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Chapter 3: I love u, baby

Summary:

Su unión era perfecta.

Notes:

Saludos amistades, he aquí el final de la historia, espero que les guste.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

III. I love u, baby

 

 

Durante la cena estuvo observando a sus madres, no podía negar el amor que brillaba en sus ojos, Rhaenyra miraba a Alicent como si fuera su tesoro más preciado y ella le sonreía con las mejillas sonrojadas mientras hablaban, Aemond y Helaena estaban comentando algo sobre sus clases y fue al escuchar su nombre que los miro.

 

-Perdón, ¿qué decías?

-Has tenido un excelente avance querido, -dijo Alicent con una sonrisa- tus calificaciones han mejorado mucho.

-Estamos orgullosas de ti hijo, felicidades. -Dijo Rhaenyra.

 

Sintió calor en su pecho, pero al mismo tiempo sabía que el mérito no era suyo, había utilizado a Jacaerys para mejorar sus calificaciones, el omega había cumplido con su trato al pie de la letra, eligiéndolo como compañero de equipo, haciendo sus tareas y lo mejor de todo, lo hizo de tal manera que parecía que realmente había pasado de ser el peor alumno a uno promedio en ese período de tiempo. Al paso que iban para cuando se graduara a nadie le extrañaría que lo hiciera con honores e incluso sus profesores lo habían felicitado por su esfuerzo.

Se sonrojo cuando sus hermanos pequeños le aplaudieron entusiasmados, pues su ‘triunfo’ era en realidad obra del bonito omega de ojos pardos y rizos oscuros, recordó sus ojos llenos de miedo esa tarde y deseo poder ir hasta su casa a rogar por su perdón.

 

-Estábamos pensando en ir de vacaciones a Driftmark, ¿qué les parece? -Preguntó Alicent a sus hijos.

 

Los más pequeños asintieron felices, mientras que Aemond y Helaena aceptaban encantados con la noticia, sintió la mirada expectante de su madre y también asintió con una sonrisa.

 

-Será perfecto, ya lo verán.

 

Terminaron la cena y se levantó, estuvo dando vueltas por la sala mientras esperaba para hablar con su madre alfa, quería hacerlo desde que llegó a su casa, pero Rhaenyra siempre llegaba mucho después cuando salía de la oficina, eso sí, siempre estaba en casa a tiempo para cenar con su familia. Durante la reconciliación Alicent le había hecho una serie de peticiones para tener una familia más normal y unida, no más regalos caros y extravagantes para compensar su ausencia, un horario de trabajo que le permitiera cenar y almorzar con su familia todos los días y vacaciones familiares.

Seguían teniendo escapadas románticas ellas dos, pero solo en su aniversario y sus cumpleaños, para Alicent era ahora más importante cuidar de todos sus hijos y sanar su relación con Aegon.

Encontró a su madre en su oficina en casa, no había puesto un pie en esa habitación hasta esa noche y se asombró al verla. Estaba decorada de manera muy elegante, obra de Alicent por supuesto, en colores rojos y negros que armonizaban bien con el ambiente, había una enorme fotografía de Alicent sentada usando un vestido dorado, colocada en la pared frente al escritorio de su madre, la omega decía que era una exageración, pero Rhaenyra adoraba esa fotografía.

Sobre uno de los muebles había diversos portarretratos, le llamo la atención una foto de su madre omega cargándolo, sabía que su madre había sido muy joven cuando lo dio a luz, pero pudo verla a detalle en la foto. Parecía una niña asustada, pero estaba feliz, sujetaba a su bebé con cuidado y sonreía con su pequeño entre sus brazos.

 

-Esa fue tu primera foto. -Dijo Rhaenyra con una sonrisa, levantándose para avanzar hasta él.

 

Había visto a su hijo entrar y le extraño, pero no dijo nada, Aegon la miro y suspiró.

 

- ¿Pasa algo hijo? -Preguntó preocupada.

- ¿Cómo…? -Dudo al preguntar. - ¿Cómo supiste que mamá era la indicada?

-Oh…

 

Aegon sabía que su madre alfa se había aprovechado de su posición para seducir a su madre omega, haciendo que se embarazara y así obligar a su abuelo a aceptar su relación.

Él no quería eso para empezar su relación con Jacaerys y de alguna manera sentía que se había aprovechado de él.

 

-Yo, -suspiró- creo que encontré a mi omega.

-Cariño, eso es adorable, -lo abrazo afectuosa- cuéntame, ¿quién es él?

-Se llama Jacaerys y lo conocí en la escuela…

 

Rhaenyra lo tomó de la mano, dirigiéndose a la pequeña sala dentro de su oficina, se sentó al lado de su hijo y escuchó atenta todo lo que Aegon le contó.

 

 

*****

 

 

Un nuevo día de escuela llegó, todos estaban entusiasmados por que se aproximaban las vacaciones de verano, Jace sabía que sus padres tenían planeado un viaje familiar sorpresa y había intentado distraerse pensando en eso para no darle más vueltas al asunto de Aegon.

Darse cuenta que sentía algo más por el rubio lo había llenado de emoción y temor a la vez, no sabía cómo portarse ahora, se sonrojo al recordar todo lo que habían hecho durante ese tiempo. Prácticamente se habían visto sin ropa, se habían tocado y disfrutado del cuerpo del otro, pero nunca se habían besado y ahora no podía dejar de pensar en cómo se sentiría ser besado por el guapo alfa rubio.

Su corazón saltó cuando lo vio entrar al salón, ¿su cabello siempre había brillado con el reflejo del sol? ¿Desde cuándo sus ojos eran de ese color azul violeta profundo? ¿Era el alfa más guapo que había visto en su vida?

Sí.

Suspiro bajando la mirada cuando los ojos del rubio se posaron en él, se sonrojo, ese día llevaba bajo su uniforme un hermoso conjunto de color rojo y negro que le sentaba de maravilla, había sido un regalo de Aegon y era uno de sus favoritos.

Estaba decidido a entregarse al rubio y se lo diría después de las clases cuando se vieran en los vestidores.

Esa mañana tenían las últimas tareas y proyectos para su calificación final, todos los profesores habían aceptado de buen grado que Jacaerys su alumno estrella (excepto en idiomas) fuera el tutor de Aegon, por lo que fueron emparejados en casi todas las materias que tomaban juntos, excepto por Artes, Idiomas, Educación Física y Literatura; para que Jace ayudara al mayor en su proyecto final.  

Para Jace el día pasaba lento, sentía una ansiedad que no había tenido antes, casi no podía esperar a que terminaran las clases, su ansiedad era tanta que estuvo a punto de buscar a Aegon durante la hora del receso, se contuvo porqué sus amigos hablaban sobre el festival del fin de curso. Se había olvidado por completo del festejo que se organizaba para celebrar el final de las clases y el inicio de las vacaciones, harían un día de actividades con venta de comida, sin uniformes, solo disfrutar del día y las actividades planeadas por grupo.

Fue antes de dar por terminado su horario de clases que fue llamado por el profesor Gerardys de manera urgente a su oficina, no pudo evitar lanzar una mirada anhelante a Aegon, pero fue ignorado por el alfa, solo la llamada del profesor evitó que saliera corriendo detrás del rubio cuando salió del salón.

Se dirigió a la oficina sin escuchar la plática de Kermit sobre las vacaciones y que se iría a las Tierras de los Ríos para visitar a su familia, lo dejo en la puerta de la oficina del profesor Gerardys y se dirigió a la salida con los demás, despidiéndose animadamente. Había dejado de esperar a su amigo cuando empezó a tardar demasiado para salir, sabía que se quedaba hasta tarde ayudando a Aegon, pero nada más.

Jace tocó educadamente antes de entrar a la oficina del profesor, espero para entrar y se sorprendió al ver en la oficina al chico que había ocupado sus sueños antes de conocer a Aegon, sentado frente al profesor se encontraba Cregan Stark.

 

-Disculpe, volveré más tarde.

 

Se apresuró a darse la vuelta para salir, cuando la voz del profesor lo llamó.

 

-Espere señorito Strong, entre, lo estábamos esperando.

-Buenas tardes.

 

Saludó con timidez y tomó asiento al lado del alfa castaño.

 

-Bien, sé que últimamente tiene más trabajo que de costumbre, pero ha hecho un gran trabajo haciendo de tutor para el señor Targaryen, -Jace se sonrojó al escuchar ese nombre- entonces me atreví a sugerirlo para ayudar al señor Stark.

-Claro profesor.

-El señor Stark ha tenido algunos problemas con la materia, solo necesita apoyo para su trabajo final, espero que pueda ayudarle.

-Muchas gracias profesor. -Dijo Cregan y miró a Jacaerys con una sonrisa.

 

Fue entonces que el omega comprobó que su enamoramiento por el alfa había pasado, su corazón ya no latía acelerado en su presencia, ni su respiración se aceleraba, ya no sentía el cosquilleo de emoción en su estómago y esa esperanza de que algún día el alfa lo notaría también desapareció.

Ambos se despidieron del profesor y salieron caminando juntos de la oficina, mientras Cregan comenzaba a explicarle sobre su trabajo final, Jacaerys miraba disimuladamente por si veía a Aegon esperándolo, estaba nervioso y no podía concentrarse del todo en la explicación de su compañero, lo poco que entendió era bastante sencillo y acordaron verse al día siguiente después de clases para avanzar mejor.

 

- ¿Necesitas que te acompañe a algún lado? -Preguntó Cregan.

-No, gracias, no es necesario. -Le sonrió con timidez mientras miraba disimuladamente a su alrededor otra vez intentando encontrar algún rastro de Aegon esperándolo.

- ¿Seguro? Puedo acompañarte hasta tu casa…

-No será necesario. -Le interrumpió la voz de Aegon. -Lo estaba esperando.

 

Su corazón saltó al escucharlo, no había visto de dónde salió, pero se alegraba mucho de saber que lo estaba esperando.

 

-Está bien, -dijo Cregan- bueno nos vemos.

 

Apenas pudo hacerle un gesto con la cabeza antes de que Aegon tomara su mano y lo llevará aparte, metiéndose en el primer salón que encontraron con la puerta abierta.

 

-Aegon, -comenzó con suavidad- yo…

- ¿Ibas a dejar que ese te tocara igual que yo? -Preguntó con brusquedad, tomándolo de los hombros.

- ¡No! -Contestó sorprendido. - ¿Por qué…?

- ¿Seguro? Es el alfa por el que has estado babeando desde que iniciaron las clases.

- ¡Eso no es cierto! -Se sonrojó por la vergüenza. -Yo nunca…

-No mientas, -se acercó sujetando sus mejillas con fuerza- he visto como lo miras, debes estar feliz de que por fin te ha mirado, ¿es que no tienes suficiente conmigo?

 

Jacaerys lo miró con sus hermosos ojos llenos de lágrimas, su corazón dolió al verlo. No se suponía que sería así, intentó calmarse, respiró hondo antes de volver a hablar, pero no pudo.

 

- ¡Eres el alfa más grosero que he conocido! -Gritó antes de empujarlo y salir corriendo del salón.

 

Aegon se quedó unos segundos sin saber que hacer, entonces salió corriendo detrás de Jacaerys, sentía que si lo dejaba ir nunca podrían estar juntos.

 

- ¡Jacaerys! -Le gritó mientras lo alcanzaba. - ¡Espera!

 

Las lágrimas ya salían sin parar, su nariz estaba empezando a constiparse y estaba seguro que sus mejillas estaban rojas por la vergüenza y el enojo causado por las acusaciones de Aegon, quería irse a su casa, encerrarse en su habitación y no salir hasta que terminara el año.

Su respiración era difícil, además no estaba acostumbrado a correr, por lo que el alfa le dio alcance en poco tiempo, logrando detenerlo a medio camino a la salida.

 

-Espera, por favor, yo…

 

Le dio un jalón del brazo para detenerlo, lastimándolo en el proceso, escuchó el gemido de dolor que soltó, aflojó el agarre en su brazo y lo abrazó con fuerza intentando consolarlo. Pudo escuchar los sollozos del omega y se sintió el ser más miserable del mundo.

Lo primero que su madre le había dicho era que tenía que proteger a quién amaba y él lo había insultado.

Besó sus cabellos y acarició sus hombros, hubiera querido acariciar su espalda, pero la mochila estorbaba, sintió como las lágrimas mojaban su camisa, pero no le importó, espero hasta que el omega dejó de sollozar y entonces le tendió su pañuelo; agradeció mentalmente a su madre omega que le había regalado esos pañuelos bordados con su nombre diciendo que algún día podría utilizarlos, era de color blanco y tenía también el dragón tricéfalo de los Targaryen bordado.

 

-Por favor, escúchame, -pidió con suavidad esta vez- lo siento.

 

Jacaerys aceptó el pañuelo, sonrojándose por la acción, era como en las novelas de romance que le encantaba leer. Sonrió al notar que la tela tenía un bordado muy hermoso, se secó las lágrimas y también limpió su nariz con suavidad. Miro entonces al alfa intentando calmarse y se sorprendió al ver la expresión de Aegon, estaba serio, no había rastro de la expresión juguetona que a veces tenía o la mirada que parecía desnudarlo.

Sus hermosos ojos de color amatista brillaban de manera diferente, parecían casi rojos y eso en lugar de asustarlo le provocó una extraña excitación.

 

-Yo quiero hacer las cosas bien, -sujeto sus mejillas con sus manos para evitar que bajara la mirada- quiero decirte que eres el omega más hermoso que he conocido, -Jacaerys intentó hablar, pero colocó su dedo índice sobre sus labios para callarlo- no es por tu apariencia, -le sonrió con dulzura- eres amable, inteligente, ayudas a tus amigos y tienes el sabor más dulce que he probado.

 

Entonces lo besó.

No era un beso cargado de lujuria y deseo, como cuando lo acariciaba mientras estaban encerrados en un salón al final de sus clases, había mucho más en ese beso, era calmado, lleno de ternura, como si temiera dañarlo.

Su primer beso.

Le correspondió y cerró los ojos dejándose llevar por las sensaciones que lo invadían, sus manos se colocaron sobre las del alfa y después abrió tímidamente sus labios para dejar que la lengua de Aegon entrara en su boca buscando la suya, él no sabía besar, pero se dejo guiar por los movimientos del mayor que pronto aprovecho y tomo posesión de su boca tal como tomaba posesión de su cuerpo cuando estaban a solas.

La cálida luz del sol del atardecer los bañaba, pero estaba seguro que el calor en su cuerpo no era causado por el sol, soltó las manos de Aegon y las llevó a sus hombros, parándose de puntas para poder alcanzarlo mejor, sintió la sonrisa del alfa en sus labios y como este bajaba sus manos para abrazar su cintura.

 

-Sé mío… -Dijo el alfa cuando rompió el beso.

-Sí… -Susurro casi sin aliento.

 

Aegon sonrió más al escuchar su respuesta.

 

~~~~~

 

A partir de ese día una nueva rutina se estableció entre ellos, Aegon los acompañaba por las tardes hasta la puerta de su casa donde se despedía dándole un respetuoso beso en la mejilla o la mano, lo esperaba en la entrada del colegio para ir juntos de la mano hasta su salón.

Pudo ver como varios de sus compañeros soltaron exclamaciones de asombro al verlos llegar juntos, no salían juntos al recreo, pero se daban cuenta que el alfa siempre se sentaba algo alejado del omega y sus amigos, al final de las clases salían juntos y el alfa acompañaba al omega hasta su casa.

Tampoco era raro verlos quedarse en la biblioteca dónde Jacaerys le explicaba con santa paciencia al rubio sobre las clases del día y los temas que se le dificultaban. Se dio cuenta que Aegon en realidad era bastante inteligente, solo que se distraía con facilidad si el tema no le interesaba o le aburría, además prefería pasear con el lindo omega a su lado en lugar de escuchar sobre las lecciones del día.

Solo había algo que molestaba a Jacaerys desde que había aceptado salir con Aegon y era que ya no lo encerraba en cualquier lugar disponible en los edificios del colegio para tocarlo a su antojo por lo tanto él tampoco había podido volver a tocar al alfa con total libertad. Se sentía mal por pensar en eso, pero también le aterraba pensar que tal vez Aegon se aburriría pronto de él si no podía tocarlo como antes, por lo que varias veces se lo insinuó sutilmente, pero nada de lo que intentó sirvió para tentar al alfa.

 

~~~~~

 

El primer fin de semana que le pidió salir formalmente con él, Jacaerys se arregló con esmero, eligiendo los pantalones que más marcaban su trasero y usando una camisa que resaltaba el color de sus ojos, Harwin lo observó con una sonrisa mientras cepillaba su cabello y se colocaba un poco de humectante de labios sin color para hacerlos ver más brillantes.

Laenor estuvo a punto de negarle el permiso de salir cuando abrió la puerta de su casa y vio a Aegon Targaryen en la entrada, quería presentarse con los padres de Jacaerys y pedir su permiso para salir con él, llevaba dos ramos de flores, uno de peonías rosas con rosas blancas para Jacaerys y otro de gerberas con rosas amarillas para Harwin, un gesto que hizo suspirar a Lucerys por lo romántico.

El omega había aceptado su ramo con una sonrisa y un bonito sonrojo en sus mejillas, mientras que Harwin agradecía el gesto y daba su permiso a la pareja, tomo su ramo y el de su hijo para colocarlo en unos floreros, cuando noto la inconformidad de su esposo.

 

-No, -dijo el alfa de la familia, - no vas a…

-No vayas a olvidar tu suéter cariño, no vuelvan tarde, disfruten su salida. -Dijo Harwin mientras se llevaba aparte a su esposo.

 

Jacaerys entendió y tomó la mano de Aegon para salir rápidamente rumbo a su auto, un bonito BMW de color plateado que impresionó a sus hermanos pequeños, que se despedían desde la ventana agitando sus manitas.

 

- ¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? -Preguntó Laenor a su esposo. - ¡Es el hijo mayor de Rhaenyra! Ella embarazó a su omega cuando tenía dos años más que nuestro Jace, no voy a dejar que pervierta a mi pequeño, llámalo ahora mismo y has que regrese o yo…

-Querido, no vamos a ganar nada si le prohibimos salir, además Jace es nuestro hijo y esta creciendo, debemos dejarlo vivir.

-Pero Aegon es…

-Es un alfa educado que se presentó ante nosotros para pedir permiso de salir con nuestro pequeño. -Besó a su esposo para callar sus quejas. -Te recuerdo además que tú también fuiste muy insistente para que aceptara salir contigo cuando mi padre se negó a que te viera.

 

Laenor sonrió y abrazó a su esposo.

 

-Y que yo empecé a escaparme saltando por la ventana para ir a verte por las noches…

-Esta bien, pero espero que vuelvas a tener ‘esa plática’ con Jace, no quiero ser abuelo tan joven.

-Así lo haré querido.

 

Solo así Harwin pudo hacer que Laenor se tranquilizara.

 

~~~~~

 

Una vez dentro del auto del alfa, Jacaerys se decidió a hacer algo que no había hecho desde hacía mucho, tal vez Aegon pensara que era un atrevido, pero no podía más. Estaba acostumbrado al toque del alfa, lo anhelaba como si fuera agua y él alguien muriendo de sed en el desierto.

Se lanzó a sus brazos cuando Aegon comenzaba a hablar sobre el lugar al que quería llevarlo a comer, solo dudo durante un segundo y correspondió con igual ansiedad buscando los labios del omega con los suyos, llevando sus manos debajo de su camisa abriéndola en el proceso, su verga se llenó rápidamente al sentir el encaje cubriendo el pecho del omega, se despegó un momento para poder mirar y gruño al ver el color rojo haciendo contraste con la piel dorada del omega, Jace lo miró con los ojos aguados por el deseo mordiéndose el labio inferior mientras gemía.

 

- ¿Te gusta alfa? -Preguntó haciendo énfasis en la última palabra.

-Me encanta, -contestó apresurado mientras sus dedos rozaban los endurecidos pezones del omega, haciéndolo gemir- dioses, no me lo pones fácil, prometí que te respetaría hasta que estuvieras listo y…

-Estoy listo, -le aseguró mirándolo a los ojos- pero también quiero esperar, es solo que… Extraño que me toques como antes. -Confesó sonrojándose.

-Creo que eso tiene arreglo mi amor. -Dijo el alfa inclinándose para besarlo otra vez.

 

~~~~~

 

De verdad intentaron esperar, ambos lo hicieron, pero era demasiado el deseo que sentían por el otro, fue así que comenzaron en el auto del rubio, tenían demasiado tiempo aguantando su deseo, al grado que ninguno de los dos quiso esperar. 

Aegon lo llevó a un departamento que su abuelo le había regalado cuando cumplió la mayoría de edad, era un lugar amplio, escasamente decorado por qué no lo había utilizado mucho, enorme para una sola persona. Su recámara tenía un ventanal que dejaba entrar la luz del día, que iluminaba toda la habitación.

La cama tenía sábanas de color dorado, Jacaerys no pudo evitar sentirse avergonzado de su cuerpo una vez que Aegon comenzó a quitarle la ropa, pero las palabras de su alfa lo hicieron olvidar su inseguridad.

 

-Eres perfecto, lo más hermoso que he visto.

 

Se sonrojo mientras dejaba que el alfa lo mirara con el atrevido conjunto que había elegido especialmente para ese día, su favorito y el de Aegon, de color rojo y negro, sus manos temblaban nerviosas cuando empezó a desvestir a su alfa.

Sentía que su piel estaba caliente, estaba seguro que sus feromonas salían descontroladas y su lubricante estaba mojando rápidamente la tira del tanga, pudo ver como se marcaba la erección del alfa a través de su ropa interior, sabía que era grande, ya la había tenido entre sus manos, pero se asustó al contemplarlo y sintió como su agujerito se fruncía con anticipación.

Dejo que Aegon lo guiara hasta la cama, tendiéndolo sobre las sábanas más suaves que había sentido, se besaron sin parar mientras rozaban sus erecciones, abrió sus piernas dejando que se acomodara entre ellas, jadeó cuando interrumpió los besos para bajar por su cuerpo, dejando besos sobre sus pezones por encima de la tela, mordiéndolos con suavidad, haciéndolo gemir.

Bajo dejando besos ligeros sobre su panza, acariciándolo con suavidad, hasta que llegó a su pequeña erección apenas contenida por la tanga, la deslizó por sus piernas, separándolas para poder contemplar su agujerito mojado por su lubricante, lo acarició con la punta de su dedo e intento meter la punta, haciéndolo gemir. Finalmente se inclinó y tomo la erección del omega en su boca, lamiendo con ganas, echo las piernas sobre su hombros para estar más cómodo y comenzó a alternar sus lamidas entre la erección y la entrada de Jacaerys.

No paró hasta sentir las pequeñas convulsiones de placer de su omega comenzaron a mostrarse, haciendo que gimiera con fuerza mientras jalaba sus cabellos con desesperación, fue cuando sintió que su orgasmo se acercaba cuando aprovecho para meter su dedo por completo en su interior.

El grito de placer de Jacaerys lo llenó de orgullo, sonrió mientras tragaba la esencia, era dulce, tan dulce como su omega, se incorporó y vio sus ojos brillantes, su piel parecía brillar con la luz del sol, le pareció que no había nada más hermoso que el precioso omega que estaba a punto de poseer, lo deseaba como no había deseado nada en su vida, lo amaba.

Le sonrió y se sorprendió cuando Jacaerys sujeto sus mejillas y lo beso con hambre, probándose en la boca de Aegon, gimió en el beso, disfrutando de la lengua que lamió sus labios con glotonería, mordiéndolos con suavidad al terminar, entonces lo sujeto y se dio la vuelta, quedando él bajo el cuerpo de su omega.

 

-Hazlo, -le dijo al mirar su confusión- no quiero lastimarte.

 

Entonces Jacaerys entendió y se sonrojo con fuerza, sentía apoyarse entre sus nalgas la gran erección del alfa, se movió un poco, tentándolo y sintiendo como volvía a endurecerse, la tomó con cuidado y apoyó la punta en su agujerito que se contraía ansioso por ser llenado.

Mordió su labio inferior, apoyándose en sus rodillas, gimiendo con dolor cuando sintió como empezaba a abrirse, era muy ancha, pero no iba a detenerse, quería ser uno con su alfa, ser suyo.

Cerró los ojos, respirando con dificultad, sintió una de las manos de Aegon acariciar su erección para distraerlo, el alfa se sentó y comenzó a repartir besos por sus hombros, hasta bajar a sus pechos donde lamió y chupo sus pezones con suavidad, haciendo que se olvidara del dolor.

Era un poco más difícil, pero lo logró, jadeó con sorpresa cuando la cabeza entró por fin, su lubricante aumentó y con eso pudo ayudarse para juguetear un poco, metiendo y sacando la punta lentamente moviendo sus caderas, sonrió al escuchar el gruñido de Aegon.

 

-Me estás matando amor… -Susurró con deseo. -Mírame…

 

Lo miró a los ojos y entonces se dejo caer, tomando al fin casi la mitad de la verga de Aegon en un solo movimiento, ambos gimieron cuando por fin la tuvo toda en su interior.

 

-Alfa…

-Omega…

 

Comenzó a moverse torpemente, no tenía experiencia, pero se dejo guiar por el instinto y las manos de su alfa que sujetaron sus caderas para dejarlo inmóvil, Aegon se acostó de nuevo, plantó sus pies en la cama y movió sus caderas para empezar a embestir con suavidad, resbalando cada vez más gracias a la lubricación del omega.

 

-Tan apretado…

-Tan bueno…

 

El omega lo miro a los ojos y comenzó a moverse también, encontraron pronto un ritmo que los enloqueció de placer, tanto que el alfa estuvo a punto de morderlo, deslizó sus manos para abarcar las nalgas de su omega, dejando marcas por la fuerza con la que lo tocaba. Jacaerys reclamó sus labios con un beso, sentía como su erección rozaba con el abdomen del alfa, provocándole más placer, se miraron a los ojos mientras seguían moviéndose. Aegon aumentó la velocidad, sujetó con fuerza las caderas de Jacaerys, impulsándose lo dejo de nuevo acostado sobre la cama, empezó a embestirlo con más fuerza, abriendo sus piernas para ver como su verga se hundía hasta la base en el agujerito de su omega, ahora rojizo e hinchado, con los bordes brillantes por el lubricante.

Gruñó con placer, escuchando como sus huevos chocaban contra las nalgas del omega, el lubricante escurría sin parar por los bordes, apoyó las piernas en sus hombros y continuo embistiendo sin piedad al omega que había empezado a llorar y gemir por el placer que sentía.

 

-Voy a preñarte… -Dijo jadeante.

- ¡Sí! Haz… lo Aegon… Alfa…

 

Se arqueó cuando su orgasmo llegó, su pequeña erección soltando chorros de su semilla sobre su cuerpo, salpicando hasta su cara, su interior se apretó tanto que el alfa grito de placer. Aegon sabía que era un peligro anudar al omega, pero ni los mismos dioses podían evitar que lo hiciera, rugió de placer sintiendo como su nudo crecía y finalmente comenzaba a llenar a su omega con su semilla.

Jacaerys gimió de dolor y placer, el nudo lo estiró aún más, sintió como la semilla de su alfa lo llenaba, tan caliente, tan deliciosa, suspiró de placer, sintiendo como poco a poco la calma llegaba. Aegon espero hasta sentir que se vaciaba por completo dentro de su omega, tal vez no podía morderlo aún, pero lo había marcado con su semen, solo él podría fecundarlo.

 

-Te amo… -Dijo con voz suave en el oído de su omega.

-También te amo… -Contestó con una sonrisa cansada.

 

Permanecieron unidos hasta que el nudo bajó, mientras esperaban Aegon comenzó a mimar a Jacaerys, algo que seguiría haciendo siempre después de cada acoplamiento o celo que compartían, acariciaba el suave cuerpo que lo había acogido con cuidado, casi con reverencia, repartiendo besos sobre las mordidas, arañazos y marcas dejadas sobre la piel de Jacaerys cuando estaba perdido en el placer que su omega le daba.

Cuando el nudo bajo salió de su cuerpo con cuidado, gimieron por la sensación y Aegon sonrió complacido al ver salir su semilla mezclada con el lubricante de Jacaerys y también un poco de sangre en su verga, un sentimiento primitivo y machista nació en su pecho al verlo, orgulloso de haber sido el primero en penetrar a su omega, sería el primero y el último.

Durmieron abrazados, despertaron poco después muy hambrientos, por lo que Aegon llamó a un servicio de comida para ambos, debía de cuidar de su omega, mientras esperaban tomaron un relajante baño de burbujas en la tina de su lujoso baño, dónde continuó mimando a Jacaerys que estaba tímido y algo triste.

 

- ¿Te arrepientes? -Le preguntó preocupado.

-No, -contestó con seguridad- estoy feliz de haber sido tuyo, es solo que también quería esperar a estar casado para hacerlo. -Se sonrojó al confesarlo.

-Lo haremos también cuando nos casemos, no te preocupes. -Dijo juguetón.

 

Aquello fue una promesa implícita por supuesto.

Salieron y se envolvieron en unas esponjosas batas de toalla de color rojo, le avisaron que la comida llegó y se dirigió a la entrada para recibir su pedido, cuando volvía con los paquetes de comida se asombró al ver que Jacaerys tomaba de su ropa una pequeña pastilla de color rosa, sabía que era y una molestia se planto en su pecho, su parte alfa herida al ver que su omega estaba evitando que su semilla se plantara.

Dejo los paquetes en la mesa y le tendió una botella de agua, que el omega tomó, agradeciéndole con una sonrisa dulce.

 

-Lo siento, -dijo Jacaerys con pena- no quería nada entre tu piel y la mía, pero tampoco quiero que seamos padres tan jóvenes.

-Lo entiendo, -se acercó para envolverlo entre sus brazos- no te preocupes, todo estará bien.

 

Comieron entre besos y abrazos, compartiendo su comida, hablando de sus familias y la escuela, se dieron cuenta que era tarde así que se vistieron, Aegon sonrió al ver que el omega caminaba un poco raro, recibiendo un golpe juguetón en su hombro.

Se despidieron en la entrada de la casa de Jacaerys, se dio cuenta que Laenor espiaba de manera no muy discreta por la ventana, disimulando apenas con la cortina.

 

-Descansa, te amo. – Aegon se inclinó y besó la punta de su nariz.

-Descansa, también te amo. – Jacaerys se paró de puntas y lo besó en la mejilla.

 

Ese fue el inicio de su historia.

 

 

*****

 

 

Resultó que Harwin tenía razón y a Jacaerys solo le faltaba crecer para cambiar y así fue, cuando regresaron de sus vacaciones de verano todos sus compañeros se asombraron al ver que el omega había crecido en altura, pero aun así su cuerpo se parecía más al de un alfa que al de un omega grácil, era un poco más ancho de la espalda, lo que afinaba mucho su cintura y sus caderas casi no se habían ensanchado.

Se había asustado al pensar que quizás ya no sería del gusto de Aegon, ya que casi lo alcanzaba en estatura, bastó para que llegara la hora del receso y el alfa lo arrastró al laboratorio dónde lo acarició hasta hacerlo terminar con sus dedos profundamente hundidos en el apretado y caliente interior de Jacaerys.

Para todo el colegio fue una sorpresa que la relación siguiera hasta el final, Aegon se graduó con honores gracias a la ayuda de Jacaerys, lo hicieron al mismo tiempo y ambos presentaron formalmente a sus familias ese día, para entonces ya llevaban dos años juntos y se adoraban.

Gracias a la influencia de Jacaerys fue que Aegon pudo recuperar su relación con Aemond y Helaena, llegando a ser verdaderos hermanos, también se reconcilió con sus madres, quiénes le pidieron perdón por haberlo dejado de lado tantos años.

Estuvieron separados al estudiar la Universidad, pues Jacaerys quería estudiar una carrera magisterial en la capital, mientras que Aegon había logrado entrar a la prestigiosa universidad de Antigua para estudiar empresariales y así tomar el lugar de su madre a su debido tiempo.

En cuanto ambos se graduaron el alfa no esperó y le propuso matrimonio al omega, regalándole un hermoso anillo de oro blanco con un diamante tan grande que lo hizo sonrojarse al verlo, su boda fue un evento pequeño, pero muy sencillo y elegante, rodeados de su familia y amigos cercanos.

La familia Targaryen recibió al omega con los brazos abiertos, agradeciéndole por el cambio que había logrado en Aegon, mientras que los abuelos Velaryon, Corlys y Rhaenys, estaban complacidos al ver que las familias se unían por fin. Habían pedido a Laenor que regresara a formar parte de la empresa y se sintieron orgullosos cuando Lucerys mostró interés por seguir los pasos de su abuelo como CEO de su empresa.

Todos celebraron cuando Jacaerys anunció su embarazo dos años después de casarse con Aegon, el peso que ganó durante el embarazo tenía al alfa loco de deseo que en ningún momento dejo de adorar a su esposo, quizás esa fue la razón de que el matrimonio terminara teniendo cinco pequeños a los que querían con locura.

No había nada que el alfa disfrutara más que acariciar el suave y deseable cuerpo de su omega, cubierto por la coqueta ropa interior que seguía regalándole, no había nada más perfecto que poseer a Jacaerys de todas las formas posibles.

Su unión era perfecta.

 

 

Notes:

Espero que les haya gustado el capítulo, lo que empezó con la intensión de hacer un One-shot de PWP terminó en tres capítulos y el final medio meloso, jeje, pero espero que lo hayan disfrutado.
Agradezco su paciencia un montón y no desesperen que sigo trabajando con las actualizaciones de mis otras historias, de hecho creo que no voy a publicar algo nuevo hasta no estar al corriente con lo pendiente, pero veremos, mientras tanto algunas aclaraciones:

*Iba a darle otro giro a meter a un Aegon celoso y tóxico por la cercanía de Jace con Cregan, pero decidí que mejor no porque lo otro implicaba escribir otros dos capítulos más, ya que también metería al pasado de Aegon y más dramas.
*Quise poner a Laenor celoso y a Harwin todo relajado por ver a su pequeño crecer.
*Rhaenyra fue realmente una caprichosa que solo le interesaba tener a Alicent para ella, por eso se comportó como lo hizo, pero al final logró darse cuenta del daño que le había hecho a su familia.
*El nombre del capítulo es por una frase de la canción Specialz.
*Los nombres de los hijos: Jaehaerys y Jaehaera omegas (sí, son gemelos), Aerys alfa, Aemma omega y Viserys alfa (estos últimos nombrados en honor a los abuelos de Aegon).

¡Muchas gracias por leer! :D

Notes:

Iba a ser un one-shot más sexual, pero no lo quise dejar así, la siguiente parte será el final y tendrá además como fue que Aegon terminó en la escuela de Jace.
Algunas aclaraciones:

*Aegon tiene 19, Jace 15.
*Los papás de Jacaerys, Lucerys y Joffrey son Alfa Laenor, Omega Harwin.
*Los papás de Aegon, Aemond, Helaena, Viserys y Visenya son Alfa Rhaenyra, Omega Alicent.
*El título del fic es por la canción de King Gnu, del anime Jujutsu Kaisen.

¡Gracias por leer! :D