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Nagi quiere conquistar al chetito Reo

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- Seishiro ya deja de hacerte al pelotudo, desde mañana me vas a ayudar en la obra.

Mi viejo, tan exigente, ¿qué jode tanto?
Hola espectador de mi miserable vida, bienvenido a un nuevo capítulo de esta serie de bajo presupuesto llamada: las miserias del pobre y fachero Seishiro.
Contexto corto y rápido porque me da flojera narrar: ya salí del cole y mis viejos andan jodiendo para que labure, dicen que jugar todo el día al Lol no es un empleo. Puta vida de adulto que me exige un trabajo aburrido.
Yo a esta hora hubiera seguido durmiendo pero no, mi vieja me despertó temprano y para colmo me hizo bañarme.

- ¿Y para qué me voy a bañar si de todas formas me voy a ensuciar en la obra?
- Porque hueles a cebolla podrida y el patrón se puede espantar con la facha que traes - mi vieja y sus cumplidos, siempre tan motivadores.

De todas formas no entiendo porque tenemos que venir tan temprano, ni para la escuela madrugaba tanto.

- Seishiro son las 9 de la mañana, vamos tarde.
- Viejo déjame tener mi soliloquio almenos - ¿Qué era eso?

Llegamos a la obra, horrible si me preguntan, mierda como extraño mi Lol. Anoche perdí y no dormí bien de la frustración. Esperen, creo que me están hablando.

- Entendiste qué tenes que hacer?
- Pffff obvio viejo, por quién me tomas - no entendí un carajo porque ni siquiera estaba prestando atención. Ya fue, virgencita échame una mano para sacar adelante el laburo.

Después de haberla cagado monumentalmente cargando las bolsas de cemento, me derivaron a la mezcla. En mi defensa tengo que decir que yo no le hago a cargar cosas pesadas y mi viejo CONSCIENTE DE ESO, va y me pone de mula para transporte.
Igual lo de la mezcla no se ve difícil. Solo es poner agua y cemento y dejar que la maquinita esa haga todo el trabajo. Podía jugar al Lol un ratito en lo que estaba lista. Encendí mi teléfono y por la puta que me trajo en contra de mi voluntad, no hay WIFI.

-¡Seishiro! ¿Ya está la mezcla? - preguntó un random.
- Yo qué voy a saber.
- ¡Pruébala!

¿Qué haga qué? ¿Cómo se prueba la mezcla? Miré por unos segundos la mezcla que giraba y giraba adentro del coso ese, me estaba mareando. Él dijo que lo probara, y cuando estaba a punto de meter mi dedo para agarrar un poco, el patrón llegó.
- Buenos días patrón, ¿cómo le va? - fuaaaaah viejo un poco de amor propio y dignidad porfavor.
- Todo bien Nagi, ¿cómo va la obra? - habló el estirado con una sonrisa más fingida que mis ganas de vivir.
- Vamos bien, mi hijo Seishiro entró hoy para encargarse de la mezcla ¿cierto?
- Si, creo que está bien, todavía no la probé - mi vieja me dijo que siempre diga la verdad, pero los dos vejestorios que tenía en frente no dejaban de verme raro.
- Bieeeen, quisiera dar un paseo para ver los avances - se fueron y yo porfin pude sacar mi teléfono para robar el WIFI de la casa de alado. Ni loco iba a gastar plata en datos.

- Disculpa, ¿sabes a dónde fue mi papá? - piedad por favor, ahora quien me esta jodiendo.
- Se fue con mi viejo para ver la obra - levanté la cabeza y mis ojos casi se salen de lo mucho que los abrí. Justo en frente de mí estaba el flaco más lindo y cheto que haya visto en mi vida. Todo él gritaba que era nene de papi y mami. Tenía unos ojitos color morado como los de mi skin en el Genshin, el pelo también lo tenía morado, no había más colores para su personaje al parecer, por poco y no le ponen la piel morada y lo hacían hermano de Thanos.

- Ya veo, soy Reo, un gusto - me sonrió y yo me estremecí señores.
- Seishiro - dije frío y cortante para parecer interesante.
- ¿Trabajas acá? - lindo pero al parecer le gusta hacer preguntas obvias.
- Si, ¿y tu? - recién procesé lo que acabo de soltar, me quiero cortar la yugular.
- Jaja no, obvio, eres un tontito - tonto tu viejo estreñido, pensé - yo estoy por ingresar a la universidad - Lindo y estudioso, tengo que presentárselo a la vieja, estoy seguro que lo va a adorar.
- ¿Qué edad tenes? - y así siguió sacandome charla mi futuro novio aesthetic 3000, en parte se lo agradecí porque me salvó de ir a ver la mezcla esa.

Cuando se fue mi corazón se hizo chiquito, no habían pasado ni cinco minutos y ya lo extrañaba. Quería hablar más con él.

Debía conquistarlo, igual no iba a ser muy difícil, el encanto me sobra, o eso me decía mi dulce y encantadora madre, a quién saludé al regresar a casa.

- Ssshhhh!!!!! Estoy escuchando la novela - el encanto la había abandonado al parecer.

Toda esa noche dormí muerto, ni siquiera escuché las 14 mil veces que mi bro Isagi me había llamado para jugar Fifa. Perdón bro, la vida adulta me pudo.