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No podía más.... Simplemente ya no podía más con nada, ni siquiera importaba si ese día decidió que no querría levantarse en lo absoluto? Estaba seguro de que nadie importante tocaría a su puerta el día de hoy a pesar de ser fin de semana. Su cuerpo pesaba, sentía que las frazadas que lo cubrían pesaban el doble de lo que debían, no quería hacer el esfuerzo de moverse.
Además de que ese maldito olor dulce y cítrico lo hacía sentir náuseas, era tan asquerosamente pesado que simplemente no podía respirar, con cada respiro el olor lo inundaba, su cabeza dolía como si alguien presionara su cerebro, su garganta hacía arcadas instintivas. ¿No se suponía que los olores de las flores eran hermosos y agradables? Pues no cuando este mismo nunca te deja en paz y cada vez es más y más fuerte en tu alrededor, desearía simplemente oler algo más.... Cualquier cosa menos el intenso dulzor irónico de las flores que le arrebataban la vida con cada día que pasaba.
Otra vez pudo notar claramente la sensación de presión en su pecho, maldijo en voz baja, entonces la tos comenzó estruendosa como siempre mientras la saliva se acumulaba en su boca más y más, que desagradable, la saliva se resbalaba por su boca mojando más su. cama, repugnante, los pétalos blancos comenzaron a salir de una vez. Aún no podía relajarse, podía sentirlas atoradas en la parte más alta de su garganta, carajo... ¿realmente tenía que pasarle esto ahora? Tosió con más fuerza buscando que salgan, pero poco a poco el aire en sus pulmones se agotaba y no podía hacer que más entrara por culpa de las malditas flores.
Ya estaba empezando a darse cuenta por vencido ¿De que servía luchar con eso? Su cuerpo estaba débil, era cuestión de tiempo que pasara, sus ojos comenzaron a cerrarse solos y ya no estaba luchando..... Estaba cansado, tal vez podría dormirse un momento.
Entonces escucho la puerta de su cuart.o ser abierta con brusquedad, la luz del día inundó todo, apenas abrió los ojos notando aquel cabello rojizo bermellón que aún mantenía algunas mechas blancas dispersas. No tuvo tiempo de pensar en nada más pues un ataque de tos comenzó y no podía hacer nada al respecto, cerro fuertemente sus ojos mientras las lágrimas se juntaban dispuestas a salir.
La persona que entró a su habitación se acercó a él con rapidez y limpió lo mejor que pudo todas las flores desperdigadas, parecía que tenía en manos un balde que le acercó. Yoosung no lo pensó mucho y puso su cabeza adentro para poder expulsar las flores de una vez.
Sintió una mano acariciando su espalda con cariño y cuidado, tratando de reconfortarlo. Levantó su mirada cuando por fin la tos se calmó y las flores salieron, se encontró con una mirada dorada que denotaba clara preocupación.
Sonrió débilmente debido al cansancio que le provocó toda la situación, levantó su mano y movió un poco ese cabello rojizo "Seven....?" Preguntó, aturdido y confundido, pero al ver que esa hermosa mirada preocupada paso a sorpresa y frustración se dió cuenta de su error.
Antes que pudiera decir algo la otra persona tomo su mano con suavidad, aunque parecía enojado no lo trataba bruscamente "No..... ¿Estás bien?" Dijo el joven, cambiando de tema rápidamente, el corazón de Yoosung se estrujó pero no por las flores, no está vez...
"S-saeran.... Perdón....." Dijo débilmente, pero el susodicho negó con la cabeza y le sonó, eso le dolió más. Nunca le gustó cuando le mentía así.
"Traje... Las macetas que me pediste.... También helado y papas Honey buddha chips..." Dice en una voz baja y suave, casi como un susurro, mientras sus ojos se iluminaban con un brillo singular cuando lo veía a él solamente, seguía sosteniendo su mano con cuidado.
Yoosung lo mira con tristeza, se sintió bien saber que Saeran había vuelto a su lado, era quien más seguido lo visitaba y le agradaba su compañía.
El de cabello rojizo suspiro y dejo el balde con las flores en el piso, bajó la mirada y se dió cuenta que había pisado varias flores sin haber dado cuenta, arrastró los pies apartando las demás que habían en el piso. Se miraron por un momento y Saeran abandonó la habitación en dirección a la mesa de comedor donde estaban las cosas que le compraron.
Dió un vistazo a su alrededor, todas las macetas, floreros y vasos con flores, muchas de ellas ya estaban marchitas, eso le dolio. Se dirigió a la cocina y agarró uno de los pocos vasos libres y lo llenó con agua para después dárselas a las que aún parecían luchando para seguir con vida, él quiso ayudarlas aunque sea un poco.
Agarro las paletas de helado pero dudo en llevarlas con Yoosung, estaba seguro de que no había ni siquiera desayunado.... Pero no creía que pudiera consumir muchas cosas con los dolores de garganta que constantemente decía que sentía. Suspiro y volvió a la habitación con ambos helados y las papas como un refrigerador, después le cocinaría una comida decente.
Vio a Yoosung sentado correctamente en la cama esperando por él con una sonrisa suave en su rostro, pero no ocultaba el dolor, Saeran le devolvió la sonrisa y le ofreció su helado y las papas.
"Acaso me estás queriendo consentir?" Le preguntó con una sonrisa un poco más divertida, su tono también era más alegre, eso calmó el corazón del pelirrojo al menos por el momento.
"Quien sabe.... Tal vez sea así" dijo mientras se daba vuelta había las cortinas de la habitación que estaban cerradas, las abrieron y también las ventanas, dejando que la luz cubría cada espacio y también se ventilaba de aquel agobiante olor dulce. .
Yoosung respiro profundamente el aire mucho más agradable, luego abrió el envoltorio del helado y comenzó a comerlo alegremente, definitivamente le ayudaba con su garganta irritada. El de ojos dorados se sentó a su lado en la cama y comenzó a comer su propio helado.
Fue un momento ameno y cómodo, realmente se sorprendían de lo bien que se llevaron después de tanto. Debían admitir que en un principio no se llevaron demasiado bien debido más específicamente a la situación pasada de Saeran. Yoosung estuvo en negación por un tiempo, negándose a creer todo el mal que provocó su apreciada prima, con el tiempo comenzaron a pasar más tiempo juntos.... Compartiendo chats hasta la noche.... Realmente se agradaban.
Yoosung mientras terminaba su helado, dejó caer su cabeza en el hombro de Saeran, este no se molestó en lo absoluto, todo lo contrario, se movió para hacerlo más cómodo para el rubio y además muy suavemente apoyó su cabeza sobre la contraria.
"Lo lamento....." Aunque fue casi que un susurro, definitivamente Saeran lo escuchó y estaba consciente de que el de ojos violetas lo sabía "Esto es inconveniente para ti verdad? No es necesario que vengas casi todos los días... . S-si te sientes responsable desde que paso.... Yo...." No lo dejó terminar, puso su mano en su cabeza.
"No me siento responsable.... Estoy aquí porque... Me importas" le dijo sinceramente, aunque le costaba un poco ser así de honesto "No me gusta que te disculpes tanto" continuó y frunció un poco el ceño demostrando su molestia. , esta acción hizo que Yoosung no pudiera evitar reirse.
"De alguna forma te ves lindo cuando haces eso...." Dijo mientras seguía riendo, no había notado como las mejillas del pelirrojo cambiaban a un tono más rojizo "Ya.... Relaja ese rostro un poco, si?" Puso su dedo índice entre sus cejas donde se había arrugado debido al ceño fruncido, el cual se relajó rápidamente ante el toque.
Ambos se quedaron en silencio por unos minutos, viendo exactamente nada... Mientras seguían apoyados en el otro cómodamente.
Era un momento simplemente pacífico casi olvidaron la razón de porque Yoosung estaba en ese apartamento con esas flores rodeándolo.... Casi....
La escena se vio interrumpida, Yoosung volvió a sentir dolores en su pecho, como comenzaba a cerrarse y el aire se hacia escaso a cada momento. Se tuvo que alejar bruscamente del de ojos dorados, comenzando a toser desesperadamente, Nada salía, comenzó a agarrar su garganta con fuerza..... Tal vez forzarla a salir.... No quería que pasara ahora.... No al lado de Él, sus uñas comenzaron a arañar la piel de su garganta en acto desesperado. Por favor Dios.... Ahora no.... No con él aquí, no quería que viera aquella escena.....
Saeran se alteró al ver a Yoosung así, no era la primera vez, pero realmente se veía grave... Su respiración se agitó y su mente quedó momentáneamente en blanco.
Cuando logró reaccionar lo abrazo por la espalda, puso una de sus manos en puño en su estómago y la otra encima, comenzó a apretar de golpe para ayudar. Costó bastante, pero al fin maldición.... Esas flores comenzaban a detestarlas con toda su alma.
Yoosung pudo expulsar todas las flores que habían inundado sus pulmones, Observó la cama hecha un desastre y bajó la cabeza con pena, odiaba que pasara eso cuando tenía visitas, pero a la vez agradecía que estuviera allí a su lado "Gracias.... " Dijo con la voz algo rasposa por el dolor, lo miro mostrándole una sonrisa aunque sus ojos estaban rojos y húmedos.
Saeran se sintió terrible viéndolo en ese estado, lo abrazó con cariño, con la cabeza del rubio contra su hombro, acaricio suavemente su cabello con demasiado cariño "No es nada..." Su voz sonaba algo nerviosa a pesar de tratar de transmitirle tranquilidad .
Estuvieron unos cuantos minutos así, las manos del pelirrojo seguían acariciando su cabello para tranquilizarlo, un gesto dulce que javia wur el corazón de Yoosung se acelerara un poco.... Pero de nada servía.
"Te prepararé una sopa cremosa.... Y después podemos comer pastel de crema de frutilla con te con jocheong de jengibre...." Le propone con una voz más cálida y amable, mientras le sonreía para tranquilizarlo.
Yoosung lo vio y sonriendo notando como buscaba hacerlo sentir mejor y ayudar "Solo si me dejas cocinar contigo" Le dijo con una sonrisa alegre y limpiando mejor sus mejillas húmedas por las lágrimas.
Saeran ayudó a Yoosung a levantarse de la cama para caminar juntos a la cocina y ponerse a cocinar el almuerzo.
Después de todo pudieron tener una tarde juntos muy amena, comieron juntos, hablaron de muchas cosas, realmente se habían hecho muy cercanos. Todo era tan pacífico entre ellos.
Gracias al cuidado de Saeran aunque un poco descuidado, varias de las preciosas flores lograron recuperar su color y vida, el ambiente era mucho más brillante...
A algo debían aferrarse.....