Chapter Text
El invierno había llegado y con ello la nuevo colección de ropa de temporada diseñada por Yuzuriha. La boutique que habían abierto, resultó ser todo un éxito y los fondos que se lograban juntar con las ventas le servirían al equipo científico para pagar el petróleo sin encontrar que Ryusui había monopolizado.
—Hace demasiado frío afuera —anunció Gen al entrar al observatorio—, no recordaba que en nuestra era se me congelaran las manos.
—Es normal —respondió Senku—, no hay edificios ni deforestación que aumenten la temperatura.
—Lo dices como si a ti no te estuviera afectando el clima.
Senku quiso replicarle al mentalista, pero en su lugar estornudó con tal fuerza que del orificio derecho de su nariz salió un pequeño hilo de mucosidad.
—Creo que hablé demasiado pronto. —Se acercó al científico para extenderle el pañuelo que traía consigo—. Lávalo bien antes de que me lo devuelvas.
—Ya lo sé —dijo antes de sonarse la nariz—. Le pedí a Yuzuriha que me hiciera un nuevo suéter, pero ha estado teniendo tantos pedidos en la boutique que no he querido molestarla otra vez.
—Eso explica porqué sigues usando ese abrigo que ya ni te puedes cerrar.
—Ya sé que aumenté de peso, pero tampoco me lo tienes que echar en cara.
—Lo decía porque creciste este último año, pero ya que mencionas tu peso, no lo podemos dejar de lado. —Tomó la bufanda que tenía en el cuello y la desenrolló para colocársela a Senku—. Esto te mantendrá abrigado por esta noche.
—¿Qué hay de ti?
—Mi abrigo es lo suficientemente cálido, además, todo indica que te estás enfermando, así que úsala. —Se dió la media vuelta para caminar en dirección a la puerta—. Le diré a Francois que te prepare una sopa.
—No es necesario, yo puedo ir a verla.
—Ni hablar, es mi deber cuidar de Senku-chan, así que espérame aquí.
Sin esperar respuesta alguna, Gen salió del observatorio para buscar a Francois. Senku, por su parte, tocó la bufanda que el mentalista le había colocado y con cuidado subió un poco de esta para cubrirse la boca y la nariz, aspirando el aroma de Gen y sintiendo lo caliente de aquella prenda que en ese momento le sentó bien.
«Gracias, Gen»