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El Palacio de las uvas

Chapter 2: Cabrita de Cristal

Summary:

Un año ha pasado desde ese entonces, Tweek tiene que acoplarse a las nuevas reglas del reino, además de eso será próximamente visitado por el príncipe Craig

Notes:

Lamento la demora, espero que puedan disfrutar este capitulo de todos modos, gracias!

Chapter Text

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Tweek camino hasta tropesarse. -cuidado- resonó por el sendero resbaladizo, Thomas su hermano menor se acercó, en uno de los tantos caminos del palacio, ahora usaba manto grueso que cubría todo su cuerpo con un velo que caia desde un nudo en la cima, en el centro una pequeña apertura donde puede ver, oler y oír, debe de tener sumo cuidado en caminar si no quiere rasgar las vestimentas que cubren sus patas.

No recordaba el nombre del traje pero si para que era empleado, gran parte para matrimonios de la alta y baja sociedad, también era de buena impresión pues los omegas que los poseían daban una imagen de relación y lazo estable con sus alphas, algo que le parecía totalmente contrario al menor.

Pero ¿que podía hacer?, era su castigo tras el oponerse mudarse al castillo. Thomas y Annie ahora cuidan de el, lo ayudan a vestirse, pues es realmente difícil hasta ponérselo. - lo siento- susurra -es solo que estoy muerto del calor.-

-esta bien si quieres dejame...NGH- lentamente abrió la tela en forma de cortina, el velo de un verde oscuro se doblo hasta una superficial donde el cabello de Tweek era cubierto y había un pedazo doblado encima de su cabeza que permitía el espacio suficiente para respirar, luego Thomas sujeto un racimo de paja tejido en forma de abanico y lo movió en su dirección. El ojiverde logro deslumbrarse frente a un pequeño espejo que se coloco en una de las paredes, se miró algo triste, sus ojitos aguados y su cara pecosa arrugada por la mueca.

-Tengo que ir a clase- apreto unos libros viejos en su pecho y Thomas asintió ayudandole a caminar tomando delicadamente su mano. Ambos salieron de la habitación abriendo la pequeña cortina color caramelo que separaba del pasillo y luego abriendo la puerta, bajaron las escaleras y salieron de la gran casa hacia la parte trasera, donde estaba el jardin y el templo de enseñanza, una pequeña edificación al rededor del riachuelo que se unia con el palacio. Para llegar se tenia que cruzar un puente de madera con esculturas de buda y frases religiosas talladas, el proposito del templo era educar omegas comprometidos o adultos, parte del cortejo de los nombrados era ser instruidos para servir a su alpha y sorprenderlos con sus conocimientos.

Antes de entrar, el menor le dio un abrazo, para después cubrir su rostro nuevamente. -AGH nos vemos luego- Tweek asintió volteandose, era mas lujosa y con decoraciónes distintivas, jarrones por ahi y alla. La mayoría de los cachorros y adultos usaban vestimentas de cuerpo completo, no solo eran residentes del palacio, si no que tambien del extranjero por lo que eran de todo tipo, al menos Tweek no siente que es el unico. Camino hasta una de las aulas donde abrio una cortina delgada con monedas de plata en los extremos, adentro un pequeño cuarto con un sillón largo y acolchado, alfombras y almohadas en el suelo y un pequeño estante con un tablero de madera donde varias hojas descansaban siendo sostenidas por agujas.

Se dirijio al fondo de los almohadones para confirmar si su maestra estaba ahi pero se tropezo con la pequeña mesa haciendo un ruido seco, en medio del dolor una alpha en armadura plateada apareció, sobando su patita dio un salto al verla y confundido pregunto -mi ma-maestra...- bajo la cabeza timido y temblando.

-llegará en unos momentos, antes de que pases a clases necesito hablar contigo- su extremidad tuvo un espasmo asentuando mas el dolor del golpe, el pecoso cerró su ojo - es sobre el poco del rendimiento que tienes con el príncipe-

-¿a-a que se refiere?- 

-bueno, no he recibido ninguna carta de correspondencia tuya en estos 6 meses-

-¡AGH!-

-...tienes que dar de tu parte Tweek, ¿sabes lo relmente importante que es?-

-NGH ¡buda!-

-tienes un plazo de 5 días para...-

-GHA NGH- 

-darle una correspondencia- el pecoso jalo su cabello

-¡Pero no se que escribir!, UGH ¡¿y si no le gusta?!-

- pues serás rechazado-

-GHA-

- y no podrás ver al principe Craig jamas-

-Oh buda- torcio sus dientes, no es que le importara mucho pero su reputación en el palacio dependía de ello. 

Asi que esa noche en su cuarto, se sentó en el suelo sobre una colcha azul y una pequeña mesa, ahora con una bata larga y en su cuello su collar de castidad se dispuso a escribirle la carta, atras suyo sus hermanos se colocaban en la cama ancha y baja cubierta por un velo café al lado del tocador, Thomas la abrió levemente asomando uno de sus ojos

-¿vas a dormir?- pregunto al ver la farola de aceite levemente prendida que se filtraba en el velo, Tweek se volteo agarrando un pincel junto a un par de cartas en forma de pergamino bien amarradas.

-no puedo NGH- movio sus rodillas haciendo que la mesita temblará-tengo que responderle a Craig-

-¿Craig?, tu principe-

-NGH- chillo en protesta, le hacía sentir incómodo que lo nombrara de esa manera, apenas lo conocía y lo único que hacía era temerle.

-Esta bien, solo recuerda apagar la vela, y no tan tarde que molesta puta- cerró el velo y se escucho un leve suspiro, Tweek abrio lentamente el lazo azul y desenrollo la carta.

 

 "Acabara nuestra admiración por el cielo; la primavera que llega desnuda a nuestras puertas, caera a la tierra como una semilla...." 

 

Cerró su ojo con fuerza, ¿eso era todo?, una sencilla estrofa de un poema, ¿como se supone que tiene que responder?, abrió el siguiente que fue enviado dos meses después.

 

"Hablaran en nuestra lengua las estrellas como en una cancion libre y feliz, y se extendera la luz desde nuestras ventanas..."

 

tal vez no se le daba bien las palabras, por eso respondia con versos, abrió la siguiente.

 

" los árboles finalmente dieron frutos, jugosas manzanas, aquel rojo me recordó a dulces labios..."

 

-AGH- solto un espasmo, ¿cuál era el punto?, nisiquiera se habían besado y el que lo recitara sonaba tan artificial, creyó que las demás cartas eran iguales de patéticas que esta así que decidió no abrirlas y agarrar un nuevo pergamino donde escribió con la peor letra del mundo. Primero necesitaba un saludo, cordial pero nada demaciado formal

"Principe Craig...." arrugó el papel y volvió a tomar otra hoja, siguió así por un par de minutos más hasta que logró por fin arrancar un saludo decente, el resto lo escribió sin prestar mucha atención.

Temblando jalo sus mechones -NGHHH- era corto, apenas un parrafo pero lo suficiente, la mesita casi se voltea cuando se levanto bruscamente para buscar un broche con que amarrar el pergamino, llego al armario de un color café donde accidentalmente se golpeo el codo con una de las pequeñas columnas de la cama que sostenía el velo. -AGHHH- tropesando se cayo chocando con el mueble haciendo un desastre con las cosas que habían dentro de este, en eso la puerta de la habitación fue abierta bruscamente por una de sus hermanas mayores: Jo Frost, una monja budista que pratullaba los pasillos de noche.

-¿niño sigues despierto?- asustado se removió entre el desorden jadeando por su codo adolorido y caliente por el golpe, Jo se le acercó aparentando amabilidad viendole desde arriba, tenía un vestido que cubría todo su cuerpo excepto la cara, la mujer suspiro antes de ayudarlo a levantarse. -ve a dormir, eres un desastre- sacudio su vata, después se dispuso a organizar las cosas mientras movía la cabeza en signo de negativa.

-debería hablar con la emperatriz- Tweek se sentó en una de las almohadas apenado -necesitas un tutor para tus labores, no eres lo suficientemente cuidadoso o responsable para llevarlo a cabo-

-NGH- 

- esta es una gran oportunidad para ti- doblo la ropa y las mantas para después ponerlas en la pequeña repisa, saco un pequeño jarrón con perlas, mientras removió las cosas en la estanteria para colocarlas de nuevo en su sitio. - no seas un desperdicio- la seda marrón se abrio mostrando a un niño pecoso frotando sus ojos, tomó su mano suavemente invitándolo a no escuchar más la conversación, el menor fingió que había terminado y se subió a la cama para acurrucarse con sus hermanos, el calor era suficiente para que las mantas no fueran necesarias.

Por un momento miro el techo de madera con frases talladas, en la que sobresalía una sobre dejar los placeres terrenales atrás. Penso por un momento que no debía sujetarse a nada; debía tener pensamiento libre, aún así se sentía controlado como si fuera un solo seguidor de alguien mas, eran las leyes, ya habia dado suficientes problemas comenzando desde su negacion a trasladarse fuera del palacio, si de su futuro cargo era expulsado todos lo odiarían, el palacio de la uvas tendría un golpe bajo por eso.

Se removió al sentir un cachorro ronronear en su nuca, otro paso su brazo acurrucandose para poder dormir, el olor era suave y inspiraba tranquilidad, Tweek recordó el por qué no quizo mudarse afuera, la soledad fría en un cuarto desconocido no tenía comparación con la calida y tranquila compañía que le ofrecian sus hermanos todas las noches, finalmente sucumbió a su sueño respirando profundamente antes de caer rendido.

 

A la mañana siguiente uno de sus hermanos menores le dio una hoja mientras se vestian -NGH es de la Kasun Jo Frost- Tweek cerró su ojo al escuchar el nombre de la decepcionada mujer, pero tan solo había cinco casillas y la primera estaba tachada, ¿que era eso?, acaso su nueva sentencia de muerte por desobedecer , estaba muy paranoico ultimamente y no necesitaba de mas.

El resto del día la paso con con total normalidad, logró encontrar el lazo para enrollar su carta, después fue a entregarla a la escuela en compañía de Annie, tuvo su clase de reposteria ( la cual es su favorita) en la que prepararon uno de sus postres preferidos y luego se fue a bañar. En la noche nervioso se aseguró de apagar el farol para que la horrorosa Jo Frost no viniera a reprenderlo denuevo, en su pequeña paranoia estaba asegurado.

Al día siguiente llego a sus manos un papel con los dos recuadros tachados -GHA- chillo, era un problema serio, tal vez querían acabar con el , y cuando se marquen todas las casillas estará realmente muerto -¡o podrian reemplazar mi identidad!- uno de los niños lo miró fijamente mientras acomodaba su traje, simplemente alzó una ceja cuando fue empujado por otro con un extraña caja en forma circular

-Tweek tienes que probar esto, me lo dio una de mis hermanas mayores- alzó el polvo y el nombrado cerró sus ojos, una neblina blanca salió al abrirse la cajita siendo inalada por la cabra, uno de sus ojos se cerró y su cuerpo cedió a toser

-¡lo sientoooo!- grito mientras trataba de limpiarlo.

 

En la tarde fue llamado para presentarse ante la emperatriz, en la pequeña capilla habían unas pocas personas caminando apresuradas de un lado a otro, limpiando y trayendo ofrendas para la próxima misa, frente a la estatua dorada del buda, la mujer le hizo una señal para que caminara hacia el.

-mi niño ¿como te a ido?-Tweek asustado dio una sonrisa nerviosa, casi se tropieza subiendo los pequeños escalones, dio una reverencia ante el monumento antes de responder.

-¡¿GHA?!, ¡b-bien!, ¡¿sucede algo.... por que me llamaron aquí?!- 

-no te asustes querido no hay nada que temer- lo tomó de los hombros -eh escuchado de tu bajo rendimiento-

-NGH-

-y estoy preocupada por ello- cerró un ojo con fuerza. -sabes....siempre pense que eras mas capaz de lo que crees- lo rodeo con uno de sus brazos lentamente y el pequeño dio un saltito.

-¡GHA!,¿encerio?-

 La mujer asintió atrayendo con una mano a una de las concejeras cercanas: Stella Reid, su olor a dulce de leche con almendras le traia ciertos recuerdos de la primera vez que se desmallo al ver al principe, tal vez era una de esas omegas que lo llevaron a la enfermería. Malhumorada portaba una túnica que se le amarraba a un extremo del hombro con un pañuelo que cubría su boca, refunfuño al verlo.

- Acaso no es el niño que me hablo Jo, uno de los preferidos-

- es el pretendiente del principe y próximamente su prometido- la mujer le vio de arriba a bajo alzando una ceja.

-no creo que dure mucho, ¿es el único aún? no puedo entender como su realeza permitió nuevamente este tipo de matrimonio-

La mujer le sonrio -tal vez esta satisfecho con el que tuvo antes, Laura los hizo muy felices- froto la espalda del pecoso quien sintio algo de curiosidad. -¿podrias ayudarme con el?, solo necesitamos ponerlo un poco en orden- La omega lo vio por encima, una mirada desagradable pero rígida, el cachorro se sintió intimidado ante su presencia así que bajo sus orejas antes de que ella asintiera positivamente.

- ademas de eso- continuo dirijiendose al rubio- de ahora en adelante tomaras nuevas clases de artes ecenicas y teatro, para el día de tu presentación -

-GHA-

 - Es importante que tengas en cuenta tu primera impresión al reino- la monja se adelanto a responder.

-lo tendré preparado para ello...-

 

Los siguientes dias acabaron tediosamente lento, desde que le dieron a su nueva tutora, Tweek disfrutaba menos hacer sus labores, lo unico que le permitía tener un respiro eran sus clases de hacer pasteles y cafe. 

 

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Finalmente llego el ultimo dia de invierno y comenzó la primavera donde la temperatura y el clima pasaba a ser mas fresco, los brotes de uva nacian para ser cosechados y las flores crecian dando color al paisaje junto a los animales que se preparaban para la época de apareamiento. Nuevamente el palacio se reabria para interesados, muy pocos podrían pagarse el privilegio de un matrimonio mogamo de un omega puro por lo que era la temporada mas importante, llegaban monarcas y familias de la alta clase, también eran las reuniones anuales de alphas y omegas jovenes quienes tenian el derecho de pasar un dia al año juntos antes de volver a enlistarse en sus labores. 

Una fecha como hoy fue que Tweek se desperto gracias a la puerta rechinando al ser abierta, Stella Reid en un traje totalmente oscuro y con un velo amarrado de forma que se le veian solamente los ojos llamo su nombre con algo de molestia, el cabrito apenas abrio uno de sus ojitos enrredado entre las piernas de Thomas y los brazos de otros de sus hermanos, se vistió somnoliento y bajo para desayunar, en eso la mujer le entregó un papel con las 5 casillas tachadas.

- Espero que tengas todo listo para la bienvenida de primavera-

El pecoso cerró uno de sus ojos con fuerza, "ohh con que era eso" pensaba mientras mordía una suave tajada de pan, estaban en el comedor el cual era un salón grande donde habían varias mesitas y sillas las cuales estaban hechas de paja y hierro, en las paredes habian pinturas de frutas y paisajes del palacio ya sea de las afueras o de los jardines del interior y exterior, la mesa era circular y pequeña con bordados plateados por lo que solo cabía el desalluno de Tweek. En eso pasó una de sus hermanas mayores con una tetera para servirle té en su pocillo, el menor intento concentrarse en la suave forma de los trazados, mándalas azules y el fondo blanco del vaso con unas piscas escarlatas, era algo delicado, Stella lo retiro de sus pensamientos golpeando la mesa con uno de sus dedos.

-Presta atención Tweek-

-L-lo siento-

 

Tiempo despues volvieron al cuarto, una de las encargadas y costurera del imperio le pidió que se pusiera un traje especial que habia hecho, el cual contaba con un caftan largo hasta los tobillos de color verde con mangas largas blancas de seda y unas zapatillas cafés. en su cabeza un velo delicadamente fue puesto el rubio miró a la monja pero fue ignorado, seguido le entregó un cofre con algunos aretes

-colocatelos- despues dio una venia y se retiro.

En las siguientes horas asistió a su rutina matutina, fue a clase y recito sus oraciones en el templo, pensó que algo de relajación le serviría ya que se encontraba muy nervioso y sentía que sus pensamientos estaban fuera de sí, por lo que salió al patio trasero con el proposito de tender una alfombra y estirar su patas de cabra al sol. Vio a Annie por el rabillo del ojo, usaba un vestido holgado con seda rosa, el usual para cachorros sin cortejo, se le acercó al notar un pliege en su cabello, una hermosa orquídea del color de la seda.

Ella pego un chillido antes de sonreír -Tweek me asustaste- intento embestido con sus pequeños cuernos pero milagrosamente el mayor los esquivo.

-NGH, iras a la ceremonia-

-así es- dio una sonrisa mostrando sus dientes perlados -espero que por fin alguien me escoja-

El pecoso grito -NGH es mejor quedarse así, ¡oh buda!, es mucho trabajo- jalo sus mechones 

-te ves más nervioso de lo usual- se acerco sigilosamente, después miro a ambos lados y cuando se aseguró que nadie pasará lo suficientemente cerca para verlos jalo su manita hasta un rincón del pasillo, justo al lado de un salón de juegos, ahí se sentó junto a Tweek y de uno de los bolsillos de su vestido saco unos cuantos brotes de uva. -Eso es...-

-exacto- calló-pero tiene que ser un secreto-

-Annie yo no puedo ¡AGH!, es demaciada presión no...- la cabrita puso un pequeño gajo en los labios del contrario y seguido lo empujo hasta el fondo, Tweek se obligó a masticar la fruta jugosa y dulce,trituro las semilla en sus dientes y bebió el resto, la rubia le sonrio, y agitó su cabello antes de consumir unas cuantas ella.

-será de buena suerte- luego tomó su mano delicada y Tweek juro sentir la seda transparente rosa pálida en su muñeca la ojiverde dejo el resto en su mano y apretó su puño, luego se paro y se fue sin decir nada más, dejando al ojiazul algo perdido y curioso.

 

No tuvo tiempo de hacer su cometido de descansar por lo que molesto fue a su siguiente clase, la cual era una sección de astronomía especializada, después de salir se encontró al lado de las columnas a su tutora, Stella llevaba una vestimenta mas tapada, nada diferente a lo que el vestia antes o el resto de omegas que tomaban sus clases ahi. -quiero hablar contigo un momento-

Solo se limito a verla con una mueca de preocupación, completamente tensionado, ella jalo su mano después de unos minutos, totalmente enfadada -¡rápido!- arrastro al pequeño omega por todos los pasillos hasta salir al puente, ahí lo solto y el menor ni se inmutó. -Iras al cuarto de juegos-

-...- miraba al fondo del jardín justo a los rosales y arbustos donde racimos de uva se asomaban preparándose para dar los dulces frutos.

-oye- al ver que seguía sin contestar tomó su brazo y lo apretó zarandeadolo-¡hey!- finalmente parpadeo unos segundos y pego un saltito.

-GHA ¡¿que?!- sacudio su cabeza -¿p-para que?- temblo, miró a cada extremos buscando indicios de los uniformes de otro imperio pero no había nada, solo omegas descanzando o terminando de arreglarse para el evento, algunos charlaban felices otros no tanto.

pensó en correr, huir y encerrarse en su cuarto, no volver a salir hasta que tal vez se hallan cansado de buscarlo, pero sabia que solo eso podia aplicarse a su imaginacion, ya que harian todo lo posible por hacer el encuentro realidad así pues avanzo antes de que la contraria comenzará a hablar. Observo el verde pasto recién salido de invierno, la luz le caía directamente haciéndolo ver brillante y jugoso, Tweek por un momento tuvo el arrebato de agacharse a devorarlo, atragantarse hasta que ya no pudiera más y desmallarse.

Fue empujado nuevamente -muevete- la mayor quería reprenderlo asi que el pecoso se vio obligado a seguir caminando con la mirada fulminante de su tutora atrás. Dudo nuevamente por un segundo, replanteando el escapar, sin embargo ya habían llegado.

La cortina estaba completamente abierta por lo que se veía al interior un juego de tres sillones rojos con forros, una mesa con algunos juegos y más telones que llegaban a otras áreas ya sea a cuartos más pequeños o a estantes y áreas de descanso, el menor se sentó en el sofa más largo sus manos temblaron por lo que agarro sus dedos y bajo la cabeza. -espera aqui- siguio su mirada nerviosa y triste, salio cerrando el telón y la habitación quedó en completo silencio, de vez en cuando escuchaba risas y parloteo afuera, otras veces el viento tintineando los cascabeles.

 

Paso el tiempo y no llego nadie, por lo que Tweek comenzó a desesperarse, aburrido vio por debajo de una de las repisas de la mesa algunos juegos y pequeños pergaminos de poemas y canciones, tomó uno entre su manita y lo abrió curioso, eran unas cuatro estrofas y habían nombres de dulces de almendras y chocolates, era una comparación entre el dulce de los pasteles y el amor que tenía el poeta por su amada, se dejó llevar completamente de la lectura pues tiene una de sus cosas favoritas, la reposteria.

Finalmente después de un largo tiempo la cortina volvió a abrirse y el rubio chillo saltando en su sillon, aliviado dentro de su subconciente esperaba ver a su tutora, pero cuando volteo observo Craig, estaba más alto de lo normal, con ese traje que diferente a su cultura era más ajustado, sobresaliedo el pelaje a los lados de su larga capa. Su peinado más corto y puesto hacia a un lado le hacía dar un toque real y más atractivo, si es que Tweek le puede decir así. Su olor a licor y café inmediatamente lleno la habitación como si estuviera tratando de equiparar su lugar ahi, sus colmillos más crecidos y su seño fruncido por la evidente molestia con sus cejas gruesas y labios finos.

Tenía trece años, pero aún así parecía aparentar más o eso le dio impresión al omega el cual estaba totalmente aterrorizado, finalmente el mayor se acercó y la cortina atrás suyo se cerró, el pecoso se quedo quieto como si sus musculos se volvieran piedra y no existiera la movilidad en ellos, el le ve en un principio de arriba hacia bajo, su boca se abre y se cierra, su rostro ya no expresaba nada más que una línea neutral-hola- dice por primera vez en su dirección, su voz era algo carrasposa por la pubertad, aún así se asemejaba a la de hace un año atrás.

El rubio no dice nada, su ojo derecho se cierra con fuerza arrugando la piel de su cara en una muestra de horror, logra ver que en su mano izquierda se oculta un cofre entre la capa y el traje, el lo saca con cuidado y da un paso, los zafiros y esmeraldas brillaban sobre el forrado en oro, el ojiazul pudo jurar que si se acercaba lo suficiente podría ver su reflejo en el, Craig no cambio ni un gesto y lo ofrecio agitando su cola de un lado a otro.

-es para ti- sono algo cortante. Acercándose de sobremanera al menor quien se movio un puesto en el sofa con los ojos casi salidos de sus cuencas. -quería saber si recibiste mi carta-

-NHG, oh buda- se quejo en respiraciones fuertes jalando sus mechones.

- yo recibí la tuya, aunque realmente no entendí nada de lo que escribiste-

-GHA NGH- jalo sus cabellos con más fuerza.

-tu letra es bastante difícil de leer-

 finalmente cedió retrocediendo y cayéndose justo al lado de la mesa, el ojiverde se alarmó y intento ayudarlo pero antes de siquiera tocarlo el pecoso volteo su mirada a la mesa y se oculto debajo de esta, el rubio lo vio por encima del cosido del pajar jadeando y haciendo ruiditos de vez en cuando, Craig intento agacharse sin embargo el contrario gritaba o se retorcía manteniendolo lejos. Hubo unos minutos de silencio incómodo.

-que mierda- frunció el ceño, el cabrito se removio sobre si con temor de que estuviera disgustado

-NGH AGH-

La mueca torcida y algo asqueda le causo una mala impresión, el pelinegro se quedó en silencio por un momento,como si no supiera que hacer, refunfuño y aumento su olor. -ven- ordeno, sin embargo pareció molestarse mas al ver que el pequeño se quejaba y arrancaba su cabello.

Las feromonas de licor hacían sentir ebrio a Tweek , todo comenzaba a verse más distorcionado y sus mejillas se calentaban, no sabía que pasaba en su cuerpo, pero todo comenzaba a aliviarse como si sus pensamientos resbaladizos frente a Craig no eran más que preocupaciones sobrecargadas, el príncipe era alguien, alguien que puede ordenar decapitarlo si quisiera, por lo que tal grado de poder no debería ser manejado como lo está haciendo ahora, lo hizo sentir ridículo. Decidio mover su cuerpo un poco buscando arrastrarse fuera de la mesa, pero era demaciado tarde, Craig finalmente calmó su extraño olor dejándolo cobarde y con las acciones estropeadas.

El mayor suspiro y agarro su seño después lo vio por encima de la repisa, el poema de postres y comida yacía ahí aún. -¿te gusta eso?- lo señalo, el menor no respondió solo miró por un momento su rostro, era lindo, pensó hasta que se dirijio a su boca, sus colmillos se extendían hasta la mandíbula, empezó a temblar ansiosamente.

El alpha noto aquello y apunto dichos dientes - esto es por la edad, no te haré daño- menciono con simpleza -se encogeran una vez que logre calmar mis feromonas-

-NHG-

-como sea- se acerco, seguido dejo el cofre en la repisa al lado del poema abierto. -tengo que irme, fue un gusto-el rubio rigido no le dio respuesta y le siguio con sus ojos, logró por fin suspirar cuando se marcho dejando la cortina levemente abierta.

 

Duró un rato recomponiendose, no salió de la mesa hasta tiempo después que llegó Stella con sus manos juntas en un gesto extrañamente emocionado al lado de la emperatriz, al verlo camino con rapidez arrugando su cara, su felicidad duró realmente poco. -que haces ahí Tweek- tomó su brazo jalandolo bruscamente y obligandolo a pararse. -no es propio de una cabrita como tu- sacudio el polvo de su vestido, el menor cerró sus ojos con fuerza y jadeando intento apartarse, sus músculos entumecidos no le permitirán moverse bien por lo que la emperatriz le ayudo a sentarse en el sillón de tres puestos.

-tranquilo...respira- puso su mano en su pecho permitiendole ver los movimientos abdominales, la otra mujer solo tomó su mano apretandola y enviando un mar de feromonas dulces que lo tranquilizaba poco a poco. Segundos después una monja se asomo al recinto, la emperatriz le ordeno traer un te.

 

Una vez recibido lo engulle completo sin importarle haberse quemado la boca, aún con su pata tambaleando logró relajar sus músculos y suspirar finalmente, sus ojos se llenaron de lágrimas viendo a sus pies el lazo azul que le habían puesto hace un año, aquel que marcaba su pertenencia al principe; lo había arruinado y todo era un desastre. -¿ese es tu regalo?- menciono la emperatriz calamadamente apuntando el cofre de esmeraldas y zafiros en la repisa, Tweek duda de agarrarlo pero su tutora se adelanta y lo deja en sus piernas.

-es hermoso- acaricia su cabello en un incentivo de que se anime a abrirlo, más el menor no muestra emoción en ello, ante la falta de acción Stella le gruñe y le da una mirada negativa, pero Victoria toma su brazo. -deberías abrirlo, después de todo es un regalo con mucho cariño-

-y-yo no cr-creo que sea buena ide-ea- jadeo -creo que lo arruine- las lágrimas tocaron sus manitas sujetando la caja dorada, se quejo cuando la consejera volvió a empujarlo y alzó su carita regordeta viendo el rostro neutral de la mayor, volteo nuevamente y sollozando tomó un suspiro sorbiendo su nariz y abriendolo.

Alzó la evilla de oro con el centro de un zafiro, al subir la tapa cubierta de esmeraldas se encontró con el fondo acolchado de color rojo engrapado al extremo, sobre la base había una figura: era un cabrito de cristal con un lazo azul amarrado en su cuello, tomó el animal delicadamente dejándose sorprender por la cantidad de detalles que tenía, desde trazos en su cola hasta sus cachos, ambas mujeres a su lado hicieron un ruido de ternura mientras sus ojos brillaban.

-y esto es- hablo la cabra más vieja tocando su cabello -tan solo el comienzo, felicidades Tweek por tu primera visita-

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