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La primera vez que Gabriel vio a Beelzebub convertirse en un enjambre de moscas fue un día martes a eso de las 5 de la tarde, cuando al terminar una de sus cada vez más frecuentes reuniones llegó la hora de que cada uno regresara a sus respectivos puestos.
--Entonces eso fue todo, hora de regresar al trabajo --dijo Beelzebub --Papeleo y demonios irritantes.
--Cierto, creo que así es. Papeleo y ángeles irritantes para mi --respondió el Arcángel --¿A dónde te gustaría ir la próxima vez? Porque habrá una próxima vez, ¿O no?
Beelzebub sonrió con suficiencia. Claro que queria una próxima vez, y que Gabriel se lo hubiera pedido por si mismo era lo mejor que podría haberle pasado en el dia; había algo en ese ángel que le hacía querer seguir teniendo "reuniones de trabajo" con él, pasar cada vez más tiempo juntos y conocerlo más de lo que ya lo conocía.
--Glastone's Land, cerca de la Catedral. ¿La has visto por dentro?
--Nunca --contesto Gabriel --Solo se que los humanos la visitan mucho, ¿Es interesante?
Beelzebub ladeo la cabeza, con un gesto que trataba de decir "algo asi" --Histórica, la construyeron hace 400 años, en mi segunda época favorita de la Tierra.
--Segunda época favorita, ¿eh? ¿Y se puede saber cual es la primera? --preguntó el ángel, y su acompañante solo sonrió.
--El próximo martes en Gladstone's Land --dijo el demonio tendiendo la mano, misma que fue estrechada de inmediato como señal de acuerdo y despedida.
--Hasta entonces.
Beelzebub le dedicó una media sonrisa y en lugar de desaparecer o hundirse en el suelo entre llamas, cambió su forma humana para transformarse en al menos 200 moscas que lo envolvieron volando a su alrededor por algunos segundos antes de desaparecer, esa era su forma "discreta" y demoniaca de despedirse con un abrazo.
--¿Qué diablos fue eso? --preguntó Gabriel con gesto de extrañeza, no tenía idea de que el Duque infernal pudiera hacer algo así. Y nunca antes pensó que ser rodeado por una cantidad industrial de moscas fuera algo agradable pero debía admitirlo, se sintió bien.
《Mi primer época favorita es justamente esta. Contigo.》
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La última vez que Gabriel vio a Beelzebub convertirse en un enjambre de moscas fue durante la batalla que ocurrió luego de la famosa Segunda Venida que ambos trataron de evitar.
Luego de quedar atrapados en el fuego cruzado de ambos bandos, fueron arrastrados en direcciones contrarias por las hordas de demonios y ángeles furiosos que corrían en todas direcciones.
Desesperado por encontrar a su pareja, Gabriel comenzó a llamar su nombre y entonces, elevándose glorioso por encima de los seis en guerra, una gran nube de moscas vino hacia él; el ex Arcángel Supremo sonrió aliviado, sabiendo perfectamente de quien se trataba. Pero su sonrisa desapareció cuando el enjambre se acercó más y pudo ver que las moscas se hallaban en llamas, algunas de ellas incluso se iban desintegrando o cayendo muertas en pleno vuelo.
--¡Ahí estas, te estuve buscando por todas partes! ¿Estás bien? ¿Por qué...?
Su pregunta fue interrumpida cuando las pocas moscas que aún quedaban en el enjambre se alinearon formando por breves momentos la imagen de Beelzebub, desde su cabeza hasta la mitad de su cuerpo.
--Agua bendita --respondió, llevando cariñosamente su mano a la mejilla de Gabriel; sabía que en su forma humana no alcanzaría a cruzar el campo de batalla para llegar a él, por lo que decidió transformarse y poder verlo una vez más antes de que el sagrado líquido terminara de hacer lo suyo --Hay una cueva 20 metros a tu izquierda con un portal, puedes escapar por ahí y... Bueno, ir a casa. Dile a la vecina de arriba que siempre la odié.
--Pero espera, ¡no voy a dejarte aquí! --respondió el ángel, con los ojos húmedos por las lágrimas y una profunda desesperación su voz. Sabía que no había nada que pudiera hacer pero una parte de él aún se empeñaba en pensar que había esperanza --Ven conmigo, debe haber alguna forma de neutralizar el efecto o tal vez...
El demonio negó con la cabeza, esbozando un mal intento de sonrisa mientras sus moscas seguían desapareciendo --Sabes que te amo, ¿cierto? Ángel tonto --murmuró, las Moscas formaron un pequeño remolino en torno a Gabriel como un último abrazo por parte de su ser amado, y junto con un anillo de bodas la última mosca cayó al suelo, en llamas.