mirada y miró el traje de color tinto de su amigo, un traje de gamuza bastante elegante, pero simple que en cierta forma hacía juego con los trajes que usaban Dinah y Oliver.
—Es verdad—intervienee Donna desde la otra esquina de la mesa junto con Richard que afirma—. Extrañamente tu sexto sentido de Cupido no falló cuándo dijiste que el profesor Jordan era el ideal para tu tío.
—Ni siquiera yo creía que algún día los veríamos casarse… No después de lo que pasó en el centro comercial con el tío Clark.
Wally sonrió incómodo como el resto de los chicos cuándo recordaron aquella extraña e infantil situación.
Ahora Wally lograba darse cuenta de que definitivamente estuvo exagerando un poco con sus deducciones, pero realmente estaba emocionado ante la idea de que su tío Barry tuviera el final feliz que tanto merecía.
Al menos ahora cuándo levanta la vista y ve a su tío Barry mirar brillante a su antiguo profesor de matemáticas y actual profesor de física.
La sonrisa de su profesor es igual de brillante y amorosa que la de su tío.
Apoyándose amorosamente contra él.
Habían pasado años para que esté momento se hubiera dado a la perfección.
Sus ahora tíos habían tenido sus altas y bajas en su relación.
Habían tenido que vencer tantos miedos y habían vivdo aventuras que Wally conocía mejor que madie.
Pero ahora, después de ver el resultado frente a sus ojos sabía que todo había válido la pena.
Incluso el regaño que Wally recibió por su tía Iris cuándo confesó que había hecho todo lo humanamente posible para que su tío Barry y su maestro se enamorarán.
Verlos ahora juntos con algún par de canas y arrugas en sus rostros, pero con una felicidad que jamás habían tenido era un deleite de apreciar.
Wally vuelve a tomar su cuchara y corta otro pedazo de rebanada mientras disfruta del espectáculo.
Se deja envolver por la oscuridad de la noche, los olores de las flores y la comida.
Se deja envolver por la calidez que desprende la pareja principal que baila alegremente en medio de la pista ante la atenta y amorosa mirada de los invitados.
Sonríe sientendose satisfecho con la decisión que tomó hace años, cuándo en secreto le consiguió una cita a su tío Barry.