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La boda de Bill y Fleur se había recorrido hasta agosto, después de que terminaran los exámenes y todos los invitados tuvieran el tiempo para asistir. Lo que les había dado tiempo para organizarla mejor. Y si bien, seguía sin ser extremadamente lujosa, sí era grande y llamativa.
Había decenas de invitados, sin la guerra sobre sus cabezas, la familia de Fleur y sus amigos habían asistido sin problemas. Estaban los Weasley, miembros de la orden, compañeros de trabajo y excompañeros de escuela de Bill. Sin duda la boda era más grande, de lo que habría sido si la hubieran hecho en la fecha inicial.
Harry había estado con Ron y Hermione en la fiesta, hasta que estos se habían puesto cursis y tuvo que alejarse con una mueca de asco. Ron se había burlado de él, asegurando que él y Theo eran iguales. Aunque Harry estaba completamente seguro de que estaba mintiendo… o eso esperaba.
Había asistido a la boda con Theo como su acompañante. Después de que lo había invitado a salir, habían tenido más citas, aunque no les gustaba llamarlas de esa manera. Habían oficializado su relación poco después de que se graduaron de Hogwarts, así que técnicamente no tenían mucho tiempo siendo pareja oficial. Razón por lo que el chico había dudado en aceptar.
Cuando habían anunciado que estaban saliendo, contrario a lo que todos pensaron, quién le había dado la charla incómoda con amenaza incluida, no había sido Sirius o Remus, había sido la señora Weasley. Por lo que ahora Theo tenía vergüenza de siquiera respirar cerca de la señora Weasley. Aunque, al final terminó aceptando acompañarlo.
—¡Harry! —fue lo primero que dijo Theo cuando lo vio—, te estaba buscando.
—Estaba con Ron y Hermione, pero se volvieron incómodos después de un rato —el chico hizo una mueca y Draco, quien estaba a su lado se rió.
—¿Qué es lo gracioso? —preguntó Nott.
—Se quejan como si no fueran iguales.
—¡¿Disculpa?! —preguntó Theo indignado.
—Te disculpo —respondió el rubio.
—JA JA muy gracioso, pero no somos igual de melosos —Harry solo los veía discutir con una sonrisa.
—Puedes preguntarle a cualquiera y estará de acuerdo conmigo.
—Solo lo dices porque tu no tienes a nadie a nadie.
—Eso es lo que tu crees —Theo alzó una ceja con una clara interrogante. Harry también lo miró con sorpresa.
—Ah ¿sí? entonces quién es la dama que se animó a salir contigo —Draco lo miró con el ceño fruncido.
—He estado hablando con Astoria últimamente —Harry mentiría si decía que sabía quién era Astoria, pero al parecer Theo sí sabía quién era.
—La menor de las Greengrass —dijo Theo sorprendido— ¿qué opinan tus padres al respecto?
—Bueno, claramente ellos no saben, pero mi madre probablemente no diga nada, cree que mi relación con ellos puede fragmentarse en cualquier momento y no quiere hacerme molestar. Mi padre, por otro lado, ahorita no es como que esté en posición de exigir nada.
—Entonces, está bien, supongo —el rubio solo se encogió de hombros.
—Cambiando de tema, ¿ya saben con quién van a continuar sus estudios?
—Había planeado mandar una solicitud a San Mungo, aunque sabía que la rechazarían, así que Remus me sugirió que hablara con Madame Pomfrey, que probablemente ella me enseñaría y después ella podría enviar la recomendación a San Mungo.
—Esa es una excelente idea, en realidad a mi me han aceptado varias solicitudes, probablemente veré cual me convence más. ¿Y tu Harry? —Harry, que no había hablado en toda la conversación, ahora no sabía qué responder?
—En realidad no he pensado mucho en eso —se encogió de hombros—. Sirius dice que debería aplicar para un equipo profesional de quidditch, pero no estoy seguro. Remus sugiere que me tome un tiempo. El profesor Flitwick me mandó una invitación a enseñarme y la profesora McGonagall también, ambos sugirieron convertirme en maestro de defensa, pero de eso no estoy muy seguro. Tal vez acepte la pasantía con McGonagall, digo, Theo ya va a aceptar con Pomfrey así estaríamos juntos —Harry sonrió y el mencionado puso los ojos en blanco, pero sonrió igual.
—Ves —dijo Draco triunfante—, sí son incómodas.
—Lo que tu diga, Draco —dijo mientras ponía los ojos en blanco. En ese momento llegó Ginny con ellos, sonriente.
—Theo ¿puedo robarme a tu novio un baile? gracias —y sin esperar a que Harry protestara se vio arrastrado a la pista donde todos estaban bailando.
—¡Oye! —se quejó Harry mientras Ginny ponía sus brazos alrededor de su cuello, podía ver a Theo a lo lejos burlándose de él, el traidor.
—Vamos, es solo un baile —le dijo en burla—, luego puedes regresar a besar a tu novio o lo que sea.
—No sé bailar y lo sabes.
—Solo baila, Harry —Ginny lo miró suplicante.
—Entonces, ¿de qué se trata todo esto?
—Necesito un consejo —dijo a regañadientes. Harry la miró sorprendido.
—¿Sobre qué? —la pelirroja pareció dudar, pero luego pasó a estar completamente determinada.
—¿Cómo le pediste a Nott que saliera contigo?
—Eh, bueno —Harry no sabía exactamente qué decir—. Estaba muy nervioso, ya sabes, Hermione fue quien me dio ánimos, en realidad.
—Eso tiene más sentido —le dijo con burla.
—No sé si sentirme ofendido —Harry la hizo girar y no pudo ver la sonrisa burlesca en el rostro de la chica—. De todos modos, hablé con él, y le pedí que saliera conmigo, aunque le deje la posibilidad de negarse, en realidad no fue nada muy romántico o elaborado.
—Entiendo, ¿entonces solo le pido que salga conmigo y espero lo mejor? —Ginny lo miró, dudosa.
—Cuando lo dices así, suena desesperanzador —Harry hizo una mueca— pero, ¿a quién quieres invitar a salir? —Ginny de pronto, parecía que no le prestaba atención.
—¿Escuchas eso? —preguntó deteniéndose— exacto, la música se detuvo y seguro tu novio te extraña, deberías ir a buscarlo, gracias por tu ayuda —Harry la miró, sorprendido mientras ella se iba.
—Eso fue raro —le dijo Harry a Theo una vez estuvo a su lado y el chico estuvo de acuerdo.
En ese momento estaban solos, por primera vez en toda la noche. Harry se sentó al lado de Theo y recostó su cabeza en su hombro. No había necesidad de decir palabras, estaban bien así. Podía ver a Sirius y a Remus en el fondo mientras bebían algo. No muy retirado estaban Ron y Hermione, al parecer ella lo había convencido de bailar. Draco estaba hablando con uno de los invitados que Harry no conocía.
—¿En serio vas a aceptar la pasantía con McGonagall? —preguntó después de un rato.
—Aún no estoy completamente seguro —le contestó Harry mirándolo a los ojos—. Pero creo que no sería mala idea, tal vez no me dedique completamente a eso, pero no creo que este demás tener el conocimiento que ella me pueda otorgar.
—¿Y qué hay de los aurores? —Harry hizo una mueca.
—Lo voy a rechazar, deberían darle la oportunidad a alguien que sí esté completamente seguro, además ya tuve suficiente de combatir el mal.
—No deberías molestarte con eso —le dijo Theo—, eres lo suficientemente rico como para mantener una vida decente, tomate tu tiempo y no te apresures.
—Lo sé, es solo que siento que todos van a avanzar y seguir adelante y yo seré el único que se quedará atascado.
—Harry —el chico le tomó las mejillas y lo miro a los ojos—, tú más que nadie merece descansar, mereces no hacer nada y vivir tranquilo —Harry sonrió y Theo le dio un beso en la cabeza y luego lo abrazó.
—Creo que después de todo, sí somos algo cursis —dijo Harry riendo. Theo le dio una mirada de reproche pero no lo soltó.
💙💙💙💙💙
—No puedo creer cuánto han crecido —dijo Sirius limpiándose una lágrima falsa y Harry puso los ojos en blanco—. Ya nos van a abandonar y a hacer su vida aparte.
—Sirius, vendremos a visitarlos los fines de semana, ¿de qué hablas? —le recordó Harry.
—Pero no será lo mismo, los tenía aquí todos los días y ahora solo los tendré dos y ni siquiera serán los días completos.
—Vamos, Sirius, no creo que sea para tanto —le dijo Remus, aunque Harry sabía, que, en el fondo, Remus también quería decirle que se quedara—. Además, hablas como si se estuvieran mudando a otro continente, es solo Hogwarts, ya has pasado por esto.
—Pero no es lo mismo, Remus, primero será Hogwarts, luego querrán mudarse y luego harán su vida aparte y nos visitarán una vez al año en navidad.
—Sirius, sabes que no te abandonaría, ni te dejaría, además, Remus estará contigo —Vio a Sirius suspirar en derrota.
—Lo sé, pero en serio, los voy a extrañar, voy a buscar hasta la mínima excusa para poder visitarlos.
—Yo también te voy a extrañar —Harry fue abrazado por Sirius por un largo rato hasta que por fin lo soltó y fue a abrazar a Theo, luego abrazaron a Remus y se dirigieron a la chimenea.
Al final, Harry aceptó la pasantía con McGonagall y Flitwick y a Theo Madame Pomfrey había aceptado enseñarle. Por lo que les ofrecieron quedarse en el castillo y darles libre los fines de semana. Así que, ahora se estaban trasladando ahí.
Theo fue el primero en usar la chimenea y Harry lo siguió solo unos segundos después.
Llegaron a la oficina de la directora, donde McGonagall ya los estaba esperando. Les sonrió brevemente, pero luego volvió a su rostro severo habitual.
Les dio la bienvenida, diciendo que estaba contenta con tenerlos ahí. Pues en Hogwarts no era muy común que se dieran estas pasantías. Luego de unos minutos de charla y conversación, dónde les explicaba cómo iba a funcionar y cómo se iban a gestionar.
Al final, los llevó al lugar donde serían sus habitaciones, era un lugar, el cual ni siquiera sabía que existía en el castillo, donde eran dos habitaciones juntas. McGonagall les había dicho que había dudado en darles las habitaciones juntos, pero que al final decidió mejor hacerlo. Dado que, si quisieran, hubieran terminado durmiendo juntos, y era mejor que residieran en las mismas habitaciones a que uno anduviera vagando por el castillo de noche.
Exploraron las habitaciones. Ambas eran sencillas, con una cama, escritorio y un armario. Las paredes eran de color azul palido y no había ninguna decoración. Harry pensó que ya sería decisión de ellos cómo decorarlas y darles vida a dichas habitaciones.
Al final ambos terminaron exhaustos y Theo decidió que ya debía irse a su habitación. Harry lo siguió y el otro chico solo lo miró con una ceja levantada.
—¿Puedo ayudarte con algo?
—Nada en especial, no —dijo sonriendo.
—¿Entonces?
—Solo quería pasar un momento más contigo, ni siquiera te despediste —le reclamó Harry en broma. Theo puso los ojos en blanco pero no dijo nada más.
Harry se acercó más a él y lo abrazó, poniendo sus manos alrededor de su cuello.
—¿Sabes? si querías un beso solo tienes que pedirlo —le dijo Theo sonriendo, mientras ponía sus manos en su cintura—. No tenías que seguirme de manera sospechosa.
—Pero esa es mi manera de conquistarte, ¿no sabías?
—Ah, sí, creo que tengo un leve deja vu.
—Pero me funcionó, ¿no?
—No lo sé, deberías comprobarlo.
Harry no lo dejó decir más. Unió sus bocas, Theo rápidamente devolvió el beso. Harry siempre se sentiría como la primera vez que lo besó. Un calor envolviendo su cuerpo que lo hacía sentirse en las nubes. Unos momentos después ambos se separaron sonriendo.
—Yo diría que funcionó demasiado bien —dijo Harry presumido.
—Sí, yo creo que sí —estuvo de acuerdo Theo.
—Bueno, debería irme, luces cansado —dijo Harry a pesar de no querer irse.
—Quédate conmigo —le susurró Theo suplicante. Harry no dudó ni un segundo y aceptó, dándole otro beso, esta vez un poco más necesitado que el anterior.
Harry estaba bien y estaba emocionado por lo que deparaba su futuro. Estaba viviendo la vida que quería junto con las personas que amaba, todo estaba resultando bien.
Pero en ese momento, solo eran Theo y él.
Fin.