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Español
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Published:
2023-02-20
Updated:
2023-03-26
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175,718
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14/?
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One - Shots (Varios)

Chapter 14: “Besos en Guerra” (Emison) (Final)

Chapter Text

“Porque yo
Siempre he sabido que tus besos matan (oh)
Que tus promesas riman con dolor (who oh)
Que eres experta en robarle latidos a mi corazón…”

POV Omnisciente

Portland, Oregón

Beacon Heights University

Siete años después

Varios años habían pasado desde que las chicas se vieron por última vez. Todas habían tomado rumbos diferentes después de que Mona y Alison se fueran de Rosewood.

Hanna se había convertido en una gran diseñadora, Aria trabajaba en una editorial, Spencer había estudiado ciencias políticas en la Universidad de Georgetown, Emily había conseguido una beca de natación en la Universidad de Pepperdine, Mona también había estudiado ciencias políticas pero en la Universidad de Duke, y Alison estudio Literatura Inglesa en la Universidad de Beacon Heights. 

Después de graduarse, Alison había aceptado el puesto de profesora auxiliar de Literatura en la universidad donde había estudiado. Mona a pesar de que la política se le daba bien, ella había aceptado el trabajo de admisiones para seleccionar a los mejores candidatos para estudiar en BHU al e igual que en la selección del personal, y como no, también aportaba algo de sus conocimientos en la seguridad del campus y en su diseño de juegos para Hotchkiss Technologies –Hotchkiss Technologies pertenece a la familia Hotchkiss, quien es también la fundadora de la Universidad de Beacon Heights –.

Mona y Alison habían logrado consolidar una buena amistad ya que sus universidades quedaban a solo 4hrs 42min una de la otra. Mona tomaba un avión cada dos semanas con destino a Portland, o era Alison quien lo hacía con su destino a Carolina del Norte.

Después de dos años de amistad, Mona se había sincerado con Alison contándole los sentimientos que tenía por ella, lo que hizo que Alison pudiera expresar que ella también sentía algo, lo cual las había hecho ir a una relación oficial, y a pesar de que su relación era buena y podían contar una con la otra, aún había ciertos cabos sueltos que a Mona no la dejaban tranquila, como por ejemplo: que el corazón de Alison no le pertenecía completamente.

Que ambas trabajarán en el mismo lugar había hecho que su relación fuera un poco todavía más formal, ya que a ambas las habían alojado en la misma casa. 

La fundadora, Claire Hotchkiss, no le había molestado en nada el tema con respecto a que dos de su personal fueran pareja. Aparte de que Alison y Taylor –su hija mayor – eran amigas, pues Taylor también era maestra auxiliar de literatura Inglesa. De lo bien que ambas rubias se llevaban, Claire consideraba a Alison como una hija más, y eso también había hecho que creara buenos lazos con Nolan Hotchkiss, el hijo menor, y quien le recordaba como ella era en un pasado.

Nolan quería ser diferente. Ser más libre y poder querer a quien quisiera, y Alison estaba dispuesta a ayudarlo para que dejara su faceta de chico malo, pues ella más que nadie, sabía las consecuencias que aquello traía.

POV Alison

Siete años habían pasado desde la última vez que había visto a las chicas. Aún mantenía contacto con Hanna, Aria y por supuesto con Spencer, pero con Emily… con ellas las cosas parecieron enfriarse después de un año. Evitaba mis llamadas, me dejaba en visto o no contestaba los mensajes, y yo simplemente no sabía qué hacer, así que había optado por no intentarlo más.

El tiempo fuera de Rosewood era realmente bueno, pues estar fuera en un lugar nuevo era una manera de empezar de cero.

Nadie te señalaba con el dedo por tus errores.

Nadie te juzgaba.

Nadie hablaba a tus espaldas.

También este tiempo fuera y alejadas de las chicas me llevaron a una madurez que no tuve en Rosewood.

Había logrado controlar mi temperamento, mis decisiones eran menos impulsivas, y mi trato con las personas era totalmente otro, y eso también se lo debía a Mona, ya que fue ella quien me ayudó, pues era la única que podía sacar lo peor de mí, pero aprendí a ser más tolerante y eso nos había llevado a tener una relación.

Si, una que vas más allá de la amistad.

¿Quién lo diría, verdad? Yo, Alison DiLaurentis, de novia con Mona Vanderwaal. Eso sí que era algo gracioso, pues si a mí yo adolescente le hubieran dicho que saldría con Mona, de seguro se hubiera reído hasta el dolor de estómago, o le hubiera gritado que era un imbécil por decir tonterías, eso en el mejor de los casos.

Pero bueno, como dicen siempre: “Las cosas suceden por algo”.

-Hola cariño –beso mi mejilla.

-Hola –salude.

La vi dejar sus cosas en su escritorio y subió a la habitación.

Yo me encontraba revisando unos trabajos de los chicos en los cuales les pedía que me dieran su visión sobre los personajes del libro “Diez negritos” de Agatha Christie, el cual habían leído durante el verano.

Levanté la vista de los trabajos y pude notar que ella aun no bajaba, así que deje los lentes sobre la mesa, me levanté de la silla y subí a la habitación. Desde el marco de la puerta pude notar que se encontraba algo nerviosa y perdida en sus pensamientos.

-¿Qué sucede? –pregunte.

Ella parecía que estaba tan perdida en sí, que al parecer no me había escuchado.

Me adentre a la habitación y me senté a su lado en la cama.

-¿Qué sucede? –volví a preguntar.

Ella me miro y suspiro.

-Las chicas quieren que nos veamos, ya que dicen que no nos hemos visto en un largo tiempo –habló por fin.

-¿Y cuál es el problema? –pregunte sin entender.

-Quieren que nos veamos todas –me miró. –Y eso incluye a Emily y tal vez venga con su novia.

Debo admitir que la mención de la novia de Emily me tomó por sorpresa, y no porque no lo supiera ya que Hanna me lo había dicho en una de nuestras conversaciones, pero nunca me dijo quién era y a mí no me había entrado la curiosidad.

-Está bien –dije sin importancia. –Sé que Emily tiene novia.

-Pensé que ya no tenías contacto con ella.

-Y sigue siendo así, pero Hanna me lo dijo –me reí. –Ya sabes que se le suele ir la lengua.

Mona asintió riendo.

-¿Entonces todo bien? ¿O aún hay otra cosa que te incomoda? –pregunte.

-Ellas no saben sobre nosotras –agacho la mirada.

-Spencer y Hanna lo saben –le dije. –Y Aria debe de ya haberlo averiguado por las fotos en Instagram –me encogí de hombros.

-¿No te da miedo la reacción de Emily?

-Han pasado siete años Mona, todas hemos cambiado y seguimos con nuestra vida. Tú sabes que fue mi primer amor y lo será siempre, y también le guardo mucho cariño, pero tomamos rumbos diferentes años atrás y tal vez siga así –le dije. – ¿Cuál realmente es tu miedo? –me atreví a preguntar.

-Que ella siga enamorada de ti o tú de ella –admitió.

-Y qué Hanna aún lo siga de ti, ¿no es así?

Suspiro.

-Hanna es mi mejor amiga.

-Pero ella se enamoró de ti. ¿Tienes miedo que siga queriéndote y lastimarla? –tome su mano.

-Ella fue una gran amiga cuando tú te fuiste, y bueno a veces recuerdo aquella vez que casi la mato y a pesar de ello, ella pudo perdonarme y amarme. Es difícil saber que tu mejor amiga se enamoró de ti y no sabes qué es lo que vio en ti –me miro.

-La historia de mi vida –le dije.

Frunció su ceño.

-Emily se enamoró de mí aun siendo yo una horrible persona con todo mundo y con ella, tú te enamoraste de mí a pesar de todo. La única diferencia entre tú y yo, es que antes de querer hacerle daño, fuiste quien la enseñó a cuidar su figura en las palabras y acciones correctas –admití. –A pesar de que tú y yo tenemos bastantes cosas en común por nuestro pasado, somos personas totalmente diferentes en casi todos los aspectos. Tú trataste de ser mi amiga y yo ni siquiera lo intente, y bueno cuando las cosas se volcaron en mi contra, me di cuenta que si hubiera sido diferente, nada de eso estaría pasando. Pero las cosas pasan por algo –acaricie su mano con mi pulgar. – ¿O es que tu sentías o sientes algo por ella? –pregunte.

-Siempre sentí algo por ti y eso me entristecía porque yo no existía en el mundo de Alison DiLaurentis, y cuando te fuiste, fue como si alguna especie de calma me embargara pero a la vez me rompía el corazón. Luego Hanna trato de ser mi amiga y ella era linda y comencé a sentir cosas por ella, pero la culpa también me carcomía por dentro y jamás le dije nada, aparte de que comenzó a salir con Caleb. Y luego tú volviste y fue como si todos los sentimientos que tenía por ti rompieran los candados de aquella caja en la cual los había guardado. Y cuando sucedió todo lo del plan y cuando casi mueres entre mis brazos, simplemente me hizo entender que yo te importaba de alguna manera y por eso me habías protegido y me dio la esperanza de que algo podía pasar entre tú y yo pero necesitábamos tiempo para sanar y superar nuestro pasado.

-Y aquí estamos –le dije.

-Solo tengo miedo –recargo su cabeza en mi hombro.

-¿De qué el pasado vuelva?

-No. Que si esto termina, yo vuelva a ser nada en tu mundo –lágrimas resbalaban por sus mejillas.

La separe de mi cuerpo e hice que me mirara.

-Eso no va a suceder –le prometí. –Sé que puede que sea un asco en esto de las promesas, pero prometo cumplir esta.

-Confiare en ti –me abrazo.

-Gracias –susurre. –Ahora, ¿hay algo más?

-Es todo.

-Oh, cariño, te conozco tan bien que sé que eso solo es la introducción de lo que de verdad te está incomodando.

Soltó un sonoro suspiro antes de decir:

-Taylor me confeso que está enamorada de mí.

-Mona… –la mire seriamente.

-¿Qué? Es en serio, no intento provocar tus celos ni nada.

Me reí.

-No es eso.

-¿Entonces? –me miro confundida.

-¿Qué le dijiste?

-Nada.

-Mona, Taylor tiene una increíble paciencia que yo envidio, así que para que te “confesara” –entrecomille la palabra con mis dedos– sus sentimientos, algo debiste de hacerle.

-Le pregunte porque había dejado de venir.

-¿Le preguntaste o exigiste? –enarque mi ceja.

-Ok, está bien, presione un poco por la respuesta. Pero es que… no lo entenderías.

-Si me explicas tal vez sí.

-Aprecio y amo que me prestes atención cuando te cuento algo que me emociona, pero no es lo mismo.

-Sí, me estás perdiendo cariño.

-Taylor sabe de lo que hablo, ella realmente me entiende en esa parte.

-Discúlpame por tener un coeficiente intelectual inferior al tuyo.

-Lo siento, no quise que sonara así –se disculpó rápidamente.

-Mona, es una broma, relájate –me reí. –Entiendo lo que intentas decirme, pero no ha donde quieres llegar.

-Yo… es realmente difícil –suspiro.

POV Omnisciente

Mona amaba a Alison.

Mona amaba lo segura y cómoda que se sentía al lado de Alison, pero también amaba la sensación que le provocaba la cercanía de la rubia más alta, como también amaba cada segundo que estaba a su lado.

Desde que Mona puede recordarlo, recuerda a la perfección lo que sintió cuando vio a Alison por primera vez, pero también recuerda el sabor agridulce cuando la rubia la rechazó sin siquiera mirarla. Recuerda el dolor que sintió en su corazón cuando la ojiazul le dijo que no quería ser su amiga, incluso recuerda escuchar a su corazón rompiéndose cuando escucho que Alison amaba a Emily, y sabía desde ese momento que la rubia nunca la amaría.

Cuando Alison regreso de la muerte, el escudo que Mona había puesto alrededor de su corazón se rompió ante la presencia de la rubia como si fuera una burbuja de jabón.

Pero no fue lo único que se rompió.

Después de que le había pedido ayuda a Alison para acabar con “A”, pudo ver el brillo de orgullo en esos preciosos ojos azules, y el amor imposible, paso a ser un amor probable, el cual se convirtió en un amor que pasaría, al cual se había aferrado a lo largo de los años porque Alison siendo inalcanzable, sabía que era más de lo que algún día pensó que podría tener.

Y fue en ese momento que sin avisar, Taylor Hotchkiss apareció en su vida.

Aquella rubia de sonrisa brillante, ojos azules y una amabilidad que desprendía al tan solo mirarte, había reconstruido con su sola presencia la ilusión de que aun podía obtener más de lo que ella imaginaba.

Y Mona no estaba lista para afrontarlo.

No aun.

Y ahora, sabiendo que iba a afrontar de nuevo a Hanna, su mejor amiga por la cual había tenido sentimientos, ya no sabía que es lo que realmente sentía por cada una.

Y tenía demasiado miedo de herir a las tres.

Tenía demasiado miedo de romper cuatro corazones.

Pero tenía más miedo de alejar para siempre de su vida a la persona correcta.

POV Mona

Amaba a Alison.

Pero también tenía sentimientos por Taylor, y al parecer los sentimientos por Hanna había resurgido al tan solo saber que iba a volver a verla.

-Tienes un patrón Mona –dijo Alison.

-¿Qué? –la mire.

-Rubia y ojos azules –se rió.

Aquello causo mi risa también.

-Necesitas un tiempo para ti, pensar que es lo que realmente quieres y necesitas. A quien realmente quieres.

Alison sonreía, y aunque su sonrisa era realmente sincera, sabía que esta conversación la estaba lastimando.

-Lo siento.

-Está bien, no pasa nada.

-Deja de mentir.

-No estoy mintiendo –sonrió suavemente. –Ahora voy a ir a hablar con Taylor, yo me voy a disculpar por las dos, pero después tendrás una conversación con ella.

-Ali…

-Y te disculparas –interrumpio mirándome seriamente.

-¿Qué? No.

-Mona, te vas a disculpar.

-Está bien –acepte de mala gana.

-Bien –asintió. –Después de ir a hablar con ella, iré por algo para cenar.

-Ok.

Ella se acercó a mí y dejo un suave beso en mi frente, pero antes de que se alejara por completo, la tome de la muñeca.

-¿Acabamos de terminar?

-Yo supongo que es así.

-Puedo pedirte algo por última vez.

-¿Qué es?

-Bésame.

-Mona…

-Por favor –mis ojos se cristalizaron.

Alison me tomo suavemente de las mejillas y cerro la distancia entre nosotras en un suave y lento beso.

Pude escuchar a mi corazón romperse al sentir el sabor agridulce del beso en mis labios, pero me lastimaba más saber que yo había lastimado a Alison y no al revés como siempre se pensó que sería.

Alison rompió el contacto, sonrió suavemente y se alejó de mi saliendo de la habitación sin mirar ni una vez atrás.

(…)

Minutos después

POV Alison

Baje de la camioneta y me adentre hacia el bosque hasta llegar a donde Tay tenía estacionada su RV, y la imagen que vi, simplemente rompió mi corazón.

Todos dicen que el amor duele, pero realmente somos nosotros quienes hacemos que duela.

Que Mona rompiera conmigo dolió, pero me dolió más ver a Taylor romperse en silencio.

Si alguien me veía a mí o a Mona llorar, podían deducir porque. Pero nunca alguien podría deducir que Taylor estaba sufriendo porque ella sufría en silencio el dolor de su corazón roto.

Y odiaba saber que sin darme cuenta, yo la había lastimado varias veces.

No era mi culpa, eso era cierto, pero aun así me hacía sentir mal.

-¡Eres una idiota! –golpeo la puerta de su RV con el puño. – ¡No tenías que decirle nada! –pateo la puerta.

-Tu RV no tiene la culpa –hable.

Ella salto asustada.

-Siempre pensé que Taylor Hotchkiss no se asustaba con nada.

-Eso era antes de que aparecieras tú –se limpió sus lágrimas con la manga de sus sudadera.

Tomo una llave de cruz y se acercó a mí.

-¿Qué hago con esto? –la mire confundida.

-Mátame –me dijo.

Me reí.

-No creí que fueras tan dramática –avente la llave, la cual hizo un golpe sordo a pesar de que cayó en el pasto.

-No lo soy.

-¿Entonces por qué te mataría?

-Por enamorarme de tu novia, y está en el código, no enamorarte de la pareja de tus amigos.

-Esa regla no existe, Taylor.

-¿No? –me miro confundida.

-Los sentimientos no los puedes manejar, las acciones sí –me encogí de hombros. –Y la regla correcta es no salir con los ex de tus amigos.

-Es lo mismo Ali.

-No, no lo es.

-Entonces si no estás aquí para matarme, ¿para qué es?

-Quería saber cómo estabas después de que Mona amablemente te saco la confesión de tus sentimientos por ella.

Taylor suspiro.

-Lamento que hayas visto eso.

-Me alegra saberlo, así puedo hacerle saber lo que ocasiono.

-Por favor, mantengamos esto en secreto.

-No puedo –la mire seriamente. –Mona tiene que aprender a ser menos obsesiva sobre ciertas cosas. Y también debe aprender a respetar los espacios.

-Estoy segura que no se lo imaginaba.

-Tay, Mona no es tan inocente como quieres pensar, créeme, estoy segura que lo sospechaba y solo quería confirmar.

-No le digas, Ali.

-¿Y cómo vas a explicarle eso? –señale su mano.

Taylor miro sus manos, luego a mí, de nuevo sus manos, y al final nada salió de sus labios.

-Si a mí me dices una buena mentira, Mona te la va a comprar, de lo contrario, créeme, va a volver a arrinconarte y será mucho peor.

-Ya encontrare la manera de decirle. Lo prometo.

-Bien –asentí. – ¿Quieres venir a cenar?

-No… yo…

-Ya no estamos juntas.

-¿Por qué no?

-Su conversación nos sirvió a las dos para ayudarnos a salir de la comodidad.

-No lo entiendo –me miro confundida.

Suspire.

-Hace siete años atrás, después de ver salir a Emily del camino de entrada de mi casa, yo sabía que había perdido a la persona que siempre iba a amar. Después Spencer me dijo que Mona tenia sentimientos por mí y… fue como un salvavidas para mantenerme a flote –la mire antes de desviar mi mirada hacia el bosque. –Sabía que había perdido a Emily, pero aún estaba Mona. Era absurdo tal vez, pero… creí que el amor que ella me daba era lo que yo merecía. Ambas nos aferramos a lo que creíamos merecer y nos quedamos en la comodidad de tenernos la una a la otra.

-¿Pero…?

-Apareciste en su vida y te ganaste su corazón sin quererlo, y ella se asustó. Y nosotras cuando más nos asustamos más nos refugiamos en lo que nos hace sentir “seguras”.

-Tú la haces sentir segura, Ali.

-Y tú haces que se sienta perteneciente a algo real –mis ojos se cristalizaron. –Salir de la comodidad duele Taylor, no te confundas. Yo también me siento segura a su lado, pero… Emily fue la única que me hizo sentir que pertenecía a algo real –una lágrima cayo de mi ojo derecho y la limpie rápidamente.

-Cuando Emily te pidió que lo intentaran, antes de que te fueras, ¿Qué te hizo rechazarla?

-Dos meses antes yo había recibido una bala, y también la saque de una casa de muñecas. Pero también estaba en la cárcel porque creyó que yo había matado a Mona e incluso intento plantar evidencia en mi contra solo porque no había pruebas contra mí de que yo había matado a Mona y podían inculparlas a ellas.

Taylor estaba sorprendida por lo que escuchaba, después de todo, siempre omitía esta parte.

-Ella quería reparar algo que había roto, pero yo ya estaba rota desde antes, así que no era justo que estuviéramos juntas en ese momento después de todo el caos. Necesitábamos espacio, ver si… si realmente estábamos destinadas.

-¿Y qué paso?

-Después de un año dejo de responderme llamadas y mensajes, pero Mona seguía apareciendo.

Taylor asentía procesando toda la información.

-La amo, Taylor. Aprendí a amarla con todo y sus defectos, pero también amo no sentirme sola cuando ella está cerca.

-Hace desaparecer tu soledad.

-Si.

-Pero Emily la hacía desaparecer incluso cuando ella no estaba cerca.

-Exacto.

-Ali, yo… realmente no sé qué decir.

-Mi soledad era muy grande, Taylor, mis padres me condenaron a ella. Y yo condene a Mona a la suya. Yo hice desaparecer su soledad porque yo la provoque, pero Mona no puede desaparecer algo en lo que solo contribuyo.

-¿Y Emily?

Sonreí suavemente.

Era imposible no sonreír cada que la recordaba.

-Cuando supe que mi madre le era infiel a mi padre, me jure nunca enamorarme. No quería darle a nadie el placer de romper mi corazón, así que lo protegí. Pero cuando ella apareció, su sonrisa brillante, la luz que desprendían sus ojos marrones y… su puro corazón, bueno, supongo que nadie puede resistirse a eso. Ni siquiera yo.

POV Taylor

Cuando escuche la historia detrás del dolor de Ali, no pude evitar que mi corazón se rompiera.

¿Cómo una madre podría ser tan ruin y usar a una niña pequeña para su propio maldito beneficio?

Creí que yo no podía odiar a nadie, pero ahora con total certeza podía decir que odiaba a Jessica DiLaurentis.

-Lo lamento tanto, Ali –me acerque a ella y la envolví en mis brazos.

-Ya no duele tanto.

Aquello era un dolor que no iba a cesar, a menos que apareciera algo que lo adormeciera para siempre.

-Puedo hacerte una pregunta –se separó de mí.

-¿Qué es?

-¿La amas?

-Ali, por favor no me hagas esa pregunta.

-Necesito saber la respuesta, Taylor –me miro seriamente.

-Lo hago, Ali. La amo.

-Siempre voy a cargar en mi conciencia todo el daño que le hice, y no quiero que vuelva a sufrir. Por favor, no la lastimes.

-No lo haría aunque me lo pidiera a gritos.

Alison rió.

-Entiendo que muchas veces solo quieres callarla para siempre, pero… en el fondo…

-Muy en el fondo –la interrumpí haciéndola reír.

-Es una chica increíble, solo teme volver a salir lastimada.

-Supongo que ambas lo son y por eso prefirieron quedarse juntas. No podían volver a dañarse sabiendo que ya lo habían hecho.

Ali sonrió suavemente.

-Va a disculparse contigo, pero en algún momento ambas deben de tener una conversación de adultas y no de niñas de cinco años.

Me reí.

Aquello era cierto, Mona y yo la mayoría de las veces nos la pasábamos peleando.

-Prometo ser paciente con ella.

-Y yo realmente espero que ella sea amable.

-A veces es difícil serlo, Ali, pero está bien, lo entiendo.

-Eres increíble, Tay, en serio.

-Tú también lo eres, Ali –sonreí.

-Voy por algo de cenar, si quieres ir, eres bienvenida –sonrió.

-Gracias.

-Te quiero, Tay –beso mi mejilla. –Y no te cures las manos, que Mona lo arregle.

-Tú quieres ver el mundo arder.

-Siempre –se encogió de hombros y me sonrió suavemente antes de alejarse.

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POV Alison

Una semana después

Habíamos quedado con las chicas de vernos el sábado en la tarde en “The Brew”. Si, después de siete años, íbamos a volver a aquel lugar que nos había visto crecer.

Mona y yo tomaríamos un vuelo el viernes por la tarde para llegar el sábado por la mañana y poder descansar un poco en mí casa para después ver a las chicas. Mona se veía nerviosa y para qué negarlo, yo me encontraba igual que ella. Pero era normal, porque volver a ver después de siete años a aquellas cuatro chicas con las que prácticamente crecí, era algo de lo cual sentirse nerviosa, todas habíamos cambiado y ya no éramos aquellas niñas de secundaria que dejamos al irnos de ahí.

-¿Estás lista? –pregunte a Mona.

-Sí, vamos.

-Bien, Nolan se ofreció llevarnos al aeropuerto –le dije.

Tome mi maleta y la de ella, y baje a la sala donde las deje, mientras me aseguraba que todo se quedaba apagado y en orden.

Escuche suaves golpes en la puerta y fui a abrir encontrándome a Nolan del otro lado.

-¿Listas? –pregunto.

-Sí –asentí. –Ayúdame a subirlas a la cajuela, en un minuto vamos –le dije.

El pelinegro asintió y tomo las dos maletas para meterlas en la cajuela de su auto. Mona bajo segundos después con su bolso en mano y salimos de la casa. Entramos al auto de Nolan y este puso el auto en marcha con dirección al aeropuerto.

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Aeropuerto de Philadelphia

Después de casi cinco horas de vuelo, nos encontrábamos llegando a Philadelphia.

Bajamos del avión y después de encontrar nuestras maletas, caminamos hacia la salida donde ya se encontraba la camioneta que había rentado para nuestra estadía para hoy y mañana. Subimos las maletas a la cajuela y después nos adentramos a la camioneta con dirección a mi casa.

-¿Las chicas saben que llegábamos temprano? –pregunto mientras sacaba su celular de su bolso.

-Spencer sí, y de hecho ella quería venir a recogernos pero le dije que no era necesario –la mire rápidamente para después volver mi vista al camino.

-Se siente raro volver, ¿no crees?

-Sí, bastante –admití.

-¿Qué les diremos? –pregunto.

-¿De qué? –la mire confundida.

-Sobre nosotras, ¿qué les diremos?

Me reí.

-¿Qué quieres que les digamos?

-No te rías –golpeó suavemente mi hombro.

-Bueno es que no sé qué quieras decirles –me encogí de hombros. –Puedes decirles que estamos saliendo, como puedes no decírselos, pero Hanna y Spencer lo saben, va a ser cuestión de nada que Aria lo confirme y que Emily se entere.

-Pero ya no somos nada.

-También se van a dar cuenta, Mona, créeme, ni se los vamos a tener que mencionar.

-¿Por qué invitaste a Taylor a cenar hace una semana atrás? No has querido responderme esa pregunta.

-Pensé que querías verla más seguido.

-Sí y no.

-Necesito volver a salir con un chico, porque te juro que si vuelvo a salir con otra chica, me terminare volviendo loca.

Mona rió.

-Tengo sentimientos por ella, Ali –confeso. –Pero también los tengo por ti y Hanna, y simplemente ya no sé qué hacer.

-Sinceramente no sé qué decirte porque nunca me ha pasado –respondí.

-Gracias por presumirme tu corazón de hielo.

Rodé los ojos.

-A quien se lo debes agradecer se encuentra en el cementerio de Rosewood.

-¿Has hablado con tu papá?

-No, perdí el contacto con él.

-¿Y no quieres saber de él?

-Tal vez cuando esté a punto de morirse, de otra forma, sinceramente no quiero saber lo decepcionado que esta de mi porque eso ya lo sé.

-¿Y has visto a Charlotte?

-No, no quiero volver a saber nada de ella.

-¿Y Alex?

-Estaba demasiado sorprendida al saber que tenía una gemela, pero sé que ella y Spencer se llevan bien.

-¿Y tú con ella?

-También, pero ella viviendo en Londres y yo en Portland, es un poco complicado conectar un poco más.

-¿Te sigue incomodando?

-Es muy difícil, Mona.

-Sí, supongo que sí.

Después de eso ya ninguna dijo nada y lo que restaba de camino fue en silencio.

Al llegar a mi casa bajamos las maletas, asegure la camioneta y caminamos a la entrada principal. Abrí la puerta y nos adentramos en la casa. Subimos a mi habitación y decidimos dormir un poco antes de arreglarnos para ver a las chicas, aparte eran las nueve de la mañana y a las chicas las veríamos hasta las cuatro de la tarde.

(…)

POV Omnisciente

El tiempo se había pasado bastante rápido y Alison y Mona ya se encontraban afuera de la cafetería.

-¿Lista? –pregunto Alison a Mona cuando llegaron.

-Me siento nerviosa –admitió.

Ali soltó un suave suspiro.

-¿Quieres entrar primero?

-¿No te molestaría? –Mona la miro preocupada.

-Solo quiero que te sientas cómoda –la ojiazul sonrió suavemente.

La rubia iba a tomar su mano, pero reacciono a tiempo y la detuvo.

-Ali…

-Por favor no me mires como si fuera un cachorro al que acaban de atropellar –bajo de la camioneta.

Mona soltó un sonoro suspiro.

-Ali, yo…

-Mona, solo actuemos normal –interrumpio.

-Ok.

Ambas cruzaron la calle y entraron a la cafetería.

POV Emily

Las chicas, Paige –sí, había vuelto con ella– y yo, nos encontrábamos ya en la cafetería en espera de Alison y Mona.

Me sentía bastante nerviosa por volver a verla porque aunque yo haya vuelto con Paige, muy en el fondo de mi sabía que no la había olvidado y sobre todo, que no la había dejado de amar. Habían pasado siete años y a pesar de que yo estaba en una relación con Paige hace tres años, yo no había podido olvidarla. Sé que había hecho mal al dejar de responderle las llamadas y mensajes, pero no podía lastimarme al seguir pensando que algo podía pasar entre nosotras cuando ni siquiera sabía si volvería a verla en algún momento.

Salgo de mis pensamientos cuando la puerta de la cafetería es abierta y por esta entran Alison y Mona, pero lo que llama mi atención es que ambas tienen sus manos entrelazadas.

-¿Ellas están saliendo?

-Así es –contestó Hanna.

Al parecer había pensado en voz alta.

-Hola chicas –saludo Mona sin soltar en ningún momento la mano de Alison.

-Pensamos que se demorarían –dijo Spencer.

-Siempre hemos sido puntuales –le dijo Alison.

Debía admitir que Alison no había cambiado mucho, aunque su cabello era completamente rubio y sus facciones eran más marcadas, pero con respecto a lo demás, seguía siendo igual. Esa seguridad que demostraba al caminar, su pose, su sonrisa –aquella que me aceleraba el corazón–, y esos ojos azules que siempre han sido mi perdición.

Spencer se levantó y se acercó a Alison.

-Ya extrañaba a mi prima favorita –la abrazó para después besar su mejilla.

-Gracias por el halago, supongo –rió suavemente.

Hanna también se levantó y saludó a Alison para después saludar a Mona. Alison abrazo a Aria y dejo un beso en su mejilla, y después hizo lo mismo conmigo.

-Paige –saludo.

-Alison –hizo un suave movimiento de cabeza.

Todas volvimos a tomar asiento, Alison y Mona entre Spencer y Hanna.

-No sabía que ustedes dos salían –dijo Aria mirando a Alison y Mona.

Alison se removió incomoda y Mona desvió la mirada.

-Siguen juntas, ¿no? –Hanna pregunto.

-No, terminamos hace una semana atrás –respondió Alison.

-Ali, si yo…

-Hanna, tu no tuviste nada que ver, tranquila –poso su mano sobre la de Hanna para tranquilizarla.

-Ya comenzaba a prepararme para la boda –dijo Spencer.

-Bueno, te ahorre el dinero del vestido –Ali rió.

-¿Entonces estaban juntas? –pregunto Aria.

-Pensé que lo deducirías con las fotos en Instagram –le contesto Alison divertida.

-Bueno Ali, tampoco es como si fueran fotos comprometedoras –le dijo Aria.

-Pero los comentarios de Spencer decían bastante –se encogió de hombros.

-¿Entonces Spencer lo sabía? –miro a la castaña.

-Y yo también –respondió Hanna.

-Vale me siento un poco dejada –dijo Aria haciendo un puchero.

-Yo tampoco lo sabía –comente.

-Perdimos comunicación, era obvio que no lo sabías –dijo Alison mirándome.

Su tono de voz sonaba herida y lo entendía, había hecho mal dejarla así de la noche a la mañana sin ninguna explicación.

-Ali…

-Solo olvídalo –me interrumpio.

-¿Bueno vamos a pedir algo o qué? –intervino Mona.

-Sí, claro –dijo Hanna.

Aria alzo la mano y uno de los chicos que trabajaba con Ezra se acercó para tomarnos la orden.

-Vaya, nunca creí que ustedes dos estarían juntas –comento Aria después de que el chico se había alejado.

-Yo tampoco para ser honesta y creo que Alison tampoco lo esperaba –respondió Mona.

-¿Y cuánto llevaban?

-Cinco años –respondió con una pequeña sonrisa.

-Vaya eso es mucho –dije yo.

-Lo sé –me miró. – ¿Y ustedes? No pensé que volvería a verlas juntas.

-El mundo da bastantes vueltas –dijo Paige en un tono tajante, lo cual me sorprendió, porque Mona no estaba siendo grosera con ella.

-Fue una simple pregunta, no tienes por qué responderle así –dijo Alison mirándola mal.

Aquello hizo que me removiera algo incomoda.

Ya no estaban juntas, pero para defenderla de aquella manera, significaba que realmente había querido a Mona.

-Sí, Paige, relájate –dijo Aria también mirándola molesta.

A las chicas no les había parecido que trajera a Paige, pues aparte del pasado de Alison y ella, supongo que era por cómo me había tratado a mí en un principio y como se había relacionado con ellas, pero no pensé que fuese para tanto.

-Ellas tienen razón, Paige –les di la razón.

-¿No vas a defenderme? –me miro molesta.

-Es que lo que Mona dijo no tenía nada de malo, no entiendo porque te pones a la defensiva –dije yo, bastante confundida.

-Exacto, yo le dije que nunca pensé que ella y Ali estarían juntas y no por eso me ataco ni nada –le dijo Aria mirándola mal. –Y es Mona.

Mona rodo los ojos pero no dijo nada.

-Aria –Alison la miro seriamente.

-Lo siento, pero era para mostrar mi punto.

-Tanto salir con mi prima la abogada te está jodiendo el cerebro.

Spencer rodo los ojos.

-No me ames tanto, prima –dijo sarcástica.

Oh cierto, Spencer y Aria ahora estaban juntas, y por lo que tengo entendido, Ezra fue quien había hecho que Aria se armara de valor y confesara sus sentimientos.

-No te preocupes, te amo lo suficiente –sonrió burlona.

Spencer volvió a rodar los ojos.

-¿Pero es que acaso todas han olvidado cómo las trato y todo lo que sufrieron por ella y Alison? –nos miró a todas bastante enojada.

-Bueno nosotras hemos decidido dejar el pasado atrás, si tú no quieres hacerlo, simplemente no es problema nuestro –le dijo Alison en un tono tranquilo pero serio.

-Mira quién viene a decírmelo –Paige la miro. –A ti te conviene que lo olviden porque si fuera diferente, no tendrías amigos.

-Y si Emily no hubiera vuelto contigo, tu tampoco tendríamos amigos. La verdad si se nota que eres bastante insoportable –dijo alguien que realmente no conocía.

-¿Tay? –Alison se levantó y se acercó a ella envolviéndola en un abrazo. – ¿Qué haces aquí? –su sonrisa no se borraba de sus labios.

-A mi madre le pareció super divertido que viniera personalmente a arreglar el sistema de seguridad de esta cafetería.

-¿Por qué tú? –la miro confundida.

-Bueno, yo cree el sistema, así que tengo que ver que está fallando.

-Tu cerebro –dijo Mona.

Alison la miro seriamente antes de acercarse a la barra y pedir una botella de agua, un cuchillo y un encendedor.

-¿Para qué es eso? –pregunto Hanna.

-Ustedes saben cómo funciona, ¿verdad? –miro a Mona y a la chica rubia a la cual había llamado Tay, por lo que supongo que se llama Taylor.

-Que conste que ella me insulto, yo no le he dicho nada –dijo la chica rubia.

-Mona, compórtate, que te recuerdo que trae las manos magulladas por tu culpa.

-Como sea –murmuro Mona.

-Está bien, Ali, no te preocupes –dejo un beso en su frente.

Oh, genial, ahora al parecer a esta chica rubia también le gusta Alison.

-Vuelvo a decirlo, admiro y envidio tu maldita paciencia.

La chica rubia rió.

-¿Quién es Ezra Fitz?

-Me llamaban –se acercó Ezra saliendo de la cocina.

-Me presento, soy Taylor Hotchkiss –estiro su mano.

-Ezra Fitz –la estrecho. –Supongo que vienes de Hotchkiss Technologies, ¿correcto?

-Correcto –sonrió.

-No me malentiendas, ¿pero tú eres quien creo el sistema de seguridad? La señora Claire Hotchkiss me dijo que me mandaría en persona al genio que lo creo.

-Sí, fui yo. Y realmente funcionaba bien, así que también por eso vine, a lo mejor algo le movieron a la hora de la instalación.

-Vamos al cuarto de seguridad y puedes checarla.

-Está bien –asintió. –Nos vemos después Ali –le sonrió. –Bye Pitufina –miro a Mona con burla.

-Taylor –Alison la miro seriamente.

-Me defendí de lo que dijo de mi cerebro.

Ninguna pudimos evitar reírnos.

-Tay, ve a trabajar antes de que comiencen a provocarme migraña.

-Me iré –beso su frente y se alejó.

-No me mires así –dijo Mona.

-Te miro como yo quiera –Ali rodo los ojos.

-¿Y ella quien era? –pregunto Paige. – ¿Y tú por qué no me defendiste de cómo me hablo? –me miro mal.

-Le hablaste mal a Alison, lo merecías –me encogí de hombros.

Alison agacho la mirada, pero aun podía notar la pequeña sonrisa que se había dibujado en sus labios.

-¿Saben qué? ¡Me largo! –se levantó del sillón.

-Gracias, la verdad es que nadie te quiere aquí –dijo Aria. –Por lo menos no ninguna de nosotras.

Todas la miramos sorprendidas, realmente esperábamos ese comentario de Alison pero nunca de Aria.

-¿No dirás nada? –Paige me miro.

Yo no sabía que decir.

Me miro molesta y comenzó a alejarse.

Tal vez esto era una señal del maldito destino y la verdad es que no iba a ignorarla.

No otra vez.

-Paige, espera –le dije.

-No. Ellas te hicieron sufrir y les hablas y defiendes como sin nada –dijo bastante molesta.

-¿Acaso quieres que les guarde rencor toda mi vida? –pregunté empezando a molestarme. –Aparte son mis mejores amigas desde la infancia.

-Puedes hablarle a Hanna, Aria y Spencer, pero ¿Mona y Alison? ¿En serio? –me miró incrédula.

-¿Ahora vas a decirme a quien le hablo y a quien no?

Paige se quedó callada.

-Me voy –dijo para dar media vuelta y salir de la cafetería.

-Terminamos.

Aquello la hizo detener sus pasos. Volteo a ver a Alison con una mirada bastante escalofriante pero a mi rubia pareció no afectarle.

Después de todo era Alison DiLaurentis, era más fácil que Paige se asustara de ella.

Paige camino hacia la salida, y justo cuando estaba por empujar la puerta, esta se abrió de golpe dándole justo en la cara.

Las chicas cubrieron su boca para no soltar la carcajada.

Paige volteo a vernos.

-Uy, estaba comprobando que ya abriera y cerrara la puerta, no pensé que fueras a salir –dijo la chica rubia.

-¿Y qué pensabas que estaba haciendo? –la miro molesta.

-No sé, como mi cerebro anda fallando, la verdad es que no pensé en nada –se encogió de hombros.

Paige solo rodo los ojos y salió sin decir nada más.

Justo cuando Paige salió, todas soltaron una sonora carcajada.

-Eso no era necesario, pero gracias, Tay –Ali la abrazo.

-Oye, quien sea libre de pecado, que lance la primera piedra.

Alison volvió a reír, y juro por Dios que no creí que era posible enamorarme más de ella.

-Si quieres ir por ella, ve Emily, podemos cenar en mi casa al rato –me dijo Alison. –No creo que debas terminar con ella por una tontería.

-No, está bien –me encogí de hombros. –Lamento la escena.

-Tranquila, no pasa nada –dijo Spencer.

-Qué bueno que la defendiste Taylor, porque juro que estaba a nada de saltarle encima –dijo Hanna haciéndonos reír.

-La verdad tenía muchas ganas de hacerlo –respondió con una sonrisa.

-¿Y ya quedo? –le pregunto Mona.

-Ya –asintió. –Para que veas que mi cerebro funciona correctamente.

Mona rodo los ojos.

-¿Y que era? –pregunto Spencer.

-Movieron algo en los comandos y por eso no estaba abriendo automáticamente.

-¿Entonces por qué pareció que abrió como si le hubieran dado la orden? –Spencer la miro confundida.

-Porque le di la orden –mostro su celular.

Las chicas volvieron a reír.

-Bueno voy al baño –dijo Alison. –Hanna, si alguna de las dos comienza a discutir, tienes permiso de echarles agua –le entrego la botella la cual tenía hoyitos en la tapa, los cuales se los había hecho con el cuchillo al cual le había calentado la punta con el encendedor.

-Genial –sonrió Hanna.

-Mona es normalmente quien empieza, así que me voy a dar cuenta si mientes –la miro seriamente antes de alejarse.

-Esta es tu oportunidad –me dijo Hanna.

-¿Qué? No, no voy a emboscarla en el baño.

-¿Por qué no? Tiene una salida, tendrá que aceptar hablar contigo si desea salir.

-Eso es cierto –dijo Aria.

-Pero si vuelves a lastimar a mi prima, te juro que hare venir a Lauren y Jade, y créeme, no quieres enfrentarte a Jade.

Nadie quería, todos tenían miedo a sus tijeras con las cuales siempre amenazaba con clavártelas en la yugular.

-Solo quiero hablar con ella.

-Emily, no nos conocemos, pero créeme, no me importa morir. Así que si lastimas a Alison, te juro que te voy a incrustar una bala en tu corazón, y como después de eso no tardare en morir, en el infierno también voy a atormentarte, y ahí definitivamente ya nadie te va a salvar.

-No voy a lastimar a Ali, en serio –la mire un poco asustada.

Me levante del sillón y camine hacia el baño, en el cual al entrar Alison se encontraba lavando sus manos.

-Hola –hable.

Me miro de reojo para después cerrar la llave y pasar sus manos por su cabello.

-Hola.

-Yo…

-No tienes que decir nada, Emily.

-Tengo que disculparme –avance un poco hacia ella.

Todo su cuerpo se tensó al notar que me acercaba.

-No hay nada por lo que disculparse.

-Por lo menos escucha mis razones.

-Solo respóndeme una pregunta antes.

-¿Cuál?

-Si hubiera sido al revés, que hubiera sido yo quien cortara toda comunicación, ¿me dejarías explicar? –se giró sobre sus talones para verme de frente.

-Yo…

-Eso es todo lo que quería escuchar –interrumpio.

Paso por mi lado, pero antes de que llegara a la puerta, la tome suavemente del brazo.

-Por favor, Ali, escúchame.

-¿Por qué? Dame una buena razón para eso.

-Porque yo…

-¿Por qué tú, qué? –enarco su ceja.

-Aun te amo.

Sus ojos se cristalizaron.

-No quería hacerme ilusiones de que algo pasaría entre nosotras y al final podría no pasar nada. Así qué... creí que era lo mejor para las dos.

-Muchas gracias por decidir lo que es mejor para mí –se soltó de mi agarre.

-Ali…

-No, ya escuche tu razón, y simplemente no es suficiente. No para mí.

-Por favor, escúchame –la tome de nuevo por el brazo.

-Ya te escuche, pero no quiero seguir haciéndolo –volvió a soltarse de mi agarre.

Y antes de que saliera por aquella puerta, volví a tomarla del brazo, la acerque a mí y sin dejarla decir algo, pose mis manos sobre sus mejillas y la bese.

La bese con todo el amor que siempre iba a sentir por ella.

Al principio Ali solo se paralizo, pero conforme avanzaban los segundos, ella correspondió el beso, y cuando sentí sus brazos envolverse alrededor de mi cuello, solté suavemente sus mejillas y mis manos se posaron en su cintura, acercándola lo más que podía a mi cuerpo.

-Siempre he sabido que tus besos matan –dijo al romper el beso –, que tus promesas riman con dolor, que eres experta en robarle latidos a mi corazón –sonrió suavemente – y a pesar de eso, nunca he podido dejar de amarte –las lágrimas cayeron de sus ojos azules.

Sonreí y volví a besarla.

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“Y tú
Nunca juraste que saldría ilesa (oh)
Ya no te atrevas a pedir perdón (who oh)
Yo te confieso que no me arrepiento
Y aunque estoy sufriendo, podría estar peor

Oh oh oh
Sabiendo que tus besos matan, moriré de amor
Oh oh (who oh)
Sabiendo que tus besos matan, moriré de amor
Oh oh (who oh)
Sabiendo que tus besos matan”.

POV Omnisciente

-Y bien, Taylor, ¿Qué pretendes con Alison? –Hanna la miro interrogante.

-No me gusta Alison románticamente si es que ese es el trasfondo de tu pregunta.

-¿Entonces? A la única que había visto defender a Alison de esa manera es a Emily.

-Es complicado, Hanna, pero cuando todos los que se acercan a mi ven a Taylor Hotchkiss, ella siempre vio a Taylor. Ella quiso ser amiga de Taylor, no amiga de la hija de la fundadora de Beacon Heights University.

-Se sintió identificada contigo –dijo Aria. –La mayoría de las veces, por no decir siempre, todos se acercaban a ella por ser Alison DiLaurentis, la Queen B de Rosewood, la chica más guapa de la escuela, y bueno, también la hija de la familia más rica de todo el pueblo.

-¿Y ustedes por que se acercaron a ella?

-Ella se acercó a nosotras, pero ahora, conforme vamos viendo todo el panorama, creo que solo nos aceptó porque era la única forma que Emily se quedara en su grupo.

Taylor rió.

-Chica lista.

-Demasiado –dijo Hanna.

-Y ustedes no están mal, también son muy guapas –sonrió a Aria. –Son mentirosas, sí, pero son lindas y pequeñas. Ya sabes, lindas y pequeñas mentirosas –se rió.

Todas rieron por el juego de palabras.

-Aunque en pequeñas me refiero más a Hanna, Aria y Mona –aclaro al ver la mirada de Spencer.

-Gracias por aclarar, ya estaba a nada de quejarme –dijo la castaña. –Y entonces, si no te gusta mi prima, ¿Quién te gusta? –pregunto Spencer.

-¿Por qué desean saber eso?

-No necesitas avergonzarte si te gusta una chica, Taylor, ellas son pareja –señalo a Spencer y Aria– y a mí me gusta Mona –dijo la rubia.

Taylor no pudo evitar sentir esas palabras como un puñal a su corazón.

-¿Te gusta Mona? –agradeció que su voz no sonara entrecortada.

-Sí, y no es ningún secreto –se encogió de hombros.

-Hanna, no me lo tomes a mal, pero… acabo de recordar que tengo que hacer una última cosa antes de regresar a Portland, pero prometo responderte después, ¿De acuerdo?

-Ok –asintió confundida.

-Por favor despídanme de Alison –dijo antes de ponerse de pie.

La rubia camino hacia la salida, y después de despedirse de Ezra, salió de la cafetería.

Mona no tardo en salir detrás de ella.

-Taylor, espera –la morena pidió.

-Mona, no tienes que explicarme nada –se giró a verla.

-Tay…

-Escucha, entiendo porque no pudiste darme una respuesta aquella vez. No es Alison, no soy yo, es Hanna, y está bien, es tu mejor amiga –interrumpio.

-Taylor, no…

-Mona, no me mires como si fuera un animal herido que necesita ser salvado. Odio la compasión, así que por favor déjalo así –volvió a interrumpirla.

Y antes de que pudiera decir algo, Taylor se alejó sin mirar atrás.

Ninguna de las dos chicas lo había notado, pero Hanna había presenciado aquella escena a través de uno de los ventanales de la cafetería.

-Supongo que le gusta Mona –dijo a sus amigas sin dejar de mirar a la pequeña morena que aún no se había movido de su lugar.

-Lo sentimos mucho, Hanna –Spencer poso su mano suavemente sobre su hombro.

-Supongo que era la persona, pero nunca el momento correcto para estar juntas –las lágrimas cayeron por sus ojos.

Mona miro hacia la cafetería, y su corazón se oprimió dolorosamente al ver a Hanna llorar, porque era obvio para todas lo que estaba sucediendo. Y a pesar de eso, ella solo quería salir corriendo detrás de Taylor.

Hanna salió de la cafetería, y en ese momento, el cerebro y corazón de Mona, llegaron a un acuerdo.

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POV Omnisciente

Sin ni Alison y Mona saberlo, Taylor había vuelto a Portland, y por más que Mona intento hablar con ella, la rubia jamás respondió ni llamadas ni mensajes.

-¿Alguien me va a explicar que fue lo que sucedió? –Alison miro a Hanna, Aria, Mona y Spencer.

Las chicas se encontraban en su casa ya que había decido reunirse para cenar, y al Alison no ver a Taylor aparecer, comenzó a preocuparse.

-¿Qué le hiciste? –miro a Mona al no obtener respuesta.

-¿Por qué piensas que fui yo? –la miro ofendida.

-Porque cada que ella reacciona de esta manera, es porque tú estás detrás de la razón.

Mona soltó un sonoro suspiro.

-Yo no sabía que a Taylor le gustaba Mona, creí que le gustabas tú –hablo Hanna.

Alison la miro.

-Le dije que me gustaba Mona, y ella de momento se puso tan rara que… al principio no le tome importancia hasta que las vi hablar a ella y Mona, y pude notar lo herida que se encontraba –sus lágrimas cayeron de sus ojos azules.

Alison no sabía que decir a eso.

-Hablaron un momento y después ella solo se fue.

-¿Se fue? –miro de nuevo a Mona.

-Dijo que no quería que la mirara como un animal herido que necesitaba ser salvado, que odiaba la compasión y que lo dejara todo como estaba –la voz de Mona se rompió al final.

Alison odiaba sentir como su corazón también se estaba rompiendo al saber que Mona realmente amaba a Taylor. No es que no lo viera venir, pero se sentía como si fuera alguien bastante fácil de remplazar.

Primero Emily y ahora Mona.

Definitivamente ella no tenía suerte en el amor.

-¿Dónde está Emily? –pregunto Spencer intentando cambiar el ambiente.

-¿Están juntas? –pregunto Aria.

Todo el cuerpo de Alison se puso tenso y Mona se dio cuenta.

-Fue a hablar con Paige –fue toda su respuesta.

Todas se miraron sin entender.

-Voy a ver si la comida ya está lista –dijo antes de alejarse.

-¿Emily acaso está estúpida? –Hanna susurro con molestia.

-Bueno, si Emily no la quiere, yo si –dijo Aria.

Spencer miro a su novia.

-¿Lo dije o lo pensé? –una sonrisa nerviosa se dibujó en sus labios.

Spencer rodo los ojos.

-Voy a llamarle –dijo Spencer sacando su teléfono.

En ese momento el timbre sonó y Mona fue a abrir.

-¿Dónde fuiste? –pregunto.

-Fui a hablar con Paige por…

-No quiero saber –la interrumpio y se alejó dejando a Emily con la palabra en la boca.

La pelinegra la miro confundida sin saber que decir. Cerro la puerta detrás de ella y se adentró a la casa.

-Hola –saludo a las demás cuando se acercó a la sala.

-¿Volviste con Paige? –Hanna pregunto.

-¡Hanna! –regañaron Spencer y Aria.

-Todas queremos saber –se encogió de hombros.

Todas rodaron los ojos.

-No, no regrese con ella, ¿Por qué?

-Alison cree que sí –respondió Aria.

Emily soltó un sonoro suspiro y bajo la mirada.

FlashBack

Horas antes

Después de romper el beso, ambas chicas se miraban sin saber que decir.

-Yo…

-No digas nada –interrumpio la ojimarron. –Te amo, Ali, pero creo que tienes razón.

-¿De qué estás hablando?

-No puedo terminar con Paige…

Y antes de que Emily pudiera terminar de hablar, Alison salió del baño dejándola sola.

Cuando Emily salió del baño, Alison y Mona ya no estaban.

Fin FlashBack

-Fue un malentendido.

-La comida ya está, pueden ir pasando –dijo Alison cuando se acercó de nuevo a la sala.

-Vamos –Spencer se puso de pie.

Las chicas imitaron su acción y fueron detrás de Alison hacia el comedor.

Emily quería hablar con ella pero sabía que no era el momento.

(…)

Después de la cena, las chicas se sentaron en la sala de la rubia para ver una película.

Spencer, Aria, Hanna y Emily se sentaron en el sofá más grande, y Alison y Mona en el mediano.

Emily esperaba en algún momento poder hablar con Alison, pero la rubia en ningún momento se alejó de Mona, así que la pelinegra entendió el mensaje y le dio su espacio.

Después de un rato, Emily sintió como se empezaba a quedar dormida, miro hacia donde estaba Alison y noto que la rubia ya se encontraba dormida con Mona en sus brazos. La morena seguía despierta aunque se notaba que no por mucho tiempo ya que veía como sus ojos se cerraban por segundos.

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Aeropuerto Philadelphia

El tiempo había pasado rápido y ya era domingo por la tarde y las liars habían llevado a Alison y Mona al aeropuerto.

-Esperemos verlas pronto chicas –dijo Spencer.

-Sí, ya nos hacía falta vernos –dijo Hanna.

-Mucha suerte chicas –dijo Aria, dándoles un abrazo y un beso en la mejilla.

-Gracias chicas, las quiero –les dijo Alison.

Se acercó a cada una y la abrazó para después dejar un suave beso sobre sus mejillas.

-Ali, ¿crees que puedas regalarme cinco minutos? –Emily la tomo suavemente del brazo.

Alison estaba por acceder, cuando vio a Paige cerca de su puerta de abordaje.

-Deberías de ir a despedir a tu novia –fue la respuesta de la rubia antes de soltarse del agarre.

Emily estaba confundida hasta que vio a Paige, así que soltó un sonoro suspiro y dejo ir a la rubia.

Mona también se despidió de las chicas, pero antes de alejarse de Emily, susurró a su oído:

-No te rindas con ella, vale la pena –y después se alejó.

Emily solo asintió suavemente.

“El vuelo 3526 con destino a Portland, Oregón, favor de pasar a la puerta 3, el avión despegara en 15 minutos”.

-Bueno ese es nuestro llamado, nos vemos –dijo Alison.

Mona entrelazo su brazo con el de Alison y caminaron hacia la puerta de abordaje, y en ese momento, Emily sintió un Déjà vu al ver a Alison marcharse como hace siete años atrás.

-Esta vez, no voy a dejarte ir –dijo decidida.

Las chicas se quedaron ahí hasta que el avión despego y después salieron del aeropuerto con destino a sus casas, pero una de ellas tenía algo que planear.

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POV Alison

Horas más tarde

Aeropuerto de Portland, Oregón

Habíamos llegado hace diez minutos y después de buscar nuestras maletas, mi celular vibró con un mensaje de Nolan diciendo que ya nos esperaba afuera.

-Vamos, Nolan ha llegado –dije ayudándola con su maleta.

-¿Crees que haya regresado aquí?

-No lo sé, Mona –fui sincera.

Ella solo asintió.

Salimos del aeropuerto encontrándonos a Nolan cerca de la entrada. Al vernos sonrió y salió del auto para ayudarnos. Guardo las maletas en la cajuela mientras nosotras nos adentrábamos en el auto. Segundos después él subió y poniendo el auto en marcha, condujo con dirección hacia la universidad.

(…)

-Gracias por ir por nosotras y traernos –le dije a Nolan cuando bajamos las cosas de la cajuela.

-No es nada –sonrió el pelinegro. – ¿Mañana no hay clase o sí?

-Claro que la hay, así que nos vemos mañana –me reí.

-De acuerdo –nos dio un beso en la mejilla a ambas, subió a su auto y condujo en dirección a su casa.

-¿Está todo bien? –le pregunté a Mona al verla sentada en el sofá y con la mirada perdida.

Suspiró.

-Sí.

-Creo que me estás mintiendo –me crucé de brazos.

-¿Por qué tan segura? –ella también cruzo sus brazos a la altura de su pecho.

-Porque te conozco –enarque una ceja.

Ella suspiró en derrota.

-Lo supe demasiado tarde –cubrió su cara con sus manos.

-Solo no te des por vencida, Mona, ella está herida.

-Ni siquiera me responde los mensajes.

-Por lo menos sigue siendo el mismo número y no lo ha cambiado ni te ha bloqueado.

-Es solo que… ¿y si realmente no le gusto?

-Eres una persona maravillosa, Mona, por supuesto que le gustas. Y por alguna extraña razón, sé que ella aún espera ser la chica que tu elijas, por más que no se sienta como la primera opción –me senté a su lado.

Mona me miro, y una suave sonrisa se formó en sus labios.

-Ella te ama solo a ti –poso su mano suavemente sobre mi mejilla.

-Pero nunca voy a ser su primera opción.

-Ali…

-Esto es sobre ti, no sobre mí –interrumpí. –Deberías ir a buscarla y hacerle saber que es ella. Que siempre va a serlo –sonreí suavemente antes de alejarme.

POV Omnisciente

Mona soltó un sonoro suspiro, sabía que no iba a conseguir que esa noche Alison entrara en razón con respecto a Emily, así que iba a salir a arreglar su propio problema y después ayudaría a Emily a arreglar su desastre, después de todo, ella también le había roto el corazón a Alison y no podía dejar que la rubia creyera que no era la primera opción de la pelinegra.

-¿Crees que este en su RV?

-Es probable.

-Voy a buscarla –se levantó del sofá.

Alison solo asintió.

Mona salió de la casa de la rubia y subió a su auto con dirección hacia el bosque.

(…)

Minutos después Mona llego al bosque, y después de caminar por unos minutos, llego a la ubicación exacta en donde estaba el RV de Taylor. La ojiazul no estaba cerca, así que Mona entro al RV al comprobar que estaba abierto.

La morena se sentó en el pequeño sillón que estaba ahí, y espero pacientemente a que la rubia apareciera, y después de unos minutos, la rubia apareció.

-Estaba abierto –dijo Mona al ver la mirada de Taylor.

-Aunque no lo estuviera, encontrarías la forma de entrar –respondió.

Mona no dijo nada.

-¿Qué haces aquí? –fue lo primero que Taylor pregunto.

-Necesitamos hablar –Mona se puso de pie.

-Mona, no es necesario que…

-Tienes que escucharme –alzo la voz, pero se rompió un poco al final.

Taylor la miro un poco sorprendida por eso.

-¿Crees que no me siento mal por cómo sucedieron las cosas?

-Mona…

-¡Escúchame! –grito.

Taylor guardo silencio. Sabía que si quería seguir viviendo, era mejor quedarse callada.

-No lo entiendes, y tal vez no lo hagas porque nunca te ha pasado, pero… siempre se esperaba que fuera Alison quien rompiera conmigo. Que fuera ella la maldita hija de puta que rompiera mi corazón sin pensarlo dos veces. ¿Y sabes qué? No fue así, porque nunca nadie la ha conocido de verdad. Solo conocen la versión que Jessica creo de ella misma en Alison, pero nunca han conocido a la verdadera Alison –sus lágrimas ya comenzaban a caer de sus ojos. –Es maravillosa, Taylor, incluso estando rota.

Los ojos de la rubia también se cristalizaron.

-Me amo, me cuido, e incluso recibió una maldita bala por mí. ¿Cómo le pague? Haciéndole creer que la amaba para después romper su corazón.

-Tú la amaste, Mona.

-Pero no lo suficiente –sollozo. –Basto que Hanna quisiera que nos viéramos todas juntas para poner a prueba mis sentimientos por Alison y los que creí que ya no existían por Hanna. Y era cierto, ya no tenía sentimientos por ella más que cariño, pero tampoco amaba a Alison. ¡Te amaba a ti! Pero tenía tanto miedo de que eso tampoco fuera cierto y no quería lastimar a ninguna de las tres. Pero falle miserablemente. Lastime a las tres, nos rompí el corazón a las cuatro, y aleje a la persona correcta para siempre.

Taylor limpio sus propias lágrimas antes de acortar la distancia entre ella y Mona y con sus pulgares retiro tiernamente las lágrimas de las mejillas de la pequeña morena.

-La persona correcta jamás se aleja, Mona, siempre encuentra el camino para volver a ti –sonrió suavemente.

-Lo siento tanto –sus manos se envolvieron alrededor del torso de la rubia.

Taylor sonrió suavemente y envolvió el cuerpo de Mona en sus brazos.

-No tienes que disculparte más, Mona, yo también me equivoque y mucho. Me precipite y jamás me puse en tu lugar para entender cómo te estabas sintiendo. De verdad lo siento.

Mona se alejó lo suficiente pero sin romper el abrazo para poder mirarla a los ojos.

-No tienes que disculparte, Tay, no lo sabias, porque de ser así, sé que tu reacción hubiera sido totalmente diferente –poso una mano sobre la mejilla de la rubia y la acaricio tiernamente.

La ojiazul no pudo evitar que su corazón se saltara un latido ante la muestra de cariño.

-¿Quién es la persona correcta?

-Tú –la miro entre lágrimas. –Te amo, en serio –susurro.

-Lo sé –sonrió. –Yo también te amo.

Mona sonrió, y se levantó sobre las puntas de sus pies para poder chocar sus labios contra los de la rubia. Y cuando ambas sintieron los labios de la otra sobre los suyos por primera vez, una sensación cálida invadió ambos cuerpos haciéndolas sentir cómodas y deseando que esa sensación no muriera nunca.

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Cuando Mona salió de la casa, Alison por fin pudo dejar fluir las lágrimas que había estado reteniendo desde hace varios días atrás. Alison estaba acostumbrada a empujar sus sentimientos y no mostrarse vulnerable, por lo menos hasta que se encontraba sola y no hubiera alguien para juzgarla.

La rubia amaba a Mona, pero sabía que no de la misma forma que amaba a Emily, y también que no la miraba igual. Lo comprobó cuando Emily la beso y todos los sentimientos que había enterrado en lo más profundo de su ser habían resurgido al momento de volver a verla.

Y así como su corazón pareció reconstruirse un poco al volver a la pelinegra, también se rompió al ver y saber que había regresado con Paige antes de intentar luchar por un futuro junto a ella.

Tal vez Emily no la amaba lo suficiente, y era momento de aceptarlo por más que doliera.

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Una semana después

Mona y Taylor aun no eran una pareja oficial, pero Alison sabía que no tardarían mucho en dar ese paso, y ella realmente estaba feliz por ambas chicas.

Después de aquel día que Mona salió a buscar a Taylor, Alison organizo todos sus pensamientos y emociones, llegando a la conclusión de que no le dolía que Mona la dejara por Taylor. Lo que le dolía era entender que Emily nunca la saldría a buscar, y que aunque doliera, ella tampoco lo haría. No era tan valiente como muchos parecían creer después de que saco a sus amigas de una casa de muñecas y recibir una bala al momento de salvar a Mona.

Para Alison aquello era más fácil que atreverse a entregar su corazón sabiendo que podría romperse en el proceso. Ella no quería sufrir por más que el dolor fuera parte de la vida diaria.

Alison se encontraba leyendo unos trabajos cuando escucho que tocaban a su puerta. Se quitó los lentes y miro hacia la puerta algo confundida al escuchar leves golpes ya que no esperaba a nadie.

Se levantó de la silla y abrió la puerta encontrándose a Hanna del otro lado.

-¿Hanna? ¿Qué haces aquí? –pregunto confundida.

Se hizo a un lado para dejarla entrar.

-Taylor quería hablar conmigo –contesto. –Ella se disculpó por mi corazón roto.

Alison no pudo evitar reír al ver el rostro lleno de confusión de la otra rubia.

-¿Ella de verdad es real?

Alison asintió.

-No te miento, llore y me enoje mucho pensando por qué ella, pero ahora lo entiendo.

-Su paciencia es lo que más me da envidia.

Hanna rió.

-Solo esperemos que Mona nunca se aproveche de eso.

-Eso sería como pedirle peras al olmo –se rió. –Pero sé que Mona es inteligente y no llevara a Taylor a su límite para no lastimarla. Nunca se lo perdonaría.

Hanna sonrió.

-¿Cómo estás?

-Con mucho trabajo, pero sobreviviré –sonreí. –Pero vamos, toma asiento –señalo el sofá.

-Gracias –sonrió.

Alison se acercó a su cocina y le sirvió un poco de café que no tenía mucho que había preparado.

-¿Te interrumpí? –miro hacia el escritorio donde estaban todos los trabajos que estaba calificando.

-De hecho no, la verdad es que no podía concentrarme –admitió. –Pero dime, ¿Qué es lo que sucede? Sé que lo de Taylor no es lo único que te hizo venir –se sentó a su lado mientras le entregaba una taza de café.

-No me toca intervenir, Ali, pero creo que deberías darle la oportunidad de explicarse.

-Hanna…

-Ali, nos equivocamos demasiado en un pasado contigo cuando no te escuchamos. Te lastimamos y nos perdonaste.

-Yo las lastime y también me perdonaron.

-Eso es cierto, pero a nosotras nos llevó más tiempo perdonarte y no te importo esperar.

-¿A dónde quieres llegar?

-No importa cuánto maduremos, Ali, el cometer errores es algo que nunca desaparece, al contrario, parece que empeora.

Ambas rieron.

-Te ama, Ali, deberías escucharla.

Alison soltó un sonoro suspiro.

-Supongo que tienes razón.

-Es una idiota, pero te juro que te ama.

-Lo sé.

Y por supuesto que lo sabía, no era algo que Alison negara, pero sentía que el amor no era tan fuerte.

Se escucharon golpes en la puerta y Alison miro a Hanna con extrañeza porque la rubia no recordaba esperar a nadie.

-Creo que esa es mi señal –dijo entregándole la taza y poniéndose de pie.

-¿Señal de qué? –la miro confundida.

-Tranquila, rubia, ya lo sabrás –dijo divertida.

-Está bien, rubia –se rió.

-Nos vemos, Ali –beso su mejilla.

-Adiós, Hanna –sonrió.

-Ah, y dile a Taylor que le deseo mucha suerte, y que si Mona le hace algo, que cuenta conmigo para hacerla entrar en razón.

Alison rió.

-Yo le diré.

Hanna asintió.

Alison abrió la puerta para Hanna y se sorprendió bastante al ver a Emily del otro lado de la puerta. Hanna paso por su lado, y al llegar a Emily le susurro algo al oído y ésta se sonrojo mientras la rubia reía.

-¿Puedo pasar? –Emily pregunto con sus manos en los bolsillos de su sudadera.

-Claro, pasa –Alison camino hacia la sala dejando la puerta abierta.

Emily cerró la puerta detrás de sí y se acercó a la ojiazul a pasos inseguros.

-¿Quieres algo de tomar? –le pregunto.

-No, estoy bien –asintió quedándose de pie al lado del sofá.

-¿De verdad? Porque pareces sumamente nerviosa –enarco su ceja.

-Eres tú, siempre me has puesto bastante nerviosa –agacho la mirada mientras se sonrojaba.

-Tú también me pones nerviosa, pero siempre he sabido manejar mis emociones –confeso.

-¿Siempre? –la miró incrédula.

-Siempre –admitió.

-No sé qué decir.

-Supongo que no hay nada que decir, Em –se encogió de hombros. –Pero vamos, toma asiento.

Emily se sentó a su lado sintiéndose aún demasiado nerviosa.

-Hay mucho que decir –dijo segura.

-¿Cómo qué? –la mire confundida.

-Nos debemos una larga platica tú y yo –la miro seriamente.

-Supongo que no es algo de lo que pueda escapar para siempre.

-No, no lo es.

-Te escucho.

-Recuerdo la primera vez que te vi –tomo una mano de Alison entre las suyas. –Recuerdo el bonito vestido amarillo que llevabas y lo brillante que era tu sonrisa, pero… tus bonitos ojos azules no brillaban como tu sonrisa.

Alison recordaba el día, pero no recordaba el motivo.

-Te pregunte porque fingías una sonrisa y me dijiste que así la gente no te tenia lastima y tu mamá no te regañaba. No lo entendí hasta que no le pregunte a mi mamá que significaba –con su pulgar retiro tiernamente la lágrima solitaria que bajo del ojo izquierdo de la ojiazul. –Con el tiempo olvide esa conversación, pero no olvide lo que me hiciste sentir cuando te conocí. Y por si fuera poco, con el tiempo se hizo más fuerte hasta que llegamos a secundaria y eras la chica más hermosa que había conocido jamás. Y cuando mi mirada se encontró con la tuya, la conversación regreso a mi porque era aún más notorio tu sonrisa fingida, por lo menos hasta que éramos solo tú y yo, y por fin eras la Alison tierna de la que me había enamorado. Tus cambios de humor, tus malos tratos me confundieron y me lastimaron también, eso es cierto. Pero también es cierto que yo te lastime también. Mis actitudes también te rompieron un poco más de lo que ya estabas.

-Em…

-Escúchame –poso dos dedos sobre los labios de la rubia. –Me perdonaste Ali. Cada traición la recibiste y me la perdonaste. Aquella vez en la cárcel, no querías verme, pero cuando llore, viniste y me abrazaste y aquello rompió más mi corazón. No entendía como podías reaccionar de esta manera a pesar de todo. Te culpe y me salvaste. ¿Cómo era eso posible?

-Supongo que era porque te amaba.

-Yo también te amaba Ali, y me equivoque.

-Somos humanos y estamos diseñados para cometer errores y aprender de ellos, pero aun así seguir cometiéndolos. No somos perfectos, Em, pero para mí siempre serás la mujer perfecta –poso su mano tiernamente en la mejilla de la pelinegra.

-No volví con Paige, Ali, solo no quería terminarla de la forma en la que la termine. Así que fui hasta su casa para decírselo, no quería que pensara que solo lo había hecho para humillarla o algo así.

-Lo sé, es solo qué…

-No eres remplazable, Alison, de ser así, te hubiera dejado de amar, pero nunca pude. Incluso mis esperanzas hubieran muerto cuando encontraron un cuerpo y dijeron que era el tuyo, y a pesar de las evidencias, siempre creí que volverías. Que encontrarías tu camino a mí y me dirías que también me amabas, que lo que me dijiste antes de irte solo era por miedo.

Para estas alturas, ambas chicas ya se encontraban llorando.

-Y lo dijiste, pero como en todo, el amor se encuentra constantemente a prueba y falle. Falle miserablemente. Pero quiero volver a intentarlo. No quiero dejarte ir nunca más.

Alison limpio las lágrimas de la pelinegra con sus pulgares.

-Sé que te he lastimado mucho, Ali, pero de verdad lo siento.

-Y tú nunca juraste que saldría ilesa, así que ya no te atrevas a pedir perdón. Porque yo te confieso que no me arrepiento, no me arrepiento de nada de lo que ha pasado y que nos ha traído hasta este momento –sonrió suavemente. –Y aunque estoy sufriendo, podría estar peor.

Emily también limpio las lágrimas de la rubia con sus pulgares.

-Una vez me dijiste que mis sentimientos no eran unilaterales.

-Nunca lo fueron.

-¿Y aquella vez en los vestidores?

La ojiazul soltó un pequeño suspiro.

-Me aterre. Nunca nadie me había hecho sentir tan vulnerable de la forma que tú lo hacías. No era tonta, sabía lo que aquello significaba y sabía que eras tú mi punto débil, y quien quisiera hacerme daño lo haría dañándote a ti y yo no podía permitirlo.

-¿”A” ya estaba en ese entonces?

Alison asintió.

-Tal vez haber mentido nos arruino, pero era más importante para mi mantenerlas a salvo, mantenerte a ti a salvo –dio un suave apretón a su mano.

-Pero ya no hay nada más que nos impida estar juntas –sonrió. – ¿Podemos intentarlo?

-¿Me hablas en serio? –los ojos azules adquirieron un brillo que Emily nunca se había detenido a observar que solo aparecía cuando ella estaba cerca.

Emily sonrió.

-¿Qué? –se sonrojo.

-Tu sonrisa ahora si llego a tus ojos –sonrió entre lágrimas.

Alison soltó una pequeña risa.

-Entonces, ¿podemos intentarlo una vez más? –la miro tímidamente.

-Me encantaría –sonrió.

Emily también sonrió y acorto la distancia en un beso dulce y tranquilo.

-Sabiendo que tus besos matan, moriré de amor.

Emily rió.

-Yo tuve razón esa vez, no ibas a morir.

-Pero yo tampoco mentía, porque sabiendo que tus besos matan, moriré de amor.

-Te amo.

-Te amo también.

-¿Cómo es la frase?

-Sabiendo que tus besos matan…

Pero no pudo terminar esa frase porque la ojimarron volvió a romper la distancia entre ellas en un beso, haciéndolas sonreír.

Y no importaba lo que pasará más adelante, ambas sabían que lo enfrentarían juntas, como desde un principio debió de haber sucedido. Pero como siempre dicen, todo pasa por algo.

Ahora sí, los secretos se habían acabado.

Las mentiras habían terminado.

Y los besos en guerra habían sido el motivo para seguir en pie, sobrevivir y seguir luchando por reencontrarse con la persona que les había mostrado el amor y el dolor en todos sus matices.

 

 

 

-“En guerra avisada, no muere soldado”.

-“Y aunque adviertan al soldado, si está enamorado, en guerra morirá”.