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Desde que habían llegado a los Túmulos Funerarios, la vida se había tornado difícil. Siempre había alguien enfermo, montones de hambrientos, había dolor.
Wei Wuxian no estaba mejor que todos los demás, prefería no comer y “encerrarse” en su cueva, de todos modos, eso terminaba beneficiando a los remanentes Wen, era una boca menos que alimentar, esa comida iría directamente al estómago del único niño en crecimiento.
No era que pasara horas y horas seguidas trabajando en sus inventos, por supuesto que había periodos en los que pasaba tanto trabajando, era él después de todo, pero…
—¿Por qué Wei-guniang no cena con nosotros?
Guniangguniangguniangguniangguniangguniang.
Wei Wuxian lo odiaba tanto, ser percibido como una chica cuando claramente no lo era. Incluso en aquellos tiempos que se sentían tan lejanos. Clases de etiqueta con Madam Yu y los tutores que instruían a su Shijie, la manera en la que todos estuvieron furiosos porque él era “una chica” recibiendo un nombre de cortesía, una espada y asistiendo a las conferencias de Cloud Recesses.
Recordaba como Lan Wangji le dijo que las señoritas no podían estar de ese lado de los terrenos de la secta, la manera en la que sus cejas se alzaron brevemente en cuanto dijo que era un chico.
Recuerda que, fuera de su shushu, shidi y Shijie, Lan Wangji fue el primero en tratarlo como lo que era, como un hombre.
El reflejo que había de él en el agua lo atormentaba día y noche, sus ojos se aguadaban al sentir el par de senos que había en su pecho, odiaba tener que desvestirse y mirar su cuerpo, le producía tanto asco, incluso más allá de lo flaco que estaba, independientemente a los huesos visibles, ya que su carne se pegaba a sus huesos tan firmemente.
Estaba cansado de eso, tan cansado que un día acorraló a Wen Qing antes de la cena.
—Te había prometido no pedir nada tan arriesgado nunca más —comenzó, hablando de esa manera en la que parecía tener la voz más grave, de esa forma que le tomó tanto tiempo perfeccionar—. Ayúdame, Qing-jie; y jamás volveré a pedirte nada como esto.
Wen Qing le dio una mirada lamentable, sus ojos tristes e impotentes—. ¿Qué es, Wei Wuxian?
—¿Podrías hacerme una cirugía? Quiero quitarme los senos, Qing-jie, no soporto tenerlos en mí, no soporto ver mi cuerpo por ellos.
Wen Qing miró hacia el final de la cueva, sus ojos se fijaron en el cuerpo sellado de su hermano, la duda clara en sus ojos, ¿qué pasará con A-Ning?, ¿quién lo traerá de regreso si tú te vas?
Wei Wuxian sonrió.
—Sobreviviré, Qing-jie, como siempre.
¡!
Wen Qing tenía miedo de fallar, de arrancarle la vida a su salvador mientras hacía aquella cirugía jamás antes probada.
El único consuelo que consiguió fue que esta vez pudo anestesiarlo, se estremeció al recordar aquella vez en la que extirpó del cuerpo joven su esencia, su núcleo dorado, todo para dárselo a su hermano del alma.
Utilizó un bisturí para cortar debajo del seno, sus manos se llenaron de sangre a medida que avanzaba la cirugía, sin nadie para asistirla en un momento tan decisivo como lo era ese.
Su alma abandonaba su cuerpo cada vez que sentía el pulso débil de su hermano, cada vez que el pulso parecía desaparecer, cada vez que parecía que iba a llevarse la vida de Wei Wuxian entre sus manos.
Al final, cerró ambas incisiones con practicado cuidado, observando sin morbo como el pecho de Wei Wuxian ahora estaba más llano, vendó con cuidado y sin demoras, se lavó la sangre y limpió los restos de la cama de piedra, tras trasladar a Wei Wuxian a su propio catre.
¡!
Cuando Wei Wuxian despertó, el dolor en su pecho parecía consumirlo, a su lado estaba Wen Qing, las ojeras más notorias que de costumbre, sostenía su muñeca como si fuese un reflejo, comprobando sus signos vitales compulsivamente.
—¿Qing-jie?
—Casi mueres, idiota —lloró—. Casi fallo la cirugía a la mitad.
Wei Wuxian sonrió, estuvo cerca de la muerte, pero, independiente a ello, había sobrevivido. Wen Qing se había encargado de no dejarlo perecer en ese momento.
—Pero sigo aquí, ¿no?
Wen Qing le dedicó una suave sonrisa, el cansancio consumiéndola casi por completo.
—Eres un idiota despreocupado.
Wei Wuxian cerró los ojos, sintiéndose feliz.
Sintiéndose mejor.