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Ahora mismo se sentían como pequeñas hormigas usadas para diversión de alguien siendo forzados a correr de un lado a otro manteniendo todos sus sentidos alerta a cualquier movimiento para mantenerse con vida.
Un pequeño movimiento entró en su campo de visión a la derecha, con rapidez se volteó logrando sostener la muñeca de aquel. Lo soltó de forma automática al ver que se trataba de un guardia que era acompañado por otros de sus compañeros. Con una señal le ordeno colocarse al final del grupo siguiéndole antes de retirar a Rubius e irse de allí. Miro a sus alrededores y pudo ver como muchos de los demás se miraban entre ellos al no comprender que estaba sucediendo.
Fueron guiados a través de las escaleras hasta llegar a una sala parecida a un patio de juegos para niños. Con unas puertas decoradas con figuras, la mayoría fijó su atención en esto sin darse cuenta de lo que se les avecinaba. Un golpe sordo fue lo que les hizo girar antes de ver como uno de sus compañeros había sido noqueado y era apuntado con una pistola mientras el guardia los miraba atentamente. En el momento en el que el guardia empezó a contar hacia atrás entendieron que era momento de correr.
El guardia miró a aquel en el piso, su cabello negro con toques rojos tapaba sus ojos, reviso la lista que le habían entregado los grandes que le contrataron, busco el nombre en aquel papel hasta que logró ubicar el número y nombre del participante. La cuenta hacia atrás fue solo para agregar diversión a su misión, les dio unos minutos mientras acababa con un el participante desmallado golpeando o abriendo heridas con una navaja.
Se tardó demasiado hiriéndolo con el cuchillo por todo el cuerpo que cuando empezó a buscar logro atrapar a 4 personas más sin ser atrapado por los otros guardias. Los encerró en aquella colorida habitación dejándolos contemplar la que para él era una obra de arte sobre el cuerpo de su compañero –Quedo maravilloso ¿verdad?- el cuerpo de los participantes tembló, voltearon levemente para mirar al supuesto guardia-Oh vamos! No me vean así, no dañe su cara para que pudieran darle un funeral, por lo menos agradézcanme ¿no?- El guardia empezó a reír antes de sacar una pistola y apuntarla hacia ellos.
-¿Por qué no jugamos un juego?- menciono viendo a los 4 participantes que tenía enfrente, sacó y reviso la lista- Rubius, Auron, Biyin y 8cho, ¿que os parece jugar un poco con el azar?-
Alzó la pistola hacia los participantes notando como estos se tensaban al no saber que planeaba hacer, rió ante sus expresiones que reflejaban temor puro.
-Tin...~- empezó a cantar mientras apuntaba hacia Biyin
-Marin~- cambió a Auron
-De don~- Rubius…
- pingüe…Bingo~- la pistola apunto a 8cho
Antes de que pudieran reaccionar el disparo resonó en todo el lugar, por alguna razón el atacante cambio la pistola y usó un cuchillo como si no hubiera alertado a la gente ya, sangre manchó las paredes con un tono carmín complementando el resto de colores suaves y alegres.
Un pitido retumbaba sus oídos, había recibido 1 puñalada en el abdomen y 3 heridas en el brazo al intentar defenderse, la sangre escurría por las heridas manchando toda la ropa que traía pero volviendo su vista borrosa debido a que llevaba un tiempo aproximado de 15 min herido según el reloj del lugar, solo podía ver los cuerpos de sus compañeros y como una figura rosa parecía atacar a ¿Rubius? No sabría decirlo, de repente el frío invadió su cuerpo empezando por las heridas avanzando hasta que el cansancio empezó a vencerlo, podía jurar que escucho a Luzu y Axo antes de caer inconsciente. Aunque solo era su mente engañándole le brindo un poco de calma escucharlos.
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El constante pitido era lo único que escucho cuando despertó, miró un poco a su alrededor encontrándose solo la camilla en la que estaba Rubius. Las luces habían sido modificadas para no dañar sus ojos cuando despertaran.
Al mirar al contrario se dio cuenta de que tenía muchas más heridas que él, una puñalada en la pierna y 2 en el costado, solo podía divisar esas ya que estaba cubierto de vendas. Un reloj digital colocado en una mesita a su lado señalaba que eran las 11 de la mañana, había pasado casi 16 horas inconsciente.
Se paró de la camilla con cuidado, haciendo una mueca ante el dolor punzante que tenía en el abdomen. Empezó a recorrer los pasillos hasta que llegó a una sala con cámaras, una persona con mascara negra estaba parada en el medio de la habitación, le dio la bienvenida con un gesto dejándolo entrar y curiosear las cámaras.
Uno de los guardias al verlo con las vendas, parado a su lado, le cedió la silla parándose el atrás del lugar mientras que Auron revisaba las cámaras delante de él, la mayoría seguían a los participantes restantes a excepción de una de ellas la cual mostraba un panorama completo de la sala principal, donde en el medio yacían las cajas en las cuales se ubicaban a los eliminados.
Fue cuestión de tiempo para ver en una de las cámaras la cara del supuesto guardia que los había atacado. Su pecho se movía forzosamente, sabía que algunos guardias tenían experiencia médica, las incontables heridas habían sido hechas con precisión para no acabar con la vida del intruso. Suponía que aún no les había dado toda la información que necesitaban para localizar a los grandes jefes del intruso.
Estaba tan hundido en sus pensamientos, analizando las heridas notando que habían sido sanadas y limpiadas con sumo cuidado cuando de reojo captó un movimiento en la cámara estática. Vio cómo su hijo miraba estupefacto su supuesta caja, su corazón se apretaba con fuerza al verlo llorar una mentira. Quería pausar todo y cuidar a su hijo pero no podía, fue en parte su culpa que estuvieran allí y ahora solo podía observar como su hijo era sostenido por el castaño el cual intentaba ayudarlo a respirar mejor.
Respiro profundamente, imitando al castaño que se reflejaba en la pantalla para poder regular su respiración evitando mostrarse débil ante los guardias que custodiaban las cámaras. Lo único que relajaba su entristecido corazón era que aún estaban los 2 juntos. Aún tenían esperanzas de salir de esta situación y salir para, quizá, ser una familia oficial al fin.
Para...
...tener el valor de entregar aquel anillo que resguardaba en un cajón de su casa.
...poder firmar los papeles de adopción que había preparado al fin.
...acabar con ese martirio de ver a sus conocidos morir.
...terminar con el legado de su hermana, quien lo metió en esto.
...empezar de nuevo.