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pretty boys

Summary:

La relación de Jeno y Jaemin funciona bien, pero su querido Taeyong hyung no sale de sus mentes.

Notes:

hi, voy a clarificar el color de cabello de los chicos, jaemin tiene pelo rosa, jeno pelo negro y taeyong pelo rojo

muchas gracias por leer ^^

Work Text:

—Jaem, Jaem... —jadeó Jeno lastimosamente, apretando entre sus manos las sábanas.

Jaemin sonrió, moviendo el vibrador con un poco más de rapidez en el interior del mayor. Le encantaba ver a su novio tan destrozado a la hora del sexo, Jeno tenía las expresiones más bonitas cuando estaba excitado, y sabía que había algo más que lo llevaría al borde.

—Te gustaría que Taeyong hyung fuese el que te follara, ¿verdad?

De sólo escuchar el nombre del mayor Jeno soltó un gemido más alto, abriendo los ojos llorosos para observarle con súplica.

No era un secreto que ambos encontraban increíblemente atractivo a su hyung, se habían conocido en la universidad y ambos casi se habían babeado al verle. Jeno y Jaemin compartían absolutamente todo, por lo que rápidamente admitieron el deseo que le tenían. Desde entonces, el jueguito de Taeyong hyung se había vuelto común en la cama, pero jamás se lo habían comentado al mayor por supuesto.

—Seguro que hyung te follaría tan bien, Jen, te haría correrte tan fuerte que hasta mancharías tu bonito rostro, ¿verdad?

Jaemin se inclinó cerca de su entrepierna, presionando un beso en el interior del muslo de su novio mientras Jeno soltaba pequeños lloriqueos.

—Imagina lo bien que harías sentir a hyung, ¿vas a gemir así de bonito para él también?

El mayor asintió efusivamente. —Sí, sí, lo haría tan bien para hyung...

Jaemin sonrió, decidiendo que le daría un descanso un momento.

Redujo la vibración del aparato hacia la mínima, y luego se levantó, subiéndose al cuerpo de Jeno para juntar sus labios.

Jeno llevó las manos temblorosas al trasero del menor, aliviado de tener un respiro. A ciegas derramó un poco de lubricante en sus dedos, introduciendo dos dentro de Jaemin. El menor soltó un pequeño jadeo contra su boca, dejando que su novio le preparara.

En cosa de minutos Jaemin estuvo montando a Jeno, mientras el mayor lloriqueaba por la estimulación que sentía. Jaemin no había apagado el vibrador en su interior.

—Jaem... —le llamó con un sollozo. —E-es mucho, yo...

El menor bajó la vista hacia él, aferrándose a sus hombros, y detuvo un poco sus saltos para mover sus caderas en círculos, haciendo que su novio jadeara nuevamente.

—¿Eso le dirás a Taeyong hyung? —preguntó con la respiración agitada. —¿Te pondrás a lloriquear como un maldito virgen?

Jeno soltó un alto gemido desde su garganta, tirando de la cabeza hacia atrás cuando Jaemin llevó una mano hacia el juguete en su interior, moviéndolo para follarle con él. Dio directamente a su próstata.

—Apuesto a que hyung le encantaría ver como te vienes una y otra vez, Jen, tranquilo, puedes hacerlo.

—¡A-ah! ¡Hyung!

Como si de magia se tratase, un líquido tibio llenó inmediatamente su interior, haciendo que Jaemin mordiera su labio inferior con risa.

—Buen chico. —susurró, quitando el objeto de Jeno para evitar que se pusiera demasiado sensible.

Esperó un momento a que Jeno recuperara la respiración, y luego el mayor apoyó las manos en la cintura de Jaemin, dándoles la vuelta bruscamente.

—Mi turno. —susurró antes de inclinarse para juntar sus labios con los del menor.

Jaemin llevó las manos al cabello de su novio, y separó las piernas para permitir que Jeno le follara. Rodó los ojos tras su cabeza cuando Lee tomó la intensa y rápida velocidad con la que usualmente le penetraba. Sus pieles chocaban bruscamente, y lo único que se oía era el sonido de sus gemidos y jadeos en la habitación.

Jaemin se corrió primero, soltando un largo jadeo con el nombre de su novio, y luego de un par de embestidas más, Jeno alcanzó su segundo orgasmo, llenando en demasía el cálido interior de Na. No podía esperar a ver cómo el líquido se deslizaba fuera de él.

Ambos se acomodaron al lado del otro. Jeno volteó un poco su cabeza, y Jaemin separó sus muslos para permitirle a Jeno lo que quería ver. Su corrida lentamente ensuciando el edredón bajo ellos.

—¿Estuvo bien? —preguntó Jaemin cariñosamente luego de unos minutos de silencio.

Jeno asintió con las mejillas rosadas, acercándose a Jaemin para presionar un beso delicado en su pómulo.

—Creo que debemos hablar de algo.

El corazón de Na dio un salto en su pecho al escuchar aquello, pero intentó mantenerse relajado.

—¿Puedo limpiarme primero?

El mayor negó suavemente, y Jaemin se relajó un poco cuando Jeno acomodó la cabeza en su hombro, depositando un beso en su cuello.

—Es sobre lo de Taeyong hyung...

Jaemin enredó sus dedos en el cabello de su novio, acariciando su nuca. —¿Quieres detener eso? Está bien, Jen, no pasa nada.

—No es eso. —susurró bajito. Su voz sonaba más grave de lo usual, así que Jaemin supo que hablaba en serio. —Y-yo... Ya no quiero que sea un juego, quiero hacerlo de verdad.

A Jaemin le tomó un minuto entender las palabras.

—¿Quieres que Taeyong hyung te folle en serio?

Jeno hundió el rostro aún más en su pecho, avergonzado.

—Nos folle. —corrigió— En serio quiero- deseo que lo haga, Jaem, ya no aguanto... Por favor.

Na mordió su labio inferior, acariciando el cabello de Jeno nuevamente. Bueno, no sería el primer trío que realizarían, y si su bebé se lo pedía de aquella manera tan adorable... ¿Cómo podía negarse?

—Está bien, amor. —sonrió, tomando la mejilla de Jeno en su mano, y el mayor alzó su rostro, observándole con sus ojitos brillantes y mejillas avergonzadas. —Lo conseguiré para ti, ¿de acuerdo? Todo lo que quieras siempre va a ser tuyo.

Jeno sonrió de esa manera adorable que le tenía tan enamorado, y cerró los ojos, juntando sus frentes para frotarlas suavemente.

—Te amo.

—Y yo a ti, Jen, para siempre.

💌

Taeyong llevaba dos horas seguidas enfocado en terminar su maqueta para la presentación de la semana. El tiempo había pasado rápido gracias a la música que escuchaba a través de sus audífonos, evitando así que se estresara cada vez que alguna pieza se despegaba de su proyecto.

Escuchó de pronto algunas voces en la sala, y supuso que eran amigos de Johnny, su roommate, que le venían a buscar para irse a la fiesta que le había dicho. Taeyong había pasado esta vez, quería terminar su trabajo pronto para luego descansar un rato en su cómoda cama.

Estaba tan concentrado analizando cada detalle de su maqueta con los audífonos puestos al máximo, que apenas se dio cuenta cuando alguien entró a su habitación.

Volteó la cabeza con un poco de confusión, pero alzó las cejas con sorpresa cuando vio a Jeno y Jaemin, dos de los chicos a los que ayudaba de vez en cuando con tutorías en la universidad.

—Hey, ¿qué hacen aquí, chicos? ¿Tienen algún examen pronto?

Su relación se había vuelto un poco más cercana que estrictamente de estudio, pero de todas formas no era común que fueran a su departamento si no era para ayudarles con un repaso, mucho menos tan tarde.

Quitó uno de sus audífonos, pero continuó observando su trabajo, anotando en una hoja algunos de los detalles que le faltaban, puesto que parecía que ahora estaría un poco ocupado.

—Queremos hablar contigo, hyung.

Asintió, dándole una última mirada a su trabajo antes de voltearse. Los dos menores estaban de pie en la alfombra, muy juntitos. Jeno tenía las mejillas algo sonrojadas, por lo que Taeyong despertó y se puso de pie.

—Oh, lo siento, vengan, ¿quieren ir a la sala? ¿De qué es el examen?

Sin embargo, ninguno de los dos se movió.

—Taeyong hyung, hace un tiempo que queremos decirte algo importante. —empezó Jaemin, metiendo las manos a los bolsillos.

Taeyong volvió a sentarse en su escritorio mientras asentía. Observó que Jeno tomaba asiento en su cama lentamente, mientras que Jaemin se acercaba a él, posiblemente para espiar su trabajo.

—Bien, ¿de qué se trata?

Taeyong estaba listo para recibir un poco de criticismo por las ayudantías que realizaba, era el primer año que las hacía, por lo que entendía que aún podía estar un poco débil en-

Su mente se quedó en blanco cuando Jaemin tomó asiento en su regazo.

—Es tan injusto, hyung... —susurró el menor. —Que camines por ahí con un rostro tan atractivo, sin darnos ni un poco de atención a nosotros.

La respiración de Taeyong se aceleró un poco mientras sus cejas se fruncían con confusión.

¿Qué estaba pasando ahora mismo?

—¿Qué estás haciendo?

No podía quitar a Jaemin de su regazo, había algo tan encantador en el menor que no quería interrumpir su accionar. Na jugaba con el borde de su hoodie, quitando algunas pelusas, peinando su cabello.

—Es un poco vergonzoso decir esto, hyung. —susurró mientras arrastraba sus manos por su pecho. —Pero estamos obsesionados contigo, de la manera más sucia y caliente posible.

Una sonrisita se asomó en los labios de Jaemin, y el corazón de Taeyong se aceleró, preguntándose si el menor no conocía lo que era la vergüenza.

—¿D-de qué hablas?

—Oh, Taeyongie hyung, no sabes lo mucho que nos encantas. —sonrió nuevamente Jaemin, apoyando la cabeza en su hombro. Taeyong elevó confusamente los brazos, apoyándolos en la cintura estrecha del menor.

—¿Yo encantarles a ustedes?

Recordó entonces que Jeno estaba también en la habitación, el menor se había quedado en silencio, pero estaba sonrojado hasta las orejas, apretando las manos sobre sus muslos.

—Sí, mucho mucho, hyung. —el tono de Jaemin se volvió más aniñado, como secretamente a Taeyong le encantaba. —Si sólo supieras la cantidad de veces que Jeno se ha corrido gimiendo tu nombre... Oh, ni siquiera puedo recordarlas todas...

Taeyong separó sus labios mientras observaba con una ceja alzada al chico sentado en su cama, quien bajó la cabeza tímidamente.

Bien, bien, las palabras comenzaban a cobrar sentido entonces. Le había costado entender un poco al principio, pero ahora ya estaba más seguro de lo que querían. Taeyong no era usualmente muy tímido en la cama.

Acarició la espalda de Jaemin, observando al otro en su cama.

—Oh, ¿dos chicos tan encantadores como ustedes piensan así de mí? No me lo habría imaginado nunca, Jaeminnie, ¿qué puede hyung hacer por ustedes?

Supuso que no se esperaban esa respuesta, pues los dos alzaron la cabeza al mismo tiempo, con algo de sorpresa.

—No, hyung, tú has sido tan amable con nosotros que decidimos traerte un pequeño regalo, ¿Jen...? ¿Puedes mostrarle el regalo a hyung?

Taeyong observó ansioso al chico que se puso de pie, poniendo las manos en su pantalón. Bajó el mismo con lentitud, dejándolo caer a sus tobillos, y Taeyong se sorprendió un poco de que dejara caer su ropa interior también, donde su polla se asomó con una tímida erección.

Jeno apoyó sus rodillas en el colchón, y se inclinó, manteniendo su trasero alzado mientras dejaba caer su mejilla en la almohada. A Taeyong se le secó la boca al ver un pequeño juguete metido en su interior.

Jaemin se removió un poco, y luego sacó de su bolsillo un pequeño control. Apretó un botón, y Jeno comenzó a jadear bajito en la cama.

—Ustedes son un par de traviesos, ¿hm? —susurró en cuanto pudo recuperar el habla. Quitó la vista del cuerpo de Jeno, y la bajó hacia Jaemin, tomando en su mano la mejilla del menor. Jaemin se inclinó en ella, haciendo que cerrara su ojo.

—Este es el de Jeno. —susurró, estirando el control hacia él, y luego volvió a buscar algo en su bolsillo. —Y este es el mío.

Taeyong mordió su labio inferior, de pronto comenzaba a sentir demasiado calor.

No dudó ni un segundo en apretar un botón en el control de Jaemin, y el menor soltó un pequeño gemido, observándole con ojos de par en par y boquita abierta.

—Ve con tu novio.

Antes de obedecer, Na se acercó a su oído, susurrando un tembloroso "Dale más atención a Jeno, por favor", ante lo que Taeyong asintió.

Jaemin se bajó con dificultad, y luego se tambaleó hacia la cama, hasta que estuvo recostado en la misma posición que Jeno.

—Quítense la ropa los dos.

Apagó ambos controles, llevándolos consigo, y caminó hacia ellos mientras los dos se desnudaban con rapidez. Taeyong notó que quitaban los juguetes también.

Bueno, no era el panorama que tenía planeado, pero no desaprovecharía una oportunidad así. Jeno y Jaemin eran posiblemente los chicos más guapos de su universidad. Y ahora estaban en su cama, deseosos de ser follados. Taeyong era alguien con suerte.

Los menores se acomodaron en la cama, recostados sobre su espalda mientras esperaban expectantes al mayor.

—Que chicos tan preciosos. —susurró Taeyong, deslizando una mano sobre el pecho descubierto de Na, mientras apretaba cariñosamente el muslo de Jeno.

Se inclinó, besando los labios de Jeno mientras su mano libre acariciaba el interior de los muslos de Jaemin. El beso era lento, Jeno parecía demasiado tímido aún, así que esperaba que se soltara un poco así.

No iba a mentir. Nunca había estado en un trío antes, pero se imaginaba que los menores sí lo habían estado, por lo que simplemente iba a seguirles la corriente. No podía ser muy difícil.

Se separó de los labios de Lee momentos después, y le dio una corta mirada a su rostro sonrojado. Tenía los labios hinchados y rojizos, brillantes con saliva. Un hilo de saliva incluso unía su belfo con el suyo, y Taeyong volteó la cabeza para besar a Jaemin a continuación.

Jeno pareció un poco más confiado entonces, pues se volteó hacia Na para besar el costado de su cuello y su rostro cariñosamente. Acarició la cintura del menor, preocupándose de tener sus manos sobre ellos a cada momento.

Llevó su mano hacia la cadera de Jeno, acariciándole despacio antes de presionarlo nuevamente en el colchón, haciendo que se recostara en su espalda.

—Pareces sensible aquí. —sonrió mientras llevaba un pulgar hacia el pezón de Jeno, frotándolo despacio.

El menor se retorció ante el inesperado toque, soltando un gemido sorprendido. Jaemin llevó su mano hacia la de Jeno, entrelazando sus dedos.

—Es muy sensible ahí, hyung.

Pellizcó despacio el pequeño botón en el pecho fornido de Jeno, escuchando otro alto gemido.

—Bésalo, Jaemin.

El chico de pelo rosa se acercó rápidamente, obedeciendo mientras juntaba su boca con la de su novio. Taeyong se inclinó, lamiendo lentamente el sensible pezón. Un quejido abandonó la boca de Jeno, pero fue silenciado en el beso.

Continuó dando pequeñas lamidas, jugando con la punta de su lengua mientras frotaba el contrario entre sus dedos, pellizcándolo de vez en cuando. Entreabrió sus labios, esta vez tomando la tetilla en su boca, succionando y mordiendo despacio. Jeno enredó sus dedos en su cabello, volviéndose cada vez más llorón.

Taeyong decidió bajar luego, cuando Jaemin se movió para besar el cuello de su novio. Presionó pequeños besos en su vientre, y adoró la forma en que la respiración se aceleró en el pecho de Jeno cuando se acercó a su miembro erecto. Sopló un poco de aire frío, haciendo que el chico temblara, pero luego se movió hacia sus muslos, presionando pequeños besos en ellos.

Observó el bonito agujero hinchado de Jeno, y por un momento pensó en comerle allí abajo, pero luego decidió que aquello era muy personal, tal vez no le agradaría.

—Jaemin, voy a follarte primero, ¿bien? Y quiero que Jeno se siente en tu rostro para que lo prepares, ¿puedes hacer eso?

Na asintió, llevando una mano hacia su miembro para masturbarse perezosamente mientras cambiaba de posición. Se recostó en la cama otra vez, separando las piernas.

Taeyong había desaparecido un momento, por lo que estiró una mano hacia su novio.

—Si quieres detenerte puedes decirlo, ya sabes.

—¿Por qué querría hacer eso? —preguntó Jeno con una sonrisa avergonzada, gateando para acercarse al menor.

Jaemin sonrió también, tomando el rostro de su novio para besarle la mejilla. —Sólo en caso de que hyung haga algo que no te guste.

El de cabello negro asintió, observándole con sus ojitos bonitos. Taeyong volvió entonces, así que movió su cabeza para observarle. Traía lubricante, pero no signos de condón.

—Estoy limpio. —respondió mientras dejaba la botella en la cama con un suspiro. —Y no encontré preservativos, sería una vergüenza robarle algunos a Johnny.

Los chicos soltaron una risita. —Está bien, nosotros igual. —respondió Jaemin, lamiendo sus labios.

—Genial, voy a prepararte entonces.

Los tres se acomodaron nuevamente, y Taeyong apreció que Jeno y Jaemin no se quitaran las manos del otro mientras él preparaba cuidadosamente al menor.

—¿Listo, Jaeminnie?

—Sí, hyung. —susurró con la respiración agitada.

Taeyong se acomodó entre las piernas separadas del menor luego de quitar sus prendas, y le dio un par de sacudidas a su miembro; luego lo guió hacia su entrada, introduciéndose lentamente.

—Oh, Dios...

—Jaemin...

Taeyong bajó la vista hacia Na, su pecho tenía un tono rosa ante la fricción de sus cuerpos, combinaba con su cabello. Movió su cabeza hacia Jeno, quien esperaba sentado sobre sus tobillos con un pequeño mohín.

—Ven aquí, bebé.

El de cabello negro obedeció, arrastrándose cerca de Taeyong. El pelirrojo juntó sus labios, besándole de forma más juguetona que la primera, mientras esperaba que Jaemin se acostumbrara a la intromisión. Tomó en su mano el miembro de Na, masturbándole para aliviar cualquier posible dolor.

—Hyung, continúa...

Ambos se separaron del beso al escuchar aquello, y Taeyong se acomodó, comenzando a mover sus caderas despacio en el cálido interior.

—Jeno, colócate en tu posición.

Con el rostro rojo de vergüenza Lee menor se movió, acomodándose sobre el pecho de Jaemin, enseñándole su trasero. Lo peor es que estaba justo frente a Taeyong, por lo que tendría que mostrarle las vergonzosas expresiones que haría.

Jaemin acomodó algunas almohadas bajo su cabeza, y tiró de Jeno más cerca de él.

El primer contacto húmedo contra su entrada le hizo soltar un vergonzoso jadeo. Alzó la vista hacia Taeyong, quien también le observaba con los labios entreabiertos mientras se movía despacio dentro de Jaemin.

Cerró los ojos, pues esto era más de lo que podía aguantar. No podía creer que Taeyong estaba en serio ahí, follándose a Jaemin mientras observaba cómo le comían el culo a Jeno, esto había resultado más fácil de lo que habían planeado. Jaemin le había dicho que estaba listo para rogar y así conseguir lo que Jeno quería, pero no había sido necesario. Su corazón se aceleró brevemente en su pecho al pensar que tal vez Taeyong quería esto.

Jaemin se tuvo que alejar para gemir cuando Taeyong aumentó la velocidad en su interior, y aquello le sacó un pequeño jadeo deseoso a Jeno también.

Taeyong soltaba graves gemidos que le colocaron los pelos de punta, y decidió abrir sus ojos otra vez, observando las expresiones que se estaba perdiendo de Taeyong, y, oh Dios, casi le dio un infarto. Su hyung era tan malditamente hermoso, incluso serio y sudoroso como estaba ahora.

Jeno soltó un alto gemido cuando Jaemin introdujo la lengua en su interior, follándole con la misma, y apretó las manos en puños mientras arqueaba la espalda, observando con un lloriqueo a Taeyong frente a él. Jaemin llevó una mano al miembro de su novio, y Jeno rodó los ojos tras su cabeza, era demasiado placer, demasiada atención, a Jaemin le gustaba estimularlo así.

El pelirrojo penetró bruscamente el interior de Jaemin un par de veces más, haciendo que el menor se alejara para gemir, y luego salió de él.

—Jeno, tu turno.

Con más emoción de la necesaria Jeno se movió, acomodándose en la posición que su hyung le había pedido, con el trasero alzado para él. Dios, que vergonzoso. Si hoy no se moría de vergüenza pues no lo haría nunca.

—Jeno se porta muy bien en la cama, hyung, suelta unos ruidos tan bonitos...

Taeyong sonrió al notar que Jaemin había recuperado el habla mientras se arrastraba contra el costado de su novio.

—Me lo imagino, no espero menos de un niño con una carita tan preciosa.

Jaemin besó la mejilla sonrojada de Jeno con una risita, y Taeyong se acomodó tras de él, golpeando suavemente su trasero sólo para escuchar a Jeno gemir. Era realmente sensible.

Separó sus glúteos, dejando a la vista la brillante entrada llena de saliva, e introdujo dos de sus dedos sin mucho cuidado, abriéndolo un poco más.

El ruidito que soltó Jeno hizo que su pene diera un tirón.

Taeyong amaba los ruidos en la cama, le encantaban, antes no había escuchado mucho a Jaemin pues obviamente tenía la boca ocupada, pero quería volver a encargarse después de él.

Luego de prepararle con un poco más de cuidado, decidió que era tiempo de entrar, por lo que tomó su miembro húmedo de lubricante y entró despacio en él.

Jaemin se encargó de acariciar los costados de Jeno y susurrarle cosas bonitas -o eso esperaba- en el oído, mientras que Taeyong le acariciaba la espalda de forma cariñosa. Jeno estaba mucho más apretado de lo que esperaba, supuso que sus dedos no habían sido suficientes para estirarle, así que esperó unos minutos más de lo usual antes de empezar a moverse.

No pareció importarle mucho a Jeno, pues pronto estaba moviendo sus caderas en busca de más mientras su boca liberaba pequeños jadeos graves.

—Hm, tan bonito, cariño. Vas a dejar que hyung te folle muy bien, ¿verdad?

Jeno se separó del beso que compartía con Jaemin, y asintió efusivamente.

—Hyung, lo quería tanto, se siente tan bien...

Taeyong sonrió, y se inclinó sobre el menor, sin dejar de mover sus caderas despacio en su interior.

—¿Sí, bebé? ¿Qué era lo que querías?

El pelirrojo presionó pequeños besos en su espalda mientras Jeno gemía, y luego el menor le respondió.

—Tu polla.

Taeyong y Jaemin soltaron una pequeña risita ante las honestas palabras del chico, y Taeyong presionó un beso en su oreja antes de volver a enderezarse.

—Me alegra que la disfrutes entonces, cariño.

Presionó sus manos en la cadera del pelinegro, comenzando a mover sus caderas con un poco más de rapidez. Al parecer pronto encontró el punto sensible dentro del menor, pues este se removió con un pequeño lloriqueo, y Jaemin llevó una mano a su polla para masturbarle.

—Hyung, creo que Jeno no va a durar mucho, nunca lo hace.

El nombrado soltó un pequeño sollozo contra el colchón, perdido en la excitación y vergüenza.

Taeyong procuró follarle con más rapidez entonces, pues a él también le faltaba poco. Quería llenar a Jeno, Dios, quería llenarlo tan mal...

—Vamos, cariño, ¿quieres que me venga dentro de ti? —preguntó con dificultad, escuchando únicamente el sonido de sus pieles chocando en la habitación.

—¡Sí, sí! Por favor, lo quiero tanto... Hyung...

Jaemin alzó la vista hacia el mayor mientras presionaba pequeños besos en la piel de su novio. Se imaginó que Taeyong se correría pronto, así que aumentó la velocidad de su mano en el miembro de Jeno.

El pelinegro soltó un lloriqueo, hundiendo el rostro en la almohada mientras sus manos apretaban las sábanas, abrumado ante tanto placer. Taeyong estaba ahí, follándole tan bien.

Jeno se corrió con un gemido largo y gangoso, lloriqueando como jamás se habría imaginado que podría escucharlo, y tal vez fue precisamente ese excitante ruido el que hizo que Taeyong se corriera también.

El pelirrojo se mantuvo en su interior un momento, recuperando la respiración, y estiró un brazo hacia los juguetes que estaban en la cama, el cual Jeno había usado anteriormente. Lo tomó mientras salía cuidadosamente del chico, y luego lo introdujo para evitar que su esperma se deslizara fuera.

Jeno soltó otro jadeo sensible, y bajó su cadera despacio, acomodándose en el colchón.

Jaemin alzó la vista tímidamente hacia Taeyong, probablemente deseoso de que fuese su turno de llegar al orgasmo esta vez. Taeyong pensó que se veía realmente adorable con el cabello rosa, le gustaba.

Taeyong se movió, tomando asiento en el inicio de la cama junto a Jeno, y apoyó la espalda en el respaldar, luego palmeó suavemente su regazo.

—¿Vas a montar a hyung, Jaeminnie?

El menor sonrió, asintiendo, y gateó hacia él. Jeno se dio la vuelta entonces, y Taeyong llevó la mano hacia su vientre para limpiar el semen que ensuciaba su cuerpo, y lo llevó a su propio miembro en un intento de lubricante.

El menor tomó asiento en su regazo, juntando sus labios de inmediato, y Taeyong acarició sus costados cariñosamente, acercándolo más a él.

Bajó sus besos por el pálido cuello del contrario, dejando un par de tímidas marcas, luego prosiguió por su hombro, y bajó hasta su pecho. Llevó una mano hacia su miembro para quitarle un poco el dolor en lo que esperaba que su propia polla se endureciera.

Jaemin se estiró un poco, y Taeyong notó por el rabillo del ojo que tomaba los controles que antes había abandonado. Apretó uno de los botones en uno, y Jeno soltó un gemido de inmediato.

—¡Ah! ¡Jaem!

El menor ignoró a su novio, en cambio, dejó el control en el colchón y rodeó con sus brazos el cuello de Taeyong, juntando sus labios mientras movía sus caderas suavemente en las piernas del mayor, frotándose.

Las manos recorrían el cuerpo contrario con cariño, teniendo los bonitos gemidos de Jeno de fondo, acompañado de los chasquidos que hacían sus bocas al besarse.

Jaemin jadeó cuando Taeyong mordió su labio inferior, y se alejó, observándole con la vista llena de lujuria.

—Necesito, por favor.

El pelirrojo asintió, tomando en su mano su pene para bombearlo un par de veces, y luego lo mantuvo firme, dejando que Jaemin lo deslizara lentamente en su interior.

Taeyong se imaginaba que Jaemin no duraría mucho. Había estado con la pesada erección desde el primer momento, así que sus saltos se volvieron rápidos y descontrolados casi de inmediato.

El mayor le dio una mirada a Jeno a su lado, quien mantenía la vista fija en la manera en que su pene entraba y salía de Jaemin, soltando pequeños jadeos. El pobre se veía tan destruido.

—Tócate. —le ordenó, deslizando una mano por su pecho para pellizcar su pezón, y Jeno gimió con los ojos llenos de lágrimas, asintiendo.

Volvió a poner la atención en Jaemin entonces, arrastró sus manos por su pecho, frotando sus pequeños botones rosados, pero al parecer no le complacía tanto aquello, así que decidió bajar a su polla, masturbándole con algo de dificultad.

Jaemin mantenía las manos firmes en sus hombros, ayudándose para moverse, tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta para tomar pequeñas respiraciones; de vez en cuando tiraba de su cabeza hacia atrás, arqueando su espalda cuando Taeyong rozaba accidentalmente su punto.

Taeyong quería complacerle aún más, por lo que detuvo sus movimientos un momento, recostándose en la cama. Presionó a Jaemin contra su pecho, y apoyó las plantas de sus pies en el colchón, moviendo su pelvis para follarle con más intensidad de esta manera. Sus pieles hacían un sonido tan grotesco.

Jaemin soltó un largo gemido ahogado al principio, alzando su cabeza para observar con los ojos de par en par al mayor, y luego presionó su rostro contra su hombro, gimiendo cada vez que el miembro ajeno se abría paso entre sus paredes, golpeando directamente su próstata.

El menor tanteó temblorosamente el colchón, hasta que encontró el control del vibrador de Jeno, y lo subió a la máxima velocidad. La habitación se llenó de inmediato de los gemidos de los tres, y Taeyong volteó un poco su cabeza para observar a Jeno, quien masturbaba su miembro mientras movía el juguete bruscamente en su interior, con los ojos pegados en la pareja a su lado.

—Más, hyung, por favor, más, más...

Taeyong afirmó las caderas del menor, gimiendo mientras adquiría un poco más de velocidad. Jaemin apretujó sus brazos, gimiendo más alto, y un lloriqueo abandonó sus labios cuando se corrió entre sus estómagos. Segundos después escuchó a Jeno soltar un ruido parecido, por lo que supuso que había llegado al orgasmo también.

Detuvo lentamente el movimiento de su cadera, permitiendo que Jaemin descansara un poco, y acarició la espalda sudorosa del menor, presionando besos en su cabeza mientras intentaba recuperar la respiración.

Jeno se estiró, apagando el control, y soltó un pequeño suspiro aliviado.

—Oh, hyung, no terminaste. —susurró Jaemin algo apenado mientras se quitaba de encima, haciéndose a un lado.

Taeyong mordió su labio inferior, observando a ambos menores con aquellos ojitos adorables de cachorro.

—Fue a propósito. Vengan aquí los dos. —susurró mientras rodeaba con una mano su miembro, comenzando a masturbarse.

Los dos menores fueron rápidos en inclinarse, abriendo sus bonitas bocas con la lengua fuera. Dios, Taeyong podía correrse sólo con esa imagen.

No necesito más que un par de sacudidas para que su miembro liberara aquellas largas tiras blancas, y los dos chicos juntaron sus rostros, deseosos de recibir un poco.

Jeno tragó las pocas gotas que aterrizaron en su boca, y luego se inclinó para limpiar el estómago de Taeyong, sucio del orgasmo anterior de Jaemin.

Taeyong soltó una risita, peinando su cabello con la mano limpia. Estaba cansado ahora.

—Que buen chico eres, Jeno, limpia el rostro de tu bonito novio también, ¿hm?

Sin dudarlo ni un segundo Jeno se enderezó, acercándose a Jaemin para lamer las gotas que habían aterrizado en su cara. Taeyong pensó que eran adorables juntos. Ambos en sus rodillas, Jeno sosteniendo al menor por los hombros mientras que Na le sostenía por la cadera y la cintura.

En cuanto estuvo limpio, Jaemin le devolvió el favor, y Taeyong casi se puso duro otra vez.

Jeno quitó el juguete de su interior con un jadeo tembloroso, y Taeyong les pidió que se dieran una ducha mientras él cambiaba el edredón.

Ordenó todo, dejando las cosas sucias a un lado, y en cuanto los chicos volvieron, él se dirigió al baño.

Se bañó rápido pues estaba muy cansado, y su corazón latió con alegría al ver que los menores estaban acostados en su cama. Agradecía tener una grande.

Jaemin estaba en la orilla y Jeno a su lado, por lo que decidió caminar hacia la otra orilla, dejando al pelinegro al centro.

Na ya estaba dormido, sin embargo, Jeno pestañeó lentamente mientras volteaba un poco el rostro, observándole.

—Gracias, hyung, en serio...

Taeyong se acomodó, rodeándolo con sus brazos mientras Jeno se apoyaba en su pecho, ambos de lado.

—Cuando quieran.

Jeno alzó el rostro, observándole con sus ojos brillantes sorprendidos.

—¿Hm?

Taeyong le acarició la mejilla con una sonrisa.

—Dije que cuando quieran, ¿acaso crees que me perdería la oportunidad de volver a follar un culo tan bonito como el tuyo?

Jeno tartamudeó algo sin sentido, haciendo que Taeyong soltara una carcajada.

—Duerme ahora, amor, es tarde.

El menor le quedó observando unos segundos, y luego alzó su mentón para presionar un beso en sus labios mientras su rostro se volvía colorado.

—Buenas noches, hyung.

—Buenas noches, Jeno y Jaemin.

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