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Si había algo que tenían en común los menores de la familia, era que amaban estar juntos y hablar sobre las estúpidas acciones de sus hermanos mayores.
La primera vez que ambos se vieron fue cuando la madre de Joffrey regresó a desembarco.
Daeron había regresado solo para encontrar el desastre que tenía su familia.
— Creo que el tío Aegon le insinuó algo a mi hermano Jace.
Daeron observó al pequeño Omega y solo se encogió de hombros. — Aegon siempre insinúa cosas, es un idiota.
El segundo rumor que compartieron fue una semana después en la coronación de Rhaenyra.
Daeron suspiro cansado — Creo que tú hermano Lucerys es un suicida
Joffrey acomodo los botones de su traje. — Dime algo que no sepa — El alfa solo observó a la pareja lanzarse cuchillas con los ojos.
La pequeña pareja siempre pasaba momentos del día juntos y eso hacía correr chismes en la servidumbre.
Meses después, algo extraño sucedió.
— ¿Ese era Aegon? — preguntó Daeron al ver a su hermano mayor encerrarse con Jacaerys.
— Si hablas del Omega que se estaba comiendo en un beso mi hermano mayor, si. Era Aegon.
El suceso siguiente fue algo confuso para ambos.
— ¿Por qué Lucerys lleva el parche de Aemond? — Preguntó confundido Daeron
— Por la misma razón que Aemond lo está persiguiendo.
Dos meses pasaron luego de ver a Aemond Targaryen perseguir a un ebrio Lucerys Velaryon por el castillo en busca de un parche robado.
Y fue una conversación entre los hermanos mayores.
— Aegon...
— Está embarazado.
Ambos se observaron sorprendidos aún ocultos en los pasadizos.
Para sorpresa de ambos, la siguiente vez que vieron a sus hermanos mayores fue mientras corrían hacia el pozo de los dragones, ocultos bajo unas capas negras.
— ¿Crees que no volverán?
— No lo sé, Joffrey.
El escándalo fue grande cuando se encontró una carta de Jacaerys abandonando el trono con Aegon.
El tiempo siguió pasando, la relación familiar se volvió un poco incómoda y Lucerys fue nombrado heredero del trono de hierro.
Un Omega hombre.
Joffrey y Daeron estuvieron en el nombramiento.
Joffrey y Daeron estuvieron ocultos tras un tapiz mientras veían a Lucerys llorar sobre su cama.
— ¿Crees que si me nombrarán a mí, sería un buen rey?
Daeron sostuvo la mano del Omega — Serías tan buen rey que solo caer de un dragón te dejaría mal frente al pueblo y aún así, serías un valiente rey.
Para la pareja Velaryon-Targaryen fueron meses largos, ver a Lucerys caminar rígido y pálido por los pasillos, pararse junto Rhaenyra con la expresión sería y fría.
Solo Daeron y Joffrey vieron la discusión que tenía Lucerys con Aemond cuando el más joven seguía en el campo de entrenamiento a media noche.
Solo ellos fueron el público de los gritos de Aemond porqué Lucerys parará de golpear aquel muñeco con la espada.
Solo ellos vieron al Omega desvanecerse de la nada.
Daeron y Joffrey observaron a Aemond sostener con fuerza el cuerpo semi consciente de Lucerys entre sus brazos y los susurros "Deja de hacer esto, Lucerys."
"Debo ser más fuerte, honrar a mi madre.."
"Yo lo haré por ti, solo detén esto."
Joffrey y Daeron vieron el primer beso del que alguna vez fue el Heredero de Driftmark y el príncipe que lastimó en su infancia.
Las cosas empezaron a empeorar cuando Lucerys enfermó.
Joffrey estaba asustado así que tomó a Tyraxes, pero antes de salir de desembarco, un dragón azulado lo alcanzó. — iré contigo.
Los días pasaron, pero encontraron a Jacaerys.
Con mucho convencimiento por fin aceptó volver, Aegon fue la razón de que aceptará, pues el Omega le convenció que ya estando casados y con sus hijos no los podrían separar.
Daeron y Joffrey observaron la reunión familiar, Jacaerys fue recibido por el abrazo de sus padres.
Aegon y un pequeño cachorro aún expectantes, fueron abrazados por una sollozante Alicent "Eres un idiota"
La bienvenida paso rápido, la puerta se abrió de golpe y allí estaba Aemond, Daeron pensó que vendría a dar la bienvenida a Aegon.
Pero el fuerte puñetazo que le dió a Jacaerys hizo caer al piso del golpe al alfa.
— Hazte responsable de tus acciones, bastardo.
Lucerys pasó unos días más inconsciente, los maestres decían que el pequeño Omega estaba agotado.
Esa noche Joffrey y Daeron habían estado caminando por el castillo, hasta que por casualidad llegaron a la sala del consejo.
Si algo les había enseñado Daemon era que todo era fácil de escuchar si sabías desde donde ubicarte.
Había algunas personas en la gran mesa.
Aemond dió un golpe en la mesa y se puso de pie. — Ya que Jacaerys es heredero de nuevo, Pido cortejar a Lucerys.
El Omega junto a Rhaenyra se había puesto tan rojo que joffrey se preguntó si así se ponía su cara.
Daeron le respondió como si leyera su mente — Si.
La risa de Daemon fue algo que los sorprendió — Por fin.
Rhaenyra suspiro y Alicent solo mordió sus uñas.
Antes que alguien más hablara, Lucerys miró a su madre. — Quiero casarme con Aemond, Mi reina
La boda llegó rápido, se notaba en los novios la emoción, Jacaerys se veía inusualmente incómodo con la situación.
Daeron se burló — Tu hermano es tan raro, cuando él tuvo un hijo con mi hermano, se fugó con él y regresó años después.
— Es que no le agrada aemond.
— ¿Crees que le agrade yo?
Joffrey lo observó confuso — ¿Por qué importa?
El alfa se sonrojo y sólo negó — nada importante.
Algunos años pasaron luego de aquello, en el cumpleaños nuevo diecisiete de Joffrey, Daeron se acercó como siempre que traía un chisme de la corte o sus hermanos.
— Joffrey, hay un rumor en la corte.
— ¿Cuál?
El alfa puso su mano contra el oído del Omega y como un secreto le susurro — Que te pedirán en matrimonio, pronto.
Joffrey parecía confundido — No hay nadie cortejandome.
Daeron suspiro — Claro que lo hay
— Que no.
— Que si.
— No.
— Si.
— No.
— ¿Entonces qué crees que estoy haciendo desde hace años?
Joffrey se quedó observando al alfa, los ojos café se abrieron sorprendidos, algunas lágrimas se acumularon y las mejillas se ruborizaron. — Dae...
— Te estoy proponiendo matrimonio, pequeño omega chismoso.
Joffrey se cubrió la boca y un sollozo amortiguado se escuchó. — Si.
— ¿Aceptas?
— Acepto.
Los rumores de la corte decían que la Reina Rhaenyra y Lady Alicent celebraron en privado que por fin Daeron había pedido a Joffrey.