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¿Quién era Hatake Sakumo?

Summary:

Naruto descubre la verdad sobre la muerte de Sakumo.

Notes:

Esta historia iba a ser la primera en una colección de drabbles/one shots sobre la relación de Kakashi y Gai desde la perspectiva de otros personajes. Sin embargo, terminó muy lejos del concepto de las demás historias y se volvió importante para mí, por eso la separé.

Aun así, de alguna manera su trasfondo tiene el mismo enfoque que mis siguientes historias y por eso he decidido incluirla en esta serie no cronológica de "A través de los ojos de...".

Work Text:

El polvo se eleva en el almacén como una nube de humo, salpicando de motas grises su cabello y su capa Hokage como si fuera una lluvia de nieve. Como si fuera ceniza volcánica. Como si fuera el cadáver de algún aliado que murió en la guerra hace mucho tiempo y se quedó olvidado aquí.

Naruto suspira y su aliento hace volar al polvo otra vez, enviándolo al piso donde ya hay una gran cantidad de tierra y de trozos viejos de cartón. Probablemente, necesitará limpiar todo el almacén después de que termine este trabajo, pero lo primordial es terminar este trabajo antes de hacer otra cosa.

Se los debe a todas las personas que murieron en las guerras e hicieron posible su sueño. Se lo debe todo a ellos. Naruto no puede parar aquí.

— Sigo sin creer que quieras hacer esto, Naruto — Shikamaru dice y suspira, dejando una caja polvorienta y arrugada en el piso, algo que muy probablemente estará lleno de papeles amarillentos y salpicados con moho que serán difíciles de leer y que lo harán sentirse abrumado. — Ni siquiera a Lord Sexto le interesó la documentación tan antigua.

Shikamaru suspira y endereza la espalda, mirando a Naruto como si se hubiera vuelto loco o como si su trabajo no tuviera sentido.

— Bueno, eso es obvio, cuando Kakashi-sensei se volvió Hokage estaba demasiado ocupado lidiando con la reconstrucción de la aldea — Naruto dice y talla los dedos sobre la etiqueta de otra caja, tratando de leer la caligrafía desgastada y antigua del primer Hokage. — Pero ahora todo en Konoha está tranquilo, ¡así que tengo tiempo!

Naruto se ríe y empuja la caja a un lado, apilándola junto a las demás cajas que guardó Lord Hashirama en este almacén.

— Si tú lo dices — Shikamaru suspira y evita decir que, incluso si Naruto tiene razón y al principio Kakashi-sensei tuvo que lidiar con la reconstrucción de Konoha, Lord Sexto fue Hokage por trece años consecutivos y aun así nunca abrió este viejo almacén.

Aunque, de todos modos, no hace falta que nadie le repita esa información a Naruto.

Kakashi-sensei estaba enfocado en el futuro de la aldea y en las personas que sobrevivieron porque eso es lo que el país del fuego necesitaba en ese momento con todas sus fuerzas.

Pero ahora hay paz. Y Naruto no puede mirar el progreso y quedarse en su oficina sabiendo que está parado sobre toda la sangre derramada de miles de shinobi que todavía viven en el anonimato.

¿Cómo podría ir a casa y dormir sabiendo eso? Un Hokage camina delante de sus compañeros, y eso incluye a los compañeros que nacieron y murieron mucho antes de que incluso Minato y Kushina se conocieran.

— Entonces, ¿hoy tampoco vas a ir casa? — Shikamaru dice y se recarga en uno de los andenes, bostezando con genuino cansancio y no con esa pereza particular que casi siempre es graciosa.

— No, lo siento — Naruto suspira y carga otra caja, apilándola junto a los documentos que dejó Hiruzen.

— Bueno, sabes que no es conmigo con quien te tienes que disculpar — Shikamaru se encoge de hombros. — Con esta noche vas a cumplir tres días seguidos sin volver a casa.

Shikamaru hace un gesto lleno de desagrado, pero todo lo que Naruto hace es reír con vergüenza por esa acusación. Sabe que Hinata no estará muy feliz con la idea de que vuelva a quedarse otro día consecutivo en la oficina, pero ella es amable y comprensiva y Naruto agradece su paciencia. Sabe que ella entenderá. Este trabajo es importante.

— Terminaré pronto — Naruto asiente y apila otra caja con la firma de Hiruzen. — Así que si la ves, dile que no se preocupe. Y tú tampoco te preocupes, Shikamaru, estaré bien, ¡de verás!

Shikamaru suspira y gira los ojos, y aunque por un momento luce como si quisiera decirle que se va a quedar con él para ayudarlo, otro bostezo lo hace cambiar de opinión.

— En ese caso, me iré, Séptimo — Shikamaru tararea y se aleja de las cajas llenas de polvo. — Temari se molesta cuando la despierto en las madrugadas, así que intentaré llegar antes de que se duerma. 

La mano de Shikamaru se agita en un adiós, algo tan vago y sutil como la propia despedida que Naruto le da antes de darse la vuelta y arrodillarse frente a las cajas que dejó Hiruzen.

— Ah, el abuelo sí que dejó muchos pendientes — Naruto suspira con cansancio y usa una chinchilla de aire para romper la cinta de una vieja caja, evitando respirar el polvo que sigue volando hacia todas partes como si fueran las cacofonías de todos los muertos.

Como regla general y como un protocolo lógico, cuando un shinobi muere su expediente es almacenado aquí. Muchos, sin revisión. Y la mayoría de ellos transportados a este almacén años después de su muerte porque las guerras y los conflictos siempre mantenían ocupados a los Hokage y no tenían el tiempo para mover los archivos a este almacén ellos mismos.

Pero también, cuando había muertes en masa, los oficinistas movían las cajas de escuadrones enteros aquí sin revelar los nombres o las razones de sus muertes a nadie hasta que el Hokage leyera sus expedientes. Y como los anteriores Hokage nunca pudieron hacerlo, aquí permanecieron los nombres y las hazañas de miles de héroes, todos ellos esperando a ver la luz.

Y es precisamente por eso que Naruto está haciendo esto ahora. Finalmente llegó el día en el que todos los muertos serán reconocidos por su valor y su sacrificio. Después de todo, ahora que es el Séptimo Hokage puede levantar un monumento a todos los héroes, absolutamente todos los héroes, empezando desde la fundación de Konoha hasta la época actual.

Naruto suspira y se sienta en el suelo, comenzando a leer los documentos que fueron olvidados durante el gobierno de Hiruzen y que también son los registros que ha estado leyendo estos días.

Afortunadamente, Kakashi-sensei tenía todos sus registros en orden, y aunque Tsunade no pudo organizar todos los archivos con bajas de la cuarta guerra ninja, eran muertes frescas y fueron fáciles de localizar al igual que las muertes que han marcado a la aldea y que fueron reconocidas por el pueblo mismo.

Asuma-sensei, Neji, Inoichi, Shikaku y Jiraiya-sensei eran los primeros que salieron a relucir como héroes de la cuarta guerra ninja. Minato, Kushina, Maito Dai, Biwako Sarutobi, Hizashi Hyuga, Rin Nohara y Shisui Uchiha eran los héroes que se sacrificaron en los conflictos anteriores.

Pero Naruto no quiere incluir solo unos cuantos en el nuevo monumento a los héroes. Todos deben ser recordados y honrados por igual y no importa si Naruto pasa aquí una semana entera, definitivamente sacará a todos los shinobi caídos del anonimato.

— ¿Eh? ¿Qué se supone que es esto? — Naruto suspira y saca una hoja de un folder, mirando su contenido con un poco de impresión y con mucho cansancio. — ¿Por qué el abuelo hacía estas cosas de todos modos?

La hoja se agita en su mano, dando un par de vueltas entre sus dedos como si Naruto esperara que la tinta negra que cubre toda la información simplemente desaparezca.

— Lo hacían para evitar que la información clasificada se filtrara a otros países y provocara una guerra — Kurama gruñe desde su interior. — Hiruzen tenía muchos pecados que guardar.

Naruto tararea y suspira, girando una vez más la hoja y pensando en rendirse con esa caja de archivos porque absolutamente todas las hojas fueron cubiertas por esa tinta y porque su vista está terriblemente cansada para entender las líneas que Hiruzen intentaba cubrir.

Sin embargo, cuando Naruto vuelve a tomar el folder que incluye otras tres hojas más, las letras rotuladas en el costado de la primera hoja llama su atención.

— ¿Hatake? — Naruto parpadea y acerca las hojas a su rostro, jadeando cuando el nombre familiar salta a la vista. — ¿Sakumo Hatake? ¿Se refieren al papá de Kakashi-sensei?

Naruto frunce el ceño y Kurama tararea en su interior, ambo sintiéndose un poco extraños e intrigados por el contenido de esta hoja.

Naruto sabe perfectamente lo que pasó con el papá de Kakashi-sensei y los documentos de Sakumo-San estaban acomodados correctamente en otro archivero. Se supone que Sakumo-San no dejó nada inconcluso y que Hiruzen revisó su caso a fondo. Se supone que la muerte de Sakumo-San estaba aclarada y asentada en los registros. Se supone que Sakumo-San se suicidó.

Pero, entonces, ¿qué hace esto aquí?

— Mmn, no logro distinguir nada — Naruto angosta los ojos, comprendiendo únicamente las partes que dicen el nombre de Sakumo-San 

— ¿Por qué no intentas levantarlo contra la luz? Hiruzen tenía esa manía por remarcar las letras incluso con tinta — Kurama sugiere, sabiendo esa información únicamente porque Kushina pasó algún tiempo ayudando a Hiruzen con su documentación durante su embarazo.

— Buena idea— Naruto asiente y levanta el papel hacia la lámpara en el techo para que las letras queden a contraluz, distinguiendo apenas algunas palabras aleatorias entre todo el derrame de tinta. — Aunque aun no entiendo nada.

— Déjame intentar a mi — Kurama sisea y se asoma por los ojos de Naruto en un intercambio rápido, enfocando el chakra en sus ojos para agudizar su vista y... — “El Kazekage no acepta la oferta de paz bajo estas condiciones.”

La voz de Kurama es baja, gutural, y Naruto jadea ante esas palabras porque, hasta donde él sabe, Suna y Konoha estaban en paz desde el final de la tercera guerra shinobi. Había sido una alianza inmediata y justa para detener las masacres sinsentido. El propio Gaara se lo contó.

— “Ha mencionado que el acuerdo de igualdad y de compañerismo es un fraude y una trampa mientras Konoha siga manteniendo al monstruo que masacró a su pueblo. La paz con Suna no se llevará a cabo a menos que se cumpla la petición del Kazekage.”

— ¿Una petición? — Naruto murmura en el interior de su cuerpo y trata de armar las cosas que Kurama está diciendo para que tengan sentido.

Sabe que el monstruo al que se refieren y que masacró a los shinobi de Suna fue Sakumo-San. Y si Naruto hubiera escuchado esto hace algunos años, inmediatamente habría asumido que los líderes de ese momento tuvieron reuniones y discusiones para arreglar las cosas y para llegar a la paz a través de acuerdos pacíficos y sanos.

Pero ahora que Naruto es el Hokage y que ha leído todos los archivos confidenciales, sabe que esto es una anomalía. No hubo ninguna petición en el acuerdo de paz con Suna. Sakumo-San se suicidó después de fracasar en una misión y, completamente ajenos a ese hecho, Lord Tercero y el Kazekage acordaron la paz por el bien de sus naciones.

O al menos eso es lo que Hiruzen dejó escrito de manera oficial.

— ¿Dice cuál es el acuerdo, Kurama? — Naruto sisea, mirando a través de los ojos de Kurama en su propio cuerpo.

— Mmn, no parece muy claro — Kurama angosta los ojos e inclina más la hoja. — Ellos... creo que ellos estaban pidiendo la vida de uno de los miembros del clan Hatake.

El corazón de Naruto duele y el instinto de Kurama se enciende con molestia, sospechando de este documento conforme sus ojos se deslizan por las palabras, evitando leer las reiteraciones absurdas de Hiruzen antes de que el punto importante de la carta aparezca entre manchones de tinta y lo que podrían ser gotas de sudor.

— "El Kazekage exige una vida. El heredero o el monstruo, a cambio de la paz." — Las palabras que Kurama lee son las últimas palabras en la hoja, la temible conclusión, la terrible y angustiosa verdad del acuerdo con Suna.

— No es posible — Naruto murmura y pasa saliva, absolutamente consciente de que el clan Hatake se redujo a solo dos miembros mucho antes del conflicto con Suna: uno, el monstruo que masacró a los shinobi de Suna. Y dos... Kakashi-sensei. — ¿Por qué nadie mencionó esto antes?

Los puños de Naruto se cierran y su quijada hace un ruido cuando azota los dientes, preguntándose porqué Hiruzen ocultó esta información y qué fue lo que hizo para que el Kazekage cambiara de opinión al respecto.

Si es que cambió de opinión.

— Kurama, ¿puedes ver la fecha del documento?

— Sí — Kurama dice y vuelve a levantar la hoja, colocándola a contraluz y señalando el pequeño recuadro con la fecha y...

— No es posible — Naruto gruñe y cambia nuevamente con Kurama, recuperando su cuerpo para ponerse de pie e ir directamente a uno de los cajones que ya había revisado antes. — Este documento fue escrito antes del suicidio de Sakumo-San, ¡pero se supone que el acuerdo de paz no ocurrió hasta un mes después de eso!

Las manos de Naruto encuentran el registro de la muerte de Sakumo tan rápido como puede, confirmando la fecha y las razones por las que Sakumo se suicidó. O al menos las supuestas razones por las que lo hizo.

— Mmn, ¿estás seguro de que quieres cruzar esa línea? — Kurama murmura cuando Naruto vuelve a la vieja caja, sacando la siguiente hoja de papel que también está llena de tinta. — Podrías arrepentirte de lo que encuentres ahí. Además, ni siquiera es tu asunto.

— ¡Por supuesto que es mi asunto, Kurama! ¡Prometí que cuando me convertiría en Hokage ayudaría a todos, y eso incluye al papá de Kakashi-sensei! ¡Así que no tengo miedo, de veras! — Naruto asiente, levantando la siguiente hoja que está rotulada con el nombre de Sakumo-San y que tiene la firma del consejo shinobi. — Y tú tampoco deberías tener miedo, así que ayúdame y usa tu vista de zorro, ¡por favor!

Naruto hace un puchero y junta las manos en una súplica, y Kurama solo puede girar los ojos con fastidio antes de obedecer y cambiar lugares de nuevo, enfocándose en los trazos que todavía se conservan debajo de la tinta con la que Hiruzen lo intentó ocultar.

Y aunque Kurama no tarda tanto tiempo en descifrar el contenido del documento, Naruto reza internamente para que sea el informe de un nuevo acuerdo con Suna.

Lord Tercero no pudo haber estado de acuerdo en una petición así. El trabajo del Hokage es proteger a otros y no pudo haber dejado que el Kazekage los presionara. Sakumo era un shinobi, una persona, un padre, y no puede creer que Hiruzen...

Su garganta se tensa y el recuerdo del papá de Neji viene a su mente. Había ocurrido algo similar con los Hyuga, y... y Hiruzen ignoró los dilemas de su clan y permitió que Hizashi entregara su vida al Raikage.

No. No. Pero de todos modos su mente continua hablando y evoca a Itachi, al pequeño niño que tuvo que masacrar a su clan mientras Hiruzen no hacía nada por evitarlo.

— ¿Le dijeron que se suicidara? — Naruto pregunta, ahora muy serio y enojado, mirándola hoja de papel que Kurama sostiene contra la lámpara de luz.

— No — Kurama dice y suspira. — Le dijeron que matarían a su hijo.

La sangre de Naruto se hiela y sus ojos se mueven entre las marcas del documento, leyendo al mismo tiempo que Kurama las cosas horribles que Hiruzen y el consejo acordaron a espaldas de Sakumo-San.

— "La alianza con Suna es necesaria para ganar la Tercera Guerra Shinobi, así que accederemos a la petición del Kazekage y entregaremos la vida de uno de los miembros del clan Hatake." — Kurama lee, arrastrando las palabras cuando llega al siguiente renglón. — "El valor de Sakumo Hatake, alias 'El Colmillo Blanco', es de alta estima y su presencia en el final de la tercera guerra es fundamental para asegurar la victoria de la aldea. Por lo tanto, el consejo ha acordado  poner al heredero del clan, Kakashi Hatake, a disposición del Kazekage."

— Malditos — Naruto jadea, hiperventilando cuando recuerda que Kakashi-sensei solo tenía cinco años en ese momento. ¡La aldea iba a entregar la vida de un niño de cinco años al enemigo solo porque no fueron capaces de acordar otra forma de paz! — ¡Malditos!

Sus puños se presionan tanto que duele, pero incluso entonces hay más texto debajo de esa horrible declaración y Kurama sigue leyendo.

— "Se considera que Sakumo puede tener más descendencia cuando el conflicto bélico termine. El sacrificio de Kakashi Hatake será reconocido por la aldea y se tendrá su nombre en valor de héroe. Dar la vida de una persona a cambio de toda una alianza que salvará las vidas de dos naciones es una oportunidad que no podemos desaprovechar como país."

— ¡¿Cómo pudieron acordar eso?! — Naruto recupera el control de su cuerpo y golpea un estante, hiperventilando cuando imagina a todos esos bastardos decidiendo sobre la vida de los demás. ¡Sobre la vida de un niño inocente!

— Bueno, te dije que Hiruzen tenía muchos pecados — Kurama gruñe en su interior. — Y también te dije que no era buena idea leer ese documento. Algunas cosas están mejor olvidadas.

Kurama tararea y hace amago de dormir, pero la repentina sorpresa en Naruto lo hace mantener los ojos abiertos, observando como el chico gira otra vez hacia la caja, tomando la siguiente hoja confidencial porque hay un asunto que contradice absolutamente todo lo que acaban de leer: Kakashi-sensei sigue vivo.

— ¿Entonces qué fue lo que pasó? — Naruto mira el siguiente documento, otra página rotulada con el nombre de Sakumo-San y manchado con tinta por Hiruzen. — Kurama, por favor... solo ayúdame una vez más.

Naruto levanta la hoja hacia la lámpara, y después de unos segundos de duda, Kurama finalmente atiende y cambia lugares con Naruto, leyendo la última declaración del consejo shinobi incluso si sabe que al mocoso no le va a gustar.

— "Hatake Sakumo incumplió el acuerdo con la aldea. Mantuvo a su hijo vigilado como se le indicó, pero un día antes de que ANBU Raíz escoltara a Kakashi Hatake para entregárselo al Kazekage, Sakumo Hatake se suicidó en su domicilio con su propia espada." — Kurama dice, haciendo una breve pausa cuando siente a la tristeza crecer en el pecho de Naruto. — "Afortunadamente, el Kazekage aceptó la muerte de Sakumo una vez que viajó a Konoha y observó el cadáver con sus propios ojos. Por lo tanto, los términos del tratado quedaron asentados y se hará oficial en un par de días delante de los líderes de ambas naciones."

Los ojos de Kurama se deslizan al último párrafo, y antes de que si quiera pueda leerlo la pena y el dolor aumentan en el corazón humano de Naruto.

— "Sobre Sakumo Hatake: será tratado como un traidor por haber desobedecido el mandato del consejo y por haber actuado en su propio beneficio. Su nombre se eliminará de la lista de héroes y su cadáver será enterrado sin honores. La causa de su muerte se mantendrá como información clasificada para la aldea y la versión que se expondrá al público será suicidio por depresión. Sobre Kakashi Hatake: a partir de ahora es el líder de su clan y se le asignará un tutor del consejo shinobi o de Raíz para educarlo como un shinobi funcional que pueda servir ciegamente a Konoha."

La boca de Kurama finalmente se cierra y por unos momentos los dos se quedan callados, observando la hoja de papel con incredulidad y dolor antes de que Kurama finalmente suspire.

— Entonces solo estaba protegiendo a su hijo. — Kurama niega y cierra los ojos, cambiando de lugares con Naruto para volver a acurrucarse en su interior, ahora sintiéndose extrañamente melancólico.

— Sí — Naruto murmura, bajando los brazos y dejando la hoja en la caja. — Solo estaba protegiendo a su hijo. Sakumo-San se suicidó para que el Kazekage no matara a Kakashi-sensei. Él solo estaba siendo un buen padre.

Su aliento golpea las cajas, arrojando más polvo que vuela a su alrededor y se pega a su ropa como si fueran diminutas manos. Manos pequeñas y débiles, exactamente como debieron lucir las manos de Kakashi-sensei cuando le entregaron el cadáver de su papá y tuvo que enterrarlo él mismo.

Kakashi-sensei les habló sobre esa historia una vez cuando eran genin, aunque no admitió que estaba hablando de su propio padre hasta después de que pasaron muchos años. Y según lo que Kakashi-sensei dijo, solo Gai-sensei y Maito Dai lo ayudaron a sepultar a su papá, cavando el hoyo junto a él y comprando un ataúd cuando la aldea finalmente les dio el cadáver de Sakumo después de algunos días. Kakashi-sensei dijo que tardaron en dárselo porque estaban haciendo una investigación de su muerte, pero la única verdad es que estaban esperando a que el Kazekage llegara a la aldea y mirara el cadáver de Sakumo para aceptar el acuerdo de paz.

Y Naruto aún recuerda la piedra que Kakashi-sensei usaba como lápida: una piedra chueca y rara que él mismo talló con el nombre de su papá a los cinco años. Una tumba en la que Sakumo permaneció por décadas hasta que Kakashi-sensei se convirtió en el Sexto Hokage y el consejo le dio permiso de cambiar la tumba de Sakumo a un lugar mucho más decente, con una lápida de verdad.

— Pero él era un héroe — Naruto murmura, volviendo a apretar los puños. — Lo trataron como un traidor, ¡pero todo lo que Sakumo-San hizo fue salvar a su hijo! ¡Es eso lo que un padre hace! ¡No es justo que Sakumo terminara así!

Naruto siente el impulso de llorar, pero sobre la propia tristeza que lo corroe hay una resolución que opaca cualquier otro pensamiento.

— Sakumo-San estaba salvando a su hijo, pero... pero su hijo nunca lo supo. — Naruto jadea y se pone de pie, empujando las cajas con su movimiento. — ¡Kakashi-sensei ha pasado toda su vida creyendo que su papá se suicidó porque falló en una misión, pero la verdadera razón es que Sakumo-San se suicidó porque lo estaba protegiendo! ¡Kakashi-sensei no sabe que su papá le salvó la vida!

Naruto se inclina para recoger las hojas del informe de Sakumo, incluso el documento que no leyó y que también está cubierto de tinta, algo que probablemente será una copia del acuerdo de paz porque los bordes no son originales y aparecen dos firmas que Naruto no conoce.

Pero Naruto no tiene tiempo de verificar el papel y guarda todos los archivos de esa carpeta en los bolsillos de su pantalón antes de darse la vuelta para comenzar a correr hacia la ventana.

— ¿Qué vas a hacer, Naruto? — Kurama gruñe, bufando cuando Naruto salta hacia el tejado del primer piso de la Torre Hokage. — No me digas que piensas contarle la verdad a Kakashi justo ahora.

— ¡Por supuesto! — Naruto sonríe y salta al siguiente edificio, ahora sintiéndose absolutamente emocionado con la idea de contarle a Kakashi-sensei todo lo que descubrió sobre su papá. — Luego de tantos años creyendo una mentira, lo mejor es que lo sepa sapa está misma noche. Además, ¡estoy seguro de que Kakashi-sensei estará feliz cuando sepa que todo lo que le dijeron sobre su papá era una mentira y que Sakumo-San era un héroe!

Kurama tararea con duda y disgusto por su repentina emoción, pero solo cierra los ojos y deja que Naruto siga corriendo, perseguido siempre por los molestos ANBU que lo escoltan.


Naruto toca la puerta un par de veces, sabiendo perfectamente bien que todavía es temprano y que probablemente Kakashi-sensei sigue despierto, tal vez leyendo un libro o tal vez viendo televisión y bebiendo chocolate como un auténtico viejo retirado.

Sin embargo, cuando un ruido se acerca a la puerta, Naruto sabe perfectamente que no se trata de Kakashi-sensei y rápidamente se recuerda a sí mismo que su Sensei no vive solo. De hecho, Kakashi no vive solo hace mucho tiempo, así que Naruto sonríe amigablemente cuando la puerta se abre y el rostro familiar de Gai-sensei se asoma.

— ¿Naruto? ¿Eres tú, muchacho? — Gai parpadea en la oscuridad, luciendo inmediatamente preocupado cuando lo ve porque probablemente está pensando que algo malo ocurrió y que necesita la ayuda de Lord Sexto.

— Todo está bien, Sensei, tranquilo — Naruto dice y hace un ademán amistoso, desviando su atención hacia el fondo del pasillo como si ya no pudiera resistir el secreto de Sakumo-San adentro de su mente.— ¿Kakashi-sensei está aquí?

— Sí, mi amado Rival está en la otra habitación — Gai aclara su garganta y empuja la silla de ruedas hacia atrás, dejando el espacio suficiente para que Naruto pase. — ¿Hay información urgente que necesitas compartir con él? ¿Estás seguro de que no ocurre nada malo?

Gai hunde las cejas y hace un puchero, y Naruto realmente no quiere encender las alarmas en un viejo sensei como él con preocupaciones adicionales.

— Necesito decirle algo, pero para ser honesto en realidad no es una emergencia, Sensei. ¡Todo está bien, de veras! — Naruto dice y sonríe, mirando a Gai con felicidad porque está seguro de que Cejotas-sensei también estará feliz de saber la verdad sobre la muerte de Sakumo ahora que ellos dos son una familia.

— Oh, ¿en serio? — Gai levanta el rostro, deslizando la silla de ruedas hacia el frente de Naruto antes de detenerse en la puerta de la habitación. — ¿Entonces crees que podrías hacerme un gran favor y esperar un par de minutos para hablar con él?

Naruto abre y toma aire, pero antes de que pueda preguntar a qué se refiere con eso, Gai señala el reloj de la cocina y las pastillas para dormir que Naruto reconoce inmediatamente.

— Solo faltan diez minutos para que el efecto pase y Kakashi despierte de su siesta, ¡así que déjalo completar su ciclo, Naruto, por favor! — Gai jadea y levanta las manos en una súplica. — Sé que ahora eres el Hokage y estoy seguro de que debes estar muy ocupado con todos tus nobles asuntos, ¡pero si no es una emergencia entonces te imploro que lo dejes terminar su ciclo de sueño! Mi Rival está a mitad de su recuperación y quisiera que pueda sentirse bien esta noche. ¡Por favor!

Gai baja la cabeza, llorando, y Naruto se siente un poco avergonzado de haber olvidado que ahora Kakashi duerme casi todo el día y sintiéndose culpable de ver a Gai-sensei diciendo esas cosas de una manera tan dramática y emocional. Está exagerando demasiado incluso para tratarse de él.

— Sí, está bien, comprendo. — Naruto sonríe y se encoge de hombros. — Y no hace falta que bajes la cabeza, Sensei. Sabes que somos amigos.

Naruto le da una suave palmada en la cabeza y eso basta para que Gai se reincorpore, cuadrando los hombros y sonriendo con tanta felicidad que parece imposible de creer que realmente estaba llorando hace un momento.

— ¡Sabía que tu noble corazón lo entendería, mi joven y genial Naruto! — Gai se ríe con voz moderada, deslizando nuevamente la silla de ruedas hacia atrás, esta vez dirigiéndolo a la cocina. — Como sabes, después de tantos años trabajando como Hokage el descanso de mi amado Kakashi se arruinó y ahora tiene estos episodios llenos de crisis y ansiedad. ¡Por eso es que necesita dormir tanto!

Gai dice y señala las pastillas, y Naruto sabe perfectamente bien para qué sirven porque él estaba ahí cuando Lady Tsunade se las recetó a Kakashi-sensei, justo un segundo después de que Naruto finalmente tomara el puesto.

— Sí, no debe ser fácil jubilarse después de haber sido Hokage por tantos años. Su cerebro y sus nervios deben estar en crisis. — Naruto dice, sin querer pensar todavía en su propia jubilación porque hay demasiadas cosas que quiere hacer como Hokage.

Y, posiblemente, el verdadero cambio va a comenzar aquí.

— Sí, Kakashi resistió por mucho tiempo, ¡pero finalmente está libre y ahora puede dormir todo lo que quiera y todo lo que su cuerpo necesita para recuperarse! — Gai se ríe y señala una silla para que Naruto se siente, poniéndose de pie sobre una pierna para alcanzar la tetera y dos tazas vacías.

Y aunque por un momento Naruto solo quiere sentarse a esperar, no puede evitar la emoción por lo que acaba de descubrir y mira atentamente a Gai-sensei, sonriendo cuando le entrega una taza y se sienta del otro lado de la mesa.

— Sensei, ¿cómo era el papá de Kakashi-sensei? — La pregunta de Naruto es rara y lo sorprende a él mismo, pero ahora que sabe que Sakumo-San era un héroe no puede evitar sentir un poco de curiosidad, especialmente porque Kakashi nunca les habló de Sakumo más allá de la forma en la que murió.

— ¿Sakumo-San? — Gai parpadea y ladea el rostro, luciendo como si quisiera preguntar por qué está hablando de él en este momento luego de que han pasado largas décadas desde que murió.

Sin embargo, luego de solo un momento Gai suspira y sonríe, tal vez resignado a responder su pregunta solo porque Naruto ahora es el Hokage o porque es demasiado emocional como para negarse a una conversación.

— No recuerdo mucho de él, pero siempre fue amable y amistoso conmigo y con mi papá. Aunque también recuerdo que era bastante tímido y cuando lo veíamos por la calle tardaba mucho tiempo en saludarnos porque tartamudeaba mucho.

Gai dice y se ríe dulcemente sobre su taza de té, y para ser honesto Naruto está un poco sorprendido de escuchar esa respuesta porque había pensado que Sakumo sería similar a Kakashi-sensei, especialmente porque era famoso por ser un shinobi legendario.

— Ya veo — Naruto baja el rostro y se ríe entre dientes. — Entonces era una persona muy dulce.

Su mano inclina su taza de té sobre su boca y luego suspira, ahora entendiendo perfectamente bien las acciones de Sakumo-San.

— Y... ¿nunca pensaste que su muerte fue extraña, Sensei? — Sus ojos vuelven a levantarse, observando a Gai con un sentimiento intenso que no podría definir.

Quiere decírselo a Kakashi-sensei antes que cualquier otro, pero también quiere saber más cosas sobre Sakumo-San para tratar de formar correctamente lo que va a decirle a su Sensei y lo que va a escribir en el registro oficial cuando le revele la verdad a toda la aldea.

— Bueno... — Gai suspira y balancea su taza, alejándola de él y extendiendo los brazos como si necesitara concentrarse para recordar o como si los recuerdos fueran demasiado pesados, demasiado significativos.

¡Está seguro de que Gai-sensei también estará muy feliz cuando sepa lo que descubrió!

— Como sabes, yo solo era un niño pequeño y siempre tuve mala memoria. El recuerdo más gráfico que tengo de Sakumo-San es cuando estaba metido en el ataúd. — La mano de Gai tiembla un poco, balanceando el té como un pequeño espejo que se rompe. — Pero... no recuerdo que hubiera nada raro. Sakumo-San lucía más triste y más delgado cada día y luego simplemente se suicidó.

Gai baja la mirada, y Naruto piensa en dejar el tema para no seguir lastimando a Gai-sensei con recuerdos tristes sobre el suicido de Sakumo-San, especialmente porque todos esos recuerdos están a punto de cambiar completamente.

— Naruto, ¿por qué preguntas sobre Sakumo justo ahora? — Gai pasa saliva y sostiene la taza de té con las dos manos. — ¿Hay algo malo con él? ¿Acaso Sakumo-San ya no podrá seguir conservando su tumba ahora que mi Rival ya no es el Hokage?

La mirada de Gai se llena de tristeza y miedo, y Naruto niega y sonríe de forma exagerada para tranquilizar a Gai.

— ¡Nada de eso! — Naruto guiña, evitando decir "al contrario". — Simplemente estaba pensando en mis propios padres y...

Sus manos sostienen la taza y usa todas sus fuerzas para no decir ninguna imprudencia incluso si el peso de los documentos con el verdadero registro de la muerte de Sakumo-San quema como fuego en el bolsillo de su pantalón.

— Me preguntaba cómo fue para Kakashi-sensei perder a su papá. — Naruto dice y se encoge de hombros. — Después de todo, Kakashi-sensei nunca nos habló de eso.

Su sonrisa es amable y también un poco traviesa, solo para justificar su conversación sin que Gai sospeche nada de lo que descubrió sobre la muerte de Sakumo.

— Ah, ¡ya veo! — Gai jadea con emoción y golpea un puño sobre la palma de su otra mano como si la situación finalmente cobrara sentido en su mente. — ¡Es muy noble de tu parte que te preocupes por mi Rival de esa manera, Naruto! ¡No cabe duda de que tu corazón es muy hermoso!

Los ojos de Gai brillan con sentimentalismo y luego llora un par de cascadas dramáticas antes de volver a tranquilizarse, ahora luciendo completamente relajado y accesible para tener una conversación sobre Sakumo-San sin que luzca como si fuera una mala noticia.

— Muchas gracias, Sensei — Naruto se ríe y se talla la nuca con vergüenza por sus halagos antes de volver a sostener su taza de té. — Y, ¿entonces...?

— Fue terrible, por supuesto — Gai tatarea y asiente, girando la taza en su mano antes de dar un pequeño sorbo. — Kakashi era solo un niño al igual que yo. No podía dormir, y cuando lo hacía, tenía pesadillas terribles que lo hacían llorar y tener crisis. También... dejó de comer y dejó de cuidarse en todos los sentidos. Era como si Kakashi quisiera morir también. Sakumo-San le rompió el corazón cuando se quitó la vida.

Gai suspira muy hondo, tan nostálgico, y Naruto reserva su opinión porque todo lo que quiere decir es que la intención de Sakumo-San jamás fue herir a su hijo. Hiruzen debió haberle dicho la verdad y tal vez así el sufrimiento de Kakashi-sensei hubiera sido menos trágico o...

— Sin embargo — Gai continúa y su gesto triste se ilumina hasta el punto en el que vuelve a sonreír.  — Mi papá todavía estaba ahí para él.

Gai asiente y bebe de su taza de té con tanta normalidad que lo hacen preguntarse a lo que se refiere con eso. Hasta donde sabía, Dai solamente lo ayudó a enterrar el cadáver de Sakumo-San porque era el único adulto que no era una persona horrible.

— ¿Te refieres a Maito Dai? — Naruto parpadea. — ¿Tu papá ayudó a Kakashi-sensei?

— ¡Por supuesto! — Gai sonríe y cuadra los hombros con orgullo por mencionar a su padre. — Yo era demasiado joven para persuadir a Kakashi de cuidar de su propia salud, ¡pero mi papá lo orientaba con mano dura!

El puño de Gai se eleva en el aire y su taza de té se azota en la mesa, salpicando un par de gotas transparentes sobre la superficie.

— Kakashi era necio y se estaba rindiendo a la muerte por la depresión, así que se rehusó a vivir en nuestra casa y se aferró al complejo Hatake como si se estuviera castigando. — Gai tatarea y niega con cariño. — ¡Afortunadamente mi papá era más necio que él! Usaba la psicología inversa para motivar a Kakashi a escucharlo y a ir a nuestra casa. Luego, mi papá lo alimentó, lo cambió, lo cuidó, lo arropó, lo llevó a la escuela y le enseñó todo lo que sabía. Y su determinación por protegerlo era tanta que mi papá incluso aprendió a cocinar las recetas que Sakumo-San dejó en su vieja cocina solo para que mi Rival se sintiera más cómodo comiendo con nosotros, y luego también le enseñó a cocinar. Eventualmente, Kakashi tomó el ritmo de mi papá y volvió al complejo Hatake para vivir de forma independiente. Aunque, si te soy honesto, mi amado Rival pasaba más tiempo en mi casa que en la suya, o al menos así fue los primeros años desde que Sakumo murió.

Naruto sonríe ante la historia, imaginando claramente la situación porque, al menos por las cosas que ha oído, Maito Dai sí era igual a Gai-sensei, así que es muy fácil imaginar a Maito Dai persiguiendo a un pequeño Kakashi deprimido.

— Vaya, ¿eso significa que Sakumo-San y tu papá eran amigos, Sensei? — Naruto pregunta, absolutamente consciente de que no había ninguna coincidencia o relación entre Sakumo-San y Dai-San en los registros de la aldea.

Y, probablemente, además de una amistad no habría razones por las que Dai cuidaría de Kakashi así. O al menos no algo además de su amabilidad ridículamente bondadosa.

— Ah, no realmente — Gai dice y suspira hondo. — Mi papá siempre tenía el entusiasmo y el deseo de ser amigo de cada ciudadano de la aldea, pero Sakumo-San era reservado y tímido y siempre parecía incómodo con las conversaciones animadas. Aunque, por supuesto, ¡eso no detuvo a mi papá de ser amigable y eso no detuvo a Sakumo-San de ser respetuoso con nosotros!

— ¿En serio? ¡Pensé que Sakumo-San y tu papá eran igual de bobos que ustedes dos cuando estaban juntos! — Naruto se ríe, bebiendo más de su té mientras Gai hace un puchero gracioso. — Y también pensé que lo eran porque suena como si tu papá se hubiera esforzado mucho en cuidar a Kakashi-sensei, como si fuera un favor a un viejo amigo.

Naruto tararea y se encoge de hombros, imaginando que Dai-San simplemente era demasiado amable y que la vida solitaria de Kakashi lo conmovió hasta el punto de querer cuidarlo de esa manera.

Sin embargo... Gai angosta los ojos de forma reflexiva y mira su taza de té, como si estuviera cavando profundamente en los recuerdos de aquella época, tal vez desempolvándolos como Naruto lo hizo con todas esas cajas en el almacén de la Torre Hokage.

— Ahora que lo dices así, yo solía pensar lo mismo que tú, Naruto — Gai se recarga dramáticamente en la silla y cierra los ojos como si estuviera a punto de dar un discurso súper juvenil, aunque de alguna manera su rostro permanece serio. — Hubo algo que nunca le conté a mi Rival porque en ese entonces él estaba tan triste que el simple hecho de escuchar el nombre de Sakumo-San lo volvía loco, así que jamás pude contarle.

Las manos de Gai presionan la taza unos momentos, como si necesitara aferrarse a un instante efímero en una memoria vieja.

— Un día antes de que se quitara la vida, Sakumo-San fue a visitar a mi papá. — Las palabras de Gai son firmes, pero por un instante es como si Naruto pudiera oír la voz de un niño asustado. — Los observé desde la ranura de la puerta y no pude escuchar nada de lo que decían porque estaban muy lejos y porque en ese entonces no era tan hábil como para leer los labios. Pero recuerdo que charlaron por algunos minutos antes de que Sakumo se fuera. Al siguiente día, se suicidó.

Naruto asiente y luego, al mismo tiempo que Kurama, un presentimiento extraño lo hace percibir nuevamente el peso del registro de Sakumo-San en su bolsillo.

— ¿Jamás le preguntaste a Dai-San lo que hablaron, Sensei? 

— ¡Por supuesto que no! — Gai grita e infla el pecho. — ¡Estoy seguro de que mi papá me hubiera golpeado por haber hecho una imprudencia tan grande como espiar lo que estaban haciendo!

Gai dice y se ríe por el recuerdo de su padre, pero Naruto se queda callado y tensa los hombros cuando Kurama habla adentro de su mente.

Naruto, ¿recuerdas lo que decía el último documento que leímos? — Kurama gruñe. — La última línea...

Sí, dijeron que alguien del consejo shinobi o de ANBU Raíz se encargaría de educar a Kakashi-sensei para convertirlo en un shinobi que obedeciera ciegamente a Konoha — Naruto responde con su voz mental, hablándole únicamente a Kurama al mismo tiempo que se inclina hacia Gai, sin entender porque su historia no concuerda con lo que Hiruzen decidió. — ¿Es por eso que pensabas que eran amigos, Sensei? — Naruto pregunta, agudizando su vista hacia Gai incluso si sabe perfectamente bien que Cejotas-sensei nunca miente.

— No era como si creyera que eran amigos solo por esa conversación, simplemente... me gustaba imaginar que Sakumo-San le pidió a mi papá que cuidara de Kakashi — Los ojos de Gai se llenan de sentimentalismo y dulzura. — Cuando Kakashi se quedaba con nosotros y cuando finalmente recuperó la habilidad de dormir, me gustaba verlo y me gustaba imaginar que Sakumo-San no había sido una mala persona. Imaginaba que le había dicho a mi papá que le diera eso.

— ¿Eso? — Naruto parpadea y se inclina más cerca, preguntándose si Gai habla de alguna especie de trato con Hiruzen o...

— Un hogar — Gai dice. — Si Kakashi hubiera quedado huérfano y mi papá no hubiera hecho nada por él, hubiera quedado desamparado. Tal vez incluso su destino hubiera sido muy oscuro y muy diferente a lo que fue.

Gai tararea y niega como si la simple idea lo aterrara, como si fuera algo horrendo que no hubiera deseado nunca para Kakashi-sensei incluso si Naruto sabe que ese era el verdadero destino de Kakashi. Era precisamente eso lo que Hiruzen había estipulado para él.

¿Qué fue lo que pasó entonces?

Naruto pregunta en su interior, gruñendo cuando Kurama solo tararea y cierra los ojos como si no estuviera tan intrigado como él en todo este asunto.

— Y... ¿entonces tu papá nunca te dijo nada sobre lo que habló con Sakumo-San, Sensei? — Naruto dice en voz alta y carraspea, sonriendo cuando Gai vuelve a llenarse de ánimos.

— ¡Jamás! — Su asentimiento es firme, tan riguroso como probablemente era su padre. — Pero, si hubo algo que mi papá me dijo muchas veces sobre Kakashi, es que tenía que ayudarlo todo lo que pudiera.

Gai da otro asentimiento lleno de decisión, como si las palabras de su papá hubieran sido una orden. Quizá, la orden más importante de toda su vida.

— Por eso, y por obvias razones personales, una vez que mi papá murió yo puse todo de mí para cuidar a mi Rival — Gai endereza la espalda y levanta un puño. — La muerte de Sakumo fue el punto de partida para el sufrimiento de Kakashi, ¡y entre más pérdidas y desgracias le daba la vida, más me esforzaba yo por intentar hacerlo feliz!

La voz de Gai está llena de orgullo, pero Naruto también puede escuchar la desesperación y la ansiedad, el esfuerzo y el trabajo duro que Gai puso cada día para intentar ayudar a Kakashi, de toda la fuerza que ocupó para llevarlo al sentido contrario de la corriente incluso si todas las cosas lo empujaban a la oscuridad.

— Lo ayudé en cada cosa que podía, lo levanté de cada tropiezo, ¡me esforcé tanto en convencerlo de que su vida era valiosa hasta el punto en el que había días en los que no podía pensar en otra cosa que no fuera su bienestar! — Gai grita y luego cierra la boca abruptamente, bajando el puño y mirando su taza de té. — Y sé que suena tonto y que posiblemente solo estoy diciendo tonterías, pero desde que Sakumo y mi papá se fueron, sentí como si fuera mi deber cuidarlo. Es como si mi papá y como si Sakumo-San hubieran querido asegurarse de que Kakashi nunca estaría solo. De que nunca lo dejaría solo.

Gai suspira hondo y luego niega y se ríe como si estuviera recriminándose por tener pensamientos de un auténtico viejo nostálgico, pero Naruto cree que de hecho Gai-sensei podría tener razón y Sakumo realmente hizo algo para salvar a su hijo.

Y también, Naruto se da cuenta de que Kakashi-sensei tuvo mucha suerte de haberse topado con Dai y con Gai.

Tal vez no fue suerte, Naruto — Kurama tararea, haciéndolo sentir un poco incómodo con toda la situación ahora que hay una pieza perdida en todo el asunto. — ¿No te parece que es demasiada coincidencia que Dai cuidara de Kakashi cuando Sakumo murió? Especialmente, después de lo que había dicho el Hokage.

Naruto baja la mirada a su té, pensando en hacer más preguntas sobre Sakumo y Dai o tal vez incluso preguntar sobre algo que Hiruzen haya dicho en todos esos años que justifique porqué de pronto Kakashi se salvó de la decisión del consejo shinobi.

Quizá, si hay algo más que Sakumo hizo, Naruto podría suavizar la noticia y estructurar un discurso súper genial que haga a Gai-sensei y a Kakashi-sensei llorar cuando sepan la verdad sobre la muerte de Sakumo.

No es como que pueda decir algo tan grave como "El Tercer Hokage y el consejo shinobi te iban a entregar al Kazekage y por eso tu papá se suicidó" como si fuera nada. Naruto debe pensar en los detalles y en todas las cosas que Sakumo hizo y también debe pensar en la reacción de Kakashi-sensei, aunque está bastante seguro de que su Sensei llorará de alegría y estará tan feliz que...

— Aunque valió la pena — Gai-sensei dice de pronto, haciendo que Naruto levante la vista otra vez. — En realidad, no sé si Sakumo-San le dijo a mi papá que cuidara de Kakashi y tampoco sé si mi papá se refería a dedicar toda mi vida a protegerlo cuando me sugirió cuidarlo, pero, como haya sido, valió la pena. Cada vez que veo a Kakashi vivo y feliz, sé que valió la pena. ¡Ahora que ha hecho las paces con todo lo que lo le hizo daño alguna vez, es un hombre nuevo!

Gai suspira con amor y tranquilidad, y Naruto se distrae del tema de Sakumo-San cuando Gai dice esas palabras.

— ¿Te refieres a que Kakashi-sensei perdonó a sus enemigos? — Naruto ladea el rostro, sintiéndose confundido cuando Gai niega y cruza sus brazos sobre su pecho con ese aire dramáticamente sabio.

— A las circunstancias — Los ojos de Gai se cierran unos momentos. — A veces las personas nos resentimos más con las circunstancias que con las personas que nos provocaron daño. Nos preguntamos por qué a nosotros, por qué tenía que ser así, por qué tenían que lastimarnos. Y a Kakashi lo herían las circunstancias de todas sus pérdidas. Él pensó que cada desgracia fue su culpa. Lo pensó incluso desde la muerte de Sakumo. ¡Kakashi pensó que era el responsable y estaba convencido de que su papá se había suicidado por él!

Naruto se tensa, agitando involuntariamente el té en su taza mientras la saliva se acumula en su boca y mientras Kurama hace un sonido raro y gutural que suena entre un gruñido y una risa sin chiste.

— Oh, supongo que eso fue algo malo — Naruto asiente, intentando borrar la duda de su corazón porque es completamente diferente pensar que Sakumo se suicidó porque no quería ver a Kakashi en comparación a la idea de que Sakumo se suicidó porque quería proteger a Kakashi.

Su Sensei estará feliz.

— ¡Por supuesto que fue algo malo! — Gai da un suave golpe en la mesa y mira fijamente a Naruto. — Lo que más deprimía a mi Rival sobre cualquier cosa, era sentir que él fue la causa. A veces, simplemente parecía que deseaba haber sido él quien muriera en lugar de su papá o de cualquier otro. Lo deseaba sin importar la situación. Lo deseaba solo porque nunca fue capaz de cargar con el peso de una muerte en su conciencia y prefería morir antes de perder a un ser querido.

Naruto — Kurama gruñe desde adentro, resoplando cuando Naruto niega y trata de animarse, confiando en que las situaciones son distintas y que esta noticia debería alegrar a su Sensei.

Es su deber como el Hokage decir la verdad y además de eso Kakashi merece saber la verdad.

— Sensei — Naruto habla, frunciendo las cejas cuando se llena de determinación, sintiendo aún todos los nombres de los héroes resonando en el fondo de su cabeza como un recordatorio de lo que les debe. Y Sakumo está ahí. Tiene que estar ahí. Y definitivamente va a ayudarlo. — Si de pronto, por alguna razón, Kakashi-sensei supiera que Sakumo-San se suicidó para protegerlo y que dio su vida para que él pudiera vivir, ¿qué crees que pasaría?

Kurama gira los ojos ante su pregunta obvia, probablemente imaginando que un ninja de élite como Gai entendería inmediatamente lo que Naruto está tratando de decir y entendería el porqué de esta conversación tan inusual sobre Sakumo Hatake.

Pero Gai es un hombre que cree en las verdades absolutas. Gai cree en lo que Naruto está diciendo. Su corazón le cree al Hokage, a un amigo, y simplemente se recarga hacia atrás para pensar en su pregunta antes de asentir.

— Lo destrozaría.

¿Qué?

Naruto se inclina hacia el frente, pensando en reformular su pregunta y exponer los detalles sobre todo el asunto de Sakumo y el Kazekage y el consejo y...

Y obviamente no hace falta.

— Naruto, debes saber que el perdón más difícil que tuvo que enfrentar Kakashi fue el perdón a sí mismo. — Gai suspira con nostalgia y se encoge de hombros, mirando la mesa con dolor,  pasando saliva para tragar los sentimientos negativos. Tal vez, luciendo como luciría si Naruto hubiera dicho la verdad. — Para las personas como tú o como yo, el sacrificio de nuestros padres para salvar nuestra vida es un orgullo. ¡Su sacrificio nos motiva a seguir adelante y a tener ganas de disfrutar la vida y la oportunidad que nos dieron!

Gai asiente y Naruto asiente también, ambos completamente convencidos de que saber que sus padres los amaban lo suficiente como para dar su vida es algo admirable que los hizo amarlos más.

— Sin embargo... — Gai continúa. — Para personas con un corazón sensible como Kakashi, la idea de un sacrificio de esa magnitud les rompería el corazón. Kakashi ya no lo soportaría ahora. El dolor lo haría volver a mirar hacia atrás y hacerlo olvidarse de todo lo que ha aprendido y avanzado. Sería... volver al principio de todo. Sería...

Arruinar lo que Sakumo hizo por él — Kurama dice en el interior, verbalizando las palabras que el propio Naruto había pensado.

— Sería terriblemente doloroso. — Gai concluye y Naruto baja la mirada, tratando de armar todas las piezas y tratando de tomar una decisión sobre las cosas que va a decirle a Kakashi-sensei.

¿Realmente sería tan malo si se lo dice? ¿Kakashi-sensei de verdad se deprimiría de nuevo incluso si el nuevo concepto de Sakumo-San podría hacerlo sentir más tranquilo con su muerte? ¿No se supone que lo correcto es que Kakashi sepa la verdad? ¿No sería injusto y cruel si Naruto le oculta la verdad como lo hizo el Tercer Hokage?

— También, creo que una de las razones por las que sería devastador es porque Kakashi ya hizo las paces con Sakumo-San y eso lo hizo cerrar la herida por completo. Kakashi ya lo perdonó. ¡Y una noticia así arruinaría completamente todo lo que ambos sanaron!

Gai sonríe y da un asentimiento feliz, bebiendo de su taza de té mientras Naruto frunce el ceño y lo mira como si no entendiera nada de lo que dice porque Sakumo-San está evidentemente muerto. Además, tampoco es como si Sakumo hubiera revivido en la cuarta guerra ninja como para que Kakashi-sensei tuviera la oportunidad de reconciliarse o...

— Ya sabes, cuando mi Rival peleó contra Pain, él... lo mató — La voz de Gai es incómoda, llena de dolor y pánico solo por decir eso en voz alta. — Y cuando Kakashi llegó al otro mundo, Sakumo-San lo estaba esperando.

— ¡¿Qué?! — Naruto jadea y da un suave golpe en la mesa con las manos, recordando que en realidad jamás le preguntó a Kakashi-sensei lo que pasó en esa batalla porque todo lo que quería era olvidar esa tragedia, especialmente cuando todos habían logrado revivir.

— Sí, Kakashi me lo contó cuando las cosas se calmaron un poco. ¡Sakumo-San estaba esperándolo ansiosamente para finalmente poder hablar y hacer las paces con él!

— ¿En serio? — Naruto dice y tensa los hombros, haciendo un ruido gutural al mismo tiempo que Kurama, ambos preguntándose si en realidad Kakashi-sensei ya sabía la verdad después de ver a su papá del otro lado, así como el propio Naruto lo supo cuando conoció a Minato y a Kushina. — Sensei, ¿y tú sabes qué es lo que Sakumo-San le dijo a Kakashi?

Gai se inclina hacia atrás y se frota la barbilla, evocando otro doloroso recuerdo que lo hace lucir preocupado por Kakashi y eternamente triste y culpable de saber que murió.

— Según lo que mi Rival me dijo, Sakumo-San solo le dijo dos cosas. — La mano de Gai gira y se levanta en el aire. — Primero, cuando lo saludó, le pidió que le contará toda su vida. Y segundo, cuando se despidió de él, le dijo que finalmente podría descansar e ir con su esposa.

Gai dice, y antes de que Naruto sonría y termine su té de un solo sorbo, Gai se reclina hacia él para murmurar.

— Sin embargo, antes de marcharse, Kakashi dice que lo escuchó decir algo en voz baja. Todavía no sabe lo que significa o lo que quiso decir con eso, pero antes de desaparecer, Sakumo-San dijo: "Hizo un gran trabajo, valió la pena."

Kurama se ríe y cierra los ojos en el interior de Naruto, luciendo bastante convencido de que Sakumo hizo algo al respecto. De que Sakumo lo protegió. De que Kakashi no tendría que saber la verdad nunca.

Pero... soy el Hokage — Naruto dice en su mente, presionando los puños cerca de su taza de té. — No puedo quedarme en mi oficina sabiendo que las personas que dieron su vida por preservar la paz en Konoha son llamados cobardes y traidores. ¡El Hokage debe ayudar a todos, y eso incluye...!

— ¡Pero ya no hablemos de eso, mi estimado Naruto! Después de todo, mi Rival ya no está triste y finalmente está mirando hacia el futuro. Me costó toda la vida convencerlo de que valía la pena vivir, pero cada vez que lo veo dormido a mi lado y sé que no está teniendo pesadillas, ¡siento como si finalmente ya no nos faltara nada en el mundo! ¡Ahora todo está bien y ahora ya no hay nada que nos detenga de ser felices! — Gai se ríe con ánimos, sonrojándose cuando parece pensar en Kakashi y en todo lo que han construido a través de los años. En todo lo que los dos lucharon para obtener esto que tienen ahora. En el hecho de que, a pesar de todo lo que pasó, siempre permanecieron juntos.

Sakumo-San no lo dejó solo — Naruto dice en sus pensamientos. — Es como si Sakumo-San supiera perfectamente que esto pasaría. O algo así. Es como si...

Como si todo esto hubiera sido su plan — Kurama bosteza y cierra los ojos. — Naruto, sigues insistiendo en que debes ayudar a todos los demás por ser el Hokage, pero debes entender que todos los demás también eran shinobis y cada una de esas personas que murieron para edificar Konoha estaban librando sus propias batallas ellos mismos. Murieron por lo que ellos creían que era correcto. No necesitan que nadie los vengue o termine sus peleas. Ellos ya lo hicieron. Ellos ya dieron su vida por una razón. Hicieron lo que hicieron de forma desinteresada y no para que alguien más los llamara héroes o para que los reconocieran por sus sacrificios. Lo hicieron porque amaban a alguien. Lo hicieron por amor.

Naruto se encoge de hombros, sintiendo el peso de los registros secretos quemando otra vez en su bolsillo, sintiéndose como una bomba o una llave al pasado o... en realidad ni siquiera lo sabe. No sabe todo lo que esa información podría hacer.

— ¿Naruto? — La voz adormilada de Kakashi-sensei lo hace levantar el rostro, mirando con miedo a su viejo Sensei cuando se acerca desde la habitación. — Mhn, me pareció escuchar tu voz mientras dormía, ¿por qué no me despertaron?

Kakashi hace un puchero, adivinando que no hay una emergencia porque los dos están bebiendo té y porque los ANBU están relajados y tranquilos en su jardín.

— Ah, no hacía falta, mi amado Rival, Naruto dijo que no era una emergencia y tuvo la amabilidad de dejar terminar tu ciclo se sueño — Gai dice y gira la silla de ruedas hacia atrás para ver a Kakashi de frente, extendiendo los brazos para recibirlo en un abrazo cursi y dramático que Kakashi-sensei acepta con gusto, inclinándose dócilmente sobre él.

— Aun así, debiste despertarme — Kakashi tararea, rodeando la cabeza de Gai cariñosamente antes de enderezarse de nuevo. — Sabes que el puesto de Hokage no deja mucho tiempo libre.

Los ojos de Kakashi giran con fastidio por los recuerdos de ser Hokage, aunque luego solo se ríe y recarga una mano en el hombro de Gai.

— ¡Ah, lo sé, lo sé, pero incluso el Hokage debe tener tiempo para beber una taza de mi mejor té súper rejuvenecedor! — Gai se ríe y toca la mano de Kakashi sobre la suya. — Además, Naruto siempre ha sido muy considerado y amable.

— ¿Sí? Porque cuando era genin...

— ¡Rival, no te atrevas a hablar mal del noble y respetable Séptimo! — Gai frunce el ceño y se cruza de brazos. — En todos mis recuerdos, Naruto siempre ha sido así de responsable.

— Mhn, Gai, creo que perdiste la memoria.

Los dos sensei se ríen a carcajadas, haciendo pucheros y caras bobas que en una situación normal harían a Naruto reír e incluirse en sus juegos absurdos.

Sin embargo, ahora solo lo hace darse cuenta de que este es un momento precioso, uno de esos momentos bellos y naturales que las personas suelen ignorar porque parecen recurrentes e insignificantes, porque se acostumbran a ellos, porque son sencillos y dóciles. Porque creen que los tendrán para siempre.

Y Naruto se da cuenta, con tanta facilidad como con la que respira, que quiere que Kakashi-sensei tenga esto para siempre. Quiere que siga riéndose con Gai-sensei y que siga durmiendo y soñando cosas tranquilas. Quiere que viva en paz la vida que su papá le dio. Quiere que siga siendo feliz. Que no retroceda.

Lo siento, Sensei  — Naruto dice en su interior. — Pero no puedo arruinar esto. Así que no puedo decirte la verdad.

Su mano presiona las hojas en su bolsillo, haciéndolas una bola de papel para que no se deslicen lejos y para que nadie tenga que leerlas nunca más.

— Maa, de todos modos, ¿de qué estaban hablando? — Kakashi dice y aclara su garganta, tratando de ponerse serio.

— ¡Estábamos hablando de lo felices que somos! — Gai grita y levanta el pulgar. — Y estaba a punto de hablarle a Naruto sobre los fabulosos planes de nuestras vacaciones. ¡Incluso creo que deberíamos enseñarle nuestro itinerario para convencerlo de que autorice nuestra salida pronto!

Gai se sonroja y se llena de emoción, luciendo ansioso por ir a buscar su itinerario porque la única realidad es que tanto dolor y tantas guerras y tantas responsabilidades nunca los dejaron tener un viaje juntos. Lo cierto es que solo hasta ahora las heridas sanaron por completo. La única verdad es que el sacrificio de Sakumo realmente y finalmente valió la pena.

Naruto da un asentimiento firme ante su propia resolución antes de beber el resto de su té de un solo sorbo. — No hace falta que me muestres tu itinerario, Sensei. ¡Aprobaré sus vacaciones mañana mismo!

Gai detiene bruscamente su entusiasmo y Kakashi cuadra los hombros, ambos mirando al mismo tiempo a Naruto como si no pudieran creer lo que acaban de oír.

— ¿En serio? — Kakashi ladea el rostro y parpadea. — ¿Acaso sigo dormido y este es un sueño?

Kakashi-sensei lo señala como si fuera sospechoso, pero Naruto se ríe y niega, poniéndose de pie.

— Es absolutamente en serio, Sensei.

— ¡Ves, Kakashi, te dije que Naruto siempre ha sido una persona muy considerada y amable! — Gai levanta las manos y se ríe, pero Kakashi sigue mirando a Naruto como si eso fuera muy raro.

— Bien, aunque supongo que eso no es a lo que viniste, ¿no? — Kakashi tararea. — ¿Qué es lo que venias a decirme, Naruto?

Los ojos de su Sensei se angostan y Gai-sensei también afila la mirada, ambos poniendo mucha atención y probablemente intentando adivinar qué es lo que ocurrió para que Naruto haya venido hasta aquí.

Entonces, ¿qué vas a decirles, Naruto? — Kurama dice, ahora sonando como si todo esto fuera muy gracioso.

Ja, ¿qué no es obvio? — Naruto se ríe únicamente para Kurama, pero luego su sonrisa también brilla para sus dos viejos amigos. — ¡Vine para decirte que tu papá estará incluido en el nuevo monumento a todos los héroes, Kakashi-sensei!

— ¿Qué? — Kakashi jadea y frunce el ceño, y a su lado, Gai abre mucho los ojos como si no pudiera creer lo que dijo. — Naruto, incluso si tu intención es buena, mi papá no era un héroe.

— ¡¿De qué hablas, Sensei?! ¡Hatake Sakumo era un héroe! — Naruto grita y da un asentimiento lleno de seguridad. — Leí todos sus reportes y además todos saben que él solo logró detener la invasión de Suna a principios de la tercera guerra ninja. ¡Si no fuera por él ninguno de nosotros estaría aquí!

El rostro de Kakashi-sensei se sonroja levemente, quizá avergonzado de oír a Naruto elogiando a su papá cuando probablemente lo único que había oído de otras personas (además de Gai-sensei, por supuesto) eran cosas terribles.

— ¡Estoy de acuerdo con Naruto! — Gai jadea con emoción y levanta los dos puños en el aire. — ¡Sakumo-San era un héroe, Rival!

Las mejillas de Kakashi-sensei se ponen aún más rojas, e incluso si lleva su máscara puesta, Naruto puede distinguir su sonrisa.

— Maa, tú más que nadie sabe que el consejo shinobi no va a permitir eso, Gai. — Kakashi carraspea y gira los ojos. — Puede que mi papá haya salvado Konoha más de una vez, pero él...

— Él hizo un trabajo asombroso, Sensei — Naruto corta sus palabras y sonríe con dulzura. — Además, el consejo shinobi está de acuerdo. ¡Les entregué el informe de Sakumo-San y no pudieron negar lo mucho que ayudó a Konoha!

Naruto guiña un ojo, pensando en lo mucho que va a amenazar al consejo shinobi y a los viejos sabios para que acepten a Sakumo en el nuevo monumento a todos los héroes. Si alguno de ellos se atreve a contradecirlo, Naruto los amenazará con revelar la verdadera información sobre el tratado de paz con Suna y sobre la muerte de Sakumo. Y lógicamente, esos viejos van a decir que sí únicamente para salvas sus traseros.

— ¿En serio? — Kakashi cuadra los hombros, luciendo increíblemente orgulloso y feliz cuando Naruto asiente con todas sus fuerzas. — En ese caso, muchas gracias, Naruto.

— ¡Apuesto a que Sakumo-San estaría muy feliz de saber que su nombre quedará grabado en el nuevo monumento a los héroes! ¡Él siempre luchó por las cosas que eran buenas! — Gai dice con entusiasmo, dándole una suave caricia a la mano de Kakashi-sensei como si quisiera animarlo y darle el empujón que siempre necesita.

— Supongo que sí. Él siempre fue muy sentimentalista — La sonrisa de Kakashi se vuelve aún más feliz y llena de nostalgia, posiblemente, evocando solo los recuerdos buenos que tuvo junto a su papá.

— Estoy seguro de que lo era, Sensei — Naruto asiente y luego suelta una de esas risas divertidas. — ¡Les diré que pongan su nombre junto al nombre del papá de Cejotas-sensei, así podrán ir a verlos juntos!

Naruto levanta la mano en un símbolo de victoria, satisfecho con su discurso cuando Gai comienza a llorar y cuando Kakashi luce aún más sorprendido y más feliz que antes.

— ¡Muchas gracias, mi amado y gentil Naruto!

— Eso... suena genial. Gracias.

— No tienen porqué agradecerlo — Naruto suspira y comienza a caminar hacia la puerta. — Es lo menos que sus papás merecen después de todo lo que ayudaron a Konoha.

Gai llora con más emoción y Kakashi-sensei solo se encoge de hombros con modestia vergonzosa, aferrándose a Gai mientras Naruto abre la puerta y da una despedida rápida con la mano.

— De todos modos, tengo que irme, ¡así que nos vemos después! — Naruto sale de la casa y cierra la puerta antes de que Gai diga un discurso emocional y antes de que Kakashi-sensei también llore.

Afuera, toda su guardia ANBU se reagrupa, siguiendo a Naruto de cerca en su caminata suave sobre las calles tranquilas del vecindario.

— Entonces, ¿crees que Sakumo haya planeado eso? — Kurama bufa y recarga su cabeza en sus manos. — Quiero decir, después de todo nadie del consejo ni de Raíz se encargó de criar a Kakashi.

— Sí, creo que Sakumo-San hizo algo antes de quitarse la vida. — Naruto tararea y guarda las manos en sus bolsillos. — Además, recuerda lo que todos dicen de él. ¡Sakumo-San era un ninja de élite y además de eso era un genio de la estrategia y...!

Sus dedos se presionan en las bolsas de su pantalón y repentinamente recuerda que los documentos secretos siguen arrugados al fondo de su bolsillo.

— Naruto, ahora que lo pienso, no leíste la última página que guardaste. — Kurama jadea, evidentemente inmiscuido en todo este asunto.

— ¡Es cierto! — Naruto se detiene a mitad de la calle, sacando la hoja de su bolsillo a toda velocidad y extendiéndola contra la luz de la luna llena. — ¡Vamos, Kurama, léela!

Kurama asiente y cambia con Naruto, angostando los ojos hacia las letras que destacan con la tenue luz plateada y que revelan algo tan claro y tan obvio que incluso Naruto es capaz de leer.

— ¡No puede ser! — Naruto grita, mirando el documento con incredulidad y al mismo tiempo sintiéndose increíblemente sorprendido por un plan tan absolutamente brillante.

— Sabía que Sakumo siempre tuvo las cosas bajo control — Kurama se ríe, y Naruto puede percibir que incluso él siente respeto por el plan del famoso Colmillo Blanco. — Realmente era un hombre muy listo. Y también era un buen padre.

— Sí, tienes razón — Naruto suspira hondo, sosteniendo la hoja contra la luz de la luna incluso si vuelve a cambiar con Kurama y recupera su cuerpo. — ¿Sabes? Creo que debimos haber leído esto antes de venir aquí.

— No importa si ahora eres el Hokage, sigues siendo igual de cabeza dura que siempre, ¿eh? — Kurama se ríe, aún más divertido cuando Naruto hace un puchero. — Aunque, de todos modos, creo que deberías aprender algo de esto.

Kurama tararea, mirando la luna a través de los ojos de Naruto.

— Si te das prisa, podrías llegar a casa antes de que Hinata y los niños se duerman.

— Sí, otra vez tienes razón — Naruto sonríe y guarda nuevamente los documentos oficiales en su bolsillo antes de saltar hacia los árboles con dirección a su casa, de pronto sintiendo demasiadas ganas de comer la cena de su esposa y de besar a sus hijos antes de dormir.

[40 años atrás]

— Entonces, ¿realmente podrías hacerme este favor? — Sakumo dice, tan débilmente y con tanto miedo que el corazón de Dai se contrae con dolor. — Sé que Hiruzen y Danzo intentarán aprovecharse de esto para quedarse con él y lastimarlo. Así que esto es... es lo único y lo último que puedo hacer por él.

La mano huesuda de Sakumo se levanta hacia Dai, mostrándole el documento que consiguió difícilmente por un favor que un viejo soldado le debía. El único documento que el consejo Shinobi no espera. El único documento que puede ayudar a Kakashi. Lo único que puede salvar a Kakashi.

— Por supuesto que voy a ayudarte, Sakumo-San. No te preocupes por eso. — Dai dice y suspira, tocando accidentalmente la mano fría y temblorosa de Sakumo cuando recibe el documento más importante que ha sostenido en toda su vida.

— Fírmalo mañana después del mediodía y luego... entregárselo a Hiruzen — La voz de Sakumo se llena de odio y desprecio al decir ese nombre, pero luego, con la misma debilidad que antes, baja la mirada y observa sus propios pies.

Dai asiente y vuelve a suspirar, sintiendo que la mandíbula le tiembla cuando observa el documento y lee todas las clausulas, todo lo que Sakumo estipuló y todo lo que el soldado le ayudó para obtener una firma oficial de un juez del consejo shinobi para certificar esto.

"Acta de adopción."

— Es la única manera. Estoy seguro de que no se atreverá a hacer nada, no con esto, no contra ti. — Sakumo dice con tanta fe que el corazón de Dai se conmueve y no puede evitar lamentar esto, sentir que es terrible, que no debería estar pasando y que no debería dejar marchar a este hombre.

— ¿Estás seguro de que no hay otra forma, Sakumo-San? — Dai pregunta y solloza, mirando fijamente el rostro de Sakumo en un intento desesperado de insistir en el bobo e inútil plan de huir de aquí que Dai pensó hace unos días.— ¿No hay una alternativa donde puedan sobrevivir los dos?

— No — Sakumo se encoge de hombros y da una negativa muy suave, negándose otra vez a aceptar la oferta de Dai y escapar de Konoha. — No si quiero que Kakashi tenga una oportunidad de disfrutar y de triunfar en este mundo.

Los labios de Sakumo forman una sonrisa breve, tan fugaz que Dai apenas tiene tiempo de apreciarla, de grabársela en las retinas porque sabe que esta es la última vez que verá con vida a Sakumo-San. Esta será la última vez que escuche su voz. La última vez en la que podrá llamarlo un amigo.

— De acuerdo — Dai se obliga a sí mismo a levantar el rostro y lucir orgulloso de la decisión que Sakumo ha tomado.

Dar la vida por un hijo es lo que un verdadero padre hace. Es una muerte digna y llena de respeto. Es lo que Dai también haría por Gai. Y ahora, por esta última vez donde finalmente pueden ser amigos, lo mejor que Dai puede hacer es apoyarlo. ¡Lo único y lo último que Dai puede hacer por él es darle ánimos y convencerlo de que puede irse tranquilo porque él se encargará de cuidar a Kakashi!

— Sé que nunca te han gustado las conversaciones animadas, Sakumo-San — Dai dice y se acerca un paso a él. — Aun así, déjame decirte que eres asombroso y que eres muy valiente. ¡Realmente te admiro y te respeto! E incluso si decides no creerme, te aseguro que te voy a extrañar. Nunca voy a olvidarte.

La respiración de Dai se agita como si quisiera llorar, pero esta es la última vez que Sakumo va a verlo y no quiere que lo recuerde llorando. Especialmente, no quiere que lo vea llorar cuando él será el hombre que se encargará de darle fuerzas a su hijo.

— Gracias — Sakumo dice sin ánimos, tan agobiado y triste y asustado como últimamente luce a causa de la presión del consejo shinobi por entregar la vida del pequeño Kakashi al enemigo.

Y aun así, aun así, Sakumo sonríe honestamente y levanta la mano para darle un apretón amistoso al hombro de Dai.

—Gracias, amigo mío — Sakumo dice y luego retrocede, comenzando a alejarse con esas piernas largas y lentas que le dan tiempo a Dai de tomar aire y enderezar la espalda.

— ¡Cuando llegue el momento y vuelvas a ver a tu hijo, pregúntale sobre la vida que vivó, y te prometo que todo esto habrá valido la pena! — Dai grita, evitando con todas sus fuerzas correr hacia Sakumo-San porque sabe que si lo abraza será mucho más difícil dejarlo ir.

— De acuerdo, lo haré — Sakumo murmura muy bajo, sin voltear a ver a Dai y sin detenerse ni por un segundo como si tuviera miedo de arrepentirse si voltea, como si tuviera miedo de aceptar una idea tan estúpida como huir los cuatro de Konoha y esconderse en algún lugar lejano para vivir el resto de su vida como fugitivos.

Así que Sakumo se va y Dai no lo detiene.

Luego, al siguiente día, Dai firmó el documento de adopción de Kakashi justo como Sakumo se lo pidió. La custodia completa de Kakashi le fue otorgada por el juez y por el consejo shinobi, y cuando Dai llevó una copia a la Torre Hokage, Hiruzen enloqueció y despotricó mil maldiciones al nombre de Sakumo-San.

Aun así, Hiruzen no pudo hacer nada y simplemente escondió el acta de adopción con los demás documentos secretos sobre el tratado de paz con Suna para que nadie sospechara que la muerte de Sakumo tenía que ver con Kazekage.

Y tal y como Sakumo lo planeó, esa decisión evitó que Danzo y el consejo pusieran las manos sobre Kakashi en su momento más vulnerable, salvándolo de un destino oscuro e incierto.

Lógicamente, Dai jamás le dijo a Kakashi que oficialmente era un Maito, pero para asegurar su bienestar y para asegurar que nunca perdería el camino, le aconsejó a Gai ayudarlo en todo lo que pudiera y le pidió que no lo abandonara.

Al menos no en sus momentos más difíciles, al menos no después de que Dai se marchara también.

Y lo demás… bueno, lo demás era trabajo del destino.

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