Work Text:
Durante el fan meeting, donde la mayoría de actores de «The Untamed» estaban presentes, habían dos aspectos importantes a destacar. Uno, Xiao Zhan se encontró charlando animadamente con Yu Bin todo el rato, ignorando olímpicamente a aquel chico que siempre le encantaba llamar su atención. Y dos, Wang Yibo enojado, o este caso, celoso. Xiao Zhan se percató de ello pero no se preocupó en mostrarle mucha importancia.
En el tiempo que llevaba conociendo a su co-worker, sabía que solía comportarse como un niño, sumándole todos esos berrinches que tenía la costumbre de hacer cuando algo le molestaba o no salía como quería. Después de todo, no podía enojarse con Zhan cuando le decía que era un tremendo infantil, demasiado joven como para comprender algunas cosas.
Por supuesto que en algún momento llegó a sentirse ofendido con tal comentario, creía que su edad no tenía nada que ver con lo que hacía o cómo actuaba. A diferencia de Xiao Zhan, quién a pesar de tener veintiocho años, a veces le gustaba molestarlo con niñerías.
Era todo un misterio.
Para celebrar, todos acordaron una tranquila cena en uno de los restaurantes más prestigiosos de las ciudad, el único que faltaba era Yibo y Xiao Zhan. Como la mayoría se estaba alojando en un mismo hotel, no era de extrañarse que cabía la posibilidad de que esos dos llegaran juntos.
—Deja de mirarte tanto en el espejo, ícono de la belleza —comento Zhan, burlándose—, iremos a una cena, no a la entrega de los premios Oscar.
Hace unos quince minutos estaba esperándolo. No era mucho tiempo, pero algo dentro de él le daba risa al observar lo vanidoso que era Didi. Vamos, que eso tampoco estaba mal, incluso admitía que con maquillaje se volvía un hombre precioso. Pero admitirlo delante suyo era como alimentar su ego.
—Hmm, si Zhan-Ge no quiere esperarme puede irse solo —se paró derecho frente al espejo y se observó por unos segundos. Xiao Zhan enarcó una ceja, algo extrañado por su actitud.
—¿Puedo si acaso saber qué es lo que te pasa? —se atrevió a preguntar de brazos cruzados—. Desde que salimos de esa entrevista estás más agresivo y competitivo de lo normal.
Yibo disimula su enojo. Como si fuera posible no saber lo que le pasaba cuando hasta Liu Hai Kuan había hablado con él unos segundos después de salir de ahí y comentarle que su enojo había sido muy díficil de disimular. No era una advertencia pero a como estaban las cosas entre Wang Yibo, Xiao Zhan y las fans, quienes buscaban la más mínima cosa para emparejarlos, la situación se podría volver en su contra.
—No tolero que me ignoren —explicó sin verlo directamente a los ojos, como si con eso estuviera soltando un gran peso de encima, y admitiendo lo que sentía—. Bien, Mr. Zhan, estoy listo, podemos irnos.
Xiao soltó un largo suspiro.
—Quién te entiende —murmura.
No cruzaron palabra hasta no llegar al restaurante que habían acordado, la mayoría del elenco se encontraba charlando entre ellos, riendo y pasándola bien. Al verlos llegar juntos, algunos sonrieron y se levantaron de sus asientos para darles la bienvenida, y haciendo espacio para ambos. Yu Bin hizo dos espacios a su lado para Xiao Zhan, y otro para Wang Yibo, con la idea de que se sentaran juntos. Aunque lo más sorprendente de toda aquella situación fue cuando Wang Yibo se negó y se fue a sentarse cerca de Liu Hai Kuan, completamente al otro lado de la mesa y lejos de Zhan Zhan.
Algunos se quedaron con un signo de interrogación en sus caras, más no cuestionaron nada acerca de eso. No era buena idea que se metieran en problemas que no les convenía.
—Escuché que hay nuevos proyectos esperando para muchos de ustedes, celebremos por eso —Wang Hao Xuan, el gran actor que hizo de Xue Yang, sonrió.
The Untamed era una serie que estaba recién despegando, por lo que era muy normal ver a los actores principales en entrevistas y pequeños programas de televisión. Sin embargo, ya muchos de ellos se encontraban planeando nuevos proyectos a futuro, después de todo en algún momento tenían que decirle adiós a la fama momentánea, para darle espacio a otra.
—Celebremos también por nuestra serie —Zhuo Cheng, quién protagonizó con orgullo al poderoso Jiang Cheng, alzó una copa y los demás lo imitaron. Brindaron por el éxito y tan pronto como terminaron de beber, la comida llegó a su mesa.
—Zhuo Cheng dime una cosa, ¿Siempre harás aquel viaje? —pregunto Xiao Zhan.
—No lo sé... Mi agenda ha estado algo ajustada, y si no mal recuerdo para la próxima tendremos una presentación en un programa de televisión —suspiro.
—Tal vez pueden hacer un espacio para eso —opino Song Ji Yang—, ¿Quiénes estarán?
—Las estrellas principales por supuesto —Zhuo Cheng señaló riendo a un silencioso Wang Yibo, y luego a alegre Xiao Zhan—. Oye, Yibo, ¿Qué dices sobre eso? —se percató de su silencio, y trató de llamar su atención con esa pregunta.
Era algo extraño que después de que ambos muchachos llegaran Wang Yibo estuviera más callado que de costumbre. Sabían que el chico era algo tímido cuando la mayoría se reunía, pero rara vez lo era con Xiao Zhan, y justo ahora parecía como si lo estuviera ignorando olímpicamente, cosa que era muy extraño cuando siempre pasaba tratando de llamar su atención.
—No tengo que opinar nada al respecto —responde, echándose a la boca un bollo. Estuvo por volver a contestar hasta que escuchó una ligera risa al costado, voltea a ver por el rabillo del ojo y se da cuenta que Xiao Zhan está riendo mientras Yu Bin le susurraba al oído. Frunció el ceño, recordando una conversación importante que había tenido hacía unos días con él. No sabía si fue un impulso pero aún así dijo:— Aunque pensándolo creo que no voy a ir, recordé que ese día hay ensayo.
Lo dice en voz alta con el propósito de ser escuchado en toda la mesa, pero precisamente para que alguien se diera cuenta de su respuesta. Y así como lo esperaba, pronto obtuvo su atención.
—¿Qué no vas a ir a qué? —pregunta receloso. A pesar de estar hablando y riendo con Yu Bin, también logró escuchar el comentario de Yibo, así que no era un asunto de no haber alcanzado a escuchar lo que dijo, sino que quería cerciorarse de lo que había dicho, él lo había escuchado tal cuál.
No había nada de malo en aquella respuesta, pero recordaba haber hablado de lo importante que era esa presentación. Y fuera lo que fuera, no podían faltar, así que, ese día en la mañana habló con Yibo para que cancelara cualquier presentación que tuviera.
Y si ahora le decía eso... Entonces le había faltado a su promesa.
—A ese programa —responde con tranquilidad, sin quitar la seriedad de su rostro—. Si no estuvieras distraído tal vez hubieras puesto atención a lo que he dicho.
Esto último lo dijo con un malestar en su estómago, no porque la comida le estuviera cayendo pesada, al contrario, estaba deliciosa, lo único que le estaba envenenando era esa cercanía y unión que Zhan tenía con Yu Bin.
—Me dijiste que ibas a cancelar cualquier evento para ese día —le recordó Xiao Zhan con un rostro confuso, ignorando el último comentario.
Para ese momento toda la mesa había quedado en silencio, escuchando la breve conversación de esos dos. A decir verdad, verlos intercambiar palabras era muy interesante. No porque fuesen chismosos, pero quizá... Algo de las fans chinas se les había pegado.
—Lo olvidé, el ensayo es importante. Tendré que cancelar la invitación de ese programa.
Xiao Zhan frunció el ceño.
—¿Disculpa? —pregunta incrédulo— Siendo un bailarín profesional no creo que por faltar un día sea tan complicado —soltó con enfado disimulado—. Yibo, en verdad no creo que sea buena idea que te ausentes al programa. La promoción de la serie está al tope, no crees que... ¿Deberías pensar más en eso antes que en otra cosa?
Unas miradas de sorpresa se hicieron notar en la mesa, presintiendo que algo no iba bien con ellos. Si bien a ambos siempre se les veía pelear o discutir, siempre fue de una manera amistosa, pero la tensión que nació por esa conversación, ya no era lo normal-casual de esos dos.
Ahora sí se veía como una discusión verdadera.
—Yo también tengo proyectos importantes, no solo existe The Untamed para mí, sabes —le dio una sencilla mirada.
Y con eso, fue suficiente para que Xiao Zhan comprendiera lo que estaba pasando, aunque los demás estuvieran totalmente confundidos.
—Entiendo... —bajo la mirada, pensativo. Después de unos segundos, añadió:— No tomes tanto vinagre, que te enfermas.
La mayoría lo entendió como el vinagre que había en la ensalada, literalmente. Pero para aquellos que se habían leído la novela completa, incluídos ellos mismos, eso había una clara referencia del libro. Cuando Wei WuXian le pregunta a Lan WangJi por cuánto tiempo a estado consumiendo vinagre, refiriéndose a los celos.
Contrario a su reacción, Wang Yibo comprendió lo que le estaba tratando de decir, y con una furiosa llama que aparece en su interior, se levantó y dijo:
—Una noche espectacular, gracias por la invitación, Zhuo Cheng. Ahora con el permiso de ustedes, me retiro —dio una ligera reverencia ante la mirada sorprendida de todos, y una furiosa de Zhan-Zhan.
—Espera, Yibo, ¿No vas a...
—No, ahora si me disculpan —interrumpió abruptamente.
Eso podía ser actos vergonzosos y embarazosos para un actor como él, ser de una manera tan descortés como lo estaba siendo. Pero después de todo, Xiao Zhan sí tenía razón en algo.
Había estado bebiendo demasiado vinagre desde la tarde. Y para evitar una pelea vergonzosa solo por sus sentimientos, era mejor que se fuera de ese lugar tan pronto como pudiera.
—... ¿Por qué se le veía tan molesto? —pregunto Song Ji Yang sin salir aún del asombro.
—Desde la tarde ha estado así —responde Xiao Zhan, recordando que al salir no lo había esperado, cosa que siempre hacía.
—¿Y por qué será? —Liu Hai Kuan miró fijamente a Zhan, como si pudiera decirle con la mirada la razón. Después de todo actuar como Lan XiChen le había servido de algo para interpretar los sentimientos de Lan WangJi, en este caso también le funcionaba con Wang Yibo.
Creía que sería más maduro, ¿Pero ponerse celoso de Yu Bin? ¡Él solo era su amigo! Su papel de Wen Ning le había sentado de maravilla, no entendía porque se había molestado tanto.
—Debería irme yo también —Zhan dio un falso bostezo que despistó unos segundos a los demás—, ya es algo tarde, y mañana tengo unos cuantos asuntos.
—Claro, de todas maneras la cena ya está por terminar, creo que deberíamos pedir la cuenta —sugirió Wan Hao Xuan.
Los demás asintieron y se levantaron, mientras los meseros recogían los platos y cubiertos. Una vez que pagaron por su pedido, tan pronto como salió Xiao Zhan agarró un taxi para que lo llevase al hotel en el que se hospedaba junto a Yibo, ni siquiera pensó en despedirse de los demás, puesto que estaba tan enojado con su co-worker, que ahora mismo en lo que pensaba era en exigirle una explicación, y una disculpa a sus compañeros después, porque esa escenita que hizo en el restaurante había sido muy maleducada y descortés. Sus compañeros e incluso él mismo esperaban una disculpa de su parte.
Sabía que a veces el carácter de Didi era complicado, frívolo y seco. Pero esa no era manera de salir de un lugar, casi huyendo, porque para él, eso era lo que había hecho.
Ahora lo que necesitaba era explicarle y hacerle entender lo muy estúpido que eran sus celos. ¡Estar celoso de Yu Bin! Eso era casi lo mismo que hizo Lan WangJi a Wen Ning, cuando lo golpeó solo por andar cerca de Wei WuXian. Aunque cabe destacar que estaba ebrio.
Pero Wang Yibo no lo estaba como para que actuara de aquella forma.
—Es aquí, gracias —respondió apenas bajo del taxi.
Llegó a recepción, y busco el ascensor. La ventaja de todo aquello era que su habitación estaba junto a la de él, así que no tenía que preocuparse por subir un piso extra.
Las puertas del ascensor se abrieron. Sus pasos se dirigieron a la cuarta habitación del pasillo, su habitación. Ni siquiera de iba a tomar la molestia de irse a cambiar y luego ir a discutir con Yibo, quería arreglar ese asunto pronto.
Eso porque... Muy en el fondo le dolía haber discutido realmente con él. Y como si fuera poco, haberle dado la referencia del vinagre. ¿Qué clase de persona era?
Suspiró, delante de la habitación número quinientos treinta y siete, en la que se suponía que debía estar él. ¿Se animaba a tocar? ¿Y si esperaba hasta mañana?
No.
Toc , toc .
Esperó una señal de movimiento dentro de la habitación. Unos pasos se escucharon cerca y su corazón comenzó a latir como loco, no sabía por qué estaba tan nervioso.
Finalmente la puerta se abrió, dejando ver un hermoso perfil lleno de seriedad.
—¿Puedo pasar? —preguntó con un hilo de voz.
No sabía por qué estaba tan ansioso. Su enojo persistía, pero también la preocupación de arreglar todo ese absurdo problema le llenaba el corazón.
—Adelante —se hizo a un lado para que pasara. Una vez que cerró la puerta, volvió a preguntar—, ¿Por qué estás aquí?
Xiao Zhan le dio un pequeño vistazo antes de continuar, su cabello contenía pequeñas gotas de agua, una toalla rodeaba su cuello, portaba una camiseta blanca y unos shorts que le llegaban hasta la rodilla. Andaba descalzo también.
Al parecer recién salía de la ducha.
—Tus compañeros y yo merecemos una disculpa por tu actitud tan descortés —se cruzó de brazos.
—Yo no recuerdo haber dicho nada malo —respondió calmo.
—Te fuiste así de la nada, ni siquiera terminaste tu cena y como si fuera poco, dejaste mi conversación en el aire sin responder, eso es de mala educación.
—¿Qué querías que respondiera? ¿Qué admitiera que había estado bebiendo vinagre toda la tarde? —Wang Yibo se cruzó de brazos— Zhan-Ge, en verdad no hace falta que vengas aquí, si esperas una disculpa, se las daré a todos cuando volvamos a vernos.
—Yo no quiero ser parte de todos ellos. Quiero hablar contigo de esto a solas.
—¿Hablar de qué?
—Que mala memoria tienes —dice burlista—, ¿Por qué estás tan celoso de Yu Bin? Desde la tarde has estado tan frío y... Distante. Es extraño, más cuando tú siempre buscas llamar mi atención.
—Entiendo, y ahora que no lo hago, te sientes con falta de amor, ¿No es así? —sonríe ladino—, quién diría que eres un niño mimado.
—Esto es serio, Mr. Wang. No solo trates de esquivar la respuesta porque no pienso olvidarme de ello tan fácilmente —frunció el ceño—, ¿Qué pasó? ¿Lan WangJi te dijo que golpearas al pobre Wen Ning?
Por muy ficticio que sonara Yibo entendía a lo que se refería, después de todo él había leído toda la novela.
—No es por Yu Bin, si quieres que te dé una respuesta, lo hice desde un principio. Te dije que no me gusta que me ignoren.
—¿No es lo mismo? Celoso porque me atención ahora estaba en Yu Bin y no en ti... Vaya WangJi, que persona tan manipuladora eres... —ríe.
—¿Y qué si lo soy? —antes de que pudiera reaccionar, Wang Yibo agarró a Xiao Zhan de la cintura, y lo pegó a sus caderas, sintiendo su respiración tan cerca de su rostro, los nervios se dispararon por todo su cuerpo. Ahora mismo Zhan estaba siendo presa de un celoso, y manipulador, si bien muy en el fondo se encontraba ansioso por saber que iba a continuar, la mirada de Didi le daba algo de inquietud. No podía adivinar sus pensamientos pero creía que no era nada bueno.
Hace tiempo, siempre era testigo de las confesiones de amor que le daba en el set, a algunos les causaba ternura y risa, era entretenido hasta cierto punto, hasta que las suposiciones de las fans se hicieron escuchar y ahora especulaban una relación entre ellos. Gracias a ello, ambos se unieron aún más, e incluso, aunque no eran nada, ni habían hecho nada, ambos sabían que lo de ellos, no era una simple amistad. No desde que Yibo se le había confesado y jurado, que en algún momento de su vida, se casaría con él.
Siendo broma o no, Xiao Zhan ahora dudaba sobre sus sentimientos, y de lo que sentía por Wang Yibo. No porque no lo quisiera, sino al contrario.
Miedo de estar enamorado de él y no saberlo.
—¿Qué si te quiero poseer y decirle al mundo que eres mío?
La respiración de Xiao Zhan comenzó a volverse inestable, agitada, su rostro ahora se pintaba de un ligero color rosa. Aunque Yibo le había pasado confesando muchas cosas, jamás le había dicho algo como eso.
Ahora sus piernas se sentían débiles, sus ojos no paraban de observar los labios entreabiertos exhalando aire caliente, se veían apetitosos, suaves.
Unas ganas inmensas de besarlo le entraron.
—¿Qué si quiero besarte delante de todo el público? —Yibo dirigió su mirada a los labios de Zhan-Zhan, había disimulado tanto tiempo que ahora no quería hacerlo—, ¿O en los fan meeting? ¿En cada entrevista que tengamos?
—Diría que estás loco —susurro, muy de cerca—, pero que a mí también me encantaría hacerlo confesó.
No terminó de decirlo cuando su boca fue invadida por una increíble sensación que le hizo jadear al instante. Sus labios fueron chupados, succionados, mordidos, de una manera tan sensual que le fue inevitable no tener cosquilleos desde su abdomen hasta perderse un poco más abajo. Wang Yibo no desperdició ningún momento, empuja su lengua dentro de la boca de Gege, jugando con la saliva, ladeado la cabeza para devorar por completo su boca. Xiao Zhan estaba tan aturdido y encantado que le seguía el beso torpemente.
¿Cómo era posible que su Didi, ese Didi, besara tan jodidamente bien? Sentía su respiración perderse y sus pulmones rogar por oxígeno. Sin embargo ahora, lo único que le importaba era tener aquel hombre devorando su boca, buscando su piel, acariciando su cintura.
Lo quería, lo quería dentro de él.
Cuando se separan del beso, Xiao Zhan deja salir un gemido tan tentador y necesitado que Wang Yibo casi pierde el control. Poco le faltaba para hacerlo, y ahora escuchando esa manera tan caliente de Xiao Zhan, jadeante, húmedo, dispuesto a lo que viniera, era demasiado como para controlarse y no follarlo ahí mismo sobre la alfombra, escuchar sus gemidos y gimoteos de placer, llorando y suplicando porque le diera más fuerte hasta que encontrara su punto dulce.
—Quiero follarte, Zhan-Ge —le susurra al oído—, hasta que no puedas pensar en nada más que en mi y mi polla dentro de ti.
Zhan siente sus piernas perder la fuerza para mantenerse en pie, como si con el simple hecho de esa confesión pudiera sentir toda la pasión y lujuria de Yibo. Lo anhelaba. Habiendo tenido tantas fantasías con él, podría llenar todo un libro erótico de sus aventuras.
—Aun es muy temprano para ello, Bo Di, o es que... ¿Ya no aguantas más? —trato de burlarse, buscando una manera de no sentirse tan avergonzado.
Por supuesto que no, había fantaseado con él desde hace mucho, más bien era como una tortura todos los días saber que lo tenía y a la vez no.
—¿Acaso no lo ves? —Yibo agarró la muñeca de Xiao Zhan con cuidado y la dirigió lentamente hasta su entrepierna, hasta que pudiera sentir lo duro que ese beso lo había dejado.
Una vez que aquella mano traviesa se posó sobre su polla caliente, Yibo dejó salir un largo suspiro, y ahí fue donde Xiao Zhan la sentía crecer aún más entre su mano. Inevitablemente suelta un jadeo y la desea.
—Vaya en verdad... Estás muy duro —mencionó, mordiéndose ligeramente su labio inferior.
—¿Y no harás nada al respecto? —pregunta divertido.
Xiao Zhan no dijo nada, lo guió hasta la cama, mientras le sacaba aquella toalla alrededor de su cuello y comenzaba a quitarle la camisa. Él espero pacientemente, sintiendo las manos traviesas de Zhan detenerse sobre sus abdominales y recorrerlos casi maravillado.
—Se ve que trabajas todo el día con tu cuerpo, ojalá el mío fuera así —acarició de arriba abajo su abdomen un rato, hasta que una de sus manos se perdió entre los shorts azules que usaba, dejó un suave camino con la yema de sus dedos—, aunque no esperaba menos de un bailarín tan profesional... —cuando finalmente encontró su destino húmedo y caliente, comenzó a masturbarlo lentamente. Su miembro estaba tan duro que se erguía casi con dolor, dejando un goteo casi tortuoso.
—El cuerpo de Mr. Zhan es perfecto. Su cintura es perfecta.
La respiración de Yibo se volvió inestable, sintiendo toda una calidez que se presionaba contra su zona más sensible y húmeda, la que ahora Gege le acariciaba lentamente, casi como un juego. Sus jugos recorrían su pene y se derraban en la mano ajena.
—¿Quieres perdonar a tu Gege? —menciona con inocencia, aumentando la velocidad y moviendo su mano circularmente de arriba abajo.
Yibo abre los ojos que hace poco tenía cerrados y lo observa suplicante. Esperando por un roce más, imaginándose lo caliente y apretado que Xiao Zhan podía estar. Con sólo pensarlo, se excitaba más de lo que estaba.
—No estuvo bien que irrumpiera así en tu habitación, ¿Verdad? —Yibo suelta un gemido grave cuando Xiao Zhan lo agarra fuertemente—, no te enojes con Zhan-Ge.
—¿Cómo podría? —respira con una pizca de burla—. Tomé vinagre por toda la tarde y noche, ¿Crees que será así de fácil? —Wang Yibo lo recuesta sobre la cama, abriéndole las piernas—, debería castigarte para que aprendas que no debes ignorar a la gente.
Comenzó por quitarle la camisa, luego sus zapatos y por el último, el pantalón. Quedando solo con el bóxer, se podía ver que él estaba casi igual, o más duro que Wang Yibo.
—Mírate estás tan húmedo —le dijo coqueto—, me preguntó que será exactamente lo que Zhan-Ge quiere —pregunta a propósito.
—... No me hagas decirlo —comento apenado.
—Si no me lo dices, ¿Cómo sabré yo si eso es lo que quieres que te haga? ¿Si te sentirás satisfecho? Quién sabe...
Antes de que pudiese continuar, Zhan lo agarró del cuello y lo atrajo hacia él, besándolo apasionadamente, Yibo correspondió al instante, enrollando su lengua sobre la suya, mientras se daba la labor de desprender la última prenda que lo cubría.
Ansioso, cuando se separó, Zhan no lo dejó escapar de sus brazos, al contrario, le susurró al oído.
—Fóllame hasta que quede cubierto de tu esencia, Bo Di —su manera de decirlo tan sugerente, hizo que las mejillas de Wang se colorearan de un ligero carmín. Escuchar a Gege hablando de una manera que nunca se imaginó lo excitaba aún más.
Yibo terminó por quitarse su ropa inferior, y ahora quedando completamente desnudos, abrió cuidadosamente las piernas de Xiao Zhan para maravillarse con lo que había entre ellas, su agujero rosa se contraía casi lastimosamente, quizá producto de la misma excitación.
—No mires tanto —desvía la mirada.
Yibo no podía despegar su mirada de ahí, probablemente porque necesitaba, su cuerpo exigía corromper aquel lugar tan estrecho y sensible. Nunca se había sentido atraído por los hombres, pero cuando se trataba de Xiao Zhan, sus instintos bajan casi igual a los de un animal en celo.
—No llevo lubricante ni condones conmigo —avisó, con terror de que, al escuchar esto, se arrepintiera de todo aquello.
Lo supuso desde un principio. Al ser tan distante y tan antipático con las mujeres era muy díficil que llevara ese tipo de cosas en su bolsillo cada vez que viajaba, y además, aunque ese no fuera el caso, Wang Yibo se mantenía viajando de aquí para allá, tampoco tenía tiempo para ocuparse de los deseos carnales, y a pesar de que algunas veces los sentía, él prefería evitar cualquier contacto.
Así que sí, Xiao Zhan comprendía.
—Existen otros métodos para lubricar, Didi —informa—, Lan WangJi y Wei WuXian no tenían lubricante para hacerlo y eso no los detenía —soltó una suave risa encantadora.
—Pero el condón... Yo... No quiero que te sientas incómodo o sucio si llego a acabar dentro.
—Esta vez me arriesgaré —convenció—, si se trata de la dulce semilla del Sr. Wang entonces yo... La aceptaré dentro de mí —lo abrazó, sintiendo el calor de sus pieles. Una vez más, la vergüenza no pudo ser escondida por parte de Yibo.
—A veces eres tan descarado —se excusa para evitar avergonzarse.
—No te pongas tímido ahora Bo Di —ríe contra sus mejillas—. ¿Sabes que hacer con ellos? —refiriéndose a sus dedos.
Yibo sonrió disimuladamente, nunca había visto, ni leído, erotismo entre hombres. Mentira si dijera que no se sentía algo perdido, pero, si se trataba de dedos y movimientos de cadera muy útiles que aprendió en el baile, podía considerarlo casi como una enseñanza para este tipo de situaciones.
—¿Qué debería hacer con ellos? —pregunta inocente, aunque supiera muy bien lo que tenía que hacer, quería que Xiao Zhan se lo dijera.
—Hm, aquí —Zhan-Zhan se llevó un dedo a sus labios y los señaló, dando suaves golpecitos sobre aquella boca ligeramente abierta—. Ponlos dentro.
—Que atrevido —dejo escapar un risa que pronto selló con una mirada lujuriosa en sus ojos—, entonces enséñame... Lámelos.
Zhan tembló ante la repentina ola de placer que lo inundó por tan indiscreta orden, aún así aceptó obedientemente porque su razón hacía mucho rato se perdió en el océano del placer.
Se los echó a la boca con un "ah" y tan pronto como se sintió invadido por esos largos dedos, comenzó a lubricarlos, metiendo su lengua entre ellos con devoción, succionando, empapándolos de saliva. Yibo lo vio follarse sus dedos con la boca con tanta convicción, que su miembro comenzó a doler, a exigir atención de su parte, goteando y anhelando estar dentro de aquella estrechez.
—Mmm, ¿Así está bien? —soltó un corto gemido cuando sacó los dedos de su boca, dejando un rastro de baba por la comisura de sus labios— ¿Así está... Ahh...
Un repentino gemido escapó de su garganta cuando Yibo, sin poder aguantar un segundo más sus comentarios insinuantes, llevó un dedo a sus calientes entrañas. Sonrió ladino y se deleitó con el rostro de dolor de su Gege, sus cejas casi unidas y su boca semiabierta. Quién diría que él era el responsable de provocar aquella imagen en un reconocido y muy querido actor de China. Si tan solo las fans pudieran ver lo que le estaba haciendo a su Ge en esos momentos, se volverían más locas de lo que ya estaban.
Un solo dedo no era suficiente, necesitaba acomodarse de alguna forma para que Xiao Zhan no se sintiera tan incómodo y adolorido, y a pesar de que unas cuantas lágrimas se habían presenciado en sus ojos, Yibo empujó el segundo dedo que aún seguía resbaladizo por la saliva.
—Ahh, B-Bo Di, no seas tan... Rudo —jadeo sobre las sábanas— Espera un poco.
Las manos de Zhan se curvaron sobre la sábana y las apretaron con fuerza, dolía, claramente. Él nunca... Había estado de esa manera con alguien. Por supuesto que ya había estado con personas mucho antes, pero no específicamente con un hombre.
Nunca tuvo curiosidad por experimentar, pero ahora que se encontraba con Yibo de esa manera, le excitaba y quería llevarlo a cabo.
—Perdón Zhan-Ge, es que cuando todo se trata de ti no puedo contralarme... prometo que esto se volverá más placentero —beso su mejilla con ternura y empezó a mover los dedos dentro de él, algunas veces despacio, otras, tan profundo que podía sentir su entrada temblar y apretar a esos dos dedos intrusos. Esa sensación de ser profanado comenzaba a volverle loco.
—¿Te divierte jugar con tu Gege? —una coqueta sonrisa salió de sus labios cuando Yibo sacó los dedos y lo miró con un extraño brillo en sus ojos—. ¿Quieres jugar más? —susurro en su oído, aprovechando la cercanía para plantar un beso detrás de la oreja—, tengo un lugar especial, donde solo a ti te dejaría entrar ahí, recuérdalo siempre Bo Di, no cometas los mismos errores.
Xiao Zhan le mostró a Didi dos de sus dedos, específicamente índice y corazón, con ellos recorrió lentamente su piel, pasando con suavidad la base de su caliente polla y luego dirigirlos a su punto rosa. Sin aplicar mucho esfuerzo, abrió lentamente aquel agujero, dejando a la vista una apertura completamente tentadora e incitante. Sonrió satisfactoriamente cuando observó a Yibo mirarlo casi rogándole que parara con sus insinuaciones o sufriría las terribles consecuencias de su fuerza. —Hm, aquí, Mr. Wang. ¿No te gusta?
—Es... —trata de decir pero no se logra contener.
Sin soltar media palabra más, finalmente agarró su erecto miembro que goteaba por atención y lo condujo a la estrecha y ansiosa entrada de su Ge. Tan pronto como entró la espalda de Xiao Zhan se arqueó y sus manos buscaron la espalda de Yibo, calmando la sensación de incomodidad que lo invadía.
Wang Yibo suspiró profundamente, concentrándose en otra cosa que no fuese en la estrechez que envolvía deliciosamente su erección, lo bien que se sentía estar finalmente dentro de Xiao Zhan.
—A-Ahh, Wang Yibo... —. Sus ojos se mantienen cerrados y una expresión de placer une sus dos cejas, casi frunciendo el ceño. La boca que antes se alzaba en un dulce sonrisa ahora se abría casi como si un pétalo se posara en sus labios. Suaves, placenteros, los labios de Zhan se veían tan lindos que Yibo no dudó ni un segundo en lamerlos antes de adentrarse en su cavidad bucal, apagando su dolor ahí abajo, e incitando a su cuerpo a aceptar sus movimientos sin lastimar a su chico estrella—. Puedes... Puedes moverte —aviso.
Yibo comienza un suave vaivén de caderas que le hizo curvar sus dedos y clavar sus uñas en su espalda. Se sentía tan bien, tan caliente, aquel hombre sobre él, excavando en sus entrañas, apoderándose de su cuerpo... Iba a perder la poca cordura que le quedaba.
—Estás tan estrecho y... Caliente —Wang Yibo hace todo lo posible para poder llevar un suave ritmo y no terminar por despedazar las caderas de Xiao Zhan en la cumbre más poderosa de su excitación. Aunque sabía que poco se iba a controlar.
Al menos no con aquella vista.
Las gotas de sudor de Xiao Zhan se resbalaban lentamente por su frente, algunos mechones de cabello estaban tan empapados de sudor que se adherían a su piel, ¡Y como no hablar de esa boca tan tentadora!, Esa boquita tan rica que Wang Yibo quería besar siempre que se curvaba en una sonrisa. Ahora en lugar de una, se encontraba ligeramente abierta mientras susurraba en legítimos jadeos audibles su nombre.
—W-Wang Yibo —unas lágrimas se acumulan por el rabillo del ojo, y un impulso por enrollar las piernas alrededor de su cintura se apodera de él—. Lo quiero todo dentro de mí, así. Más... Más fuerte. —todos aquellos pensamientos y deseos se resumían en pequeños gimoteos y ojos llorosos.
—ZhanZhan es precioso —muerde su clavícula y comienza a embestir cada vez con más rapidez, percatándose del sucio sonido de sus pieles chocando.
El agujero de Zhan estaba abierto y recibiendo sin piedad la polla de Yibo que deseaba corromperlo. Ahora los sonidos de chapoteo en la habitación se vuelven cada vez más audibles, logrando complementarse con los perfectos gemidos de placer de Xiao Zhan. Ya no había dolor. Solo un intenso placer que lo hacía querer gritar de placer.
Había estado con varias chicas, y podía decirse que sí era placentero, pero ninguno de esos encuentros lo hacía aferrarse a las sábanas y pedir por más.
—Yo debo... Debo ser un desastre... Ahh... A-Ahora m-mismo —habla pausado por culpa del vaivén en sus caderas, incluso las mueve involuntariamente sobre aquella dura y gruesa polla que lo embestía, casi dejando ver las estrellas.
—¿Es placentero? —golpea con profundidad un lugar tan especial, que Xiao Zhan no evita abrir sus ojos con sorpresa y soltar un corto pero fuerte gemido—, eso me da la respuesta —succiona su labio inferior felizmente.
Ahora sabiendo y conociendo su punto débil, haciendo de aquel juego un lugar de placer envueltos en sudor, y olor a sexo. Cambia la posición especialmente para alcanzar la próstata de Xiao Zhan.
—¿Así está bien? ¿Gege lo disfruta?
Para Xiao Zhan cada vez se le estaba haciendo más difícil soltar una palabra sin no dejar salir un gemido primero, menos una oración completa. Sus caderas mismas le traicionaban al buscar más contacto entre pieles, cuando Didi alcanzaba su próstata, su espalda se arqueaba placenteramente, y como si fuese poco, también estaba el hecho de clavar sus uñas tan fuerte en la espalda de Yibo que sabía que le dejarían arañazos. Esperaba que nadie pudiese verlo, porque sería un gran problema.
—Yibo... No... —logra articular. —Dame un respiro.
Su rostro sonrosado y cubierto por una fina capa de sudor, sus labios abiertos, sus cejas, antes fruncidas por el dolor, ahora estaban relajadas, casi levantándose hacia arriba por el placer y el deseo.
—¿No qué? Mr. Wang puede parar, pero eso sería un grave castigo para Zhan-Ge quién lo está disfrutando —lame su mejilla, bajando el ritmo a sus estocadas.
Gege quería pedirle que no lo hiciera, que realmente se sentía muy bien como parar.
—Continúa... —pidió—, quiero todo, todo.
Yibo sonrió mientras observa como cierra sus ojos, disfrutando del momento. La cama rechina, golpea la pared fuertemente al ritmo de las embestidas.
—Abre la boca —pide. Sin abrir sus ojos para saber qué pasaba, Zhan obedece—. Chupa —mete su dedo pulgar en medio de ambos labios separados, sosteniendo su mejilla derecha entre la palma de su mano.
Xiao Zhan siente su cuerpo caliente, la saliva recorre una fino camino fuera de su boca, junto al intruso que tenía dentro. Los fluidos se mezclan, el olor a sexo es palpable en la habitación, y sus gemidos se ahogan en su propia garganta.
—Mmm —gimotea, chupando su dedo pulgar, y sintiendo un sin fin de placer. Sin esperar a que Wang Yibo pudiera ir más profundo de lo que estaba yendo, su espalda se arqueó cuando rozó mas allá de su próstata, separándose ligeramente para tomar aire. Podía sentir como sus pobres caderas eran casi partidas en dos—, ¡Y-Yibo! esto es demasiado... Ahh...
—¿Debería parar?
De todas maneras no pensaba hacerlo, pero el bienestar de Gege también lo preocupaba.
Xiao Zhan responde alarmado.
—¡No! ¡No te detengas! Justo ahí... —gime al sentir como Yibo vuelve a tocar su punto débil—, golpea ahí... Sí, así... Se siente muy bien...
Finalmente Wang Yibo comprende cuál debe ser la posición para la punta de su pene tocara con satisfacción la próstata de Xiao Zhan, bastaba con alzar sus caderas un poco y empujar con fuerza.
—Mierda... —cierra los ojos con fuerza, maldiciendo lo bien que se sentía ser follado de aquella manera.
—¿Es así? ¿Así es como lo quieres?
Una vez más, la punta de su polla fue a dar directamente al centro de todo aquel placer brindado. Gege gimió con intensidad, entregándose cada vez más al abismo de la locura.
—¡Mjm! Sí... ¡Más fuerte! Así lo quiero... Ahh... por favor.
—Dime a quién le perteneces.
Estando en sus cinco sentidos por supuesto que se burlaría de él y le diría con orgullo que él no le tenía que pertenecer a nadie. Sin embargo no era el momento para hacerlo, y con la ola del placer que se aproximaba, no pude evitar jadear en sorpresa.
—... N-no deberías-
—Vamos dímelo —arremetió con fuerza. Xiao Zhan se arrepintió en ese momento.
—¡A ti, a ti! —no duda en responder con sinceridad—. ¡Le pertenezco solo a Wang Yibo!
Una sonrisa de satisfacción inundó sus labios. Como deseaba tener ese recuerdo grabado, repetirlo por siempre y tener la sinfonía de los gemidos de su Ge resonando cada vez que le escuchara hablar.
—Así me gusta.
Tener a Xiao Zhan abierto de piernas debajo de él siempre fue una de sus fantasías, mentiría si dijera que cada vez que jugaban en el set o se molestaban mutuamente, no se le escapaba algún pensamiento impuro.
—Eres tan bueno...
Inclinó su cabeza y masajeó uno de sus pezones, mientras el otro se lo echaba a la boca. Xiao Zhan clavó sus cortas unas en su espalda y arañó la piel de Wang Yibo como si su vida dependiera de ello, sentía el orgasmo llegar, el calor cada vez más se acumulaba, las profundas embestidas de Didi se intensificaban y la razón ya no tenía espacio en su cabeza.
—Eso duele Zhan-Ge —jadea sin dejar de penetrarlo, refiriéndose a los pequeños arañazos en su espalda. Busca sus labios y lo besa por unos segundos—, no pensé que... Ahh... Rayos... —maldice, soltando un grave gemido cuando, de repente, las paredes de Xiao Zhan se aprietan y se contraen, avisándole del inminente orgasmo.
Quiere decir algo más pero no puede, la saliva escapa de la boca de Xiao Zhan y se desliza en un camino desde la comisura de sus labios hasta el mentón, sus labios están separados en una erótica expresión y sus ojos casi soltando lágrimas de placer. Trataba de contener su excitación, pero lo único que logra es darle una vista más placentera a Wang Yibo.
—N-No puedo más... Estoy a punto de v-venirme —jadea, acercándose cada vez más y más a su clímax. Su cuerpo se estremece, su respiración se corta y una sensación preocupante lo llena. Sus piernas parecieron rendirse ante el choque de placer, y su vista nublarse. — ¡Yibo! Ahh...
Su nombre es el último gemido que sale de su boca. Sus sentidos se ciegan por el placer y una gran cantidad de semen explota sobre el abdomen de ambos. Lo único que necesito Wang Yibo para terminar de correrse justamente en su interior, eran esos jadeos incontrolables de Xiao Zhan, sin poder controlar la presión de aquella entrada cuando apretó con fuerza la polla que lo embestía sin compasión.
Su tibia y espesa semilla llenó a Xiao Zhan hasta el borde, sintiéndose que no daba abasto por tantas emociones y tantos placeres en una sola noche. Xiao Zhan respiró profundo y cerró los ojos, percibiendo la calidez dentro de él. Ahora se sentía lleno y caliente, como si su vientre estuviera albergando una gran cantidad de esperma.
—Debes estar incómodo —Yibo le susurra en el oído aún con la respiración agitada. Después de todo había terminado dentro de él sin darle aviso—, deberías ir al baño.
Estuvo por salir de su interior cuando él lo detuvo.
—Espera... No salgas aún —lo sostiene de los hombros, evitando que se alejara—, mantenlo adentro un rato.
—¿Y eso por qué? —pregunta curioso.
Xiao Zhan pensaba decirle en un principio que era por el calor del momento, esperar solo unos segundos mientras trataba de regular su respiración, sin embargo, una loca y descabellada respuesta se paseó por su mente.
—Quiero tener un bebé —dice seriamente.
La cara de Yibo se vuelve blanca como un papel, si no fuese porque captó el mensaje en segundos, estuviese rezandole a todos los santos.
—¡Zhan-Ge! —regaña, Xiao Zhan solo comienza a reír a carcajadas, viendo la mueca de disgusto—. No bromees así.
—Por Dios, Yibo, ¿Pero que pensaste por un segundo? Somos hombres —continua riendo— ¿En verdad lo creíste?
—Lo que pasa es que me dejaste así de tonto con ese movimiento de caderas. Quién lo diría ZhanZhan, tal vez puedes convertirte en un bailarín tan profesional como yo —dice orgulloso.
—Sí claro —rodea los ojos—, ven, vamos a tomar una ducha juntos.
Yibo finalmente sale de él. Así como el semen sale del interior de Xiao Zhan lentamente, recorriendo sus piernas y parte de su trasero.
—De acuerdo pero hace un rato estaba duchándome.
—Ah, ¿Entonces no quieres?
—No dije algo como eso, después de todo lo único que quiero es estar con Gege —lo abraza, besándolo en la mejilla.
—Bien entonces vamos, intentaremos todas las veces necesarias crear un bebé —sonríe burlón. Era obvio el doble sentido de esa oración por lo que, Wang Yibo solo sonrió y se levantó junto a Gege, después de todo, ¿Quién decía que no se podía tener una segunda ronda?