Work Text:
Sentado junto a sus antiguos compañeros de universidad, Wei Wuxian disfruta beber y brindar. En un inicio no estaba entre sus planes dejar su trabajo por este tipo de ocio, lleva años hundido hasta el cuello en su carrera. Su hermana suele llamarlo adicto ¿Pero qué más se supone que haga?
Secretamente, estaba ansioso por volver a ver al presidente del salón, su antiguo crush imposible. No te confundas, en realidad no eran amigos ni nada por el estilo, Lan Wangji solía supervisar al salón cuando el maestro en turno tenía que irse por alguna estúpida razón, dejando solos a un grupo de jóvenes ruidosos. Y el único encuentro cara a cara en el que hablaron fue cuando lo llevó casi a rastras a la enfermería.
Ah... ¿No lo mencionó? Wei Wuxian nació con un pulmón defectuoso provocándole un terrible asma.
Por un lado, le evitaba hacer ejercicio en exceso y podría fingir estar mal si se aburría o cansaba; por otro, odiaba tener que llevar su nebulizador a todas partes, porque una simple partícula de polvo que le hiciera toser, podría desencadenar un ataque de tos.
Como sea, el punto es que su amable presidente de salón, lo había llevado a enfermería en uno de esos ataques, justo el día que había olvidado su nebulizador.
Recuerda que estaban en medio de una exposición grupal, cada miembro del salón tendría que exponer sobre un tema en específico para al final unirlos y formar los temas del semestre. Sus compañeros estaban hablando al frente, cuando una picazón atroz azotó su garganta.
Trató de resistir y toser en bajo, pues el silencio en el salón era demasiado. Al final, perdió la lucha y la tos salió de su boca ruidosamente.
Algunos compañeros se quejaron, otros bromearon y hubo quienes se preocuparon.
-Lan Wangji, lleva a tu compañero a enfermería -ordenó el maestro al verlo doblado sobre su silla, tosiendo en su mano con desesperación por respirar-
-Mn -asintió levantándose de su asiento, yendo hacia él-
Sin embargo, incluso cuando llegaron a enfermería, estaba vacía. —que raro— pensó sarcástico para sí mismo entre ataques de tos.
Se sentía desmayarse, el oxígeno no llegaba a sus pulmones y su garganta dolía. De pronto, tuvo la firme mano de su compañero sobre sus labios, sellando su única fuente de respiración.
-Te ayudará a calmar la tos -lo escuchó hablar, su voz suave y profunda- la enfermera vendrá pronto
Con dificultad, logro respirar con su nariz congestionada, sin embargo, el sueño lo empezaba a inundar. Sentía la saliva empapar su barbilla y la mano sobre su boca.
Pronto, todo se volvió oscuro.
Cuando despertó estaba en la camilla de la enfermería, siendo atendido por el medico de la universidad.
Al final, regresó al salón de clases, quería agradecer a su compañero pero este ni siquiera le dirigió la mirada, aún cuando sus asientos estaban solo separados por un escritorio entre ellos.
Supuso que no era realmente importante ¿No?
Después de ese incidente, no volvieron a hablar, Lan Wangji nunca lo veía cuando giraba a verlo y jamás le dirigió palabra alguna. Era de esperarse, sus personalidades eran completamente diferentes.
Incluso hoy día, ocho años después de haberse graduado, sin querer reconocer que viajó kilómetros solo por volver a verlo, para el hermoso Lan parecía no existir.
Y no se atrevía a hablarle sin sentir que haría el ridículo. Fue peor aún ver el anillo dorado en su dedo anular.
Casado ¿Eh?
Era de esperarse, al fin y al cabo.
Con un último trago, se despidió de su grupo de amigos y salió del restaurante.
Camino unos pasos y se sentó en la banqueta frente al edificio, el lugar era oscuro y algo oculto, más no parecía un callejón. Era algo que no notarías a menos que te fijaras realmente.
-No sabía que podías fumar
Sobresaltado, levantó la vista para ver frente a él al apuesto Lan Wangji, quién sin decir nada más, se sentó en el espacio a su lado.
-Se supone que no debería hacerlo -habló viéndolo extrañado, lo escucho tararear con entendimiento para después extender su mano- oh...
Extendió su cigarrillo y lo observó darle una calada, sus orejas sonrojadas —por el frío, supuso— y retener el humo unos segundos para después soltarlo lentamente. Sin molestarse en esperarlo de vuelta, encendió otro cigarrillo para sí mismo.
-No has cambiado nada... -lo escuchó murmurar-
-¿Perdón? -¿Cómo sabría Lan Wangji si cambió o no, cuando apenas lo notaba?-
•••
Lan Wangji, el segundo hermano de la Familia Lan, ejemplo de rectitud y obediencia para sus titulares, observó su mano húmeda frente a su rostro.
Wei Wuxian estaba siendo atendido por el médico en turno y el había sido enviado de vuelta a su aula, sin embargo, a medio camino, no pudo evitar ver su mano.
Wei Ying había humedecido su palma con su saliva al detener su ataque de tos, sin embargo, en lugar de encontrarlo asqueroso como cualquier otra persona, sentía hormiguear su ingle y su vientre arder en llamas.
Es porque era él, después de todo.
Si fuera otro compañero, probablemente estaría lavando y desinfectado su mano, su brazo incluso, pero ¿Por Wei Ying?
Sin pensarlo mucho, llevó su mano a sus labios y pasó su lengua sobre la yema de su pulgar, sobre la saliva del oji-gris.
¿Contaba como beso indirecto?
Debe decir que eso desencadenó una terrible reacción en su cuerpo, se vio obligado a correr al baño y encerrarse en un cubículo, con la misma mano empapada tomó su dura erección y se bombeó con fuerza y rapidez hasta correrse, el nombre de Wei Ying saliendo de sus labios en un susurro y su rostro en su mente.
Para cuando regreso al salón, con la mano limpia, tomó su asiento de nuevo y fue incapaz de ver a los ojos a cualquiera.
Ni siquiera cuando escuchó a Wei Ying sentarse de nuevo minutos después, pudo levantar la mirada.
No importa cuántas veces lo intentara, no era capaz de hablarle sin sentir sus pantalones apretarse y su garganta cerrarse. Sin embargo, toda esa culpabilidad se fugaba de su mente al estar en la ducha en su casa, a solas, con Wei Ying y las sensaciones que desencadenaba en su mente y corazón.
Al final, se decidió por la cobardía, y dejó pasar su oportunidad. Su primer y último intento fue entregarle un ramo de flores el día de su despedida en el salón, el último día de clases, como presidente del salón, había sido el encargado de organizar los ramos de flores con los fondos de caja chica del salón, sin embargo, el ramo de Wei Ying había sido especial, con una peonia en el centro. “Devuelveme mis sentimientos” pensaba, “Una triste despedida” expresaba.
Al final, confío en que con la lejanía y la falta de verle todos los días, podría olvidarlo. Pero resultó imposible.
Los ojos gatunos grises lo seguían en sueños, aveces lo hacían derramar lágrimas, aveces lo despertaban con la piel húmeda y con una dolorosa erección.
Cinco años después, sin saber nada sobre su primer amor, llegó la carta de la reunión de ex-alumnos, el restaurante cercano a su residencia, pensó que podría volver a verlo al menos, si lo hacía, esta vez no desaprovecharía la oportunidad.
Y lo volvió a ver, tan hermoso como siempre, tan vivaz y alegre. Tan lejano...
Con los nervios, se vio jugueteando con el anillo en su dedo, ignorando las preguntas del resto sobre que fue de su vida.
Notó que Wei Ying lo veía brevemente de vez en cuando, pero no parecía que fuera a acercarse. Cuando estaba por dirigirle la palabra, el oji-gris se puso de pie y se fue.
Rápidamente tomó sus cosas y lo siguió, ignorando a quienes le llamaban.
Que haya sido el presidente del salón y les haya tenido que hablar, no los hacia cercanos. La única persona que le importaba estaba alejándose de nuevo.
Lo vió sentado en la oscuridad de la calle, frente al restaurante, reunió el valor que no tuvo en años pasados y le habló.
Al final, verlo pegar sus labios cereza al cigarrillo y expulsar el humo por su nariz lo llevó al límite. Se puso de pie y tiró de la mano contraria para ponerlo de pie a él también. Confundido, el oji-gris jadeó antes de que sellara sus labios juntos.
Mordió el regordete labio inferior y tiró hasta hacerlo jadear, aprovechó para introducir su lengua y lamer tan profundo como pudo, sus manos se apretaron en las mandíbulas ajenas, evitando que girara el rostro y rompiera el beso.
Mordió, chupó y lamió, importándole poco las manos que empujaban débilmente en su pecho, hasta que vencido, Wei Wuxian empezó a responder al beso. Besó camino a la mejilla sonrojada y al pálido cuello de gacela que disfruto mordiendo y chupando, dejando marcas violáceas.
-P-para...
Lo escuchó gemir, sus manos subiendo para cubrir su boca y evitar que continuará besando su piel.
-¿Por qué? -murmuró sobre sus labios- ¿No te gusto?
-Yo...
-Haré lo que me pidas -prometió, le entregaría el mundo si quisiera-
Los ojos grises vidriosos lo observaron con duda, antes de decidirse, sus bocas tan juntas, se unieron rápidamente con pasión y desespero, la saliva y los chasquidos resonaban en la solitaria calle.
Sus manos bajaron hasta que apretaron en puños el rechoncho trasero. Wei Wuxian gimió y rodeó con sus brazos su cuello, casi parándose de puntitas para tomar más y más.
-Ven conmigo
Sin dejarle responder, lo jaló hasta guiarlo por las calles, casi corriendo, hasta llegar a su edificio, quería estar en su apartamento lo antes posible antes de que su amor cambiara de idea.
En cuanto estuvieron en el ascensor, le importó poco las cámaras de seguridad o si alguien los veía, arrinconó a Wuxian contra las paredes metálicas y lo besó profundo. Una mano apretó un firme muslo y lo levantó para hacerlo rodear su cadera, la otra volvió a pellizcar y amasar una nalga sobre la ropa.
Escucharon que las puertas se abrieron y sin dejar de besarse y tocarse, caminaron hasta su puerta, ingreso el código viendo de reojo a la pantalla, todavía besando a su amor mientras esté metía sus manos debajo de su camisa y tocaba sus abdominales.
En cuanto ingresaron, apenas fue consciente de si cerró la puerta y lo guío a su habitación.
Ambos cayeron en la cama con un jadeo, la ropa empezó a estorbar y fue rápidamente desechada, con las largas piernas del oji-gris rodeando su cintura, frotaron sus erecciones juntas sin dejar de besarse, las perfectas uñas de su Wei Ying arañando su espalda mientras gemía entre besos.
-Espera... -jadeó apartándolo un poco y Wangji empezaba a detestarlo-
-¿Qué?
-Quitate el anillo -susurró viendo la mano a un lado de su cabeza, sobre el colchón-
¿Anillo?
Entonces recordó la joya que solía usar. En su ansia por poseer a su amado, lo había olvidado.
-¿Te molesta?
Vio a Wuxian fruncir el ceño y parecía estar a punto de levantarse de la cama, como si hubiera reconsiderado las cosas, de inmediato, bajó para volver a besarlo con intensidad, no quería que le pidiera detenerse, porque lo haría sí lo así lo quería, pero era lo último que deseaba después de años de anhelarle.
-Lo quitaré -habló entre besos húmedos con las respiración agitada sacando el anillo de su dedo- no es importante.
Se quitó rápidamente el aro dorado y lo dejo caer sobre la mesita de noche.
Rápidamente tomó el lubricante debajo de su almohada y empezó a preparar la apretada entrada que se escondía entre las voluminosas nalgas. Bajó sus besos hasta el pecho ajeno y besó al rededor de sus pectorales, hasta llegar al pezón rosa que lamió y mordió hasta hincharlo y enrojecerlo.
Entre gemidos, Wei Ying tomó sus mejillas y lo guío de nuevo a su boca, para seguir besándolo, ofreciéndole su lengua que ansioso chupó.
Con un gemido ronco, sacó sus dedos del cálido interior y guío su erección en su lugar.
-Lo meteré -aviso, para empezar a hacerlo lentamente-
Wei Ying jadeó y cerró sus ojos húmedos por las lágrimas, sus largas pestañas abanicando sobre sus mejillas. Cuando sus bolas toparon con la piel de sus glúteos, jadeó pegando su frente a la contraria, Wei Ying mordió su labio inferior hinchado para después hablar.
-Muevete...
Y así lo hizo, salió y entró despacio un par de veces, para acostumbrarlo a la invasión. Sin poder soportarlo más, salió completamente y giró el cuerpo ajeno hasta arrodillarlo sobre el colchón y volver a entrar de golpe en su interior. Wei Ying gimió y dejó caer su pecho sobre la cama con la mejilla pegada a las sábanas.
Las estocadas pronto iniciaron rudas y rápidas. La cama se sacudía con sus movimientos y el cuerpo debajo de él también. Rodeó la cintura con sus manos, casi rodeándola completamente, para evitar que se moviera sobre la cama y se alejara, se dejo caer y pegó su pecho a la húmeda espalda del oji-gris.
-Er-gege... -gimió apretando las sábanas entre sus manos- tan profundo... -jadeó y se ahogó un poco, por los rudos movimientos, pues hacían que su respiración se agitara-
-Te tengo... Wei Ying... Te tengo...
Y cada vez que los gemidos de Wuxian se hacían más fuertes o seguidos, empezó a hiperventilar, su respiración cortándose haciéndole toser.
Sin querer detenerse, Wuxian hundió su rostro en las sábanas, para aguantar la respiración y calmarse, más los rudos movimientos no le dejaban, Wangji tampoco deseaba parar, por lo que con su mano bloqueo sus labios, cortando la tos.
Llorando, Wuxian sentía el oxígeno no llegar a sus pulmones, y la falta de aire aumentaba su placer, acercándolo más a su orgasmo, su visión se nublaba y su chorreante erección goteaba más y más sobre las sábanas.
Con un último duro empujón, se corrió con un gemido quebrado, su entrada apretando el falo dentro de sí. Sin embargo no supo más, pues su visión se oscureció por la falta de oxígeno y pronto cayó desmayado.
Wangji sintió el cuerpo debajo de él volverse débil y flácido, cayendo totalmente sobre la cama, sin embargo, siguió empujando hasta que sintió ese delicioso cosquilleo en su vientre e ingle, llegando rápido a su clímax, derramando su abundante semen dentro de su Wei Ying.
Jadeando, soltó el rostro húmedo por lágrimas y saliva, para dejarse caer sobre él, apoyando en sus codos para no aplastarlo.
Besó la pálida espalda y nuca, guiado por sus más bajos instintos besó las mejillas manchadas, las lamió con devoción, saboreando las lágrimas saladas y la dulce baba, el animal posesivo dentro de él ronroneando de dicha.
Derramó sus sentimientos sobre la persona dormida, apretando sus cuerpos tan juntos como era posible, su pierna rodeando las piernas contrarias. No dejaría que se volviera a alejar de sus brazos, no ahora que sabía lo que se sentía tenerlo en sus brazos.
-Mi amor... -besó los ojos y pestañas húmedos- mi Wei Ying...
El destello de la joya sobre el mueble le llamó la atención...
•••
Despertó por la luz entrando por las ventanas, directo sobre su rostro. Quejándose levemente trato de rodar y evitar la luz, sin embargo, un fuerte cuerpo lo detenía.
Abrió sus plateados ojos confundido antes de recordar toda la noche anterior, con nervios giró la cabeza y observó el rostro dormido de su acompañante.
Realmente se había acostado con Lan Wangji.
Con un hombre casado, recordó.
Sintiendo asco sobre sí mismo, se desenredó del firme agarre y se vistió tan rápido como pudo. Sus caderas y trasero le dolía, sentía algo escurrir pero poco le importaba para solo alejarse tan rápido como pudiera.
Se había metido en un hogar ajeno.
Salió del apartamento y pronto del edificio, todavía peinando su cabello con sus dedos.
Caminó hasta la estación del metro más cercano y esperó el transporte.
No podía olvidar los toques y sensaciones de la noche anterior, pero tampoco podía olvidar que ese increíble hombre estaba casado.
Se iría de vuelta a su hogar y olvidaría toda esta tontería. Él y Lan Wangji simplemente no podrían ser.
El metro se escuchó cerca y pronto estaba deteniéndose frente a él, el sonido de las puertas al abrirse sonando en sus oídos más fuerte que nunca. Limpiando la lágrima que bajaba por su mejilla con su mano, sintió algo frío rozarle.
Confundido, observó su mano y se sorprendió al ver un anillo dorado algo flojo rodeando su dedo anular.
El no usaba anillos, ¿Entonces por qué...?
Abriendo los ojos en shock, corrió hacia las gradas del metro y salió de la estación, esperaba poder llegar a tiempo.
Su respiración se agitaba por el esfuerzo, su nebulizador estaba en su bolsillo pero no quería detenerse a calmar su asma. La tos brotaba y picaba en su garganta.
Pronto llegó a la calle frente al edificio de Lan Wangji, pero se detuvo antes de cruzar.
¿Debía hacerlo? ¿O tal vez lo estaba malentendiendo todo? ¿Por qué sino estaría el anillo en su dedo ahora?
Sin notarlo, sus jadeos se iban silenciando poco a poco al tener la mente ocupada en otra cosa.
Él estaba tan confuso.
•••
Lan Wangji despertó ante la falta de calor en la cama. Normalmente se despertaría temprano, pero la velada de la noche anterior lo habia cansado. Abrió sus ojos esperando ver a un dormido Wei Ying, sin embargo, la soledad fue la que lo recibió.
Confundido se levantó y observó el espacio a su lado, las sábanas arrugadas y frías, vacías.
Se levantó y se vistió tan rápido como podía, apenas abotonando su camisa. Corrió fuera de su apartamento y bajó corriendo las escaleras, no creyéndose capaz de esperar al elevador.
Rezaba por poder alcanzarlo. La única estación del metro de la ciudad estaba cerca de su edificio, y al salir del edificio, lo vió.
Cruzando la calle, estaba parado frente a él. En cuanto lo vió, sintió el alivio recorrer su cuerpo.
-¡Wei Ying! -Llamó cruzando la calle- creí que te había perdido
Lo tomo entre sus brazos y lo apretó tan fuerte como podía, su nariz respirando el aroma florar del cabello contrario.
-E-el anillo -habló confundido, devolviendo su abrazo- creí que estabas...
-Wei Ying -murmuró aliviado, al menos no lo estaba rechazando- no tiene importancia, te lo dije
-¿Ah? -lo observó sin entender, haciéndole resoplar divertido, apenas perceptible-
-Lo uso para aparentar, pero ahora te pertenece
-¡Lan Zhan! -llamó hundiendo su rostro en el cuello ajeno- creí que no me notarias nunca
-Mi Wei Ying -susurró besando su cabeza varias veces- no he podido apartar la mirada desde el primer día
Meciendo sus cuerpos levemente, abrazados, se mantuvieron unidos no importando la gente que pasaba a su lado.
•••
Lan Wangji lo terminó llevando devuelta a su apartamento, al ingresar lo siguió torpemente hasta la habitación, de inmediato sintió su rostro enrojecer al ver las sábanas revueltas. Sin molestarse en decir nada, hizo recostar al oji-gris en la cama de nuevo y de inmediato lo siguió gateando sobre él como un depredador siguiendo a su presa.
-Esperaba tener una vista así al despertar
-Lan Zhan... -murmuró tomando las pálidas mejillas entre sus manos con suavidad-
-Espero tenerla por el resto de mi vida...
•••
Wei Ying se despertó solo, se estiró en la cama y gimió como un gato adormilado.
Su cuerpo se sentía dolorido y tan bien usado.
Observó el reloj a un lado de la cama, eran más de las nueve, su esposo pronto regresaría a casa para desayunar.
Se levantó y se puso unos pants, vio la camisa de botones de su amado sobre una silla cerca del espejo, perfectamente doblada y aún oliendo a sándalo.
La tomó y la acercó a su nariz, respiró hondo y disfrutó del aroma, increíblemente la tos no interrumpió su respiración. Desde que estaba con Lan Zhan, con su “ejercicio” diario, el aguante en sus pulmones parecía haber mejorado, ahora duraba más tiempo sin usar su nebulizador y cada vez eran menos las veces en que se hiperventilaba.
Se puso la camisa y observó cómo le quedaba apenas unos centímetros más larga, sin embargo, aunque sus alturas eran similares, su contextura no tanto, él era más delgado y curveado, pues el tipo de ejercicio que hacían era diferente debido a su problema respiratorio.
Se observó sonriendo en el espejo cuando escucho la puerta de entrada abrirse, su esposo estaba devuelta.
Trató de quitarse la camisa rápidamente, pero antes de poder pasarla por sus hombros, la puerta de la habitación se abrió y su amado entró.
-Wei Yi... -lo observó sorprendido-
Frente a él, con los brazos frente a su pecho y la camisa subida hasta sus pezones, su Wei Ying lo veía con sorpresa.
Sonriendo levemente, como solo Wei Wuxian era capaz de lograr, cerró la puerta a su espalda y se acercó rápidamente a su esposo. Lo tomo de la cintura y devoró sus tiernos labios.
-Er-gege -gimió cuando una mano bajo para bajarle el pants-
-Mn -tarareó cargandolo, la piernas torneadas del oji-gris rodeando su cintura y los brazos sus hombros-
-¿No desayunaremos antes? Estoy cansado~ -gimió lastimero cuando dos dedos ingresaron en su entrada aún suave y sensible-
-Tengo ganas ahora -susurró en su oído haciéndolo gemir-
-¿Ahora? -preguntó entre besos-
-Ahora -lo dejo caer en la cama, abrió sus piernas y se introdujo con facilidad al estar todavía húmedo y suave-
Ambos gimieron ante la intromisión, las caderas de Wangji empezaron a azotar con dureza, siendo poco cuidadoso, la espalda de Wei Wuxian arqueándose por la sensibilidad, sus piernas subiendo para rodear a su esposo mientras sus manos apretaban la camisa sobre su pecho, dejando sus pezones al aire libre, sus pectorales moviéndose con cada estocada.
Gimiendo y jadeando cada vez más rápido, su respiración empezó a cortarse, el Lan se detuvo un poco para calmar a su esposo y cuando lo hizo, apoyó una mano sobre el colchón, a un lado de la cabeza del contrario; la otra rodeó el delgado cuello, apretando hasta cortar el oxígeno.
Entonces siguió embistiendo con rudeza, la cama sacudiéndose, las manos de Wuxian fueron a rodear la muñeca que apretaba su cuello, sus ojos rodando hacia arriba mientras gemía más y más.
Cuando se corrió, observó con los ojos abiertos en su totalidad al igual que su boca, a su esposo que aún no soltaba su fuerte agarre. A pesar de hacer esto seguido, seguía tomándole por sorpresa lo fuerte que eran sus orgasmos cuando el aire escaseaba en sus pulmones. Con el cuerpo aún temblando, sus ojos cerrandose poco a poco resistió la dura cogida hasta que su esposo se corrió dentro de él, su semen juntándose con el de la noche anterior.
Cuando soltó su cuello, jadeó fuertemente recuperando el aire. Pero sin que su respiración se cortara.
Marcas violáceas mancharon su cuello, de nuevo.
Su esposo se dejó caer a un lado, su brazo y pierna rodeándolo mientras besaba su perleado hombro varias veces.
-Te amo... -lo escuchó murmurar sobre su piel entre los húmedos besos- te amo
-Yo también te amo -habló, aún viendo al techo, mareado y cansado-
Cuando se quedó dormido de nuevo, aún fue capaz de sentir a su esposo guiando su boca entre besos y lamidas a su pecho, hasta prenderse de su pezón, chupando despacio y sin fuerza, probablemente volvería a dormir, Lan Zhan amaba tomar siestas así.
Amaba a su esposo realmente.
Fin.
Nota: Si, amo “Hyperventilation”, sobre todo los últimos capítulos del libro donde leemos más sobre lo celoso y romántico que es Han Seon-Ho. El manga con su capítulo con Myung siendo conejo me tiene mal, también y el capítulo extra del anime. Ahora junté dos de mis ships favoritas, si señor jajaja.
Tal vez agregue algunos extras más adelante.