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Cuando Aether entra al set de rodaje y observa quiénes serán sus compañeros de grabación, casi deja escapar una carcajada emocionada. Pocas veces ha tenido la oportunidad de grabar escenas con Diluc Ragnvindir, el joven pelirrojo en ascenso que ha cautivado el corazón de los pervertidos espectadores que ven, a diario, los videos pornográficos donde participa éste tipo. Hombres o mujeres por igual verán cualquier cosa en la cual él esté involucrado por el simple hecho de ser fanáticos de su aspecto, de su personalidad escénica y lo bien que parece follar.
Bueno, Aether puede confirmar que, en efecto, el pelirrojo folla increíble. Por eso está tan emocionada al saber que podrá volver a sentir esa enorme polla dentro de su coño de aquí a poco tiempo.
Oh... la otra persona es la esposa de Diluc. Tanto en el guion que se le ha dado a Aether como en la vida real, es la mujer que lleva el anillo del Ragnvindr en su dedo, la persona que aparece como esposa en los documentos oficiales y a quién Diluc presentará ante todo el mundo como su mujer. Pero, en opinión de la rubia, Donna es solo una chica patética que ha tenido un poco de suerte en la vida.
—¿Tienes claro lo que debes hacer? —le pregunta el director, mucho antes incluso de siquiera saludarla.
—Hola, buenas tardes; yo también me alegro de verte, Señor Zhongli. —Aether sonríe —. Sabes que soy una profesional. Así que, dime, ¿tú qué crees?
—Perdona, buenas tardes. Espero que de verdad te lo hayas aprendido; aunque, como dices, no debería sentirme preocupado. Has demostrado en el corto período de tiempo que llevas trabajando para nosotros que eres más que una profesional. Si eres tú, estoy seguro de que saldrá bien en unas pocas sesiones.
Aether juega con sus largos mechones de cabello rubio, mirando coquetamente al hombre trajeado ante ella. Ese es Zhongli, Morax cuando está en escena, pero hace tiempo que no participa delante de las cámaras, sino detrás. Una lástima. No es el fundador de la empresa, pero tiene un puesto muy alto dentro de esta, lo suficiente como para ser influyente. También es atractivo, masculino y muy llamativo. La primera persona que conoció Aether en esta empresa, concretamente durante la entrevista de trabajo que tuvo que hacer para calificar como trabajadora.
—Siempre y cuando me dejes libertad para improvisar un poco, seguro que sí —dice Aether.
—Confío en ti —es todo lo que Zhongli dice —. Nos vemos en una hora.
Una hora para que las estilistas y maquilladoras profesionales la conviertan en el ejemplo perfecto de una mujer tentadora, seductora y, sobre todo, juvenil. No es difícil, considerando que Aether todavía está alrededor de la veintena. Pero la chica que interpreta no tiene poco más de veinte años, sino los dieciocho recién cumplidos. Una joven que hace poco ha cumplido la mayoría de edad, cachonda y desesperada por la polla de su vecino casado, con quién ha fantaseado por muchos, muchos, meses.
Pasado el tiempo, cuando la rubia se mira al espejo, le gusta lo que ve. No es solo Aether, la actriz para adultos que debutó poco después que su hermana gemela y cautivó el corazón y las pollas de muchos hombres. Ahora es Aether, una adolescente que va a conseguir ser follada por su vecino recién casado y humillará a su esposa.
Es una trama típica, pero siempre funciona. Donde algo es visto como prohibido y poco ético, hay espacio para los fetiches y los deseos escondidos. En la protección que ofrece la ficción, empresas como esta pueden permitirse ser abiertos con ciertos fetiches y deseos para atraer a gente insospechada. Es ficción, siempre dicen. Nadie real sale dañado, aclaman. Son actores, repiten. Y es cierto. Pero estos actores a veces se meten demasiado en el papel y Aether es ese tipo de persona. Ella no va a actuar como una adolescente que le quiere robar el marido a alguien más. De verdad, va a hacer todo lo posible para que Donna se sienta humillada y Diluc se vea seducido.
—No es mi culpa —Aether murmura, todavía mirándose al espejo, mientras termina de peinar sus largos cabellos rubios, ahora sueltos y libres —. Ella debería saber que se ha metido en un mundo peligroso para su matrimonio.
—¿Hablas de la esposa de Diluc? —cuestiona una maquilladora —. Dicen que debutó como actriz también, ya sabes, como tú, no solo en papeles secundarios como ese.
—No tuvo mucha suerte —dice otra maquilladora —. La pobre chica no tiene carisma, su video fue poco visto, así que, por respeto a Diluc, la mantienen dentro de la empresa como actriz secundaria. Pero, si me lo preguntas, es evidente que ella no se siente cómoda viéndolo desenvolverse tan fácilmente en este mundo.
—Si tanto le duele verlo follar con otras mujeres y hombres, ¿por qué se casó con él? —critica Aether, dejando escapar una risa.
—Llevan casados desde hace más tiempo. —Asegura una de las chicas —. Apareció primero él, teniendo un gran debut. Un mes después, Donna estaba entre nosotros, pero no tuvo suerte. Todos creímos que la despedirían, pero de alguna manera aquí está, tomando papeles secundarios como víctima de infidelidades o haciéndose la tonta como figurante de fondo en los videos, esperando una segunda oportunidad.
—No importa. —Aether sonríe —. De todos modos, tendrá que ver como su esposo me folla varias veces este día.
Normalmente, la manera en la cual la empresa hace los vídeos es un poco diferente a la acostumbrada en el medio del entretenimiento para adultos. Graban todo el vídeo de una sola toma, a no ser que deba ser cortado por algo concreto. Luego, vuelven a repetirlo todo una vez más. En dos o tres intentos, es suficiente para tener material suficiente para hacer la película o el vídeo de sexo seleccionando lo mejor de cada grabación. Pero Zhongli es demasiado estricto, así que no se conforma con sacar material de dos o tres intentos. Aether ha llegado a tener que follar con el mismo actor hasta seis veces por culpa de Zhongli. Su coño acabó escocido, la polla del actor apenas podía levantarse más, pero Zhongli se marchó satisfecho.
En esta empresa, los orgasmos son reales; o al menos se intenta que sean reales y los actores sientan placer mientras trabajan. Entonces, todos los orgasmos son un poco sobreactuados, pero ciertos. Los gemidos también, aunque también están algo actuados. ¿Las escenas de los hombres derramando su semen sobre el cuerpo de su acompañante? Siempre es semen real. Quienes trabajan aquí, deben poder follar independientemente del público, los focos y las cámaras sobre ellos. Les debe gustar esa atención especial para que sus cuerpos no se vean afectados al momento de grabar escenas o películas enteras llenas de sexo. Por eso, las entrevistas son tan peculiares.
Aether recuerda la suya. Zhongli le hizo un par de preguntas y, cuando se sintió satisfecho, le propuso sexo.
—Tengamos sexo delante de gente, si lo haces bien, estarás contratada.
Eran veinte personas, todos con cámaras en sus manos. Grandes focos iluminaban la habitación del set de rodaje, donde ella chupó y montó la polla de Zhongli con un enorme placer. No era un problema para Aether, como no lo fue para Lumine, tanta gente viéndola. Resultó que las cámaras estaban apagadas, pero Aether no lo supo hasta haber terminado, tras recibir el orgasmo de Zhongli y su semen directo en su cara.
Cuando Aether sale del camerino, contonea sus caderas hacia el estudio de grabación, donde los sets montados con diferentes habitaciones de una casa permanecen estériles, limpios e intactos. Allí están todos, incluyendo a Donna, caracterizada como una ama de casa demasiado común y Diluc, vestido para impresionar, con ropa que marca sus músculos y la polla enorme con la que carga entre sus piernas.
—Es un placer volver a grabar contigo. —Aether saluda al pelirrojo.
Diluc le dedica una amable sonrisa.
—Hace tiempo que no coincidimos. El placer es mío, Aether.
El último vídeo que grabaron fue hace un mes, al aire libre. Interpretaron a dos amigos que tenían sexo en una zona pública, donde cualquiera los podría ver. Las personas que pasaban delante de ellos eran actores, nadie pudo acercarse lo suficiente para verlos hacer su trabajo, pero la idea era emocionante.
Incluso cuando Diluc quiere contenerse al estar delante de su esposa, sus ojos se desvían hacia el cuerpo de la rubia.
—¡Vamos a empezar! —Avisa Zhongli —. Ya sabéis como funciona. Os dejaré libres y no interrumpiré hasta que finalicéis, a no ser que observe algo que no me guste en lo absoluto.
—Buena suerte —murmura Aether —. Buena suerte a ti también —le dice, después, a Donna.
Donna no contesta.
Y, de esa manera, el vídeo para adultos comienza a grabarse. Una vecina de dieciocho años, muy sexy y cachonda, que seduce a un hombre más mayor que ella, casado, delante de su inocente esposa que nada podrá hacer para detener la infidelidad.
Oh, qué típico vídeo, y qué tan populares son.
..........
En un escenario previamente montado para simular un hogareño salón, perfecto para una pareja casada joven, Diluc y Donna actúan con mucha facilidad como el matrimonio que son. La esposa pone diferentes platos sobre la mesa, tarareando una canción aleatoria, mientras Diluc la observa y hablan de temas muy poco interesantes. Poco después, el timbre de la casa suena, anunciando la llegada de la visita esperada para el día de hoy.
Según el guion, Aether fue invitada por la pareja a comer el día de hoy para celebrar que por fin es una adulta. Se supone que los padres de Aether, inexistentes para el vídeo, son vecinos y amigos de la pareja, así que también tienen buena relación con la rubia. La esposa tonta, Donna, ve a Aether como una adolescente adorable que pronto comenzará la universidad. Nada que pueda ser una amenaza para su no tan próspero matrimonio. Después de todo, la recién convertida en adulta es hija de unos amigos, ¿cómo podría arriesgarse una chica tan buena a romper una amistad que sus padres han hecho en este edificio?
Pero la esposa tonta no sabe que, en secreto, la adolescente puso su cachonda mirada en su esposo desde hace tiempo. No es la chica buena que aparenta delante de los padres. Lejos de serlo, ha fantaseado varias veces con ser follada por el pelirrojo, pero se ha esperado hasta ser mayor de edad porque es consciente de que Diluc jamás la follaría a costa de arriesgarse a ser denunciado ante la policía. Pero ella ahora es adulta. Ahora puede ser follada por el pelirrojo a costa de arriesgarlo todo. No es que le importe demasiado la amistad de sus padres con estos vecinos, mucho menos le importa el aburrido matrimonio de Donna y Diluc.
Es Diluc quién abre la puerta para recibir a Aether a su hogar. Se saludan y Aether, con confianza juvenil, se lanza sobre el pelirrojo para abrazarlo y pegar su hermoso cuerpo contra el del otro. Aunque no ha lanzado una indirecta demasiado obvia de querer ser follada por él, sí ha estado probando terreno antes. Sabe que el pelirrojo se siente atraído por ella. Aether muestra ese conocimiento pegando su cuerpo suavemente, con la excusa de estar feliz de verlo, asegurándose de rozar sus pechos contra el torso musculado del hombre.
Como es de esperar, Diluc interpreta su papel a la perfección. Su cuerpo se tensa momentáneamente, no por la sorpresa de ser abrazado por la vecina adolescente, sino porque siente un escalofrío muy seductor. Sus manos se mueven solas, abrazándola también, demasiado cerca del culo de la rubia como para no ser sospechoso. Incluso sus ojos rojizos se desvían hacia la ropa de Aether, prestándole descarada atención a la corta falda negra que deja ver los muslos tentadores de la rubia.
Poco después aparece Donna, mostrándose alegre por ver a Aether en su hogar. Se muestra ajena al abrazo demasiado largo de su marido con la joven vecina, a las manos errantes del pelirrojo demasiado cerca del culo de la otra mujer o a esos ojos que se desvían hacia los muslos. Porque, por supuesto, Donna interpreta a la esposa tonta que no se dará cuenta de la infidelidad de su marido hasta que lo vea con sus propios ojos.
Ella también abraza a la rubia, intercambian palabras guionizadas vacías y pasan al “interior” del hogar, donde una mesa llena de comida que no será devorada los espera.
Todos interpretan muy bien sus respectivos guiones. Donna es quién tiene la mayor cantidad de palabras en esta sección. Dirige la conversación, muy interesada en las novedades de la vida de la joven vecina. Hace tiempo que no se ven, han estado muy ocupados, pero han sacado tiempo para poder ver a Aether y hacerle una pequeña cena en honor a su mayoría de edad. Le pregunta sobre los estudios, sobre su futura elección de carrera y si tiene algún novio o novia. Zhongli no se molestó en escribir algo profundo cuando la finalidad del vídeo es hacer que los hombres y las mujeres que lo observen se exciten y se masturben viéndolos.
Muy metida en su papel, Aether juega infantilmente con su cabello mientras le lanza miradas a Diluc. Está sentada muy cerca del pelirrojo. Se ha alejado lentamente de Donna, acercándose más al hombre casado, para poder tocarlo. La esposa tonta no se ha dado cuenta y sigue hablando estupideces mientras su esposo mira sin disimulo el escote de la rubia. Ahora que Aether es una adulta, no se molesta en ocultar lo mucho que la excita Diluc. Le sonríe coquetamente y, cuando Donna no observa, mueve su delicada mano hasta posarla sobre el muslo del hombre, acariciando demasiado cerca de su polla.
Aether tiene que reprimir la sorpresa cuando se da cuenta de que Diluc ya está excitado. Es demasiado pronto para que el pelirrojo ya tenga la polla tan dura, a no ser que, de verdad, esté emocionado por volverla a follar.
Ella quiere reírse. Es posible que Diluc Ragnvindr sea demasiado correcto como para follarse otras personas fuera del trabajo, puesto que eso sería infidelidad según las normas de Donna, pero, emocionalmente, Diluc hace tiempo se desvió del respeto a su matrimonio. ¿Cuántas veces se habrá masturbado pensando en Aether o en cualquier otra persona que no sea Donna? ¿Con cuánta ansia habrá esperado el pelirrojo grabar escenas con ella para poder follarla sin consecuencias para su estúpido matrimonio condenado al fracaso?
Continuando con el guion, Donna se pone en pie para “buscar algo”. Aether aprovecha eso para mover su mano y tocar directamente la erección del pelirrojo por encima de los pantalones ajustados. Las cámaras no pierden detalle de la reacción de Diluc; el suspiro de placer, el leve movimiento de caderas y el desesperado deseo por follarla. Como esto es guionizado y nada tiene que ver con la realidad, Donna va a tardar, sospechosamente, demasiado en regresar; el tiempo suficiente para que la joven vecina recién convertida en adulta juegue un poco con su esposo y prepare el terreno para ser follada después.
<<¡Busquen coherencia en otra parte, chicos! ¡Esto es sexo!>> piensa Aether mientras abre el botón del pantalón oscuro de Diluc y libera fácilmente su polla completamente dura. ¡Wow! Según el guion, la rubia tenía que masturbarlo para ponerlo duro mientras el esposo se dejaba tocar por la joven vecina, demasiado perdido en sus deseos egoístas. Pero, al parecer, no hace falta que Aether pierda el tiempo cuando Diluc está más que duro y dispuesto a follarla.
¿Qué es lo que haría esta joven adolescente en un momento como este? Aether lo tiene muy claro. Se supone que la chica es envalentonada, demasiado cachonda y con cero empatía por los demás. No le importa Donna, mucho menos este matrimonio. Desviarse un poco del guion no sería terrible, si lo hace bien. Y ella nunca se equivoca.
Su mano se mueve hacia arriba y hacia abajo entorno a la enorme y gruesa polla del pelirrojo, correspondida por los movimientos de la cadera, follando la delicada mano que le está otorgando placer. Los ojos del pelirrojo no se desvían de los pechos de Aether, del escote que deja ver la apretada camiseta juvenil rosada que lleva puesta. Diluc lo está haciendo muy bien. No ha mirado a Aether a la cara en ningún momento porque su personaje no está interesado en la adolescente, sino en ese cuerpo joven, en follarse algo que no sea su esposa porque está aburrido de siempre ver lo mismo. Pechos jóvenes, curvas juveniles y piel tersa.
Como él ya está duro, decide que tomar este tumbo está bien. Decide agacharse y tragar la polla de Diluc completamente, sacándole un genuino gemido ronco y una maldición susurrada.
—¡Mierda! —Diluc tuerce los ojos hacia arriba. Consciente de las cámaras, no oculta ni un solo detalle de su reacción a la sorpresiva mamada de la rubia —. Pequeña zorra traviesa... —Improvisa un poco —. ¿Tan desesperada estás por una polla?
Aether fuerza una risita mientras devora sin piedad la polla del pelirrojo. La risa nerviosa de una chica joven a la cual han descubierto siendo una auténtica puta. Un poco avergonzada, pero, sobre todo, emocionada por estar cumpliendo su fantasía.
—No has dejado de mirarme todo este tiempo... —Diluc traga saliva y deja escapar un jadeo —. Eres una zorra descarada, mirándome así delante de mi esposa. Quién habría dicho que la chica adorable que conocí es una puta desesperada por una polla.
Oh, sí. Aether es una puta. Lo es tanto como la chica joven que está interpretando. Respetar matrimonios ajenos no va con su estilo, pero, contrario a esta chica que interpreta, Aether no cree que sería tan descarada. Claro, esto es pornografía. Y es placentero por eso mismo. Follarse al esposo de otra persona ha sido una experiencia repetida en la vida de Aether y Lumine, tanto como follar en público disimuladamente o probar cosas nuevas. Pero siempre han tratado de ocultarse. Esto es... refrescante. Poder hacer esto con la excusa de ser ficción.
Aunque a la rubia le encantaría seguir chupando la polla de Diluc, tienen tiempo limitado. Así que, cuando escucha los pasos de la esposa tonta acercarse, se retira, limpia sus labios con una servilleta como si limpiara salsa de la comida y se sienta correctamente. Donna toma asiento, ignorante de todo, sin saber que la polla de Diluc está fuera de los pantalones, mojada por sus propios fluidos y la saliva abundante de la rubia que, segundos antes, ha estado chupando.
Si Donna ha notado la ligera humedad en los labios de Aether, así como el pintalabios ligeramente desaparecido, no se hace presente en su rostro. No es una mala actriz. Podría obtener papeles interesantes fuera del mundo de la pornografía. Tiene un bonito rostro y un buen cuerpo. Pero Donna parece obsesionada en estar al lado de su esposo, como si estuviera paranoica ante la idea de que Diluc pudiera engañarla tarde o temprano con alguna de las chicas o chicos que actúan con él.
Es inútil. Quién quiere ser infiel lo será, encontrará la manera, la oportunidad y la persona adecuada. O así es como Aether ve el mundo.
Donna continúa hablando, hace preguntas que son respondidas educadamente, mantiene una conversación con su esposo como si no notara el tono jadeante en su voz. Y es que Aether tiene su mano mojada en su polla, masturbándolo bajo la mesa con el máximo disimulo que puede permitirse. Intenta que sea creíble que una esposa tonta no se dé cuenta de que alguien está haciendo movimientos sospechosos sobre el regazo de su marido.
Por supuesto, Aether sabe lo que las cámaras quieren ver, lo que sus fans desean. Ella tiene sus maneras de mostrarse deseable aun con la ropa puesta. De vez en cuando se remueve sobre su asiento, mostrándose ansiosa. Aprovecha los momentos adecuados para observar con deseo a Diluc, muerde sus labios y, en algún momento, empezó a mover sus propias caderas, rozando su coño contra la silla como si eso pudiera dar alivio a su coño húmedo. No lo hace, pero el efecto es el esperado a juzgar por cómo la están mirando Zhongli, los camarógrafos y otras personas expectantes.
Pero, a ojos de Aether, se necesita algo más. Un poco más de “riesgo”. Así que, contra todo pronóstico, deja de masturbar a Diluc. Si este se sorprende, no lo hace ver; probablemente ya sepa que Aether va a improvisar nuevamente. Y eso es lo que ella quiere hacer. Con el máximo disimulo que puede permitirse, con la excusa de arreglar su falda, levanta un poco su trasero. Pero no arregla la tela oscura, sino que saca sus bragas, las retira lentamente hasta dejarlas caer al suelo. Si el jadeo de Zhongli y la mirada intensa de Diluc tienen algo que decir, ha sido una buena decisión.
Su mano se mueve entre sus piernas, rozando con sus dedos sus húmedos pliegues, empapándose. Luego, esa misma mano la dirige a la polla de Diluc y vuelve a masturbarlo.
El pelirrojo es incapaz de controlar su propio deseo. La expresión de su cara es la de un depredador y deja ver lo mucho que está deseando enterrar su eje duro dentro de la seductora estrella del mundo del entretenimiento para adultos.
Donna comenta algo. Se levanta para recoger los platos, como si hubieran terminado de comer. Su papel ahora es recoger la mesa y lavar los platos. Eso le dará el tiempo fuera de escena necesaria para que se desarrolle la mayor parte del encuentro sexual entre Diluc y Aether. Donna solo aparecerá al final, para descubrirlos, con el regalo de Aether en la mano. Zhongli ha sido especialmente cruel con este guion, teniendo en cuenta que Donna es la esposa real de Diluc.
En cuanto la esposa tonta desaparece y la mesa está despejada, Diluc hace lo que tiene que hacer. Agarra con brusquedad el cuerpo delicado de la rubia, la sienta sobre la mesa, y se lanza a besarla como un muerto de hambre. Aether deja escapar un gemido de emoción. El beso es intenso, sus lenguas se coordinan para dar un verdadero espectáculo al espectador y el roce constante de la erección contra su muslo, demasiado cerca de su coño, es maravilloso. Si fuera por ambos, Diluc metería su polla en estos instantes y la follaría hasta el olvido, pero deben alargar esto todo lo que puedan.
Aether se quita la camiseta ajustada, tirándola sobre la mesa. Su deseo era dejarla sobre el suelo, pero sus brazos tiemblan demasiado por la excitación como para tener fuerza suficiente. No importa, porque sus pechos están al aire, sus pezones erectos y duros a la vista de todos, aunque no por mucho tiempo, pues Diluc baja su rostro y agarra sus pechos. Juega con ellos bruscamente, apenas unos segundos, antes de lanzarse a chupar uno de estos.
Aether se estremece y gime. ¡Este hombre es muy bueno para dar placer!
—Así es... —Aether murmura su diálogo —. ¿Te gustan? —pregunta con un tono condescendiente y juguetón —. ¿Son mejores que las de tu esposa?
—Mucho mejores —dice Diluc —. Más grandes, más bonitas...
No hay mucho más que decir, así que el pelirrojo sigue lamiendo sus pezones mientras la mano errante de la rubia lo masturba perezosamente. No quiere que Diluc se corra demasiado pronto, pero quiere hacerlo sentir bien.
Los labios de Diluc vuelven a probar los labios de Aether una vez más mientras le quita la falda y la tira al suelo con genuino deseo de verla desaparecer. Deja las medias puestas. La tela de estas llega unos dos centímetros por encima de las rodillas, lo suficiente como para verse juveniles y no ocultar los muslos hermosos de Aether. El plan es dejarlas puestas todo el tiempo. Tras eso, él mismo se quita su propia camisa. La abre fingiendo torpeza y se la retira descuidadamente mientras intenta besarla nuevamente.
—Déjame ver tu coño... —murmura entre besos.
Él vuelve a tomar asiento mientras Aether se acomoda sobre la mesa con sus piernas abiertas, mostrándole al mundo su hermoso coño desnudo, mojado y desesperado por recibir más y más placer. Sabe que las cámaras estarán enfocándolo, haciéndole énfasis, hasta que Diluc se acerca y mete su perfecto rostro entre sus piernas para poder chupar sus pliegues y beber sus fluidos hasta hacerla temblar, gritar y sollozar.
Y, por supuesto, eso es lo que consigue de ella. Diluc sabe cómo dar placer a los demás. No importa si tiene una polla enorme delante de su cara o un coño, él sabe usar su boca para sacar los gemidos más deliciosos que el espectador pueda oír jamás. No por nada tiene tanta gente detrás de él siguiendo todos los videos en los cuales participa. Además, puede que él no deba correrse hasta el final de la escena, pero Aether tiene libertad para tener todos los orgasmos que ambos actores quieran y puedan conseguir. Contra más, mejor.
El pelirrojo se toma su tiempo, pero es certero en todo. Sus dedos dentro de ella embistiéndola en los lugares correctos, su lengua maltratando su clítoris continuamente y su respiración contra su sensible piel. Aether se siente derretida sobre la mesa, a ojos de todas esas personas, recibiendo un espectacular sexo oral por parte del actor. Incluso Donna los observa ahora que no tiene que hacer nada en absoluto. Aether puede verla de reojo, con sus ojos llorosos cerca del clímax; su rostro es tenso, de verdadero agobio. No le gusta verlo follar con otras personas, pero Aether no tiene espacio para la piedad. ¡¿Qué esperaba conseguir al seguir al lado de una persona cuyo trabajo es tener sexo?! ¡Hay una razón por la cual los matrimonios dentro de este trabajo nunca duran demasiado tiempo!
—¡Estoy tan cerca! —ella llora entre gritos, dejando escapar descuidadamente el nombre del personaje que Diluc interpreta —. ¡Sí, un poco más!
Sus caderas se mueven temblorosamente y su cuerpo entero se retuerce, tenso, cuando el orgasmo acude a ella. Su espalda impacta bruscamente contra la mesa de madera y, aunque se hace algo de daño, no importa, porque las olas de placer que la invaden son pura fantasía.
Diluc se retira, limpia su rostro manchado por los fluidos de la rubia, y le dedica una sonrisa tensa. Debe dolerle la polla de tanto esperar. Hace que Aether se sienta un poco mal por él. No es fácil tener polla en este mundo del entretenimiento para adultos. Lumine lo lleva mejor que otras personas, Zhongli es un experto en aguantar y aguantar sin mostrarse perturbado, pero Diluc aun debe aprender cómo hacer eso.
De todos modos, ya han dado un buen espectáculo en esta sección. Ahora toca la siguiente parte.
—Mm, ven aquí —murmura Aether.
Ella se pone en pie, temblorosamente. Diluc la arrastra hasta darle la vuelta, apoyando sus antebrazos sobre la mesa mientras su culo queda al exterior, a la vista de todos. Aether mueve sus caderas de lado a lado, juguetona, entre risas falsas, cuando Diluc improvisa una palmada en el culo que la hace jadear emocionada. ¡Incluso el pelirrojo está emocionado por follarla!
Diluc agarra su erección y la posiciona correctamente. Solo entonces, mueve sus caderas y la penetra fácilmente, enterrando toda la extensión de su enorme eje. Ambos cierran sus ojos y gimen, y aunque les gustaría tomarse el tiempo para disfrutar de este momento, no hay tiempo para eso. No es lo que Zhongli quiere para este vídeo. Así que Diluc toma sus cabellos con fuerza, tirando de estos tal y como dice el guion, y empieza a follara con dureza y sin piedad contra la mesa que se mueven al compás del ritmo, arrastrada y creando un ruido imposible de ignorar.
Aether grita, enamorada de la polla que la está follando, más emocionada aun por las cámaras que lo ven todo y todas las pollas duras que tienen esos camarógrafos mientras los graban. No son tan indiferentes como ellos quieren aparentar. Sus ojos derraman lágrimas que caen involuntariamente por sus mejillas, manchando el maquillaje que, más tarde, las hermosas maquilladoras tendrán que arreglar con sus expertas manos. Su boca permanece abierta, el pintalabios corrido y destrozado, dejando escapar gritos y súplicas mientras Diluc entierra su erección contra el interior de su coño.
Es una imagen tan erótica como desastrosa. Aether está tan desarreglada y enloquecida por el sexo como se espera de su personaje y Diluc se ve tan necesitado de follar un nuevo cuerpo ajeno al de su esposa como se espera. Dos personas que no se aman, pero se desean con locura, teniendo una intensa sesión de sexo rápido y arriesgado en el salón de un hogar cálido mientras la esposa lava los platos, ajena a la descarada infidelidad y la terrible falta de respeto.
El pelirrojo tira de sus cabellos y mueve su rostro a un lado, descubriendo su cuello. Lo besa, lo muerde delicadamente, dejando una marca que luego tendrán que tapar con maquillaje. Apenas se detiene unos segundos para tomar la pierna de Aether y levantarla, aprovechándose de su flexibilidad, y la hace apoyarla sobre la mesa. Más abierta que nunca, las cámaras pueden grabar más de cerca como entra y sale la polla del pelirrojo de su coño maltratado. Por si fuera poco, Diluc dirige su mano de sus rubios cabellos al clítoris, tocándolo y estimulándolo para terminar de enloquecer a Aether, quién se estremece y grita de felicidad.
¡De verdad, ella ama su trabajo!
Es entonces cuando Donna tiene que aparecer. Le dan el supuesto regalo de Aether, una caja llamativa vacía que nunca será abierta. Aparece tal y como se espera, emocionada por poder darle a la hija de sus amigos vecinos el regalo que tanto se ha esforzado por preparar, cuando se encuentra con la escena más terrible que una esposa puede presenciar. Sus ojos se abren con sorpresa, lágrimas se acumulan en sus ojos y la caja cae al suelo, creando un sonido vacío que será editado a posteriori para más impacto.
Ella grita el nombre de su esposo entre lágrimas, sus manos tapando su boca. No puede creer lo que ve. Diluc finge un segundo de arrepentimiento, pero no es genuino, sino porque lo han atrapado en pleno acto. Es lo que se espera del esposo. Entonces, se retira, su polla libre y fuera del coño de Aether. La esposa tonta corre con la intención de separar a su esposo de la joven que recién se ha convertido en una adulta, pero esa chica es una puta descarada, así que la empuja entre risitas y, coqueta, cae de rodillas frente la erección del esposo aun excitado.
Aether no haría eso. No se atrevería a ser tan descarada. Pero esta joven chica sí lo quiere hacer. Toma la polla con su boca mientras su mano se mueve a su propia entrepierna, maltratando su hinchado clítoris. Diluc la agarra del pelo y, murmurando disculpas vacías a su esposa, cómo le es imposible detenerse ahora, folla desesperado la garganta de Aether. La mano del pelirrojo aprieta más los mechones rubios, obliga a Aether a mover su cabeza bruscamente, a ser usada como un juguete sexual frente a su esposa que llora en el suelo, pidiendo desesperadamente que se detengan.
No parece que esos dos estén actuando, a ojos de Aether. Es un poco incómodo, pero Zhongli parece emocionado por la pasión de los actores.
Finalmente, se estremece cuando el segundo orgasmo acude a ella. Sus ojos se cierran, gime con la erección dentro de su boca y sus labios se aprietan más. Entonces, Diluc se aparta, se masturba rápidamente y deja salir su semilla sobre el rostro de Aether. Él no para de jadear mientras su mano se mueve entorno a su eje duro, sin detenerse hasta que la última gota de su semen ha salido. Y, tras eso, suspira satisfecho.
Los focos se apagan, las cámaras dejan de grabar y Zhongli aplaude emocionado. Las personas del staff corren con toallas para limpiar a los dos actores principales y, en ningún momento, Diluc ha mirado a su esposa.
Aether se pregunta, ¿tan bien ha hecho su trabajo que Diluc ha perdido el contacto con la realidad o esos dos están mucho peor de lo que ella creía?
No importa, porque aun queda mucho día por delante y ella tendrá que repetir esta increíble sesión de sexo con Diluc, como mínimo, dos veces más. Aunque a Diluc no parece importarle eso, juzgando por como está pidiendo a todos que se den prisa.
Sigue sin mirar a su esposa.
Aether, finalmente, sonríe.
—Los matrimonios en este trabajo nunca han durado, querida... —murmura a nadie en especial.