Actions

Work Header

Día de la madre

Summary:

Donde Peter decidió no regalarle a sus pas un lapicero de cartón, sino algo más divertido.

Superfamily.

Work Text:

La habitación de Peter era un desastre.

O sea, la habitación de la mayoría de los adolescentes era un desastre, y eso era difícil de negar, pero Peter Rogers-Stark siempre fue un adolescente ordenado, o al menos asi era la gran parte del tiempo si no se tomaba en cuenta la situación actual.

— ¡¿Qué diablos le regalaré a papá el día de la mamá?!

Peter se llevó las manos a la cabeza de forma dramática, haciendo otra mirada general por todos los proyectos científicos y fotografías desordenadas que tenía tiradas por su cuarto.

Extraño no era la verdad, no en esa fecha. Peter le encantaba hacerle regalos a sus padres, especialmemte en fechas donde podía hacerles sentir especial por ser parte de su vida. El día de la madre era algo que le gustaba celebrar porque sus padres seguían siendo sus progenitores y el seguía siendo un adolescente que disfrutaba de hacerles regalos ya sea día de la madre o del padre.

Ambos adultos recibían regalos por los dos días mencionados, porque Peter así lo quería y así se hacía.

Pero ahora Peter se estaba quedando sin ideas, las croqueras y lienzos ya eran demasiado repetitivos, los robots y vídeos de buenos días no eran algo muy maduro para su etapa de adolescente y qué decir de álbumes de fotos con escarcha y algunos hologramas. Todo estaba visto y no podía repetirlo.

—V.I.E.R.N.E.S, ¿algo qué les guste a papá y papi actualmemte? —Alzó la voz el castaño con un tono preocupado, miró su cama dudando en si sentarse en su desorden o no.

—Al señor Tony Rogers-Stark actualmente le gustan las donas con glaceado de fresa y observar al señor Steve Rogers-Stark pintar. Al señor Steve Rogers-Stark le gusta últimamente pintar viendo a través de la ventana del comedor y el ayudar a su esposo en el taller. Ambos muestran el patrón de compartir tiempo con el otro como algo que les gusta hacer.

Peter asintió, miró su pared y gritó.

— ¡Visión! No es necesario que te quedes ahí parado, entra —Peter finalmente se sentó en su desorden y vio al androide entrar a su habitación a través de la pared.

—Perdón si le molesto joven Peter, pero no pude evitar escuchar que desea hacerle un regalo al señor Stark y al señor Rogers.

La voz pacífica de Visión lo hizo sonreir, igual el detalle que le seguía diciendo "señor Stark" a su papi solo por costumbre. Peter era consciente que dos mentes pensaban mejor que una, o al menos si esta mente era tan inteligente como la suya.

—Sí, va a ser el día de la madre, y ya sabes, me gusta hacerle regalos a mis pas. ¿Me ayudarias en algo que se me acaba de ocurrir? —dijo emocionado Peter, plantando en sus labios esa sonrisa de que tenía una idea recién salida del horno.

—Claro joven Peter, ¿en qué podría serle de ayuda? Parece ser que tiene una idea brillante por esa sonrisa en su rostro —Visión hizo un ademán con las manos intentando expresar lo dicho.

—Tengo el plan de la mejor cita que puedan tener. ¿Alguna vez has visto juego de gemelas? Es un clásico de Disney —soltó Peter emocionado.

Visión no comprendió, pero dejó que el chico le explicara su plan, escuchar era lo mejor que podía hacer ante las ideas sorpresivas de alguien criado por dos personas tan peculiares como el Capitán América y el Hombre de Hierro.

.
.
.

— ¡Ya está Rogers! ¡No puedo creer que de verdad lo hiciste!

Peter estaba sentado en las escaleras, lo suficientemente cerca para escuchar y lo suficientemente lejos para no ser visto por sus padres ese domingo por la mañana.

—Tony, por favor, no seas tan exagerado solo-

— ¿Me acabas de llamar exagerado?

Peter podía imaginar a su papá con expresión de arrepentimiento por lo dicho.

—No era lo que quería decir, Tony yo-

— ¡Eso era exactamente lo que querías decir Rogers! ¿Acaso todo nuestro matrimonio has creído que soy un exagerado? Porque esto puede acabar aquí y ahora.

—No, Tony.

Uno. Dos. Tres. Peter se llevó la mano a la cara para ahogar un suspiro de frustración.

— ¡ERA MI ÚLTIMA MALDITA DONA DE GLACEADO DE FRESA! ¿ACASO NO VISTE TODO EL MALDITO REFRIGERADOR CON OTRO TIPO DE DONAS? NO, NO LO HICISTE. AHORA DEBO IR A COMPRAR OTRA CAJA DE MIS DONAS PARA QUE NUEVAMENTE TE LAS ACABES TÚ.

Peter no podía hacer nada, estaba tan de acuerdo con su papá de que a veces su papi si exageraba las cosas.

Aunque venía advirtiendole a su papá que no podía tocar sus donas hace semanas, tal vez también se lo tenía un poco merecido.

—Lenguaje Tony, Peter está arriba y podría escucharte.

—No puedo creer que comieras mis donas —soltó Tony nuevamente.

Se encontraba en la etapa de incredulidad/aceptación. Así medía las etapas el hijo de esos super hombres, que esperaba que las cosas se calmaran para aparecer y empezar su plan.

—Tony, lo siento, en serio. Iré a comprar ahora mismo todas las cajas que sean necesarias, solo que yo... Simplemente actúe mal y me comí tus donas aunque me lo advertiste.

Visión apareció de la nada al lado de Peter, pero no se sorprendió, su sentido arácnido le respaldaba en esas ocasiones.

—Ya no hay vuelta atrás, Steve —Tony parecía bastante dolido por como soltó esas palabras.

Peter vio la hora, ya debía bajar si no quería llegar tarde al lugar donde haría el encuentro.

—Vamos Visión, es hora del show.

El androide le miró y asintió ante la determinación del chico que se ponía en pie para enfrentarse a todo.

— ¡Pas! —gritó Peter como si no hubiese escuchado la intensa disputa que se llevaba por culpa de unas donas de glaceado —. Hoy saldré todo el día, no les molesta ¿verdad? Daré unas vueltas con Wade por la ciudad y almorzare afuera también.

—Espera ¿con qué Wade? —cuestionó el Capitán, frunciendo el ceño al momento de escuchar el nombre de quien menos quería a esa hora del día.

—Peter, antes de hacer planes debes consult-

El timbre del teléfono del menor interrumpió el sermón que estaban a punto de darle. Resono una canción viejita que Peter utilizaba de tono de llamada, asi que éste respondió rápidamente ante la mirada de sus dos padres.

— ¿Wade? ¡Hola! Sí, ya estoy saliendo. ¿Nos vemos donde siempre? Okay. No, no puedes matar a un perro mutante porque te mordió, ya. Adiós.

Peter cortó, miró a sus padres que parecían demasiado sorprendidos y se despidió de ambos de forma rápida e indolora por lo que pudiera venir después de esa huida táctica.

Visión observaba desde las escaleras como lo había hecho el adolescente hace unos minutos, para escuchar claramente las voces de ambos héroes.

— ¿Dónde siempre? —preguntó el Capitán para asegurarse si había escuchado bien.

—Algún día acabaré con ese sujeto.

Visión sonrió, la misión juego de gemelas estaba en marcha.

.
.
.

Tony sorbio lo último que le quedaba del batido que se había comprado en una heladería que le quedaba al paso. Steve se terminaba de comer su helado con el mismo nombre de su esposo mientras leía una revista que dejaban encima de la mesa para que los clientes no se aburrieran si no tenían nada mejor que hacer que leer una revista vieja.

Tal vez uno lo expresaba más que el otro de forma física, pues la cara del Hombre de Hierro mostraba tanto enojo como quien despierta con el pie izquiero, pero ambos se encontraban profundamente molestos.

Molestos porque su preciado hijo Peter, el ángel de sus ojos y su razón de ser, tenía como principal junta a una persona tan extraña como Wade Wilson, un hombre rubio muy atractivo y con grandes problemas mentales.

Y sumandole de igual forma que culpaban a Wade de que su preciado Pet haya olvidado que ese era el día de las madres.

Ambos héroes eran conscientes que no eran mujeres, pero su hijo les había dado obsequio cada día de la madre sin falta desde que pudo grabar su primer holograma. Ahora que su nene había crecido eso no había cambiado.

Bueno, hasta hoy.

—No puedo creer que haya apagado su GPS —gruño Tony intercambiando el vacío vaso del batido por su tecnológico celular.

—Cualquier cosa que esté haciendo, él no quiere que sepamos.

— ¡Lo sé! ¿Quién crees que le enseño a apagar el GPS para que cierto soldado de la nación no lo castigara por escaparse con su papi a salvar la ciudad en vez de ir a clases?

Steve levantó la vista de la revista y fruncio el ceño, Tony desvió la mirada ante la mirada de reprimenda de su esposo.

—Pues creo que entonces es claro que él tendrá el mismo complejo que tú —escupió el rubio de forma seria y cerrando la revista para dejarla donde estaba.

— ¿El mismo complejo que yo? ¿Y se podría saber cuál es ese complejo? — cuestionó Tony harto del día en el que estaba.

—El complejo de hacer lo que quiera cuando quiera aún cuando se le ha dicho que no. El de no seguir las reglas, Tony.

El nombrado rodó los ojos y molesto se puso en pie. Ya no quería seguir con esa disputa que no les llevaba a ningún lado aparte del que uno de los dos terminaría durmiendo en el sofá.

Steve le miró ponerse en pie dispuesto a marcharse, y no parecía querer seguirle, asi que Tony le dejó estar hasta que dio el primer paso y ambos hombres escucharon sus celulares sonar.

Sí, el Capitán América tenía un celular porque Tony le insistió. No sabía usarlo del todo, pero si podía leer el mensaje que su hijo le había mandado con una ubicación exacta.

— ¿Pet te mandó lo mismo que a mi? —preguntó Iron Man mirando preocupado al Cap.

—La ubicación, claro que sí.

Se sostuvieron la mirada unos segundos y se pusieron en marcha rápidamente. Si su hijo les mandaba una dirección era por seguro que corría peligro.

Visión miró desde el cielo con una sonrisa, la fase dos de juego de gemelas iba a la perfección.

.
.
.

—Muy bien Cap, sujetate.

Ya con sus trajes, Iron Man y el Capitán América corrieron al muelle desde donde venía la señal de auxilio. Tony tomó de las manos al Cap y lo elevó para poder ir de forma rápida al gran barco del cual salía una gran energía luminosa que podía ser del enemigo.

No tardaron mucho hasta llegar a la parte superior del barco, listos y armados ante la idea de que alguien o algo estuviera atacando a su Pet (o si se encontraban a Wade podrían decir que fue un accidente... ).

— ¿Visión? —soltó Steve bajando su escudo que estaba por soltar al androide por ser la funte que generaba aquel rayo de luz hacía el cielo.

—Capitán Rogers, me da gusto verle. Igualmente a usted señor Stark.

—Okay Vis, me da gusto verte, ¿dónde está Pet?

Iron Man bajó ambos brazos con los que apuntaba al androide y dio un vistazo general. No se veían por ninguna parte de la cubierta de ese barco.

—Permítanme decirles que necesitan ropa para la ocasión, que se encuentra en el piso de abajo en el primer cuarto para el señor Stark y en el segundo para el Capitán Rogers —asintió Visión tranquilamente.

—No me movere de aquí hasta que sepa dónde está mi hijo.

Tony se quitó la máscara para mostrar las facciones molestas de su rostro. Steve simplemente se quitó el casco y suspiró.

—Entonces ¿Visión?

El androide miró al Capitán que le dirigió la palabra y sonrió.

—Él les espera en el salón privado del piso que saldrá en sus invitaciones dejadas en sus trajes.

Los super esposos se miraron dudosos. Si algo tramaba su hijo y lo planeo de esa forma que casi les saca el corazón, aunque no quisieran tendrían que reprenderlo.

Visión les vio bajar por las escaleras, fase tres de la misión juego de gemelas completa.

.
.
.

Tony y Steve se encontraron frente a frente ya listos con los trajes que se les habían dejado en aquellas habitaciones del barco. Corbata azul en Tony y roja en Steve, un detalle ñoño que solo a su hijo se le podría ocurrir.

Eran trajes finos, elegantes, y que ambos concordaron que se les veía muy bien al otro.

—No dejes de hacer pilates Rogers —soltó Tony para así comenzar a caminar hacia la dirección que tenía escrita la invitación.

Steve sonrío divertido y siguió a su esposo.

—Tu también te ves muy bien Tony.

.
.
.

Era extraño volver a encontrarse con Visión de esa forma.

De esa forma en la que fingia ser un mozo que les pedía sus invitaciones al salón privado del barco, donde al entrar se encontraron con nada más y nada menos que Peter acompañado de... Wade. Los dos vestidos como mozos con sus guantes blancos y servilletas de tela en un brazo.

—Bienvenidos señor y señor Rogers-Stark —saludó Peter con una sonrisa.

—Hola suegritos.

Peter le pegó un codazo a Wade.

— ¿Suegritos?

—Si vuelvo a escuchar eso creo que me terminaré congelando voluntariamente está vez.

— ¡Pas! Solo, ugh, ignoren eso y sigamos con todo —Peter miró mal a Wade que se sobaba la zona en la que había recibido el golpe —. Hoy fueron invitados a éste barco lujoso por mi parte porque es mi regalo para ustedes. ¡Felíz día de la madre pas!

Tony y Steve observaron de forma rápida el lugar, decorado de tal forma que simulaba una vieja película que no lograban recordar. Hasta el flotador de fondo era algo peculiar. Volvieron la vista a su hijo que les sonreía y ellos también lo hicieron.

Claro que no lo había olvidado, era Peter. Era su hijo.

—Muchas gracias hijo.

Tony se acercó de forma tranquila y alegre a Peter y lo abrazó con fuerza. Por un momento de verdad creyó que su hijo ya no les daría nada en esas fechas que se volvieron tradicionales y bellas para sus recuerdos.

Los dos castaños sintieron los fuertes brazos de Steve, que también sonreía por el detalle de su hijo.

—Ay, un abrazo familiar, me hace tan felíz que les gustara el regalo suegritos.

Wade se unió al abrazo y al segundo casi fue pulverizada su existencia si no fuera porque Peter logró sacarle de en medio de dos de los hombres más poderosos de la tierra.

—Bueno, pónganse cómodos. Hoy nosotros seremos las personas a su servicio.

—Y después les dejaremos tranquilos para que hagan todo tipo de cosas que deseen.

Otro codazo. Pet sonrió y procedió a dejarles un pequeño obsequió sobre la mesa.

—Que disfruten.

Con una sonrisa Peter se disponía a retirarse arrastrando a Wade hacía la cocina, pero Tony le detuvo con una pregunta;

— ¿Y cómo costeaste todo esto?

—Es cierto, a mi también me gustaría saber, Peter.

El menor se dio vuelta y les miró nervioso.

—Bueno, lo pagué con mis ahorros —respondió.

Ambos adultos alzaron una ceja esperando la verdad.

—Bueno, tal vez Wade me ayudó a pagar un poco...

— ¿Un poco? —indago el castaño mayor.

—Bueno, tal vez me ayudó a pagar mucho. Pero disfruten esta velada. Vamos Wade.

Con una sonrisa y mirándose entre ellos, Steve y Tony precedieron a sentarse en sus respectivos puestos. Claro, obviando lo que el Hombre de Hierro llama "anticuada" caballerosidad de su esposo en correr su silla por él y después de ese gesto el sentarse.

Vieron el paquete de regalo que su hijo les dejó. Se miraron curiosos y lo abrieron al mismo tiempo.

Una pequeña carta que decía "Con amor a los super progenitores de un chico araña" y un colgante de una dona con glaceado fresa de porcelana para su papi y una peleta helada de color celeste para su papá.

Steve Rogers-Stark y Tony Rogers-Stark volvieron a reír olvidando todas las disputas que se habían dado a lo largo del día. Tenían al mejor hijo del mundo, y eso era suficiente para ser felices.

.
.
.

Visión se acercó a la cocina encontrando al joven Peter y a Wade en una forma en la cual terminaron medio atorados en la pequeña cocina.

—La misión juego de gemelas está finalizada.

Después de eso volvió a su puesto.

Series this work belongs to: